Partida Rol por web

Cuando es abordado por vosotras, Jem se encuentra sentado en una de las mesas de la Sala Común, haciendo un trabajo de Transformaciones. Su cara denota esfuerzo y un intento de concentrarse, mientras consulta su libro de texto y otro más voluminoso que obviamente ha salido de la biblioteca. Nada más veros deja caer la pluma y sus ojos se abren, temiendo lo que se le viene encima.

Una sonrisa brotó espontánea en mis labios al vislumbrar a Jem con un libro de la biblioteca. Tal vez no estaba echado a perder del todo. Sin embargo, eso por supuesto no iba a decírselo a él, así que decidí pincharlo un poco cuando llegamos a su altura. 

- Vaya, Jem... ¿Libros? ¿Pero ya sabes leer? - Pregunté, abriendo los ojos con una exagerada y fingida sorpresa antes de soltar una risita. Hice un gesto con la cabeza hacia la puerta. - ¿Nos acompañas a dar un paseo? - Añadí, en un tono que dejaba claro que no era un ofrecimiento, sino una orden de hermana mayor.

Cuando vi a Jem con aquel enorme libro, le dediqué una sonrisa que podía resultar un poco diabólica. Por la reacción de nuestro querido hermano, sabía que le esperaba una pequeña tortura. -¿Qué haces con ese libro? Si es más grande que tú, enano.- Le incordié un poco como hacía siempre, pasando las hojas de un lado a otro y haciendo que perdiera el punto donde se encontraba.- ¿Le has visto, Alice? En serio, empiezas a ser una mala influencia, hermana. Al final va a ser como tú, pero en pequeñito.- Hice un gesto con el dedo pulgar y el índice simulando algo muy pequeño.

-Aunque seas insoportable, mamá se enfadaría si no cuidáramos de ti y eso incluye una reunión familiar de vez en cuando. Así que… andando. En el horario de hoy, te toca pasar un tiempo de calidad con tus queridas hermanas. Si te niegas se lo diremos a mamá.

-Esto... no debería, tengo que dejarlo terminado o el profesor Dumbledore... -se interrumpe antes de terminar, dándose cuenta de que no va a servir de nada. Con un suspiro de derrota deja caer la pluma y guarda el resto de sus cosas en la mochila. -Tampoco necesito que seáis mis niñeras, no tengo cinco años, ¿sabéis? Y no metáis a mama en esto. Hablemos, pero que sea rápido.

Apresurándose, es el primero en salir de la Sala Común. Una vez fuera os mira a ambas, preguntándose que es lo que podéis querer de él.

Una risita salió de mis labios al escuchar a Charlotte metiéndose con Jem. - Es demasiado feo para ser como yo. - Dije, continuando con mi labor como hermana mayor que, por supuesto, incluía pinchar a Jem siempre que tuviera ocasión. 

Una vez en el pasillo empecé a moverme, esperando que ambos vinieran conmigo. - No nos quedemos quietos, demos un paseo. - Sugerí, sabiendo que Charlotte comprendería que lo decía para mantenernos en movimiento y dificultar que algún oído indiscreto nos escuchase. 

- Le conté a Charlotte que estás hecho todo un cotilla que se entera de los rumores del colegio. - Dejé caer como introducción, dedicándole al pequeño una mirada burlona.

Salí detrás de Alice al pasillo y comencé a caminar hasta que ella habló. Teníamos que considerar la posibilidad de que pudieran oírnos y no estábamos seguras de cuanto apoyo tenía Riddle.

-Resulta que nuestro hermanito se entera de todo y, como es un gran hermano, nos lo va a contar con todo detalle. ¿Verdad Alice? Porque si no lo hace…- Le miré con una sonrisa un tanto retorcida.- Ya se me ocurrirá algo y no te va a gustar. – Mis palabras podían parecer muy amenazantes y, aunque lo eran, Jem sabía que no pasaría de ponerle barro en la cama o algo parecido. Jamás le haría daño a mi hermanito.

Al darse cuenta de lo que le estáis pidiendo se encoge instintivamente y mira hacia ambos lados con el temor pintado en su rostro.- ¡Te dije que no quería hablar sobre eso! -dice más alto de lo que le gustaría e inmediatamente reduce el tono.-Además, no se mucho más de lo que ya te dije, lo juro. No quiero que me ocurra como a ellos...o que os pase algo a vosotras. -confiesa avergonzado.

De forma automática chisté pidiendo a Jem que bajase el tono cuando gritó. - ¡Shhh! No grites. ¿Quieres que se entere todo el colegio? - Le reñí, negando con la cabeza, a pesar de que él ya hubiera bajado el tono por sí mismo. 

Después me encogí de hombros. - No nos va a pasar nada, sabemos cuidar de nosotras mismas. Y también vamos a cuidar de ti. Pero para poder protegerte necesitamos saber todo lo que sepas. Mencionaste a Laura Swan, pero también a un chico. ¿Quién es él? ¿Y sabes algún caso más? Cuéntanos todo lo que sepas si no quieres... que le pase algo a tu querido violín. - Amenacé, cruzándome de hombros y mirándolo con una ceja levantada.

A cada segundo el miedo de Jem va aumentando. Vuelve a mirar por encima del hombro, a pesar de que en estos momentos el pasillo está vacío. Presionarle solo lo está poniendo más nervioso, como podéis ver por el temblor de sus manos.

-No sé su nombre. -responde escuetamente.- No quiero saberlo. Si Riddle se entera de que hablamos de esto... es mejor no molestarlo, no quiero que me pase lo mismo. Y vosotras deberíais hacer lo mismo. -su mirada se detiene especialmente en Alice, significativa.

Levanté un poco más la ceja y miré a Charlotte con una exagerada incredulidad. 

- ¿Te lo puedes creer, Lottie? El moco se cree que puede decirnos lo que tenemos que hacer y lo que no. -Negué con la cabeza al volver a mirar a nuestro hermano pequeño, con la mirada cargada de toda mi autoridad de hermana mayor. 

- Ya te lo he dicho, Jem, no nos va a pasar nada. Nadie le va a contar nada al señor Riddle. Y nosotras vamos a cuidar de ti. Pero necesitamos que nos digas todo lo que sepas. Si te enteras de algún otro cotilleo, vienes corriendo y nos lo cuentas. Y si puedes averiguar cómo se llamaba ese chico, también. ¿Entendido?

-Sí, parece que intenta rebelarse contra nosotras. Cuida tus palabras, pequeñajo o el violín será de lo que menos tengas que preocuparte. -respondí, con una seriedad igualmente exagerada, riéndome para mis adentros.

Las siguientes palabras de Alice hablaron por las dos, aunque no estaba del todo segura sobre hacer investigar a Jem. Sobre todo sabiendo lo de los otros niños. La sangre se me helaba solo de pensar que Riddle pudiera hacerle lo mismo a mi hermano.

En realidad, para ser justos, no sabía exactamente que les había hecho y eso me ponía aún mas nerviosa. A saber con que retorcidos planes conseguía que nadie lo delatase. Una vez más no pude evitar pensar en su encuentro con Alice en el partido. Estaba demasiado cerca de ese loco para que pudiera quedarme tranquila. Una parte de mí deseaba lanzarlo contra un muro y decirle que dejase a mi hermana fuera de sus asuntos, pero sabía que no arreglaría nada. Por el momento tendría que esperar y controlarme.

-Así es, cualquier cosa que sepas dínosla. -dije, apoyando a Alice.

Vencido por el peso combinado de vuestra autoridad, Jem resopla- ¡Esta bien, está bien, lo haré! -dice de mala gana.- Pero si voy a tener que estar pendiente de los rumores quiero algo a cambio. Nunca más os burlaréis de como toco el violín, nada de risas ni bromas. ¡Ah, y también se acabaron las amenazas! Esas son mis condiciones. -sentencia mientras cruza los brazos.

Mis labios se curvaron en una pequeña sonrisa triunfal cuando Jem cedió y un brillo divertido apareció en mi mirada al escuchar sus condiciones. - Bueno, bueno. Pides mucho, ¿eh? Todo eso tendremos que ir viéndolo, dependerá de cómo te portes -anuncié con un encogimiento de hombros-. Digamos que tendremos una disposición un poco más... Amistosa.

Entonces lo miré con seriedad y añadí algo más. - Oye, Jem. Pero sobre todo ten cuidado. Tú entérate de lo que puedas, pero sin que se note, ¿vale? Sólo queremos enterarnos de los rumores. -Le dediqué una leve sonrisa y estiré una mano para despeinarlo con un gesto fastidioso pero con cariño. - Y ahora vete a hacer los deberes, venga.

Y sintiendo que ya teníamos el asunto resuelto me giré hacia Charlotte. -Voy a ir un rato a la biblioteca. - La habría invitado a venir conmigo, pero sabía que era inútil así que no me molesté en hacerlo. - Luego te busco.