Partida Rol por web

Diana entró como una exhalación en el comedor, sabía quesi no se daba prisa llegaría tarde a clase pero si iba sin desayunar sería peor, de manera que se dirigió a la mesa cogió unas magdalenas, se bebió un vaso de leche sin llegar a sentarse y salió disparada comiéndose las magdalenas por el camino.

Gabi llegó al gran comedor junto a algunos de sus compañeros y se sentó sin mucha ceremonia, sirviéndose un poco de avena y tostadas con mantequilla.

-Que aproveche.- Dijo a sus compañeros en la mesa antes de comer.

Ithan llegó al comedor acompañado por Arnold y Gabi. Se paró un momento, a mirar el Gran Comedor, sobretodo al otro extremo de este, pero a los pocos segundos miró hacia la mesa de Gryffindor, y con paso ligero, se dirigió hacia el sitio que solían ocupar los de primero y segundo.

Se extrañó de no ver a su prima allí, pero tampoco le dio más importancia. Habría marchado ya hacia clase. Acabó por sentarse delante de Gabi, dejando la mochila a un lado, y comenzando a servirse un generoso desayuno. - Que aproveche. - Dijo a los demás, comenzando a comer algo de embutido con pan.

- Después de clase deberíamos ir al campo de Quiddich, a ver como es antes de tener clase esta tarde. ¿Que os parece? -

Al llegar al Gran Comedor, Arnold siguió a sus amigos a la mesa, sentándose junto a Ithan, y cogiendo unas cuantas tostadas y algo de mermelada, así como acercándose una jarra de leche. Al escucharlos desear un buen provecho, los miro, deteniéndose por un instante, como si le hubieran pillado haciendo algo malo. –eh…si, que aproveche!- Dijo, antes de empezar a preparar tostadas untadas con mermelada, mientras Ithan proponía lo del campo de Quiddich. –Bien, me parece estupendo, no me vendría mal tomar un poco el aire y salir un poco del castillo.- termino, encogiéndose de hombros y dándole un gran bocado a la tostada llena de mermelada que acababa de prepararse.

Selena se sentó con sus compañeros a disfrutar de un buen desayuno. - Comed bien! - dijo antes de comenzar a meterse un buen vaso de zumo de calabaza. - Oh estoy deseando volar! cuando comenzarán a dejarnos probar a jugar al  Quiddich? espero que sea muy pronto... - Dijo con ilusión.

Terminó de comer y se levantó - Vamos no podemos llegar tarde o Longbottom se enfadará... otra vez-

Gabi escuchó a sus amigos y estaba imaginando cómo sería el campo de Quidditch cuando Selena dijo algo que la sacó de su ensueño:

- Vamos no podemos llegar tarde o Longbottom se enfadará... otra vez

-Auch.- Pensó, recordando que la última clase de Longbottom ella se había quedado dormida y eso ameritó que el profesor se pusiera hecho una furia, o eso le habían contado.

-Bueno yo también quiero ir.- Le respondió a Ithan mirándolo brevemente antes de terminar su plato, no quería volver a quedar mal con el profesor llegando tarde, por lo que dejó el postre para la cena.

-Ya comí y ya me fui, nos vemos allá. Mientras más rápido llegue, mejor.- Le dijo a sus dos amigos antes de marcharse apurada, sin esperar por ellos esta vez.

Joey llegó al comedor y saludó con desgana a los compañeros que aún se encontraban allí:

-Bueahhhhh....nos días. Bostezó

Se sentó en la mesa y se sirvió un tazón de cereales que comió lentamente.

-Estoy muerto. Menos mal que la semana acaba ya.

Terminó de desayunar y salió hacia clase.

El Rubio siguió comiendo, hasta terminar lo que tenía en el plato y sirviendose entonces unas tostadas, untandolas con mermelada de melocotón y fresa. También se sirvió un vaso de zumo de melocotón, y mordió una de las tostadas. - Si tío, que cada vez que decimos de salir fuera desapareces. Mis hermanos me han dicho que el campo de Howgarts es enorme. Y los domingos hay partido entre los equipos de las casas, podríamos pasarnos maána por la mañana también. - comentó, animado y emocionado por la idea de poder ir a ver un partido, aunque no fuera de los Kenmare Kestrels.

- Yo quería preguntarle al Profesor Krum cuando podía hacer las pruebas para guardián del equipo de Gryffindor. - Contestó a Selena, con una amplía sonrisa, y bebió zumo de la copa, mientras Selena se ponía en pie, y Gabi la seguía de cerca. Despidió a las dos chicas con una sonrisa y alzando la mano. - Ahora nos vemos - Dijo, mientras seguía desayunando tranquilamente.

- Uhm... - Comenzó a decir, mirando a Arnold, mientras chocaba las manos para quitarse las migas de pan de la piel, y tomó su mochila, de la cual sacó un mapa, que extendió y miró con el ceño ligeramene fruncido, gesto inequivoco de que en algo estaba pensando.

- La clase de Longbottom está aquí al lado... ¿Por qué tendrán tanta prisa? - Le preguntó a Arnold, encogiendose de hombros, sin entender aquel gesto por parte de las chicas. Y guardó el mapa, acabando de desayunar, mirando a Arnold. - Bueno, será mejor que vayamos tirando. - Se puso en pie, colgando del hombro su mochila y esperando a Arnold para luego marchar de allí.

Asintió con la cabeza mientras masticaba, hasta que trago lo que tenia en la boca, acompañado de un buen trago de leche, y miro a Ithan, soltando el aire, satisfecho. –Si, lo cierto es que tengo ganas de ver el campo…y no es que desaparezca, es que esto es muy grande…y me gusta investigar.- dijo, sonriente.- Mi abuelo Ron me contó grandes cosas sobre el colegio, antes de que yo llegara aquí, así que quiero descubrir algunas cosas por mi cuenta.- añadió, bajando un poco la voz, pretendiendo que solo Ithan se enterara.

Momentos mas tarde, se encogió de hombros ante la pregunta de Ithan acerca de las chicas, ya que volvía a masticar la ultima tostada. –Shi, será mejog que vafamos- Consiguió articular, levantándose de la mesa, cogiendo la mochila y terminando de tragar, saliendo junto a Ithan.

Tal y como me imaginaba cuando llegué al comedor me encontraba sólo así que desayuno rápidamente y me voy a clase.

- Veamos que nos depara la clase de hoy. - pienso saliendo del Comedor.

Cuando Kelly llegó ya no habia casi nadie, se habia entretenido más de lo esperado estudiando. Se sirvió un buen desayuno que comió rápidamente y se marchó a clase.

A igual que el año pasado, se estaba empezando a convertir en costumbre que fuera de las últimas en desayunar. Eso tenía que acabar ya... los malos hábitos la volvían más torpe.

Pero ya no había más remedio, si tenía que desayunar sola, lo haría. Tener hambre en clase no le convenía, primero se concentraría menos y segundo seguro que el profesor le quitaba puntos si su barriga sonaba como el día del juicio final. Cuando terminó se levantó para ir a clase. Estos últimos días no habían sido del todo malos. Con suerte, hoy volvería a tener éxito.

Ya está servida la comida del Sábado, Día 6

Esta vez había algo diferente en la mesa. Encima de una gran fuente de frutas se encontraba una única nota que rezaba así:

Os recordamos a todos que el próximo domingo, a la hora de comer, se celebrará un gran picnic en el lago, al que todos los alumnos de primero y segundo estáis invitados.

Sólo tenéis que llevar lo que os ocurra... y vuestas ganas de pasarlo bien.

¡Os esperamos en el lago!

Enya llegó al comedor bastante más reconfortada pero con las tripas rugiendo como el león de Gryffindor. Cuando llegó y vio la bandeja de frutas se le puso el pelo tan rubio que casi parecía albina. Agarró lo primero que pilló y devoró pieza a pieza unas frutas que le supieron como los mejores manjares que había probado nunca. Además, iba a necesitar recuperar energías para la clase de vuelo, que además le daba un poco de miedo. Lo importante es aprender. Si me caigo, solo tengo que levantarme.

Después de haber comido con la voracidad de un colacuerno húngaro, vio que había una nota en la mesa en la que se preparaba un pícnic para el día siguiente. Qué bien. Así me podré poner al día un poco de lo que ha pasado. Espera. No. Tengo que recuperar varias clases mañana. Pufff. A ver si me da tiempo.

Siguió pensando en cómo ingeniárselas para asistir a las recuperaciones  y además sacar tiempo para ir al pícnic. Decidió que lo mejor sería coger más fruta y alguna cosa más de las que hubiera en la mesa  para tener la energía suficiente ante un fin de semana que, aunque ya había empezado y las horas habían corrido, se le antojaba que iba a ser largo y duro.

En cuanto el Rubio llegó al Gran Comedor, lo primero que hizo fue peinar este con la mirada. Durante su trayecto, no había visto a Selena - ¿Dónde se habrá metido? - y en la mesa tampoco estaba. - Espero que no se haya perdido... otra vez... - Se llevó la mano a la cara, negando con la cabeza mientras lanzaba un largo suspiro. Aquella había sido la oportunidad perfecta para darle a Selena aquel mapa que le podría haber valido para no perderse más.

Apoyó la escoba en el suelo, y volvió a cargarse la mochila en el hombro derecho, sujetando la escoba con la mano izquierda y llevandose esta última, una vez más, al hombro. Revisó el estado de las otras mesas, echando un vistazo por encima, y entonces se acercó a la mesa de Gryffindor, tras pasar un buen rato junto a la puerta, buscando algo o alguien.

Se paró practicamente en la cabecera de la mesa, y se puso a hablar con un par de chicos de séptimo. Por el parecido físico, no fue difícil averiguar que eran sus hermanos mayores, con los que estuvo riendo un rato, bromeando y charlando sobre quien sabe que. Uno de sus hermanos, pidió la escoba que Ithan llevaba entre las manos y este se la tendió. Le susurró algo más y se la devolvió con una sonrisa, dandole un par de palmadas en el hombro.

Entonces se despidió de sus hermanos y saludó a una pelirroja que estaba con ellos. Se giró hacia donde normalmente solían sentarse los de primero y segundo. Se quedó parado, abriendo los ojos de par en par con un claro gesto de sorpresa al ver allí a Enya. Amplió su sonrisa dejando caer la mochila y la escoba, corriendo hacia la chica. - ¡Enya! - Le avisó unos segundos antes de darle un fuerte abrazo, contento de verla allí, que estaba bien.

- ¡Tía, estabamos superpreocupados por tí! ¿Donde estabas? ¿Estas bien? - La soltó, mirandola con una amplia sonrisa, y observando que no estuviera herida, o no le pasara nada. - ¡No sabes cuando me alegro de verte! - Ithan estaba realmente contento de ver allí a la chica, después de casi dos semanas sin saber nada de ella.

Enya estaba ensimismada con su comida y pensando todo lo que tenía que hacer, cuando de repente escuchó un “¡Enya!” y vio cómo se acercaba Ithan con una amplia sonrisa. Él la estrechó en un fuerte abrazo que casi la parte en dos, porque aún seguía un poco débil y todavía le dolían un poco los músculos tras dos semanas en cama, pero le devolvió la amplia sonrisa intentando esconder la mueca de dolor.

- Siento haberos preocupado. He estado bastante enferma con fiebre en la cama. Casi no he salido de la habitación. Vi tu nota. Tendría que haber avisado durante estos días. Lo siento. La verdad es que no me encontraba con fuerzas para levantarme. Yo también me alegro mucho de verte Ithan. ¿Qué tal te va todo? Seguro que tienes muchas cosas que contarme.

Enya siguió con una amplia sonrisa hablando con Ithan con el pelo ya totalmente albino de felicidad. Es como si estuviera volviendo poco a poco a la vida después de un parón temporal entre la comida y el volver a ver a alguien que consideraba su amigo después de lo mucho que la había ayudado en el tiempo que llevaban en el colegio.

Cuando Enya explicó que había estado enferma, aquella sempiterna sonrisa de Ithan se congeló, borrandose gradualmente según la chica hablaba. No sabía que había estado enferma, de haberlo sabido se habría ingeniado la manera de subir hasta la habitación de las chicas a cualquier precio parap oder visitarle, llevarle algún regalo, contarle historias o cualquier cosa para que no estuviera sola y aburrida.

- Vaya... Lo siento. No... no sabía nada. De haberlo sabido habría ido a verte. ¿Ya estas bien? - Volvió a preguntar, apretando los labios en una mueca de preocupación. - No tienes que disculparte, ni mucho menos. ¿Vale? Has estado mala... así que estas totalmente perdonada de todo. - Sentenció como si aquella fuera una verdad absoluta no sujeta a discusión alguna.

Y cuando la muchacha dijo que se alegraba de verlo, volvió a sonreir, algo más animado. - Quitando que has estado mala... todo ha ido genial. ¡Tengo miles de cosas que contarte! ¿Por donde empiezo?  - Se preguntó, frunciendo el ceño. Miró la comida, y comenzó a servirse cosas en el plato. Como de costumbre, cuando estaba con Enya a solas y por respeto a esta, comenzó a servirse solo cosas vegetarianas.

- Las clases de duelo son geniales, también hemos tenido clase de criaturas mágicas... nos enseñaros unos bichos gigantes. Luego te enseño lo que llevo de trabajo. Y hemos aprendido un conjuro para cegar al enemigo. - Entonces, hizo una pausa, cogiendo aire y bebiendo algo de agua.

- No te preocupes. Te ayudaré con los conjuros. ¿Vale? - Le dedicó una amplia sonrisa, para que no se preocupara. Le ayudaría en todo lo que fuera necesario.

- Antes de nada... ¿Tienes tu escoba?  Ahora toca clase de vuelo. - Y en ese momento, un chico de Séptimo se acercó a Ithan, dandole una escoba y su mochila, las que había dejado tirados junto a su hermano cuando vio a Enya. El chaval se alejó sin decir nada, negando con la cabeza. - Gracias, Ian. - Le dio las gracias a su hermano.

Joey llegó corriendo al Gran Comedor. Iba tan rápido que no se percató de que había una mochila en el suelo y soltando todo lo que llevaba en las manos cayó de bruces al suelo. Desde abajo elevó la cabeza avergonzado para cerciorarse que nadie se había dado cuenta de su estúpida caida y frotándose la rodilla izquierda se levantó. Recogió los papeles que habían caido al suelo y al recomponerse de nuevo observó que le habían ganado la carrera.

-¡Mierda!

Se acercó a la mesa de los leones como si nada hubiese pasado y felicitó a sus compañeros:

-Enhorabuena me toca ser el idiota,jaja.

Echando un vistazo vió que Gabi no estaba pero sí Ithan y Enya:

-Buenas chicos. Entonces se acercó a Ithan y le dijo:

-¿Habéis visto a Gabi? Tenía que darle estos apuntes que ayer al final no se los di. ¿Os importa dárselos?

- ¿Ser el qué? - Preguntó el Rubio cuando Joey llegó. Se había perdido la apuesta que Joey había planteado, así que no entendió aquello. Y centrado en hablar como estaba con Enya, tampoco se dio cuenta de la ostia que se había dado el chico de segundo.

- ¿Que pasa, Tío? - Le preguntó, sin borrar aquella sonrisa y chocando la mano con la de él.

- ¿Gabi? - Miró entonces a su alrededor, buscandola. Tras un par de miradas a su alrededor y mirar a algunos compañeros de tercero que conocía y negaron con la cabeza, volvió la vista a Joey. - Pues al salir de clase se vino con Arnold y conmigo al Campo de Quidditch, después fuimos todos juntos a la sala común pero se paró a hablar con alguien y nosotros entramos en la sala común. Y luego... no sé donde esta. - Acabó por reconocer. Lo cierto era que le extrañaba que cuando bajó no la viera.

- No, no te preocupes, yo le daré los apuntes. - Le dijo a Joey, cogiendo los apuntes y sacando una carpeta de su mochila, guardandolos en esta para que no se ensuciaran, doblaran ni ensuciaran.

Cuando llegó al gran comedor, Arnold localizó a sus compañeros de clase, Ithan y Enya. Abrió los ojos de par en par al ver a la chica, por fin había salido de donde estuviera metida. Una pequeña sonrisa asomo a sus labios, contento de volver a verla. Vio que Joey terminaba de darle algo a Ithan. Se acerco a ellos, sentándose junto a Ithan, dejando la escoba que tenia en las manos junto a el. –Hola chicos!- Dijo, animándose mas por momentos al ver la comida. -Bienvenida de nuevo Enya, se te echaba de menos.- Dijo sonriente, cogiendo un par de alitas de pollo y llevándolas a su plato, antes de servirse una buena ración de patatas fritas y empezar a devorar con avidez. –y dofnde te habfias metifo?- Consiguió articular Arnold, con la boca llena de comida. Realmente, el chico estaba muy hambriento. Se percató de las miradas que le lanzaban los demás, cerro la boca y tragó, sonrojándose. –Lo siento…- Dijo en voz baja, con una tímida sonrisa en sus labios y los ojos chispeando, divertidos.