Partida Rol por web

Mi respuesta le afecto, no sabria decir como ni por que, pero pude notarselo. De entre todos los sutiles cambios que me indicaron que hacia mucho que esperaba una respuesta como la mia, su mirada fue la mas increible de todas. Ver como el brillo de esas dos estrellas doradas titilaba fue algo avasallador, mas aun cuando ese simple momento derivo en ver como el ser que me habia derrotado con tan pasmosa facilidad, casi parecia convertirse en un anciano. Uno que parecia llevar largo tiempo esperando una respuesta como la mia. No supe a ciencia cierta que decir o hacer, asi que solo espere a que fuera él quien tomara la palabra. Mas antes de hacerlo, me miro a mi y luego a la profunda oscuridad, casi temeroso de que algo o alguien surgiera de ella. ¿Que habria en este mundo tan peligroso en la oscuridad para que incluso alguien como él la mirase de esa forma?

Escuche sus primeras palabras. Casi parecian desvarios, los de un Guardian que lleva mucho tiempo esperando a alguien que le ayude con su pesada carga. Claro que en su caso mucho tiempo, parecen mas bien milenios o mas, mucho tiempo para que un solo ser lleve sobre sus hombros tan pesada carga. ¿Yo un campeon? ¿Un alma pura? La verdad es que lo dudaba, ni tenia un alma pura ni era un campeon. Solo era lo que era. Un hijo del Equilibrio, mi sino era este, no habia nada mas que eso. Habla de la arrogancia de los humanos, de como pueden hacer lo que hacen sin darse cuenta de a donde les lleva eso. No tengo respuesta a esas preguntas retoricas. Los humanos, de entre todas las razas creadas siempre fueron la mas... invasiva. Aquella que no le temblaba el pulso a la hora de romper todo aquello que se consideraba sagrado o unico. No dire que no fuera estupidez, pues a mis ojos muchas veces lo es... mas si de algo peca la ultima de las razas inferiores es sin duda de arrogancia. Extraño sin duda, teniendo en cuenta que no son mas que motas de polvo en el devenir de los tiempos.

Tras ese breve momento de debilidad, se alzo de su asiento. De nuevo fuerte, de nuevo orgulloso, dio sus primeros pasos en pos de aquello que guardaba. Era sin duda gracioso que yo hubiera dicho que no queria saber de ellos, que él dijera que acabariamos hablando de ellos y ahora fuera él mismo quien decidiera mostrarmelo. Nos adentramos en una cueva que era literalmente, enorme, probablemente de no estar aquí mi él, me habria perdido sin remedio.

Sus palabras me dicen que Ailo parece ser alguien, sino vivo, lo mas cercano posible. Porque sino hablaria de él con tanto respeto mientras incluye a Derania aunque sea solo de forma velada. Ciertamente su formade hablar despierta mi curiosidad, mas de nuevo le sigo en silencio. Este es su hogar, de una u otra manera y yo simplemente un invitado. Mientras caminamos me cuenta la historia de Ailo, me cuenta como el amor, el verdadero motor de este mundo dio lugar a alguien como él. Me cuenta como dos seres completamente diferentes, se unieron para dar lugar a algo nuevo... algo que según las antiguas deidades estaba prohibido. No puedo evitar sorprenderme, mis ojos se abren al entender lo que me esta diciendo... al comprender que él y Derania, fueron mucho mas que compañeros de viaje a lo largo de los milenios. Que entre ellos nacio un lazo aun mas poderoso, tan fuerte como para dar lugar a una nueva vida y al mismo tiempo tan fuerte como para prohibirse volver a sentirlo. El sentimiento encerrado en sus palabras me lleva a tiempo remotos, a un rostro y una mirada que no han desaparecido ni siquiera cuando me ahogue en el oceano de locura en mi prision. Entiendo el amor mejor de lo que él cree, entiendo lo que es amar fuera de los limites de tu propia especie aunque eso no sea visto con buenos ojos.

Nos paramos ante una pared, una que no se de donde ha aparecido y tras ella, en un altar yace un huevo de escamas doradas. Situado en la parte alta delo que solo puede ser un altar, uno construido con mimo, con cariño, con amor. Mis ojos se detienen en el huevo, las escamas indican que es de wyrm, mas el color dorado de estas le hacen parecer mas un huevo de dragon. Aun asi, la mezcla es obvia. Escamas de wyrm junto con el dorado de los ojos de su padre. Miro al Guardian, mientras me explica el significado del nombre Ailo. - Es precioso. El fruto de vuestro amor, es algo digno de guardar, proteger y cuidar. Espero que entre ambos podamos dar lugar a ese mundo del que hablas y que cuando llegue su momento, Ailo encuentre su sitio en ese mismo mundo.

Avanzamos, mas antes de entrar en la siguiente sala se detuvo y comenzo a hablar de nuevo. Hablo del inicio, de cuando el mundo aun no lo era y todo formaba parte del Uno. Habia oido retazos de esa historia, no la conocia pues nunca me habia interesado ir tana tras en el tiempo. Mis estudios eran el combate y las razas creadas, no el inicio del mundo. Le escuche ahblar sobre lo que el llamaba los Pilares de la Eternidad y antes de darme cuenta estaba inmerso en sus palabras, atraido como una polilla a la luz, por la fuerza de su voz, su cadencia y mas aun el poder de lo que contaba. Los pilares de la Eternidad, tambien conocidos como los Pilares de la Creacion, aquellos en los que dividido el uno y gracias a los cuales existe el mundo tal y como lo conocemos. Cada unod e ellos domina una importante parte de esta mundo. Realidad, Mente, Alma, Tiempo, Espacio, Poder, los Elementos, el Poder de la Flora y el Poder Animal. Nueve pilares, escindidos del Uno, para dar forma a este mundo y mantenerlo estable. La verdad es que la historia me parecia increible, pues el poder que se les otorgaba a esos pilares era realmente sobrecogedor... aun asi conocia bien una gema con un poder avasallador. La misma que me habia otorgado el titulo de Ejecutor mientras estuvo anclada a mi pecho. No me pilla desprevenido pues cuando menciona lo que mi pueblo llamaba la Gema del Caballero Muerto. La gema... la misma que me hablo hace mucho, en la mas profunda de las oscuridades antes de enfrentarme a la manticora. Asi pues ese es realmente su poder. Ser una de las nueve partes del uno. Ser uno de los pilares de la Creacion.

Sin poder evitarlo mi mano va hacia el mismo sitio donde ella estuvo, palpando el lugar, con mas reverencia que nunca. Una cosa es que te digan que has portado un talisman de gran poder, fruto de las creencias de tu pueblo y otro saber que durante un momento formaste parte del todo. Respiro con fuerza, intentando tranquilizar mi corazon al darme cuenta de que de una u otra forma aprece existir una conexión con esa gema. Mas él sigue hablando, me dice que las piedras estan vivas, no como nosotros pero lo estan y que hay que tener cuidado con ellas. Entonces me dice que me lo mostrara. Avanzamos hasta dar con una nueva habitacion, donde una gema atrae toda mi atencion.

Nada mas posar mis ojos en ella, noto un mareo brutal, como si todo mi cuerpo hubiera sido zarandeado por el mismo Maelstrom. Las ganas de vomitar ascienden por mi cuello mas consigo retenerlas antes de soltar la papilla en semejante lugar. El poder, la fuerza de la gema de la Realidad es mas que simplemente avasallador.

Las explicaciones de Asha, pues asi he decidido llamarlo, se me hacen mas que simplemente peligrosas. El poder que encierra esta gema esta mas alla de cualquier cosa que haya conocido, reformar el mismo mundo a tu antojo... eso es demasiado poder para nadie. Mis ojos se centran de nuevo en él, dandome cuenta del verdadero peso que hay sobre sus hombros. Aun con todo lo que esa piedra le hace sentir a mi cuerpo, pongo mi mano sobre su hombro. - Ya no estas solo. Tal vez no pueda ayudarte en muchas de tus tareas, pero permiteme cargar con parte de ellas. - Salimos de la habitacion, cosa que sin duda agradezco. La gema, el como modifica la realidad a su alrededor, como cambia todo lo que entra dentro del radio de su alcance es locura pura. Un poder asi, crearia algo peor que un Dios, pues incluso aunque estos volviesen que podrian hacer contra algo como eso.

Habla de las demas gemas mientras desandamos el camino. De como estas fueron dadas a guardianes para su proteccion, de como estos perecieron y otros ocuparon su lugar. Mas toda esta leccion de historia se termina para centrarse en lo realmente importante. El hechizo, el conjuro de alta magia es para localizar los pilares. Si eso ocurriera, el pantano de mugre que es ha dia de hoy este mundo caeria aun mas profundo, anegandose en tinieblas y olvidando por completo la luz. Se sienta de nuevo en la silla antes de darme el nombre de aquel que esta intentado azotar el mundo con males aun mayores que los que ya lo recorren. - ¿Nasser? - Recordaba el nombre. Apenas susurrado apra dar pie a las peores pesadillas o cuentos de terror. Aquel que habia vencido a la misma muerte y ahora comandaba sus ejercitos sin que nadie se le opusiera. El nigromante, el maestro de la magia mas oscura de todas. Alguien que solo viai en las leyendas, ahroa msotraba su rostro en esta epoca. Una en la que pocos sabian quien era y menos aun tenian el poder para enfrentarle. - Recuerdo el nombre, recuerdo los cuentos de terror de mi infancia sobre él. Sobre lo que hizo. Mas...¿Por que ahora? Ha esperado todo este tiempo, a que los Dioses se fueran ye l mundo le olvidara para poner en marcha su plan. Sigue siendo una espera demasiado larga incluso para alguien que se supone inmortal. ¿Que ha ocurrido para que decida empezar a moverse ahora? ¿Y por que levantarme a mi? No es idiota, sabe perfectamente que podia darme cuenta de la situacion y de que hasta cierto punto podia recordar quien era... me parece un movimiento arriesgado, aun a sabiendas de que pudiera guiarle hasta las gemas. Esta claro que sabia que ayudaria a mi familia, pues ellos solos no hubieran tenido oportunidad ninguna contra las bestias que necesita matar. - Habia algo que se nos escapaba, algo que no teniamos porque entender pero que podia ser de vital importancia para saber a que juego estaba jugando.

Entonces lo nombro. Al odiado. Al rechazado. Aquel que jamas debe abandonar su prision. El dios que es sinonimo de toda maldad. Eikk-Nar. ¿Como olvidar un nombre asi? Nasser tal vez fuera un mito, una leyenda pero Eikk-Nar era sinonimo de muerte, de dolor, de tortura, de engaños y destruccion... pero sobretodo las cosas de ambicion desmedida. Nunca habia estado de acuerdo con sus itio, siempre habia querido mas, por eso acabo en esa prision. Ahora él seguia aquí mientras los demas habian desaparecido. Si conseguia romper su prision, si Nasser conseguia sus objetivos. El mundo unicamente seria la arena de esas dos criaturas, jugando ambos a ser Dioses hasta que uno derrotara al otro y fuera cual fuera el resultado. El mundo pereceria. Ninguno podia ganar... o no habria mas Equilibrio.

La victoria de Nasser pende de tres pilares, de tres gemas. Realidad custodiada por Asha, Poder custodiada por un ser de descomunal poderio y el Alma, que ahora yace en manos debiles. Asha desea que seamos yo y los mios, los guardianes del Pilar del Alma. Aun asi no puedo simplemente ir tras el Pilar. Hacerlo sin duda alertaria a Nasser de que su nuevo peon, no esta jugando según sus reglas.

Antes de nada, dices que Poder esta en buenas manos. No quiero saber donde esta, mas solo dime que no tiene nada que ver con el Condado de Lautrec y una manticora de tamaño descomunal. - Tenia mis dudas, realmente esperaba que Poder no estuviera alli. Sino habria hecho algo mas que dalr unos dientes a ese malnacido del nigromante. Una vez con su respuesta, le volvi a mirar. - No estoy seguro de captar toda la imagen, aun no al menos, pero entiendo de lo que hablas. Si cualquier de ellos gana no habra nada mas. Ningun futuro. Este mundo, esta realidad sera domada por una mente enferma, poderosa y maligna y eso no puede permitirse. - Suspire levemente mientras caminaba alrededor de Asha. - Nasser espera la muerte de Derania. Tras eso me enviara a por la Effohim. Esa mujer, esa bruja. Creacion de mi sangre, podria ser un buen añadido a nuestro grupo. Quiera o no, al igual que los Hijos, fue creada para mantener el Equilibrio, tarde o temprano todos debemos hacer frente nuestro Sino. - Ideas y mas ideas, pero todo se basaba en conseguir mentir a Nasser, el tiempo suficiente para poder hacerme con el Pilar del Alma mientras conseguiamos aliados para la guerra que comenzaria en ese momento.

Lo primero que necesito es escapar del control de Nasser. Hay una posibilidad remota, muy remota. Katerina, la mujer que hace de nexo con él . Lo hace todo por su familia, si pudieramos garantizarle la seguridad de la misma, o explicarle que cuando su patron termine lo que tiene en mente. No habra futuro para nadie... tal vez ella pueda darnos el tiempo que necesitamos. El suficiente para conseguir el Pilar antes de que Nasser se de cuenta a que jugamos. - Respire hondo tras tantas palabras seguidas y mire a Asha, le habia dicho posibles planes, ideas pero algo me decia que él no habia acabado de decirme todo lo que tenia en la cabeza.

Había entrado en la cueva como un ladrón, sin saber muy bien a aque atenerse. Había sido atacado como un intruso, golpeado como un bellaco. Aquel ser había estado a punto de asesinarle. Ahora hablaban como compañeros, como camaradas largamente separados pero reunidos al fin. La confianza, que costaba edificar, se alzó ante ellos germinando con la naturalidad propia de aquellos que se dan cuenta de que están solos en el mundo. O casi.
—Ahora es el momento. Las gemas han empezado a moverse. La tuya fue extirpada de tu pecho ¿No es cierto? Y hay otras, que cambian de manos. Los guardianes que ahora las esconden están en guerra, privados por sus propios intereses. Entraran en guerra, tratarán de usar el poder. Es el escenario perfecto. Además, se avecina una guerra civil. Cuanto más caos, mayor libertad tendrá Nasser para moverse por el mundo de los hombres sin que nadie repare en él. Ellos se matan, él gana. O eso creo, vaya —dijo al final, dejando abiertas otras posibilidades. Nasser había tenido toda una eternidad para perpetrar aquel plan, sin duda era paciente y no iba a dejar nada al azar, tampoco a Akhres —. Imagino que Nasser cree que puede manipularle, de una u otra manera. Aún llevas la máscara ¿No? Eso podría volverte loco. Y tus recuerdos. Y la pérdida de aquellos a los que intentas proteger. Intentará manipularle, como hasta ahora. ¿O acaso no ibas a acometer tu segundo trabajo? Es más listo de lo que pueda parecer —Aquello le hacía sentir incómodo —. No, en Lautrec no hay ningún pilar. Te diré donde están todos ellos antes de tu partida. Solo por si a mí me pasase algo. Además, quizás puedan servirte de ayuda en tu lucha. Si Nasser consigue hacerse con alguna de las gemas su poder será tal que no te bastarás tu solo para enfrentarte a él, pero, quizás, con ayuda de las gemas…pero recuerda, su abuso puede producir efectos nocivos en ti.
Hablaba como un mentor, uno que había visto la fatalidad en el futuro y que deseaba ilustrar a su pupilo para que no fuera engullido por la tormenta que se avecinaba.
—No, Nasser no espera la muerte de Derania. No espera ver un cadáver, solo quiere un ingrediente. Parte de la médula de un wyrm. ¿Has sido lo bastante observador al venir hacia aquí? — Si, Akhres recordaba el cementerio de wyrms que había visto antes de cruzar a la guarida del guardián—. Quizás puedas usar los restos de un hermano para engañar a Nasser y encontrar a la Effohim. Si bien no es seguro que Nasser te obligue a buscarla a ella, recuerda, hay otras formas; un la sangre de un demonio atado a un hombre o el útero de una bruja servirían igual.
Escuchó su propuesta. Katerina. Una mujer enigmática. Una mujer en apuros. No la típica damisela atrapada en una torre. Ahora que Akhres conocía el nombre de su patrón podía entender el miedo de ella…y lo pequeña que se había sentido atrapada en ese juego de dioses.
—¿Y cómo encontrarás a su familia sin que Nasser se entere? ¿Es ella de fiar? Mide bien tus pasos, amigo mío, ya no solo está en juego tu vida, o el destino de los tuyos, sino el de todos.

Asha y yo hablamos, discutimos y conversamos a un nivel de confianza que a otros les cuesta años sino decadas cosneguir. La falta de otros seres que entiendan la soledad como lo hacemos nosotros, asi como el objetivo ultimo por el que estamos aquí. Hace que el arbol que necesita de años de cuidado para germinar fuerte y lustroso, lo haga entre nosotros en apenas minutos.

Habla de las guerras que estan por venir, incluso una guerra civil que sin duda, destrozara a uno de los reinos de los hombres. Menciona la gema que antaño estuvo en mi pecho y ahora ya no esta. Asi como el hecho de que los guardianes que deberian mantener las gemas a buen resguardo seran obligados a pelear y muy probablemente, a usar su poder y el de las gemas. Un escenario perfecto para que la larga y poderosa sombra de Nasser juegue su particular partida, donde solo puede haber un ganador, al menos hast que Asha y yo hemos decidido, intentar hacer algo al respecto. Asha parece dispuesto a seguir hablando, incluso llegando a mencionar la mascara del Ejecutor. Tantas preguntas, tantas respuestas son las que necesito que ni siquiera se por donde empezar y a cada nueva frase de mi nuevo amigo, mas dudas y mas preguntas salen de entre mi nublada mente. Ignorante y estupido he sido hasta ahora, mas gracias a Asha, puedo al menos enmendar la primera parte y unicamente mediante mis siguientes actos podre enmendar la segunda. Le debo mucho a este mundo y me da igual ya sean Nasser o Eikk. No dejare que ninguno ponga sus putridas garras sobre este mundo, con gemas o sin ellas. - Cuentame mas sobre el mundo. Cuentame sobre esa guerra civil y que reinos humanos la sufriran. - La guerra me es bien conocida y meterme en medio de una, mientras el mismo mundo pende de un hilo, no es lo que mas me apetece.

Asha me dice que me dira donde encontrar los demas Pilares, solo por si acaso llegado el momento él no esta aquí para ayudarme. Mas tambien me advierte de que si Nasser consigue hacerse con alguna de las joyas, es posible que ni siquiera con el uso de las mismas consiga realmente vencerlo y que el uso indiscrimando de las mismas, podria acabar consumiendome a mi. Me suena como hojas de doble filo, como la misma mascara que porto y que Asha parece conocer tan bien. Me encuentro ante él como un niño frente a un mentor que le lleva años de ventaja. Sentado sobre su piedra me alecciona con palabras, escuetas pero bien dirigidas, enseñandome los horrores y las maravillas del mundo... mas dejando las lagunas necesarias para que un alumno avispado, pregunte y encuentre sus propias respuestas.

Niega una de mis afirmaciones, dejandome en claro que a Nasser poco le importa Denaria. Unicamente el ingrediente, le resulta de utilidad. Al mismo tiempo que me recuerda que he atravesado un cementerio de wyrms donde es mas que probable que pueda encontrar lo que busco. Sonrio para mi mismo por la poca vision ante ese hecho. Asi como me indica que hay varias formas de conseguir el ultimo de los ingredientes... eso siempre supone un problema pues no se cuantos agentes mas tiene Nasser en el mundo. Yo he conseguido dos pero el bien podria estar a punto de conseguir el tercero en otro sitio. Una dificil balanza, un precario equilibrio en el que debo jugar mientras encuentro mi Pilar y me aseguro la ayuda de los demas Pilares cuando Nasser por fin decida hacer su movimiento.

De nuevo me pregunta sobre Katerina, sobre si he medido bien mis pasos y me doy cuenta de que por mucho que quiera. Una humana cuya amilia esta en riesgo es un riesgo que debo medir muy bien o sino todo este juego se ira por la borda antes de tener oportunidad de llevar a cabo nuestro subterfugio. Sin duda, si conseguimos colarsela al mismismo Nasser, bien merece la pena la apuesta. - Tienes razon, es un riesgo... uno grande pero este juego no se ganara sin tomar medidas desesperadas. No se decirte si me arriesgare con ese paso, mas cuando lo haga sera por un buen motivo, amigo.

La conversacion parece detenerse ahi, mas mi mente bulle de actividad. - Necesito saber. Hay muchas cosas que no entiendo o no se, sobre este mundo y tu puedes darme explicaciones que sin duda me vendran bien en los dias venideros. - Suspiro mientras busco un sitio delante suyo y me siento doblando las piernas. - Me enfrente a una manticora, una bestia enorme, mas grande que el mayor granero que haya visto en mi vida. La derrote para conseguir el primero de los ingredientes, mas alla abajo, en lo profundo de la oscuridad creo que el Pilar que estuvo atado a mi cuerpo me mando una señal a traves de la mascara. El primer momento fue un barco pirata, comandado en ese momento por un hombre de color ebano. Tras eso... - Me di cuenta de la vision, de la situacion y de quien tenia delante. - Creo que eras tu el siguiente en mi vision. El ultimo miembro de una raza en decadencia, los celestes, cubierto por unas cadenas humillantes. - Le mire, sin entender bien si mis palabras acertaban o no. Esperando entender lo porque ahora mismo no portaba esas cadenas. Espere a que dijera algo antes de continuar. - Una diosa de ojos verdes y radiantes confinada en una vasija con forma de niña. Tras eso la gema me reconocio, el Pilar sabia quien era... era como si quisiera advertirme de algo. Creo que el mismo engaño que ahora ha sido desvelado, pero sobretodo comprendi que la mascara es un satelite de la gema. - Mire a Asha con incertidumbre en los ojos. - ¿Que es las mascara realmente? ¿Que puede hacerme si vuelvo a ponerla sobre mi rostro? ¿Caeria acaso de nuevo en la locura del Ejecutor si me la pusiera? - Mi boca estaba reseca, ante mi necesidad de respuestas y ell miedo ante las respuestas que esperaba de él. - Entiendes algo de esas visiones, te resultan familiares de alguna forma... - No era una pregunta, sino mas bien caso una suplica. Realmente esperaba que el tuviera alguna respuesta.

Escuche, guarde silencio y medite cada una de ellas mientras mi mente no dejaba de procesar los datos que se me proporcionaban. - Los Pilares son poderosos mas alla de toda duda. Como defenderme de ellos, como poder sobrevivir a un enfrentamiento, si es la unica opcion, contra el portador de uno de ellos. Realidad es el mas poderoso y tu me sobrepasas a mi en todos los niveles. Como sobrevivir si Poder u otro de los Pilares se corrompe, como derrotarlos si su poder es tan inmenso. El Alma es el que debo buscar... ¿Como derrotar a su actual portador? ¿Acaso la entregara sin mas? - Respire hondo. - Antaño entendia a que debia enfrentarme, mas esta tarea que tenemos por delante. Sobrepasa de lejos las anteriores tareas. No tengo miedo, solo busco respuestas para cuando llegue el momento donde necesite saberlas.

Aquellas preguntas que tenian que ver con mi actual atarea llenaban mi cabeza, mas pronto encontraban respuesta en la prodigiosa mente de Asha. Mas habia otras, personales que no sabia bien como encajar y aun asi, requerian respuestas. - Se que te parecera una tonteria... mas antaño. Mucho antes de la Purga, yo mismo yaci y me enamore de un ser de otra raza. Una angel, una de increible poder y esplendorosas alas blancas y doradas. Mas el tiempo se ha llevado su nombre. Mi tiempo en la prision me ha arrebatado mucho mas de lo que creia. Se que la ame, mas alla de eso todo es neblina... se que resulta estupido y la informacion dada es minima. Mas si supieras algo sobre ellos, seria un pequeño alivio para mi corazon.

Tras cada respuesta, venia nuevas preguntas, mas hasta el momento todas ellas habian encontrado algun tipo de respuesta. - Sabemos que Nasser me utiliza a mi para conseguir esos ingredientes, pero como no sabemos quien mas hay ahi fuera. He conseguido dos, si consigo extraer del cementerio lo que nos hace falta. Mas intentar conseguir el tercero, aun a sabiendas de que no soy el unico agente de Nasser, es jugar con fuego amigo mio. Si conoces alguna forma de evitar el hechizo, de hacerlo fallar o de manipular los ingredientes para que falle llegado el momento tendremos una pequeña baza que jugar a favor. - Le miro y dirijo mi mirada hacia lo profundo de la camara. - Se que Ailo lo es todo para ti, se que tanto tu como Derania lo amais con locura y por eso te digo esto. Si Nasser encuentra este lugar, si da contigo y con la gema, tambien lo hara con Ailo. Si no estas tu aquí para detenerlo o fallas en ese cometido, es posible que el dia de mañana deba darle muerte o defender mi vida contra un ser que no ha sido creado con esas intenciones. No puedo decirte, ni debo hacer que hacer con el fruto de tan sagrada union, mas debes tenerlo en cuenta... aunque solo sea la remota posibilidad.

—La Guerra Civil —dijo el Guardián, paladeando cada letra, extrayendo el venenoso jugo de cada letra —. Los hombres de las islas han perdido a su emperatriz. Unos creen necesitarla, otros creen que es cosa del pasado, que las viejas tradicones no pueden entorpecer el progreso. Habrá guerra en el mar. En el Imperio, un rey ocupa un trono que no estaba destinado a él. Pronto aparecerá alguien que reclame ser el heredero del Último Emperador. Y habrá guerra en el Imperio. En el Norte, los hombres mal llamados bárbaros sienten la presión del hambre, la sequía y el frío. No se conformaran con morir de hambre. Traerán la guerra. Y en el sur, tierra de desiertos, están los moriscos. Cuando el Imperio se vuelva frágil, no dudaran en conquistarlo. Quizás me equivoque, Akhres, quizás haya interpretado mal las intenciones de estos…hombres. Son una raza compleja. A priori son como hormigas, los contemplas y piensas que son inofensivos y estúpidos, pero si los observas ves un patrón, unas líneas negras trazadas en la tierra con un significado. Al no ser uno de ellos, y al estar aquí, no puedo leer claramente sus intenciones. Más me temo lo peor. No hay concordia entre los hombres, solo fronteras.
Su voz sonaba igual que el tañido de una campana en medio de un cementerio. Akhres se avino a hacerle más preguntas, puede que no tuviera una ocasión similar en ningún otro momento. Desde que había renacido el Guardián era el único ser capaz de darle alguna respuesta, sobre el pasado, el presente, y quizás el futuro.
—El Pilar que estaba unido a ti es el Pilar de la Mente. La gema otorga poderes sobre pensamientos, realza la inteligencia, la astucia, añade cualidades de telequinesis o telepatía a tu psique. La mente es un misterio con mucho potencial. Has estado durante mucho tiempo en contacto con la gema, es normal que sufras algún efecto secundario. Y la máscara también alberga cierto poder, aunque residual. Vibra con las ondas de la gema, pero por si sola no puede lograr nada —explicó, nítido como un libro abierto —. Las visiones que tuviste no eran tales, sino pensamientos de otra persona que estaba usando la gema en ese momento. El barco pirata, la supuesta diosa, el celeste encadenado…era todo lo que pasaba por la cabeza de la otra persona en ese momento. Igualmente, la transferencia funciona en ambos sentidos, así que él o ella percibirían tus pensamientos, tu batalla. Ignoro lo que le sucedió a la persona que usó la gema, pero puedo asegurarse que no soy el Celeste. Nunca he tenido cadenas.
Levantó una mano y unos hilillos dorados empezaron a brotar de la yema de los mismos. Eran como hierba fresca. Se unieron para dar forma a una figura. Un hombre cuyo rostro era similar al de un pulpo, con ojos de gelatina, la frente ancha y la boca cubierta de tentáculos*.
—Los celestes son seres abocados a la extinción, como tú y como yo. Son de las pocas criaturas que poseen poderes psíquicos de forma natural. Entiendo que uno de ellos se encontraba cerca de la gema, cuando lo usaron. Suelen ser poderosos ya que la disciplina que estudian ha sido olvidada por la mayoría. Si, tu historia encaja —aseguró, uniendo piezas dentro de su cabeza, pero callando para más adelante. Aquello parecía controlado. El tema de la máscara no.
—Es hora de que sepas la verdad. ¿No lo deduces? La gema que te incrustaron era la gema de la mente. La gema por sí misma no pudo obligarte a cometer la Purga. Necesitaba órdenes. Pero, si tú tenias la gema, tú tenías el control. O así debería haber sido. La gema estaba ligada a un ente. Incrustó la gema en tu cuerpo porque era la forma más fácil de controlarte. La máscara es el catalizador a través del cual hablaba, a ti y a la gema. Fuiste una marioneta. Tus golpes no eran tus golpes. Tu voluntad, que creías tuya, no lo era. Así, tras la masacre, la máscara quedó imbuida de un retal de poder de la gema, así como de la personalidad salvaje de aquel que controló la masacre entre sombras. ¿Qué recuerdas de la purga?
Dolor, sufrimiento, agonía. Muerte y más muerte.
—¿Eran realmente tus golpes? ¿No te parecieron más precisos, más nítidos, más perfectos? El dios de la guerra** fue el elegido para controlarte. Tú debías ejecutar a tu raza pero los dioses no podían arriesgarse a que te arrepintieras. La gema no solo anuló tu voluntad, sino que la controlaron. La máscara está prendida de recuerdos sangrientos. Si la colocas en tu rostro, será como regresar a aquel día. Te dará la fuerza del dios de la guerra, su técnica, sus sentidos, pero, al igual que entonces, puedes perder el control, ver anulada tu voluntad. La máscara revertiría a tu mente al momento de la Purga, podrías matar a tus hermanos. Solo que esta vez por orden de unos recuerdos de alguien que ya no existe.
Su siguiente respuesta tampoco fue agradable.
—Los ángeles han desaparecido de este mundo. Algunos se marcharon con los dioses, otros se quedaron para cuidar de los hombres. Ellos mismos los destruyeron, sin saberlo. Eran sus mesías, sus caballeros, sus paladines…terminaron ardiendo en hogueras, colgados en cadalsos acusados de herejía. Ya no quedan ángeles. Lo siento, Akhres. De ese ya hace mucho tiempo.
Poco a poco el Ejecutor iba entiendo el por qué de la turbación del Guardián, de su feroz defensa, de su total entrega a él. Era algo desesperado, veía una oportunidad y trataba de aprovecharla ya que quizás no habría más. También veía que estaba atrapado, por su juramento, por el deber. Un alma noble en un mundo de locos y malvados.
—Nasser controla la Alta Magia tan bien como yo. Contaminar un ingrediente o tratar de engañarle es imposible, se percataría. Es una mente entrenada. No hay nada que podamos hacer en ese aspecto —señaló —. Sobre el guardián del pilar del Alma. ¿Entregarías tú la única prueba de la divinidad del mundo? ¿Lo único que te hace especial? Todos cometemos errores, Akhres. De nada sirve la mejor espada en una mano torpe. Si bien puede blandirse, una mente aguda podrá recuperar los pilares. La fuerza no sirve. Nunca sirve, de hecho, para solucionar nada definitivamente. Pero si piensas y obras con el corazón, puede que encuentres una manera. Analiza tus objetivos, comprende sus motivaciones y úsalas contra los guardianes, un ataque directo es una locura.

Escucho a Asha hablar de los hombres, de los herederos del mundo y no puedo mas que preguntarme porque motivo de entre todas las razas son ellos quienes gobierann un mundo que les va demasiado grande. Una unica raza que se autodestruye a si misma. Incapaz de saber si quiero un gobernante o no, mas cuando este muere todos parecen avidos por su corona. Barbaros, moriscos, imperiales o de las islas. Todos son iguales y aun asi pelean por nimiedades mientras el verdadero mal yace a su alrededor, sin que sean capaces de darse cuenta. Las guerras en si no me son interesantes, mas el conocimiento en si, lo es. Saber que no hay reino seguro, deja claro que en todos ellos debemos andar con pies de plomo... mas si en uno debe estar el nigromante, seguramente en el Imperio sera. Pues no es justo al lado de la antorcha mas fuerte, donde yace la mas abismal de las tinieblas. Aun asi el mismo no esta seguro de sus predicciones, denomina complejos a los humanos... quizas lo sean por la cantidad de tribus que poseen para una sola especie. - Tu los conoces mas que yo, amigo mio... mas desde que he entrado en contacto con ellos me ha quedado claro que la autodeestruccion forma parte de ellos mismo, tanto como su roja sangre.

Las visiones que tuve en las profundidades de la tierra son inutiles, al menos por ahora. Mi anfitrion nada sabe de ellas, o al menos aporta poca luz sobre ellas, a excepcion de que el Pilar de la Mente entro en contacto conmigo para mostramelas porque el guardian de la misma debia estar pensando en ellos. Aparte de eso poca mas informacion puede darme, aparte de que los celestes no son su especie y de que son poderosos en el uso de la mente. Su mano asciende y de ella salen unos hilo de luz que forman el rostro de un celeste. Seres extraños, de eso no hay duda... no recuerdo haber visto ninguno, mas el nombre me resulta meramente familiar. Entonces llega la verdadera pregunta y la respuesta que tanto tiempo he ansiado. Mi cuerpo se desplaza ligeramente hacia delante, expectante de sus palabras, avido de un conocimiento y unas preguntas que me han perseguido durante milenios en mi prision de olvido.

Las palabras que salen de su boca son recibidas como si fueran la misma vida y con cada una de ellas se desgaja una parte de mi. ¿Nunca fui yo? ¿No fui mas que una marioneta? La gema y un Dios atraves de la mascara controlaron mi cuerpo y mi mente. Por ellos provoque la Purga de mi propia especie... una sensacion de indefension, de rabia, de impotencia sumida en la mas profunda de las tristezas ahoga mi corazon en ese momento. Una parte de mi deberia sentirse en cierta forma liberado. Nunca fueron mis golpes, nunca fue mi conciencia por mucho que lo pareciera. Mi mente controlada por el Pilar y esta a traves de la amscara por un dios. El Dios de la Guerra. Incluso en un momento asi nos quitaron el poco honor que nos quedaba, ni siquiera se atrevieron a permitir que fueramos nosotros, por nuestra mano... lo que evidencia el temor que en el fondo nos tenian. Mis puños se cierran y relajan mientras intento controlar mi rabia. Los segundos pasan y devienen minutos hasta que un fuerte suspiro sale de mis pulmones, expulsado mas alla de mis labios y mis ojos cerrados en todo momento, se abren para contemplar a Asha. Una losa enorme ha caido al suelo, una mas desde que entre aquí dentro... cuantas mas me quitara este ser tan solo con sus respuestas.

Cuando por fin recupero el resuello llega la respuesta sobre los angeles. Una leve punzada de dolor atraviesa mi corazon. Cuantas perdidas han ocasionado aquellos ciegos a la grandeza de las demas especies. Ahogados en su propia miseria, han dado caza a aquellos que una vez gobernaron los cielos. Que dificil lo haceis humanos, que un ser dedicado al Equilibrio no desee aplastaros como los insectos que sois. Que dificil, mas aun asi es mi cometido y no fallare aunque eso implique darles esta tierra a unos herederos que no la merecen. Asiento ante unas disculpas que no son necesarias, mas supongo que entiende mi dolor, asi como yo entiendo el suyo. Miro a Asha de una nueva forma, un ser como él con un poder superior en todas sus formas atrapado aquí, intentando hacer entender desde las sombras a unas hormigas el peligro que tiene jugar con los artefactos de los gigantes. La titanica tarea que tiene frente a si es increible y aun asi en todos estos años, no ha perdido la esperanza e incluso ha recibido con cierto jubilo, la opcion de otro mas que le ayude en su tarea. Quizas dos no seamos suficientes para aguantar el peso del mundo, mas esto es solo el principio... encontraremos mas que alcen sus manos para detener la muerte de este mundo. Estoy seguro de ello.

Nasser conoce la Alta Magia lo suficientemente bien como apra no caer en un truco tan barato como un ingrediente fallido o contaminado. Era una apuesta dificil, un tiro especialmente largo, mas mejor es preguntar y errar que no haberlo intentando. En cuanto a los Pilares me deja claro que un ataque directo para doblegar a los guardianes es imposible. Debo entenderlos, escucharlos, conocer sus motivaciones y conseguir de otras formas que la simple fuerza bruta. Eso sin duda lo complica y lo facilita a partes iguales. Sin duda, cualquier ser que esgrima tamaño poder, en un enfrentamiento directo seria demasiado poderoso.

Dijiste que sabias quienes eran los guardianes o al menos sabias donde encontrar los Pilares. Hablame de ellos, de cada uno de los Pilares y de aquellos que son sus guardianes. - Mi mirada se clava en la suya. - Se lo mas detallista posible con respecto al Poder y al Alma. Si estos son los mas importantes, debo saber lo maximo posible de ellos... pues si Nasser se hace con cualquiera de ellos, esta pelea habra terminado antes de empezar. - Espero y escucho, asimilando aquello que pueda darme antes de proseguir. - Recuerdo que habia caminos secretos en el mundo, capaces de hacer la travesia que otrsos tardaban meses en pocas horas. Si llega el momento necesito saber como acceder a ese entramado... pues si el mundo pende de un hilo, el tiempo es una variable contra la que no quiero jugar sin saber a que atenerme.

Las respuestas de Asha me resuelven algunos de los misterios del mundo, crean problemas a largo plazo y solucionan aquellos que estan enfrente mia... al menos en parte. - Sabes mucho sobre muchas cosas y mis capacidades en este mundo son limitadas. Si pudieras entregarme de alguna forma ese saber, ese conocimiento sin duda seria de lo mas util. Mas si eso es imposible, tengo una pregunta mas crucial que las anteriores. Aun siendo mitos y leyendas, tu sabes mas que nadie sobre Nasser y Eikk-Nar, si llegase el dia en que nuestros intentos fallaran... ¿Aparte de los Pilares hay alguna fuerza mas que pudiera darnos la victoria? ¿Algun punto debil en sus corazas?

Una vez dicho esto espere, pues no sabia que mas podia necesitar... que mas podia utilizar para modificar la balaza de poder. A menos que, el supiera algo mas que tuviera a bien decirme. - Dime antes de que me vaya. Sabes donde puedo encontrar a alguien como nosotros, a otro de los antiguos que desee la supervivencia de este mundo... o simplemente a alguien que pueda ayudarnos. Antes dijiste que yo era el primero, casi como si hubiera hecho una llamada desde hace mucho y nadie hubiera respondido.

—El Pilar de la Mente se encuentra en otro plano. El Celeste lo robó, sin embargo no alberga intenciones de conquista o destrucción, para él nuestro mundo es un hervidero de insectos, poco más. Contempla con curiosidad nuestras vidas, pero no intervendrá. En su plano, es un dios. Sus poderes psíquicos latentes ya eran poderosos antes. Ahora, con el Pilar, se han multiplicado de forma exponencial. Solo el tiempo dirá que secretos extraerá su maestría a la gema y donde podrá encontrar su límite. Si lo tiene —contestó el Guardián, sin tono de preocupación. Para él, era un camino cerrado lo que indicaba que seguramente el celeste era lo suficientemente capaz de cuidar del Pilar, aunque fuera por interés —. Ya sabes donde se encuentra el Pilar de la Realidad. El del Espacio se haya cerca del condado de los Dunnor. Una orden de caballeros, la Orden del Santo Sepulcro, cree que es una prueba de la presencia de Beryl en este mundo. Lo llaman la Lágrima de Beryl, desconociendo todo su potencial. Lo guardan, lo protegen, más no lo usan. Son hombres disciplinados que, sin saberlo, se ven afectados por el poder de la gema. No encontrarás ese lugar si ellos no quieren que lo hagan, el espacio se dobla ante ellos aún sin que lo perciban, de tal forma que solo aquellos a los que esperan pueden encontrarlo —su voz mansa indicaba que también parecía un buen lugar para guardar tal tesoro —. El Pilar del Tiempo se encuentra en posesión de Borgon, el señor del crimen de Shapire, la capital del Imperio. Es un hombre malvado, un tirano de los bajos fondos. A su favor solo puedo decir que no ha usado la gema aún, o bien desconoce su poder o bien lo ha percibido y sabe que es algo que no puede controlar. También has de saber que nadie sabe dónde se esconde, ni siquiera yo. Si influencia es grande, siempre a la sombra —. Aquel le desagradaba más, por su naturaleza, pero también era un buen escondite —. El Pilar Animal se encuentra en el viejo castillo de Ukkenberf, el maldito. El Consejo, una antigua camarilla de vampiros, lo guarda. Temo que pronto el castillo será atacado por una partida de mawabis, hombres lobo que perciben la gema como algo suyo, más inherente. Habrá una confrontación y el Pilar restará en el castillo o en mano de los lobos. No puedo predecir un ganador. Encontrarás la gema de la Naturaleza en el desierto morisco. En el lugar más inhóspito, donde nada crece, ni llueve, se ha alzado un bosque espléndido. ¿Quién es su guardián? Lo desconozco, pero está en sintonía con el poder verde, con la flora, con la vida. Nadie se atreve a entrar en el bosque, dicen que está encantando. Como ves, ni siquiera yo lo sé todo —rezongó, de mal humor —. El Pilar de los Elementos es el más cambiante. Se encuentra en el mercado negro de los humanos. Pero ni siquiera yo sé en qué punto se encuentra exactamente. Pasa de mano en mano. Es el Pilar más destructivo. Hay que usarle con equidad, cuatro son sus caras, cuatro sus potenciales, pero el hombre suele usar solo uno. Eso causa un desequilibrio que lo lleva a su perdición. Desgraciadamente, está perdido —suspiró, agotado. Era información, pero no la mejor, desde luego —. El Pilar del Poder se encuentra en posesión de Fagnhar, el ogro. Se encuentra en el Páramo de los Huesos. Antaño, un orgulloso conde engazó la gema a su espada y tomó los reinos vecinos. El ogro lo devoró. Ahora la gema se encuentra en su estómago y él es virtualmente indestructible. De forma instintiva el poder de la gema se ha filtrado a su carne. Considero que está segura. Sin embargo la gema del Alma, aquella que puede afectar lo más íntimo de nosotros se encuentra en manos de un falso sacerdote. Un hombre que dice servir a Beryl pero que en verdad ya no cree en él. Su nombre es Pietro Sacramonte, es un sacerdote errante. Desconozco donde se encuentra ahora mismo. Un hombre con una fe torcida como la suya es una amenaza. Es un pastor de almas, un hombre de lengua afilada. Me gustaría pensar que hay algo de luz en él, pero todo es tan difuso…Ah, hay algo más que debes saber. En la antigüedad se creó un artefacto, una brújula que marcaba la localización exacta de los Pilares. Pero se perdió con el tiempo. Sé que en su momento, Nasser intentó hacerse con él pero algo falló. No sé el qué. Puede que tengamos algún aliado misterioso y no lo sepamos.
Misterios, preguntas que se abrían a más preguntas.
—Los caminos que unían el mundo se encuentran sellados. La magia se ha perdido, su poder ha disminuido. Los hombres ya no lo necesitan y ya no palpitan con ellos. Temo que no hay otra forma de viajar más que la rudimentaria —emitió una sonrisa amarga cuando Akhres le pidió parte de su sabiduría —. Mi condena es tu necesidad. Yazco aquí, atrapado por mi deber, con todo aquello que sé, con todo aquello que conozco. Y no puedo hacer nada. Tú, puedes, pero desconoces todo lo que yo sé. Desgraciadamente, una vez dejes la cueva, estarás solo. Y no debes volver aquí. Nasser te vigilará después de lo que hagas en la cueva de Derania. Y él no sabe dónde me escondo, de lo contrario esta conversación no habría tenido lugar nunca —terminó con todo lúgubre.
—El hombre que ha vencido a la muerte y la usa como su perro. A ese hombre solo se le puede derrotar desde dentro. Otro maestro que usa su misma magia, su mismo poder, para romper su encantamiento. Pero no hay nigromantes, no en este mundo. Tiberius desapareció y Moslin murió hace años. Y de haber alguno su alma sería tan negra que seguramente querría ocupar el lugar de Nasser. Respecto al dios. Ya no quedan dioses. No hay nadie capaz de hacerle frente. Si toma el mundo, el mundo será suyo por siempre.
Un mal augurio.
—Tú eres el Ejecutor. Yo no te llamé, me encontraste. Mi llamada es silenciosa. No puedo aunar fuerzas porque eso delataría mi posición. Me gustaría pensar que hay otros hombres ahí fuerza, dignos, y criaturas de nuestra época, que pelean por nuestra causa aunque no le hayan puesto nombre a nuestro enemigo. Pero el mundo de hoy día es marchito, obsoleto. El Viejo Código de caballería está oxidado. ¿Y si hubiera un digno caballero que aún lo mantuviese puro? El Norte siempre ha albergado grandes guerreros, pero a estos les guiaban sus dioses. ¿Y dónde están ahora? No hay hijos de la orden, tampoco hijos de la divinidad. Hay otros, señores, y no me refiero a esos que se encuentran en sus tronos, sino auténticos líderes, una mujer capaz de escuchar a los muertos, un hombre criado por los espíritus de la montaña, bribones con el poder de un rey, un auténtico emperador ya demasiado mayor, la sombra de nuestro rival, quizás en forma de pecador, quizás en forma de salvador. ¿Qué sé yo del mundo? Contemplo y miro, solo veo cadáveres, restos. No hay gloria, puede que no haya salvación. Puede que este mundo decadente que pisamos sea la antesala del fin. Puede que esa sensación que todos perciben sea la total disolución del mundo. No lo sé. Estoy cansado. De esperar…a veces desearía que Nasser apareciera. Quiero enfrentarme a él. Vivir o morir, pero que esta espera termine. Y sin embargo mi deber está aquí. Y aquí seguiré. ¿Hay otros dices? Lo desconozco. Ahora estás tú y de haber otros, deberás buscarlos.

Asha hablar, lo hace largo y tendido sobre los demas Pilares y sus respectivos guardianes. De nuevo sentado escucho como haria un pupilo, asimilando las palabras de un maestro, unas palabras que quizas en un futuro me den el conocimiento necesario para hacer frente a la amenaza que se cierne sobre este mundo. Los Guardianes son poderosos, azotamentes, vampiros u hombrelobos, una antigua orden de caballeria e incluso un ogro entre otros, incluso un humano se abre camino en esa peligrosa senda. El señor del crimen del imperio humano, sin duda es inteligente al no tocar semejante artefacto pero el simple hecho de poseerlo habla de su poder en el mundo de los humanos. Asha no lo sabe todo, e incluso desconoce el paradero de alguno con total exactitud, o por ende no sabe quien es el guardian. Lo dice con cierta tristeza quizas o simplemente es lo que me parece, mas aun asi la cantidad de conocimiento que alberga fluye entre ambos, llenando mi ignorancia con pequeños retales de conocimiento.

Mas de todo eso lo que mas atrae mi atencion es el objeto, la brujula capaz de reconocer la posicion de los Pilares. Un artefacto tal que el mismo Nasser quiso conseguirlo y fallo, dando la opcion de que alli fuera haya mas como nosotros dos, dispuestos a oponerse al poder creciente del nigromante. Una breve pizca de esperanza en un desolador marco de guerras, hambruna, dolor y muerte. Lugar donde un nigromante sin duda se encuentra a sus anchas. Saber que dicho objeto sigue perdido para la criatura es algo sin duda bueno, mas en caso de ser necesario, mereceria la pena ver que mas se sabe sobre él mismo. Cuando termina de mencionarlo no puedo mas que interrumpirle. - Dices que esta perdido y que lo mas seguro es que alguien evitara que Nasser lo consiguiera. Si tuvieses que intuir donde esta, que te diria tu instinto o tus conocimientos. ¿En que lugar deberia emepzar a buscar? - Antes de que responda, yo mismo digo lo que siento. - Dudo que este en mi camino, pero si llegara el momento de que necesitara mas de un Pilar, semejante artefacto sin duda seria inestimable. - No deseo el poder de un Dios, ni siquiera quiero ponerle las manos a un gema tal que es capaz de acabar contigo si la usas demasiado. Mas ahora es mi deber para conmigo mismo, para con el Equilibrio y los mios. Si debo jugar a este juego, debo estar dispuesto a sacrificarlo todo, asegurandome de que tengo una baza que jugar si todo lo demas resulta inutil.

Dice que no hay opcion, él es el pozo de sabiduria y yo el jugador en el tablero. No hay forma de unir nuestros conocimiento, ni forma de conseguir mas de él, aparte de lo que consiga en este momento. No niego que tenga razon, sin duda su ubicación debe permanecer en secreto si deseamos que el mundo siga siendo tal y como es. Un suspiro de decepcion, una vez salga por ese corredor todo estara en mi mano y aun asi, no se si he hecho las preguntas adecuadas para poder continuar mi viaje. Supongo que cuando mis pies se encuentren con el siguiente problema, sin duda recordare este momento y echare en falta su sabiduria. Sin duda no es algo que me agrade, pero no se puede tener todo. Entonces habla sobre Nasser, emitiendo un veredicto claro, unicamente uno de su misma estirpe, unicamente otro nigromante tendria el poder para derrotarlo, anulando su hechizo. Mas todos ellos son iguales, megalomanos henchidos de poder que en lugazr de aniquilar una amenaza, acabarian convirtiendose en ella. Asi pues unicamente quedan los Pilares, pues tan grande es su poder. No son las mejores noticias, pero al menos es conocimiento que puedo tener en cuenta en un futuro, si de mi depende detener a semejante ser.

Habla sobre su llamada, una silenciosa y que sin embargo no me alcanza, pues de una u otra forma estoy por encima de los seres que ahora pueblan este mundo. Menciona un codigo de caballeria, del cual ni siquiera he oido hablar, pero por sus palabras deduzco que implica algun tipo de codigo de honor, de caballeros que lucharan por lo que es correcto llegado el momento. Aun asi parece que se ha perdido, o al menos, son pocos ya los que lo siguen... si es que aun queda alguno. Habla del Norte y como aquellos grandes guerreros eran guiados por sus dioses, unos que ya no estan en este mundo. Sus palabras poco a poco caen en le pesimismo, casi en la desidia e incluso en lo depresivo. Me alzo sin decir palabra para de pronto romper el silencio con una sola palabra cargada de la autoridad de un general. - ¡Basta! - La fuerza sola me sorprende incluso a mi, magnificada en parte por un eco lejano de la misma. - Estoy aquí para ayudarte en esta tarea que sin duda es demasiado grande para los dos. No me hagas sentir como si fuera tu reemplazo, como que ahora que estoy aquí puedes abandonarte a vivir o morir por un simple combate. ¿Quieres detener el mal de este mundo? ¿Que recupere el Equilibrio? Pues deja esas palabras llenas de autocompasion. Somos dos ahora, y si tengo suerte en el camino, otros se uniran a nosotros. Te necesito en pie Guardian, no de rodillas esperando un destino inminente.

Me quedare ahi mirandole, con mis pupilas encendidas en parte por la rabia de oirle hablar de esa forma, en parte por el hecho de que ahora que he encontrado mi destino gracias a dos seres olvidados, igual que yo. Uno de ellos decida que es hora de dejarlo todo a la suerte. - Una vez em calmo y e´se recupere hablare de nuevo. - No se que mas pueda necesitar en mi camino, si hay algo mas que creas que debo saber es el momento de decirlo. Sino, creo que es hora de irme. Mucho tiempo ha pasado ya, no quiero que haya mas problemas una vez cruce el portal... pues mas alla aun tengo asuntos que resolver antes que lidiar con Nasser.

—Semejante artefacto es la clave—contestó el guardián —. Temo que el conjuro que Nasser quiere desatar no le dirá donde se encuentran las gemas que busca, pero si tal reliquia de la antigüedad. Así, no solo se asegura de encontrar lo que busca, también evita la competencia—contestó, apesadumbrado.
El Guardián, tanto tiempo en soledad, había dado paso a su tristeza, a su pesar, a su preocupación, compartiendo por primera vez en mucho tiempo su pesada carga. Akhres soportó con él tal peso, siendo él su sostén y siendo sus palabras una nueva esperanza que el rostro oscuro de aquel portentoso ser recibió con agrado.
—Esperaré entonces, hasta tu regreso o hasta que él me encuentre. Desgraciadamente no sé que puedo decirte para ayudarte en tu misión salvo que siempre estaré aquí. Akhres, se avecinan tiempos oscuros. El mundo puede llegar a desaparecer si no lo impedimos. Ambos somos parte de un pasado ya extinto. Y aquellos que dominan el mundo son necios. Pero puede que haya otros, despiertos. Es a esos a quienes debes buscar, ignorando su condición. Es tu deber. A partir de este momento, te declares abiertamente o no lo hagas, eres el campeón de la humanidad, el adversario del Oscuro. Como cazador, tu mayor pieza está aún por llegar.

Asiento ante sus palabras, pues sin duda estoy de acuerdo. Esa brujula o lo que sea, es la clave de toda esta guerra. Parece que ahora mismo la carrera no es solo por los Pilares, sino por conseguir ese artefacto que pueda decirnos donde estan. Si es Él quien la consigue todo habra acabado, solamente podremos enfrentarnos a Él de la manera mas directa pues sabiendo donde estan los Pilares, la balanza se inclinara peligrosamente de su lado. - Si diese con ese artefacto, ¿debo destruirlo o traertelo a ti?¿Puede siquiera ser destruido? - Esa seria mi ultima pregunta, antes de irme.

Escucho sus ultimas palabras. El deber, el cargo tan importante que cree que poseo, como si mi poder fuera suficente para al menos emepzar a cambiar las cosas. No estoy tan seguro como él en todo esto, pero sin duda no desfallecere, no ahora que se cual es mi verdadero camino. Aunque ese sea ser el adalid de una raza que no tiene nada bueno para mi, ni para los mios. El campeón de la humanidad, el adversario del Oscuro. El Destino es ironico, no me cabe ninguna duda, al menos en el principio de esa frase, el final, no puede ser mas claro. Nasser debe tardar end arse cuenta de con quien realmente se enfrenta, cuanto mas ciego me crea, mas ciego estara el mismo. Asi pues si mi mayor presa aun esta por llegar, mejor que no sepa que la estoy esperando.

Miro a esos ojos dorados por ultima vez, no hacen falta palabras. Gracias a él, estoy en la partida como jugador y no como peon de ese nigromante. Soy nuevo en el juego, tengo que aprender las reglas y cuando lo haga... empezar a ganar.

—No podrás destruirlo. Debes esconderlo. Nunca debes volver aquí. Una vez salgas ahí fuera, Nasser tendrá mil ojos para ti. Si volvieras aquí le revelarías el camino hacia la gema que guardo. Y eso no debe suceder. Cuando abandones este lugar derrumbaré el pasaje, quedándome aquí encerrado. Es demasiado peligroso —se puso en pie, colocó sus pesadas manos sobre los hombros de él —. Hay tanto que depende de nosotros —sus ojos dorados brillaban con intensidad, rabia y pena mezclados en una orgía de fuego devorador —. Nunca te rindas, cazador de monstruos. Nunca.

Regresar le llevó más tiempo. Las fisuras parecían menores, el paso más accidentado. Detrás, podía escuchar como la roca se cerraba sobre sí misma, rompiendo el nexo entre un punto y otro. Cuando llegó al otro extremo no quedó detrás de él más que una pared más de la cueva donde se encontraba.
Fue recibido por los ojos apagados de los wyrms de otra época. Había un aroma raro en el ambiente. Polvo, lasitud, una sensación gris le embargó. Había vuelto. Ahora sus hombros eran más pesados, más regios. Su mente hervía de actividad. Pasó por el cementerio de los wyrm. De nuevo aquel aroma sacudió sus fosas nasales. Era algo que no olía desde hacía tiempo. Algo que pensó que no volvería a oler. Era sangre.
Por instinto, echó a correr. Los pocos segundos que le separaban de la entrada de la cueva se le hicieron interminables, como si la gruta no tuviera fin. Solo veía piedra en ella. Piedra y más piedra, hasta que al final…la luz, la entrada, la gran gruta donde había conocido a Derania. La luz mostraba una escena dantesca entre sombras y el tinte amarillento del atardecer.
Derania se encontraba postrada en el suelo, las alas caídas, extendidas cuan largas eran sobre el inclemente suelo. Su cuerpo estaba laxo, sin vida, desprendido de toda grandeza, de todo poder. Su espina dorsal estaba abierta, así como su cráneo, del cual manaba una sustancia semilíquida y grisácea. Había sangre por todas partes; las paredes, el techo, aún goteante. Sumergido hasta la cintura en el cadáver de la wyrm había un hombre que, con sus propias manos, estaba despedazando el cuerpo de la última de los wyrm. Ni rastro de Elois.
El hombre era corpulento, tenía un cuerpo esculpido a la perfección. Era alto, moreno, barba bien cortada, de aspecto feroz pero también templado, como el acero de una buena espada. Todo en él exudaba belicosidad, violencia, desenfreno. Su actitud era viril, salvaje, a la vez, parecía dominado por la disciplina del combate. Iba con el torso desnudo, del cual sangraban heridas menores. Tenía gruesos brazaletes en las muñecas y unos pantalones oscurecidos por la sangre de su víctima. Percibió a Akhres nada más llegar; sus ojos estaban henchidos de poder.
—Debiste cumplir lo acordado. Tres cacerías, y no has sido capaz de terminar la segunda. Ahora tendré que hacerlo yo —salió del cadáver con paso firme, militar —. No quiero hacerlo, no quería matarla. Tampoco a los demás. Pero…no tengo más alternativas. Un pacto es un pacto, aunque algunos parece que les concedemos más importancia que otros.
Se quedó enfrente de él, las manos goteantes de sangre oscura, los músculos tensos. No llevaba armas encima, tampoco parecía necesitarlas. Akhres le conocía. Algo dentro de él le decía que ese rostro debía resultarle familiar. Pero su mente estaba bloqueada. Los recuerdos, el pasado, las palabras del desconocido.
—Ella te siguió, no confiaba en ti. Escuchó todo lo que decíais. Por eso estoy yo aquí. No se puede escapar de él. Ni siquiera en la muerte. Pronto lo sabrás. Supongo que ahora vas a intentar matarme. ¿No es cierto? Adelante, terminemos con esto cuanto antes.

Las ultimas palabras de Asha me perseguian mientras me arrastraba de vuelta a la guarida de Denaria. El mismo pasaje que antes me habia costado atravesar, ahora se hacia incluso mas dificil con la roca cerrandose a escasos centimetros de mi espalda con cada paso que daba en direccion a la salida. Si la entrada ya fue complicada, la salida fue casi una epopeya. Mas mientras eso pasaba, no podia dejar de escuchar su advertencia. “No vuelvas aquí jamas, él no debe saber donde me encuentro.” Peligrosas palabras, aun asi una promesa habia sido hecho y al cumpliria, siempre y cuando el mundo y el Equilibrio no estuvieran en juego. Por fin alcance de nuevo el cementerio de wyrms y cuando mi cuerpo se giro para contemplar el pasadizo, unicamente una pared de roca arisca se mostraba ante mi. Adios Asha.

Los huesos, las cuencas vacias de los wyrms me miraban desde todos lados mientras mis pasos se encaminaban en direccion a Elois y Denaria. El polvo, la antigüedad del lugar estaba en el aire, podia respirarse, podia notarse su olor, mas con este ultimo habia otro mas, algo nuevo, algo que conocia bien. Un olor metalico, casi como a hierro flotaba en el aire. Mi mente no tardo mucho en darse cuenta de lo que era. Sangre. Mis ojos se abrieron mientras mi mente reaccionaba obligandome a lanzarme a la carrera en direccion a la salida de aquella caverna. Apenas unos segundos necesite para encontrarme en el umbral de la caverna, ante un espectaculo que me dejo sin palabras. Denaria, la poderosa wyrm que se habia mantenido viva hasta este momento, yacia postrada sobre la roca del saliente. Sus alas desplegadas sobre la dura roca sin vida, laxas por completo como el resto de su cuerpo y su craneo abierto como un melon maduro del que goteaba un liquido grisaceo. Mi mente se negaba a creerlo mientras mis ojos pasaba a su espalda, abierta de par en par mostraba la columna donde un ser con sus manos desnudas arrancaba pedazos de la misma en busca del trofeo que yo mismo deberia haber reclamado según mi patron. La ira, la rabia, la necesidad de matar fluyeron a mi corazon y este las bombeo por todo mi ser, la criatura irracional habia vuelto, els er de Destruccion desmedido clamaba por arrancarle la vida al individuo que habia hecho esto, pero otro Akhres, uno recien nacido hacia escasos momento templo su ira cogiendo del hombro a la bestia rugiente. La mirada de ambos seres era tan distinto como el Cielo y el Infierno y aun asi poco a poco, la bestiase calmo mientras ambos clavaban ahora su miraban en el ser. Sin ni siquiera ambas saber cual seria realmente el destino del mismo.

El ser salio. Poderoso. Apenas dañado por la antigua guerrera, si los pobres arañazos de su torso podian llamarse asi. Exudaba lo mismo que yo no hacia mucho. Belicosidad, violencia y necesidad de derramar sangre. Sus pantalones oscuros estaban llenos del icor vital de Denaria y sus brazos ornamentados con gruesos brazaletes. Escuche sus palabras, mas no hicieron mella en mi rostro o postura, el hecho de que habia decidido declarar la guerra no habia pasado desapaercibido pero no eran mas que las palabras de una traidora. Humano o mestiza, que eran ellas en comparacion con la palabra de alguien como yo. Quizas solo quizas hubiera una manera de seguir jugando, de que Nasser no supiera lo que no debia saber. Eso era mas importante que todo, incluso que la vida de Denaria. Mis ojos pasaron del ser a mi hermana alada y mi corazon lloro, mientras mi rostro se mantenia petreo ante el ser. No dije nada hasta que termino de hablar, pidiendo un duelo, un combate a muerte, solo entonces le diriji una mirada cargada de desprecio. Todo mi cuerpo me decia que sabia quien era, que debia recordarlo de antes, pero el tiempo pasado en mi prision habia hecho de mi pasado una laguna oscura, con pequeños claros. Aun asi eso era lo menos importante. Alce la voz para dirigirme a él.

Tu osas decirme a mi lo que es un pacto. El valor que posee... entonces eres mas idiota de lo que pensaba y ese patron nuestro, un inepto que cree las palabras de los mortales. Medula de wyrm pidio, no dijo nada que la wyrm debiese morir, y medula he ido a buscar. El interior esta lleno de esos seres muertos, suficiente para poder conseguir la muestra que busca aquel que da las ordenes. - Mire y señale a Denaria con la cabeza. Lo siento hermana, siento que tu muerte tal vez no sea vengada hoy, pero me encagare de darle un significado te lo prometo, porque tu me hiciste ver lo que realmente era. Me enseñaste el camino.- Ella era alguien de mi pasado, perteneciente a un lazo que antaño tuve con su especie. No deseaba matarla sino era necesario, e incluso ella, se ofrecio a morir si con ello conseguia lo que nuestro patron queria. Simplemente considere la opcion de tenerla de aliada, en lugar de como un despojo de carne. Mas parece ser que unicamente muerte es lo que sois capaces de otorgar sus demas peones, entiendo ahora que me haya despertado de mi letargo. Panda de inutiles. -Suspire hastiado, dejando que mis hombros ascendieran y bajaran ante la inutilidad del acto que se habia llevado a cabo.

Tu rostro me resulta familiar, mas no se quien eres. Si he de dar muerte a un inepto peon, al menos dame tu nombre, para que pueda decirle al que dirige nuestros movimientos quien es el inutil, que me ha estorbado mientras le conseguia lo que sea que busca. - Mi cuerpo esta relajado, mi mente tambien. Aunque un lado de mi buye con desenfreno, el otro se mantiene impasible. Debo aceptar los dos lados de mi, El Hijo y el Ejecutor, solo asi podre ser lo bastante fuerte para derrotar al titiritero. No me pasan desapercibidos sus movimientos y si es un duelo lo que quiere, es lo que tendra... mas ahora la informacion es mas valiosa que cualquier rencilla.

—Bonitas palabras —contestó el guerrero, con sorna. A pesar de que no había adoptado una posición de combate, todo en él exudaba poder, violencia, guerra —. Te podría llegar a creer, pero ella te ha escuchado —se encogió de hombros —. Acaba con esto, no voy a enfrentarme a él. No merece la pena.
Surgió de la sombra, las cuales siempre parecían haber estado unida a ella. En su rostro, en sus palabras, en su corazón. No estaba allí, no la había visto. Había salido de la sombra, de la parte oscura de la roca; camuflada, mimetizada, parte de ella. Katarina apareció por la espalda, de súbito, surgiendo de un mar de brea que se quedaba pegado a sus facciones, a sus músculos. De un solo movimiento clavó un dardo en el brazo de Akhres. Uno envenenado.
Mientras caía, Akhres veía el mundo desdibujarse, igual que su conciencia. Katarina lo contempló con ojos fríos como témpanos.
—Te lo dije, nadie escapa de él. Ni siquiera tú —su fría mueca se contorsionó en algo parecido a la vergüenza —.Tengo que cuidar de ella. ¿Entiendes? Tú tienes tu familia, yo solo la tengo a ella.
Era una disculpa. Akhres intentó resistir, enfrentarse al veneno, el cual paralizaba sus músculos, detenía sus órganos. Tenso, sobre el suelo, con una rodilla clavada en la dura piedra, sentía el cuerpo hervir. Dolía. Le pesaba la piel, la ropa, sus pensamientos se arrastraban por dentro de su cabeza. El asesino de Derania lo contempló, impresionado por su fuerza.
—Si hubieras resistido con el mismo ahínco entonces….—musitó —. Peón. Es gracioso que tú me llames a mí peón.
Afiló la sonrisa, como un arma. Su visión se oscureció, el mundo se apagó. De nuevo, llegó a pensar, el sueño, oscuro, eterno. Y de fondo, como único sonido, el aleteo de las alas de un cuervo. Pero llegaba tarde. Esta vez, llegaba tarde.