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Matagigantes I: La Batalla de Colina Marcasangrienta.

2. - ¡Trunau bajo asedio!

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04/06/2019, 09:58
Trunau: Rabus Clarenston.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

El tabernero, un hombre de rostro ajado, cejas alargadas y amplia frente, observa a Dagfinnr por unos segundos antes de aceptar la mano que el guerrero le ofrece.

- "¿Qué está pasando?" - Pregunta un tanto desorientado. Escupe al suelo a un lado antes de volver a centrarse en el ulfen. - "¿De dónde han salido todos esos orcos?" - Pregunta de nuevo mientras trata de aguzar la vista y observar algo en el exterior sin conseguirlo.

- "Que... ¿Qué vamos a hacer?" - Inquiere algo alarmado al vikingo que le ha tendido la mano para ayudarle.

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04/06/2019, 16:48
Win.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Perplejo. Esa era la palabra que definía el estado de Win cuando, camino de la torre, escuchó el gritito chillón y agudo de Ertiznao mezclado con los de dos animales ladradores.

Por Iomedae. ¿Pero que hace ahí?, se preguntó incrédulo al advertir que el pequeño goblin no lo había seguido a pesar de sus indicaciones y las de Piero al respecto.

Perplejo. Esa era la palabra que de nuevo definía a Win cuando, sin poder dar crédito a lo que no veía, sintió a Tronquito y Momo cruzarse con él y correr en dirección a la torre, desoyendo e ignorando las instrucciones que diera el veterano "masquegranjero", y uniéndose a la mayor parte de los demás. Como si hubiera una fiesta montada en la torre que nadie quería perderse.

Quizás dan cerveza y salchichas y yo no me he enterado, caviló unos instantes el ciego.

Perplejo. Así se quedó el invidente al comprender que la zona central quedaba notablemente desprotegida y sin nadie que la cubriera ante nuevos posibles ataques por ese lado. Solo Will, Piero y un Ertiznao asustado para afrontar lo que viniera. Con la aglomeración y superpoblación bajo la torre el iomedano estimó que su presencia allá no cambiaría mucho el desenlace, fuera cual fuese. Por ello se giró y corrió para ayudar al chillante seguidor de Shelyn. O Chelyn.

- ¡Aguanta, Ertiznao! 

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04/06/2019, 17:06
Piero Augustus.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Un sin dios. Ya sabía Piero que no debía encargarse él de dar órdenes. Casi le dio ganas de reir cuando vio la situación creada. De todas maneras el granjero se las había arreglado (¡cuánto se llegaba a saber después de una larga vida!) para esquivar a los perros y aproximarse cubierto por las sombras y el humo casi justo al lado de la orca. Era evidente que ella era la más peligrosa y que, si se lograba eliminar pronto a esa adversaria, sería posible aún ganar en este lado de la lucha y tratar de eliminar la torre, para luego acudir en ayuda del sargento borracho.

Aunque, bueno, era lo que había. Los problemas insolubles, de uno en uno, y poco a poco. Lo dicho, reír a mandíbula batiente. ¿Podría Ertiznao con dos perros? La duda le preocupaba, y aún más cuando la situación forzó que Win retrocediera para tratar de ayudar. A ver si Wilbur seguía demostrando esa perfecta puntería porque ese hacha tenía muy mala pinta. Emboscado en las sombras, se acercó a la orca, preparado para lanzarle un golpe brutal.

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04/06/2019, 17:27
Acechante.
Sólo para el director

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Había, obviamente, otra verdad. Una verdad que también se debatía en carcajadas. Una verdad grande y enorme que pareciera que podía salirse del pecho de Piero.

Disfrutaba con la matanza. Los gritos agónicos de la consejera ante la muerte de su pareja, el olor a sangre, a fuego, a destrucción. El hedor de la matanza. Allí se sentía vivo. Esto era real, entendible, llenaba todo de un color sublime. ¿Qué más daba que muriera Ertiznao, ese trasgo seguramente enloquecido, o que ese sargento borracho terminara finalmente en el lado afilado de un hacha orca lo que, sin duda, era una muerte mucho más digna de la que llevaba mereciendo? El recuerdo de la muerte del infame granjero, unido a las veces que había tomado ya una vida, le hicieron sonreír, divertido, en mitad de las sombras, preparado para golpear nuevamente, quién sabe si con mortalidad terrible. 

Matar, la vida era eso. El herbívoro mata a las plantas de las que se alimenta, el depreador al herbívoro, el hombre (el mayor depredador de todos) los mata a todos, incluso a otros hombres.

Y ninguna raza había mostrado tanta capacidad para el genocidio como los humanos. Matar. Eso era lo esencial de la vida. Matar y sentir ese estremecimiento en el instante en que notas como la sorpresa y el miedo deforman los ojos de tu víctima.

¿Domadora de animales? Domar es una necedad, orca. Serás pronto un trofeo más de mi colección, por muy indigna que resultes.

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04/06/2019, 18:03
[RIP] Sargento Omast Frum.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

 

Cuando el corazón dejó de martillearle en el pecho, amenazando con partirle el esternón, el Sargento Omast Frum consiguió levantarse. Su mirada vagó errante, desenfocada, en derredor. ¿Cómo había llegado hasta ahí? Apenas podía recordar lo ocurrido entre el funeral de Rodrik y el infierno de llamas, alaridos y sangre en el que se hallaba ahora.

Necesito un trago... El pensamiento se formó perezoso en su palpitante cabeza. Dejando que la punta de su mandoble arrastrara por el suelo, se palpo torpemente la cintura. ¿Dónde demonios estás...? Sus dedos identificaron al fin el tacto familiar de la piel de cordero que forraba su cantimplora. Con un rápido movimiento, automatizado por la costumbre, descorchó la bota y la acercó impaciente a sus ávidos labios. El fuego líquido abrasó su garganta, trago tras trago, hasta calentarle las entrañas y el corazón.

Unos ojos inyectados en sangre se clavaron en la verde maraña de rostros que vociferaba tras el rastrillo de la puerta occidental; el último bastión defensivo que evitaba que el grueso de la Horda penetrara en el Barrio Interior. Dejando caer la cantimplora, el sargento empuñó con ambas manos su tremendo espadón. Los nudillos palidecieron. Las mandibulas se tensaron. Una sonrisa fanática se dibujó como una cuchillada cruel en su rostro sudoroso y tiznado por la ceniza que flotaba en el aire. Dio un paso al frente, iniciando un grito gutural de desafío, pero tropezó con un cadáver que ni siquiera sabía que estaba ahí, cayendo de bruces tras la empalizada. Desmañadamente. logró ponerse en pie, parapadeando sin parar para intentar dejar de ver doble.

¡A mí, la guardia! ¡A mí! —chilló con una voz más aguda de lo que pretendía. Una arcada hizo que se doblara por el estómago, amenazando con hacerle vomitar hasta la primera papilla—. ¡Démosles su merecido a esa escoria! ¡Devolvámosles al lejano norte de una patada en sus verdes pelotas!

Verdes pelotas...

Existen sonidos que logran despuntar por encima de cualquier algarabía. El suave trino de un ruiseñor que sobrevuela la plaza del mercado. También el brillante tintineo de una moneda rebotando sobre los adoquines de una calle atestada. O la aterciopelada voz de una muchacha entonando los primeros versos de una balada en la sala común de una abarrotada posada. Las beodas carcajadas que nacieron de la empalizada volaron hasta cada rincón del Barrio Interior, congelando los pensamientos de todos y cada uno de los combatientes de ambos bandos.

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04/06/2019, 19:07
Ekaterina Illhart.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

"Bum, bum, bumbum..."

Los tambores seguían retumbando embriagando a los orcos con un fervor del que Ekaterina se sentía levemente contagiada. Siguió avanzando en busca de la puerta desde la que poder acceder a la torre encontrando en medio a Haluk, que la bloqueaba por completo. Se movió a izquierda y derecha con impaciencia buscando cualquier resquicio por el que pudiera acceder y no encontrando nada, a punto estuvo de gritar poniendo fin al sigilo en el que había puesto tanto empeño.

- Por todos los dioses... ¡¡Venga!!

Pero de momento no había nada que pudiera hacer salvo esperar a que moviera el culo y colarse a la mínima oportunidad que tuviera.

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04/06/2019, 19:50
Dagfinnr el Vikingo.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

-Nos han atacado por sorpresa, contestó Dagfinnr sin soltarle la mano al posadero. Aquel hombre estaba asustado y dubitativo, pero el vikingo no tenía tiempo para charlas amenas. -Hemos podido frenar el avance, pero no podemos quedarnos aquí quietos. No es seguro.

A continuación comenzó a andar hacia la salida, casi arrastrando al dueño de aquel edificio. -Te llevaré a un lugar donde estarás a salvo.

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04/06/2019, 19:55
Haluk Molok.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

-“Tened cuidado, parece que nos pueden atacar por arriba” – hizo un gesto a los presentes, para que estuvieran precavidos de supuestos ataques orcos a distancia.

Con cautela el cruzado de Asmodeus se movió en sigilo, bajó el centro de gravedad para moverse con cuidado y así avanzar hasta la puerta sin ser escuchado por sus enemigos, agradecía el ruido del tambor que aunque fuera ensordecedor y retumbante mantenía ocultos los ruidos que producía. Una vez delante de la puerta, el hobgoblin se fijó que estaba rota por lo que se podía abrir con facilidad. Entre el sonido del ambiente y el golpeteo de los tambores pudo deducir que había uno o más orcos, pero no podía distinguir el número de enemigos exacto.

- “No puedo saber el número exacto de orcos, pero debemos tener cuidado. Si entramos uno por uno nos pueden linchar, habría que trazar un plan para aprovecharnos del entorno. ¿Alguien dispone de algún tipo de arma o conjuro que afecte en área? No sabemos si tienen preparada alguna trampa al entrar en la torre, debemos de ir con precaución" – no conocía suficientemente al grupo como para saber que cualidades disponía cada uno de ellos. Hablaba lo suficientemente bajo como para que los orcos no le escuchasen, pero lo suficientemente entendible para que los golpes de los tambores oculten su voz a los compañeros que tenía justo al lado. 

Los ojos de Haluk se cruzaron con los de Ekaterina e hizo un gesto con la maza con la intención de transmitir calma, pero era algo que no se le daba muy bien. 

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04/06/2019, 20:37
Ertiznao.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Brillaban sus ojos como dos luceros, feliz como pocas veces había estado y sonriente como un párvulo con un nuevo juguete. Ertiznao observó como poco a poco su grupo iba liquidando a los orcos que por allí campaban mientras él daba gracias a Shelyn por lo que estaba sucediendo. Ocasionalmente y para sumarse a la batalla, disparaba algún virote contra los enemigos, sin tener demasiada fortuna en sus disparos. Aunque aquello le daba igual, los orcos estaban siendo derrotados en aquella demarcación. 

Cuando los últimos enemigos fueron abatidos Ertiznao se pegó a Win y recogió una varita sanadora con la que podría seguir insuflando vida a cada uno de sus compañeros. Atendiendo a las órdenes de Pierto, que parecía ser el líder de facto, Ertiznao debía ir con Win, cosa agradeció. El ciego había demostrado una gran capacidad para el combate que únicamente se podía justificar como una bendición de Shelyn.

Dispuesto a acometer su nueva tarea, Ertiznao se puso en marcha y miró hacia lo lejos donde el fuego se extendía. El bello fuego que todo lo engullía le embelesó. De su ensoñación le despertaron unos rasposos ladridos que únicamente podía corresponder a unos sucios...

—¡Perroch! ¡Perrochhhh! ¡Chocorro!

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05/06/2019, 00:17
Peludo.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

La visión del barrio interior en llamas es algo que no deja de sacudir el interior de Peludo, quizás por la destrucción, quizás por la reticencia de los gatos a los cambios. Sea como sea, sus sentidos están sumamente alertas mientras Dagfinnr intenta convencer al tabernero de que se vayan a la zona sur, donde la barricada y la guardia pueden mantenerle seguro.

Entonces, uno de los olores que los gatos más odian, pasa por la nariz de Peludo:

"Perros..."

Busca con la mirada hasta que ve a lo dos sabuesos y a la orco, que ataca a Piero mientras sus canes atacan a Ertiznao. El gato piensa que el vikingo puede encargarse del Rabus, aunque probablemente piensa más en que él es incapaz de ayudarle en algo a desalojar al asustado hombre, por lo que solo le queda ir a luchar.

Sin pensarlo dos veces, usa su poder psíquico para dañar el cerebro de la orco, haciendo que su nariz sangre y le tiemble un poco el cuerpo, aunque no suficiente para destrozar su cabeza como hubiese querido. Luego, corre rápidamente hacia el norte, pasando por detrás de ella para así poder tener una posición mucho mejor para combatir.

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05/06/2019, 00:40
Willbur Cole.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Miro hacia atrás, observando a Agrit en el suelo. Ahora que mi vista se ha aclarado y puedo ver todo mejor, veo que está tumbada, sin nadie que la ayude, sin nadie que le lleve a un lugar seguro. Miro a la zona del combate. Joder...

Saco el arco. No puedo entretenerme ahora... tengo que ayudar a mis compañeros. La conocida música de la cuerda del arco ejecuta su letal canto mientras apunto a uno de los canes, rodeando a Ertiznao, buscando el punto exacto para disparar las flechas que acaben con el maldito animal. Dos flechas salen disparadas del arco, con precisión, con destino preciso... o eso espero.

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05/06/2019, 02:53
Garinya.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Junto a otros, me encontraba a esas alturas de la noche y la batalla junto a la torre. Y estaba claro que ahí dentro había orcos. ¿Cómo habían entrado? ¿Qué hacían ahí dentro? Era improbable que simplemente estuvieran escondidos, y todo el abanico de alternativas que se me venía a la mente no era muy alentador.

Quise buscar una ventana, para asomarme, ver el interior y, si me era posible, actuar desde allí. Podría invocar alguna criatura directamente dentro de la torre, que causara el caos y con suerte alguna baja entre ellos, pero ilógicamente aquel sitio no tenía ventanas.

Así que solo quedaba la puerta. Una puerta que sin previo aviso y temerariamente había sido abierta por alguien del grupo que habíamos formado allí.

Bueno, saldremos de dudas más rápidamente...

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05/06/2019, 09:16
Piero Augustus.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Había esperado que la orca domadora cayera por su ataque, pero a pesar que era evidente que estaba herida, distaba aún de estar muerta. Sonrió a Peludo, un instante cuando de pronto se dio cuenta de algo. Faltaban flechas. Y faltaba el vikingo. ¿Qué se supone que estaban haciendo el resto del grupo de la zona? Con preocupación miró por el rabillo del ojo, un segundo, a Ertiznao. Afortunadamente los perros no le habían golpeado, pero la suerte del trasgo no iba a durar siempre.

- ¡Dagfinnr, recoge a la consejera y llévala junto a Rabus a la zona segura detrás de la barricada, rápido! ¡Wilbur, necesito que apoyes a Ertiznao, ya!

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05/06/2019, 09:44
Trunau: Rabus Clarenston.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Rabus escucha las palabras de Piero entre el griterío y el ruido de los combates. Mira al vikingo, y luego hacia el cuerpo de la consejera inconsciente.

Hace una señal a Dagfinnr indicando a Agrit.

- "Vamos, cógela. Te sigo." - Dice al Ulfen mientras se dispone a seguirlo hasta cualquier lugar en el que pueda considerarse a salvo.

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05/06/2019, 09:48
Tronquito.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.


Tronquito se disponía a seguir a la motivada y drogada Monique cuando vio que esta se detenía, alzaba su ballesta la cargaba y disparaba contra uno de los perros que parecían haberse materializado a su espalda y habían colocado al adorador de Chelyn en una situación cuando menos comprometida. Consciente del peligro que corría el goblin y consciente a un tiempo de la necesidad de obedecer a Piero que los había mandado hacia la torre, dudó un segundo. La realidad era que si Monique no avanzaba, no tenía sentido que él lo hiciera, así que tomó aire figuradamente y se plantó dispuesto a defender a quien hiciera falta. A Piero, enfrentado a aquella horrible hembra orca que miraba con la expresión de una vaca el arma que había destruido en su estupidez o a Ertiznao, acosado por los perros.

Y en un flash, su memoria le trajo el recuerdo de un druida abrazárboles a quien había conocido en otra de sus vidas y al que los perros tenían especial ojeriza.

-Pobre Genann -murmuró sorprendido de recordar incluso el nombre de aquel norteño.

Pero no había tiempo para recuerdos. Alzó su ballesta y calibró su potencial objetivo.

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05/06/2019, 13:05
Dragos Florescu.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Ante la pregunta de Haluk negó con la cabeza con suavidad. No, no podía afectar a varios blancos con sus facultades. Aquello quedaba lejos de lo que podía hacer en aquel momento, al menos con los dones que le habían sido concedidos hasta la fecha. Además, observó con pesar como la escarcha desaparecía de la maza del cruzado, malgastando así aquella breve bendición. Una lástima, aunque aún podría llamar al frío algunas veces más antes de que acabara aquello. 

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05/06/2019, 17:10
Ekaterina Illhart.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

Ekaterina en un irracional alarde de impaciencia de juventud se habría carcajeado de Haluk y su intención de esperar más tiempo para poner fin a los tambores de guerra. Si le gustara parlotear, si concediera valor al sarcasmo, se hubiera sentado en el suelo y hubiera propuesto al hobgoblin relajarse con un picnic mientras la ciudad ardía. Pero Ekaterina no era de perder el tiempo hablando y como única respuesta siguió avanzando.

No estuvo muy segura de cómo pero consiguió entrar al interior de la torre y en un instante su fervor guerrero se vio aplacado a base de palos. Golpe tras golpe, herida tras herida, comprendió el grave error que había cometido y que podía costarle la vida. Como un animal acorralado gruñó con impotencia y braceando a la desesperada intentó dañar a sus atacantes y bloquear sus golpes. Pero ningún ataque tendría la precisión que debería mientras buscaba aterrada una salida con la que poder salvar la vida.

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05/06/2019, 19:35
Momo.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

El grito de Win hizo que se detuviera en su avance y de nuevo mirar atrás. Dos perros sarnosos rodeaban al pequeño inquisidor goblin de Shelyn.

- Pppprobemos con e-esos.- Dijo mirando a Tronquito con una sonrisa maliciosa, quien le había instado a unir fuerzas y trabajar en equipo. Sacó su ballesta y la cargó con un virote. Su buena puntería hizo que impactara en el sabueso. No iba a parar hasta que cayera.

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05/06/2019, 20:09
Dagfinnr el Vikingo.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

-Entendido, le contestó el vikingo a Piero y acto seguido le instó a Rabus que le siguiera. -No te separes de mí.

A lo lejos pudo ver el cuerpo de la consejera Agrit. Era su objetivo. Era un guerrero y lo que quería, lo que necesitaba, era el combate y la lucha. Pero también era listo. Las pequeñas victorias podían decantar las grandes batallas. Y salvar a las personas de Trunau era prioritario. No esquivaba los orcos por miedo, sino por cumplir objetivos diferentes al de matar enemigos. Sangraba, pero no temía a la muerte. Las heridas que había sufrido no le iban a detener si se presentaba la ocasión de luchar.

Espada en mano, avanzó por el campo de batalla.

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05/06/2019, 20:14
[RIP] Sargento Omast Frum.

PUEBLO DE TRUNAU: BARRIO INTERIOR.

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MÁS DE MEDIA HORA DESPUÉS DEL OCASO.

El sargento se apoyó jadeante sobre la empalizada. Sus encallecidas manos, sujetas al endeble muro de madera amontonada descuidadamente, estaban sucias de hollín y sangre. Omast se separó aturdido de la barricada, observando como por vez primera cuanto le rodeaba. Las pavesas ardientes flotaban por doquier, cual luciérnagas de fuego. Algunas morían al posarse en el embarrado suelo; otras llegaban hasta los techos bajos de algún cobertizo y empezaban a humear. Son como pequeñas orugas de fuego, esperando convertirse en mariposas llameantes... La mente del trunauano parecía incapaz de mantenerse en el aquí y el ahora. Con una fuerte sacudida de cabeza, Omast intentó centrarse.

El ariete orco impactaba rítmicamente contra el rastrillo de la Puerta Occidental, siguiendo el compás de unos lejanos tambores. ¿Lejanos...? Parece que resuenen dentro de las mismísimos muros del Barrio Interior... Un marasmo de rostros verdes, le observaba entre gritos y aullidos desde el otro lado del rastrillo. Veía odio en sus ojos. Odio y regocijo. Estaban a un paso de culminar la conquista de Trunau, esa llaga de humanidad que supuraba en el territorio orco de Bastión de Belkzen. ¿Se encontraba Omast ante el agonizante último suspiro de Trunau? ¿Sería éste el sangriento final de su comunidad? ¿Para esto había servido tanto esfuerzo...?

A su alrededor solo había muerte. Los cadáveres de sus vecinos, de sus amigos y conocidos, sembraban la suave pendiente que ascendía hacia el Barrio Alto. Había estado bebiendo toda la jornada, hora tras hora. Con mucho esfuerzo, había conseguido mantenerse erguido durante el funeral de Rodrik Grath. Ese chico no merecía tal final... Los ojos de su hermano Kurst se habían posado sobre él por unos instantes. La tristeza que emanaba de esa mirada había encendido una sed implacable en el alma del sargento. ¿Era reproche lo que acompañaba a esa profunda pena? ¿O tan solo lástima? Los dos muchachos habían estado bajo su cuidado. Eran su responsabilidad. Pero había fracasado en su deber.

Omast Frum buscó anhelante su cantimplora. El largo sorbo terminó en una tos brusca y áspera. Sobrevino la nausea que, rauda, se convirtió en vómito. Con los ojos lacrimosos y jadeos babeantes, Omast volvió a la realidad. ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Por qué estaba solo? Por un instante fugaz, pensó en salir corriendo entre el humo y las llamas para resguardarse tras las murallas del Barrio Alto, pero una voz en su cabeza lo dejó clavado en el sitio. Era su propia voz: la sobria y autoritaria voz del sargento Omast, con ese tono tan familiar con el que reprendía a los novatos de la milicia cuando los pillaba dormitando durante la guardia.

¡Tienes órdenes que cumplir, sargento! ¿Volverás a fracasar en tus deberes?

Una profunda bocanada de aire. Un gargajo profundo y amargo lanzado con desprecio a un lado. Una oración silenciosa dirigida a un cielo oscuro y preñado de humo.

Por encima de mi cadáver.