Partida Rol por web

Empiezo a subir en la escoba y me levanto hasta una altura respetable pero cuando intento hacer el zig zag para pasar por los arcos la escoba empieza a desestabilizarse.

- Uo, uo. - digo apenas manteniendo el equilibrio sobre la escoba. Maldita sea. Para quieta escoba del demonio.

Vuelvo a intentarlo una y otra vez pero la escoba hoy no estaba por la labor de hacerme caso.

Muchos han sido los fracasos, ya está acostumbrada a fallar. Aunque al menos superó la clase de vuelo anterior. Sin embargo, no estaba muy convencida de que esta vez fuera igual. Hasta tal punto le habían afectado las derrotas recientes.

-Vuela, escoba, o el año que viene me tendrás aquí otra vez aprendiendo lo mismo- dijo como "amenaza" a una escoba aparentemente impasible.

Acto seguido le mostró la varita a la escoba y se propuso a dominarla en vuelo. pero tanto en el mundo muggle como en el mágico las escobas son sordas y ciegas y no hacen caso a las súplicas ni las amenazas.

Cuando se percata de que no es posible que le salga bien, abandona... ahora sí convencida de que volverá el año siguiente a repetir lo mismo. Y el siguiente si seguía igual la cosa.

Diana llegó a clase con su escoba y todas las ganas de siempre por aprender. Noah y Eli ya estaban allí, los saludó con una sonrisa y se dispuso a hacer lo propio.

- Vaya parece que la clase de vuelo de hoy es más complicada que las anteriores- les dijo a ambos- No creo que a mi me salga mejor... por si acaso no os pongáis muy cerca- les recomendó mientras se posicionaba en la escoba y daba una patada en el aire para elevarse y dirigirse a los aros.

Diana se dirigió al primero de los aros con cara de velocidad, consiguió pasar a su alrededor y hasta hacer una pirueta, sin saber muy bien como, pero al tratar de repetir la operación se le desestabilizó la escoba y comenzó a girara sobre si misma en forma de espiral.

- CUIDADO ABAJOOOOOOOOOOOO- dijo mientras se precipitaba al suelo- Ayyyyyy- exclamó cuando aterrizó de culo- esto no es lo mío....

Nikolay entra en la clase, con cara de haber pasado muy malos días aún así parece haber llegado a tiempo a la clase de vuelo, por lo que suspira algo aliviado, aún recordaba como su padre la usaba con total perfección, algo que el no consiguió por su primera clase.

- No me falles esta vez escobita- Dijo mientras la elevaba y se montaba en ella, pero esta vez parece que la suerte estuvo de su lado, la escoba respondió bien y pudo volar con algo de mareo aún por su recién recuperada enfermedad, pero pudo manejarla y con eso para él era mas que suficiente, e incluso intento atreverse a cumplir los objetivos del profesor.

Tras vagar por los pasillos y perderme un poco de vista de tanta gentuza, decidí que era el momento de acudir a clase.

¿Qué tocaba ahora?, ¡ah sí!, clase de vuelo... - me dije. Pues vamos para allá.

Poco después, tras la demostración de Krum sobre la escoba, me quedé algo pasmado. ¿Sería capaz de hacer algún día eso?, claro que no. Lo mío eran otro tipo de cosas, a mi parecer más interesantes. Los pájaros podían volar, no era nada nuevo para mí, pero la magia era una especie de don.

Agarré mi escoba y me dispuse a intentar superar la prueba de los tres arcos.

Comprobé que no tenía suficiente dominio sobre la misma.

Vuelo. Disfrutaba quitandole la escoba a mi abuelo y abuela en casa, subiendome y moviendome de arriba a abajo, y de adelante hacia atras. Me hacia sentirme libre. Esas ilusiones en mi cabeza desaparecieron cuando sali del colegio y llegue al patio exterior, observando al profesor, y los alumnos ya concentrados alli.

Con los Gatos otra vez, que faena. Por eso los sabados me daban tanto asco, habia gato lloron hasta en la sopa. Ofuscado, me cruzo de brazos, y alzo la mirada, observando al profesor moverse como si fuera un ave entre los aros. Eso escapaba mucho de lo que yo habia hecho jamas, pero aun asi estaba dispuesto a todo.

Me puse junto la escoba, con el ceño fruncido, y estire la mano hacia ella, atrayendola hasta mi. Acto seguido, miro hacia el cielo, y me subo en ella. No podia ser tan dificil.

Y me subo en la escoba, y comienzo a ascender. Hasta ahi, bien. Pero en el momento de avanzar hacia los aros, la cosa comienza a ponerse fea. La escoba comienza a moverse y temblar sin que yo entienda que pasa, y a pesar de mis intentos por enderezarla, comienza amoverse como si de un toro bravo se tratara, y yo estuviera en un toro de feria muggle hasta que consigue tirarme de ella.

No tardo en ponerme en pie, sacudiendome y aun mas enfadado de lo que ya venia, recogiendo mi escoba, y volviendo hacia el profesor y el grupo con toda la dignidad que soy capaz de tener en aquel momento.

Llegué a la clase mientras seguía a Cassius por los pasillos. Cuando llegué escuchaba todo lo que se decía y me quedé sorprendidísimo ante lo que estaba haciendo el profesor. Me daba una envidia brutal mientras le veía hacer todas esas maniobras y terminar con un salto mortal hacia delante. Esperé mientras los compañeros de ambas casas intentaban o volar o hacer el ejercicio de pasar por los tres aros.

Me esperé a que terminaran algunos, aún nadie había conseguido pasar por los aros y quería yo ser el primero. Cogí mi escoba y alcé el vuelo, me dirigí hacia el primer aro y lo pasé, pero cuando entré por el segundo entré por los pelos. Al girar hacia el tercero forcé demasiado la escoba y se zarandeó, por lo que me aferré con fuerza y, con bastante rabia, me dirigí hacia el suelo, aterrizando y con bastante rabia.

Cuando llego a clase, veo que todo el mundo se coloca en su escoba. Hago lo mismo con la esperanza de que en esta ocasión todo sea diferente.

Tenía que haber venido a mi hora a la recuperación - pienso.

Cuando el resto de mis compañeros se dirige hacia los aros, vuelvo a hacer el intento de volar pero de nuevo la relación co la escoba no parece ser mi fuerte.

O comienzo a mejorar, o esto va a ser mi mayor desastre como alumno de Hogwarts.

El mal genio que todavía desprendía Sam era muy evidente. No saludó a ninguno de sus compañeros. Llegó con su Nimbus 2000 y se apartó de todos los demás.

Otra pérdida de tiempo pensó malhumorada al verse otra vez en la clase de vuelo. Escuchó al profesor mientras soltaba leves suspiros de aburrimiento. Cuando llegó el momento, dio la orden a su escoba para que subiera hasta ella y se montó. Un golpe de viento estuvo a punto de impedirla el despegue, pero se sostuvo y empezó a hacer todo aquello que el profesor le había indicado.

Con aspereza, aterrizó y esperó a que Krum la diera el visto bueno.

El profesor Krum se llevó las manos a la cara horrorizado por la cantidad de caídas que estaba habiendo en su clase. Tan solo pudo ver como la pequeña Sam cumplía con los requisitos exigidos por el profesor.

Buen trabajo, señorita Seeworth, has sido la única en poder moverte por los aros, se nota que el vuelo se te da bastante bien. Si quieres puedes irte ya, pero los demás será mejor que se queden aquí. Os doy otra oportunidad para practicar.

En cuanto a ti, Sr. Ravnos, has hecho un buen trabajo también, pero ya que estás deberías practicar la segunda clase.

Yo os recomendaría a todos hacer un segundo intento antes de la cena, y tú James, será mejor que sigas practicando, a ver si consigues al menos despegar los pies del suelo.

¡Veamos qué tal se os da esta vez!

- Si esa mosquita muerta de Slytherin puede hacerlo yo también. - pienso.

Con semejante determinación me dirijo a toda velocidad hacia los arcos moviéndome entre ellos en zig-zag tal y com dijo el profesr Krum.

- Así si Noah. - digo aterrizando junto a mis compañeros de casa. Cuando quieres sabes hacer las cosas.

Al escuchar la decepción en la voz del profesor de vuelo intenté coger de nuevo la escoba y hacer el ejercicio, pero estaba más nervioso todavía y, al final, no conseguí ni acercarme a lo que hice en el ejercicio anterior. Con decepción me bajé de la escoba que era incapaz de controlar y comencé a refunfuñar por lo bajo. Al final no había conseguido el último ejercicio.

Sam se inclinó ante el profesor a modo de agradecimiento y se dio la vuelta. Ese vuelo le había sentado bien, aunque la clase en sí no le gustase nada.

Se alejó de sus compañeros. Tenía cosas que hacer y no quería perder el tiempo.

Sonriendo intente nuevamente hacer el ejercicio de la segunda clase, pero este me resulto imposible, aún pudiendo volar, falle en todos los movimientos, casi callendome en algunos, tuve que descender y dejar la escoba antes de hacerme daño, suspire cansado, parecía que mi limite por hoy iba a ser ese.

Aun estoy quitandome el polvo de la tunica, cuando escucho decir al profesor que nos da una segunda oportunidad. Estoy demasiado ofuscado siquiera para concentrarme, y en lo unico que puedo pensar es en sacar mi varita, y practicar alguno de esos conjuros de duelo con los Gatos meones. Por desgracia, estoy demasiado desanimado para pagarla con ellos (a suerte de ellos) y me subo a la escoba. Cojo aire, y alzo la mirada hacia los aros... pero la escoba no se mueve.

Decidido a que no se note, me bajo, mirando la escoba, y niego con la cabeza sin ser nisiquiera capaz de alzar el vuelo. Profesor Krum, creo que entrenaré mañana o la próxima semana, creo que no me encuentro muy bien. Me excuso, con una habilidad interpretativa excelente, y dejo la escoba en su sitio. Con su permiso.  Digo, educado e inclino la cabeza a modo de despedida.

Estaré en el patio Le digo a las serpientes que quedan alli, señalando hacia atras, por si quieren venir despues de practicar. Y dicho esto, se marcha del lugar, en direccion al patio a leer un rato, o planear esa escapada que tiene pendiente.

Diana se levantó del suelo sacudiéndose la túnica. Casi nadie había podido realizar bien aquella clase de vuelo, y lo cierto era que cada vez se complicaba más la cosa, pero no por ello estaba dispuesta a rendirse y dejar de intentarlo. Así que cogiendo nuevamente su Nimbus 2000 volvió a elevarse por el cielo para tratar de pasar los aros... con idéntico resultado.

- No doy una... ayyy...- dijo levantándose nuevamente del suelo- Noah ¿Cómo lo has echo? 

Me vuelvo a colocar en la escoba e intento que vuele, pero de nuevo en todo el rato en que mis compañeros intentan pasar por el aro, lo único que yo consigo hacer es que la escoba se mueva un poco.

Está claro que esto no es lo mio - pienso enfadado

¿Un segundo intento? 

Pero si no me gusta esto...vaya rollo.

Me dispuse a probar de nuevo.

Esta vez fue peor.

Una segunda oportunidad. Aquello era bueno, aunque la verdad es que parecía difícil.

-Vamos vuela, solo te pido eso- hablar con su varita o la escoba se había convertido en una costumbre. Hasta ese punto estaba desesperada por aprobar.

Pero ni con esas, su culo dio contra el suelo al poco de subir. Aún estaba muy lejos de manejar aquella cosa.

-Au- se limitó a decir quejosamente, ocultando la decepción que sentía.