Partida Rol por web

Amanecer del Día 14.

Domingo.

Segunda Semana de Diciembre

Diana se levanto más seria de lo normal, el brillo y la energía de la que la niña solía hacer gala parecían haberla abandonado. Aún así se levanto a la hora que acostumbraba a pesar de haber trasnochado. 

Se dirigió hacia la jaula donde dormitaba Vicky, le acarició el plumaje y le dió de comer. A continuación se dirigió hacia el baño sin hacer ruido, se vistió y se salió de allí, con su mochila al hombro y la varita en el bolsillo.

Eli se despertó tarde. Estaba cansada por la semana continuada de clases... aunque sus esfuerzos fueran practicamente en vano. No obstante, no quería deprimirse el día de descanso de clases.

Acarició a su gato, al que últimamente no había hecho demasiado caso y le hizo señas para que la siguiera a la sala común.

-Vamos perezoso, sígueme- le dijo a su gato, que al parecer se acababa de despertar ahora al igual que ella.

Diana entró en dormitorio jugueteó un poco con Vicky y se puso el pijama. Una vez metida en la cama cogió sus apuntes y se puso a retocar el trabajo sobre hombres lobos.

Eli imitó a Diana y se puso con el trabajo de los licántropos... ya iba demasiado atrasada en los exámenes como para descuidar el trabajo.

Una vez cansada se puso el pijama y acarició a su gato antes de acostarse.

-Deséame suerte- le dijo al minino- porque creo que vamos a estar más tiempo del que yo creía.

Amanecer del Último día

Lunes.

¡Día de los exámenes antes de Navidad!

Diana se levantó de buen humor, se acercó a la cama de Eli y le sacudió el hombro.

- Venga Eli, no te duermas hoy son los exámenes, ya verás como te sale bien. Voy a adelantarme, tengo hambre.

Se fue al baño, se vistió y salió echo un torbellino.

Se frotó los ojos al ver como Diana le despertaba. No tenía gana de enfrentarse a los exámenes con la poca pericia que había demostrado durante el curso, pero no tenía opción.

-Los Henman nunca nos rendimos- murmulló mientras se aseaba y cambiaba de ropa.

Diana entró en el dormitorio con su sonrisa acentuada, se sentía en casa... al lado de su cama le esperaba su lechuza Vicky, apoyada en los palos de un percha para lechuzas, Diana había desistido de tenerla en su jaula e transporte, el ave había crecido y se había vuelto más inquieta.

- Vaya... estas aquí... hola Vic- saludó a su mascota, se la posó en el brazo y se acercó a sus compañeras para presentársela-Mirad chicas, esta es Vicky mi lechuza... Vicky, estas son Gabriela, Kelly y Selena... a Eli ya la conoces, sólo que está más alta y más guapa- sonrió la niña mientras su lechuza miraba a las chicas girando la cabeza hacia un lado con aparente interés.

Kelly entró en el dormitorio y vio su baúl dispuesto junto a la que sería su cama y a Blackie sobre ella. Aquella gata negra no desaprovechaba una oportunidad para siestear sobre algo mullido.

La gata se despertó cuando las escuchó entrar, se estiró perezosamente y se sentó, mientras observaba a las recién llegadas con sus ojos amarillos.

-Hola Blackie -la saludó, mientras Diana hacia lo propio con su mascota. Después se acercó a Diana para observar mejor al ave- Tu lechuza es muy bonita, a mi me encantan los animales. ¿Duerme aquí contigo?.

-Hola, Diana- dijo la joven abrazando a su amiga- tú también has crecido, me alegra volver a verte.

Su gato, viendo que le prestaba más atención a Diana que a él, maulló.

-Pórtate bien, Enzo. Y no seas antipático, saluda a las chicas nuevas.

El gato, siempre a su ritmo, se puso panza arriba para captar la atención y que le hicieran caso.

Volvieron a subir las escaleras, esta vez mirando para que no volviera a subir ningún chico. No pudo reprimir un suspiro al ver todas sus cosas al lado de la cama donde la tocaba dormir. - Qué bien están estas habitaciones. - Solo espero que los animales nos dejen dormir. Tras ese pensamiento giró su cabeza, su lechuza estaba cómodamente sentada en un palo durmiendo. Selena fue a despertarla la cogió y abrió una ventana para que pudiera salir al aire nocturno.

Cuando volvió a cerrar la ventana se fijó en el resto de animales, lechuzas y gatos por ahora, nada tan extraño como el fénix de su hermano o el perro que había visto al chico de su vagón. Selena se acercó a su vaúl y lo abrió. Habían puesto su pijama lo más fuera posible para así tenerlo sin tener que desordenar la maleta. Se cambió las ropas de howards por el pijama y cuando ya estuvo más cómoda comenzó a colocar sus cosas en el armario.

Cuando terminó se sentó en la cama y vio como el resto hacía lo mismo. Ordenaban, se cambiaban de ropa... Ella pensaba que iban a estar en habitaciones de dos personas como mucho, estar todas juntas le resultaba extraño y  a la vez divertido. Parecería una gran fiesta. Se preguntó no por primera vez si conseguirían dormir lo suficiente.

Gabi entró con un suspiro a la habitación, hasta ahora la había pasado muy bien y tenía la esperanza de que así se mantuviera el resto del año.

-Hola Vicky.- Saludó según Diana presentó a su lechuza. -Veo que todas tenemos mascotas, espero que se lleven muy bien.- Dijo con un sonrisa antes de dirigirse hacia su baúl y hacer lo mismo que las otras.

-Pijama listo, arreglar las cosas listo, pero me falta algo...- Se volteó a comprobar que su hámster tenía todo lo necesario para pasar la noche. -Comida, agua... todo bien.- Pensó.

-Bueno ¿Cómo es eso de la copa chicas?- Preguntó a las mayores para entender un poco mejor la rivalidad entre las casas.

Entro en la habitación, aún pensando en mi padre y en lo enfadada que estoy con él. Al parecer todas teníamos mascotas así que decidí ir a por mi Sapo Gibbs, al que aún no le había dedicado el tiempo suficiente. ¡Eso también era culpa de mi padre! Paso hacia mi cama, ignorándo a las demás y cojo al pobre Gibbs.

- Hola chiquitín, tu y yo vamos a estar mucho tiempo juntos. La verdad que me hubiera gustado traer a un zorro conmigo, pero no sé si está permitido. Y como lechuzas ya tenía y los gatos no me gustan demasiado para mi, decidí comprarte a ti ¡Eres un sapo de lo más raro!- Digo acariciándole la cabecita. Al parecer Gibbs estaba un poco nervioso así que le dejo en su cajita y me dirijo a Lewis, mi diminuta lechuza. - Bueno, sé que preferirías estar aún con mi padre, pero ha decidido quedarse con Baum. Aunque sea él quien te cuidaba, en teoría eres mía. ¡Yo te puse el nombre y todo! aparte, ahora te usaré bastante. Es más, escribiré una carta para que se la envíes a papá.- Le doy una chuchería de lechuza y me tumbo en la cama, poniéndome el pijama. 

Cuando una de mis compañeras hace una pregunta interesante, me siento en la cama y presto atención. "¿Rivalidad entre las casas?" Pienso en el chico de Slytherin que ha llegado tarde a la ceremonia junto a mi. Él si que parecía que tuviera problemas con las demás casas, pero mi padre me dijo que eso solo pasaba en Slytherin y que las demás se solían llevar bien. Suspiro de indignación ante tal pensamiento. Yo no quería ser rival de nadie. Miro a las que parecían más mayores que yo, esperándo una respuesta.

Amanecer del día 1

Lunes

Primera Semana de Septiembre

Gabi sintió los rayos de luz entrando por la ventana y abrió los ojos con una sonrisa. Había pasado su primera noche en Hogwarts y hoy tendría su primera clase. Se levantó sin hacer ruido, sabía que aún era temprano y no quería fastidiar a sus compañeras de habitación. Se vistió y aseó con calma para después asegurarse de que su hamster estuviese bien.

Tras hacer todo esto, tomó sus cosas y bajó al gran comedor. Sentía cómo la panza le rugía, pues la noche anterior no comió todo lo que quiso sino lo que pudo entre tanta emoción y conversación.

Ansiosa por su primer día en el nuevo curso, Eli se despierta pronto. No quiere sacar malas notas por dormir más de la cuenta, así que se da prisa en ir al comedor.

-Nos vemos en el comedor, chicas, no tardéis- le dijo al resto, sin saber si ya estaban despiertas o no.

Selena fue la tercera en despertar o eso la pareció. Se cambió de ropa poniéndose la ropa adecuada para el día de clases y salió tras Eli. No quería perderse e intentaría seguir a la que tenía más experiencia. Con los libros en la mano y dando un golpecito cariñoso a la lechuza que había vuelto a la habitación a primera hora del día bajó los escalones.

Me desperté entusiasmada por ser el primer día y con el estómago rugiéndome del hambre que tenía. ¿Que habrá de comer hoy? Voy muy animada hacia Lewis.

- Te prometo que hoy escribo la carta.- Abro la ventana y le dejo salir. - ¡Recuerda que tendrás que volver a por ella!- Le chillo cuando sale volando. 

Me pongo las túnicas y cojo el material que iba a necesitar. 

- ¡Buenos días!- Les digo alegremente a las compañeras que quedaban en el cuarto. Luego salgo hacia la sala común.