Partida Rol por web

Cogió algunos libros de los que había encontrado información sobre los licántropos el día anterior para ponerse a realizar el trabajo que no tuvo tiempo de hacer. Con tranquilidad comenzó a rellenar varias páginas con la información obtenida esperando que con ello pudieran darselo como aprobado. 

Tras acabar de realizar el trabajo, con satisfacción se marchó al comedor pues al no haber desayunado el hambre que tenía era voraz. 

Tras un paso rápido por el dormitorio para recoger sus apuntes sobre licántropos y un par de pergaminos más, Mircea entró en la biblioteca. Con el sombrero entre sus brazos, sirviendo de receptáculo de sus utensilios de escritura, sorteó las mesas casi vacías. Había algún que otro estudioso dedicado que no perdía el tiempo después de las clases. Entre los pocos que había allí, localizó a un Hufflepuff al que pocas veces se le pegaban las sábanas. Siempre que se levantaba Mircea, el chico mayor estaba ya sentado en la mesa de la sala común. Había escuchado que ese chico podía haber sido Prefecto, pero que cosa extraña en la escuela, se le desechó por ser demasiado esmerado, perfeccionista y solitario. El rumano se veía reflejado en él como en un espejo del futuro.

Buscó los mismos libros que había usado el día anterior, y aprovechando que era pronto, se dispuso a buscar algo de información adicional que no hubiera encontrado ayer, antes de ponerse a pasar a limpio su trabajo.

Entro en la biblioteca, a paso ligero, despues de haber pasado por delante del despacho de la profesora Lovegood. Aun suerte, de que habia recordado en el ultimo momento que el conjuro que debia recuperar, no era el que tocaba aquella hora.

No le apetecia ver a una mujer de la cual no habia asistido a ninguna clase, y que la primera impresion que se llevara de mi, fuera en una recuperacion. Entre algunos estudiantes de clases superiores, veo a Mircea. No lo tragaba, y ajustaría cuentas con él... en otro momento. Allí había demasiada gente, y en la biblioteca para mas inri. No quería jugarmela a perder puntos para mi casa. No, cuando la venganza podía ser más sutil... Más personal.

Paso por su lado, tocandole el codo con la cintura cuando veo que esta escribiendo, para que raye la hoja.  Perdón.  Digo, con una sonrisa inocente que esconde la pura intención. Y paso de largo, saludando con la mano algunos alumnos de Slytherin de clases superiores.

Voy en busca del libro de Licantropos, quería sacar buena nota, ganar algunos puntos, y completar el trabajo con mi experiencia en el baile de Hallowen. Quedaría perfecto.

Y parece que doy con un libro del ultimo estante, estirandome y poniendome de puntillas para cogerlo. Lo abro: Más información. Junto a algunos alumnos de Slytherin mas mayores, me pongo a tomar apuntes y hacer el trabajo.

La información de algunos libros era descabellada. Más que libros especializados, parecían fábulas muggle. Enfrentando información entre varias fuentes, fue consiguiendo tamizar los datos y eliminar las cosas menos fiables.

Estaba terminando de pasar todo a limpio, casi en su última frase, cuando un empellón hizo que su pluma se levantara del papel sin causar ningún desperfecto en el papel. Pero su codo acabó golpeando el tintero que se desparramó sobre sus dos hojas rellenas de una escritura picuda y esmerada.

Su primera reacción fue de incredulidad, quedándose en blanco durante unos instantes, sin oír el taimado "Perdón".

Algo empezó a bullir en su interior. Levantándose y con la varita ya presta, gritó: Blestemat fie el fiul de sarpe, ca el nu este facuta pentru un fiu de Valahia!*

¡Flámatte Cassius!

Cassius esta desprevenido, de espaldas a Mircea cuando este le ataca con Flamatte. No le da tiempo a reaccionar, y se cubre llos ojos con el libro que lleva, de forma instintiva, a pesar de no hacerlo a tiempo. El estar de espaldas a atenudado el ataque, y tarda unos segundos en que su entorno vuelva a tomar la forma visual que deberia tener, bajando el libro desde su rostro, y se gira hacia Mircea, para descubrir que es el quien le ataca sin provocacion aparente.

¿Que estas haciendo? ¿Te has vuelto loco? Se ahorra llamarlo como le viene a la cabeza. Animal, incivilizado, paleto... Coge la varita del cinto, para optar por una posicion defensiva, por si al chaval de Hufflepuff le da por atacar sin motivo nuevamente.

Deja el libro sobre la mesa más cercana, se disponia a devolverlo, pero no quiere arriesgarse a que el chalado ese vuelva a intentar atacarle de nuevo, por la espalda, y sin razón alguna. Mira por el rabillo del ojo a todos los que llegan. Que disfruten del espectaculo.

Diana entró en la biblioteca acompañada por sus compañeros, por el rabillo del ojo se dió cuenta de que Gwen, la pelirroja de Ravenclaf también había entrado en último lugar, rezagándose de todos para entrar en grupo con ellos. Diana había coincidido varias veces con Ravenclaf y tenía varios amigos de esa casa, pero sin embargo nunca había podido hacer migas con esa chica, siempre se mostraba esquiva y desagradable con casi todo el mundo, así que se dirigió hacia el interior de la biblioteca sin decir nada, respetando las normas que exigía el uso de aquellas instalaciones del colegio, como eran el silencio y el respeto a los libros.

- Señora- le dijo a la bibliotecaria- la sección para buscar información sobre licántropos... ¿por allí?... gracias...

Diana se disponía a buscar sobre los hombros lobo cuando descubrió a un chico de Slytering y al chico raro de Huffelpuf... Cassius y Mircea si no se equivocaba... La chica se quedó helada cuando vió lo que estaban haciendo.

- ¿Chicos que hacéis? Aquí no se pueden hacer esas cosas... os la vais a cargar... 

Gwen siguió a los Gryfindor a la biblioteca guardando las distancias, cuando Diana preguntó a la bibliotecaria acerca de los licántropos prestó atención para dirigirse a la sección de la biblioteca adecuada sin malgastar saliva...

Entonces a Cassius y a Mireca les dio por hacer el gamba y ponerse a lanzar conjuros allí, Gwen iba a pasa de largo cuando la chica de Gryfindor trató de reprenderlos.

- Déjalos que se maten niña... a lo mejor les quitan puntos y así vosotros no os quedáis los últimos- le dijo con cierta sorna.

No le gustó la ironía de la chica Ravenclaw. Los chicos estúpidos podían quemar el lugar seguramente solo por ver quien orinaba más lejos.

-Pues yo no le veo la gracia. Es peligroso jugar con fuego en este lugar.

Además, seguramente  los profesores podrían reprender a todos los niños presentes, tuvieran la culpa o no. Y Eli ya tenía bastante con lo suyo como para que otros la metieran en problemas.

Al no haber ninguna respuesta por parte de Cassius, la oscuridad que de repente le había inundado empezó a retirarse. Como si fuera un lavabo con el tapón mal puesto, por el que el agua iba evacuando poco a poco.

Lanzó una mirada de desprecio a Diana y al resto de su séquito, y guardándose la varita se acercó a Cassius.

Bajando la voz, le dijo para que solo él pudiera escucharle. Querías conocer cosas de Rumanía. Allí a las serpientes las sacamos los ojos, los colmillos y le arrancamos la lengua. Después las despellejamos y mientras aún coletean, las echamos a la cazuela. La pila ya estaba casi seca. Notaba que la calma volvía cuando terminó de decirle: Ya te he dejado ciego.

Dándole la espalda, fue a su mesa a recoger sus cosas. Con cuidado separó las hojas manchadas de tinta con las que no se habían estropeado por completo.

Se marchó sin volver la vista atrás.

Sonreí a Mircea en cuanto se me acerco. Estaba claro que algo no funcionaba en la cabeza de ese chaval. Y niega con la cabeza, mientras sus ojos se van acostumbrando a al luz natural una vez mas. ¿Sabes cual es el problema, Rumano? Que no estamos en tu pais. Así que sigue cazando moscas, que esta claro que es lo que mejor se te da. Cassius tenia cerebro, y defenderse solo podría acarrearle problemas. Amén de tenir cierto sentido de ser "un señor" y comportarse como tal. Su abuelo, estaría orgulloso de el. Y tras acordarse de su abuelo, lleva la mano a la corbata, apretandola.

Pasa de largo, a recoger sus cosas, alzando el menton, pero se para a medio camino, girandose hacia el Rumano una vez mas.  Por cierto, disfruta de los puntos que has pedido, espero volver a verte por aqui para ver como... acabas ese borron Le dejo caer, con una sonrisilla, volviendome hacia mi mesa. Le habia atacado sin provocación, y ademas con un conjuro de fuego en la biblioteca. si la bibliotecaría no ponia remedio, iria a ver a Lupin a quejarse.

Cuando Mircea abandona el lugar, observo a los recien llegados.  Esta loco, pase junto a él y me ataco. Me alegro que no este en mi casa... Digo lo ultimo con un infinito tono de desprecio, como si lo estuviera vomitando. Tras recoger mis cosas, me acerco a Gwen, tendiendole el libro de Licantropos que habia estado usando para tomar apuntes.

Me alegra ver que estas bien, Gwen. Cambia el tono cuando habla con ella. Toma, si necesitas ayuda... ya sabes ¿si? Le apetecia pasar un tiempo con la chica de Ravenclaw, pasarlo bien como la ultima vez que estuvieron en la biblioteca.

Diana se quedó mirando a Mircea sin entender por qué la miró de aquella manera tan desagradable, que ella supiera no le había echo nada. Entonces la chica llamada Gwen se dirigió a ella por primera vez para hacerle notar que Gryfindor iba el último en la copa de la casa. Quizás en otro momento aquellas palabras le habría afectado, pero Diana había decidido pasar de los puntos, tenía más que asumido que a los profesores de aquel colegio les gustaba penalizar a su casa, y aunque todavía no llegaba a comprender por qué se prejuzgaban tanto a las personas en aquel sitio por ser de tal o cual casa, prefirió centrarse en otras cosas y seguir disfrutando del mundo de la magia sin entrar en aquellas absurdas competiciones.

-Gracias por el consejo Gwen... pero a mi lo de los puntos me da igual, os los podéis quedar, total no creo que vayas a aprender más magia o crecer más rápido por ganar una copa.... Yo sólo quería recordarles que a la bibliotecaria no le gusta que quemen us libros... pero bueno. Venga Eli, vamos a ver si encontramos algo.

Le dijo a su amiga mientras se dirigía a una estantería. Seleccionó varios libros y se ue a una mesa para leer

Gwen miró a Cassius en primer lugar y luego al libro que le tendió, para después volver a mirarlo a él. Lo cierto era que la última vez que habían estado ne la biblioteca lo habían pasado bien, parecía que de todos los Slytering era el menos estirado pese a su apariencia, así que decidió como acto de bondad supremo aceptar el libro.

- Gracias Cassius- dijo cogiendo el libro que le tendió- aunque no necesite te lo agradezco- añadió con porte distinguido- le echaré un ojo. Bueno, parece que se ha echo tarde, nos vemos.