Partida Rol por web

La Decisión de Dumbledore

Viajando con Dumbledore a solas y más escenas (Elizabeth)

Cargando editor
28/04/2016, 13:45
Elizabeth Deacon

Ha sido un viaje largo. No es tanto una percepción temporal, ni siquiera espacial, sino más bien emocional. El aspecto del profesor parece variar del agotamiento a la preocupación y, como me ha ocurrido en tantas otras ocasiones, tengo la sensación de que sus ojos azules están leyendo mi corazón como si fuera un libro abierto. Sí, mi mente sigue siendo un espacio privado en el que no agradezco ninguna intromisión, especialmente teniendo en cuenta los pensamientos que ahora la recorren, pero, aun así, no caigo en la rabieta infantil que antes me embargaba. No hay nada como una auténtica tragedia para aprender a poner las cosas en su sitio, a juzgar los problemas como se merecen.

De vuelta en el despacho, incluso el fénix parece encontrarse derrotado, como si se hiciera eco de las emociones que a ambos nos dominan. Dumbledore también parece más viejo que nunca y, por primera vez, comprendo que su culpabilidad por el estado de Alex no es una simple impostura, sino que, más aún, se siente responsable igualmente por todas las infinitas consecuencias que el suceso ha provocado, como es responsable la piedra que cae en el centro de un estanque de las ondas que lamen los bordes de la circular orilla.

-Buenas noches, profesor- Me despido cortésmente, mientras salgo del despacho en dirección a las mazmorras. El silencio y la soledad que me acompañan por los pasillos del castillo es tan intensa que, en el momento que vuelvo a escuchar una voz humana, estoy a punto de dejar escapar un grito de sorpresa. Sin embargo, sus palabras, que suenan casi como una sentencia, hacen que se me ahogue en la garganta.

-Nada puede destruirme, porque ya estoy destruida. A mí ya me concibieron rota.- Pienso, sin el menor atisbo de temor. Pero eso no puedo decirlo en alto y, mi respuesta, sin ser semejante en absoluto, no es por ello menos sincera. De hecho, hay más sinceridad en ella de lo que estoy acostumbrada a otorgar. -No creo que tomarme la venganza por mi mano sea la mejor opción, se lo prometo.- Musito, volviéndome, pero clavando mis ojos en el suelo. -Solo pienso que, ante la falta de justicia, cualquier cosa es mejor que nada.- Y por alguna razón que no soy capaz de definir, me veo obligada a añadir un -Lo siento.

Cargando editor
13/12/2016, 23:25
Director
Sólo para el director

Mensaje propio, día 13-12-2016

Solo para separar escenas.

Enfrentamiento con Ruth Andersen.

Cargando editor
13/12/2016, 23:26
Ruth Andersen

El silencio de la biblioteca resulta acogedor. O al menos más tranquilo que la Sala Común de Slytherin. Con el mal tiempo siempre se llena de alboroto y hoy es uno de esos días. La lluvia lleva golpeando las cristaleras tanto tiempo que ya se ha convertido en un rumor de fondo. No hay indicios de que pueda parar pronto, pero no es algo que te preocupe; resulta una magnífica excusa para no abandonar la biblioteca.

De pronto captas un sonido familiar. Zapatos de marca Bridge, indudablemente caros, resuenan suavemente sobre el suelo de la biblioteca, acercándose. Al levantar la mirada ves a Ruth, tu amiga. Antigua amiga, siendo precisos. Maquillaje discreto, cejas perfectas, pelo lustroso... nada ha cambiado en ella. Se para delante tuya. Su sonrisa también sigue siendo la misma, amable y coqueta. El resto del mundo solo verá dos viejas amigas encontrándose. 

La tensión de sus labios indica algo muy diferente.

-Hola Eli. ¿Podemos hablar en privado? -dice sin alzar la voz.

Cargando editor
18/12/2016, 21:02
Elizabeth Deacon

Al contrario de la opinión de la mayoría de la gente, hay algo en los días de lluvia que me hacen encontrarlos especialmente agradables. Tal vez es esa sensación de plácida melancolía, o de indiferente lentitud. Tal vez es que hace que las habitaciones no sean meros espacios en los que vagabundear como un solitario fantasma, sino que las convierte en un refugio cálido ante la humedad y el frío. O, tal vez, simplemente me ofenda la injustificada alegría de los días soleados. En cualquier caso, no soy capaz de imaginar un mejor clima para consagrarme a una maratón de estudio en la biblioteca, especialmente teniendo en cuenta la presión de tiempo a la que nos enfrentamos.

Por todas estas razones, el percibir la llegada de Ruth me supone algo similar a lo que podría ser una patada en el estómago. Si ya en los últimos tiempos hemos tenido poco que decirnos, el que venga a buscarme cuando estoy ocupada y con esa extraña tensión en la comisura de hace boca me hacen imaginar que la conversación no va a convertirse en una pérdida de tiempo sino en algo infinitamente peor. Riddle, Rose, Alex, Alphard... por un momento todos ellos cruzan mi mente junto a los temas tabúes a los que los asocio, preguntándome con el alma en vilo a cuál de todos ellos voy a tener que responder.

-¿Es muy urgente?- Termino preguntando, tal y como habría hecho en cualquier otra circunstancia. A pesar de no sonreír, hay una cierta cordialidad en mi voz, como podría esperarse de mi trato con una amistad. Procuro que nada se perciba en mi rostro, aunque es probable que, al igual que he yo, ella también pueda leer una cierta incomodidad en mí. Sin embargo, ambas estamos acostumbradas a conversar llevando puestas las máscaras. -Ahora mismo estoy bastante ocupada, pero supongo que si es un asunto importante puedo hacer un hueco.

Cargando editor
19/12/2016, 22:02
Ruth Andersen

Sus pómulos se elevan y sus labios se fruncen un poco más.

-¿Crees que si no lo fuera te pediría que fuera en privado? No perdamos más el tiempo.

Se gira con brusquedad y con amplias zancadas camina hacia la salida, apoyándose en el marco de la puerta y mirándote con impaciencia. No, está claro que algo no marcha bien. Ruth clava los tacones en el suelo con tanta fuerza que parece querer hacer un agujero en la piedra. Agarra el picaporte de la primer habitación que encuentra, entrando como una exhalación. Tan pronto como cruzas el umbral te espeta:

-Me he enterado de que Riddle te ha preguntado por el estado de Álex. ¿Por qué tú sabes de él y yo no? ¿Desde cuando lo has estado viendo? 

Cargando editor
21/12/2016, 21:18
Elizabeth Deacon

No puedo evitar lanzar un suspiro de leve disgusto antes de seguir a mi compañera, asegurándome previamente de haber dejado una pluma entre las páginas del libro de maldiciones para poder retomar mi lectura tan pronto como fuera posible. No puedo permitirme distraerme de mi objetivo principal: aprender el hechizo de olvido antes de que termine la semana. Las consecuencias en caso de cometer algún error... bueno, es preferible no pensar en ellas.

Tal vez sea por eso que, nada más escuchar las palabras de Ruth, tardo unos segundos en comprender realmente de lo que me está hablando. ¿Celos? ¿De verdad? Por primera vez desde que comenzó toda esta terrible pesadilla, soy consciente de lo mucho que me he alejado, no solo de ella, sino incluso de la persona que yo era antes.

Pelear por Alex a estas alturas me parece como una broma absurda. Tanto, que me siento dividida entre el impulso de gritar de rabia y soltar una carcajada. Yo me estoy jugando la vida para vengarle, internándome en el Bosque Prohibido y mintiendo ante Riddle, solo para descubrir que él ha quedado mentalmente lisiado por una maldición que ni siquiera tras años de estudios de magia oscura conocía. Y ahora, ante la que hace meses era una de mis amigas, me encuentro pensando que ya va siendo hora de que comience a madurar un poco.

-¿Desde cuándo?- En contra de todo pronóstico, una sonrisa acude a mis labios, pero en ella no hay nada de amabilidad o de alegría. Tal vez, yo también debería comenzar a preocuparme un poco por el estado de mi mente. -Deberías informarte mejor antes de saltarme al cuello: no lo he "estado viendo", únicamente hice una visita hace unos días porque en San Mungo creyeron que reencontrarse con un amigo del colegio podrían ser beneficioso para él, y el profesor Dumbledore consideró apropiado elegirme a mí por cualquier extraña razón que pase por su hipócrita mente. No funcionó.- Hago una pausa, sin borrar esa extraña mueca de mi rostro. Me duele, me duele mucho hablar de ello. ¿Acaso ella no sabe todavía que el conocimiento solo trae dolor? -¿Y sabes qué? Creo que preferiría no haber ido nunca.- Mentí, aunque había un poso de verdad detrás de todo ello. -No me he callado lo que encontré por capricho... pero si tan deseosa estás de saber en lo que se ha convertido, supongo que lo menos que te debo después de todos estos años es contártelo.- La miré a los ojos, esperando su respuesta. Verdaderamente, las noticias volaban en Hogwarts.

Cargando editor
24/12/2016, 13:32
Ruth Andersen

Tus respuestas no son las que Ruth parecía estar esperando. A cada segundo parece más tensa y cuando terminas see hablar se inclina hacia adelante, mirándote fijamente con el ceño fruncido, empezando a invadir tu espacio personal.

-Oh, ahora la culpa es mía. -dice recalcando la última palabra.- Eres tú la que no me habla desde hace semanas, la que desaparece por todas partes, pero ahora se supone que debería leer tus pensamientos. ¿Y ahora saltas con la excusa de que lo haces por mi bien? Porque eso es lo que acabas de decir, "amiga".

Quizás las intenciones de Ruth fueran buenas en un principio, pero con la última frase empieza a perder las formas. Su tono ya no es amable en absoluto y sus manos empiezan a cerrarse para formar puños.

-¿Sabes qué? No quiero oír nada más que salga de tu boca. Ya me has mentido bastante. Nunca tendría que haber confiado en las palabras de una sucia mestiza.

Cargando editor
21/01/2017, 14:06
Elizabeth Deacon

Apenas han acabado las palabras de Ruth de abandonar su boca cuando mi corazón se salta un latido. -Lo sabe... Por las calzas de Merlin, ¿cómo, por todo lo que es mágico*, se ha enterado?- Pillada por sorpresa, retroceso un paso con los puños tan apretados que mis nudillos alcanzan la tonalidad misma de la nieve.

Todas las excusas que había preparado para explicar mis ausencias, todo mi discurso acerca de Alex... todos esos pensamientos abandonan mi mente de un plumazo, más eficientemente que si ella me acabara de lanzar un Obliviate directo a la cabeza. Todo lo que queda detrás no es más que un laberinto de incredulidad e incomprensión.

-...sucia mestiza... ¿eh?- El insulto resuena en mi cabeza, reverberando en las paredes de mi cráneo como el eco de una cueva. Durante un instante, tengo la sensación de que su voz no le pertenece a ella, sino que es el tono de mi madre, o incluso el de mi hermana Rose. En un primer momento siento rabia, pero este sentimiento pronto queda ahogado por el dolor y la decepción. -...No tienes ni idea de lo sucia que puedo llegar a ser.

Poco a poco, relajo nuevamente los brazos, e inspiro profundamente mientras asiento con la cabeza. ¿Qué sentido tiene negarlo a estas alturas? Los pecados de mi madre son un estigma que cargo y que, ocurra lo que ocurra, haga lo que haga, jamás podré borrar: son una mancha que me avergüenza y que únicamente puedo contar con ocultar mientras me esfuerzo en demostrar al mundo lo que valgo por mí misma. Siempre he tenido el temor de que ese secreto fuera revelado e hiciera añicos lo poco que me quedaba de mi vida... pero ahora, además, mi sangre es la única llave que tengo para infiltrarme en el grupo de Riddle. Y aunque en otras circunstancias, en otro momento, hubiera estado dispuesta a cargar con la condena social (como, después de todo, he estado haciendo por voluntad propia durante todo este tiempo), especialmente tras saber que tanto Alex como Alphard están dispuestos a pasar por alto mi ascendencia, ahora ese es un lujo que no puedo permitirme a ningún precio.

-No hay nada que puedas decirme que yo no me haya dicho ya a mí misma. No es algo de lo que me enorgullezca, pero tampoco algo que pueda cambiar.- Musito violentada, manteniendo la vista gacha al sentirme incapaz de mirarle a los ojos, como si acaso mi "amiga" hubiera crecido de tamaño. Me resulta imposible ocultar que he perdido confianza ante ella y que me siento inferior, a pesar de mis palabras. -Pero eso no cambia que tú no sepas absolutamente nada acerca de lo que le ha ocurrido a Alex y estés viviendo felizmente en la ignorancia.

He perdido confianza, de eso no cabe la menor duda... pero no he perdido determinación. No puedo negar que merezco su desprecio y no la culparé por rechazarme: Si esto significa una ruptura entre ella y yo, estoy dispuesta a asumirlo y a aceptarlo; lo que no estoy dispuesta a aceptar es que ponga en peligro cualquier intento de acercarme a mi objetivo, no cuando ya no está solo en juego la venganza sino incluso nuestras propias vidas. Afortunadamente, estamos solas en esta habitación, pero son muchas las cosas que pueden salir mal en un hechizo: quiero creer que he llegado a ser lo suficientemente madura como para saber que, aunque el fin justifica los medios, la opción más dramática no es siempre la más aconsejable. Sí es necesario lanzarle un maleficio cuando me de la espalda, lo haré sin dudarlo ni un instante... pero si transigir un poco me permite llegar al mismo resultado, me tragaré el orgullo aunque me cueste. No es momento para peleas de adolescentes.

-¿Puedo preguntar cómo te has enterado y qué vas a hacer con esa información?- Añado, pendiente de que no se marche -Comprendo que no tengas ninguna razón para mantener esto en secreto, pero tampoco ganas nada dándolo a conocer. Yo... haría cualquier cosa para evitar que esto se filtrara...

Ruth, en un mejor o peor sentido de la palabra, siempre ha sido astuta. Espero que la rabia no impida que lo siga siendo...

Notas de juego

*En vez de por todo lo que es sagrado. Sí, se puede pegarme, pero no se me ocurría otra cosa XD

Cargando editor
31/01/2017, 22:40
Ruth Andersen

Avanza unos pocos pasos, enérgica alzando el puño derecho hasta la altura del pecho. Sin embargo algo parece detenerla a medio camino. Su mirada sigue ardiendo de odio, pero casi puedes ver como los engranajes de su cerebro se ponen a funcionar. Tienes razón, no saca nada de esto. Y para Slytherin sería aún peor que se descubriera dicha lacra en uno de sus miembros. Lentamente empieza a sonreír y se relaja.

-Sí... será mejor. ¿Quieres saber como lo supe? -su sonrisa se hace más ancha.- Siempre pensé que los rumores sobre tu madre eran exagerados, pero recibí una carta con demasiados detalles como para ser falsa. Un padre muggle, ¿eh? Ni me imagino la vergüenza que debe suponer para los tuyos. -expone, regodeándose en cada palabra.- Dilo. Quiero oírte. Di "soy una asquerosa mestiza, una vergüenza para mi familia".

Cargando editor
04/02/2017, 17:23
Elizabeth Deacon

-Soy una asquerosa mestiza... una vergüenza para mi familia- Las acusaciones reverberan en mi cabeza produciendo un inquietante eco. Siempre han estado allí, acechándome, persiguiéndome como la más terrible maldición. ¿Por qué, entonces, si nunca he dejado de repetírmelas en mi soledad, me cuesta ahora tanto esfuerzo lograr que se trasladen hasta mi boca? ¿Por qué se quedan atrapadas en mi garganta, como si un maleficio me hubiera arrebatado el uso de mi voz?

-Yo... yo soy...- ¿Otra vez una carta? ¿Otra vez esa misma carta, tan delatora como anónima? ¡¿Quién se había enterado y como?! ¡¿Por qué el pasado siempre tenía que volver a atormentarme?! -Yo soy...

Tomo aire, y vuelvo a recordar la sensación de vulnerabilidad que sentí en el Bosque Prohibido. ¿Qué tengo que temer de Ruth? ¿Qué puede hacerme realmente? ¿Qué es un puñetazo o una humillación comparado con poder perder la vida? Me recuerdo a mí misma que estoy haciendo esto por Alex, que hay mucho más en juego que mi orgullo personal, que las palabras no tienen tanto valor, ¿o acaso yo no las he estado usando para tergiversar la verdad sobre mi origen desde que llegué al colegio? No deja de ser retorcido, en cierto modo, que me resulte tan complicado admitir los hechos y tan sencillo recurrir a la mentira. ¿No debería, para cualquier persona normal, ser mucho más sencillo a la inversa?

-Soy una asquerosa mestiza...- Susurro con amargura. Siento un dolor en el pecho que me impide respirar y percibo la rabia fluyendo por mis venas como si fuera sangre. Y, sin embargo, a pesar de la ira, no me siento capaz de odiar a mi verdugo. No me siento capaz de juzgarla. Si yo hubiera estado en su lugar, estoy segura de que habría sido mucho peor. Si consigo que Riddle quede a mi merced alguna vez... juro que será mucho peor. Toda mi sed de venganza está dirigida en esa dirección. Y para satisfacerla, si es necesario, caminaré sobre el fuego y sobre el agua. -...una vergüenza para mi familia.

-¿Satisfecha?- Escupo, mentalmente, pero mis labios permanecen cerrados y mi mirada gacha. Algún día les haré pagar a todos por aquello. Algún día les demostraré de lo que soy capaz... pero, hasta entonces, más me vale que mi "compañera" mantenga el secreto entre nosotras. Aunque, con el misterioso chantajista, pocas garantías puedo tener de que el rumor no llegue hasta mi enemigo. No puedo sino cruzar mis dedos y esperar que este sacrifico no haya sido en vano.

Tengo que contener, aun así, un bufido de sarcasmo nada divertido. Vaya Slytherin es ella, en cualquier caso, si necesita que una sangre mestiza le recuerde que debe aprovechar para sacar partido de la situación mientras aún puede. ¿Qué cara se le quedaría si supiera que Riddle, el modelo a seguir por nuestra casa, es exactamente como yo? ¿Es que tiene la sangre tan limpia que de aguada no le llega hasta el cerebro, para tener que depender de mis consejos?

-Soy una asquerosa mestiza, una vergüenza para mi familia. ¿Y eso en que te convierte a ti, mi buena amiga, que has dependido de mi para aprobar durante todos estos cursos?

Cargando editor
06/02/2017, 13:00
Director
Sólo para el director

Ruth está satisfecha. Además de reírse un poco y decirle que nunca lo olvide, se asegura de que sepa que a partir de ahora hará favores extra para ella. También indica que ahora entiende porque su hermana nunca se acerca a ella. 

Cargando editor
10/02/2017, 11:44
Ruth Andersen

El éxtasis de Ruth es total. Su expresión es como la de un niño con un un juguete nuevo, dispuesto a usarlo de todas las formas imaginables.

-Sí, lo eres. Ahora arrodíllate y escucha. Desde ahora harás todo lo que te diga, cuando te lo diga y sin quejas, sin importar cuan sucio o degradante sea. ¿Entendido? 

Cargando editor
13/02/2017, 15:29
Elizabeth Deacon

-Que... ¿que me arrodille?- Hay algo tan fuera de lugar en esa petición que un breve temblor recorre mi rostro cuando contengo el impulso de fruncir las cejas. Durante unos instantes, me siento bloqueada no tanto por la degradación como por el absurdo. Utilizarme, chantajearme, humillarme, insultarme... siempre había sabido que en caso de que se conociera la verdad tendría que pasar por todo aquello; representar la parodia de amo y señor, bueno, por mucho que me disguste, eso no me resulta tan retorcido como infantil. ¿De verdad Ruth es tan infantil como para querer pasar por reina?

Por un momento, la idea de lanzarle una maldición vuelve a cruzar mi mente, espoleada ya no solo por la necesidad sino igualmente por la rabia. Sin embargo, vuelvo a repetirme a mí misma que estaría corriendo un riesgo inútil, que mi orgullo no es tan importante como para poner en peligro mi venganza. Además, ¿qué sentido tendría retroceder ahora? La única opción que tengo dadas las circunstancias es seguir hacia adelante... por mucho que jamás pueda olvidarme de esto.

Algo oscuro borbotea en mí cuando doblo mis rodillas tratando de mantener mi mirada impasible ante las baldosas del suelo. "Crucio", repite una voz dentro de mi cabeza, como cada vez que pienso en Riddle. "Cruciatus". Conocía el maleficio y sabía ejecutarlo. Únicamente carecía de la oportunidad... pero aún quedaba mucho recorrido en la partida. -EntendidoAcato sumisamente en apariencia. Tal vez no debería haber abandonado la biblioteca o, quizás, simplemente debería de haber cerrado la boca. Tal vez simplemente no debería de haber nacido. -¿Cuánto tiempo más va a durar este juego?

Cargando editor
19/02/2017, 17:54
Ruth Andersen

Desde arriba te llega su voz con un tono alegre casi insoportable.

-¡Deberías estar contenta! En realidad te hago un favor, ya no tienes que fingir delante de mí. Bien, ya puedes levantarte. -te mira unos segundos,dubitativa y entonces añade.- Creo que podemos empezar tus favores con la redacción que ha mandado el profesor Binns. La quiero para antes de esta noche y así poder pasarla a limpio, ¿entendido? -remarca la última frase con un tono más serio.

Cargando editor
05/03/2017, 21:37
Elizabeth Deacon

-Contenta...- A punto estoy de no comenzar a reír a carcajadas. O al menos, algo de mi que tal vez este perdiendo la cordura (o quizás no es más que ese fondo de sinceridad que siempre ha observado con una irónica sonrisa mis muestras de hipocresía) lo encuentra asombrosamente divertido. La otra parte de mi, por el contrario, no siente más que humillación y rabia.

Aun así, es cierto que hay una cierta liberación implícita en la ruptura del secreto. Por lo menos, el miedo se reduce... y en ocasiones el propio miedo es más temible que cualquier consecuencia explícita. En ocasiones, por supuesto.

Me pongo en pie, pero aun así no alzo la vista de los ojos, donde el caos y la turbulencia de mis emociones puede leerse perfectamente. -Entendido- Respondo, con mi característica voz monocorde, que tal vez en esta ocasión se nota un tanto temblorosa a fuerza de morderme la lengua. Nuevamente, pienso en Alex y trato de justificar que mi venganza bien vale toda esta pena.

-¿Algo más?- Pienso mentalmente, aunque me guardo de decirlo en alto, no vaya a darle más ideas. Bastante me ha traicionado la lengua por un día...

Notas de juego

O.O

No me había dado cuenta de que la escena estaba actualizada, lo siento mucho. T.T