Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Territorio de Cho n Delor

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28/05/2012, 20:55
La Compañía Negra.
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R'GAA:

- Te ha parecido escuchar el rechinar de las ruedas de un carro.

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28/05/2012, 21:08
[RIP] Escarabajo.

Escarabajo se acerca a los heridos. Nada sabe de medicina ni de curar, pero cree que el estado de estos es suficientemente bueno como para que se quejen si algo les duele. Mira las heridas que les han quedado, y espera por si alguno estuviera despierto

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28/05/2012, 21:11
Sicofante.

Sicofante despierta en esos momentos... para encontrarse justo enfrente a Escarabajo. Francamente, de entre todas las personas, él era el último que se esperaba allí adentro. Le mira con cierta desconfianza, aunque poco puede hacer en su estado. Un ligero gruñido de dolor sale de sus labios, tras moverse un poco para ponerse algo más cómodo en la cama. Estaba hasta las narices de estar allí tumbado, pero poco podía hacer hasta que no se recuperase. 

Mira hacia el guerrero, sin saber si hablarle o no, hasta que finalmente opta por lo más básico:

¿Como esta la cosa allá afuera?- le pregunta.

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28/05/2012, 22:32
Peregrino.
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- Tiradas (2)

Notas de juego

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28/05/2012, 22:46
Guepardo.

Guepardo se levantó raudo de su siesta. Por suerte había decidido echar un ojo a Dadiz antes de dormir. Lo que vio en la lejanía la principio no le importunó, pero después, fijándose más concienciudamente, se alarmó. Venía un carromato manejado por dos tipos de aspecto harto sospechoso. Pero el problema no era ese, el problema era que el sol reflejaba objetos metálicos encima de la paja que llevaba. Guepardo imagino que aquello podían ser puntas de lanzas. Cogió su lanza y corrió hacia el centro del campamento. Vio a Ponzoña y, pese al enfrentamiento que habían tenido anteriormente por el asunto de los cadáveres, se dirigió a él hablando en alto para que todos escucharan y se pusiesen alerta. Ponzoña, viene un carro manejado por unos zarrapastrosos. El problema es que juraría que sobre la paja he visto algo relucir. No estoy seguro, pero creo que pueden ser lanzas. - Se mantuvo quieto delante del que ejercía de líder en esos momentos. Tenía ganas de acción, pero no pensó que llegaría tan pronto.

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28/05/2012, 23:23
Tipejos.
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PEREGRINO:

- Escuchas el traqueteo de dos carros de bueyes.

- Te asomas a mirar desde donde estás y entonces ves que son dos carros cargados de paja que se están aproximando desde la ciudad a vuestro campamento con disimulo.

- En el pescante de cada carro hay dos tipejos de los bajos fondos de Idon, detrás y a cada lado hay otro más. En total diez tipejos visibles. Pero te fijas más y ves las lanzas mal escondidas entre la paja y adivinas los bultos de otros diez tipejos.

- Dirías que pueden ser los mismos, o al menos de la misma ralea, que los que os atacaron en Idon.

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29/05/2012, 00:24
Ponzoña.

El Hiena se volvió un instante hacia Guepardo. Sus ojos, aparentemente, habían visto más que los suyos. El brillo podía obedecer a cualquier cosa. Bien a las lanzas que mencionaba, bien a cualquier objeto que los campesinos pudieran emplear en lo scampos. Fuera como fuera, la precaución era la mejor medida a tomar.

-HOSTIGADORES, ¡ALERTA! -gritó-. Que todos despierten y tomen sus armas. Guepardo, ve a la tienda principal y avisa a Matagatos. A la carrera. Y por el camino, grita hasta que los muertos se levanten.

Ponzoña alzó su maza y la apoyó contra su hombro al tiempo que descolgaba su escudo de la espalda. Sus ojos se clavaron nuevamente en el carro que avanzaba, observando su avance.

-PEREGRINO, R´GAA, SERPIENTE -gritó una vez más al resto de los que hacían guardia-. ¿VEIS ALGO DESDE VUESTRAS POSICIONES?

 

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29/05/2012, 00:34
Guepardo.

Guepardo no era muy amigo de ir pegando voces por ahí, le gustaba más quedar en un segundo plano. Pero no era momento como para ponerse delicado. Podían estar en peligro y, viendo como estaban sus defensas, necesitaba estar alerta. Fue corriendo a la tienda principal mientras por el camino gritaba todo lo fuerte que podía: ¡ALERTA! ¡TODO EL MUNDO EN PIE! En mitad de la carrera pudo ver a una figura a contraluz. No se veía bien, pero le pareció que era Sacorroto y le estaba señalando. No había tiempo para comprobarlo. Entró en la tienda principal, donde estaba Matagatos y le dijo jadeante: Debes...debes salir. Puede que estén intentando atacarnos. Arf, arf... Unos hombres...en un carro. Arfff. Escondidos. Dicho lo cual intentó recuperar un poco el resuello. ¡VAMOS, DESPRISA, DEBEMOS IR CON PONZOÑA Y EL RESTO! Gritó al final para dar mayor énfasis a la urgencia que suponía la situación.

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29/05/2012, 02:28
[RIP] R'Gaa.

- Sólo sé decirte que escucho las ruedas de un carro, Segundo. Pero desde donde estoy no veo nada.

R'Gaa se preparó para luchar. Sacó su daga, balanceándola y mirando a las sombras, esperando que en cualquier momento aquello que Ponzoña había visto apareciera.

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29/05/2012, 02:54
Dedos.
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Antes de que abriera los ojos por completo fue requerido un lento proceso de leves quejidos, apenas susurros, y varios parpadeos mientras sus ojos se iban desprendiendo de las imágenes borrosas que veía. Realmente no se daba cuenta si era de día, dónde estaba y por qué se sentía dolorida.

Parpadeo un par de veces más y al fin las formas se hicieron ante sus ojos. Su mirada al frente, tumbada como estaba, la decía que estaba en una tienda de campaña. Otro vistazo y vio a varios de sus compañeros allí también, dormidos o descansando de sus heridas. Ahora recordaba que había perdido el conocimiento en las calles de Idon, en aquella ciudad que tras sus gloriosas fachadas se escondían miserias.

Llevó una mano a su cuello inevitablemente al sentir el dolor, y al notar que estaba vendada supo que aquellos vagos recuerdos eran reales: la habían herido de gravedad. Intentó carraspear un poco como un leve intento de comprobar si la herida había sido muy seria hasta que su atención fue requerida.

- Bu-e-nos… -era evidente tanto en su voz como en su rostro que le costaba hablar, pero si alguien pensaba que podía exasperarse por ello optó por algo más sencilla: sonrió y acarició el rostro del hombre que amaba. ¡Por los Espíritus, por todos y cada uno de ellos que estaba más que segura!

Matagatos pudo apreciar que tragaba saliva como para querer aclarar su garganta, e incluso un par de ruidos ásperos salían de su garganta. Cerró los ojos un instante como para darse un respiro y al abrirlos aún su mano seguía en la mejilla de su chico.

-  ¿Di-me que e-ese maldito jarrón no-no se ha roto? –comenzó con cierta dificultad- Quiero estampárselo en la cabeza a Mentiroso.

Su risa fue tan breve como grande el dolor en su cuello. Estaba claro que debía tomarse el habla con calma, y sin embargo un simple geste le haría ver lo feliz que estaba en aquel momento… Despacio, cariñosamente, deslizó su índice por la nariz de Matagatos mientras sus miradas se mantenía con ternura.

- Estoy un po... -tomó aliento- Un poco cansada.

Y con eso se fue quedando dormida, y sin embargo Matagatos supo que era así. El rostro de Deso estaba relajado, incluso se veía feliz, más consciente de sí misma tal vez. Era una buena noticia saber que no estaba perdida sino durmiendo.

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29/05/2012, 02:44
Peregrino.

Mis heridas sangraron durante un poco de tiempo desde el momento en que salí de la tienda de los mandos y vi a todo el resto de La Compañía partir sin nosotros hacía el este. Todos se fueron, menos los Hostigadores y un pequeño destacamento de soldados de infantería de la escuadra del Cabo Barril. Nos quedamos solos, atendiendo a los heridos y vigilando a que no intenten terminar su trabajo mal hecho.

Los días transcurrieron con calma, mientras me recuperaba de mis heridas y continuaba con mi interminable entrenamiento, con el afán incansable de ser mejor con la espada. Dormía hasta tarde mientras estaba herido y entrenaba suavemente hasta antes del alba. Luego, cuando ya no habían heridas que reposar, mi entrenamiento se intensificó hasta los extremos, siendo duras sesiones de ejercicio sin parar, en soledad y con una concentración casi inhumana, solo interrumpida por las guardias que volví a realizar, el comer, defecar y dormir. Volvía por fin a ser mí mismo y reencontrarme con mi interior gracias a la disciplina y el enfoque en mi arte.

Ahora es un nuevo día y me despierto, mojo mi cara y salgo a entrenar fuera de la tienda. He visto a Campaña entrenar con el propio Cabo Barril y derrotarlo, lo que habla de la enorme capacidad de combate que posee mi compañero de una manera natural. Si mantiene sus esfuerzos y su disciplina, algún día será un temible guerrero. Mi hoja refleja el sol con fuerza al salir de su vaina y al moverla rápidamente despide rayos luminosos de gran belleza, además de abrumar pues sé que aquel rápido movimiento apaga la vida más fácilmente de lo que cortaría un madero.

Mis movimientos son fuertes y gráciles a la vez mientras recuerdo la forma de moverse en batalla que practican los Maestros de la Espada y lo complemento con una serie de nuevos movimientos que he inventado basándome en los mismos principios en los que se fundamenta todo el Camino de la Espada.

Un sonido me saca de mi concentración y veo un par de carretas con lo que parecen ser diez hombres de los bajos fondos sobre ellas. Fijo bien la vista y no me cuesta demasiado notar las lanzas que sobresalen de la paja que asemejan llevar aquellos transportes. Por el número me atrevo a decir que deben ser veinte hombres armados, probablemente los mismos que nos atacaron dentro de las murallas, aunque para mí es muy difícil diferenciar a estos sucios extranjeros.

Guepardo y Ponzoña hablan acerca de aquello y Ponzoña da rápidamente la orden de prepararse para el inminente ataque. Luego habla a los más cercanos para que le confirmemos lo que percibimos. Me acerco a él y le hablo al oído, pues no me gusta levantar la voz:

 - "Veinte hombres con lanzas. Diez están ocultos con las armas. Parecidos a los que nos atacaron en Idon."

Me quedo en posición firme, con mi katana desenvainada y tomada con ambas manos, listo para el combate a la señal que indiquen nuestros líderes. Mi mente vuelve a focalizarme en el enemigo, el que esta vez no es mi propia debilidad ni las técnicas tanto tiempo atrás aprendidas, sino que veinte hombres vivos y dispuestos a matarnos. En este entrenamiento no puedo fallar.

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29/05/2012, 03:12
Dedos.

No reconoció la voz en un principio y hasta que sus ojos no se acostumbraron nuevamente no distinguió que era Guepardo el que estaba dando la “voz de alerta”.

Por instinto intentó levantarse, terrible error. Su rápida incorporación, aunque no fue más que un intento de apoyarse en los codos, hizo que la cabeza le diera tantas vueltas que terminó por regresar a su posición. Encima avivó el dolor de su cuello, principalmente, y los otros lugares donde había sido alcanzada por el filo de los machetes.

De su boca salió un áspero “cuidado” a Matagatos mientras su mano se aferraba con frustración de su brazo. No había sido un sueño, lo sabía. Ya se había despertado y habían hablado muy poco, casi nada, antes de volver a caer en un ahora agradable sueño. Pero se acabó, después de la agitada voz de su Hermano era imposible que durmiera.

¿Quién más estaba en la tienda de campaña? ¿Quién más a parte de Matagatos en condiciones para defender el bienestar de los heridos?

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29/05/2012, 07:14
Uro.

Al igual que en los días previos, tal como ocurriera cada noche desde que las presencias sobrenaturales y los espíritus sin reposo se habían cruzado en el camino de los “Hostigadores”, el antiguo Cazador de Cabezas había tenido serios inconvenientes para conciliar el sueño.

Esto se había trasladado rápidamente a su carácter, tornándolo más hosco y huraño que de costumbre, si tal cosa era posible, y lo mantenía apartado del resto de sus camaradas. Durante aquellos días, el salvaje solía deambular en solitario por los alrededores del campamento, ya fuera entrenando por su cuenta con una furia inusitada o simplemente mirando pensativo el horizonte. Ni siquiera durante las guardias se acercaba a compartir algunos momentos con sus hermanos de armas.

En ocasiones, hasta casi parecía que estuviera ahuyentando seres invisibles a puro golpe de machete…

En verdad, lo cierto era que URO se pasaba buena parte de la noche en vela, atrincherado en su tienda de campaña a la espera de que algún ser sobrenatural irrumpiera en ella para perturbar su descanso. Aunque hasta el momento los espíritus solo se habían contentado con acecharlo desde las sombras, husmeando desde los rincones ocultos de su refugio y provocando extraños susurros en la penumbra, ninguno se había dado a conocer en toda su aterradora magnificencia.
Por supuesto, ello no había mermado ni un ápice la férrea determinación del bárbaro, que no se dejaba engañar por las astutas artimañas de aquellas incorpóreas sabandijas. Sin embargo, quizás debido a las interminables horas de insomnio y aburrimiento que había tenido que soportar, el bárbaro se había vuelto un poco más pragmático.

Ya no se conformaba con aguardar pacientemente a sus enemigos en la calidez de su tienda. Pues había entendido que las defensas de su refugio eran demasiado pobres como para confiar en ellas, y se había decidido a plantar batalla en campo abierto. Después de todo, nada mejor que el resplandeciente destello del alba para atestiguar su hora más gloriosa.
Por todo eso, para cuando aquellos extraños carros comenzaron a divisarse en las cercanías del campamento, URO hacía rato que había abandonado su refugio, y los descubrió casi de inmediato. De modo que pronto comenzó a prepararse para lo peor.

Así, mientras otros de sus camaradas corrían vociferantes por el campamento, él se ajustó con ceremoniosa calma las diversas tiras de cuero que componían su armadura, se calzó el perturbador machete al cinto, embozó el escudo de los Cazadores de Cabezas en su brazo izquierdo y se encaminó hacia el centro del campamento.

Su descomunal brazo derecho cargaba también con tres lanzas cortas…

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29/05/2012, 08:19
[RIP] Escarabajo.

Escarabajo se dispone a responder a Sicofante con un gruñido

- Afuera las cosas no van mal pero...

Sin embargo no puede seguir puesto que varias cosas le interrumpen. Primero Dedos, intentando incorporarse como la estúpida que es. Escarabajo le puso las manos en los hombros obligándola a tenderse por completo y mirándolo con sus ojos perpetuamente llenos de rabia

- Eres una idiota. Si hubieras combatido más con gente que hubiera tenido menos miedo de golpearte, tal vez hubieras sabido mejor estar en medio de una batalla. Aunque la culpa de que estés asi es de tu amante, y líder nuestro - gruñó enfadado.

Pero si iba a decir algo más, no lo hizo. El grito de afuera lo hizo tensarse y gruñir, ahora sí, y por completo, haciendo que sus ojos se desenfocasen.

- Quedaos quietos aquí. El resto nos encargamos - ordenó. Entonces acercó a cada uno de los hostigadores heridos sus armas, y las dejó junto a ellos.- Por si perdemos. No es bueno que un guerrero muera sin las armas a mano

Y sin decir nada más sale de la tienda y se desplaza hacia la posición en donde están el resto de hostigadores preparando sus garras de acero para el combate

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29/05/2012, 09:09
Matagatos.
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Dedos intentó responderle pero apenas pudo pronunciar una palabra, la herida estaba reciente y además llevaba sin hablar mucho tiempo. Al final pareció darse por vencida y le respondió con una sonrisa. Matagatos se la devolvió, no podía estar más contento, aunque también preocupado. Con suavidad llevó su dedo índice a los labios de ella.

-Shhh. No fuerces la garganta, tu herida no ha cicatrizado completamente.

Se quedó mirándola mientras intentaba decir alguna otra cosa más, había ensayado este momento durante días pero un nudo en la garganta le impidió hablar, tan solo la contemplaba como si fuera la primera vez. Fue Dedos la que nuevamente rompió el silencio preguntando por el jarrón de Mentiroso. Matagatos puso un gesto ambiguo y alzó los hombros, en realidad estaba ya harto de aquel jarrón por unos temas o por otros.

-Todavía lo tiene, así que podrás rompérselo en la cabeza.

La imagen le vino a la mente y lo hizo sonreír ampliamente, como solo lo hacían sonreír las ocurrencias de Dedos.

La echaba tanto de menos.

Los gestos de la exploradora denotaban que sus heridas todavía le dolían. Le acercó un poco de agua para que humedeciera su garganta, aunque sabía que tragarla le dolería.

-Te he echado mucho de menos Gacela. No te imaginas lo mal que lo he pasado, pero lo importante es que ahora estás de nuevo con nosotros. El resto también se recuperará.Señaló a sus tres compañeros heridos.

El esfuerzo de hablar y su primer despertar la habían agotado y enseguida sus ojos comenzaron a cerrarse nuevamente. Pero a Matagatos ya no le importaba, ahora podía dormir todo lo que quisiera, había hablado de nuevo con ella y sabía que todo estaría bien.

-Descansa mi vida.

Le dijo antes de que se durmiera y se levantó suavemente para besarle la frente. Se quedó un rato más mirándola fijamente, pero esta vez tenía una sonrisa en su rostro.

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29/05/2012, 09:13
Rastrojo.

¡Por todos los espíritus! ¡Sois una pandilla de exagerados! Seguro que no son más que unos cuantos mercaderes que sacaron de contrabando un puñado de objetos brillantes para mercadear. Se enteraron de que los de infantería no quisieron entrar desarmados y vienen a vender lo que antes no pudieron.

¡Paletos!

Con toda la parsimonia del mundo, Rastrojo entra en su tienda y se pone los pendientes y el colgante que lo identifican como un venerable (aprendiz de) chamán. Se recoloca el taparrabos para asegurarse de que nada asome estropeando una buena primera impresión. Al final sale de la tienda apoyado en su bastón, con un aspecto más digno que el de un cavador de letrinas.

No es que vaya a adquirir nada... no hay que tirar el dinero. Quizás un arco si está a un precio extraordinariamente más bajo que el que esgrimen los mercaderes de la compañía. Pero lo que le vendría bien a su ego es un poco de veneración de unos desconocidos, aunque sea falsa y para intentar hacerle comprar. Porque lo que son los Hostigadores le han perdido el respeto a pasos agigantados.

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29/05/2012, 09:55
Khadesa.

¿Pero, ¿qué estaba ocurriendo...?

A media conversación con Jabalí, Khadesa escuchó el revuelo de alarma. ¿Les atacaban...? Poco ha durado la tregua, maldita sea...

-¡Ve a tu puesto, guerrero! Van a necesitar tu filo, ahora hay que moverse.

También ella lo hizo. No olvidaba su lugar, y su compromiso. Entró en la tienda justo cuando Escarabajo salía de ella.

-¡Nos atacan! Yo me hago cargo de Dedos y Sicofante. ¡Ve, te necesitan!

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29/05/2012, 10:35
[RIP] Escarabajo.

Escarabajo que ya había salido de la tienda cuando se cruzó con Khadesa, y llevaba las armas en su mano, estuvo a punto de arrollar a la pitonisa, y sin pararse, solamente gruñó. No necesitaba que nadie le dijera nada sobre la guerra. ¿Necesitaba gastar saliva?

En todo caso, siguió su camino con la escasa velocidad que le permitía su pierna herida para siempre

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29/05/2012, 10:41
Serpiente.

Con tantas voces los desconsiderados gritones me sacaron de mi ensimismamiento. Claro que en ese momento a mí no me apetecía pagarles con la misma moneda, así que me acerqué a Ponzoña para “responder” en un tono más bajo a su pregunta.

- Veo muchas cosas, tantas que supondría un esfuerzo enumerarlas todas. Tal vez si la pregunta fuera más concreta… Solo tal vez.- Sonreí.- Tan concreta como: ¿cuánto tardarán en llegar?

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29/05/2012, 11:34
Campaña.

Los gritos de alarma interrumpieron la conversación de Campaña, que se apresuró a mirar en la dirección que Guepardo había indicado, comprobando que efectivamente se acercaba un carro. No pudo distinguir nada más, ni brillos ni lanzas, tal como decían sus compañeros, pero no le cabía duda alguna de que aquellos tipos venían a terminar lo que habían empezado.

- ¡Malditos cobardes! - rugió Campaña.- Se enfrentarán a los puños de Campaña ¡No volverán a herir a mis Hermanos!

Campaña estaba realmente enfadado, le parecía imposible que aquellos tipejos se hubieran atrevido a amenazar a la Compañía. Fueran quienes fueran no parecían saber a quién se enfrentaban. El gigante se colocó su escudo en el brazo izquierdo, listo para machacar a aquellos imbéciles, pero lo que de verdad deseaba en aquel momento era verles sufrir por lo que habían hecho.

- Ponzoña, Hermano, Campaña quiere hacer sufrir a esos - dijo visiblemente enfurecido.- Campaña quiere sangre y fuego ¡Sangre y fuego! - gritó finalmente.