Partida Rol por web

Los Dhaeva de Transilvania.

TERRITORIO 3: Baja Mare.

Cargando editor
22/12/2008, 16:12
Capataz Sibiu. - Gobernador de Baja Mare.

Sibiu asiente con la cabeza un poco tembloroso, deja su pico debajo de la cama de Vladimir, en ese instante, algo le corroe por su piel y hace que se aparte de la cama de inmediato

Tranquilo Vladimir, no dejaré que nadie se acerque a esta habitación....iré a comunicarles
a Baja Mare "lo sucedido"....está noche.

Se dirige hacia la puerta Que descanses.

Sale de la habitación

He matado a un Fraile......pero quería asesinar a Vladimir.....Endurece su cara
Fray Blouis de Ruan no era de fiar.....

Sale de su casa y ve como hay gente enferma, sin hogar...

Se dirige a atenderlos.

Cargando editor
22/12/2008, 21:39
Fray Roland de Troyes

Roland terminó de ajustar la última correa, aquella gastada tira de cuero que fijaba la protección metálica de su rodilla derecha. Luego, se puso de pie con esfuerzo y se irguió tan alto como pudo, tratando de acostumbrarse al peso de la armadura. Evidentemente, no la llevaba tan bien como Blois, que la vestía como si fuera un etéreo traje de gala, pero tampoco quedaba sepultado por su peso. Roland era casi tan fuerte como el fraile, pero no tan diestro. Se sintió algo torpe bajo tanto metal, y estaba seguro de que se vería como si se arrastrase por el barro, con un andar encorvado y zafio. Ya no importaba, había tomado su decisión. Y nadie se interpondría en su deber.

Durante la noche, Blois había tenido un sueño. Según decía, una visión angelical se le había presentado, y le había encomendado una misión divina. El monje había intentado despertar a los demás hermanos, e incluso a todo el pueblo, compartiendo su visión con ellos e instándolos a actuar en consecuencia. Como respuesta, el inmaculado hombre solo encontró silencio. Y rechazo. Ninguno lo siguió. Algunos por miedo, otros porque creían que las cosas debían hacerse de otra manera. Muchos ni siquiera le creyeron.

Pero Roland compartía la inmunda casucha junto al fraile, sus penas cotidianas y sus necesidades más mundanas. A pesar de las reiteradas órdenes en contrario, se las había arreglado para mantenerse al lado del monje, acompañando sus días y vigilando sus noches. Sabía del mal que anidaba en Baja Mare, y sabía que el confiado monje se encontraba en peligro. Hacía mucho tiempo, en las lejanas montañas que cruzaban el reino de los francos, Roland había hecho una promesa. Y la cumpliría mientras le quedara un hálito en el cuerpo. Seguiría a Fray Blois al mismísimo infierno, y lo protegería con su propia vida. Todas las noches, cuando Blois se retiraba a descansar, Roland se erigía como abnegado guardián de su sueño. No necesitaba mantener su ojo avisor hasta la víspera, pues el disciplinado líder de la congregación iniciaba sus actividades mucho antes de que el sol asomara por sobre los oscuros picos transilvanos. Pero durante varias horas, solo Roland se interponía solemne entre los engendros del maligno y el piadoso monje. Nunca lo abandonaba, y tampoco lo haría hoy.

Y también había algo más. En medio de la oscuridad de la noche, en la vigilia semi-inconciente que mantenía cada vez que la luna estaba en lo alto, la había presenciado con sus propios ojos. Blanca, radiante y pura. A diferencia del resto de su grey, Roland había sido testido del portento. Había visto la pluma.

Aunque a regañadientes, había aceptado la decisión del concilio. Había aceptado dejar solo a Blois, para que cumpliera una misión que el Señor parecía haberle encomendado solo a él. Pero ya antes había desobedecido al líder de la Compañía, y éste nunca se lo había reprochado. Pues sabía de su devoción. De su incuestionable lealtad a la causa. Y así, su confianza y su Fe estaban depositadas en Blois. El resto eran todos unos ancianos temerosos, que no sabían nada sobre la labor del Señor y que no merecían una misión tan sagrada. Blois había cometido un error al confiar en ellos. Pero no con él. Sin importar los peligros, Roland se mantendría a su lado.

Enfundó una daga que Blois tenía entre sus pertenencias, pero que no utilizaba casi nunca, y trató de que quedara algo oculta entre los pliegues de su túnica. Se embozó el tremendo casco de barril, con el cual no veía prácticamente nada, y tomó su propia lanza con los pesados guanteletes de acero. Aquella simple asta de madera que con tanto esfuerzo había labrado, y que le servía en su labor como miliciano. Después, elevó una plegaria al Señor, se santiguó y se dirigió a la mansión del gobernador. Si Fray Blois lo necesitaba, el estaría al pie del cañón, como siempre. Pues era su deber. Su Deber Sagrado.

 

Cargando editor
03/01/2009, 23:46
Caballero Vladimir Dravescu
Sólo para el director

Notas de juego

Por si las moscas y como no se como funciona el tema de las acciones estratégicas, la mía, bajo consejo, es afianzar poder, rebaño a 3

Cargando editor
04/01/2009, 13:17
Director

CABALLERO VLADIMIR DRAVESCU:

- Tras la lucha, vuelves a quedar aletargado en un estado muy similar a la muerte verdadera, sobre tu cama.

GOBERNADOR SIBIU:

- Sales a la calle y comienzas a gritar que Fray Blois ha intentado asesinar al noble Caballero Vladimir. Intentas agitar a las masas en contra de los peregrinos cristianos.

- Tira Carisma + Liderazgo, a dificultad 6.

FRAY ROLAND DE TROYES:

- Para cuando llegas frente a la mansión del Gobernador de Baja Mare, sientes la premonición de que algo terrible ha sucedido. Hay mucha gente nerviosa y agitada por la calle, mucho griterío ininteligible. Y entonces, delante de su mansión, ves al Gobernador Sibiu gritando y azuzando a las masas en contra de los católicos. Presientes entonces que ese hombre, que hasta hace poco no era ni bueno ni malo, ha cometido un pecado terrible y se ha condenado irremisiblemente para siempre. Es un hombre condenado a los fuegos eternos del Infierno, y crees que él ya lo sabe.

Cargando editor
04/01/2009, 13:46
Capataz Sibiu. - Gobernador de Baja Mare.
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Tirada: 5d10
Motivo: Carisma + Liderazgo
Dificultad: 6+
Resultados: 5, 9, 1, 10, 1
Exitos: 2

Tirada: 1d10
Motivo: Repetir Diez
Dificultad: 6+
Resultado: 4 (Fracaso)

Cargando editor
04/01/2009, 14:06
Caballero Vladimir Dravescu

Notas de juego

Se supone que eso lo ibamos a hacer de noche, en la plaza llamando a todo el mundo, para poder intentar convencer a la masa los dos, ya que yo he sido el que siempre ha tenido más éxito con la población de Baja Mare... Además ya tenía un discurso preparado y todo :(

Cargando editor
05/01/2009, 00:18
Director

- El Gobernador Sibiu intenta sin ningún éxito enardecer a las masas, pero cuando la gente ve a Fray Roland de Troyes avanzando por la plaza, ataviado en armadura completa de caballero y portando una lanza, todos retroceden asustados.

- Sibiu aprovecha la lentitud de Roland con la armadura (pues no está habituado a ella) para encerrarse en su mansión y cerrar puertas y ventanas a cal y canto.

- Fray Roland llega ante la puerta de la casa del Gobernador, mientras la multitud se dispersa o se mantiene apartada.

Notas de juego

Nota: Se supone que han pasado horas hasta que Fray Roland se decide a ponerse la armadura y acudir en busca de su maestro. Por cierto, que es algo raro que haya decidido armarse así cuando él desconoce que su maestro Fray Blois ha sido asesinado...

En este momento es pasado el mediodía.

Cargando editor
05/01/2009, 14:35
Fray Roland de Troyes
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 5d10
Motivo: Agitar
Dificultad: 8+
Resultados: 3, 6, 2, 1, 5
Exitos: 0

Notas de juego

Manipulación: 1 / Liderazgo: 3

Quiero utilizar 1 punto de Fuerza de Voluntad.

Cargando editor
05/01/2009, 23:47
T03: BAJA MARE.

- Fray Roland de Troyes se pasa el resto de la tarde aporreando con el asta de la lanza la puerta de la casa del Gobernador, exigiendo saber dónde está Fray Blois de Ruan.

- Le pregunta a la gente que pasa por el lugar y algunos aseguran haber visto a Fray Blois entrar en la mansión del Gobernador por la mañana temprano, pero nadie le ha visto volver a salir.

- Fray Blois pasa horas desgañitándose y hablándole al pueblo de los pecados del Gobernador Sibiu, que oculta a un empestado en su casa (Vladimir) y además es responsable de estar reteniendo a un hombre de Dios (Blois). Intenta alzarles en su contra, pero en lugar de eso consigue asustar a la gente y que piensen que es un lunático.

- A lo largo de la tarde, varios frailes se presentan ante Roland y le dicen que pacifique su actitud, que los hombres de Dios son hombres de paz y que no puede gritar así en mitad de la calle contra el gobernante y contra un caballero noble. Roland no les hace caso y les reprocha a sus hermanos que no le den un apoyo firme y decidido, ayudándole a tirar abajo la puerta de la mansión de Sibiu para rescatar a Fray Blois. Los monjes se acaban marchando, avergonzados, tristes y cabizbajos.

- Pasan las horas, y el sol está acercándose cada vez más al horizonte.

Cargando editor
05/01/2009, 23:54
Director V

- De repente, tras beber la sangre de Blois, el Caballero Vladimir comienza a vomitar sangre violentamente. Siente que las entrañas le arden como fuego y le invade un dolor pavoroso, tan intenso que ni siquiera puede gemir o gritar, o tan siquiera moverse durante toda la tarde.

NOTA: La sangre de Fray Blois está impregnada de su Fe y es un terrible veneno para cualquier vampiro que la ingiera. Vladimir no obtiene ningún beneficio de beberla, y además sufre 3 Heridas de Daño Agravado.

Ahora mismo tiene 3 Heridas Agravadas, y tras curarse algo con sangre tiene otras 2 Heridas Letales y le quedan sólo 5 puntos de sangre.

Cargando editor
06/01/2009, 11:39
Caballero Vladimir Dravescu

Vladimir aprendió una nueva lección del mundo en el que le tocaría vivir desde su maldición a la fuerza... Las personas con Fé verdadera, a parte de causar daño con su mera presencia y la fuerza de sus oraciones, también tienen la sangre envenenada... Una lección importante para seguir sobreviviendo.

Espero que mañana el servicio venga fresco... voy a necesitar mucha sangre para poder reponerme de ésto... debo probar la sangre de animal, tal vez no sea dañiina... ójala llegue la noche pronto... No puede quedar mucho... Este sufrimiento es atroz...

Notas de juego

Necesitaría saber de cuantas personas tendría que alimentarme para estar a tope de mis posibilidades, y cuantos puntos de sangre tendría que gastar para curar las heridas completamente.

Cargando editor
06/01/2009, 14:34
Capataz Sibiu. - Gobernador de Baja Mare.

Sibiu que estaba sujetando la puerta como podía, ordena a todos sus criados que la sujeten por él.

Una vez los criados están sujetando la puerta, Sibiu se dirige al piso de arriba, hacia la ventana.

La abre
-Blois y yo estamos discutiendo sobre la enfermedad del Caballero Vladimir!
Me temo que os estaís descontrolando.....Esa ira no os conlleva a nada.

dice firmemente.
No es necesarío que esteís dando golpecitos en la puerta, necesitamos silencio!

Con esas últimas palabras cierra de nuevo la ventana.

Cargando editor
08/01/2009, 12:36
T03: BAJA MARE.

- El Gobernador Sibiu le grita a sus inexistentes criados (nunca ha tenido criados ni sirvientes en su casa), de forma desaforada.

- Después, "les deja" para que aguanten la puerta, pues en su mente enloquecida ve visiones que no son reales...

- En el momento justo en que se pone el sol, la puerta cede finalmente ante los empujones de Fray Roland (pues nadie la estaba aguantando).

- Sibiu se mira a un espejo de latón, y su imagen distorsionada le berrea incoherencias. Sin duda se está volviendo loco.

Cargando editor
08/01/2009, 12:38
T03: Capataz Sibiu.

- "¡¡Tus criados majadero, tus criados...!!! ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJA!!!" -

Cargando editor
08/01/2009, 12:58
SITUACION
Sólo para el director

A principios de verano llega Goos el cazador silencioso. Mientras se encuentra en la región observa como progresa su chiquillo.

Cargando editor
08/01/2009, 12:58
Capataz Sibiu. - Gobernador de Baja Mare.

Sibiu, corre de lado a lado a la habitación de Vladimir, le pega un empujón a la puerta pero estaba cerrada.... ¿Qué? Cerrada? ¿Una habitación?

La locura de Sibiu iba a más y más.

Llama a la puerta de Vladimir

¿Hay alguien? Jijijijijiji!

Cargando editor
08/01/2009, 12:53
Caballero Vladimir Dravescu

Vladimir sale de su letargo totalmente destrozado... nunca se había sentido peor. Además tiene una sensación de que algo muy malo esta ocurriendo de nuevo... ¿No podré descansar nunca más?

De pronto comienza a oir ruidos en la casa que no deberían oirse, y Vladimir comienza a temerse lo peor... ¿Una turba? Se han rebelado contra nosotros... Voy a necesitar todas mis fuerzas...

No sin dificultad se levanta de la cama y coje su espada, sintiéndose cada vez mejor

Al ir a salir de la habitación se topa de frente con Sibious que está frenético...

-No hay tiempo para esto, lo siento, amigo...

Tras estas palabras Vladimir da un bofetón a Sibious para que se calme y recupere la cordura y le ase por un hombro con la mano en la que no porta la espada...

-Fiel amigo, coje tu pico y reza porque no tengas que usarlo de nuevo... y si tienes que hacerlo se tan certero como esta mañana... Tus esfuerzos serán recompensados... Eres capaz de ello.

Tras reubicar en la realidad al gobernador sale al pasillo, esperando en la parte alta de la escalera con la intención de lanzar un discurso para tratar de calmar a la agitada población que invade la casa del gobernador... o expulsarlos tras cortar unas cuantas cabezas... Vladimir sabe perfectamente que se encuentra debilitado, pero desde una posición de altura ganará alguna ventaja, además Sibius estará en la casa y la turba... con un par de cabezas bastará. Por favor... no me obligueis a esto... a pesar de lo que ha sucedido quiero seguir sirviendoos a vosotros y a mi familia... No me obligueis a haceros daño...

 

Notas de juego

Gasto dos puntos de sangre para quedarme a -1 dado... y me quedan dos puntos de sangre...

Cargando editor
08/01/2009, 13:33
Fray Roland de Troyes

 

Roland estaba cada vez más confundido. Desde la noche anterior, todo había sido tan extraño y caótico que el monje ya había resignado cualquier tipo de razonamiento lógico. Simplemente, se reconoció a si mismo como un instrumento del Destino y se entregó a el. En su fuero interno, aún abrigaba el temor por la fuerza que lo dirigía. Solo esperaba que fuera su Señor.

Todo su mundo se había dado vueltas de cabeza en cuestión de horas. Primero con la visión iluminada de Fray Blois. Luego cuando sus propios hermanos le dieron la espalda al venerado líder. Incluso él mismo se vio acatando una resolución que nunca habría siquiera puesto a consideración en otras circunstancias. La desaparición del líder religioso y la desencajada actitud del gobernador eran las últimas escenas de una obra atroz, dirigida por un lunático. Y además, todo se precipitaba demasiado rápido. No había tiempo para nada, ni siquiera para pensar. Roland se encontraba arrastrado por los acontecimientos.

Prácticamente, no tenía recuerdos de este caótico día. Pocas decisiones podía reconocer como cabalmente suyas. Solo tenía algunas imágenes que pasaban por su mente sin más orden ni concierto. Se veía a si mismo tomando el manto de Fray Blois, su armadura. Tenía una vaga razón de por qué lo había hecho, pero ahora no podía recordarla. Protección, tal vez… ¿pero de quién… para quién? Tenía la difusa sensación de estar velando por la seguridad de su salvador, pero no podía precisarlo. Permanecían fijos en su memoria decenas de rostros que lo observaban con pavor. Mujeres y niños que huían de su presencia. También recordaba a algunos de sus hermanos. Palabras duras, recriminaciones y reproches. Aunque no estaba seguro de haberlas pronunciado con su propia boca. Y finalmente, una puerta de madera. No sabía como ni por qué, pero en un momento de desesperación, encontró un único objetivo entre tanta confusión. Las nieblas que dominaban su mente dieron paso por un instante a una claridad que iluminó sus sentidos. Debía traspasar esa puerta. Debía atravesar la barrera. Y acabar con el mal que protegía. Y llegar al lado de su líder. De su salvador.

Sin embargo, a esta altura, ya poco importaba Fray Blois, sus hermanos o los pobladores de Baja Mare. Solo importaba la tarea inmediata que tenía por delante. Su misión. Su obsesión. Aporreó los maderos con su lanza. Los castigó con sus manos enguantadas de hierro y con sus pies. No tenía idea del tiempo que había transcurrido, ni de lo que sucedía a su alrededor. Golpeó y golpeó con decisión primero. Y con una Fe mística después, cuando su tarea parecía imposible. Al final del día, cuando las últimas horas de luz daban paso a las tinieblas de la noche, la puerta cedió…

Dio unos pasos dubitativos hacia la leve penumbra que envolvía todo. Su respiración agitada era amplificada por el enorme casco de barril que portaba sobre sus hombros. Todo el manto de Blois le pesaba más que el pecado, atenazando sus movimientos. En un movimiento instintivo, más presa del miedo que de la experiencia, se quitó el pesado yelmo y lo arrojó a un lado. No importaba el desenlace de este encuentro, pero quería ver al Diablo a los ojos.

 

Cargando editor
09/01/2009, 08:20
T03: BAJA MARE.

- El sol se ha puesto.

- La puerta de la mansión de Sibiu cede y se abre justo en el momento en que Vladimir está bajando las escaleras desde el piso superior.

- Vladimir parece pálido y demacrado, su expresión es famélica, y sus ropas de caballero están manchadas con gran cantidad de sangre seca.

- Tras de Vladimir está el Gobernador Sibiu, armado con un pico de minero ensangrentado y soltando ocasionales risitas histéricas.

- Abajo, en la calle, una multitud de curiosos observan, alarmados por la violencia con la que Fray Roland ha forzado finalmente la puerta de la mansión del Gobernador. La gente está asustada por todo cuanto se ha dicho, acusaciones de que el Caballero Vladimir tiene la peste, acusaciones sobre la desaparición de Fray Blois, sobre pecados cometidos por el Gobernador... Acusaciones del Gobernador contra los Católicos. La gente está acobardada, y es poco probable que se decanten por un lado o por otro, son más bien observadores morbosos del drama que se desarrolla ante sus ojos.

Cargando editor
09/01/2009, 10:40
Caballero Vladimir Dravescu

Vladimir adopta una postura todo lo regia y señorial que sus heridas le permiten para tratar de solventar este enfrentamiento sin llegar a derramar una gota de sangre, y proyecta su voz más alta y más nítida para dirigirse a toda la gente que pueda escucharlo desde fuera de la casa y al Fray que acaba de irrumpir carente de ninguna cortesía y respeto en la casa del gobernador.

-Otro de los de tu clase viene a

-Bastante sangre ha sido vertida ya en el nombre de tu Señor, incluída la mía, como cualquiera puede observar en mis ropajes. Ahora debes retirarte y no entrar en la casa del señor de estas tierras, por gracia del Knezi Tiberiu Bratovich. Con tu actitud estás insultando a toda Baja Mare, a todas sus gentes que se arremolinan en la calle reprochándote silenciosamente tu osadía y falta de respeto hacia esta casa y sus gentes, su pueblo, fuerza viva que hará de este territorio la joya del Voivodato, y hacia mi persona, el Caballero Vladimir Dravescu, Protector de Baja Mare - La entonación que utiliza en este título es significativamente más enfática y alta.

-Nuestra Gracia permitió que os quedaseis en estas tierras, os cedió un terreno para poder construir vuestro lugar de culto, permitió a tí y a los tuyos que proclamaseis vuestra IMPÍA fe, a la que nadie de esta tierra se ha adherido... Y... ¿Cuál es vuestro pago? Descrédito, deslealtad, falta de respeto y cortesía, contínuos insultos a esta casa, la casa del Gobernador, la casa del Knezi... La casa de este pueblo que sufre y trabaja para salir adelante, mientras vosotros intentais sembrar el desánimo y la turbación entre ellos... - La entonación sube y baja, dándo énfasis a ciertas partes y llegando a conmover en otras partes, sobre todo en lo relativo hacia el pueblo.

-No quiero derramar tu sangre, reniego de tus creencias y de tu Señor aquí, en este momento, pero no seré yo quien tome ninguna decisión sobre tí y sobre los tuyos, no es mi función, mi función es proteger a estas gentes, y ahora mismo hago mi promesa ante tí, ante todos los presentes y ante el Dios verdadero de que daré mi vida por protegerles, por mejorar su vida, por evitar que cualquier mal asole las tierras de Baja Mare. Pongo mi vida públicamente al servicio de Baja Mare, ya que esta promesa y compromiso ya fue tomado en el momento en el que el propio Knezi me nombró protector de Baja Mare.

-Ahora sal de esta casa en la que no se te ha invitado, permite que la paz vuelva a esta tierra que ya ha sufrido bastante, permite a las gentes de Baja Mare retomar la ilusión y la esperanza, y da un ejemplo de esa fe que proclamas.

-Espero que tú no estés loco ni enloquezcas, como hizo el buen Fray Blois. Con gran pesar he de decir que este día ha fallecido tras intentar matar al Gobernador Sibiu. Yo como Protector de Baja Mare tuve que proteger a la persona que representa a sus gentes, al Gobernador, y tuve que acabar con su vida. He de decir que lamento esta pérdida... Ha sido la vida que más me ha costado segar, pero como he jurado, ¡defenderé a Baja Mare de propios y extraños a toda costa, poniendo mi vida bajo sus intereses! Fray Blois cometió dos crímenes imperdonables, insultó a la casa del Gobernador, a mí y al Knezi, y tras esto intentó asesinar al Gobernador, que se encuentra en un estado de turbación extremo debido a esto.

-Esta noche el pueblo de Baja Mare hablará, y tomará una decisión... Ahora sal de esta casa para no volver si no eres invitado, magnánimente esta ofensa, que constituye un crimen, será perdonada sin consecuencias.

Vladimir adopta una postura regia en lo alto de la escalera, esperando la retirada del fraile, mientras ase con firmeza su espada.

Notas de juego

No bajo por las escaleras, me quedo en la parte de arriba, a la entrada de la escalera.