Partida Rol por web

- Cielo, claro que es necesario... - La doctora te miró con sus serenos ojos. - No estés preocupada. Todas teneis que pasar por ésto. Es... Ummmhhh... Como lo diría... Algo rutinario. - Te dijo refiriéndose al hecho de estar tocando tus partes íntimas.

Se sentó en un taburete y metió uno de sus dedos en el interior de tu vagina. Empezó a acariciar con suavidad, mientras que con la otra mano acariciaba tu vientre... Para ti era una sensación extraña, era dolorosa y placentera a la vez. Introdujo más profundamente el dedo, haciendo que dieras un respingo. Finalmente lo sacó y cogiendo lo que a ti te pareció un palo alargado y metálico, lo introdujo nuevamente en el interior de tu vagina. Sentiste un suave pellizco y lo extrajo metiendo la muestra en un pote que dejó junto a otros que habían en una estantería.

La doctora no te hizo ningún comentario, cerrando la puerta tras de ti. Te quedaste en una sala muy pequeña, mediría 2x2 y tenía un par de sillas de plástico. El frío se te había metido hasta los huesos, y aunque ahora agradecieras la calidez de tus prendas, pequeños escalofríos todavía subían por tu espalda.

Pasó bastante rato. Ya no sabías cuánto, habías perdido la noción del tiempo, cuando finalmente la puerta se abrió y apareció otra mujer. También vestía el mismo uniforme de la guardia. Pero unas líneas bordadas adornaba sus mangas. Parecían galones o algo por el estilo.

- Hola, ¿Kayla? Me llamo Julia, si me acompañas te llevaré a tus dormitorios. - Te dijo con voz autoritaria. Aunque sus palabras habían sido educadas, su tono de voz era algo cortante.

Al ir a abrir la puerta, te diste cuenta de que la habían cerrado...

Te encontrabas en el dormitorio encerrada con aquella chica que te miraba sin pestañear.

Kelly tenía cara de incomodidad total.

Nunca le había gustado que la tocaran, solo le recordaba al asqueroso de su padrastro.

¿No querrá clonarme o embarazarme? Pregunta sin reírse, pero obviamente pretendía ser una broma. Pero es que realmente veía inecesaria una revisión tan a fondo. Se esperaba cosas como peso, altura y análisis de sangre, como mucho.

Al acercarte y decir esas cosas a la doctora, viste como ésta sonrió. Se quitó el guante y pasó su mano con suavidad por tu frente, apartando el pelo que había caído y tapaba tus ojos.

- Mi niña, supongo que has sufrido mucho... - Dijo en voz muy bajita y bajando la mano hasta acariciar tu hombro. - Mi método quizás no te haya parecido del todo profesional. Pero tengo que hacer una buena inspección para comprobar que no ocultais nada. - Notaste como medía las palabras, no te miraba a la cara y un tono rojizo había subido a sus pómulos.

Xènia evitaba mirarla, odiaba aquello, al menos iba limpia... y eso era algo importante en estos momentos. Trató de relajarse, sabiendo que no iba a poder librarse, aunque también se preguntaba porque narices tenían que hacer tantas pruebas y tantas tonterías.

Una vez ella le dijo que podía levantarse, no dudo en hacerlo, sintiendo una pequeña molestia, y esperó que le diera alguna bata o algo para poder dirigirse a la otra habitación.

Radiografías... si le doliera algo lo sabría, ¿no? En fin...  

Ladeo mi cabeza soplando a mi flequillo para apartarlo y agacharme un poco para mirarla a los ojos, era curiosa su reaccion, infantil quizas. - Puede que yo haya tenido una vida dura, pero no creo que una doctora termine una larga carrera y practicas para terminar trabajando en un reformatorio... - Mi voz seguia siendo muy baja mientras una de mis manos se elevaba posandose en la que tiene ella en mi hombro - Por el rubor de tus mejillas parece que mi radar sigue en perfecto estado... Sera agradable tener a alguien abierto de mente cerca... - Pues el tio que vino a gritarnos a la sala parte de parecer que no habia follado en años, tenia pinta de nazi racista, homofobo...

La doctora se dirigió hacia la puerta del fondo, y abriéndola esperó a que entraras. Con un gesto de cabeza te indicó que cogieras tus cosas. No te dio ninguna bata ni nada... Entrasteis en la otra sala, que al igual que la primera tenía una puerta al fondo.

En medio de la sala había una máquina con una especie de tabla/camilla. - Estírate allí. - Te dijo la doctora señalándote la fría tabla. Sentías tu piel de gallina, llevabas rato completamente desnudo y el frío había ido calando en ti.

Y sin bata, Xènia se dirigió a la otra sala... se iba a convertir en exhibicionista a este paso, suerte que seguía teniendo la misma vergüenza que desde que se había quitado los zapatos, dejó la ropa plegada en la silla y después se estiró en aquella especie de camilla. 

Tenía ganas de preguntar si habían terminado ya... pero en realidad echaba de menos que le quitara sangre, así que al menos deseaba que esta fuera la penúltima prueba. 

Por un momento, pudiste ver como una pequeña tela de pesar empañaba su mirada. Pero rápidamente la doctora se recompuso y apartó la mano de tu hombro.

- Bien, aquí ya hemos terminado, si me acompañas a la otra sala. - Dijo señalando la puerta del fondo. - Te haré unas radiografías y podrás ir a tu dormitorio. - Su voz sonó hueca, se notaba que hacía un gran esfuerzo para esconder sus emociones. Pero cuando cruzasteis un momento vuestras miradas, te diste cuenta de que estaba haciendo un gran esfuerzo.

Al estirarte sentiste como toda tu piel se ponía de gallina. Al frío de la estancia se le tenía que sumar el de la tabla. La doctora te miró con una sonrisa en sus labios...

- Ahora te haré varias radiografías. - Te dijo sin apartar la mirada de tu cuerpo. - Cuando te indique aguantas la respiración. - Dicho esto se colocó detrás de un panel, y al cabo de unos pocos minutos, que a ti se te hicieron eternos. Te llegó su voz amortiguada. - Vale, ahora... -

Congelada, tomó aire cuando ella se lo pidió, le costaba mantenerse quieta debido al frío que tenía, pero aún así trató de hacerlo lo mejor que pudo para que no se tuviera que repetir y pudiera salir de allí cuanto antes. 

Tras hacer un par de radiografías, la doctora salió de detrás de la mampara. - Ya puedes vestirte... - Te dijo sin apartar la mirada, parecía haberse quedado algo pensativa. Finalmente, mientras te vestías cogió un teléfono que había en la pared e hizo una llamada.

- ¿Julia? Sí, ya puedes venir... - Escuchaste como decía a la persona que se encontraba al otro lado del auricular. Colgó el teléfono y volvió a mirarte.

- Ahora espera en esa sala de allí que vendrán a buscarte. - Te dijo señalando la puerta del fondo.

La doctora te miró con extrañeza, aunque finalmente una sonrisa asomó a sus labios...

- Qué cosas teneis las jóvenes... - Dijo negando con la cabeza. Se quitó los guantes y apuntó algo en el informe que tenía sobre la mesa. Sentías el frío sobre tu piel desnuda. Levantó la mirada del informe y se te quedó mirando un momento, con la mirada pensativa.

- Bueno, ahora vamos a pasar a esa sala. - Empezó a decir señalándote la puerta del fondo. - Y vamos a hacerte unas radiografías... Coge tus cosas. - Terminó diciendo señalando con la cabeza tu ropa que se encontraba sobre la silla. Se dirigió hacia la puerta y la abrió esperando a que la siguieras.

- ¿En esa sala estaremos solas? - Le pregunto de forma complice, me resultaba divertida la situacion, pues ella parecia no darse cuenta de que en aquel lugar, siendo la doctora... tenia completo poder sobre nosotros, sobre los "presos". Me incorpore aun Desnuda suponiendo que no me pediria que me pusiera nada pues para las radiogrias cuanto menos encima mejor y no creo que les sobraran batas para todos.

La segui hacia la sala de forma tranquila, apartando mi pelo de mi cara...

Kelly la sigue.

Como no le ha dicho que podía vestirse ella sigue tan pancha a la doctora, con la ropa bien cogida, sobretodo la pulsera de su hermana, que estaba firmemente protegida dentro de su mano. Suponía que no podría ponérsela hasta después de la radiografía.

Al ver como la otra chica se acerca a la puerta e intenta abrirla, me vuelvo a colocar con las manos bajo la cabeza, y mirando el techo.

- No te mates... Han cerrado las puertas... - Le digo con una sonrisa irónica.

Cuando te levantaste, la doctora se quedó mirando tus finas curvas. Arqueó una ceja y tan sólo asintió con la cabeza. Antes de dirigiros a la otra sala volvió a descorrer la cortina, la mujer gorila todavía se encontraba allí. Su cara era un poema, el aburrimiento se podía apreciar en cada una de sus líneas.

- Xiana, coge tus cosas... - Te dijo la doctora y abrió la puerta de acceso. Entrasteis en la otra sala, que al igual que la primera tenía una puerta al fondo. Cuando pasaste, cerró la puerta tras de si. Se quedó un momento mirándote pensativa...

En medio de la sala había una máquina con una especie de tabla/camilla. - Estírate allí. - Te dijo la doctora señalándote la fría tabla. Sentías tu piel de gallina, llevabas rato completamente desnuda y el frío había ido calando en ti.

Entro en la sala tras coger mis cosas, las volvi a dejar en un silla perfectamente colocadas, y mire unos segundos a la doctora tras sus palabras, finalmente me subi a la camilla sin poder evitar un escalofrio, notar como toda mi piel se ponia de gallina, mis pechos se endurecian por el frio y mis manos se apretaban un poco.

Me tumbe completamente recta - ¿En que postura tengo que ponerme? - Le pregunte sin pretender que sonara muy mal, sabiendo que aun asi sonaba fatal...

- Contrólate Erika, no la tomes con ella que no tiene ninguna culpa de ser gilipollas, eso le puede pasar a cualquiera..

Iba a liarme a patadas con la puerta cuando recordé que estaba descalza así que volví a donde estaban mis cosas, a ver si las botas me las habían devuelto o también se las habían quedado.

Comenzaba a no tener claro si lo que querían era tenernos sin que diéramos problemas o intentar que nos cortáramos las venas lo antes posible para dejar el sitio libre para otra persona..