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La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Cho n Delor: Palacio de la Discordia.

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27/06/2012, 18:47
Lengua Negra.
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Lengua Negra guardó silencio mientras Matagatos exponía los detalles que faltaban por expresar de forma oral, si bien el informe amanuense lo reflejaba sin problemas, gracias a las conversaciones habidas en días anteriores. Tan solo cuando se mencionó a la Caballería, su mirada brilló con algo más de intensidad, si bien permaneció en el mutismo en el que parecía haberse encerrado, sin duda sumido en sus propias reflexiones.

Podría haber dicho mucho acerca del secretismo al que estaban expuestos por parte de la porpia Compañía, secretismo que los había convertido en una especie de chivo expiatorio o de víctima propiciatoria para cualquier forma de ataque dirigida en principio a la Compañía. Podría haber dicho que considerar a la Compañía como objetivo de cualquier ataque era casi un planteamiento infantil. Eran un grupo mercenario al servicio del mejor postor y nada los hacía mejores o peores a los chacales que los habían atacado por el camino a Cho´n Delor. Pretender una moralidad o legitimidad superiores era irrisorio. Y en consecuencia, eran el enemigo de todo aquel que se enfrentara a su pagador y las jornadas anteriores eran un simple ejemplo de cómo eran las cosas. Sin duda, la vida en la sabana había ablandado ciertos hábitos y pensamientos.

Y finalmente, estaba la petición de Khadesa. Si bien su rostro permaneció inalterado, por dentro una carcajada estallaba sin llegar a ver la luz. La Compañía había querido que los Hostigadores vivieran en la precariedad. Quizás como un medio para fortalecerlos, hacerlos más duros, más despiadados en el saqueo como única fuente de ingresos. La Compañía era uno, pero ese uno potenciaba la independencia económica como forma de no hacerse cargo de aspectos que no fueran meramente logísticos. Cuanto la pitonisa decía, era verdad. Exponía unas necesidades imperiosas, pero si ahora la Compañía accedía a proporcionar a los más necesitados sus útiles más básicos, generaría una situación de discriminación para con todos aquellos que ya se habían buscado la vida.

Fuera como fuera, Lengua Negra no tení anada que decir, aunque la escucha era más que prometedora. Pero el joven cuervo decidió añadir en última instancia una pregunta.

-¿Qué pretende Cho´n Delor de nosotros, la Compañía?

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27/06/2012, 18:57
Ponzoña.
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El Hiena bebía agua a pequeños sorbos mientras seguía el intercambio entre unos y otros. Escuchaba y veía moverse a los oscuros en sus pequeños dramas y enrevesadas estrategias, mientras el agua refrescaba su garganta en aquella atmósfera que se le antojaba cada vez más axfisiante.

Cuando Matagatos vertió el contenido de la bolsa de plata sobre la mesa y la plata relució argéntea a la luz de aquel extraño salón erizado de lanzas, depositó con demasiada fuerza el vaso sobre la madera, derramando parte del agua y provocando un seco estampido con el impacto. No obstante, calló, pues si su líder actuaba de aquel modo, él no era quien para contradecirlo. Pero sabía lo que aquel gesto suponía. La pérdida del fondo común y la necesidad de redistribuir el botín. Y casi lo único bueno obtenido a costa del precio de la vida de Escarabajo se perdería por un absurdo que no alcanzaba a comprender.

Gruñó por lo bajo mientras se servía una nueva copa de agua, mirando a Khadesa ante su improvisada arenga. Sus negros ojos se clavaron en ella, recorriendo su blanca piel, sus tatuajes, su cabello, su boca. Cuanto decía tan solo servía para encender más su fuego, un fuego sofocado hasta aquel momento por las necesidades del grupo. Pero su comportamiento de leona preocupada por la manada era lo que cualquier macho aspiraría de una hembra.

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27/06/2012, 22:03
Peregrino.
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Miro con suspicacia al mercader y le hago una contrapropuesta:

 - "Escudos y tres platas por tienda con petate y manta."

La verdad es que me gusta su oferta, pero no me sirve de mucho una tienda si no tengo con qué taparme dentro de ella. Además, recuerdo que de Tres Castores se robaron tantas mantas y tejidos que deben estar baratos.

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27/06/2012, 23:52
Uro.
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URO había permanecido mortalmente serio durante todo el día. Y sombríamente silencioso. Aún más de lo que solía mostrarse en un día cualquiera. Mucho más. Y aquella conjunción de siniestra gravedad y tenso mutismo le otorgaba al guerrero un aire particularmente hosco. Tenebroso, quizás. Algo que, en alguien cuya sola presencia era ya de por sí bastante intimidante, resultaba alarmantemente perturbador.

En rigor verdad, el cambio en el comportamiento del k´hlata ya había podido notarse tras la emboscada de los “Chacales”, una vez que las ceremonias por sus camaradas caídos hubieron terminado. Aunque, claro, nadie le había prestado atención en un principio.

Sin embargo, tras aquel triste episodio, el bárbaro se había retraído aún más de lo acostumbrado, aislándose en su vigilante postura y sin prestar atención a lo que ocurría con el resto de los “Hostigadores”. Ni siquiera respondía cuando le hablaban, algo que solo unos pocos arriesgados habían podido comprobar, entre ellos el insensato del chamán, y se limitaba a escrutar las cercanías con aire absorto, observando sin mirar, como si algo más estuviera dando vueltas en su poderosa cabezota.

Así había permanecido durante todos los días de marcha, abstraído por completo en sus siniestras cavilaciones, pero dando claros indicios, a través de su fiero lenguaje corporal, de que profundos dilemas atribulaban su espíritu.

Por supuesto, aquello no había hecho más que empeorar a medida que se acercaban a la imponente mole de piedra que albergaba a sus nuevos patrones. Pues ya la mera sombra de aquellas colosales murallas irrumpiendo en el horizonte lejano había bastado para alterar aún más al guerrero. Sus movimientos se habían vuelto nerviosos e intranquilos, furtivos, como los de una bestia acosada que estaba siendo llevada al límite de la cordura. En verdad, la mayor parte del tiempo, solo el tremendo peso que cargaba a sus espaldas había evitado que el salvaje se alejara continuamente de la formación.

Por su parte, aquellos insondables ojos verdes no dejaban de centellear con una chispa fiera y exaltada, justo en el límite de la enajenación. Era el chispazo inconfundible de un ansia primal y rabiosa, que solo la férrea voluntad del guerrero conseguía mantener a raya. Como si presintiera la cercanía de un enemigo terrible y despiadado, que osaba desafiarlo con abierto desprecio.

Por supuesto, ese enemigo no era otra cosa que la propia ciudad. Una blasfemia aberrante y malsana, que constituía una auténtica afrenta a todo lo que el bárbaro había conocido y respetado en su vida. Los estrechos callejones, donde la fría luz de las estrellas nunca llegaba, los penetrantes y fétidos aromas, surgidos de la inmundicia y la depravación más humillante… el acre sabor de la vanidad obscena… de la debilidad…

A medida que la Compañía avanzaba por sus calles, el semblante del k´hlata se ensombrecía cada vez más, hasta convertirse poco a poco en un pétreo sudario. Y nada de esto cambió cuando llegaron a destino. Pues ni siquiera la renovada visión de sus viejos camaradas consiguió aligerarle el ánimo. Bien por el contrario, una siniestra mortaja de sombría negrura seguía ocultando casi por completo sus facciones, haciendo imposible determinar los sentimientos que anidaban en su atribulado corazón.

Quizás por ello, y sintiéndose tal vez algo incómodo entre los suyos, el imponente moreno se acercó a los puestos que habían montado los seguidores de la Compañía. Allí, luego de deambular algún tiempo entre los rincones, se dirigió abiertamente a uno que ostentaba algunas armaduras en su tienda.

- URO tener esto. – dijo secamente, mientras se palpaba con la mano derecha las correas que cruzaban sus poderosos pectorales – No ser suficiente. Buscar algo más.
 

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28/06/2012, 01:04
Analista.
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- "De acuerdo, Khadesa. Tus palabras serán tenidas en cuenta. Podéis retiraros." -

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28/06/2012, 01:07
Comerciante.
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El Comerciante mira a Caracabra y le responde en perfecto K'Hlata:

- "Esta estupenda manta de invierno cuesta dos platas. El conjunto de fajín de cuero, correas y brazales cuesta seis platas. Es la protección más ligera que se puede encontrar, pero también es la que menos dificulta los movimientos en combate." -

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28/06/2012, 01:14
Comerciante.
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El Comerciante le responde a Peregrino:

- "Si cuando dices petate te refieres al saco de tela que damos con la tienda de campaña para guardarla, entonces hay trato. Ocho escudos y tres platas a cambio de una tienda de campaña nueva con su bolsa de tela para llevarla y una manta de invierno." -

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28/06/2012, 01:16
Analista.
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- "Lengua Negra, por algún motivo nuestros patrones creen que la Compañía es justo el contrapeso que necesitan para inclinar de su lado el fiel de la balanza. Posiblemente confíen en la reputación que se ha labrado la Compañía a lo largo de los últimos veinte años.

Id a descansar.

Matagatos, organiza la defensa del muro norte y prepara a tus hombres mañana para entrenar con los Arqueros." -

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28/06/2012, 01:22
Comerciante.
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El Comerciante le muestra a Uro una armadura de cuero tachonado de estilo Oscuro.

- "Esta armadura es la mejor que nos queda, cuesta veinticuatro platas. El problema es que está hecha para un Oscuro de menor corpulencia. Tendrás que llevarla a Herrero a ajustar, y posiblemente te cobre dos platas por el trabajo." -

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28/06/2012, 06:29
Uro.
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URO guardó silencio tras las palabras del comerciante, y se mantuvo sumido en aquel sombrío mutismo durante un largo rato. Demasiado largo, quizás. Como si no hubiera escuchado siquiera al desgarbado sujeto, o como si alguna repentina enfermedad lo hubiera paralizado de pronto.

En verdad, el silencio del salvaje se debía a otras cuestiones. Pues su mente sencilla, y poco afecta a las transacciones comerciales, aún intentaba asimilar la magnitud del monto que acababa de oír.

24 piezas era mucho más de lo que URO se había imaginado jamás. No solo de plata, sino de cualquier otra cosa. De hecho, había empezado a mover furtivamente los dedos de sus manos para hacerse una idea de tamaña exorbitancia, siempre tratando de no exponerse demasiado ante el astuto truhán, pero finalmente había desistido con aire resignado. Después de todo, no necesitaba ser el “Analista” de la Compañía para darse cuenta de que no iban a alcanzarle todos los dedos de su cuerpo para llegar a semejante cifra.

- URO no tener tantas monedas. – dijo por fin con aire resuelto, aunque igual podía percibirse un dejo de resignación en su tono. – Pero tener muchos escudos. Y también lanzas y cuchillos.

Tras aquellas palabras, comenzó a desatar la soga que le cruzaba por el pecho y la entrepierna, y que mantenía unidas las distintas partes que conformaban su tenebroso e improvisado estandarte. Luego, prosiguió liberándose de las distintas hojas de metal que guardaba ajustadas en las grebas y brazales de su armadura, con excepción de su viejo puñal de los Cazadores de Cabezas, y a los pocos instantes el comerciante tuvo ante sí una variada gama de productos, la mayoría de bastante pobre calidad, pero que conformaban una colección considerable. En verdad, aquel fornido salvaje bien podría haberse desempeñado como bestia de carga.

- Tener más escudos y lanzas en el carro. – sentenció finalmente con un dejo de orgullo en su voz – Pero ser mejores. Hechas por pueblo de “Tres Castores”. Grandes guerreros. Aunque no tanto como URO…
 

Notas de juego

Básicamente, hay los siguiente:
- 4 Lanzas Cortas de los “Chacales”
- 2 Escudos de los “Chacales”
- 2 Cuchillos de los “Chacales”.

Y estoy en posición de traer más. Pero voy a necesitar otro post, je.
 

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28/06/2012, 06:31
Matagatos.
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Matagatos guardó silencio mientras Khadesa hablaba, todavía estaba algo alterado con el asunto del dinero y el botín. No creía que las palabras de su hermana fueran a tener el efecto deseado pues la Compañía tenía normas muy estipuladas en referencia a eso, aunque agradecía el intento que estaba haciendo por los Hostigadores. Cuando Analista dio la reunión por terminada se despidió del Capitán, del Teniente y de Analista.

-Así haremos. Se hará todo según las órdenes.

Todavía tenía que asegurarse de cuales eran exactamente las órdenes, aunque la última frase de Analista parecía dejarlo claro: defender el muro norte e ir a entrenar con los arqueros. Ni siquiera se había parado a pensar que pintaba él entrenando con los arqueros, nunca le habían interesado las armas a distancia.
Cuando salieron de la sala caminó unos pasos y cuando se vio suficientemente lejos se dirigió a sus compañeros.

-¿A ninguno se os ocurrió recordarme guardar la parte de los mandos? Cuando caí en la cuenta quería que me tragase la tierra, menos mal que llevaba 30 platas encima...

Lo había pasado realmente mal allí dentro.

-Tendremos que ajustar cuentas con el resto, al menos con los que no han dado dinero para el fondo común y entregar las lanzas que cogió Mentiroso al Cabo Barril. ¿Alguien puede explicarme exactamente los detalles de nuestra misión? Se que hay que defender el muro norte e ir a entrenar con los arqueros, pero puede que me haya perdido algo importante.

También quería decirle algo a Khadesa sobre su intervención, pero lo haría más adelante cuando estuvieran solos.

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28/06/2012, 11:06
Campaña.
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Campaña subía y bajaba el martillo de manera mecánica pero con intensidad, comenzaba a cogerle el truco a las herraduras. Era un buen objeto por el que empezar, de pequeño tamaño, de diseño sencillo y sin necesidad de demasiados arreglos, ideal para mejorar la técnica. El gigante se emocianaba con cada golpe del matillo, con cada sonido de metal contra metal, y es que en realidad aquello no se diferenciaba tanto del combate.

La Herrería para Campaña era como una pelea, en este caso una pelea contra la herradura. Una lucha por doblegar la voluntad del hierro hasta moldearlo a su gusto, como el que vence en la batalla y obliga a los perdedores a doblegarse ante su voluntad. Además el hierro es casi tan resistente y tozudo como cualquier guerrero, había que pegarle fuerte, pero también había que buscar los puntos débiles, había que calentarlo para que fuese más maleable, como quién enfurece al enemigo con insultos para que baje la guardia.

Y en ese campo de batalla que era el yunque, Campaña luchaba incansable contra una horda de herraduras de hierro dispuestas a resistirse a ser enderezadas, y por el momento, la batalla se decantaba a favor de los herreros...

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28/06/2012, 11:20
Rastrojo.
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¿Ese anhelo por juntar los poderes de un mago y un chamán son un sí?

No lo parecía... O Serpiente estaba intentando reconducir los intereses de Rastrojo hacia los suyos o trataba de proteger a la Oscura. Pero si no estaba dispuesto a luchar contra el gran mal que suponía Khadesa, es que el mago ya tenía pensada otra cosa.

Venga... Serpiente... Esas ascuas llevan prometiendo que se apagarían desde que Khadesa se unió a los Hostigadores. ¿Lo ha hecho? Tiene de aliado a su hermano, al respeto que en los demás infunde el título de Pitonisa y al tetamen con el que embobalica a los necios. ¿Dónde está ahora? Con el alto mando, en concepto de Analista de los Hostigadores y chupavergas del hermanastro. Y como chupavergas no, pero a mi buen amigo Serpiente yo le veo como Analista.

Pasa la mano por el hombro de ese mago al que tanto odia...

Dispútale esa plaza a Khadesa. Ea, canalla... que tienes una dicción a la altura de los mismísimos dioses de la sabana... ¿Acaso Khadesa lo está haciendo mejor de lo que lo harías tú?

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28/06/2012, 12:46
Serpiente.
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Tan pronto noté la mano del chamán en el hombro me aparté de él sobresaltado.

- ¡No me toques! No toques a un mago. No me toque a mí. ¡Nunca!- le grité.

Me froté el hombro con fuerza como si intentase apagar un fuego que había prendido en mi ropa. Me llevó mi tiempo cerciorarme de que no se propagaba, tiempo en el que en todo momento estuve mirando ceñudo a Rastrojo.

- Una vez más hierras…- le espeté cuando conseguí calmarme un poco.- Analista, ¿en serio? Estás completamente ciego. Yo, ¿un chupatintas cualquiera?- Escupí al suelo.- Espero que tus mismas ambiciones no sean tan… patéticas. Lengua Negra, él es el aprendiz de analista. Él, no yo. Él, el humano normal y corriente. ¿Crees que un simple humano tendría esto?- Me remangué para que viera a qué me refería.*-¿Crees que desperdiciaría mi extraordinario don en un trabajo que podría desempeñar cualquiera? No, del águila se espera que vuele…

Notas de juego

* Te digo por privado lo que ves.

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28/06/2012, 12:48
Comerciante.
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- "Valeroso guerrero." - Dice el Comerciante mirando las cosas que le ofrece Uro. - "Ese lote no es especialmente interesante, te lo puedo tasar en tres piezas de plata, y aún te faltarían veintiuna." -

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28/06/2012, 12:53
El Cráneo de Plata.
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- Matagatos, Ponzoña, Lengua Negra y Khadesa bajan desde el piso superior y escuchan que Serpiente le está gritando algo a Rastrojo, pero no alcanzan a escuchar el qué.

- El resto de los Hostigadores parece haberse dispersado, unos cuantos están descansando o aseándose en sus habitaciones, el resto están negociando con los comerciantes en la zona de los seguidores de campamento.

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28/06/2012, 13:10
Serpiente.
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Tras mis voces llegó el silencio y amplificado por el contraste creí escuchar pasos a mi espalda. Me giré con rapidez para ver de quién se trataba y al ver a Matagatos me permití una sonrisa tras el enojo causado por Rastrojo. Pero no disponía de mucho tiempo, debía ser rápido, una rapidez que había adquirido gracias al ritual por el que nuestro líder me había castigado.

- الدرجة.

Notas de juego

Lo pongo solo para el director por si acaso no me da tiempo para no entorpecer y demás. Si no es posible o improcedente simplemente me lo dices y lo borro.

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28/06/2012, 13:13
Khadesa.
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Sin añadir más que un cabeceo a la frase del Capitán, Khadesa enmudeció luego, y así se mantuvo hasta que salió de la Sala y enfiló de nuevo las escaleras. Pero a la pregunta de su hermano, frunció el ceño y negó.

-No, a mi no se me ocurrió, la verdad. Supongo que en esto soy tan responsable como cualquiera de los demás, porque sí que sabía de las normas. Pero las olvidé. En cuanto a lo del entrenamiento, sólo espero que os proporcionen ellos los arcos. Porque no creo que todos los Hostigadores tengan uno, ¿no? Y el que lo tenga, no va a compartirlo...

Fue consciente de la escaramuza, o lo que fuera entre Serpiente y Rastrojo. Pero no les prestó la más mínima atención, aunque sí que le recordó algo.

He de hablar con Serpiente...

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28/06/2012, 13:30
Loor.
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Loor se despidió de Sierra, agradeciéndole su ayuda, y preguntándole donde iba a poder localizarla. Realmente no tenía muchas esperanzas que dijera nada más, puesto que no había vuelvo a comentarle nada pero... nunca se sabía, y sin duda la mercenaria podía ser una valiosa fuente de infomación. Luego vio el palacio, y contuvo la tentación de mirar a todos lados con la boca abierta. La habían educado como diplomática, como hija de jefe, y no podía permitirse actuar como una joven inculta.

Entonces entró en la celda 23, con esa ventana al jardín, desde la que podría al amanecer dar loas a su diosa. Y antes de hacer nada rezó allí para agradecer a la diosa porque tanto ella como sus compañeros hubieran llegado, y volver a rezar por el alma de Escarabajo.

Luego salió algo confusa aun, sin saber donde estaba el resto de hostigadores, mirando a unos y a otros

Notas de juego

La celda 25 para Loor

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28/06/2012, 13:49
Caracabra.
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Caracabra sopeso la respuesta del comerciante, en total ocho monedas, se lo podía permitir. Si, me quedo con la manta y la armadura. Dijo con voz firme. Saco a escondidas la bolsa y conto, las ocho monedas, se acordó de la bruja y como esta le había enseñado las operaciones básicas con los números. Saco ocho monedas de plata, de aspecto desigual, con los símbolos grabados en la superficie muy desgastados y casi irreconocibles. Se la tendió al comerciante, Aquí esta. Espero que los espíritus tengan a bien este intercambio, y nos favorezcan a ambos con nuestras nuevas pertenencias, dijo a modo de despedida el jorobado con una sonrisa estúpida en la cara. Mientras recogía sus nuevos objetos.