Partida Rol por web

En esta ocasión ataca él y yo defiendo, tengo suerte de que haya pensado que soy un poco mas alto de lo que soy en realidad, eso significa que doy una buena imagen, pues mi barrera se rompe y noto como una potente ráfaga de aire me mueve el pelo. Me he quedado paralizado cuando he visto un par de cabellos caer por los costados de mi cara, sigo su trayectoria con la mirada hasta que reposan en el suelo mientras oigo como algo a mi espalda sufre las consecuencias del hechizo; ni siquiera hago el amago de girarme para ver qué ha pasado cuando ya estoy lanzando el siguiente ataque.

- Diffindo.

Un joven de regio porte se acerca dando zancadas lentas pero seguras hasta situarse junto a Charlotte. Su uniforme iba decorado con una borla al hombro que hacia referencia a su casa. Alphard lo reconoce como un familiar suyo, un primo algo lejano, otra rama de la familia Black.

El resto lo conceis un poco de oidas, sabeis que es el adalid de la rectitud y caballerosidad inglesas dentro dek alumnado de Hogwarts. Aunque no existen pupilos especiales, todo el mundo sabe que esta bajo el ala del profesor Parson.

Una vez se ha situado junto a Charlotte, a la cual le saca al menos cabeza y media, la mira seriamente aunque pronto realiza una reverencia caballerosa al tiempo que agarra una de sus manos y la lleva a su frente en gesto de cortesia.

- ¿Me concedeis este duelo, Lady Battlelower?

Pregunta con una voz que sin intentarlo suena sugerente.

Lo siento!!!! TwT!!!

Aunque no te quejaras XD la espera vale la pena

El club de duelo era divertido, estaba nerviosa y emocionada a la vez, pero todo eso desapareció cuando el profesor se mostró inflexible, fruncí el ceño y no pude evitar pensar que ahí se acabó la diversión. Era cierto que para un duelo había que estar muy concentrado, pero aquello me pareció excesivo.

Me puse recta y crucé las manos a la espalda balanceándome mientras observaba en silencio a los demás en sus duelos, intenté memorizar los dos hechizos para cuando me tocara, Diffindo de ataque y Aquascuutum de defensa.

Un movimiento a mi lado distrajo mi atención de los duelistas, por el rabillo de ojo noté a Alphonse Black que me observaba seriamente, me giré hacia él pensando en qué querría. A penas le conocía, evidentemente nunca había hablado con él, así que no pude evitar alzar una ceja con expresión interrogante. Lo que no me esperaba era que hiciera una reverencia, me agarrase la mano y después me retara, no pude evitar que un escalofrío recorriera mi espalda, en alguien como él hasta algo tan simple resultaba sugerente. Flexioné un poco la piernas contestando a su reverencia tal y como me había enseñado mi madre.

-Por supuesto, señor Black será un placer. – Le dije con una sonrisa, sujeté con firmeza mi varita y me puse en guardia.

No se preocupes jefe, también podía haber retado yo a alguno de los otros. Además no está nada mal mi contrincante. Hago solo la tirada de iniciativa porque como se me dan fatal así tengo la opción de atacar o defenderme.

Alister había visto como Black se ponía en posición y se centro en la defensa, esta vez el hechizo de Aquascutum, aunque no noto el impacto, y bajo el hechizo para ver la postura de su compañero.

Algo estaban haciendo mal, nuevamente se puso en posición y eligió hacerlo como lo hacía Black, o como pensaba que lo había hecho en primer lugar, y entonces al decir la palabra  mágica en voz alta se dio cuenta de su error.

El aire que expulso la varita no tenia precisión. Había sido un hechizo sin ningún tipo de técnica, y rebufo por su falta de aplicación. Tenía que conseguir dominar ese hechizo, al menos lo suficiente para presentarse como un digno rival de Black durante aquella tarde de duelo.

Tras lanzar mi hechizo adquirí mi pose habitual de lucha. Había fallado. Pese a que el hechizo había sido especialmente poderoso, había apuntado mal, algo poco habitual en mí. Aún así no me desconcentré. Tenía todo el cuerpo relajado y las piernas ligeramente flexionadas, con el peso sobre la pierna atrasada, preparado para esquivar la ofensiva de Helene. El brazo de la varita lo tenía adelantado y el objeto alargado apuntaba a la joven. Era una varita larga y clara, hecha de vid y con núcleo de dragón. Tenía impresa a lo largo de ella una especie de enredadera de un color verde pálido.

Mi rostro había cambiado. La habitual sonrisa había desaparecido para dar lugar a un semblante serio y concentrado. Era muy competitivo, todos lo sabían. Me tomaba en serio hasta un duelo entre amigos. Te toca. Dije, animando a mi amiga a atacar.

Creo que he alargado demasiado la "f" pues en cuanto el hechizo sale de mi vartia noto como se divide en múltiples ondas de aire cortante; varias caen de manera aleatoria sobre los alumnos mas cercanos, por suerte solo son empujados y ninguno presenta daños, y otras chocan entre sí haciendo que se origine una lluvia de ceniza que cae por todo el aula. Todavía no ha llegado a caerme ninguna mota de esa lluvia cuano noto como mi mano derecha, la que empuña la varita, comienza a temblar de manera incontrolable, casi como si tuviese vida propia; rápidamente recojo el brazo junto al cuerpo y sujeto la mano con la zurda hasta que se pasa.

Al mirar a mi alrededor puedo notar las miradas de varios de los alumnos cercanos que saben que yo he sido el origen de los 'empujones' y de la 'lluvia gris', pongo mi mejor máscara de indiferencia y elevando el mentón me dispongo a seguir con el duelo como si no hubiese pasado nada.

Da la vuelta dando unos pasos y se gira situandose frente a frente. Alza la varita y luego la baja dejandola en posicion de guardia.

Con la otra mano hace un gesto hacia ti.

- Las damas primero.
 

Alister hace un bonito juego de piernas al dar un paso adelante, haciendo que su hechizo no solo no impacte sobre el objetivo previsto, sino que lo rodee, al parecer, había convocado las ráfagas de aire en vez de en un punto fijo, al rededor de su objetivo. 

Y tras el joven Black había una clara muesca en la pared que así lo representaba. Quizás no hubiera sido tan malo, si no fuera porque de ser un combate de verdad, un duelo real, Alister habría acabado con la guardia baja, sin haber movido un solo cabello de su oponente y a la espera de un contraataque que podría ser muy doloroso. 

Espero el ataque de Ravenclaw y justo cuando lo veo iniciar el movimiento de varita, hago el hechizo que me ha de proteger; entonces en vez de chocar con el muro de agua, las ondas se arremolinan a mi alrededor sin llegar a tocarme pero sí que me quitan la ceniza que cubría mi pelo.

- Gracias por el detalle de sacudirme la ceniza señor Ravenclaw.

Hago un comentario irónico con el nuevo fallo, esperando rebajar la tensión; me concentro en la correcta pronunciación del hechizo y ejecuto los movimientos necesarios de varita.

- Diffindo.

Esta vez sale bien, las ondas se dirigen hacia su objetivo dispuestas a romper la barrera y cumplir con su objetivo; pero de nuevo algo retiene mi poder y solo logro hacer una herida pequeña. Parece que con los recientes acontecimientos en mente ninguno de los dos queremos dañar al contrario, habría sido mejor coger otro contrincante al que no me importase herir, pienso admirado porque mi varita capte tan bien mis sentimientos.

Nuevamente alza la varita contra el ataque de Black, que es raudo y esta vez no se ha desconcentrado como la anterior.

El hechizo sale a la perfección, pero no es capaz de parar todas las horas de viento que surcan la sala del club de duelo, y nuevamente muerden su ropa y sus antebrazos, que estaban desprotegidos.

No puede evitar hacer un par de movimientos con el brazo lastimando, con la intención de sacudirse el dolor. Pues aquellos cortes tenían la misma esencia que cortarse con un papel. No eran excesivamente dañinos, pero sin duda, extraordinariamente molestos y dolorosos.

Apretó un poco los dientes, y volvió a tomar la postura, aunque a todas vistas, estaba incomodo antes de preparar el ataque. Sería capaz esta vez de hacerlo al menos medianamente bien.

Concentro su mirada en el rostro de su contrincante, que como siempre parecía excepcionalmente preparado. Y sin pestañear lanzo el hechizó .

Diffindo.

Dijo al tiempo que su varita cortaba el aire en un movimiento calculado y con un patrón especifico. Pero esta vez, fue incluso peor que la anterior. El brazo le escocía por los cortes, y le dio un pinchazo, uno pequeño, pero que fue suficiente para que el hechizo saliera alto.

Y tan alto, que fue a dar con toda su potencia en la parte superior de la pared sin siquiera tocar o acercarse a su adversario. Lo que sí consiguió con ello, fue sesgar por completo el tapiz con el escudo de Gryffindor que estaba sobre la pared haciéndolo caer al suelo. Pero con tan mala fortuna que este cayó sobre dos alumnos que procuraban realizar sus ejercicios.

Estaba seguro de que en breve recibiría una amonestación por parte del profesor Scrooge, puede que incluso un castigo físico. Algo nada raro. 

Helene se había preparado para protegerse del ataque de Alan. Había ensayado sus movimientos infinidad de veces en su mente en los pocos segundos que Alan había tardado a realizar su ataque.

Estaba dispuesta, preparada y convencida de poder ejecutar el hechizo sin ningún inconveniente.

- Aquascutum. - pronunció con firmeza justo antes de perderse en el recién llegado.

Su mirada abandonó a su oponente y recorrió el mismo camino que Alphonse Black ¿existía a caso un chico más elegante, educado y agraciado que él?. 

Sus ojos le siguieron y su varita se perdió en dirección contraria, liberando a Alan del ataque e impactando este contra algún otro alumno.

En cuanto Alphonse se dirigió a Charlotte, Helene agitó la cabeza recuperando la compostura y ubicación.

- Perdona. - le sonrió a Alan deseando que no se lo tuviera en cuenta - Me he despistado. 

Contrate Helene, se reprochó a sí misma volviendo a su postura de duelo Es tu amigo, pero también tu oponente, una futura aurora no puede cometer estas faltas de respeto. Incluso pudo identificar en esas palabras a su padre, sermoneandola sobre el respeto y la disciplina de un duelo.

Cuando Ravenclaw se levanta observo que sacude el brazo, a pesar de no hacer demasiado daño no cabe duda de que molesta; me preparo mucho mejor que en anteriores ocasiones esperando su ataque y cuando él vuelve a agitar la mano, yo lanzo mi protección.

- Aquascuutum.

De la punta de mi varita comienza a salir agua hasta formar un gran rectángulo, el mayor de los que he hecho hasta el momento, no por su altura si no por su profundidad de algo mas de un metro. No tengo oportunidad de ver como detiene el ataque de mi oponente, su disparo ha vuelto a salir alto y ha cortado unos de los tapices cayendo sobre otros dos duelistas, ¿¡Gryffindor!? la comisura derecha de mi boca se eleva casi imperceptiblemente; deshago el hechizo y me acerco hasta él con unos pocos pasos.

- ¿Algo que confesar? -digo cuando llego a su altura.

Sin apenas mover los labios, y aprovechando que ahora estoy de cara a la pared, añado otra frase después de la pregunta.

_{- Hoy no ¿Viernes mismo sitio misma hora? ¿Quién?}

Espero que haya captado lo esencial del mensaje y que, en algún momento antes de la siguiente reunión, alguien me pueda contestar.

Black me permitió comenzar primero, así que asentí con una sonrisa y me puse en posición de ataque para preparar mi hechizo pero concentrada después en la defensa.

-Gracias, señor Black. Será un placer.

Ante la confirmación de Tracy mi sonrisa se ensanchó un poco y comencé a caminar alejándome de los otros. Muchos duelos ya habían empezado, y lo que menos quería era que nos diese algún conjuro mal apuntado. Mis pasos estaban medidos de una forma inconsciente, sin perderla de vista, y mis dedos acariciaban con lentitud la varita, en un estado a medio camino entre el nerviosismo y la anticipación.

Una vez me hube separado de los demás me detuve apuntando con las puntas de los pies hacia ella y exponiendo todo mi pecho, casi como una provocación. Ni siquiera llegué a alzar la varita. Cuando más difícil fuera parar su conjuro más divertido sería conseguirlo.

- Tú primera. - La invité, con un brillo en los ojos que mi compañera conocería más que nadie. Había pocas ocasiones en que me dejase llevar más de lo habitual. El combate - ya fuera físico o mágico - era una de ellas.

Los ojos de Tracy se habían desviado, de modo inconsciente, siguiendo por un instante la estela de una espalda recta como la disciplina hecha carne. La voz de Ingo, sin embargo, la hizo volver a su sitio del mismo modo en el cual se había alejado, casi sin darse cuenta de ello. Para el resto del mundo, la Gryffindor apenas parpadeó en aquiescencia; pero su interior demostraba una realidad diferente, una que cruzaba a los reproches que tenían su propia voz con los llamados de atención de su padre y el recuerdo de sus tíos.

El pecho descubierto de Ingo era una provocación, y ella lo sabía. También sabía, perfectamente, no dejarse engañar por aquella ilusión en la cual el Gryffindor parecía mostrarse desarmado, e invitarla a aprovecharse de su debilidad. Tracy sabía perfectamente que ambas cosas no eran ciertas, y si bien ella no se tomaba al duelo como un juego, ni se tomaba a la plataforma como un campo de batalla en el cual dirimir una competencia de egos, tal como lo concebían la mayoría de sus compañeros, sabía apreciar la invitación en los ojos de Ingo. Era una invitación a no reprimirse.

Por supuesto, entonces. Como siempre.

- ¡Diffindo! - exclamó, el movimiento de su mano como un látigo y su voz, una saeta.

Me doy la vuelta lentamente, quedándome al lado de Ravenclaw, y paseo la mirada un momento por el resto de parejas; mantengo la cara de indiferencia pero ver que mi primo se ha puesto con Battletower, cuando nunca antes se había acercado, me llama la atención. Estoy por no darle mas importancia cuando me acuerdo de otro compañero de casa que también ha demostrado interes por una Battletower y el corazón me da un salto en el pecho, dijeron que irian juntas para investigar el aula...

No quiero sospechar de que Alphonse está metido en lo que ha pasado, en realidad puede ser cualquiera, pero he de ser sincero conmigo mismo y reconocer que la gente de mi casa no nos relacionamos demasiado con los de las otras. ¿Y si las han visto? Ravenclaw puede que llegue a la misma conclusión que yo pero no quisiera que por no haber dicho nada les pase algo, ¡y la reunión va a ser esta noche! Puede que no sea nada pero tengo que hacerselo saber.

- Me llevo el primer tanto del curso, - digo con suficiencia en la voz - como siempre.

Agacho la cabeza un poco mientras comienzo a sacudirme el uniforme y el pelo de los restos de ceniza que todavía tienen, de todos es sabido que la imagen es una de las cosas en las que pongo mucho esmero, un Black no puede ir lleno de polvo.