Partida Rol por web

Gwendolin entró en el patio sin saber muy bien que hacer, todavía tenía un poco de tiempo antes de ir a comer y dado que tenía practicamente todo aprobado, supuso que le vendría bien algo de aire fresco.

En el patio había alumnos de otros ursos que no conocía de nada, sin embargo entre ello, pudo ver unos cuantos de primero. De Huffelpuf estaban el chico raro y el tímido y de Slytering, Cassius...

Entonces decidió ir con ellos para ver que planeaban, en su camino esquivó un excremento de ave por poco, cuando miró hacia el cielo se dió cuenta de que se trataba de la lechuza de Diana de Gryfindor, seguro que la chica no tardaría en aparecer.

Diana correteaba por el castillo buscando a su lechuza, le había parecido verla rebolotear por el patio pero a pesar de llamarla con insistencia, el ave no le hacía caso. Seguramente estaría cazando o tendría trastocado el sueño, las lechuzas eran animales nocturnos y lo cierto es que la mascota de Diana no llevaba un ritmo normal de sueño... el caso es que la a la chica no le gustaba que Vicky la ignorara y estaba preocupada.

En su loca carrera no vió lo que tenía delante y tropezó con alguien derribándolo y cayendo encima.

-Ayyy... perdón...ups ¿Gwen?-sí, era la pelirtoja de Ravenclaf, que la miró con cara de pocos amigos exigiendo una explicación a semejante ultraje-Perdona, no te había visto, estaba buscando a Vicky... dejame ayudarte- le dijo ayudándola a levantarse.

Estaba murmurando algo, quizas un listado de maldiciones que me gustaría aprender para poder pagar mis frustraciones con cuantos inocentes tuviera a mano, cuando escuche los pasos de alguien resonar en el patio. Aun tumbado, en el banco, abri la chaqueta rapidamente y saque la varita con intencion de defenderme. A estas alturas, para mi, practicamente todo era un ataque, al menos como me habia levantado ese dia.

Cuando escuche la voz de Oliver, frunci el ceño, y me incorpore, como si de un muerto resucitado se tratara, y quede sentado en el mismo banco de piedra en el que estaba sentado. Guardé la varita, al ver que al menos, Olvier y Mircea habian asistido a mi cita en el patio para hablar sobre aquella misma noche. Guarde la varita.

Comenzaba a pensar que nadie vendría. Parece que hay mas valientes de boquilla que gente que quiere... mantener su palabra y curiosidad. Me pongo en pie, apretando el nudo de la corbata y arreglandome los puños del traje. Me agacho, recogiendo la mochila, y de esta saco unos pergaminos escritos de mi propio puño y letra.

Hola a los dos. No incluye a Gwen, a quien no ha visto, ni espera Gracias por venir. He estado... pensando en Ardeen en lo que dijo Ardeen, y tiene razón. Nos hacía falta un plan. He tenido una semana para revisar mi trabajo, y he tenido unas cuantas ideas.

Por ejemplo, guardaremos la comida de esta cena del gran comedor. Carne. Cuanto menos hecha, mejor. Luego iremos al linde del bosque, no entraremos, y dejaremos alli la comida y despues... ¡imitaremos el lenguaje de los hombres lobo para llamar su atencion! Nosotros nos esconderemos en algun lugar cercano, y podremos observar que hace. En la fiesta de Hallowen, yo ataque al hombre lobo, con un flamate fulminus. Uno potente, cabe decir, pero apenas le hice daño. Pero Daphne hico un Flamatte, y lo cego unos segundos, lo que quiere decir que funciono. Si nos llegara a descubrir, podriamos usar flamatte para defendernos y ahuyentarlo.

Y les doy una de esas hojas de pergamino, que yo mismo copie a mano, con lo que les acabo de decir. Esta todo ahi. Seguia ofuscado con la mayoria de la gente, pero hablar de algo que tenia ganas me animaba.

Gwendolin se dejó ayudar por Diana, de buena gana le hubiera lanzado una maldición dolora e incurable... pero la chica se había disculpado a tiempo y no parecía haberlo hecho intencionadamente, aún así tomó nota mental para devolvérsela cuando fuese oportuno.

- Estoy bien, pero tan más cuidado, vas como las locas...-entonces le llegó a sus oidos parte de la conversación de Cassius... hombres lobo, bsque prohibido, ¿Que estaban tramando? y lo más importante ¿Por qué no había sido invitada? 

Entonces recordó la úlytima vez que había visto a Cassius, había sido un poco borde... como era natural en él, quizás el chico había tratado de hablar con ella y la respuesta que recibió fue una expantada... también tendría que tomar nota mental de eso.

- Hola chicos-se dirigió al grupo formado por Cassius, Mircea y Oliver-¿ Planeando el menú de alguna fiesta infantil?

Diana aceptó la regañina de Gwen sin decir ni mu, tenía razón iba a todos lados corriendo y sin mirar. Debía tener más cuidado sobretodo pr su propia seguridad en aquel castillo había muchas cosas, tanto inofensivas como peligrosas.

Entonces, a la chica también le llegó parte de la conversación de Cassius, el bosque prohibido, estaba prohibido sabía que no debía inmiscuirse en esos asuntos... pero la curiosidad de la Gryffindor dle pudo y se aproximó junto con Gwen al grupo de los dos Huffelpuf y el Slytering.

- Hola chicos- saludó alegremente.

Oliver rió, al escuchar las palabras de Cassius, negando: Yo soy un hombre de palabra, y si digo que voy...¡voy! Estaba deseando que llegara hoy... - le confesó, con toda su temeridad. Y entonces asintió, cuando vio que Cassius había llegado a la misma conclusión que todos ellos: no se puede ir a ver un hombre lobo con las manos vacías y sin un plan en la cabeza.

Asintió a todas y cada una de las palabras del Slytherin, hasta que llegó a la parte del Flámmatte. Ahí alzó un dedo, como pidiendo el turno de palabra. Tenía un problema con aquello: Eh... Tenemos un problema. No fui a la clase de Flámmatte y Mircea me lo está enseñando.... pero no lo controlo mucho todavía... - reconoció, torciendo el gesto- ¡Pero podríamos practicar un poco ahora, antes de cenar, los tres! Seguro que así me sale... ¡A vosotros siempre os salen todos los conjuros bien!- propuso, mirándolos a ambos.

Y apenas tuvo tiempo de coger el pergamino, cuando la borde de los Ravenclaw hizo aparición en el patio. Hizo el gesto de esconder parcialmente el pergamino, para que no lo viera mucho: no sabía si Cassius querría que fuera o no con ellos y estaba claro que él, por su parte, no confiaba lo más minimo en ella-  No, Gwen, estábamos planeando el de tu fiesta sorpresa de cumpleaños... - sale del paso como puede, respondiéndole con una ironía, como ella. Así, al menos, ganaría tiempo hasta saber si Cassius la quería o no en el equipo.

Vio entonces también a Diana y, en esta ocasión sonrió, alzando la mano en la que llevaba el pergamino, sin darse cuenta- ¡Hola Diana! -exclamó alegremente- Me ha parecido ver antes a tu lechuza por ahi...- añadió, señalando el cielo sobre ellos, a excasa distancia. Y, en cuanto se dio cuenta de que había alzado el pergamino, volvio a bajar rapidamente la mano, y a colocarla detrás de su espalda, escondiéndolo.

A lo mejor no se habían dado cuenta.

Diana acentuó su sonrisa cuando Oliver la saludo.

- ¿Que has visto a mi lechuza? Genial ¿Dónde? la llevo buscando todo el día...-entonces la niña siguió la dirección que Oliver le indicó con la mano y nada más girar la cabeza al cielo volvió a girarala sobre el muchacho- ¿Qué es eso?- dijo señalando con el índice el pergamino que Cassius le había dao a Oliver.

La mente de Diana se iluminó de repento y sonrió abiertamente con los ojos brillando pr la expectación.

- ¿Vais a buscar tesoros? Yo también quiero- comenzó a rogar dando unos pequeños saltitos-soy buena buscando cosas... bueno, mis padres dicen que lo que mejor se me da es meterme en problemas.. pero eso no tiene importancia... me dejáis ir con vosotros? por fis, por fis.

Gwendolin sonrio ante la respuesta de Oliver, parecía que el chico tenía agallas después de todo.

- Mi fiesta de cumpleaños... que mono... Pero dime una cosa pequeño- intensificó su mirada sibilina-¿Qué te hace pensar que yo invitaría a alguien como tu a mi cumpleaños? De todas formas graciasss por el intento-a la chica sólo le falto que le saliera una lengua serpentina por la boca

Después decidió guardar silencio para enterarse de que iba todo aquello.

Mircea tembló ante el primer soplo de aire que le llegó al salir del castillo. Se arrebujó en la misma ropa que había llevado durante la mañana en vuelo y por tanto adecuada para aquel momento, que el sol empezaba a bajar. Abrió las alas de su capa y se reajustó la fíbula de cobre en forma de águila. Se puso los guantes de segunda mano, se apretó la bufanda y se caló el sombrero antes de acercarse a Oliver y Cassius.

Se perdió el primer cruce de palabras entre los chicos, sino seguramente Mircea hubiera replicado que un Padurearu mantenía su palabra. Pero las palabras que quedan sin decir, normalmente son las más acertadas...

El niño asintió cuando Cassius terminó de exponer sus ideas. Seguramente hubiera llegado a una conclusión parecida, pero lo cierto era que Mircea no había dirigido ningún pensamiento a la idea de encontrar al hombre lobo. Seguía convencido de que era una temeridad el plan propuesto por el Viperinilor, pero Mircea no estaba dispuesto a permitir que nadie saliera dañado si él podía evitarlo.

Tras echar una ojeada al pergamino, se lo guardó en uno de los bolsillos interiores de la capa. Las acciones estaban acordadas, no había nada más de lo que hablar.

Preferiría que ninguna de las dos os vierais involucradas en esto, dijo volviéndose a las dos chicas y hablando en tono cortante. Sabía que sus preferencias no tenían ningún orden de importancia en ninguna de las dos chicas. Además, aunque no confiaba demasiado en la habilidad de Diana tras tantas equivocaciones en clase, sabía que cuantos más fueran, más posibilidades habría en que nada saliese mal. Bueno... quizás tendríamos que recordar que un grupo de niños de 11 años se asemeja más a uno de pollos descabezados... Por lo que cuantos más fueran, peor irían las cosas.

Aunque es verdad que sería la primera vez que nuestras cuatro casas harían algo juntos, se recordó en voz lo suficientemente alta para que los demás le oyeran.

Diana miró con ansiedad y desilusión a Mircea, una vez que la curiosidad de Diana se centraba en algo no había forma de que se olvidara de ello y aquello tenía pinta de ser divertido y peligroso, ingredientes indispensables para que Diana quisiera ir de cabeza a donde fuera que aquellos chios estubieran planeando.

- Pero...pero ¿Por qué no podemos ir? Seré buena y no estorbré, solo miraré prometo no liarla...bueno, no liarla mucho donde quiera que vayáis... ¿Por cierto a donde vais?

Gwendolin escuchó a Mircea con el gesto torcido, nadie decía que no a Gwendolin Dacey.

- Mircea, me ha llegado la honda de bosque prohibido y hombre lobo...si pretendéis hacer una excursión para cazar lobos, os van a venir bien alguien como yo, soy buena lanzando conjuros y... en cuanto a la leoncilla... siempre podremos utilizarla como carnaza...no es buena con los conjuros de duelo, pero corrieno es un hacha. Somos todo ventajas.

Perry llegó al patio embutido en la ropa de invierno y con la capa de Howarts. Con esas pintas pasaba casi desapercibido entre la gente, lo cual le beneficiaba. Se oculto en un aparte del patio donde daba la sombra, sacó un pergamino como si se dedicara a repasar algunas notas y se puso a escuchar con el artilugio que había conseguido repara rel otro dían con Marcus.

Su corazón latía con gran potencia y la adrenalina recorría su cuerpo. De Gwen y Classius se esperaría algo así de intrépido pero de Diana y de los Tejones para nada. Una media sonrisa se dibujó en su rostro. Se sentía como jugando a los detectives con su padre. Por una parte le hubiera gustado salir y apuntarse al grupo pero ¿cómo explicar que había logrado escuchar la conversación?. No quería dar tantas explicacioens así que siguió espiando y ya vería más adelante qué hacer para acompañarlos. Al igual que Gwen, Perry se consideraba bastante bueno con los conjuros, y quizá pudiera ayudarlos.

Miro a Gwen, aun ofuscado por lo sucedido antes en el Patio. No sabia como podia haber pensado que ella y yo podiamos haber llegado a algun punto... Habia conseguido darme portazos hasta que me habia cansado, y ahora, parecia interesarse por la excursion. Voy a contestarle cuando salta Oliver. ¡Oliver! Pero si ese chiquillo la ultima vez que tuvo una palabra mala fue con el medico que lo saco de su madre y le pego... Pero no le faltaba razon. Y la respuesta de Gwen me arranca una sonrisa, evitando reir, y añado mentalmente Ni a él, ni a nadie, visto lo visto... menuda un fiestorro se montaria sola.

¿Que no quieres que esten involucradas? ¿No direis nada? ¿Lo prometeis? Digo, automaticamente, y miro de reojo a Mircea, sonriendo... Sacando de la mochila dos pergaminos escritos mas. Miro a los lados, como si estuviera haciendo la mayor de las fechorias... y se lo entrego a las chicas.

Despues de cenar, iremos al bosque oscuro a por el hombre lobo. Tenemos un plan para hacerlo salir, y verlo. Y Gwen tenia razon, no era mala con los conjuros, y la leona siempre podria ser usada como cabeza de turco... A pesar de que no le cayera mal, despues de todo. Mantiene la vista esta vez con Gwen. No comprende si esta interesada en ir con él, o por lo contrario, simplemente quiere meter las narices y meterse en lios. Quizas le daria su ultima oportunidad, y esta seria una buena ocasion para probar suerte.

En la cena, coged carne y guardadla como podais. Nos veremos despues de cenar en la colina cerca del lago. ¿Vale? Si alguno de vuestros conocidos es de confianza, y no se va a chivar, decirselo. Cuantos mas seamos, mejor. Yo lo veia al contrario que Mircea. Mas, Mejor. Seria la incosciencia infantil, o quien sabe...

Oliver miró a Gwen, con el ceño fruncido. Y casi tuvo el mismo pensamiento que Cassius, solo que él lo dijo en voz alta, ofuscado como estaba hoy con ella: Lo dices como si hubiera alguien dispuesto a ir a tu cumpleaños... - dijo, con toda su pinta de mosquita muerta, como el que no quiere la cosa. Pues vaya con Oli... a lo mejor si le tocabas las narices acababa saltando.

Acto seguido, y después de su pifia con el pergamino, observó lo que sucedía a su alrededor. Bueno, después de todo, no creía que fuera una mala idea que fueran todos y, aunque Gwen fuera imbécil, lo cierto es que era buena en conjuros. Y bueno.. Diana... era maja, y seguro que también podía ayudar. Además, Mircea llevaba razón: cuantos más fueran, mejor. Y Cassius parecía haber recibido bien la idea.

-Bueno chicas, pues entonces ya sabéis... Sobre todo que no os pillen... - recalcó, mirándolas a ambas. Y en ese momento cayo en la cuenta de que ninguna de las chicas de Hufflepuff habia acudido a la cita. Frunció el ceño, tendría que hablar con ellas- ¿A que hora nos vemos entonces? ¿Y donde? - preguntó, mirando a Cassius. Despues de todo parecia que era él quien habia orquestado todo aquello y a él le correspondía poder elegir el mejor momento.

Diana dominaba muy bien la lengua de Sakespeare, pero aú  así había ciertas palabras que se le escapaban.

- ¿Qué es carnaza?- comenzó a decir cuando Cassius le entregó el pergamino, entonces toda preocupación se le fue de la cabeza, al final la habían dejado ir y eso era lo que importaba.

Aparecí por allí algo más tarde que los demás. - ¡Buenas chicos! - Saludé enérgicamente. 

Diana se giró con una sonrisa cuando escuchó la voz de Colin.

-Hola Colin, que tal- lo saludó con la mano en la que llevaba el pergamino que le dió Cassius- Colin es un buen amigo, confio en él y es mucho mejor con los conjuros que yo... -le dijo a Cassius- y además no es chivato ni nada ¿Verdad Colin?- agregó poniéndose las manos en las espaldas y balanceándose levente con los pies hacia delante y hacia atrás.

Ya.... ya.... Pido un poco de orden, cuando Oliver y Gwen se "enganchan". Acabo por suspirar, negando, llevandome las manos a la cintura. Oliver era un chaval legal, y Gwen.... Gwen era Gwen. Simplemente. Prefiero no explicarle a Diana que es carnaza. Es mejor para la unidad del grupo. Y cuando llega el chico-incosciente de Ravenclaw -el que se quedo incosciente en clase- Cassius no puede evitar alzar una ceja. Si Colin era mejor que Diana con los conjuros, Gwen estaba en lo cierto. Carnaza por si acaso.

Por la madre de todas las serpientes... Esto va a ser muy, muy divertido... Hola, Colin. Le saludo, invitandolo aunirse al circulo  Estaba explicandoles que esta noche iremos al Bosque prohibido a buscar al Hombre Lobo que aparecio en el baile de Hallowen. ¡No te preocupes! Tenemos un plan. Rebusco en la mochila, comenzaba a quedarme sin esos pergaminos que yo mismo habia copiado a mano. Toma, leetelo. Bueno, en resumen, quedaremos despues de cenar aqui mismo. Venid con las tunicas que son oscuras, y con carne del gran comedor. Traed las varitas y si podeis, alguna linterna o candil. ¿Vale?

Sonrio ampliamente, contento de que se ampliara tanto la gente que iba a venir finalmente. Si nos pillan, tambien tenemos un plan, no os preocupeis. Si alguien se chiva levanto el dedo, y me pongo mas serio  Mejor que no se chive.

Confio en vosotros ¿Si?