Partida Rol por web

CASTILLO DE BUCAREST: BARRACONES DE SOLDADOS:

- El Hermano Ciferinos está intentando dormir entre el sonido de los ronquidos de los demás hermanos.

- Se siente crecientemente inquieto, pensando en el Abad. Finalmente siente una horrible punzada en el pecho y luego una sobrecogedora sensación de vacío.

- Se está recuperando todavía de esa sensación cuando la puerta del dormitorio se abre lentamente y en el umbral ve una figura de piel pálida y ojos amarillos que relucen levemente.

CASTILLO DE BUCAREST:

- El Caballero Durius de Slobozia recorre el lóbrego Castillo de Bucarest por la noche. Los escasos guardias de ronda nocturna no osan detenerle.

- Llega tras cruzar el patio interior hasta uno de los barracones de soldados donde están hospedados los monjes.

- Silenciosamente abre la puerta y se detiene en el umbra, mientras sus ojos ayudados por Auspex se adaptan a la reinante penumbra con rapidez. Ve al Hermano Ciferinos en su cama, despierto y mirándole desde su cama con cierta expresión de pavor en su rostro.

- Acompañadme fuera, hermano Ciferinos - señalo en un susurro, tras acercarme a su cama -. Debo hablar con vos. Tan solo será un momento. Hay noticias importantes que deben seros comunicadas y que marcarán vuestro futuro.

- "Mi señora, me han dicho que el Regente está indispuesto y no puede recibiros. Se me ha indicado que para cualquier cosa que deseéis debéis dirigíos al Caballero Durius, la mano derecha del Regente." -

Vlava recibe al lacayo.

- Muchas gracias por la información. Ya hablaré con el Caballero Durius.

Teniendo en cuenta que fue él quién la envió a hablar con el Regente, suponía no iba a poderla ayudar mucho

- ¿Dónde podría encontrar a Durius? así se enteraría de su habitación...por si acaso luego lo iba a visitar

- "Creo que está recibiendo a unos forasteros, mi señora." -

Vlava alzó una ceja

- ¿Sabe quienes son esos forasteros?

Tras engullir con ahinco la comida que me sirven, espero paciente la llegada de algún criado que, en nombre del caballero, me lleve a su presencia. Mientras, observo el ir y venir de la servidumbre, imaginando lo atareados y preocupados que deben estar dada la importancia de los invitados, entre los que no me encuentro.

Así pues, yo, Maserrak de Flambeau, discípulo de Markus, un despertado, me hallo entre estas paredes desconocedor de mi destino y mucho menos, del de las personas que me han seguido hasta aquí.

- "Creo que un monje y un noble. No sé nada más, mi señora. Me parece que el noble estaba esperando en las cocinas." -

El monje sin mediar palabra se incorpora ,echa una mirada al hombre y con su innata posicion encorbada, le invita a salir de la habitacion.

Le escucho... Pregunta mientras se coloca su maltrecho habito.

Salimos del pabellón acondicionado como dormitorio de los monjes a la noche del patio iluminado por las antorchas. Ajenos a oídos curiosos, me vuelvo hacia el Hermano Ciferinos.

- Disculpad que haya interrumpido vuestro descanso, hermano Ciferinos, pero me envía el Regente Uber Caprescu con nuevas para vos. Como posiblemente ya habréis intuido, el Abad Lucius Sempronius ha abandonado este mundo y su alma se halla ya en comunión con su dios. Un hecho lamentable e inesperado, que nos pone en una difícil situación, tanto en el plano religioso como en el político. En todo caso, el... sello o juramento que os unía al Abad se ha disuelto - señalo sabiendo que interpretará mis palabras de modo certero -. Mi sire, el Regente, os ofrece la posibilidad de ocupar el lugar del Abad. Me refiero, evidentemente a su estatus y cargo religioso con los privilegios que le corresponden. Vos, Hermano Ciferinos, si aceptáis, seréis el nuevo Abad de vuestra orden y os aguardarán tiempos interesantes, de los que hablaríamos a su debido tiempo. Por mi parte, también tengo algo que ofreceros y que sé ansiáis - digo al tiempo que extraigo mi daga y hago un lento corte en mi mano izquierda, abriendo una herida por la que empieza a manar lentamente mi sangre. Extiendo mi mano herida y goteante hacia él y la mantengo firme ante sus ojos -. Decidme, Hermano Ciferinos, ¿aceptáis nuestra oferta?

Las noticias sobre su mentor explicaban las extranas sensaciones por las que estaba pensando, pero el conocimiento del hecho no hizo mas que empeorar las cosas.
El fiel guardian comenzo a inquietarse paseando la mirada por el suelo de un lado a otro. Pa...Pater. Solloza llevandose las manos a la cabeza.

Con rabia levanta la cabeza hacia Durius , mirando de reojo la mano herida de este.¿Que.. que ha pasado? Miserere Domine, miserere.... Susurra agitando su cabeza levemente.

- Lamento vuestro dolor, Hermano Ciferinos - digo manteniendo la mano alzada ante mí -. En cuanto a qué ha ocurrido, me temo que solo el Regente podrá responder a vuestras preguntas. Aunque para obtenerla deberéis esperar algún tiempo, pues mi Sire se ha retirado a descansar. Yo soy tan solo un emisario con instrucciones claras y concisas. Ahora, decidme, ¿cuál es vuestra decisión?

Asiente con gesto serio y coge la mano de Durius para tomar su sangre. Al terminar se limpio la sangre de la comisura de sus labios,volvia a sentir la fuerza en su interior, pero no habia olvidado lo ocurrido a su mentor.

Me gustaria informar a mis hermanos de lo ocurrido,para rezar por el alma del Pater y realizar los oficios oportunos.Corpore in sepulto...Susurra de forma repentina. ¿Hay algun problema?

- Dudo que haya problema alguno, Hermano Ciferinos, en que oficiéis un servicio por el alma del difunto Abad. Lo de corpore in sepulto, tal vez sea más complicado ya que no ignoraríais la verdadera naturaleza de vuestro superior y lo que su muerte ha podido implicar. Pero sin duda el Regente os facilitará sus objetos personales y podréis celebrar sus honras fúnebres. Pero deberéis esperar a hablarlo con mi Sire, el Regente Uber Caprescu. Entiendo que mis competencias no son las necesarias como para soslayar sus deseos. Id ahora, si así lo deseáis, donde vuestros hermanos para comunicarles la mala nueva. Y aunque nada me habéis dicho acerca de vuestra aceptación del cargo de Abad, ¿entiendo que asumiréis su cargo? Sin duda, hariais feliz al Regente - digo retirando la mano, cuya herida se ha cerrado y mirando directamente a sus ojos.

Ciferinos actua como si no hubiera dicho nada sobre el cuerpo del abad y responde a Durius antes de entrar de nuevo a la habitacion.Si.. Claro que acepto, el Pater me enseño todo lo que se. Podre seguir con su legado.

De morte transire ad vitam... Si me lo permite. Dice señalando a la puerta. Creo que me espera bastante trabajo con mis hermanos.

- Vuestra respuesta me complace sobremanera y estoy convencido que el Regente se sentirá muy satisfecho de vuestra elección - señalo con sencillez -. Nos aguarda un futuro difícil de desentrañar pero en el que, sin duda, jugaréis un papel inestimable. Ahota id con vuestros hermanos. Necesitarán de vuestra guía y consuelo espiritual, Abad Ciferinos.

Dando media vuelta, tras una leve  inclinación de cabeza, atravieso el patio en dirección a mi nuevo destino. La noche empieza hacérseme demasiado larga.

Tras abandonar la compañía del Hermano Ciferinos, ahora Abad, y tras comprobar cómo entra en los barracones acondicionados para los monjes, me dirijo a uno de los guardias.

- Vigiladlos y que no salgan de palacio sin la autorización expresa del Regente. Haced correr la voz en este aspecto. Igualmente, informadme de cualquier cosa en relación a ellos. Hasta la más nimia. No quiero sorpresas.

Finalmente, me abro paso por los pasillos hasta alcanzar las cocinas, donde debería hallarse aún Maserrak de Flambeau.

- El Caballero Durius llega a las cocinas, que están casi a oscuras.

- Allí se encuentra a Maserrak de Flambeau sentado en una silla ante una de las mesas de cocina, casi dormido.

Abad Ciferinos... Seria algo a lo que le seria dificil aconstumbrarse, pero ahora tenia cosas mas importantes en mente. Tenia que hablar con sus hermanos y descubrir lo que realmente le habia pasado a su mentor.Quizas esto tardaria mas , pero tenia claro sus intenciones.

Ya dentro de la habitacion procede a despertar a los demas y explicarles lo acontecido. Para pasar despues a rezar por el alma del antiguo Abad.