Partida Rol por web

-Tranquilo Kandalian, pero lo cierto es que tendremos que salir hoy mismo. En mitad de la noche, después de descansar unas horas.

Asiente al gnomo, aunque pretendía ir solo en el fondo se alegra de poder contar con su compañia.

-Arkaeron, desde que nos dejaste en las catacumbas han pasado muchas cosas. Encontramos a Aristeo, gracias a él hemos estado aquí cuando hicimos falta, y nos habló de un importante manuscrito que portaba un grupo de aventureros. Vanth era el último de ese grupo - dirigiendo una mirada al bárbaro - y a Amnyin lo encontramos en la torre donde dimos con ellos. Orphen podrá contarte el resto pero lo importante es que el escrito era una especie de mapa que señalaba algún lugar en el sur del Bosque Extenso, cerca de Scornubel.

Mira también a Orphen, consciente de que eso no podía saberlo.

-Era nuestro siguiente paso lógico para entender algo de lo que pasa, pero ahora deberéis hacerlo sin mi... y sin Kandalian - la mirada al pequeño monje, al que conoce bien, le dice sin palabras que todavía está a tiempo para quedarse con los otros -.

Examina la reacción de los dos caballeros ante sus palabras. La decisión en último lugar está en ellos y, por lo que sabe Naldar, ninguno de los detalles sobre la misión del pergamino les eran conocidos. Sin embargo los dos guerreros de Berfôska habían ganado sobradamente su confianza con todo lo pasado hoy.

No puedo más que agradecer la oferta. Estoy seguro de que Hagen consideraría, dada la situación, más que justificado que te cediera su mascota.

Los ojos del caballero pasean por la oscuridad. El ave, mucho más independiente que Stirk, vuela en algún lugar de la avanzada noche.

Haciendo girar distraidamente aún el manuscrito para Hagen entre sus manos, Derek da un salto en su silla, de improviso.

¡Pero este mensaje ha sido abierto! El lacre roto atestigua las palabras del caballero.

El gnomo deja inmediatemante de masticar ante las palabras del guerrero de Berfoska.

Maldición!

- Bueno Naldar, lo cierto es que nuestra misión de espionaje no debe llevarnos más que un par de jornadas. Podremos unirnos al resto en cuanto... su perorata es interrumpida por las palabras de Derek.

Tras la cena, me levanto y me acerco a Orphen.

Creo que ya es hora de hablar con tu amigo, ¿donde se encuentra?

Casi sin darme tiempo a terminar Derek mira el sobre y descubre que ha sido abierto

Mierda, ¿quien lo ha abierto?

Y yo que se donde esta, búscale. Pero tu sabrás que haces, solo ten cuidado. dice con cara seria.

Ante la respuesta de Orphen me gira y voy en musca del extraño mago, no sera muy dificil encontrar por lo que dicen.

Algunas miradas se pasean por la mesa ante el descubrimiento del lacre roto. Sin embargo las dudas no se expresan en voz alta y el "presunto culpable" no es señalado por el resto aunque no se libre de algún codazo.

Entre los presentes se carraspea y finalmente Derek termina por guardar el sobre con gesto ofendido. La cena transcurre y avanza distendida, todo lo alegre que la situación permite. Arkaeron se levanta de la mesa tras una breve despedida para preguntar en los alrededores por el mago. Derek y Diana hablan en voz baja, preocupados, aunque parecen pensar más en la oferta de Naldar que en el sobre abierto, para alivio de algunos. Pronto el elfo se levanta también de la mesa, dando su parte por terminada y pensando en los planes cercanos.

El explorador mide las palabras un instante, sabiendo que habrá aldeanos que le estén escuchando.

-Amnyin, agradecería que el tiempo que esté fuera guardes los bastones que encontramos en la torre. Además, sin tu ayuda no los habría podido sacar de aquel cofre-dice Naldar, una vez terminadas estas palabras, se gira para mirar a toda la gente de Asbrav reunida y continúa hablando, esta vez para ellos-. Amigos, en breve mi camino me aleja de esta ciudad. Espero que estas tierras sean prósperas y seguras muchos años, sino volveré para alejar el mal, como hemos hecho ya. No sé cuantas jornadas nos separan de nuestro destino, por lo tanto os pido alimento para no retrasar nuestra marcha.

Orphen con curiosidad pregunta al humano, De que bastones habla?

Kandalian se dispone a abandonar la cena acompañando a Naldar. Además sabe que las miradas de "presunto culpable" recaen sobre él. Aunque no puedo negar que haya cierto fundamento para ello...

Tras palabras de agradecimiento por parte de los aldeanos y promesas de toda la comida que puedan cargar, Naldar y Kandalian abandonan la mesa para descansar. Amnyin hace otro tanto sin olvidar antes el encargo del explorador. El ser de piel oscura se despide afectuosamente de los que quedan en la mesa y acompaña a los dos expedicionarios.

Diana y Derek parecen haber llegado a una conclusión, como refleja su serio semblante y la mirada agradecida hacia el elfo y el gnomo.

Vanth pone al día de algunos detalles de la aventura en la torre que Orphen desconocía, como el hallazgo de los seis bastones mágicos en un cofre bien guardado por trampas en uno de los pisos inferiores. Los humanos presentes intercambian amables palabras y gestos tristes por las recientes pérdidas por igual, pronto Eben Espinel y otros de los ciudadanos destacados se despiden también de los héroes.

A Arkaeron no le cuesta seguir las indicaciones, todo el mundo parece saber dónde está el extraño mago.

Una vez ante él, sentando en un rincón oscuro, el nigromante pareció poco impresionado. Posiblemente fuera un mago, guiándose por las runas en la ropa y las palabras oscuras que pronuncia, una extraña mezcla entre dracónico e infernal que a Arkaeron le cuesta cierto esfuerzo traducir.

Dragones... siempre dragones ahí arriba... salen de noche, sobre todo los peores.

Murmulla para sí mismo, aparentemente inconsciente de la presencia del otro conjurador.

Perdonar pero esos bastones quien los tiene? me gustaria echarles un vistazo.

Claro...ya se porque queria hablar con el otro mago...

Si no me equivoco, Orphen, en este momento los bastones se encuentran en las alforjas de mi caballo, aunque Amyin es quien cuidará de ellos en ausencia de Naldar. Informó el bárbaro al hombre.

Si deseas verlos no tienes más que acercarte Dijo señalando en la dirección en la que se encontraba el corcel. Si tienes problemas al acercarte avísame y trataré de calmarlo.

Quizas les eche un vistazo mas tarde. Tengo que ocuparme de los mercenarios que se han quedado aun.

Me acerco lentamente al mago, mirando se reojo al cielo a ver si veo a esos "dragones".

Saludos, he oído que usted también es mago, mi nombre es Arkaeron, encantado de conoceros.