Partida Rol por web

Los bichos caen bajo mis disparos como si fuesen mantequilla ante un cuchillo caliente, pero el resultado definitivo sigue sin ser favorable para el bando de los infantes. Y lo peor de todo es que frente a la pila de cadáveres que estoy montando delante se están subiendo el resto de los bichos para tratar de escalar, y no tenemos nada de brea caliente de la que se usaba en los castillos antiguos para freir a los invasores... ¿o sí? Medrando la idea, mientras armas de fuego restallan en todas partes a mi alrededor, aprieto los dientes y hago lo único que podría hacer en este momento, que es cumplir las órdenes del Sargento. Y tal y como había anunciado, saco un cargador lleno del cinturón y lo intercambio con el vacío, dejándolo caer al suelo del fuerte sin preocuparme más por su suerte. En cuanto ya lo he colocado, por la boca vuelve a salir fuego y metal, tratando de despejar la muralla de esos insidiosos monstruos que tratan de pasar a devorarnos.

-Sargento, no es que quiera dármelas de consejero táctico ni nada por el estilo, señor, pero algo me dice que los bichos se están aprovechando de sus caidos para escalar la pared del fuerte y colarse por arriba, señor. Quizá un poco de gasolina y fuego o una granada sirviese para hacerles desistir de tamaña idea, señor. -No es que sea un genio, pero si los bichos son capaces de tener infiltradores, no veo por qué no se les podría ocurrir algo tan sencillo como usar un apoyo para subir más alto. Y menos mal que los muros son bastante muy altos.

De eso nada.-Se decía para si mismo Evans. Todo el fuerte estaba sitiado por bichos, no quedaba un solo hueco por donde no asomasen un par de mandíbulas intentando destrozar humanos. No, sin duda el mejor sitio era donde estaba o tal vez...dentro del almacén, donde los bichos voladores no lo tuvieran a tiro.

-Solicito ayuda médica en la esquina Sureste, soldado abatido. Cambio.

-Cambio de posición. Sigan disparando, aun nos falta mucho-
Dijo el sargento mayor mientras corría a la posición abandonada por Mkoll.

CANAL DE LA ESCUADRA FOX:

- "Sargento, el Soldado Bell solicita ayuda médica para la esquina Sudeste. Creo que no disponemos de ningún sanitario, Sargento." -

Jugueteando con aquella pata de bicho, se le ocurrió una idea... Él podía colaborar en el exterminio de bichos. Recogió algún trozo pequeño de bicho más, y casquillos que habían volado, y los alineó en el suelo. A continuación, cogió uno de los casquillos y dijo, con una voz muy grave:

-Vamos simios, acabad con ésos bichos.

Y empezó a hacer el sonido de disparos y gritos de uno y otro bando, mientras movía sus macabras figuras y las tumbaba conforme morían. 

El combate parecía no tener fin, segundo a segundo mas bichos caían victimas de las ráfagas disparadas por los infantes, pero también segundo a segundo mas bichos se abalanzaban sobre el muro para ocupar el lugar de los caídos.
Cada vez había más heridos, cada vez había más caídos y cada vez había menos malas. Los infantes se encontraban de nuevo en un punto crítico del combate; sin embargo, esta vez podían tomar la suerte en sus manos. La mayoría de los bichos que surcaban los aires ya habían caído; a la par en una muy arriesgada estrategia, la fusilero Ramírez se había hecho cargo del ultimo tanque; con esto los infantes solo tenían que impedir que los bichos en tierra les ganaran la carrera y derribaran los muros.
Lamentablemente para la moral de los infantes del 2º pelotón, el sargento Kaylan había caído victima del ataque de un Hooper. Ahora su cuerpo se debatía entre la vida y la muerte sin que los infantes pudieran ayudarle. El combate estaba lejos de terminar y era prácticamente imposible que recibieran ayuda pronto.
En el sur el combate se tornaba eterno, muchos bichos habían sido abatidos y sin embargo estos no parecían reducirse. Sin embargo la moral estaba alta, sobre todo por la gran proeza de Sonia al abatir al último tanque. Ahora, con solo 9 infantes operativos, el escuadrón Fox se enfrentaba a la ardua tarea de abatir a los bichos lo mas rápido posible.

Una sonrisa cruzó por la cara de Jim Raynor cuando vio como las espinas que aquel extraño bicho le había lanzado se desviaban hacia un lugar inofensivo para él y para sus compañeros y otras más grande aún cuando los impactos de su morita hicieron que acabara estrellándose contra el suelo del fuerte. Así aprenderás con quien no debes meterte. Su mirada atravesó el cielo y comprobó que no había más bichos voladores amenazándolos, sus compañeros se habían encargado del resto. Sin pensarlo dos veces dio media vuelta y se encaramó al borde del muro haciendo sobresalir la mitad superior de su cuerpo hacia afuera mientras dirigía su rifle hacia abajo. Varios bichos intentaban escalar el muro en toda su longitud, era hora que también recibieran su parte. -AAAAHHHHHHH!!!! Sin pensarlo dos veces apretó el gatillo y dejó que las balas salieran disparadas una a una con rabia hasta que solamente oyó el click clik click de su morita completamente descargada.

Estando detrás de Jim habíamos terminado juntos con los dos voladores de nuestro sector, dejando el cielo despejado. Aprovechando ese momento, oigo como el muro suena quejándose de los golpes recibidos. Dándome cuenta de lo apremiante de la situación y viendo como el sargento mayor había decidido cambiar su posición, me coloco donde el estaba y lánzo una andanada a los bichos bajo mis pies que intentaban subir al muro aplastando a sus compañeros. - Malditos bichos con inteligencia.

- Yo cubro su posición Sargento!

Dereck poco podía hacer en esos momentos, salvo gritar un- recargando arma- y colocar un nuevo cargador. Al menos, había acabado con el Hooper y eso le satisfacía: el bicho volador podía haberle causado muchos problemas con el arma vacía de balas.

Se encontraba cerca del muro, por lo que dispara una ráfaga contra los bichos sin dudar un instante

Sólo había una palabra para describir la sensación que sintió Sonia al ver que, con su disparo, reventaba la cabeza de aquél maldito bicho gigante: Euforia. Sí, euforia, y no se molestó en ocultarlo, soltando un grito de alegría y una carcajada, exclamando a continuación mientras seguía moviéndose para continuar con la acción:

- ¡Y ahora os jodeís, hijos de la chingada! - se asomó por el borde más cercano del muro con el rifle listo, diciendo con sorna - Sois los siguientes, capullos...

Así, una vez más, usó la escopeta contra el mogollón de arácnidos. Empezaba a gustarle mucho usarla, sí. Quizás debería pensar en conseguir otra mejor en el futuro...

Si sobrevivía, claro.

Saco un cargador nuevo y lo cambio por el cargador ya gastado de mi Morita TW-203.

Me acerco un paso al Soldado Mackeyn mientras disparo a los bichos que tiene al pie del muro.

- "Venga Mackeyn, no van a poder con nosotros." -

Los asaltantes del aire ya han caído y solo quedan los que nos acosan desde el suelo. El muro está infestado de enormes arácnidos que golpean los muros del Fuerte intentando derribarlos, pero eso es algo que no se los permitiremos. Rápidamente saco un cargador de mi saco y recargo el arma para tener la munición necesaria para cumplir nuestro objetivo.

Apoyo la culata de mi rifle en mi hombro y disparo en contra de los bichos bajo mío para así limpiar de desgraciados el muro. Mientras las balas se descargan, hablo a mis hombres:

 - "Gawain, dile al mando que no tenemos médicos de ningún tipo y que no hay nada que podamos hacer siquiera por nuestros heridos. Wallace, acaba con los que atravesaron el muro. Cabo Evans, suba aquí y luche como un hombre. ¡Con un demonio! ¡No tendré de subalterno a un cobarde! ¡Tiene 30 segundos para dejar de temblar y subir su trasero aquí o le pondré yo mismo una bala en la cabeza!"

Las balas dejan de salir de mi arma, y miro hacía abajo esperando haber acabado con alguno de estos bichos de mierda que intentan devorarnos. Solo espero que el resto del Fuerte tampoco ceda, pues si lo hace, nuestros esfuerzos serán inútiles.

Kurt, incluso borrachos, con diarrea y vomitando la bilis por la boca, podríamos con estos asquerosos bichos- dice Dereck- cuando acabemos esta batalla tendremos que beber mucho y bien para celebrarlo, ¿no crees?

- Chicos tengo 6 cervezas, terminemos con estos malditos cuanto antes que creo que están fresquitas a estas alturas.- Aprovecho el bueno humor del momento para liberar tensión con la visión de algo agradable tras la posible aunque dificil victoria. La verdad es que después de tanta muerte y disparos una buena cerveza sería increíble.

CANAL DE MANDO 3:

- "Mando, aquí Táctico de la Fox. El Sargento Focker informa de que no disponemos de ningún sanitario. Corto." -

- "Nunca he sido muy dado a la bebida, pero si sobrevivimos a esto creo que será un buen momento para empezar a beber..." -