Partida Rol por web

Satu Mare es un pequeño pueblo en la Tirsa del mismo nombre.

La comarca es hogar de unas doscientas familias, en su mayoría de etnia eslava con una minoría szekler.

La región es un Feudo, bajo el mandato del Conde de Satu Mare, Knezi Tiberiu Bratovich.

La comarca vive del cultivo de trigo, cereal y repollo.

AÑO 950. - FASE DE INVIERNO.

ECONOMIA: Lluvias beneficiosas. - Base de Recaudación: 220.

SUCESO: Llegan inmigrantes del norte huyendo de los magiares. Etnia rusa y eslava. Total: 80 Familias.

Esas Familias tardarán 1 año entero en ser productivas (Año 950 y parte del 951). Además si se les acepta, la Base de Recaudación se reduce en 80 en el primer año (140 Florines), debido a los gastos y esfuerzos por acogerlos, mantenerlos, y construir casas para ellos.

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA.

DIA PRIMERO DEL MES DE ENERO.

El Invierno comienza frío en estas tierras del Norte de Transilvania.

Esperáis que este año no sea particularmente cruel y que no sufráis invasiones de los salvajes magiares.

RUMORES LOCALES:

- Los ancianos del lugar dicen que este será un buen año.

- Algunos viajeros del norte dicen que los magiares están devastando las tierras rusas y eslavas del norte.

El frío viento sopla del Norte chocando contra su rostro, su media melena cubre parte de su cara impulsado por el aire haciéndole entrecerrar los ojos, lo cual le hace aparentar cierta tristeza. La mirada fija en la lejana frontera, allí donde se delimita su feudo con Hungría. Apoyando su espalda contra la torre de piedra gris que es su fortaleza, deja caer su brazo sobre una de las almenas y apoyando su mentón en su mano, espera pacientemente que se reúnan con él sus caballeros, su senescal y su amada hermana. El primer día del año 950 sería el comienzo.

- Ruschesku, ve a buscarlos. - señala con tono amable pero firme. Baja Mare va dejar de ser un vasallo técnico... Quiero esa mina, la necesito para forjar armas y armaduras. Y defender esta tierra de esos bastardos magiares... Vladimir y mi hermana lo harán, se que lo conseguirán.

Ruchesku observa como los hombros de su señor varían de posición con cada una de las emociones que le embargan. El castillo llevaba generaciones necesitando la fortaleza de alguien digno de dirigirlo y aquel parecía ser mi señor, Knezei Tiberiu Bratovich. En ese momento se gira y le da una orden a Ruchesku. Él obediente, desciende por las escaleras de la muralla en dirección a los aposentos de la hermana del señor.

-Soldado ve a avisar a Vladimir, date prisa, el señor le espera en las almenas del muro Sur. En breve estaran los tres sobre las almenas, solemnes y poderoso a la vez dando rienda suelta a su ambición.

Mis pasos me llevaron hasta las habitaciones de Vladana donde transmití el mensaje.

Recibido el aviso de audiencia de parte de mi primo, el señor de Satu Mare, ceso la lectura que en ese momento ocupaba mi tiempo y asiento al guardia, echando mano del cinto en el que guardo mi espada, ajustando la armadura y recogiendo el escudo. Me dirigo, entonces, a las almenas del muro del sur, donde está esperando Tiberiu. Al llegar, con una mano en el vientre, hago una solemne y cortés reverencia con una sonrisa pintada en el rostro.
-Mi señor Tiberiu, se presenta ante vos Vladimir Dravescu, ¿solicitabais mi presencia ante vos? -Pregunto, con modales cortesanos y exquisita formalidad. Me reservo la cercanía y el trato familiar para momentos más personales en compañía de mi querido primo, pues ahora estamos rodeados de soldados y ojos curiosos que no verían de buena gana que no tratase a mi señor con el respeto que se merece.

Vladana se encontraba tranquilamente con la mirada perdida en los cielos que se divisaban a través de su ventana cuando llamaron a la puerta, era Ruschesku anunciándole que su hermano requería su presencia. Después de despedirle, se arregla el cabello antes de salir de su habitación, y acude donde su hermano… Camina erguida pero deprisa, pues la llamada de Tiberiu para ella es más importante que cualquier otra cosa…

Con la brisa agitando su cabello negro, Vladana hace su aparición ascendiendo por las escaleras que dan a las murallas donde puede observar a su hermano y su primo. Sonríe levemente a éste último mientras extiende su mano para que la bese, después girándose hacia su hermano hace lo mismo, mientras le dice…

- Hermano, ¿me llamabais? Decidme en que puedo ayudaros mi señor.

Asiente al llegar su primo con semblante serio, pero pronto se torna en una cariñosa sonrisa taimada hacia su fiel caballero, guarda silencio manteniendo la vista en el horizonte y desviándola levemente hacia Baja Mare; Su objetivo. Cuando su amada y bella hermana hace acto de presencia este sonríe mas ampliamente y tras besar su mano con dulzura asiente y señala en el horizonte.
- Baja Mare. - sentencia con firmeza - Como bien sabéis mis amados primo y hermana, en teoría esta bajo mi protección. - se apoya en las almenas con los brazos cruzados - Pero hace mucho que no recibimos ningún tipo de tributo... - murmura algo distraído volviendo la vista hacia Hungría - Necesito que viajes allí Vladana, hazle saber al regente de la región que el Knezi Bratovich empieza a molestarse por proteger una región que no le aporta nada... - mira a su hermana de forma cálida - Necesito el tributo de esas minas de hierro... Los magiares atacaran de nuevo y siempre vienen en mayor numero que el año anterior. - apoya su mano sobre el hombro de su caballero Vladimir - Tu la acompañaras. Si algo le pasase a mi amada hermana, no me lo perdonaría nunca... - sentencia agachando y negando con la cabeza - Partiréis de inmediato, tomaos vuestro tiempo; Y no ofendáis al regente, sed cuidadosos, no quiero que piense que se le amenaza. - comenta volviendo a besar la mano de su hermana y saludando a su primo - Conseguidme esas tierras. - finaliza volviendo a mirar la lejanía.

Firme y resuelto asiento con un gesto de cabeza, más serio ahora.
-Se hará como decís, mi señor Tiberiu. Protegeré a vuestra hermana, mi prima, Lady Vladana con mi vida, de ser tal cosa necesaria. No defraudaré la confianza que depositáis en mí. Son mis palabras, firmes y cargadas de determinación.
Baja Mare... Es extraño que un lugar tan cercano a nosotros y que, de hecho, está bajo nuestro brazo protector, no esté entregando el tributo que debiera... Quizá hay problemas que azotan ese lugar. Problemas que habremos de resolver, por supuesto.

Ruchesku observa desde una distancia prudencial la escena. Esta lo suficientemente cerca como para atender las necesidades de su señor y lo suficientemente lejos como para no resultar demasiado indiscreto.

Baja Mare, hace ya bastante tiempo que esas gentes no pagan tributo, espero que no se vean como independientes. Podrian crear problemas y la bella dama Vladana Bratovich estaría presente.

Si mi señor me encargara algo mas mundano tal vez podria conseguir que aumentara el flujo de comerciantes a nuestras tierras o que el pueblo aumente su apoyo a nuestro señor mejorando su moral.

Miro a la lejanía ocmo un halcón desciende sobre su presa. El magnifico baile del ave se asemeja a mi señor, tiene fuerza, velocidad y decisión. Es una hermosa visión.

Zort sube lentamente las escaleras. Al llegar observa el sol sobre el horizonte lejano. Tiberiu, Vladana, y Vladimir. Los observa unos instantes, con cara de cariño y espectativas.
He aqui la sangre vital del futuro. Pensar que hace tan poco eran apenas niños...
Recuerda con cierta nostalgia las viejas épocas, mientras se acerca a ellos.
- Larga vida a la casa Bratovich! Tiberiu - hace un gesto de respeto - Mi presiosa Vladana, déjame decirte sobrina, que cada dia estas mas hermosa, si es eso posible - toma las cariñosamente sus manos y la besa en la frente, luego se dirigue a su hijo - Caballero Vladimir.
(...)
Al llegar escuchó las ordenes de Tiberiu y agrega.
- Tiberiu, he estado pensando mucho en Baja Mare. Y realmente me huele muy mal. Si no itenes otra mision para, mi gustaría pedirte me dejes ir con Vladimir y Vladana - su cara denota una cierta preocupación.

Escucha atentamente las palabras de todos sus familiares, pero especialmente las de su hermano… Ignorando los comentarios de Zort que advierten que correran algún peligro por parte, Vladana sonríe mientras le dice a Tiberiu

- Hermano, puedes estar tranquilo. – afirma convencida la joven muchacha - pues han de ser muy inteligentes para acabar conmigo, además…- se gira hacia Vladimir agarrándole de las manos - Mi primo estará conmigo en todo momento, es un buen guerrero, pero no creo que esta vez la espada sea nuestra mejor opción – muestra una gran sonrisa en su bello rostro, intentando que su querido hermano no quede tan preocupado por su inminente viaje… - Puedes estar tranquilo, volveremos ambos, no hará falta que de su vida por mi, ni que desenvaine su espada.

¡Por fin algo de emoción!... empezaba a aburrirme de leer viejos papiros y pasear por la torre... visitar Baja Mare me vendrá bien... además... seguro que allí encuentro alguna novela de amor que pueda traerme de vuelta, ¡¡y no sólo eso!! con el tributo que han de darnos, hermano me regalará un collar precioso...

Asiente a su hermana con semblante preocupado y luego mira a su tío Zort negando con su mano derecha - Zort, mi emisario, mi mentor... - musita sonriendo con aprecio - A ti te necesito en Zalau, - mira de nuevo al horizonte señalando en dirección a la aldea de Salaj. - Zalau y su regente Zakov, el Anciano; También deben saber que el nuevo Conde de Satu Mare ahora reconocido por el Voivoda, pretende unificar toda la zona bajo el escudo de su Feudo. - finaliza asintiendo condescendiente.

Mira a su alrededor sin localizar a Zuyla, lanza una mirada a Ruschesku y asiente esperando que su fiel ayudante comprenda su deseo de que haga llamar a su primo y caballero.

- Ahora preparaos, - sentencia empezando a andar apoyándose sobre su bastón - Saldreís todos tras la comida... - finaliza empezando a bajar hacia el patio de armas.

El señor por fin habia llegado, por fin sentirían una dura mano y a la vez sabia que guiara sus vidas. Si lograbamos tener bajo control un par de territorios el reino de mi señor se haría mucho mas prospero. Aquellos araganes de los alrededores habían vivido demasiado tiempo sin someterse a la voluntad de las armas, ya era hora de que volvieran a hacerlo. (mientras camino en busca de Zuyla)

- Señor Zuyla, disculpe que le moleste. El Knezi Tiberiu os espera en la muralla sur. Estan todos reunidos en las almenas. Espero impaciente a la salida de Zuyla para seguirle hasta donde nos espera mi señor.

Sonrío a mi padre en cuanto hace su entrada, con la cabeza ligeramente agachada, en señal de respeto. Su ofrecimiento no me sorprende en demasía. Siente preocupación por el territorio, por mi bienestar y el de su sobrina. Miro a mi prima fijamente cuando toma mis manos. Sus palabras me reconfortan, como siempre. Ella siempre ha sabido cómo insuflar valor en mi corazón.
-Así se hará, mi señor. Terminada la comida partiremos prestos hacia Baja Mare. Y como bien dice mi querida prima, vuestra hermana y mi señora también, llevaremos a buen puerto cualquier problema que ahora mismo pueda haber allí. Y como dice ella, espero no tener que desenvainar mi espada. Ahora, mi señora, deberíamos ir a disponer nuestras pertenencias para el viaje y a tomar un refrigerio. No debemos demorar nuestra marcha más de lo necesario. Digo, con sumo respeto.

Espada en mano y con mi armadura puesta, estaba realizando mis ejercicios en el patio de armas. Cuando veo como el mayordomo Ruschesku se acerca a mi y me comunica un mensaje de mi primo, llamándome a su presencia. Pero lo que mas me choca del mensaje es el echo de que estén todos reunidos, con lo que deduzco debe ser algo importante. Así que me quito el yelmo, envaino mi espada y aun lleno de sudor, me dirijo a las almenas con paso decidido.

Al llegar allí, veo que si que están todos, me acerco a mi primo y conde, y tras hacer una reverencia, me dirijo a el.
- Aquí estoy, mi señor. Para serviros en lo que necesitéis.

El encontronazo en medio de las escaleras que dan al patio de armas le sorprende levemente haciendole sonreir.
- Zuyla, mi campeón... - musita apoyando la mano en el hombro del enorme caballero - El resto ya han sido asignados a sus respectivos quehaceres, - asiente mirando hacia atras levemente - Para ti, tengo la mas importante de las tareas. Acompañame al salón del trono y te pondre en detalles. - girando medio cuerpo mira a Vladimir - Mi joven caballero, reunete conmigo antes de partir; Te dare instrucciones precisas para que cuides de mi amada hermana... - finaliza empezando a andar con Zuyla a su lado y Ruschesku siguiendoles de cerca, como siempre.

Caminando hacia la sala del trono, cuando ya están a solas alza la cabeza para mirar al rostro de su primo. - Tu tarea para conmigo es admirable, - sentencia conforme camina ayudado por su bastón - Mi buen Zuyla, por eso te voy a pedir que me traigas a Iakov el Ensartaojos... - continua sonriendo - Si hay algún caballero capaz de lograrlo eres tu. - afirma asintiendo - Iras a la aldea de Satu Mare y reclutaras hombres para llevar a cabo la tarea de búsqueda... - comenta asintiendo hacia Ruchesku que le abre la puerta de acceso a la sala - Una vez lo hayas localizado, lo capturaras con vida a ser posible. - dice sentándose en el trono y dejando el bastón su eterno complemento a un lado - Y así, ganaremos influencia en la Corte del Voivoda y en la del Zar... - guarda silencio unos segundos mirando a su primo - Y por supuesto cobraremos esa sustanciosa recompensa. Promete a los que te sigan una parte del saqueo del campamento de Iakov... - finaliza.