Partida Rol por web

Dos chicos de primero conversan en un lugar apartado. No te llegan sus palabras, pero ves como el primero le entrega un pequeño puñado de galeones al segundo y le susurra algo al oído. Luego se separan. De repente notas como la garganta te empieza a toser. No ves nada, humo a tu alrededor, pero notas que hay gente, pasan por tu lado, intentando apartarse de la negra humareda que los envuelve. Y entonces, alguien te roza, pero este no está aturdido, lo sabes. No ves su rostro, está envuelto en su capucha verde de Slytherin, pero es joven, de primer o segundo curso como mucho. Y estás segura que es uno de los dos chicos que viste en primer lugar.

Y súbitamente una calavera aparece y te con una salvaje risotada clava sus dientes en tu rostro, desgarrandolo en cachitos, interrumpiendo el trance y haciéndote volver a la realidad con el corazón desbocado. El cuerpo te tiembla y a duras penas logras controlar tus manos. No has entendido nada de lo ultimo, pero intuyes que no se trata de nada bueno.

-De acuerdo entonces- digo volviendo a alzar la voz -Yo...

Sin embargo, mi voz se quiebra y la frase queda cortada por una súbita sensación familiar. El libro resbala hasta el suelo con un ruido seco, mientras en un gesto involuntario me aferro al brazo de mi compañero evitando por todos los medios caerme al suelo debido al incontrolable temblor que se ha adueñado de mi cuerpo. A través de mis ojos cerrados, las imágenes se suceden con velocidad, haciéndome soltar un débil jadeo de horror.

-Coot...- es lo único que logro susurrar con una mezcla de estupefacción y terror, al ver reflejado el rostro del chico tan parecido al de su hermano mayor a través de mis párpados -Anthony Coot y... otro... de los nuestros...- a pesar de mi malestar trato de echar mano de mi memoria para lograr recordar su nombre, logrando pronunciar al final -Claire... o Clave... o...

Estoy a punto de echarme a llorar y abrazarme a Black buscando desesperadamente algo de apoyo, pero mi cuerpo no responde y únicamente permanece inmóvil sacudido por eventuales escalofríos y mis ojos permanecen cerrados. -Había una... calavera...- añado aterrada y con la voz entrecortada por el miedo -Me ha... mordido...

Alphard- termino usando su nombre de pila sin darme cuenta -creo que va a ocurrir algo horrible.

Cuando creo que la conversación ya está acabada, Elizabeh se queda a mitad de su frase y se le cae el libro de las manos, una de ellas me agarra del antebrazo y noto como tiembla, y como tira de mí para no caer. No sé qué le pasa. Miro su cara y tiene los ojos cerrados, una mueca de terror y un débil jadeo es lo que veo y oigo antes de que sus labios salga un apellido - ¿Qué tiene que ver Alan con esto? - pienso sin saber a qué se refiere - ¿qué pasa con él que le da tanto miedo? - Voy a preguntárselo pero entonces vuelve a hablar y sus palabras hacen que todo cobre un nuevo cariz.

Me quedo sin saber qué hacer, sus labios tiemblan, su cuerpo se estremece, y su voz se quiebra; y yo me quedo quieto, simplemente aguantando su mano con mi brazo. Pronuncia mi nombre, algo que no suelo oír, y eso parece hacer que salga de mi propio trance. Por fin reacciono y alargo el otro brazo para apoyar mi mano en su hombro.

- No Elizabeth. No lo permitiremos.

Supongo que ha tenido alguna especie de visión, - No me extraña que prefiera estar a solas - pienso imaginando cómo será ver 'cosas' de repente, y cómo sería que eso te pasase delante de extraños. En mi mirada seria, por primera vez hay un atisbo de miedo. No porque sea tan valiente que no lo siento, si no que hasta ahora había pensado que podría mantenerme totalmente al margen del peligro real, ya no estoy tan seguro y menos con la decisión que he tomado, la expresión de Elizabetn hace que me reafirme en ella - Voy a vigilar especialmente los contactos entre ellos cuatro -.

- Algo más sobre dónde.

La pregunta es en un tono tan suave que casi ni es pregunta, no quiero presionarla pero cualquier cosa que pueda recordar puede ser de vital importancia.

Trago saliva, tratando de serenarme. Noto una rápida pulsación en las sienes, y me doy cuenta de que es la sangre circulando velozmente por mis venas. Aun así, puedo notar como los efectos de la visión van remitiendo lentamente, y que poco a poco comienzo a volver a la calma y a mi estado natural.

Aun así, sigo asustada, con la imagen de la calavera grabada a fuego en mi retina. Finalmente logro abrir los ojos, y me vuelvo hacia mi compañero con las pupilas totalmente dilatadas, y el rostro todavía más pálido de lo habitual. -No lo sé- digo sintiéndome impotente, mientras niego con la cabeza -No lo sé... pero hay algo... humo, me parece- Trato de sobreponerme a la intensidad de las imágenes para lograr hilar un discurso con sentido. Me aferro al contacto físico, a la presión de su mano en mi hombro, para aferrarme a la realidad y no perderme en el caos que se ha formado en mi cabeza. -Coot le entrega dinero al otro chico, a ese Claive. Y luego llega el humo y todo el mundo corre, salvo él. Es un Slytherin. Y luego llega la... calavera- termino relatando con un hilo de voz.

La últimas palabras son un poco caóticas pero supongo que las visiones deben ser así, se ha puesto muy pálida y me da la sensación que en cualquier momento se puede desmayar.

- Está bien, ya llenaremos los huecos. - digo intentando que se mejore y recupere - Tranquila, nada de eso puede hacerte daño. -de momento- Por el momento yo seguiré con el plan y me fijaré especialmente en los dos que has dicho.

No tengo ni idea de qué tiene que ver Coot en esto, ni por qué le debe entregar dinero al otro chico, y mucho menos a qué se debe el humo y la calavera -Espero que Dumbledore y los otros saquen algo en claro cuando se lo contemos-.