Partida Rol por web

—¿Pebo gue guifef? —mascullo, aún masticando, y cuando trago me le quedo mirando y lo señalo con la cuchara—. ¿Qué dices? Eres un penas, Ed, que lo sepas. Sí, no te pudiste defender y Slytherin ganó 100 puntos, ¿y qué? Alguno tenía que no defenderse entre tanta gente, ¿no? Tú lo has dicho, no estás en las mejores condiciones, y lo de darles ni más ni menos que 100 puntos fue el profesor Knowler, no tú. Me parece excesivo, si te soy sincero, porque por una cosa que depende tanto de las circunstancias no deberían ir casi el doble de puntos de lo que algunos habíamos ganado hasta el momento, ¡si no más! Si tú te crees que yo no me voy a caer de la escoba a los tres centímetros sobre el suelo, vas a ver. Es más, te apuesto a que me como la porquería esa de la lata que te comiste el otro día si se me da bien volar —hago una mueca al acordarme y corro a coger algo del sirope que hay aún por alguna parte de la superficie de mi bol y me la meto en la boca para que el dulzor me quite el mero recuerdo de ver aquella pasta asquerosa—. Ugh... qué asco, por Dios... Y lo de quedarte dormido... yo también casi me quedo dormido. Volvimos tarde, y tú estuviste toda la tarde curándote heridas, ¿pero qué quieres ser? ¿Superman? Ah, y lo del chico ese de Hufflepuff... —miro a Perry de soslayo—. No le hagas caso y punto —cojo una gran cucharada de gachas para apurarlo con algo más de rapidez y sigo comiendo. De hecho, miro solo al bol, porque doy por zanjada la conversación. O Ed se cree que no es malo, o se lo hago creer a collejas.

Llego al comedor algo después de Will y Ed y me siento a desayunar casi a la carrera. 

-Buenas chicos, ¿Que tal anoche?-Pregunto a modo de saludo.

Miro a Helios que llega y lo saludo con una sonrisa.

—Hey, Helios, buenos días. Pues... la verdad... en la enfermería mal, ¿para qué te vamos a mentir? La enfermera esa es una abusona tremenda, le dije que si podía ayudarla en algo y me gritó en plena cara —informo con gesto agriado al recordar a Madame Wainscott—. Y luego se nos hizo tardísimo, casi se nos pegan las sábanas —bostezo—. Ay... qué sueño... ¿Y tú qué tal?

Niego con la cabeza ante las palabras de William, sabe bien que no es verdad lo que dice, pero sus gestos, movimientos y algunas frases me hacen sonreír un poco mejorando mi humor.

Si bien sigo pensando que soy un inútil en este colegio, no voy a decírselo más, al menos durante la siguiente hora, no quiero entristecerlo y como siga insistiendo lo voy a conseguir.

— Buenos días, Helios — saludo a nuestro compañero y asiento a las palabras de William —, es cierto que se nos dio bastante mal, odio a esa enfermera...

Perry miraba con preocupación a su hermano. Su victimismo estaba yendo demasiado lejos. Afortunadamente Will se lo dijo con palabras más amables que las que usaría él. Respiró hondo recordándose que su hermanito era de otra pasta, y eso tenía que tenerlo en cuenta. Desde luego él no ponía la otra mejilla en las clases de duelo cuando alguien le atacaba.

- Ed, lo pasado ahí queda. - Le dijo tratando de suavizar su tono y de encontrar la manera de estimular a su hermano sin presionarlo demasiado.- La copa de la casa es un trabajo en equipo. Si no consigues aprender un conjuro entre todos te ayudaremos hasta que lo consigas. No...- Parecía atragantarse con la comida o con la frase misma.- No pasa nada. Para eso estamos. Con respecto a vuelo no te preocupes, no creo que a los Ward nos vayan a recordar por nuestras habilidades con la escoba.- Rió y revolvió el pelo sucio de su hermano. En su tono se notaba cierto desprecio hacia los magos que se hacían famosos por ser jugadores de quidditch. - Bueno os dejo. Los de segundo tenemos hora libre así que voy a practicar un poco. ¡Mucha suerte a todos! Luego me cuentas Ed.

— Hasta luego, Perry— despido a mi hermano cuando se marcha, no hace falta que diga nada para que sepa que lo estoy defraudando casi de forma constante, no debería haber venido a esta escuela, esto es cosa de Perry y no mía.

Me quedo unos segundos más desayunando hasta que empiezo a mirar a nuestro alrededor.

— Me preocupa que Byron y Christopher no hayan aparecido aún... ¿Y si se han quedado dormidos en la enfermería?— digo con tono de preocupación.

Byron llegó algo pálido al comedor justo cuando Ed preguntaba por él. Tenía la tez pálida como si hubiera tenido que dormir en la misma cama que la enfermera. Pero no era eso, era que hoy tenían clase de vuelo y para eso no había libro que te preparara. Apenas pudo probar bocado pues tenía la boca del estómago cerrada.

- Buenos días. Ains...-Suspiró.

La pequeña rubia llegó al comedor con calma y parsimonia. Saludó a los presentes con su habitual sonrisa jovial y empezó a servirse el desayuno.

-Aix, que envidia... Declaró ella al ver las escobas de los de primero. -Ojalá pudiera yo volar hoy también. A mi me encanta. Sientes una sensación de libertad que es muy guay. Ya veréis, si no tenéis miedo a las alturas lo disfrutaréis seguro. Intentó animarlos.

- Pues... he soñado con un Billywig. -Le contestó a Ed al fin, tras meditar un buen rato.- No sé si tomármelo como un presagio, quizás no sea capaz de bajar de la escoba una vez inicie el vuelo. -Frunció el ceño.- Tampoco es algo realmente preocupante, pero no sé, quizás debería haberme cogido la bufanda por si acaso ahí arriba hace fresco.

Cogió un buen pedazo de tortita y se la llevó a la boca.

- Y, en realidad, no vas el último. Estás empatado conmigo. -No había pensado demasiado en los puntos que había obtenido para su casa. No quería hacerlo, porque no quería sentirse mal consigo misma, pero a este paso, acabaría haciéndolo.- Piensa que hemos tenido mala suerte. Ya remontaremos, ¿eh? -Esto último había sonado a súplica para que parase de martirizarse.

La gente decía que sentían envidio y miraban con ganas sus escobas. Byron, sin embargo, estaba apunto de devolver lo poco que había comido. Cual fantasma se fue hacia el exterior del castillo, a la clase de vuelo.

— Buenos días, Byron — saludo al chico según aparece, haciendo que mi miedo a que se hayan quedado dormidos se disipe, pero lo malo es que entonces tengo más tiempo para pensar en lo mal que saldrá la clase de vuelo.

— Pues si por mi fuese, te cambiaba la clase, ¿eh? — le contesto a Selena con una tímida sonrisa en la cara porque no sé si mi broma será de su agrado.

— ¿Billywig? — le digo a Willows girándome hacia ella, al darme cuenta de que lo más probable es que Selena se tome a mal mis palabras — No tengo ni idea de qué es eso... — en ese momento caigo en la cuenta — ¡Ah! ¡Sí! ¡Lo insectos! — asiento con la cabeza orgulloso de mis capacidades memorísticas y entonces pienso en el tema de los puntos... — Odio el sistema de puntos, siempre hay alguien que es el último y por tanto el peor, es una cosa que solo sirve para hacer sentir peor al alumnado.

Suspiro después de varios segundos en que he estado pensando en eso y me doy cuenta de que ya no tengo hambre.

— Bueno, ¿vamos a clase?

Termino el bol y lo dejo a un lado.

—¿Billywig? Qué nombres más raros le ponéis a todo... —me quejo animadamente. Veo llegar a Byron con cara de haber sufrido bastante en la enfermería—. Hola, Byron —lo saludo, aunque él se mantiene bastante en silencio, como es habitual en él. Yo empiezo a mirar mi escoba, una Barredora 6. Según había dicho mi tía era una bastante decente; nada especialmente lujoso pero de una calidad que evitaría problemas.

Miro a Ed con algo de culpabilidad cuando dice lo de los puntos. Se lo rebatiría, pero antes de que me dieran los 60 puntos en Duelo me sentía un poco como él, y ahora la verdad es que no sé cómo responderle sin sonar hipócrita. De todas formas, Ed es un chico superinteligente, y se le nota bastante; pero ha tenido bastante mala suerte.

Cuando propone que salgamos asiento, sin haber perdido la sonrisa, y cojo mi Barredora para dirigirme a Vuelo, esperando que se me dé bien.

Al ver a mi amigo ponerse en pie para ir a clase hago lo propio.

— Bueno, Green — le digo a la alumna de segundo —, nos vemos luego en la sala común, que yo me voy a ir ya para recoger la escoba e ir a clase — me giro hacia el resto — hasta ahora, chicos.

Y dicho esto, me marcho rumbo a la sala común para luego ir a clase.

- ¡Exacto! -Contestó contenta al ver que Ed reconocía la criatura que había mencionado. 

Se terminó las tortitas y cogiendo su escoba, salió con los demás hacia la clase.

-Buena suerte, chicos! Les deseó antes de que se fueran. Terminó tranquilamente su desayuno y se dirigió a la biblioteca a hacer los deberes que tenía pendiente.

Ya está servida la comida del Sábado, Día 6

Esta vez había algo diferente en la mesa. Encima de una gran fuente de frutas se encontraba una única nota que rezaba así:

Os recordamos a todos que el próximo domingo, a la hora de comer, se celebrará un gran picnic en el lago, al que todos los alumnos de primero y segundo estáis invitados.

Sólo tenéis que llevar lo que os ocurra... y vuestas ganas de pasarlo bien.

¡Os esperamos en el lago!

Llego al comedor y me fijo en el mensaje que hay sobre las frutas. Con una rodilla apoyada en el banco cojo el papel y lo leo con curiosidad.

—Vaya, otra fiesta... —digo y suspiro. Dejo el papel de nuevo donde estaba y ya que estoy delante de la fruta, cojo una manzana y una pera que usaré de postre. Me siento y cojo un plato de pollo con arroz. Hoy no tengo ganas de algo muy pesado.

Junto a William llego yo, y como siempre con un gesto agotado acompañando a unos pasos cortos y que doy con dificultad presa del censancio. Al alcanzar por fin la mesa me dejo caer sobre uno de sus asientos esperando no tener que levantarme jamás, aunque sepa que eso es totalmente imposible.

— ¿Otra fiesta?— pregunto para asegurarme de las palabras que mi amigo ha dicho, estiro la mano y tomo la carta para leerla. Después la dejo y me quedo unos segundos en silencio sin decir nada al respecto mientras cojo un plato de verduras que serán la primera parte de mi comida.

— A ver si me recupero pronto... me siento ridículo no siendo capaz de bajar de nuestra torre ni subirla sin ayuda de alguien...

Perry cogió también el papel  en cuanto lo dejó Edward para inspeccionarlo.

-Mmmm, ¡qué cosas! Podemos ir juntos Ed, será divertido. Así te puedo presentar a Mircea, aunque no me queda muy claro si irá.- Cogió un plato de cuscus con verduras al horno y pan de centeno para acompañar y comió con avidez.- Tenemos que darnos prisas para llegar a clase.- Dijo mientras se limpiaba con la servilleta y cogía un broownie de postre. Necesitaba energía si la clase iba a ser de duelo.

Byron, por su parte, llegó silencioso, apenas se inmutó al ver la nota pues ya la chica serpiente. Kendra, les había invitado a ir en la última clase. Comió poco, como un pajaritio y, tal cual había llegado abandonó el comedor en dirección a la clase.