Partida Rol por web

Levanté la mirada de mi propia chaqueta cuando Xan me calló, al no entender a cuento de que venía eso, pero sus palabras siguientes fueron suficientes para que en lugar de centrar mi atención en ella lo hiciera hacia aquella dirección ¿alguien estaba en las cercanías sin prestar atención a nuestra presencia? Eso era raro, si no había caído dormido entonces debería ser alguien conocedor de como funcionaba esta caracola... O un sordo.

- Esto es demasiado fácil... -dije en cuanto comencé a caminar acercándome hacia la silueta- Cúbreme, voy a ver quien es. Quizás sepa algo sobre lo que ha pasado aquí -conseguir algo de información era de nuestras prioridades ahora mismo por lo que debía aceptar cualquier posibilidad.

Aunque le lleva unos momentos, retoma su forma humana y tensa su arco, flecha preparada para ensartar a quien fuese necesario. Camina por detrás y a un lado de Ash, cubiéndole y sin perder de vista los alrededores. Por si hubiese otras sorpresas.

-A saber que está pasando. Lo mismo y es u naccidente nada más... pero huele raruno. Focus, Xan. No divagues.

Mientras Ash caminaba por las calles de la ciudad hacia el individuo, Xan le perseguía por los tejados para tener una posición de altura respecto de su posible enemigo. 

Poco a poco se iban acercando a su objetivo, hasta que la silueta se volvió nítida cuando tuvieron un ángulo suficiente para observarla bien.

Allí se encontraba un hombre enmascarado con un traje de bien vestir y unos guantes totalmente negros con los que sujetaba un cigarro al que daba pequeñas caladas mientras caminaba aparentemente sin rumbo alguno en un pequeño vaivén.

Aquel enmascarado no parecía físicamente muy fuerte, pero en sus continuos cambios de postura mientras fumaba, ambos, Ash y Xan, pudieron ver que cargaba una rudimentaria pistola amarrada en un lateral de su pantalón. 

Conscientes de que no habían sido detectados, sus sentidos se relajaron un momento y, para sorpresa de ambos, empezaron a escuchar algún canto de pájaro y ruidos de pequeños roedores al que las grandes ciudades acostumbraban. Sin embargo, su objetivo no pareció darle importancia a aquello, o quizás no se había percatado, y estaba dispuesto a continuar sus quehaceres si ninguno de los dos hacía nada.

No trataba de ocultar mi presencia mucho más, en todo caso caminaba hacia él sin tampoco destacar especialmente o hacerme notar, aprovechando cualquier esquina para asomarme levemente cubriéndome todo lo posible sin llegar a acecharle. No tarde demasiado en tener una buena visual del que ahora podía identificar como un hombre, no dude en registrarlo con la mirada fijándome en el arma que portaba en el costado, si peleábamos esa pistola me daría problemas para llegar hasta él... pero si recortaba distancias.

Mire hacia los tejados buscando cruzar miradas con Xan antes de arriesgarme con lo que tenía pensado, podía salir muy bien o muy mal- Bonito día para dar un paseo ¿no? -dije en voz alta hacia el hombre, fue entonces que me percate de que animales comenzaban a moverse por la ciudad, realmente está despertando.

Ya estaba. Ya se había descubierto su presencia, la de Ash claro. Ella seguía alejada, con el tipo a tiro. ¡Que se le ocurriese sacar su pistola! Xan se mantiene con el sol a su espalda, por si se convierte en un "tiroteo", que no le moleste a ella, sino a él. aunque espera que no se llegue a eso. Lo cierto es que se muere de curiosidad por saber que hace y por qué ha puesto esa caracola extraña, si es que ha sido ese tipo.

Con la protección de Xan sobre uno de los tejados cercanos y en posición de ventaja, Ash se acerca cautelosamente al desconocido y llama su atención con una sencilla pregunta, pero para su incredulidad, aquel hombre no repara en su presencia ni lo más mínimo, dando a entender que ni siquiera es consciente de la cercana presencia del capitán de la Arcadis.

Con un poco de sutilidad, Ash se acerca a aquel hombre ignorante y observa que aparte de no notar su presencia, puede ver como los agujeros de su mascara por donde deberían asomarse los ojos son en realidad una capa de cerámica negra, no así el de su boca por el que introduce el cigarro frecuentemente para aliviar la necesidad que tenía de inhalar humo.

La última calada larga acaba con el cigarro frente a la atónita mirada de Ash, para luego empezar desandar sus pasos mientras, con una sutil vocecita, va contando los pasos que va dando y las direcciones que sigue, sólo audibles para un Ash que está muy cerca de él.

Me tomo un par de segundos notar que realmente no me había escuchado, o que siquiera no era consciente de mi presencia en absoluto. Mi expresión de absoluto confusión, puede que también tuviera tapones o se tratara de algún efecto por larga exposición a la música. Con la idea de poner a prueba esa teoría me acerque bastante más hacia el hombre, aún teniendo cuidado a la hora de moverme, aunque nada más llegar a su lado desde la distancia Xan pudo ver como mi postura se relajaba como si lo que hubiera visto del hombre fuera suficiente como para quitarme un peso de encima.

Quieto le observe volver a alejarse sobre sus propios pasos, entonces de un salto me elevé hasta la altura en que estaba Xan y con otro más me puse de pie en su edificio sin apartar la mirada del hombre- Creo que tiene tapones puesto, supongo que para evitar dormirse con la música de antes... Además su mascara no le permite ver. Esta contando los pasos y giros para seguir una ruta a pesar de no poder ver. Es raro, vamos a seguirle un rato para ver que hace y si solo da vueltas en círculos seré menos sutil con mi presencia -informé a la chica sobre mis pensamientos, si al menos tuviera la certeza de que era alguien vil podría directamente atacarlo desde el principio pero sin esa seguridad no me apetecía arriesgarme.

-Pues sigámosle.- Poco más hay que añadir. Aunque... Xan se está aburriendo peligrosamente. -O mejor, síguelo tú. Voy a ver si encuentro otros rastros y demás. Tiene que haber más gente y secretos aquí.

Y como cazadora que es, debería poder encontrarlos. Y de paso se alejaba del tipo de la máscara, que le daba grimilla.

-No te metas en líos que igual no llego a tiempo.

Se aleja dispuesta a rastrear.

Ambos tripulantes de la Arcadis se separaron en busca de duplicar sus posibilidades de encontrar algo extraño, más si cabe, en aquel lugar.

Ash siguió al enmascarado desde una distancia segura aunque sin un especial cuidado, pues ya había notado que por algún motivo no podía percibir su presencia.

Pese a que sospechaba que no podía ver, el camino que seguía el desconocido era complicado y con múltiples giros que dificultarían su persecución si no quisiera ser visto pero, tras un par de minutos de concienzudo seguimiento, aquel hombre se acercó a una gran puerta que, aunque no desentonaba con el paisaje, parecía que ocultaba más que lo que pudiera ser un simple almacén o despensa.

El hombre enmascarado abrió la puerta con una facilidad asombrosa, tirando de una manilla circular de hierro y que movió una de las dos hojas de la dicha puerta, no dejando ver nada más que oscuridad en su umbral, contrario a lo soleado que había aparecido aquel día.

Una vez el sujeto atravesó la puerta, la cerró con la misma poca delicadeza que al abrirla, emitiendo un sutil ruido de crujir de la madera que la conformaba, aunque nada fuera de lo normal.

Con Ash cercano a la puerta, se asombró al no escuchar ningún mecanismo de cierre interno, por lo que fácilmente podía deducir que la puerta seguía abierta a la espera de tirar de la manilla.

Ambos tripulantes de la Arcadis se separaron en busca de duplicar sus posibilidades de encontrar algo extraño, más si cabe, en aquel lugar.

Xan se alejó de Ash, buscando algo que le llamara la atención en aquel aburrido pueblo desierto, sólo para poder indagar en las casas siguiendo las voces de los animales enjaulados y que, evidentemente malnutridos, clamaban por algo que llevarse a la boca.

Aquella imagen reflejaba el interior de Xan en un día normal, pero no podía entretenerse con nimiedades y en un lapso de tiempo muy pequeño, investigó una veintena de casas desiertas semejantes entre ellas, sin desperfectos, sin signos de lucha o violencia y con simplemente algunos animales de compañía que no atravesaban su mejor momento.

Sin embargo, mientras deambulaba por los tejados de aquel lugar, si escuchó algo que le llamó la atención, un sonido gutural bastante más violento que el de los animales domésticos y, por sus días de cazadora, podía deducir que se trataba de algo bastante más grande que se ocultaba en uno de los bosques que poblaban el pueblo.

Se va entreteniendo en dar de comer a los animales, si es que encuentra comida para ellos, además de liberarlos de jaulas o correas. Es muy cruel morir así y no se lo desea a nadie. Al menos de momento.

Eso si, se tensa al escuchar ese rugido, o grito... llamada quizá? A saber. Pero debe investigarlo. La búho se eleva silenciosa y vuela en dirección al sonido. Atenta, en plena caza.

Podría haber puesto alguna queja ante que mi tripulante decidiera actuar por su propia cuenta sin esperar respuesta por mi parte, pensando de forma egoísta y arriesgada... Pero seamos serios, eso era algo que hacía yo constantemente ¿así qué realmente tenía derecho? Por lo que al final acabé mirando a la chica volar lejos, ante lo que simplemente suspiré.

Por otro lado me vi a mi mismo metido en perseguir a un desconocido por una buena cantidad de minutos, el camino resulto ser bastante más largo de lo que cabría esperar teniendo en cuenta que él estaba contando sus pasos para no equivocarse. Desde luego era sorprendente que pudiera recordar todo de forma tan precisa. Fuera como fuera toda la persecución saltando de tejado en tejado acabo por llegar a su fin cuando alcanzamos un edificio como otro cualquiera, desde una cornisa observaba de cuclillas como abría esa puerta sin ningún tipo de seguridad, ¿porqué todo tiene que ser tan raro? Caí al lado de esta, lo primero que hice fue echar un vistazo al exterior por si había alguna ventana desde la que pudiera espiar el interior y en caso de que no la hubiera esperaría un tiempo prudencial antes de intentar colarme a través de la puerta.

Xan pudo liberar a los desesperados animales sin mucho esfuerzo para que éstos pudieran buscar comida por sus propios medios. Xan les seguía de tanto en tanto y podía ver reservas de alimentos en bastante mal estado, pero aún así algo podía aprovecharse.

Tras escuchar el rugido de aquel animal salvaje se acercó al lugar tan silenciosamente como pudo, para encontrarse con una hiena salvaje de gran tamaño y envergadura que usaba un bozal. Sin que percibiese su presencia, Xan pudo comprobar que aquel animal había sufrido toda clase de torturas al ver su cuerpo repleto de cicatrices y cortes, llamándole uno especialmente la atención, que recorría su ojo derecho y había extinguido la visión del mismo.

Al no poder alimentarse y, sospechando que llevaría el mismo tiempo preso del embrujo del sueño que el resto de animales, Xan pudo comprobar como la desesperación de aquel animal se había adueñado de su mente, nublándola por completo y convirtiéndose en un ser del que no cabría una reacción lógica a cualquier estímulo.

El edificio que Ash había alcanzado y que en su mapa mental se denominaba como el escondite del enmascarado no tenía ninguna otra forma de entrar o visualizar el interior, por lo que tras una espera más que prudencial, Ash abrió la puerta de aquel sitio, tal como lo había hecho su predecesor, para adentrarse en la oscuridad que emanaba de aquel lugar.

El joven capitán se quedo en el otro lado de la puerta, esperando que sus ojos se acostumbrasen a la oscuridad y tras unos minutos pudo formar una imagen poco nítida de lo que tenía frente a él, unas escaleras de piedra que descendían hasta donde su escasa visión alcanzaba.

Tras haber cerrado la puerta a su espalda, Ash se dirigió por el único camino posible hasta que, con más claridad, pudo ver la sala que conectaba aquel pasillo, una especie de cruce de caminos subterráneos que estaban alumbrados con unas pocas luces.

En su mente dibujó el plano de lo que había recorrido, dejando ahora la duda de qué camino debería tomar, viendo tres opciones posibles que junto con el pasillo del que venía, formaban una especie de estrella donde cada camino seguía una dirección cardinal. Si tomaba como referencia que había venido por el camino del Sur, pudo escuchar algunas voces hablando por el camino oeste, a su izquierda, mientras que los demás mantenían un siniestro silencio.

No le gustaba la idea de matar a un animal que no se pudiese defender. Pero viendo a la hiena.. .torturada y muerta de hambre... ya no es un animal. Ahora es una peligrosa bola de colmillos y locura. No. No puede liberarla. Ni dejarla así. Debe acabar con ella, evitar que sufra más y que haga daño a otros.

Decidida ya, Apunta cuidadosamente Al cuello del animal, para atravesarlo. O, si se está lo bastante quieto, al ojo para llegar directamente al cerebro. Tensa el arco.

Dispara.

Genial, esto no podría tener más pinta de guarida secreta ni queriendo. Y es que puerta disimulada como cualquier otra, que no tuviera ninguna clase de ventana ya era suficientemente sospechoso sin tener a tipos enmascarados entrando o saliendo. De hecho lo que me encontré en el interior no hizo si no aumentar mis sospechas, estaba siguiendo una buena pista. quizás incluso acabara dando con el escondite de quienes pusieron a dormir la ciudad al completo.

El camino subterráneo se divida, y ahora era imposible saber que ruta tomo mi "guía", por suerte el sonido proveniente de uno pasillo era suficientemente como para captar mi atención e indicarme por donde debía seguir avanzando ahora. Era raro escuchar voces, más que nada porque vine siguiendo a alguien tan reservado aparentemente así que me agache un poco y comencé a recorrer el camino en silencio, si podía espiar parte de la conversación al fin tendría algo de idea sobre que pasaba aquí, quizás incluso solo fueran ellos dos y podría montar un buen show, sería una pena que se lo perdiera Xan.

Xan se posiciona desde un árbol a suficiente altura para no ser alcanzada por el animal si algo sale mal y, decidida, dispara una de sus flechas con suficiente destreza para atravesarle la cabeza.

Sin embargo, el animal no muere en el acto, para su propia sorpresa y, confuso, empieza a dar vueltas alrededor de la zona de manera frenética en busca de su enemigo.

Xan ya había cazado suficientes bestias en su vida para saber donde colocarse para no ser fácilmente descubierta y seguir disparando de forma segura así que, de nuevo, tensa su arco y dispara nuevamente, alcanzando al animal en la parte trasera de su cuerpo, ralentizando sus movimientos pero aún así el iracundo animal no se rinde.

Con gran pesar, la cazadora dispara la tercera y última flecha que acabaría con el animal, definitivamente, tras un impacto en el pecho que acabaría desangrando al animal en apenas un minuto.

Tras haber acabado con la bestia, Xan decide acercarse a ella para ver si puede aprovechar algo del animal o, al menos, reclamar algún trofeo para sí, pero para su sorpresa, al llegar a las inmediaciones de donde debía estar el cadáver del animal, puede ver en cambio un cuerpo humano inerte, perforado por las mismas tres flechas que Xan había lanzado en los mismo lugares.

Tal como su intuición le decía, Ash se dirigió hacia el camino de las voces, en silencio y atento a ver que podía escuchar, hasta que el claror de la sala que le precedía le hizo imposible pasar desapercibido, entonces se detuvo. Por fortuna, pudo oír algunos trazos de la conversación que por lo menos dos personas estaban teniendo.

- ¿Cuándo vamos a poder salir de aquí? - Decía una voz claramente masculina.

- Pronto, aún estamos interrogando a los prisioneros. - Respondió la segundo voz, algo más cercana a la posición de Ash.

Al parecer, aquellas voces continuaban hablando pero el sonido empequeñecía denotando que aquellas personas se adentraban más en lo que parecía ser un subterráneo bajo la ciudad.

-Ostia puta.... esto da muy mal rollo.

¿Acaba de matar a una persona transformada? Eso la sorprende bastante, a la par que le jode no conseguir un trofeo, y le da vueltas a la cabeza mientras extrae las flechas y las limpia. No se quedará sin munición.

-Entonces... ¿Los animales que he liberado serían personas? Aunque este estaba loco, persona o hiena, así que ni tan mal pero... uf, que palo. Mejor voy a buscar a Ash y le comento....

Pero antes de eso registra bien el cuerpo y la zona. Tal vez haya algo cerca que de alguna pista sobre el asunto del sueño... o de que el tipo fuese un animal torturado.

No tomo mucho tiempo en llegar hasta un punto donde la luz del interior era tan fuerte que en contraste a la pobre iluminación del pasillo hacía que mi visión no pudiera llegar más lejos hasta que me acostumbrara a la diferencia. Por suerte desde esta distancia era suficiente como para escuchar a las dos personas que se encontraban un poco más adelante hablar entre ellas, y al parecer estaban interrogando prisioneros, ¿los habitantes de la ciudad? ¿una banda que busca algo en esta isla? Mi cuerpo me pedía saltar a por ellos, no tenía certeza de que fuera como creía pero ya sentía la necesidad de hacer justicia.

Apreté los dientes y agarraba con fuerza mi pantalón para mantenerme quieto, al menos un poco más, los iba a espiar un poco más antes de hacer cualquier cosa. No valía la pena el riesgo, trataba de convencerme a mi mismo de que podría arrepentirme por actuar sin saber lo suficiente. Exhalé una larga bocana de aire y volví a avanzar detrás de las dos voces.