Partida Rol por web

- Jovencita, la clase de recuperación ya se pasó. No solo no te ha dado tiempo a venir a mi casa sino que tampoco has llegado a tiempo de venir a la recuperación. Sé que cuesta adecuarse a las normas del colegio, pero deberá ser así. Las recuperaciones y las clases tienen un horario y los alumnos deben cumplirlo.

Si te sale el conjuro, ¡Enhorabuena! Pero ya llegas tarde para presentarmelo. Lo siento, pero no pienso hacer excepciones.

Instantes después la puerta sonó y la profesora Lovegood pidió que pasara a la recién llegada.

¡Adelante bonita, pasa! Estaba terminando de hablar con la Señorita Dacey, ¿qué necesitas Sara?

De..de acuerdo profesora-dijo Gwen saliendo hacia la clase de duelos

Esperé que esa muchacha saliera para poder hablar a solas con la profesora.

Hola Pro-profesora Lovegood. Quería hablar con usted porque, porque... Bueno, no se si sabe que yo no se nada de mis padres. Me criaron en un orfanato y nadie sabe nada de ellos y bueno, claro...

Carraspeé y respiré con profundidad para tranquilizarme.

Cuando el domingo nos pusimos el Sombrero Seleccionador en la cabeza, me dio respuesta a una de mis preguntas. Mis padres estudiaron aquí, así que soy hija de magos... Pero me preguntaba si usted sabría algo de ellos, o si me podría poner de nuevo el Sombrero...

¿El Sombrero te habló de tus padres? Es posible que ellos estudiaran aquí, eso seguro y quizá también pertenecieran a Ravenclaw. El Sombrero lo tiene guardado el director en su despacho. Tendrás que ponerte en contacto con él para pedírselo. Quizá te ayude a saber algo sobre ellos.

¡Oh, muchísimas gracias! dije emocionada. Había pensado que quizá encontraría más respuestas por parte de la profesora Lovegood. Pensé que ella sabría algo de mis padres. Pero no importaba, ya que me había dicho que fuera hablar con el director. Si ella me lo aconsejaba, significaba que él podría ayudarme

Buenas noches, profesora Lovegood. Muchas gracias por su ayuda

- Hola pequeña, en qué puedo ayudarte. ¿Ya terminaste el resto del trabajo y quieres entregármelo hoy? Yo creo que lo mejor es que sigas trabajando en él y que me lo entregues la semana que viene. Perdona, qué querías?

Errrrr yo...-la presencia de la otra profesora cortó un poco a Gwen, que pretendía agradecer a su profesor el no haber deltado a los otros su peculiar mascota. Tambien iba a mostrarsela, pero no era una buena idea en aquel momento...aunque si quería que la expulsasen...

Quería agradecerle el favor que me hizo en clase y disculparme por lo que *toses* escribí en el pergamino... L-murmuró avergonzada. A Gwendoline no la hacía demasiada gracias disculparse, pero sus padres la habían enseñado que si hacía algo mal tenía que hacerlo.Trataré de c ompensarlo con los deberes-prometió

¡Oh! ¡Vaya! La verdad que aún no he mirado las redacciones que me entregásteis, así que no sé muy bien lo que me has puesto, la verdad. ¿Qué es lo que pusiste en tu trabajo, jovencita? ¿Y cómo era tu nombre?

ehhhhhh

Selena, Morgan...

Gwendoline, pero da igual...esto...me voy. Llego tarde a otra clase- En el fondo, Gwen era buena chica, y no la gustaba meter en problemas a nadie por lo que, tras decir esto salió pitando en dirección al Gran comedor

Buenos días, Sara. ¡Que madrugadora para ser Domingo! Hoy tengo entendido que tenéis varias clases de recuperación. Dime, en qué puedo ayudarte.

Buenos días, profesora Lovegood. Vengo de una recuperación de Transformaciones, que he superado con éxito dije mostrando un poco de orgullo. Las cosas no siempre me salían bien.

Pero tengo una pregunta que la profesora Bastet no ha sabido responder... Profesora, soy católica y hoy es domingo... ¿No hay ninguna capilla en el colegio? la frase estaba acompañada con claros sentimientos de angustia.

Dios está en todas partes, Señorita Lago. No te preocupes porque cualquier lugar es válido para rezar. A pesar de que sea Domingo podrás ir al exterior y rezar por él. En el mundo mágico no se está acostumbrado a este tipo de creencias. 

Lo siento.

¡Oh, Dios mío! ¿Y qué voy a hacer? contesté a la profesora con temblores y con las lágrimas cayendo por mi rostro.

Pe-pero... ¡Yo tengo que recibir el cuerpo de Cristo! ¡No puede ser! me abracé con fuerza. De pronto sentía mucho frío, algo no estaba funcionando.

Yo no quiero seguir aquí... terminé diciendo con lágrimas en los ojos y salí corriendo del despacho de la Profesora Lovegood.

- Hola querido, veamos si has aprendido ese conjuro. ¿Has practicado mucho el Dectattem? ¿Y qué raro, vienes tú solo?

El despacho estaba vacío. Mircea estaba convencido que había más gente que tenía que recuperar el hechizo, entre ellos Ardeen y Oliver. Su forma de ser solitaria era la que le había llevado a abandonar el aula y evitar a los demás alumnos. Y la causa por la que ahora se encontraba en la recuperación él solo.

Profesora Lovegood, saludó el chico a la vez que se destocaba de su sombrero y doblaba la espalda un poco, haciendo una reverencia, lo justo para ser educado. Siento hacerle perder su tiempo. Y sí, creo que ya se como realizar el conjuro.

Depositando su libro de duelo, anteriormente encantado sobre la mesa de la profesora y el sombrero sobre una silla, sacó su varita. Verá, este libro está encantado con el Alarmir, se explicó.

Dectattem Libro, dijo en un susurro, articulando bien las palabras.

El libro volvió a iluminarse con un fulgor verdoso. Mircea asistió al éxito de su conjuro con los labios apretados y sin mostrar ningún atisbo de alegría por su logro.

¡Buen trabajo, Mircea! Parece que has trabajado mucho en ese conjuro.

Gracias, profesora Lovegood, dijo en tono serio. Le molestaba tener que ir a la recuperación, porque eso significaba que no había asistido a clase o bien no había conseguido aprender el conjuro en el caso de haber ido. Ninguna de las opciones era aceptable.

Con una inclinación de cabeza se marchó, preguntándose como era posible que ni Ardeen ni Oliver se hubieran acordado de ir.

¡Buenas tardes, queridos!

¡Ya me extrañaba a mi que era muy extraño que nadie más se presentase!

Espero que hayais practicado mucho el conjuro Dectattem, veamos si sois capaces o no de realizarlo. ¡Adelante!