Partida Rol por web

Entro en el comedor cuando la mayoría de la gente sale disparada a prepararse para el baile.

- Mejor, así puedo estar tranquilo y luego hacer lo que me venga en gana. - pienso.

Al ver a Linc empieza a hervirme la sangre pero decido contenerme para no causar problemas a nuestra casa aunque evidentemente no le dirijo la palabra.

Decidió pasar del comentario de Diana por respeto a Ithan, pero mientras acababa de cenar aparecieron algunos Gryffindors mas, entre ellos Joey -Buenas- Dijo a éste fingiendo una sonrisa, pues estaba presente cuando pasó lo de Cassius y la bronca por sus padres "Así que éste es él... ya entiendo porque se lleva tan bien con Cassius" -¿Los mejores?- Miró a Enya y al Weasly así por encima -Sí... se nota que ésta mesa radia ehm...¿Espíritu de superación? jaja- Dijo medio sonriendo pensando en las recuperaciones que la mayoría de Gryffindor debían hacer pero medio bromeando con Joey, en ésa mesa solo había uno que se merecía todos los avadas kedavra del mundo y aún no había llegado.

No tardó en llegar Gabi, con la que no había tenido ningún problema hasta ahora y le contestó de igual manera que ella le había saludado a él -Buenas- Pero no fingió sonrisa alguna, pues con ella no tenía ningún problema, igual que con Kelly.

Lincoln se levantó junto a Ithan mientras Enya le volvía a dirigir la palabra "Será posible... le falta de todo para poder dirigirse a mi así" volviendo a fingir una sonrisa -Jaja Nessi... bueno, pensaba que ya eras lo suficiente mayor como para creer en ese mito, pero eh, no soy nadie para romper tus sueños jaja y si bueno... supongo que si estás acostumbrado a ser un don nadie y a pasar desapercibido para todo el mundo, se piense de ésa manera... así que tranquila, no te fuerces- Sonrió y se despidió de la mesa en general mientras al acabar de levantarse y coger sus cosas, se cruzaba con Noah "Hombreeeee, el que faltaba" pensó Linc mientras le salía una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, él no le había dicho nada y Linc no iba a ser tan estúpido como para empezar una pelea en su propia mesa, pero seguía sonriendole al cruzarse completamente con él.

Observo como el estúpido rubio sonríe al pasar junto a mi.

- Sigue sonriendo estúpido botarate. - pienso mientras una sonrisa maliciosa se dibuja en mi cara. Ya te la borraré, ya te la borraré.

Kelly dio buena cuenta del tofu –Esta delicioso- dijo a Enya. Saludo a Arnrld cuando se sentó y también a Eli que llego poco después.

-Yo ya tengo casi listo mi disfraz –dijo- espero que haya quedado bien. Kelly no quería comer demasiado, aparte de que tenía el estómago cerrado por los nervios del baile, no quería sentirse muy pesada después por lo que comió poco.

Las respuestas de Linc le parecieron un poco groseras, supuso que el muchacho se sentiría atacado al no estar entre los de su casa y por eso le restó importancia. Mientras tomaba algo de postre escucho que Enya le pedía ayuda con el conjuro Alarmir. Iba a contestar que por supuesto que le ayudaría pero Ithan se le adelantó –La verdad es que Ithan es mejor profesor que yo- confesó.

Estaba terminando de cenar cuando apareció Gabi, que también llegaba muy contenta –Hola Gabi- Y después se despidió de Ithan que se marchaba y del resto de sus compañeros cuando empezaron a irse.

Después ella también recogió sus cosas, se despidió de quienes se quedron y se fue a prepararse.

Poco a poco iban terminando de comer y había que subir a vestirse. Joey se terminó el último trozo de pie y listo para salir del salón:

-Nos vemos en un rato chicos. Se despidió de sus compañeros para verlos de nuevo en aquel lugar en unos minutos.

Una vez termino de comer me levanto y salgo tranquilamente por la puerya mientras pienso que hacer a continuación ya que no pienso acudir a esa fastidiosa fiesta.

Aún era demasiado temprano, el sol estaba despuntando el alba, por lo que sus primeros rayos se colaban entre las hermosas vidrieras del Gran Comedor. En la mesa de los profesores tan solo estaba el director Theodore Lupin y la subdirectora y jefa de la casa Ravenclawn, Luna Lovegood. Ambos estaban allí de pie, con los rayos iluminándolos de forma casi angelical. La extraña pareja contemplaba como los pocos alumnos que quedaban iban entrando en el Gran Comedor para tomar la primera comida del día.

Aquella sala estaba vacía ya de cualquier rastro mágico, de sangre, o de muerte. Se diría que parecía una nueva sala y un nuevo lugar. Sin duda el trabajo de los elfos domésticos era impecable, y su labor sublime.

Cuando el director decidió que no llegaría nadie más al comedor, rompió el silencio sepulcral para dar un lastimero y breve discurso.

No quiero amargaros más este día de lo que ya debe estar siendo para vosotros. Hoy no hemos pegado ojo buscando al culpable de lo que sucedió anoche. Y me temo que no ha habido suerte. La profesora Green se encuentra inconsciente en la enfermería, incapaz de desvelar este misterior. Por nuestra parte confiamos plenamente en Bastet, pues nos ha ayudado en la búsqueda de quien haya hecho semejante atrocidad. Creemos que solo ha sido una confusión, y tanto nosotros como el Ministerio de Magia, confía en la profesora de Transformaciones y esperamos que ustedes lo sigan haciendo igual.

Dijo haciendo una pausa con la esperanza de que aquellas palabras calasen hondo en el corazón de los alumnos.

Ahora pasemos a otra cuestión, los elfos doméstico se han encargado de atender a vuestras mascotas y tratarlas como se merecían. Después de desayunar, podréis dirigiros a los jardines más allá del lago. Será allí donde nos reuniremos para que deis el último a dios a vuestros seres más queridos. Vuestras mascotas se hayan allí en una pequeña barquita hecha a medida. Cuando hayamos dicho algunas palabras, dejaremos que las barcas se las lleve la corriente del lago, y será un buen momento para llorar su pérdida.

Después de comer se reanudarán las clases, lo siento muchísimo, pero ya perdimos suficientes clases con el baile y no podéis seguir perdiendo más, o si no, el Ministerio nos cerrará la escuela.

Cuando acabó el discurso, no lo concluyó con las absurdas palabras que decía siempre Lupin. Simplemente se quedó observando como los alumnos terminaban su desayuno.

Llego al Comedor de los primeros, tengo un hambre descomunal. Estar despierto toda la noche es lo que tiene, que luego de algún sitio tienes que sacar las energías para seguir tirando. Y yo lo hago de comer como un puñetero perro hambriento. Miro a mí alrededor pero no veo ni a mi hermana ni a mis amigos.

"Ahora que pienso, ¿James no tenía un perro o algo así? ¿Le habrá pasado lo mismo que al dramas de Ithan? Espero que no, espero que realmente no haya dormido a lo Carrie en su cama...". Me muerdo el labio inferior, algo nervioso. No tengo ni idea de que le habrá pasado a mi amigo, al ser de otra Casa no sé nada de él desde anoche. Nos separamos tras volver al baile y ser apartados por el profesorado del meollo de gente y de animales muertos, así que a saber qué ha pasado. No caí que él también tiene un animal, como mi hermana. Me acerco a la mesa Gryffindor y me siento, algo intranquilo. Coloco la mochila a mi lado para guardar sitio a Nick. Escucho el discurso del director Lupin sin prestarle demasiada atención, demasiado ansioso por ver a mi hermana y a James, hasta que pronuncia el nombre de la profesora Bastet. Entonces es como si un resorte saltara en mí y empiezo a dirigir tooooda mi atención hacia sus palabras. La profesora Bastet es mi profe más odiada y preferida de todos. Vamos, es genial como enseña y Transformaciones es mi asignatura favorita, junto con DCAM, pero ¡¿porque tenía que ser un maldito gato?!

Miro hacia la entrada de la sala, de nuevo, esperando a que entren ya de una vez, me estáis matando, ¡que lo sepáis! Empiezo a comer compulsivamente una tostada a palo seco y a beber zumo de calabaza para hacerla pasar garganta abajo. Cuando termino con la tostada cojo el primer pastelito que encuentro a mano y me lo zampo sin más.

Llego al comedor y me siento tranquilamente a desayunar mientras oigo las palabras del Director Lupin.

- Supongo que tendré que ir a apoyar a los compañeros que han perdido sus mascotas. - pienso.

Llego al Gran Comedor y busco a Dariel en la mesa de Gryffindor.
- Tú, francés de tres al cuarto -Le gruño, sentándome a su lado. - ¿Tanta hambre tenías que no podías ni esperar cinco minutos? Capullo.

Me sirvo un par de tostadas, bacon y huevos, zumo de calabaza y un vaso de leche. Para empezar, claro. Escucho el discurso del Director entre bocado y bocado, fijándome en la gran cantidad de caras tristes.
- Pfff, a costa de que me vuelvan a llamar insensible, tío, tantas lágrimas me están dando urticaria. -Le explico por lo bajini a Dariel. -¿Qué harás tú? ¿Irás a los Jardines? 

Cojo un bollo y lo mastico, mirando a lo largo de nuestra mesa para ver si veo alguna cara amiga.

Me sobresalto cuando llega Nick, demasiado absorto en estar obsesionado con mi hermana y James.

-Es culpa tuya por ser tan lento. La próxima vez corre más- le saco la lengua en broma. Me lleno un vaso de leche y cojo otra tostada, aunque esta vez me tomo la molestia de tomarme mi tiempo y untarla de mantequilla y mermelada de arándanos. Le doy un mordisco mientras escucho a Nick medio susurrándome algo -No lo sé, primero tendríamos que hablar con James, creo que teníatiene un perro, pero no sé si se lo trajo a la escuela. Si está entre las víctimas deberíamos acompañarle a lo de los barquitos, ni que sea para que no se sienta solo- me encojo de hombros. Eso supone que tendré que acercarme a la mesa de los Slytherin, no me apetece nada que digamos, pero bueno.

-Oye en serio, que te pasó que tardaste tanto rato? Ibas justo detrás de mí cuando salí del dormitorio...- le pregunto finalmente. Es que los tiempos no me cuadran y por muy "despistado" que yo sea, no soy tonto, no se tarda tanto de Gryffindor hasta aquí. Le lanzo una mirada de "suéltalo ya, sabes que al final lo acabaré sabiendo de todos modos y será mucho peor para tí", porque si una cosa tengo es que puedo ser muy persistente.

De reojo veo que Noah está sentado algo más allá de donde nosotros, sin decir ni hacer nada. Igual está haciendo ayuno o algo... Nuestros compañeros de cuarto son un poco raritos, así que tampoco me sorprendería que le gustara dedicarse a la contemplación de la comida.

Cansado ya de la actitud de Nick decido actuar y darle un "pescozón".

- ¿No te he dicho que controles lo que dices? - le digo. Si a tí te da igual lo que le pase a tu mascota enhorabuena pero respeta el luto de los demás.

Respondo a Dariel con un encogimiento de hombros y un "pfff", restándole importancia. La verdad es que no he pensado en ello, pero tampoco entiendo tanta hostilidad por decirle que lo supere comprándose otro bicho.

Estoy masticando el bollito cuando noto el golpe y acto seguido me levanto dejándolo caer en la mesa. El primer instinto es pegarle de vuelta un buen directo a la nariz, pero tras calmarme un poco miro hacia la izquierda, miro hacia la derecha. Miro hacia arriba y me rasco la cabeza.
- Uh... Mierda, Dariel, creo que hay mosquitos por aquí. Me parece que me han picado en la cabeza. -Finjo sorpresa. - Ah, no, que eras tú Noah, es que pegas tan flojo... Emmm, no, a todo lo que has dicho. -Le respondo, quedándome tan ancho. Me lo pienso y añado: -Niñita llorona.

Me quedo congelado en medio del mordisco de mi tostada con mermelada cuando Nick se levanta tras recibir una colleja de Noah. Enarco una ceja, alucinado. Me levanto y me quito la tostada de la boca para poder hablar, tras acabar Nick, que es demasiado buenazo como para hacer nada al respecto.

-Que no estemos llorando ni dándoos palmaditas en la espalda no quiere decir que no respetemos el luto de vuestras mascotas- me encaro a Noah, con suma calma, sosteniendo mi tostada en una mano -Pero me sorprende que defiendas tanto a un novato de primero.  Entiendo que es tu amigo, novio, loquesea, pero te recuerdo que anoche hubo gente que se disfrazó de mortifago para el baile de la escuela y unos cuantos le señalaron con el dedo. No parece que le importara mucho los sentimientos de la gente que perdió familia a sus manos. Así que si te quieres enfadar por algo, hazlo por un buen motivo, no porque Nick sea demasiado sincero o poco hábil con las palabras - mi voz suena firme y algo fría, pocas veces me pongo así, pero están sacándome de mis casillas con tanta tontería. Además, nadie pone una mano encima a mis amigos.

"Eso, eso" pienso mientras oigo a Dariel. Qué listo es el maldito. Aunque sólo le oigo un rato, luego pierdo el interés: demasiadas palabras.
- ¡Eh! -Salto, mirando a Dariel enfurruñado al SÍ escuchar lo último. - ¿Cómo que "poco hábil"? ¿Qué clase de amigo eres tú? Buah, franceses... les das la mano y oh la la, te la cortan. Pfff -Bromeo, fingiendo estar indignado.

Enya no llegó al discurso de Lupin. Llegó a la mesa de desayuno algo tarde. Había caras que le sonaban más bien poco. No parecían de su curso.

- Hola. ¿Ha dicho algo algún profesor? Es que vengo del lago de enterrar a mi sapo. Me ha parecido ver que unos elfos estaban trabajando con unas barcas.

Sin tener ni idea de cómo se iban a enterrar a las lechuzas, ella había guardado a su sapo y lo había envuelto en paños húmeros. Al despuntar el alba, había salido al lago para entregar al sapo a las aguas en las que había nacido.

Ignorando por completo a Nick, pues no merece la pena hablar con necios de semejante calibre, fijo mi atención en Dariel.

- Si tanto respetara el luto de sus compañeros por sus mascotas no estaría todo el rato soltando chanzas al respecto. - le digo señalando a Nick. Y no te preocupes por mi mascota pues mi Gato está perfectamente. - añado con un guiño de ojo.

- Con respecto a lo de los disfraces de la gente en la fiesta de ayer ... - prosigo encogiéndome de hombros. Ignoro de que fué disfrazada la gente pues pasé de asistir a la fiesta. Si dices que hubo gente disfrazada de Mortifago me parece una enorme falta de respeto.

Luego miro a Enya.

- Si, algo están preparando para las mascotas. - le digo. Los Elfos se están encargando de ello.

Parpadeo levemente ante su guiño, es...raro. ¡¿Está intentando ligar conmigo?! Mi escuálida concentración se desvanece cuando aparece una novata de Primer Curso y nos interrumpe. No recuerdo su nombre.

-Ehm... creo que han dicho algo de que la profesora Bastet está bien y que están investigando lo pasado- respondo algo inseguro a la niña. La verdad es que no me fijé mucho en lo que decía el director, estaba demasiado pendiente de... ¡mi hermana y James! ¡Maldita sea, ya me había olvidado del tema!

-Sí, sí, lo que tú digas Noah- respondo a éste, con algo más de indiferencia y de prisa -Pero te aconsejo que vigiles a tu novio, las malas lenguas dicen que él fue uno de los que se disfrazó de mortifago cutre. Y me alegro por tu... Gato. Y Nick no tenía mala intención  y tú no tenías derecho alguno a darle un pescozón, así que todo arreglado y tengamos la fiesta en paz, blablabla- termino en el mismo tono de indiferencia. Le pego un par de mordiscos rápidos a la tostada, apuro el vaso de leche y me limpio las manos y la boca en una servilleta. Cojo mi mochila.

-Nick espabila, tengo que ir a ver a mi hermana y tenemos que encontrar a James- insto a mi amigo -Nos vemos por ahí- me despido de Noah, sin darle mayor drama al tema. Tengo mejores cosas que hacer que seguir discutiendo sobre gatos malvados supervivientes, niños tontos disfrazados de mortifagos y deslices verbales.

Elisabeth llegó bastante deprimida, y eso que ella no había perdido ninguna mascota. Vio que la mayoría de los chicos estaban allí pero casi ninguna chica. Y es que habían estado todas en el dormitorio contando sus penas, evitando tener que rehacer sus vidas.

Algunas estarían enterrando a sus mascotas y otras no tendrían ganas de desayunar. Eli envidiaba en estos momentos el ser un chico y tener menos sentimientos, incluso algunos parecían frivolizar la situación. ella se apartó un escueto plato de comida y decidió no meterse en ninguna discusión. Ella era del tipo de personas que no le gustaba llevarse mal con nadie, y lo mejor era no discutir ni meterse con nadie.

-Hola chicos- el saludo le hizo pensar que era un día más, que podían hablar de vanalidades. Pero no se sentía con fuerzas para ello. A punto estuvo de escapársele un par de lágrimas- disculpadme. Hoy estoy...

Pero qué les iba a contar, muchos de ellos estarían afectados. No solo se perdieron mascotas, fue la forma. Y la posibilidad de que aquello solo fuera el comienzo.