Partida Rol por web

Poco se sabe del origen de la isla Tortuga, pero cualquiera que la haya visto con sus propios ojos puede suponer el motivo de su nombre. Sobre el caparazón de la tortuga que viaja por todos los océanos se ha erigido una ciudad que no ha de desmerecer a ninguna otra, con sus gentes y sus quehaceres. En estos días, el ambiente tranquilo se ha tornado pesado para las gentes del lugar.

No es ningún secreto que el antiguo capitán apodado "Barbablanca" protegiese esa ciudad y a sus habitantes del dominio de asaltantes pero, a pocos días de su ejecución pública como miembro de la revuelta de los Emperadores contra la Marina, cientos de piratas se reúnen para darle una merecida despedida durante su fin.

La isla esta dividida en tres núcleos principales, consistentes en la zona industrial, cercana a un montaña artificial de la que se extrae hierro y mármol; una zona urbana donde viven la mayoría de los habitantes y está emplazada en el alto puerto de la isla; y un palacete que sirve como almacén y defensa ante los escasos ataques que sufre, cercano al muelle bajo.

El día a día se pasa en la ciudad llamada Inis, donde las tabernas y los burdeles hacen las delicias de los viajeros que esperan en la isla, siendo la principal actividad de la misma el comercio. La casa de apuestas es el epicentro de la actividad nocturna ya que ha llevado fortuna y desastre a partes iguales a codiciosos marineros que la visitan.

Dentro de la ciudad, el senescal Bai Qu se encarga de la distribución y gestión de los recursos, dejando que las grescas y trifulcas se extingan por sus propios métodos.

Ahora, con la inminente ejecución de los cuatro capitanes más reconocidos del Nuevo Mundo, Bai Qu ha decretado festiva una semana entera y ha llamado agasajar a todos los piratas de las inmediaciones, esperando que todos los marinos que sean merecedores de ese sobrenombre le acompañen en la celebración del evento que la Marina ha preparado para demostrar su poderío sobre los mares.

De una manera u otra has llegado a la isla, sin percances y con todo nuevo por descubrir.

Debía admitir que una isla como esa era única, había visto varios tipos de islas, incluso alguna a lo lejos que consistía en solo rayos para todos lados sin saber muy bien como podría gente llegar a desembarcar en algo así, pero una isla con una tortuga viva era algo sumamente majestuoso, se preguntaba que pasaría cuando su vida acabe aunque para cuando eso pase quizás ya ni siquiera se encuentre vivo. 

Había desembarcado en el muelle alto, no llevaba una gran cantidad de equipaje al ser solo una bolsa de cuero que podía colgar al hombro, un traje negro con una camisa del mismo color, lo más llamativo en su vestimenta podría tratarse de la cinta enrollada en su cabeza que le permitía tener una forma de ocultar su marca. Su cinturón tenía una particularidad, llevaba tres frascos de 250 mL perfectamente aferrados, necesitaba conseguir una que otra botella de mayor contenido para usos personales, quizás el asistir a una taberna local le permitiría obtener algo de información sobre la isla y también beber algo, debía verificar cuanto dinero le quedaba y si podía costearse algo para beber, en cualquier caso siempre podía robar algo en las aglomeraciones del pueblo, al fin y al cabo, era un pirata. 

Emprendió su camino al centro del pueblo en el muelle alto, la fiesta se había forjado rápidamente y aunque odiaba con bastante fervor a los marines no tenía razón para causar un problema en aquel lugar, sobre todo por el hecho de que iban a ejecutar a los monstruos del nuevo mundo, los capitanes de las cuatro tripulaciones más famosas de los mares era algo que no se veía en cualquier lugar, la seguridad sería una prioridad en tal lugar y no tenía razones para no aprovechar tal fiesta. Asunto diferente sería su tuviera algún tipo de cercanía con alguno de ellos, nada más alejado de la realidad. -Fiuh~ -Dio un pequeño silbido mientras elevaba la mirada caminando con seguridad en el cuerpo y una sonrisa en los labios. -Bueno~ Vamos en busqueda de la taberna.

Tras atracar en el puerto, sin ningún inconveniente, pudiste ver una veintena de barcos con motivos piratas, aunque más barcos aparentemente comerciales o de pesca ocupaban aquel inmenso lugar. No parecía haber control alguno de los atracos, así que te encaminaste a salir del puerto para poder observar una escena que sería difícil de olvidar en los siguientes días. Aunque Kai no tenía más dinero que lo justo para poder costearse una comida, parecía que podría sobrevivir lo suficiente a base de las catas y muestras que ofrecían los comerciantes de sus productos, pareciendo que con unas palabras sutiles le ofrecerían a cualquiera una muestra de lo que intentaban vender.

Cientos, sino miles de personas deambulaban por las calles de una ciudad adornada con toda clase de carteles y farándula y que en su conjunto se oían cientos de voces diferentes, algunas simplemente ofreciendo sus productos y otras hablando, riendo o bebiendo. Por las calles se vendían bisuterías y alimentos de distintas procedencias pero no tardaste mucho en encontrar que uno de los edificios que más destacaban de entre los tenderetes era una taberna apodada "La Unión", que se alzaba con cuatro pisos frente a una plaza impecablemente ornamentada.

El establecimiento era la contrapartida de lo que ocurría en el exterior, pues el ambiente bastante oscuro dejaba ver a una gran cantidad de personas, por llamarlos de alguna manera, que o bien estaban con la única compañía de una copa de licor o en pequeños grupitos. El perturbador silencio intentaba ser remitido con las palabras de los trabajadores que servían copas a una velocidad vertiginosa e incluso hacían algunos pequeños juegos malabares, bailes o cantatas para intentar levantar el ambiente del local.

Las únicas miradas que se dirigieron hacia ti cuando atravesaste la puerta fue la de una única chica que te acompaño amablemente a una mesa unipersonal vacía para luego preguntar sobre tus motivos de visita a la isla mientras te agasajaba con una copa de licor cortesía de la casa. Un líquido semitransparente con burbujas se quedó enfrente tuya encerrado en un vaso mientras la mirada de tu interlocutora se tornaba expectante.

No podía quejarse en relación a las cosas que sucedían, hoy sería un día inolvidable para todo el mundo ya fuera participe o no de la era de la piratería, los más importantes piratas de los mares habían sido capturados y se festejaba que la paz reinaría durante años o quizás decadas, nada más lejos de la realidad, al menos en la mente del pelinegro buscaba que aquello le abriera las puertas para poder concretar con sus propios planes. 

Al parecer hoy tendría que elegir entre tomar una botella de vino barato o comer un plato digno, quizás podía hacer lo primero, quedarse con la botella y luego alimentarse con las muchas muestras que tenían en la calle, lo diversos tenderos y disfrutar también del ambiente. Decidió sentarse en uno de los lugares que le indicaron mientras esbozaba una leve sonrisa al notar la amabilidad con la cual le atendían. -La misma razón que todos. ¿No? -Pronuncio llevando la copa a su boca y disfrutando de la sensación. -Las celebraciones nos llaman a todos, tres ejecuciones públicas hacen que todo el mundo se mueva. -Mantuvo un poco el silencio y luego le miro directamente. -Aunque yo busco algo más. Gente interesante que busque aventuras y salir al mar para aprovechar este vacío que generaran estas perdidas. -Sabía que era una medida arriesgada pero no podía obtener información si no estaba dispuesto a arriesgarse un poco. Quizás la chica podría tener en cuenta gente que se viera interesada en unirse a una tripulación pirata. 

La camarera se sorprendió ante las palabras de Kai.

- He oído que serán cuatro y no tres la ejecuciones, pero tampoco estoy muy segura. - Sonrió entrecerrando los ojos e inclinando ligeramente la cabeza en una acción que parecía bastante ensayada. - En este primer piso se sirven bebidas a los pueblerinos, pero más arriba se reúnen los bucaneros.

Señaló hacia arriba con su mano mientras, pensativa, intentaba ordenar sus palabras.

- He oído que hay varios capitanes buscando nuevos tripulantes, pero seguro que en los próximos días llegan más. - Parecía esforzarse en recordar algo incesantemente. - Algunos son asiduos a esta isla pero parece que algo ha hecho que quieran ir más allá de sus zonas de confort.

Con cada palabra se notaba lo difícil que le resultaba comunicarse y pareciera que la conversación le estaba incomodando, pero haciendo acopio de voluntad, volvió a hablar.

- Las escaleras están por allí, pero espero que sepas lo que haces antes de entrar. - Dijo señalando una zona opuesta a la entrada. - La piratería no es un juego.

Cuando la chica menciono al cuarto el pelinegro simplemente entrecerro los ojos levemente, por su leve sonrisa no se podía decir si aquello le había tomado por sorpresa o no pero el hecho de que todos los gobernantes del mar fueran ejecutados seria el inicio o el termino de algo aún más grande de lo que esperaba, cualquiera fuera el caso eso no cambiaria sus ideales y una determinación que había crecido con todo este tema.

-Se podría decir que soy un simple pueblerino, así que no veo mal el estar aquí. -Dijo con tono tranquilo y agradable, demostrando la pasividad del momento, al menos él lo sentía de esa manera. -Entonces hay competencia, aunque es bueno ver que las ejecuciones no mermen la mente de los más débiles. -A la par se estaba levantando del asiento para comenzar a ir a la escalera que le había señalado la chica, no tenía prisa así que escuchaba con atención a la joven. -Muchas veces para obtener beneficios debes ir más allá de lo que tus capacidades te permiten, eso incluye la comodidad. -Ya estando en las escaleras el muchacho decidió agradecer a la joven. -Gracias por la información, descuida. -Pronuncio mientras subía. -Precisamente por no ser un juego es que ser pirata es tan entretenido. -Bromeo a la par que se alejaba y llegaba hasta la planta que le había indicado la chica, primero debía buscar y averiguar quienes eran los capitanes que estaban buscando tripulantes en conjunto con quienes eran la contraparte, también una forma en la cual podría llamar la atención de los piratas más prometedores, sinceramente prefería la calidad antes que la cantidad y ahora mismo no tenía ninguna de ellas. Tampoco podía ir libremente diciendo su nombre debido a que cualquier sujeto podía intentar arrancar su cabeza y llevarlo a la marina, aunque dudo que alguien con su recompensa fuera de importancia teniendo a 4 yonkous con la afilada muerte al cuello. 

La chica se despidió forzosamente de Kai, para luego volver a sus quehaceres mientras el pelinegro subía al segundo piso.

Al atravesar el umbral del segundo piso, el ambiente se enrarecía y se podían ver varias mesas de apuestas con lo que parecían ser bucaneros apostando, bebiendo y, sobretodo, hablando entre ellos. Poco a poco te sentaste en una mesa vacía y rápidamente te ofrecieron más bebida, de igual tono y forma que la del piso inferior y pudiste ver como se las gastaban los individuos que allí se encontraban.

Ninguno de los allí presentes se hacía ver como alguien increíblemente importante ni poderoso, sino más como gente ociosa que pasaba el rato, aunque dudabas que la camarera te hubiese mentido deliberadamente, aquellas personas parecían más un grupo de inadaptados que gente que arriesgaba su vida en el mar.

Los presentes al parecer jugaban a un juego de dados, pero únicamente lo hacían dos personas mientras los demás miembros de la mesa únicamente apostaban a los resultados, posicionándose a favor de uno u otro jugador, o incluso con algunas apuestas sobre la siguiente tirada. Las apuestas iniciales se movían en torno a los miles de berries, que pudiera no ser una gran cantidad, pero con las sucesivas tiradas se multiplicaban las apuestas y las palabras de los jugadores aludiendo al honor y a la cobardía de su adversario hacían que aumentaran rápidamente, aunque sin ninguna trifulca más allá de una maldición camuflada en palabras o algún golpe a la mesa de juego.

Ya se había tomado la primera copa como si hubiera sido agua, siempre aprovechaba un poco de alcohol luego de haber pasado tanto tiempo sin poder sentir la libertad, aquel lugar no le parecía nada malo aunque todo solía ser mucho mejor que la jaula en la cual regularmente había sido cautivo. Sonrió amablemente cuando le dieron otra copa sin rechazarla en lo absoluto. 

El piso no era más prometedor que el anterior, ninguno de ellos parecía tener la capacidad para convertirse en uno de los tripulantes que estaba buscando y no necesitaba pocos, al menos un navegante era importante en aquel momento además de una forma de conseguir un barco potente que pudiera atravesar el mar con presteza. Se acerco al grupo de apostadores quizás fuera algo más interesante que no estar haciendo nada e incluso podría preguntar a alguno de ellos sobre si conocían a algún navegante. -Oi~ ¿Quienes son los que apuestan? -Pronuncio mientras buscaba observar con tranquilidad. -Saben, estoy buscando piratas para una tripulación~ -Lanzó sin más mientras seguía observando el juego. -Por si alguno tiene algún tipo de problema de dinero~ -Realmente no esperaba algún tipo de respuesta positiva, simplemente estaba tentando un poco el ambiente o que incluso lo echaran del grupo que se había formado. 

En secreto estaba utilizando la sangre que tenía en uno de los frascos de su cinturón para crear pequeños hilos de sangre, se había estado fijando en el grupo y donde guardaba su dinero, generalmente cuando las personas están en un tumulto de gente suelen cuidar sus carteras de los carteristas pero nadie se espera a que alguien simplemente saque el dinero o los berries sin siquiera tocarles las carteras, por ello estaba creando una distracción para poder sacar unos cuantos billetes extra. 

Un hombre con cuernos que estaba apostando en la mesa en la que te colocaste se colocó cerca de ti y te habló.

- El capitán Rosha y la capitana Valena llevan horas jugando en esta mesa. - Dijo dejando ver claramente a los dos sujetos que apostaban. - Rosha le acaba de ganar sus pantalones, pero Valena ha apostado su ropa interior a doble o nada. Si nadie para a esa mujer acabará desnuda en un lugar lleno de hombres.

La mesa se había llenado de gente expectante ante aquella apuesta, con unas 10 personas sin contar a los apostadores y claramente apostaban al capitán que sin duda había pasado la treintena y parecía un mendigo que había tenido un golpe de suerte. El silencio se apoderaba de la mesa mientras la capitana removía su cubilete con los dados durante un tiempo interminable.

- Creo que todos los que estamos aquí queremos embarcarnos, pero contigo serían cuatro los capitanes que andan reclutando ahora mismo. - Incluyéndote y obviando a los dos capitanes que apostaban en la mesa, el amigable desconocido te señaló a otro sujeto que simplemente observaba la situación desde lejos con un ligero rubor en sus mejillas, que adornaba con unas marcas negras diagonales. - Yo soy Sísifo y espero que algún capitán me suba a bordo de su barco, pero parece que todos están más emocionados por esta apuesta, así que deberás esperar un poco.

Dicho y hecho, la capitana Valena volcó el contenido de su cubilete sobre la mesa para luego destapar el contenido, haciendo que toda la sala entrase en júbilo al ver que había perdido y debía pagar la apuesta.

- Eres un tramposo Rosha, nadie puede ganar seis veces seguidas a este juego. - Gritó la mujer claramente avergonzada, para solo escucharse la risa de su contrincante frente a su racha de suerte. - Pero los muertos no pueden cobrar las apuestas.

Inmediatamente y sin que nadie pudiese hacer nada, sacó de entre su holgada ropa una pistola de pólvora de mediano calibre y apuntó a su rival, solo para ver que la indiferencia de éste hacía que ni se inmutase, pero provocando que todo el corrillo que se había arremolinado en la mesa se apartase un poco de aquella mujer llena de ira.

El muchacho puso en plan en marcha logrando robar un par de billeteras que llegarón dentro de su ropaje sin que nadie se diera cuenta. A la par un tipo se había acercado a indicarle lo que estaba sucediendo a lo cual el reacciono con un rostro de sorpresa, algo fingido, bebió su copa en su totalidad y decidió responderle. -Ya veo~ Así que eso es lo que esta sucediendo. -Apostar no estaría mal, lo más seguro sería hacerlo por el capitán quien llevaba una racha de victorias, pero la verdad es que decidió no hacerlo. -Bueno Sisifo. Soy el capitán Kaizen...Y ya has visto el temperamento de 2 de 4 capitanes. -Dejando en claro que la chica no parecía estar de muy buen humor. -Ahí tu eliges. 

Fue cuando la capitana causo el alboroto y en el que todos los tipos se acercaron en el que Kai dio un paso hacia adelante siendo el único sin miedo, además del capitán Rosha, casi de una manera cómica pero por sobre todo desfachatada es que Kai comenzó a investigar los cubiletes de ambos sin miedo alguno a la pistola de la chica, la verdad es que podía recibir un disparo abiertamente utilizando su habilidad para endurecer su cuerpo o alguna de las alternativas restantes para poder sobrellevarlo. -¿Tiene alguna prueba? Capitana Valena. Digo~ Si realmente esta haciendo trampa entonces las victorias de todos los apostadores también se ven comprometidas, con ello sus ganancias. -Se mantuvo erguido luego de revisar y esbozo una sonrisa. -Aunque lo otro sería asumir que perdió limpiamente o cayó en la trampa contraria. 

La tensión se mantuvo un instante hasta que el capitán ganador se dispuso a hablar ante la expectación de todos.

- No tienes que pagarme ahora, puedo esperar hasta antes de salir de la isla. - Dijo bastante soberbio, consciente de su victoria, que hizo que su interlocutora bajara su pistola tras calmarse mínimamente, para retirarse lentamente abandonando la habitación. - Ya veis rufianes, el capitán Rosha siempre gana, en el juego, en el mar y en las batallas.

La actitud de aquel hombre le hacía parecer que no había alcanzado la madurez mental. Mientras tanto, Kai revisó los dados de la capitana Valena y no pudo observar nada inusual, salvo el desgaste de las innumerables tiradas que habían vivido.

En la mirada de Sísifo se podían ver dudas, ya que se esperaba que llegasen más capitanes a aquel lugar, decidiría esperar a ver que posibilidades podían ofrecérsele.

Por otro lado, sin que llamara la atención, más bucaneros llegaban al lugar y fácilmente podrían ser el doble de personas de las que encontraste al llegar, cada uno con diferentes características, otros extremadamente exóticos y otros humanos. Algunos claramente veteranos y otros más jóvenes interesados en emprender aventuras. 

El rostro de Kai quedo algo decepcionado al notar que no había ningún tipo de acción que causara su victoria, quizás la chica simplemente era una mala apostadora o el tipo muy bueno, la verdad es que tampoco importaba demasiado. Se sentó en donde había estado la capitana a la par que Rosha hablaba con el gran grupo de personas. 

-Hm~ ¿Y esto como se juega? Quizás si sea el mejor en el juego, aunque el mar es muy grande, a veces te topas con gente que no puedes superar facilmente. -Pronuncio jugueteando con los dados y el cubilete con la mano derecha. ¿Debería jugar un poco para hacerse conocer entre los presentes? Aunque la verdad es que le importaba poco conseguir tripulantes sin personalidad o poca presencia, prefería la calidad antes que la cantidad y el hecho de estar allí con tantos podría llegar a ser positivo para su reputación. -¿Como se juega esto? No tengo mucho que apostar pero tampoco tengo algo más que hacer hasta la ejecuciones. Bueno, en cualquier caso siempre que tengamos una disputa podemos matarnos como intento Valena. -Esbozo una sonrisa honesta. 

Kai no logró hacerse con un lugar para apostar en la mesa del capitán Rosha, que rápidamente había sido cubierta por otras personas, así que no tenía más opción que elegir otra mesa o esperar a que alguno de los dos jugadores se cansara y abandonaba su puesto, o podía ver como se desarrollaba la partida a la espera de ocupar el lugar vacío.

Su idea inicial no había funcionado en sí, tampoco es que pudiera tomar la alternativa de obtener algo de reconocimiento en el lugar en base a otros capitanes y si fuera a ser así quizás lo mejor sería con alguna otra alternativa, por lo cual decidió alejarse un poco de esa mesa.

Se preguntaba como podría hacer para conseguir tripulantes y más aún como poder optar por un barco para partir de la isla, quizás lo primero seria tener un barco propio, luego un navegante y poder conseguir más y más miembros en la tripulación. A la par que se sentaba en un asiento libre de una nueva mesa el muchacho elevaba la mirada sintiendo la presión del momento, no se había percatado lo dificil que sería salir a la mar sin ningún tipo de punto de inicio. Se pregunto si sisifo tenía algún tipo de cualidad en especifico, parecía más bien un guerrero que un navegante pero asumía de que estaría demasiado ocupado como para hablar ahora mismo. Decidió mantenerse en su lugar esperando encontrar algo interesante en el salón.

Kai se sentó a esperar ver algo interesante y, aunque en un principio nadie se acercó a él, eso le sirvió para fijarse en que en la barra de aquel mismo piso, una conversación que se había ido por extraños caminos desembocó en una pelea entre dos marineros y que rápidamente hizo que todos los presentes rodearan, expectantes, a los participantes, hablando de nuevo apuestas sobre la victoria de cada uno de luchadores.

Lo poco que se escuchaba de lejos es que la mayoría de la gente apostaba a favor del capitán Akama, pero algunos otros apostaban por su adversario, al que apodaban "el chico" y que parecía que había tomado la iniciativa en aquel conflicto.

El lugar no era demasiado prometedor, la oscuridad le recordaba un poco a la celda donde había estado viviendo aunque quizás no era tan malo como ser uno de los bucaneros de aquel lugar, había conseguido algo de dinero gracias a su habilidad y la incredulidad de los presentes asi que quizás no debía preocuparse por ello, a menos que tuviera que quedarse en el pueblo incluso luego de la ejecución, situación que no sería de lo más agradable y menos con los ambientes tan tensos, esperaba poder salir de allí incluso si era en un barco ajeno. 

-Oi Oi Oi~ ¿Acaso este lugar no puede estar en paz 5 segundos? -Se levantó con rapidez para ir hacia el lugar, al instante se topo con una gran cantidad de gente que evitaba que pudiera ingresar a la primera linea, metió los brazos como pudo entre los tipos quitandose a algunos del camino para poder estar directamente viendo la pelea, quizás con esa somera pelea podría analizar bien que tipo de nivel tenía él en relación a otro capitán. De reojo también intento ver a Sisifo, quería conocer si se había unido a algún capitán presente hasta ahora el único que tenía un aspecto llamativo, dentro de los aspirantes a pirata. -Espera espera~ ¿Quien es quien? -La realidad era que a pesar de que pudiera tenerlos frente no sabría diferenciar, a menos que fuera muy obvio alguien que le dijeran "Chico"

La diferencia de edades de los luchadores era palpable, siendo uno de ellos un joven imberbe y el otro un resabiado marinero entrado en años. El combate no duró más de dos golpes cuando una increíble velocidad de parte del jovencito dejó fuera de combate a Akama, el presumido capitán fuertemente reconocible que había allí.

Cuando las apuestas empezaron a pagarse, llegó una persona desconocida para Kai, pero pronto los susurros de las demás personas le desvelaron su identidad, Bai Qu, el gobernador de la isla.

Aquel hombre rápidamente apresó con una esposas al ganador de aquella trifulca y a algunos individuos más de aquella sala, para luego dirigirse al pelinegro con evidente falta de humor.

- Otro causante de problemas. - Dijo refiriéndose a ti, para luego en un movimiento casi inhumano, anilló unas esposas a uno de tus brazos y rápidamente la energía de tu cuerpo se desvaneció, nublando tu vista y haciendo que te temblasen las piernas, para luego someterte tu otro brazo y dejarte completamente esposado. - Ala, al calabozo que vas.

El cuerpo de Kai se movía casi a estirones mientras los guardias de aquella ciudad tiraban de él, incapaz de concentrarse en nada y viéndose inútil para con los poderes de su fruta. Aquellas esposas tenían algo que le debilitaban, y solo podía quedarse a voluntad de sus captores.

En sus vagas miradas, pudo ver como Sísifo entraba de nuevo por la puerta, ajeno a todo lo que había pasado y clavaba su mirada en Kai, pasando a ignorar el hecho de que se lo estuvieran llevando preso.

-¿Eh? -Quedo desconcertado ante el hecho de que la pelea hubiera durado tan poco, pero aún más cuando él también había sido arrestado casi sin poder replicar o defenderse. Rápidamente empezó a moverse de un lado a otro pero las energías se le iban del cuerpo y las piernas por sobre todo, aquello era nuevo para él y no tener forma de poder defenderse le traía malos recuerdos. -Hey, yo no he hecho nada. Al menos no en la pelea. -Su cuerpo se inclino hacia adelante con agotamiento. -Joo~ No me quiero perder el evento principal. 

Al notar como Sisifo estaba presente en el lugar aunque luego de haber estado haciendo quien sabe que, le dedico una leve sonrisa dejando en claro que el hecho de que le hubieran atrapado no generaba un verdadero inconveniente, no tenía una forma clara del como iba a escapar pero debía hacerlo, quedarse en ese lugar, el punto de partida, no era algo que estuviera dentro de sus planes. -Oi~ Gobernador-san~ ¿En serio hacia falta llevarme a mi? -Pronuncio mientras intentaba levantar la mirada para mirarle con cansancio a la par que seguían llevandoselo a cuestas.