Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Campamento de Instrucción.

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10/11/2011, 20:44
Campaña.

Campaña hizo lo que Khadesa le pidió con una sonrisa en la cara. Tomó la vasija y el cubo que la pitonisa le había indicado y fue a grandes zancadas hacia el pozo de agua del campamento principal. No tardó mucho en volver porque fue directo a cumplir su tarea, sin detenerse a nada. Al volver, Khadesa ya había terminado de grabar su nombre en la escudilla. Campaña dejó los recipientes llenos de agua en el carro de la pitonisa y se acercó entusiasmado a contemplar el trabajo. Escudriñó la escudilla con impaciencia y aunque no comprendía lo que ponía, los caracteres le resultaron bellos.

- Campaña está muy agradecido, ¡Así nadie volverá a confundir las cosas de Campaña! - declaró dando un pequeño saltito, que hizo retumbar el suelo - El agua está en el carro de Khadesa.

Y se quedó embobado levantando la escudilla y mirando el grabado desde todos los ángulos posibles. Aunque no supiera leer, Campaña aprendió cómo se escribía su nombre en la lengua oscura, de manera que sería capaz de reconocerlo si alguna vez lo veía escrito en alguna parte. Finalmente, a Campaña le pareció una gran idea hacer lo mismo con todas sus pertenencias... cuando tuviera alguna, claro.

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10/11/2011, 20:59
Reclutas de la Compañía Negra.

- Los Hostigadores esperan la orden de marchar fuera del campamento, pero al parecer el segundo al mando está inconsciente y el primero ocupado hablando.

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10/11/2011, 21:09
Khadesa.

Estaba Khadesa enfrascada con su trabajo de tallado cuando R'Gaa llegó, y le pidió tímidamente dejar sus cosas en el carro. La pitonisa la miró, divertida.

-¿Qué haces, R'Gaa, me hablas como a alguien importante? ¡Soy sólo la Quinta! ¡Khadesa! No te preocupe pedirme lo que quieras, si puedo, lo haré. Y ya ves que el carro rebosa de las cosas de los Hostigadores, claro que podemos llevar también las tuyas. Por lo menos mientras haya sitio, aunque creo que hay que meter aún más cosas, y habrá que hacer sitio, pero me ocuparé de que las tuyas se queden arriba. -Y le guiñó el ojo, cómplice.

Regresó entonces Campaña, con su carga líquida balanceándose, cubo y vasija una en cada mano.

-Gracias por el agua, Campaña. -Sonrió de nuevo, encantada de ver como el hombretón apreciaba el sencillo favor que le había hecho, admirando la talla de su nombre en la escudilla con ilusión. -Si le pones un poco de resina mezclada con tierra en las hendiduras, frotas bien, luego limpias la superficie y lo dejas secar, se leerá aún mejor.

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10/11/2011, 21:29
Campaña.

Campaña atendió a las indicaciones de Khadesa sobre como hacer que su escudilla fuese más bonita. Campaña sabía lo que era la resina pero no sabía como conseguirla, pues no tenía dinero para comprarla. Y mientras pensaba sobre ello recordó que no tenía ni idea de por qué estaban cargando el carro de la pitonisa de cosas ni tampoco sabía por qué Lengua Negra estaba dando órdenes a todos.

- Campaña no sabe como conseguir resina - le dijo a Khadesa mientras se guardaba la escudilla entre las ropas - Campaña tampoco sabe por qué estamos cargando el carro... ¿Los Hostigadores van de excursión? - preguntó Campaña - A Campaña le gusta ir de excursión, pero Ojopocho dice que los Hostigadores van de caza.

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10/11/2011, 21:38
Uro.

Al regresar de su visita por el Campamento Principal, el ensimismado guerrero se vio repentinamente aturdido por el vibrante y desenfrenado movimiento que se había desatado en la zona de acampada. Todo era caos, prisas y confusión. Casi parecía que hubiera más reclutas que de costumbre. Al fin esto comenzaba a parecerse a un ejército.

La mayoría corría de un lado a otro por el campo, transportando bultos o llenando sus odres de agua. Incluso había unos cuantos que se apresuraban a hacer una última visita a las letrinas.

En medio del tumulto y de las corridas, el Cazador de Cabezas descubrió una única persona que parecía estar echando una siesta. Era el oscuro que llamaban MATAGATOS, uno de los nuevos oficiales. Estaba inconciente, y aún tardaría un buen rato en recuperarse del terrible golpe que le había propinado ATTAR. URO estaba seguro de ello, pues había observado parte del combate con interés. Tal parecía que el despistado joven no era un completo idiota, después de todo.

Una siniestra sonrisa había comenzado a formarse en los labios del guerrero, cuando una estridencia cercana lo apartó repentinamente de sus pensamientos. Se trataba de otro de los idiotas de la Compañía. Esta vez, el que llamaban CARACABRA, quien le susurró algunas palabras mientras pasaba corriendo a su lado como una exhalación.

URO le contestó con un ligero asentimiento, aunque tardó todavía algunos instantes en comprender realmente lo que el recluta había intentado decirle. Parecía que había llegado el momento de reunirse con LENGUA NEGRA.

Ya era hora. URO no podía esperar a ver las nuevas sorpresas que les tenía guardadas su amado líder. Con una sonrisa que se había vuelto aún más sombría, el fornido guerrero traspasó nuevamente la Puerta Interior para encaminarse al Campamento Principal.
 

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10/11/2011, 21:39
Uro.
Sólo para el director

Notas de juego

Por cierto, Jefe, confirmo la compra de la armadura. Lo narraré más adelante en algún post, cuando la trama me deje algún respiro. Me vendría bien que me digas las características que tiene.

También actualizo la ficha. Le quedan 1 de plata y 18 de cobre. Puede que también comente algo sobre esto más adelante.

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10/11/2011, 21:43
Khadesa.

Khadesa se rió. Campaña tenía la ingenuidad fresca y llana que tanto echaba a faltar en otros.

-La resina se saca de algunas plantas y árboles. Es eso espeso que cuaja si les haces un tajo en la corteza. Pegajoso, y cristalino. -Sacudió la cabeza, peinada con una trenza que cayó a su lado, siguiendo el enérgico movimiento.-Y... creo que sí, que vamos de excursión. Y quizá también de caza. Habrá que cazar, si la excursión se alarga.

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10/11/2011, 21:45
Campaña.

- ¡Oh! Pero entonces resina es como sangre de árbol - Campaña se rascó la barbilla pensativo - Campaña entiende... Campaña cogerá un poco de sangre de árbol en la excursión - entonces recordó el otro dato que le inquietaba - Campaña quiere saber por qué Lengua Negra da órdenes a todos... Campaña se ha perdido muchas cosas por llegar tarde, pero Khadesa puede contar cosas a Campaña ¿verdad que si?

El gigante continuó hablando con la pitonisa. Todavía tenían tiempo, pues no todos habían terminado de cargar sus cosas en el carro.

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10/11/2011, 22:08
La Compañía Negra.

URO:

- Se trata de una armadura parcial de cuero, en parte más decorativa que protectora, pues deja amplias zonas del torso, además de la cabeza y cuello, al descubierto.

- Proporciona un +1 a la CA y no penaliza nada. Deja casi completa libertad de movimientos. Incluso es posible llevarla en verano.

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10/11/2011, 22:08
Ponzoña.

Ponzoña atravesó corriendo el campamento de instrucción hasta alcanzar el carruaje de la quinta. Se detuvo ante él, recuperando el aliento de su rápida incursión, escuchando cuanto la mujer le decía al hijo del herrero y llevando una nueva saca a su hombro.

-No, la resina no te servirá -dijo con tranquilidad -. Salvo que solo quieras que haga bonito y no puedas comer de ella. La resina es pegajosa. Si bañas tu escudilla con ella, se te pegará a los dedos con el calor. Y dará sabor a tu comida. Es mejor la cera de las abejas y solo para la superficie de fuera si primero la has pulido. Pero la resina arde bien y huele como la Madre -su mirada se dirigió entonces a la pitonisa -. Pero es casi imposible de conseguir en la sabana.

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10/11/2011, 22:51
[RIP] R'Gaa.

Se sonrojó a la respuesta de Khadesa.- Muchas gracias..- logró murmurar. A la mirada de complicidad junto con sus palabras, el rostro de R'Gaa se vuelve luminoso y una sonrisa se dibuja en su cara.- Te devolveré los favores, Khadesa, te lo prometo. Lo de esta noche sigue en pie, si es que paramos en algún sitio?- pregunta mientras mira con curiosidad los gestos de la pitonisa.

En tanto repara en que Campaña está sujetando una escudilla con un nombre grabado.- Oh, que bonito!- exclama con tono de admiración una vez le ha contestado Khadesa.- Lo has dibujado tú?- pregunta con gran interés.

Acto seguido había llegado Ponzoña, que había hablado de la cera de las abejas.- Yo nunca he probado la miel de las abejas..- comenta distraída.

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10/11/2011, 23:25
Khadesa.

-Lo de esta noche sigue en pie, sí, si es que podemos. Dependerá de las órdenes de Lengua Negra, porque no sé si vamos a detenernos, o vamos a estar de marcha o de caza. Si acampamos, entonces sí, empezaremos con nuestro trabajo.

Hablaba con R'Gaa, quien vio entonces el grabado del nombre de Campaña en la escudilla.

-Es una idea buena la que ha tenido Campaña, ¿a que sí? Si todos marcamos nuestra escudilla de algún modo, siempre la identificaremos. Y también lo harán los demás. -Miró al guerrero.- Muy buena idea, sí.

Empezó él a hablar de la resina, y se le unió Ponzoña, con un apunte muy lógico. Khadesa asintió, el K'Hlata tenía razón, desde luego.

-Pues es cierto, no había caído en que lo que yo uso para mis fetiches no es apto para una escudilla en la que va a comerse. Pero la cera de abeja también es difícil de conseguir, supongo. -De pronto entrecerró los ojos, como si recordara algo.- Oh, Ponzoña, ayer noche te iba a pedir algo, cuando nos encontramos en la puerta entre los Campamentos. Me preguntaba si sería mucho pedirte que me enseñes a manejar mis dagas. He visto que los cuchillos te son familiares, que tienes mano con ellos. Yo uso mis dagas en rituales, y para tareas como tallar eso, el nombre de Campaña en su escudilla. Pero no sé luchar con ellas. Y si... bien, si vamos a estar viajando, y expuestos a ataques, me gustaría saber defenderme sola. O intentarlo.

Se le quedó mirando, súbitamente seria. Habían estado hablando de una excursión. Pero, evidentemente, estaban a punto de emprender algo más que eso.

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10/11/2011, 23:41
Campaña.

Campaña escuchó a Ponzoña y tuvo en consideración sus palabras. Tenía razón respecto a la dificultad de encontrar resina en aquel lugar, la mayoría de los árboles que pudieran encontrar estarían secos y sólo servirían para hacer leña, aunque esto es algo que Campaña desconocía por completo. Sin embargo, lo de las abejas no le gustó mucho porque tampoco tenía ni idea de dónde encontrarlas. Campaña miró de nuevo la escudilla con los grabados.

- A Campaña le gusta tal y como está - dijo como si pensara en voz alta

Se encongió de hombros y miró a R'Gaa cuando le preguntó por su escudilla. Campaña se sintió el centro de atención, todo el mundo quería ver su escudilla, y eso le gustaba.

- No, Campaña no sabe escribir - contestó con una sonrisa - Lo ha hecho Khadesa, así nadie se confundirá con la escudilla de Campaña - pero R'Gaa no parecía entender lo que había escrito la pitonisa, así que se lo aclaró - Pone el nombre de Campaña - dijo señalando una por una las letras de su nombre.

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11/11/2011, 05:20
Matagatos.

Todo estaba en la más completa oscuridad. Mi cuerpo flota, aunque es una extraña sensación, no estoy en el cielo ni en el mar. Repentinamente me precipito hacia el vacío, no veo el suelo pero la sensación de estrellarme contra algo va creciendo, intento frenar de alguna manera pero es en vano, la velocidad se mantiene constante. A lo lejos diviso un punto de luz, primero pequeño, después se va haciendo cada vez más grande. En el centro de la luz hay una persona, no la distingo. Mi cuerpo frena en seco un par de metros por encima de la escena. Es Khadesa, aunque parece no darse cuenta de mi presencia. Parece dolida y disgustada y yo se el motivo, es por mi culpa. Le grito para llamar su atención. -Khadesa!! Estoy aqui!! Aquí arriba!! Sigue andando sin tan siquiera mirarme. Grito más fuerte, hasta que mis cuerdas vocales dicen basta. POR FAVOR!! TIENES QUE PERDONARME!! SIENTO MUCHO HABERTE DICHO ESAS COSAS!! NO VOLVERÉ A HACERLO!! Aunque es imposible que no me oiga se va alejando cada vez más sin hacerme el más mínimo caso. NO TE VAYAS!! PODEMOS ARREGLARLO!! DAME UNA OPORTUNIDAD!! Khadesa desaparece y con ella la luz, vuelvo a encontrarme flotando en medio de la oscuridad, mirando hacia el lugar donde estaba mi hermana, esperando que vuelva a aparecer, pero no lo hace. Tras un tiempo, no se si unos instantes o una eternidad, mi cuerpo se convulsiona y vuelvo a precipitarme, esta vez hacia un lado. Haga lo que haga no puedo frenar ni variar la dirección. Veo otra luz, esta vez enfrente. Al acercarme veo a mi madre, pero todavía estoy lejos. Avanza hacia su tienda y se mete dentro. La sigo pero al llegar a las lonas que impiden la entrada la tienda está cerrada por fuera con una cuerda. Tiro de un extremo, del otro, de los dos. El nudo no se deshace, tiro más fuerte pero me es imposible deshacerlo. Desesperado golpeo la lona con el puño. -Madre!! Ábreme, quiero entrar!! Sigo golpeando pero no encuentro respuesta. Se que estás ahí dentro!! Déjame pasar!! Mis esfuerzos son vanos, caigo de rodillas agotado. La tienda desaparece. De nuevo la oscuridad. Y tras un lapso de tiempo de nuevo el movimiento. Esta vez no intento parar, ni forcejear, estoy cansado y he aprendido que es inútil. Llego a la sabana, una zona árida, en mitad de ningún sitio concreto. Hay un carro a unos metros. Me acerco. El carro está rodeado de cadáveres, unos veinte. Miro alrededor, no hay nadie vivo, tampoco signos de lucha. Veo algo moverse en el carro. Es un saco grande. -Pa... Padre? Me acerco al saco y lo abro. De repente una serpiente sale disparada del interior y se pierde reptando velozmente. Suelto el saco y me caigo hacia atrás. Cuando me recupero vuelvo a mirar dentro del saco. Solo quedan huesos. Oscurece de nuevo, esta vez aparece una luz lejana, pero me acerco lentamente, la luz no es intensa, pero destaca entre las tinieblas que me rodean. Camino hacia ella.

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11/11/2011, 10:29
Ponzoña.

-La miel es como una mujer. Difícil de conseguir pero dulce si la obtienes y paladeas -sus palabras eran para R´Gaa pero su mirada seguía fija en la quinta -. Encontrar cera no es difícil. Sí robársela a las abejas. Hay muchos panales a lo largo de la sabana. Casi siempre en los árboles más altos. Hace falta maña para trepar y apaciguar a las abejas con humo, pero el premio siempre merece la pena y en mi tribu era motivo de fiesta.

Guardó silencio, refugiado un instante en recuerdos que creía olvidados.

-Dagas. Mi manejo con ellas se limita al arte de tallar. No peleo con ellas. Tan solo me sirven para descubrir los secretos de la madera. No puedo ayudarte con ellas, quinta pitonisa. No como tú quieres. Puedo ayudarte a ser más fuerte, más veloz, más resistente. A pelear cuerpo a cuerpo, incluso con tus dagas. Pero no a lanzarlas si es lo que buscas.

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11/11/2011, 12:04
Khadesa.

La mirada de Khadesa sostuvo la del guerrero K'Hlata, mientras éste hablaba de la miel como de una mujer, la dulzura tras la lucha de la conquista. O de una mujer como la miel, si se quería. Por un segundo la Quinta volvió unas horas atrás en el tiempo. Y luego otro salto. Se estremeció. Quién sabe los pensamientos que la asaltaron, los recuerdos, las sensaciones. Pero volvió a perder la sonrisa, volvió a erguirse sobre sí misma, a ser la Khadesa que había vuelto esta mañana del Campamento Principal, una mujer diferente a la muchacha de ayer. Hermética. Distante. Algo sutil, pero presente.

Cuando la mirada fija en los ojos de Ponzoña regresó a su momento en el ahora, encontró al guerrero enfrascado también en sus propios recuerdos. Ella esperó, respetándolos. Y sólo cuando él habló, en respuesta a su petición, ella se permitió asentir, lentamente. Y negar al final.

-No, no deseo aprender a lanzarlas. No las quiero para el ataque, sino para defenderme. Es eso precisamente lo que me preocupa, mi absoluta indefensión. Sé que voy a estar protegida, Sicofante es mi sombra ahora, y es por sí mismo un arma poderosa. No temo que él falle, sino que no creo que eso deba ser así siempre. Debo aprender a cuidar de mí misma.

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11/11/2011, 13:39
Campaña.

La conversación había trascendido ya los límites del entendimiento de Campaña. El gigante no entendía por qué alguien querría aprender a pelear con cuchillos, algo tan pequeño no le resultaba práctico a la hora de pelear y además prefería usar otros métodos. Sin embargo, en asuntos de protección y defensa tenía algo que decir, por propia experiencia.

- La mejor defensa es una buena armadura, Campaña lo sabe - dijo mientras se daba unos golpecitos en el casco - Si Khadesa quiere defenderse debería compar una armadura o aprender a esquivar... Campaña es muy grande y lento y no sabe esquivar bien, pero Khadesa no podría parar un golpe de Campaña con un cuchillo pequeño.

Aquello le recordó a Campaña que la pelea contra Escarabajo le había enseñado algo importante: necesitaba mejorar su armadura. No dudaba de la calidad de la que tenía, sencillamente necesitaba ampliarla y quizá añadirle un par de cosas útiles, pero ya trataría eso con su padre cuando tuviera tiempo y disponibilidad de materiales.

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11/11/2011, 14:36
Uro.

Mientras esperaba la llegada de LENGUA NEGRA, el antiguo Cazador de Cabezas dejó el imponente escudo en el suelo y se puso a hurgar en su abarrotada mochila. Una a una, fue extrayendo del bolso que estaba a punto de estallar una serie de piezas de cuero endurecido, no demasiado grandes, depositándolas luego en el suelo con cierta ceremonia.

Evidentemente, se trataba de una armadura. O al menos parte de ella, pues le faltaba el peto y el casco para estar completa. Su factura no era demasiado refinada, aunque se notaba que el curtidor había hecho un buen trabajo. Las correas eran gruesas y firmes, y las sujeciones parecían capaces de resistir unos buenos tironeos.

URO comenzó por ajustarse firmemente el ancho cinturón de cuero reforzado que había adquirido. Para ello, tuvo que desprenderse de la antigua correa que llevaba atada a la cintura y de los diversos objetos que colgaban de ella. El machete y el cuchillo los depositó en el suelo, mientra que la bolsa con monedas fue a parar nuevamente al interior de la mochila. En medio de la sabana, no necesitaría tener el dinero a mano.

El nuevo cinturón constituía prácticamente una armadura en si misma, pues cubría casi por completo el vientre y el bajo vientre del guerrero, protegiéndolo de cualquier ataque hacia sus partes blandas. La prenda se complementaba con unas férreas correas de cuero, que cruzaban el pecho y la espalda del recluta, y que servían a su vez para sostener y afirmar las sólidas piezas que iban apoyadas sobre los hombros.

Estas hombreras, de cuero endurecido y reforzado, eran quizás la porción más sólida de toda la armadura, y estaban recubiertas en su interior por una mullida capa de tela acolchada. URO las había elegido así, pues eran ideales para dar un buen empellón o para llevarse por delante cualquier defensa.

Cuando el guerrero hubo ajustado firmemente todo el arnés, sintió que una nueva y vigorizante sensación lo embargaba. Estaba ansioso por probar su nuevo juguete, y observó hacia la empalizada que delimitaba el campamento con un destello sanguinolento en los ojos. Con aquella coraza sobre sus hombros, probablemente ni siquiera sentiría el golpe.

Luego, se acomodó las grebas y los brazales, que protegían respectivamente sus espinillas y sus antebrazos. Había tenido serios problemas para conseguir estas piezas, sobre todo las que cubrían sus piernas. Había pocos miembros en la Compañía que tuvieran la fornida complexión del guerrero, y parecía que los maestros armeros no tenían demasiado interés en producir secciones de armadura tan descomunales.

Al final, luego de rebuscar un largo rato y de probarse varios tipos de protecciones, URO se había decantado por dos piezas sencillas, de factura algo rústica, pero que le calzaban aceptablemente bien. Eran de una consistencia bastante similar a la de las hombreras, muy duras, aunque sensiblemente más livianas. No tenían ningún tipo de ornamento, ni mostraban tampoco una terminación demasiado refinada, e incluso en algunos lugares raspaban la curtida piel del guerrero. En definitiva, eran simples piezas de cuero, rugosas y resistentes, cuyo único propósito era detener los golpes de sus enemigos. Pero eran lo suficientemente grandes como para llegar casi hasta la rodilla del salvaje.

A pesar del inesperado revés, el irreductible bárbaro sacó a relucir su espíritu práctico. Aprovechando las extraordinarias dimensiones de las grebas, URO decidió utilizar la que cubría su pierna derecha como vaina, ajustando en ella su cuchillo de hueso. El arma permanecía firme en su lugar, aprisionada entre el trozo de cuero y su propia piel curtida. No se movería durante una carrera, pero tampoco opondría demasiada resistencia en caso de tener que recurrir sorpresivamente a ella.

Para concluir su solemne ceremonia, el Cazador de Cabezas ató el cordel que sostenía su machete al ancho cinturón de cuero, dejando que el arma colgara amenazante en su costado. Sin embargo, para evitar el bamboleo de la hoja, ató también a su pierna izqiuerda el viejo cinturón de cuero, que ya no utilizaba en la cintura, de modo que sirviera como una especie de vaina improvisada donde ajustar el arma. URO no sabía hacia donde se dirigían, ni tampoco cual sería su misión. Pero ahora se sentía preparado para cualquier cosa.
 

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11/11/2011, 15:22
[RIP] R'Gaa.

-Muchas gracias, Khadesa. -Sonrió a la Quinta. Se acordó de la petición que le había hecho ésta antes.- Pero tengo un problema. Aún no he encontrado a nadie que sepa de hierbas. Lo siento... Seguiré buscando, de todas formas.- Siguió sonriendo y entonces Ponzoña pronunció unas palabras sobre la miel, que le resultaron familiares.

R'Gaa se sintió nuevamente nostálgica. Su padre, la primera vez que habló de la miel dijo aproximadamente las mismas palabras. Simplemente asintió con la cabeza por toda respuesta y se limitó a seguir escuchando.

Después éste había contestado a Khadesa a su petición de aprender a usar las espadas. Entonces Campaña intervino y R'Gaa añadió:- Lo que dice Campaña es cierto. Nosotras no tenemos la fuerza suficiente para aguantar un golpe de un hombre fuerte, pero sí tenemos la agilidad para esquivarlo. Con la armadura sería más difícil ya que es añadir peso y eso entorpece nuestros movimientos. De todas formas yo te puedo ayudar, podríamos entrenar juntas. Yo también tengo una daga y sé manejarla.- dijo finalmente sonriendo, intentando que la Quinta se animase un poco mientras enseñaba la daga que pendía de su mochila. 

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11/11/2011, 17:12
Caracabra.

Sin poder hacer otra cosa que esperar junto a Uro y Attar, Caracabra juguetea con el pié, dibujando en la arena formas abstractas hasta que el Cazador de Cabezas empieza a rebuscar en su mochila. Poniendose en cuclillas, con los brazos apoyados en las rodillas y la cabeza ladeada se pone a observarlo con interés, fijándose en cada una de las piezas de cuero que salen de su bolsa.

Todos aquí, o almenos muchos de ellos, están bien preparados. Tienen varias armas y protecciones. ¿Por que están aquí? Seguro que eran importantes en su tribu, y aún así han pasado hambre y se han dejado pegar como si fueran ganado. 

No puede evitar pensar por un momento en cómo habrían ido las cosas si no lo hubieran abandonado, si él también sería como los dos hombres que lo acompañaban ahora. Duros y fuertes, seguros de si mismos y enfrentándose a la vida de frente, sin dudas. Sobre si estaría ahora aquí o en cualquier otro lugar.

Inmerso en sus pensamientos y observando al fórnido guerrero sin prestarle ahora atención, da un respingo al oír el tintineo de las monedas cuando Uro las guarda de nuevo en la bolsa. Había olvidado por completo ese sonido. Se gira hacia el Norte del campamento con los ojos clavados en la empalizada. Antes de partir, tendría que ir a buscar su saco. Los meses que pasara de aspirante, sin tiempo para pararse a pensar en sus cosas habían hecho que se olvidara por completo de sus trofeos. Además también había olvidado la escudilla, y si no la encontraba no comería.

Tal y como pensaba, las posesiones solo traen problemas.