Partida Rol por web

La Decisión de Dumbledore

Conversaciones

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16/09/2014, 19:01
Director

Notas de juego

No hay problema, podéis hablar todo lo que queráis aquí.

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19/09/2014, 16:27
Tracy Canterbury

Tracy estaba sola cuando Helene se acercó a ella. Había dejado marchar a Ingo sin acompañarlo, o quizás era que el Gryffindor había decidido partir sin ella, como respuesta a una charla, seña o mirada entre ambos que no había sido expresada en palabras. La Gryffindor giró al percibir su presencia, y Helene pudo ver cómo una o dos gotas de sudor transparente bajaban por su rostro, uniendo aleatoriamente las pecas como si se tratase de alguien intentando dibujar una figura.

¿Suerte?, pensó Tracy inmediatamente, mientras la voz de su padre acariciaba su mente. No es exactamente cuestión de suerte, Tracy. Aunque es cierto que la habilidad sólo disminuye la posibilidad de que algo salga mal por azar.

Hola, Helene - devolvió la Gryffindor, volviéndose para enfrentar a la Hufflepuff cara a cara, y movió la cabeza - Oh, no lo creas. Yo tampoco he sido ni tan rápida ni tan hábil como debería - levantó el brazo, y le mostró sin pudor el corte en la tela y la piel, que aún no había cerrado - Ingo es muy bueno en esto, realmente. Aunque no puede ser de otra manera. No se puede mejorar si no entrenamos con gente buena o mejor que nosotras, ¿no crees?

Echó una mirada a donde Ingo y ella habían estado sólo minutos antes.

- La próxima me gustaría tenerte como pareja – comentó Tracy, volviendo los ojos hacia Helene – Creo que podría servirnos mucho a ambas. Más si aquí siguen pasando cosas como las de Dracons. ¿Qué te parece?

Notas de juego

Perdón la tardanza, compañera. Tengo poco tiempo en la vida real últimamente.

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24/09/2014, 23:16
Helene Ravens

Helene no pudo evitar sorprenderse ante el corte de Tracy, ante el hecho de que alguien hubiese conseguido herirla, o más concretamente, ante el hecho de que ella no hubiese lanzado sus hechizos de protección a la perfección.

Se asombró, y tal fue su impacto, que ni siquiera pensó en disimular esa mueca que le abría los ojos como platos, le alzaba las cejas y luego liberaba esa tensión haciéndole parpadear dos veces.

¿Ingo? se extrañó buscando la cara que respondía a ese nombre, aunque sabía perfectamente de quien se trataba nunca lo había imaginado, ni se había planteado, que fuese un digno competidor para Tracy. Pero esa pequeña desubicación del compañero de Tracy se desvaneció cuando ésta dedicó una mirada dónde había combatido.

- Sí, puede ser. - respondió por inercia a la pregunta de la Gryffindor, aun perdida en sus pensamientos y archivo de nuevos datos sobre Ingo.

Pero la futura aurora pronto la sacó de ese extraño estado de asombro retroalimenticio. Disparó sin preámbulos, directa, clara, fiel a sus palabras, preguntó con esa nota de responsabilidad que acompañaba a Tracy como una sombra. No solo le gustaría tenerla como pareja, era bueno que así fuera, sensato, útil.

Helene no tenía motivos racionales, ni argumentos válidos para negarse a ello. A decir verdad ni siquiera ganas de seguir rehuyendo aquel duelo con el que había llegado a soñar.

-A mí también me gustaría. - pronunció después de haber ensayado la frase cuatro, cinco veces en su cabeza - No hay otro modo de mejorar. - secundo las palabras de la Gryffindor y sintió como se quedaba fría de golpe, solo un segundo, para luego volver a fluir, liberada por haber reconocido que no era perfecta y no haber recibido un grito por ello.

- ¿Realmente crees. - apretó los labios para evitar seguir hablando del asunto de Dracons en un mal lugar - que habrá más incidentes?- preguntó a baja voz y omitiendo preguntarle por su verdadera inquietud, omitiendo toda cuetsión sobre la opinión que Riddle le merecía a su compañera. 

Notas de juego

Discúlpame a mi también. Me veo obligada a retrasar tu respuesta al menos hasta mañana. Estoy en un momento de desgaste mental importante y no doy para más.

Disculpa Tracy y disculpad másters.

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30/09/2014, 22:57
Alice Battletower

Era la hora de la cena cuando llegué a la sala en la que solíamos reunirnos a escondidas, con todo lo necesario repartido en distintos bolsillos de mi túnica, un libro entre los brazos y una caja vacía. Sentía cierta aprensión por ir sola en esta ocasión, siempre había hecho ese trayecto con Charlotte, pero aún no era de noche y no había necesidad de escaparse. Sencillamente me sentía incapaz de ingerir nada y había decidido hacer el hechizo mientras todos estaban cenando en el Gran Comedor. 

Una vez allí empecé a clasificar todo sobre la mesa, un espejo con cada muestra de cabellos y una vez lo tuve todo preparado me senté y abrí el libro para repasar el hechizo por enésima vez. Tal vez me había adelantado demasiado a la hora a la que había quedado con Tracy allí, pero estaba demasiado nerviosa incluso para estudiar, por difícil que fuera imaginarlo, así que sólo me quedaba esperar.

Notas de juego

Llega cuando quieras ^^.

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03/10/2014, 21:51
Tracy Canterbury

- Fantástico. Entonces, decidido. La próxima reunión de duelo nos ponemos juntas desde el principio - asintió Tracy con naturalidad, extendiendo inesperadamente una media sonrisa - Aunque si tienes ganas, podemos también practicar por nuestra cuenta alguna vez - ofreció, retrayendo el brazo que Ingo le había herido - Puede ser muy bueno.

Era difícil creer que la Gryffindor no había notado la reacción de Helene al ver el corte, que ahora quedaba sepultado entre los pliegues de la túnica reglamentaria rota. También era difícil pensar que no notaba a veces más cosas de las que parecía, sobre todo cuando se trataba de la gente. Sin embargo, a pesar que sus cejas trataban de fruncirse a toda costa, Tracy no reaccionó ni hizo ningún comentario al respecto, ni sobre eso ni sobre la aliteración que la Hufflepuff había hecho de sus propias palabras como si estuviera intentando convencerse de las mismas. Creía saber lo que había detrás de ambas cosas, tras todos los años que llevaba conociéndola, y podía entender el sentimiento de Helene.

Todos necesitamos mejorar en algo, a fin de cuentas - dijo finalmente, más secamente de lo que quizás fuera cortés - Nadie es perfecto, aunque nos lo parezca - Tracy movió la cabeza, pensando en su padre - Mi tío Nicholas siempre dijo que creer eso de uno o de alguien sólo puede terminar en desgracia.

La Hufflepuff conocía a Nicholas Canterbury. Era uno de los hermanos de Timothy, Auror como él y el padre de Helene. Tracy entrecerró los ojos ante el último susurro, y echó una mirada sigilosa a sus alrededores, un paneo rápido hábito de años de ser hija y sobrina de Aurores y de ser Scout.

- Sí, aunque desearía que no - respondió, brevemente, antes de fijar de nuevo sus ojos en Helene - ¿Quieres dar una vuelta por las lindes del bosque? Le haremos el favor de dos pares de ojos más a los Scout que estén de patrulla, y ese es un mejor lugar que aquí.

La intención de la Gryffindor era clara. Compartía la percepción de Helene, y fue claro para la Hufflepuff que quería intercambiar impresiones al respecto. Tracy hizo un gesto hacia la puerta, preparada para seguirla en cuanto ella se decidiera, y posiblemente a seguir hablando cuando estuvieran fuera del alcance de la gente.

Notas de juego

No te preocupes, Khat, que en esta escena estamos más que nada para divertirnos :)

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03/10/2014, 22:21
Tracy Canterbury

Un breve sonido anunció que la puerta de la sala comenzaba a abrirse, rompiendo el silencio de la noche de Hogwarts. Y la voz de la Gryffindor apareció incluso antes de que la hendija fuese suficiente para revelar siquiera una peca de su figura.

Soy Tracy - dijo, inconfundible en el aire, antes de que su rostro apareciera en el vano de la puerta y la cerrase a sus espaldas.

No le fue difícil a Alice comprender que aquello sólo había sido un aviso para la tranquilidad de la Ravenclaw, uno estratégico, para avisarle que no era un desconocido que iba a aparecer a atacarla o alguien no invitado que la hubiese encontrado incluso estando tan bien escondida. Era un hábito que cualquiera asociaría con una persona curtida en batalla, pero Tracy no pareció ni siquiera pensar en ello cuando enderezó la espalda al ver a Alice y caminó hacia ella sin atisbo de duda.

Buenas noches, Alice. Gracias por reunirte conmigo - comentó, llegando a su lado. Cualquier ojo se hubiera posado en la mesa repleta de espejos y cabellos, pero los de Tracy estaban puestos en la Ravenclaw - Vine directamente al no verte cenando en el Comedor, lo cual me extrañó un poco. ¿Decidiste simplemente aprovechar este tiempo al máximo, o sucedió algo?

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05/10/2014, 14:00
Alice Battletower

Levanté la cabeza como un resorte en cuanto la puerta comenzó a abrirse. Durante un instante temí que alguien se hubiera dado cuenta de la rendija que se formaba en la pared. Pero en cuanto escuché la voz de Tracy todos mis músculos se relajaron de nuevo y la seguí con la mirada hasta que llegó al lugar donde yo me encontraba. 

Sacudí levemente la cabeza ante su agradecimiento, quitándole importancia, y me encogí de hombros a su pregunta. - Estaba nerviosa y no habría sido capaz de comer ni un bocado. Así que vine para ir preparando todo y repasar una vez más el hechizo. - Me mordí el labio inferior antes de añadir lo siguiente. - No quiero que algo salga mal. 

Me puse en pie entonces y dejé el libro abierto sobre la mesa. - Bien, lo primero es que formemos un círculo a nuestro alrededor con los espejos. Cada uno tiene ya su conexión arcana preparada. ¿Me ayudas? - Pedí con una pequeña sonrisa tensa antes de tomar aire despacio. Iba a salir bien. Tenía que hacerlo. Pero a pesar de que confiaba en ello y estaba segura de conocer ya el hechizo a la perfección, no podía evitar el pequeño gusanillo de incertidumbre que siempre aparecía al probar por primera vez un encantamiento nuevo.

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05/10/2014, 16:34
Tracy Canterbury

Los ojos de la Gryffindor escrutaron a Alice sin sutileza, y sin pudor, como si hacerlo de esa forma directa y abierta significara una deferencia, o una muestra de respeto, hacia la inteligencia de la Ravenclaw. Había muchos motivos por los cuales uno podía estar nervioso en Hogwarts por esas fechas, y también muchas cosas de las que preocuparse, la mayoría de las cuales no pasaban por ejecutar mal un hechizo o tener que intentarlo de nuevo las veces que fueran necesarias. Sin embargo, Tracy no volvió a preguntar sobre el tema. Lo que no dijeran sus palabras, lo dirían sus acciones.

No va a salir mal - señaló la Gryffindor, mientras daba un paso para ponerse al costado de la mesa mientras Alice se levantaba, y la miró a los ojos - Si alguien puede hacerlo aquí, eres tú. Y si sale mal, bueno - añadió, la voz firme y tranquila, extrañamente confortante -, volverás a intentarlo.

No era como si el destino de nada dependiera de que esto saliera a la primera de cambio. Sin embargo, Tracy entendía lo que la Ravenclaw podía estar sintiendo, porque en la palidez de su cara y la tensión de su sonrisa se veían las trazas de una responsabilidad que no parecía tener fin ni tener principio; sólo que Alice daba prioridad a sentirse nerviosa por cosas que no valían la pena, o que no resultaban más determinantes que como muestra o afectación de su propio orgullo.

Tracy ofreció una media sonrisa cuando volvió a escuchar su voz, y asintió, determinada.

Por supuesto. ¿Los recojo y los vamos disponiendo? No sé dónde quieres intentarlo, dado que tenemos que quedar en medio de ellos. ¿Quizás en el suelo, entonces, o quieres sentarte sobre la mesa? - preguntó, mientras se arremangaba la túnica y extendía las manos hacia los espejos que había cerca suyo. No los recogió, sin embargo, hasta que la Ravenclaw no asintió a sus palabras - Has dicho que ya tienen preparada la conexión arcana. ¿Puedo preguntarte cómo haces eso?

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05/10/2014, 21:34
Alice Battletower

Valoré las opciones que había mencionado Tracy y finalmente tomé un espejo en cada mano, cuidando de que los cabellos no se perdieran al hacerlo. - Mejor en el suelo, tendremos más sitio. - Respondí antes de agacharme para colocar uno y dar un par de pasos a la derecha para colocar el otro. 

- Oh, por ahora sólo las he separado, una Conexión para cada espejo. Hay que depositarlas sobre el mango y después con el hechizo se fijarán a él. Son lo que hará que cada espejo sólo funcione con una persona. Pero no he hecho nada más. - Me acerqué a la mesa y tomé otro espejo. - Es una pena que los chicos no pudieran conseguir espejos nuevos. No sé de dónde han sacado estos, pero son un poco chapuceros. - Comenté mientras colocaba el espejo en el suelo, siguiendo la curva. Sin embargo, al levantarme de nuevo, sonreí. - Pero servirán.

Y cuando estuvieron todos en su lugar, volví a repasar mentalmente todo una vez más y tomé aire despacio. - Vale. Sólo falta mi Conexión. - No la había preparado antes para no confundir mis cabellos con los de Charlotte. Con una pequeña navaja que me había prestado mi hermana me corté un pequeño mechón de la parte de atrás, donde no se notase demasiado y me aseguré de colocarlo lejos de los cabellos de mi gemela para evitar confusiones. En realidad me había estado preguntando si nuestros espejos no servirían si los intercambiábamos, al fin y al cabo éramos como dos partes de la misma cosa. Y mentalmente hacía días que había decidido hacer pruebas con ella al respecto por pura curiosidad. 

Todo estaba listo y saqué la varita del bolsillo, entrando en el círculo. - Ya podemos comenzar. ¿O quieres echar un ojo al hechizo antes? - Pregunté, señalando el libro que había quedado abierto sobre la mesa.

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06/10/2014, 03:46
Tracy Canterbury

Tracy asintió y se puso en acción al mismo tiempo, recogiendo los primeros espejos a su alcance. Las manos de la Gryffindor eran seguras, estables y diestras, manejando los espejos y sus cabellos con soltura y sin esfuerzo incluso cuando se acumularon una gran cantidad entre sus dedos. Porque, a diferencia de Alice, ella no recogió sólo uno en cada mano; recogió en cada una a la vez, usando anular para sostener unos y mayor para fijar el cabello contra su marco, índice para sostener los otros y pulgar para el mechón correspondiente. Con la misma destreza con la cual los había cogido, los fue posicionando en diagonal a los que iba dejando la Ravenclaw sobre el suelo, dándole forma al círculo que iba a contenerlas en breve.

De tanto en tanto, iba echando miradas hacia Alice en cuanto ella hablaba, asintiendo brevemente para indicarle que la escuchaba y que comprendía lo que le era dicho. Cuando sonrió, Tracy esbozó una media sonrisa refleja.

- Sólo puedo imaginarme cómo algún hombre ha podido hacerse con un espejo de estos. Si los han robado, me gustaría saber de quién y cómo. Pues eso debió ser realmente bueno - agregó, extendiendo un poco más la sonrisa. Si Alan Coot había participado, algunos de los espejos podían ser de admiradoras - ¿Te ha ayudado en esto Alister, o continúa en sus trece luego del otro día?

Los labios de la Gryffindor habían vuelto a su posición normal, y con un gesto de la mano le había indicado a Alice que recogería el resto de los espejos, para darle a ella más tiempo para prepararse. Los posicionó donde correspondía, sacando a la vez el mechón de cabello que traía guardado en uno de los bolsillos, y apoyándolo con cuidado sobre uno de los dos espejos solitarios. El rizo rubio rojizo se curvó, abrazándose al mango como si no hubiese para éste otra cosa posible en el mundo.

Bien, ya está - anunció, dando un paso hacia atrás, desde donde vio a la Ravenclaw cortarse su propio cabello. La observó con curiosidad, hasta que le vio sacar la varita y señalar el libro - Ah. No, no es necesario. No me serviría de mucho si lo hago en tan poco tiempo. Estoy segura que puedes explicarlo igual que el libro, y mejor aún, dado que lo harás poniendo la teoría en práctica. Nada mejor que eso.

Sacó su propia varita pues, aunque no era la que iba a usarla, siempre había que estar preparado para lo que fuera necesario. Dio un paso al interior del círculo, poniéndose a la par de Alice y mirándola, con una media sonrisa que era a la vez extremadamente seria y atenta.

Estoy lista. Tú dirás.

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08/10/2014, 01:33
Alice Battletower

Asentí con la cabeza al gesto de Tracy y dejé que terminase ella de colocar los espejos mientras negaba con la cabeza, con una expresión divertida por su broma sobre los muchachos. - Oh, no, ha sido cosa de Ingo y Alan solamente. - Respondí, encogiéndome de hombros. - Temo que han roto algo para conseguirlos. - Hice una pequeña pausa antes de seguir hablando. - Sin embargo, Alister parece estar recapitulando, cuando me acerqué a pedirle la Conexión Arcana se mostró colaborativo e incluso me pidió que saliéramos de la biblioteca para contarme lo que había descubierto. - Suspiré entonces. - Por lo que parece el señor Riddle está tramando algo para mañana. Le pedí a Alphard que él y Elizabeth indagaran más, supongo que en la reunión sabremos si han conseguido algo.

Miré a mi alrededor, ya estaba todo listo y el momento de la charla había pasado. Sujetando la varita con firmeza hablé de nuevo, pero mi tono de voz había cambiado. Ya no parecía el de una adolescente bromeando sobre los muchachos, ni el de una conspiradora agotada por el tema que nos traíamos entre manos. En cuanto empecé a hablar sobre el hechizo, mi tono se volvió más neutro, casi como si estuviera leyendo un cuento en voz alta, y mi expresión se volvió más seria y serena. Me sentía cómoda explicando las cosas que sabía. No en vano mi mayor sueño era terminar siendo profesora en Hogwarts. - Se supone que el hechizo sirve para comunicar dos espejos entre sí, pero después de revisar largo y tendido el libro no he visto impedimentos para que funcione con más de dos, haciendo como una pequeña red entre ellos. - Expliqué. - Y eso es lo que voy a intentar. - Hice una pequeña pausa y sujeté la varita con firmeza y seguridad. - Vamos allá. 

Cerré los ojos, respiré hondo y me preparé durante algunos segundos, concentrándome en dejar que la magia fluyese a través de la varita. Cuando los abrí de nuevo, mi mirada estaba centrada y mis movimientos mostraban seguridad en mí misma. Sin titubear acerqué la varita al primero de los espejos y lo golpeé con ella mientras pronunciaba el nombre del hechizo con voz alta y clara. - Windartum. - Un fuerte resplandor plateado empezó a irradiarse desde el espejo pero no me detuve y fui girando sobre mí misma para repetir la palabra y el gesto con cada uno de los espejos del círculo, hasta terminar donde había empezado. 

Miré entonces a mi alrededor y sentí mi corazón latiendo con fuerza en mis oídos ante lo sobrecogedor de la imagen, los espejos resplandecían, rodeándonos a Tracy y a mí con esa luz plateada, hasta que poco a poco fueron apagándose y volviendo a la normalidad. Un brillo de emoción apareció en mis ojos y me agaché para coger uno de ellos. Sentía en mi interior que todo había salido a la perfección. Y como prueba de ello, una pequeña cápsula de cristal había aparecido, rodeando el mechón de cabellos y fijando la conexión al mango del espejo. Miré ilusionada el resultado y empecé a hablar de nuevo, casi sin darme cuenta, como si estuviera continuando la explicación anterior. - La cámara de cristal protege la conexión, para que el hechizo no se disuelva involuntariamente. Pero si en algún momento se desea romperlo se puede romper y se perdería la comunicación. - Miré entonces a Tracy con una sonrisa y le tendí el espejo para que pudiera examinar el resultado ella también.

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08/10/2014, 22:16
Helene Ravens

Helene recorrió los pasillos de Hogwarts hasta la biblioteca como si se tratase de una autómata, completamente encerrada en sus pensamientos, preocupaciones, análisis, conclusiones y fantasías. Pensaba demasiadas cosas a la vez como para prestar atención al mundo real, omitió saludar algunos conocidos, aunque aquello solo alimentaba ese contrato social tácito en el que a su persona se le permitía ser desconsiderada y a cambio se la creía superior a la media, en lugar de una maleducada; ese mismo acuerdo no escrito por el que podía ser una estirada y sacar mejores notas con por un trabajo igual al de otros; ella hacia justicia al dicho “coge fama y échate a dormir”.

Al llegar a la biblioteca su burbuja de pensamientos estalló, sin otro motivo que el de advertirle que había llegado a su destino. Metió la cabeza dentro, en un primer contacto de exploración buscando con la mirada a Alice; repasó toda la estancia a que alcanzaba su vista desde el umbral de la puerta y desafortunada se resignó a entrar.

Mientras se adentraba hacia el rincón al que tres estanterías creando un pequeño callejón sin salida daban intimidad para estudiar los veranos sin ser descubierta empezó a sentirse incómoda, sin saber qué hacer con sus manos o donde mirar mientras andaba, problemas que hasta el momento nunca se había planteado. Pero aquella habitación despertaba sus nervios y temores; le recordaba las ansiedades del segundo año y su falta de madurez para saber llevarlas.

He crecido. Se dijo a si misma autosugestionándose para olvidar aquel ataque que había pulido y atado con más fuerza su amistad con la de Alice.

Más despierta devolvió un saludo mudo a algunos de los estudiantes que ignoraban por completo la maldad que encerraban los libros, el auténtico mensaje que procuraban: que nunca poseerías tantos conocimientos como ellos, que nunca serías lo suficientemente bueno para medirte con ellos. Pero Helene tenía la esperanza de llegar a ser como mínimo la suficientemente buena aurora como para que su nombre y sus aprendizajes fueran mencionadas, algún día, en alguna pagina de algún libro.

Poco a poco su corazón fue tomando un ritmo natural, alterado únicamente por lo que debía contarle a su amiga, y por la extraña sensación que se apoderaba de ella cuando se alejaba de Alan. Y en cuanto giró por el último pasillo de ese laberinto de estanterías que llevaba a su cubículo secreto, se topó con la luz de los cabellos de la Ravenclawn y se olvidó de dónde estaba.

Las Battletower, y sobre todo Alice, tenían ese extraño efecto en Helene, tenían esa tranquilidad contagiosa para ella, incluso cuando no estaban tranquilas, incluso cuando la obligaban a presenciar discusiones fraternales. Cuando disfrutaba de la soledad con ellas Helene desaparecía para dejar que Ellie tomara el control.

Se acercó con sigilo a su compañera, la hubiese visto o no, y puso sus manos sobre sus ojos.

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11/10/2014, 02:59
Tracy Canterbury

Si Tracy opinaba algo relacionado con lo que había sido dicho, o lo que había sido callado, no lo demostró. Su rostro usualmente demostrativo, crisol de pasión y expresiones entrelazadas en cada punto de sus pecas, adoptó un gesto indescifrable cuando Alice comenzó a hablar del hechizo. Sólo sus ojos permanecieron reflejando lo que ardía en su espíritu, mientras el resto de su piel se moldeaba alrededor de la voz que inundaba el aire como una narración, como una letanía. Palabras de una sacerdotisa poseída, traduciendo la voluntad de una fuerza perpetua y fluida cuyo lenguaje no era mortal.

La Gryffindor dio un paso al costado, cejas apenas fruncidas, suficiente para poder mirar a la Ravenclaw de frente mientras escuchaba. Alice pudo darse cuenta que, quizás por primera vez en todos los años que llevaban en Hogwarts, era objeto de la atención completa de Tracy... y de lo que eso significaba. Ser centro único de esa mirada aguda, profunda y perceptiva, tan incisiva que parecía dibujar sus pupilas como una hoja vertical, podía ser increíblemente halagador y terriblemente incómodo. Era posar bajo un escrutinio salvaje y bañarse en un respeto honesto, ser aplastado por una intensidad arrolladora y también ser elevado al espacio por haber conseguido atraerla.

Vamos - asintió Tracy, cuadrando los hombros, única palabra en medio de una experiencia de señas.

Ella no era una persona de estética, de apreciar demostraciones ni grandilocuencias, por lo que no se conmovió ante las luces ni los reflejos de plata que comenzaban a envolverlas ante la primera invocación. Sin embargo, sí era persona de apreciar el carácter de otros, y por ello apreció el cambio en la actitud de Alice, la seguridad y la firmeza que de pronto habían invadido el cuerpo de la Ravenclaw como si nunca hubieran pertenecido a otro sitio. Su mirada captó todos y cada uno de los movimientos, las respiraciones, el brillo del éxito y la concentración, catalogando en su mente, ordenando la técnica en sus recuerdos. Tracy estaba segura de que, aunque lo intentase, no podría obtener ningún resultado parecido, pero eso no impedía que en un futuro quizás sí pudiera, y eso pudiera hacer diferencia.

Cuando Alice comenzó a hablar de nuevo, Tracy asintió. Estaba seria, a diferencia de la Ravenclaw que sonreía emocionada, y extendió la mano para recoger con cuidado el espejo que le era ofrecido. Sus dedos pasaron por el borde de la cápsula aparecida mientras observaba la superficie y a su propio reflejo.

Excelente, Alice - dijo entonces, levantando los ojos hacia Alice, y sonrió - Muy bien hecho, y mejor pensado. Algo como esto puede ser muy útil no sólo para nosotros, sino para cualquier persona que necesite una comunicación rápida y pueda destruirla sin esfuerzo si algo le sucede. Eso puede hacer toda la diferencia - Tracy había vuelto a la seriedad, pensando en su familia. Quizás... - Realmente espero poder aprenderlo y lograrlo de esta forma algún día - agregó con una media sonrisa, mostrandole el espejo que sostenía, y luego miró hacia el suelo.

- Supongo que querrás probarlos... - Tracy caminó hacia el espejo que había quedado vinculado a su cabello, y se inclinó para cambiarlo por el que Alice le había dado  - ... y yo no me opondré a ser el conejillo de indias, faltaría más - agregó, su tono repentinamente bailando en algo parecido a la diversión y la travesura - ¿Qué dices?

Había un brillo de aventura en los ojos de la Gryffindor, cuando se inclinó frente al espejo que había recibido el cabello de Alice, y lo recogió para luego extendérselo a la Ravenclaw.

 

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11/10/2014, 17:16
Helene Ravens

La joven Hufflepuf no respondió al ofrecimiento de Tracy a practicar extraacadémicamente, meditó esa posibilidad, el bien que les podía causar y aportar así como los riesgos que ello conllevaba no únicamente físicos sino en imagen pública y repercusión  académica. Analizó la forma de justificar la diferencia entre una pelea y un entrenamiento cuando no había un profesor delante y finalmente Tracy la liberó de dar una respuesta inmediata, probablemente sabiendo que ella no era capaz de tomar decisiones rápidas por pequeñas que fueran si no apremiaba la urgencia.

Ante la reflexión de la familia Canterbury sobre la imperfección de las personas y de la fatalidad de creerse uno perfecto Halene encaró las cejas y mordió el aire en un intento prematuramente extinto de replicar. Ella sí conocía a alguien perfecto, o eso le habían inculcado desde pequeña, aunque esa perfección, o mejor, extraordinaria pericia, se limitaba al talento y los conocimientos para la magia, algo que sacrificaba la calidez en algunos aspectos familiares, paternales, incluso compasivos a veces.

El orgullo y deber Scout de Helene tomaron posesión de ella en cuanto su compañera nombró el bosque. La tranquilidad del bosque - incluso cuando podía palparse que pronto sería rota- era un oasis a la mete de la Hufflepuf, adoraba que sus pies se hundieran unos milímetros en el barro al pasear por los lindarse del bosque, oír el crujido de las ramas al toparse unas con otras o romperse bajo sus pasos, y la frescor de encontrase alejada de paredes, la vitalidad de lo abierto.

Me encanta ese lugar. – confesó aceptando sin buscar rehuir avergonzada la mirada de Tracy, olvidando los complejos del duelo y centrándose en lo que las unía - Y parece que prestar atención a los movimientos ajenos ya viene implícito en nosotras. Seguro que algún bien hacemos a los Scout.

Tendió su mano hacía la puerta de la sala, ofreciendo iniciativa, paso y  salida a la Gryffindor, puestas en marcha anduvo a su lado hasta los bosques donde solo llegar se desató el cabello y relajó los hombros, liberada de la formalidad del castillo.

Saludó a una patrulla que se dirigían de este a oeste y propuso deambular en dirección contraria.

- Temo el día del partido. – comentó en un intento de introducir el tema con suavidad, refiriéndose realmente a la reunión con el mentor de Alice. – No quisiera descubrir que los motivos que llevaron al Profesor – omitió el nombre todavía por recelo a ser escuchada- a hacer caso omiso de las palabras de ese chico, lo llevaran a ser tan imprudente como para confiar que unos no-adultos sabrían tomar decisiones por él.

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11/10/2014, 16:50
Alice Battletower

Llevaba tantas horas en la biblioteca que ya había perdido la cuenta. Y sin embargo, no me sentía en absoluto cansada o aburrida, al contrario, el silencio y la quietud del lugar, el olor del pergamino y la tinta, el susurro de las hojas deslizándose entre los dedos de los alumnos, transmitiéndoles su sabiduría con ese suave gesto... Todo se aunaba para que me sintiera en mi elemento. Mis ánimos se calmaban y mis dudas se apaciguaban cuando me encontraba entre mis amados libros. Me sentía sencillamente como en casa. Y realmente era cierto que mi hogar no era muy diferente, pues allí también los libros me rodeaban por doquier.

Cerré el tomo que había estado estudiando y movida por la curiosidad que me llevaba de un libro a otro, de un capítulo al siguiente, me levanté para buscar algún otro que pudiera tener relación con las últimas páginas de aquel. Y me encontraba sacando un grueso libro de tapas granates con enormes letras doradas refulgiendo en su lomo cuando unas manos taparon mis ojos, sorprendiéndome y haciendo que diese un respingo.

- ¿Charlotte? - Pensé en primer lugar. Pero el tacto era diferente al de las manos de mi gemela, que conocía tan bien como las mías, a pesar de que las suyas fuesen más rugosas y menos delicadas por los trabajos a los que las sometía. Nunca había comprendido por qué no se las cuidaba más, yo no soportaría no tener las manos suaves. Me di cuenta de que estaba comenzando a divagar y permanecí un instante en silencio, analizando de quién podría tratarse. Aspiré despacio. Era un olor femenino. Eso estaba claro. Y no era que yo tuviese demasiadas amigas con la confianza suficiente como para asaltarme así por la espalda.

Una risita salió de mis labios antes de pronunciar un nombre en voz baja, lo suficientemente baja para que tan sólo la persona que tapaba mi vista lo escuchase, para que no tuviera que avergonzarse de que otros escuchasen un diminutivo demasiado cercano para la fachada de superioridad que quería mostrar. - ¿Ellie? - Pregunté mientras mis labios se estiraban en una sonrisa y empezaba a moverme para girar, buscando la confirmación de mi deducción.

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11/10/2014, 21:04
Alice Battletower

Escuchar la aprobación de labios de Tracy me hizo sonreír. No con falsa modestia, sino con un cierto orgullo por haberme ganado el respeto de la Gryffindor, aunque fuese durante un rato. Si algo tenía claro era qué cosas se me daban bien y cuáles no. Y la magia formulaica era de esas cosas en las que me encontraba en mi salsa. - Oh, podemos repetirlo en otro momento si quieres, seguro que puedes llegar a aprenderlo... - Empecé a decir, para detenerme cuando ella volvió a hablar de nuevo y el tono de su voz me hizo buscar sus ojos. 

Y al ver cierta travesura en su mirada durante un instante me recordó a Charlotte. Asentí, cogiendo el espejo que me tendía. La sensación familiar de la curiosidad que era mi mayor defecto y mi mejor virtud al mismo tiempo empezó a cosquillear en mi estómago. No iba a perderme la oportunidad de ver a la normalmente seria y llena de gravedad Tracy en esa nueva faceta que no le conocía.

- Claro que quiero probarlos. - Afirmé sin ningún atisbo de duda, pero sintiendo durante un breve instante una punzada de culpabilidad por vivir una aventura sin Charlotte. - Hagámoslo. - Añadí, asintiendo de nuevo con la cabeza. - Pero lo mejor sería separarnos para comprobar que realmente funcionan a distancia. - Miré alrededor, a los espejos que todavía quedaban en el suelo y la caja que había traído para guardarlos. - ¿Por qué no sales primero mientras recojo esto y cuando estés en algún lugar fuera de miradas indiscretas pruebas a llamarme? - Propuse finalmente, antes de bajar los ojos para estudiar de cerca la cápsula que guardaba mis cabellos. Tal vez debería hacerle una marca a mi espejo para no confundirlo con el de Charlotte. 

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14/10/2014, 17:34
Tracy Canterbury

Tracy había ofrecido una media sonrisa empática en respuesta a las últimas palabras de Helene en la sala de duelo, una que chispeaba de seriedad y diversión. El silencio luego acompañó a ambas, Gryffindor y Hufflepuff, todo el camino mientras bajaban por el castillo y ponían pie en el exterior. No era un silencio incómodo, o al menos no para Tracy, que estaba acostumbrada a patrullar sin conversar y a permanecer en compañía sin necesidad de usar palabras para comunicarse. Su madre siempre decía que era fácil darse cuenta cuando había confianza entre la gente: bastaba con ver si podían mantenerse en silencio lado a lado, por algún tiempo, sin sentirse incómodos por la falta de voz.

La Gryffindor observó a Helene relajarse, apenas llegando a la linde del bosque, y sonrió. Era claro el efecto que aquel lugar tenía en ella y, para cualquiera que la observase con atención, también era muy claro cómo cambiaba Helene cuando se alejaba de los lugares en los cuales había ojos observando su postura, reglas que establecieran criterios bajo los cuales juzgar su conducta. Por eso era que le había sugerido alejarse del castillo, y de todo lo que ello significaba. Al fin de cuentas, y a pesar de las obvias diferencias, sabía lo que era ser hija de un padre como los suyos.

Sin embargo, los hombros de Tracy ni bajaron sino que se mantuvieron en línea, su postura alerta, y sus ojos se desviaron hacia el sitio donde podía escuchar los pasos de otros cerca de ellas. Saludó a la patrulla a la par de la Hufflepuff, y aceptó su propuesta, echando a andar en la dirección adecuada.

- Yo, al contrario, no veo el momento de descubrir qué fue lo que pasó por su cabeza para hacer ambas cosas – respondió Tracy, mientras la sonrisa se disolvía en una línea horizontal en sus labios – Porque no me cabe en la cabeza, ni eso, ni otras cosas que han sucedido y que hemos descubierto con Ingo. No logro ver claramente si lo suyo es negligencia… u otra cosa, Helene. Y no sé qué sería más peligroso. Más si lo que está pasando aquí puede tener que ver algo con lo que está pasando afuera de Hogwarts.

La Gryffindor giró para mirarla a los ojos, mientras caminaban. Luego, miró a sus alrededores, dejando que sus pies se hundieran firmes y sigilosos en el colchón de ramas, hojas y tierra. Ambas sabían perfectamente que el Bosque tenía vida, tenía ojos y oídos por todas partes, no menos que el castillo mismo. La gran diferencia era que, a diferencia de este último, el Bosque escuchaba y hablaba en un lenguaje que pocos podían comprender.

- El profesor Kettleburn parece coincidir con que algo de esto tiene que ver con la guerra, ya sea la muggle o la que está latente en nuestro mundo – siguió la Gryffindor, en voz más baja, sólo para Helene – Si eso es así, es probable que uno o más profesores puedan estar involucrados. Podría ser cualquiera… – agregó, mirándola por un instante. El mensaje de sus ojos era claro – … y eso explicaría algunas cosas. He hablado con mi madre en San Mungo para saber más detalles sobre el tema– su mirada se llenó de sombras y un brillo encendido, aunque su voz fue aún más baja Dice que sea lo que sea que le hayan hecho, que todavía no lo saben, es magia negra… y casi le han destruido la mente.

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14/10/2014, 21:41
Helene Ravens

Ellie sonrió a a la Gryffindor con todos los dientes en una sonrisa despreocupada e incluso infantil, como la de un niño que quiere mostrar el agujero de su primer diente de leche perdido, solo que lo que Helene había perdido era el sentimiento de tener el peso del mundo sobre sus hombros.

- ¿Y Charlotte? – preguntó sin malicia aunque esperando que le confirmara que no se encontraba a tres segundos de aparecer. Antes de que respondiera saltó como un gato sobre sus manos y agarró amabas con ternura apoyando las suyas encima y sujetándolas con el pulgar. – Alice.- pronunció su nombre con un punto de picardía, el mismo que siempre iniciaba una travesura, con una sonoridad más adulta pero igualmente reconocible. Aguantó su sonrisa resistiéndose a hablar, buscando el punto por dónde empezar a deshilar aquella maraña de palabras que presionaban contra sus labios.

Alan – resumió toda su emoción en ese nombre – últimamente está muy cabizbajo, demasiado preocupado y, en algún modo, ha perdido ese brillo tan especial. – Helene no era consciente que quizás nadie más hubiese notado que la sonrisa de Alan no mostraba todo su esplendor y de que su energía estaba menos dispuesta a mostrarse ya que gran parte de su cerebro se destinaba únicamente a preocuparse por su hermano.

Y esa vulnerabilidad algunas lo interpretan como el sonido del cuerno de caza. – He pensado en distraerle, he pensado en Charlie. – aprovechó para usar ese diminutivo que Charlotte nunca le permitía usar y que ella adoraba. 

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15/10/2014, 21:07
Ingo Wunder Zeller-Stewart

Sin comprender el por qué de tanto secretismo acompañé a Alister hasta que estuvimos lo suficientemente alejados como para que nadie nos oyera. No terminaba de entender por qué los demás no iban a poder enterarse de lo que fuera, pero si esa era la única forma de que empezase a abrirse, así se haría de momento.

- Bueno, ya estamos solos. - Le dije cuando consideré que estábamos suficientemente apartados. - Te escucho.

Notas de juego

Si te parece bien lo roleamos aquí en paralelo y así no ralentizamos la partida. :)

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16/10/2014, 00:37
Alister P. Ravenclaw

Alister había encajado las últimas palabras de Tracy sin abrir la boca. Se sentía dolido pero sabía que la culpa era sólo suya y que lo tenía bien merecido. Había intentado aguantar durante toda la noche pero habían sido las palabras de Ingo las que le habían hecho recapacitar. Su confianza se había resquebrajado un poco y sabía que tendría que hablar con él.

Pero sólo con él. Por ahora.

Pero ahora que ya estaban solos no sabía por dónde empezar. Tragó saliva y miró a Ingo, intentando escoger las palabras adecuadas. Deseó tener el valor de los leones o la lealtad de los Hufflepuff pero ni lo uno ni lo otro. El sombrero había hecho un buen trabajo con él.

- Bueno - comenzó a decir en voz baja pero sin susurrar, - antes de nada quiero pedirte disculpas. En realidad debería hacerlo con todos, y lo haré a su debido tiempo, pero... - se había perdido. Aquella conversación que tan sencilla sonaba en su cabeza hacía unos segundos se había volatilizado - pero...

Decidió comenzar de nuevo, ayudándose de las manos para enfatizar las frases que consideraba más importantes.

- Sé que todos nos jugamos mucho y que es el momento de estar más unidos que nunca pero no puedo dejar en otras cosas que son muy importantes para mí. Yo, bueno, no me gustaría que le pasara nada a nadie, pero a una persona menos que a nadie.

Ignoraba que era un secreto a voces y que todo el castillo sabía que no tenía ojos más que para Deirdre Sloan. Para él era todo un desafío revelarle a alguien todo aquello pero aquella noche se sentía que tenía que desahogarse con alguien. Y le había tocado a Ingo.

- Deirdre Sloan - Ya está. Ya lo he dicho. Hizo una pausa de unos segundos y continuó. - Pensar que estará en el campo de quidditch, cerca de esas dos ratas de alcantarilla - dijo refiriéndose a Riddle y a Lestrange, - mientras yo doy vueltas por el castillo o me dedico a seguir a unos críos me pone enfermo. Además - añadió a modo de autojustificación - creo que no sería prudente dejar a Alice sola con Tom y Dietrich. Y éste último puede que nos dé una pista de quien puede ser ese alumno de primero si le hace algún tipo de señal. O puede que en algún momento se separe de Riddle para ir a buscar lo que quiera que esté guardando para él - las razones se iban agolpando en su cabeza, todas ellas apoyando su idea de permanecer cerca de Deirdre.

No me perdonaría que le pasara algo. Se dejó caer, apoyando su espalda en una de las paredes, hasta sentarse en el suelo y hundir la cabeza entre las rodillas. No lloró pero no le faltaban ganas.

- Sé que parece que no estoy con vosotros pero no es cierto - dijo mientras levantaba la cabeza para mirar a Ingo de nuevo. - Os apoyo, y Merlin sabe que puedo hacer cualquier cosa - en ese momento pasaron por su mente varias imágenes de su espionaje a Riddle y Lestrange tras salir del club de ajedrez, cuando casi le pillan en pleno espionaje, - pero no me gustaría que por ello le hicieran daño. O algo peor. Quizás mis palabras no hayan sido las más inteligentes y acertadas- añadió recordando su conversación con Tracy - pero prefería no hablar de esto con nadie. Hasta ahora, claro.

Notas de juego

Dejo de hablar por si quieres meter baza...