Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Capítulo 1. Una nueva promoción

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10/03/2021, 12:18
Ambientación

LA SELECCIÓN

 

La selección siempre tenía lugar cada dos años. Era un acontecimiento social importante y esperado para los ciudadanos del planeta Tierra y de todas sus colonias planetarias, pues jóvenes y adultos de entre 18 y 30 años buscaban la oportunidad de ser elegidos para formarse en la base Space Fort, la cual se encontraba ubicada en Protect, un planeta completamente militarizado y donde no había espacio para personal civil.

La propaganda comenzaba justo un mes antes, aunque era innecesario explicar a la humanidad la importancia de pertenecer al ejército. Todo eran ventajas: el salario, el estatus social e incluso era base de opinión jurídica. Un soldado siempre estaba por encima de las personas de calle y tener rango era además, sinónimo de poder. A esto había que añadirle que los ataques alienígenas se sucedían cada vez con más frecuencia, y el odio generado contra las especies invasoras se incrementaba, acorde a las pérdidas humanas y materiales que dichas criaturas generaban.

Las pancartas publicitarias estaban por todas partes, comercios, informativos, carteleras situadas en espacios públicos e incluso en programas infantiles podían rezarse frases del tipo: "Te quiero en la Armada Espacial" "La humanidad te necesita" "Sé alguien de éxito, alístate en Protect" "El cambio depende de ti". Lo extraño era que alguien no deseara formar parte de aquel bombardeo continuado de propósito. El ser humano debía estar armado y protegerse, pero irónicamente, no todo el mundo valía para ello. Por eso existía la selección.

¿Cómo un ciudadano podía participar en la Selección? Las formas eran sencillas de procedimiento, aunque irónicamente, la complejidad radicaba en el fondo de la cuestión. Un civil debía enviar su solicitud por medio de su comunicador personal a la Comandancia General, indicando su deseo a pertenecer a la Space Force y esperar desde ese instante a que le dieran indicaciones. Este era el momento en el que los funcionarios trabajaban, revisando el expediente personal de cada aspirante, sus calificaciones desde que estaba prácticamente en el jardín de infancia, sus pruebas médicas registradas, sus ascendencias familiares, así como todas las informaciones que la gran base de datos tenía registrado sobre ellos.

Cabría esperar que los elegidos fueran verdaderos portentos pero no, a veces simplemente se seleccionaba a "gente normal", hecho justificable pues los errores existían, o algún funcionario corrupto cambiaba documentación por interés o peor aún, se hackeaba el gran ordenador para posicionar en lista a quien interesara. A veces la tecnología fallaba, o mejor dicho, la hacían fracasar, eso lo sabían hasta en la Tierra donde se concentraba la mayor sede digital de la humanidad.

Tras la solicitud y con un mes de espera mediante, se recibía en el comunicador personal la resolución final, y que solo tenía dos vías. La más temida era "Su solicitud de ingreso en Space Force ha sido denegada. Perfeccione su expediente personal", un mensaje ambiguo que no te decía qué cambiar ni cómo mejorar, se presuponía que si eras digno tú solito debías llegar a conclusiones. Por el contrario, la respuesta más deseada era "Su prueba de actitud psicológica se llevará a cabo el día 27 a las xx:xx h en la Comandancia del planeta Tierra". Si recibías esta misiva eras afortunado pues te encontrabas dentro del 40% apto de las solicitudes.

La Comandancia era un edificio situado estratégicamente en la ciudad, con una seguridad propia de lo que representaba, la élite militar de la humanidad. Un sitio inexpugnable donde había que llegar con antelación si no querías retrasarte a la cita concertada, puesto que muchas personas debían acceder para realizar su test de aptitud psicológica. En lugares oficiales como aquel habían Agentes Terrestres que tomaban los datos pasando el lector electrónico en el chip instalado en el pecho de cada aspirante, recogiéndose así sus datos antes de acceder al edificio. 

 

Una vez dentro del lugar y tras atravesar los pasillos de clara tonalidad con paneles indicadores que seccionaban a los aspirantes por apellidos hacia las distintas vías de acceso, los civiles llegaban a un aula con espacios individuales y ordenadores disponibles, con el fin de que pudieran rellenar un cuestionario de índole variada y cuyas preguntas debían cumplimentar.

Una vez te acomodas en uno de los puestos vacantes y te sientas delante del ordenador, sientes como un escáner surge de la pantalla principal, a la altura del pecho y toma los datos necesarios sobre tu identidad, no hay manera alguna de que alguien se haga pasar por ti, a no ser que un médico extraiga vilmente tu acreditación insertada en tu músculo cardíaco, lo que puede llevarte a tener problemas de salud, y por supuesto, legales.

Una vez el proceso es completado, aparece en la pantalla un cuestionario con más de 100 preguntas, algunas muy sencillas de responder, casi con una palabra, otras donde debías elaborar un texto detallado sobre tus opiniones o formas de proceder en según qué situación.

Hay un momento en el que se te solicita poner un dedo en un sensor, del cual surge una aguja y te da un pinchazo, una extracción de muestra de sangre. Más te vale no haber llegado drogado para realizar la prueba, nadie te advirtió de ello. Uno de los puestos se iluminan con una luz amarilla llamativa, dos soldados espaciales se aproximan y obligan al candidato a levantarse, se lo llevan esposado, su deseo de convertirse en militar se desvanece como los sueños cuando llega el despertar.

Decides dejar de mirarle, sigues escribiendo tus respuestas.

  •  ¿Alguna vez has tenido pesadillas recurrentes durante las horas de sueño? Descríbelas.
  • ¿Qué color prefieres de todos los que existen?
  • ¿Existe algún hecho que te provoque miedo? ¿Cuál?
  • ¿Prefieres medicación oral o venérea?
  • ¿Has deseado la muerte a alguien? ¿Quién? ¿Por qué?
  • Orientación sexual
  • ¿Realizas deporte sólo o acompañado?
  • ¿Qué tipo de mascotas te llaman más la atención?
  • Supuesto práctico: Un día descubres que tu padre es un rebelde que actúa contra el gobierno y la Comandancia General. ¿Cómo procederías?
  • ¿Soda, aguardiente o vino?
  • Tu mejor amigo está tomando sustancias ilegales. ¿Cómo actuarías?
  • El de la derecha está mirando tus repuestas. ¿Has mirado inconscientemente hacia él?
  • Consigues ser aspirante en Protect y hay un compañero que pretende desertar. No hay ningún mando a quien puedas pedir ayuda, indica paso a paso tu actuación.
  • ¿Denunciarías a un mando que está haciendo abuso de su poder?
  • Los extraterrestres están atacando una granja, hay personas encerradas dentro del granero el cual está ardiendo, otras que están siendo devoradas, hay agentes terrestres que intentan evitar que otros civiles se acerquen a la zona pues es muy concurrida. Tú eres un soldado espacial, ¿qué haces?
  • Continúa la siguiente secuencia numérica: 1, 3, 7, 13...
  • ¿Qué tipo de misión te gustaría que te fuera asignada durante tu período de formación?
  • ¿Qué vuela sin alas y sus tentáculos son venenosos?
  • ¿Serías capaz de chivarte de un compañero? ¿Ante qué motivos?
  • ..........

 

Notas de juego

Te animo a que describas cómo tu pj vive este proceso.

No es necesario responder a todas esas preguntas, son solo una guía de lo que tu personaje encuentra en el test, si quieres puedes responder a una pregunta, a cinco o a ninguna, de ti depende. Puedes inventar cuestiones que yo no haya escrito.

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23/03/2021, 20:42
Sargento Dunne Grey

Tras haber terminado la prueba te dirigen hacia una sala de espera con monitores, allí según comentaba un soldado con armadura y subfusil, debíais estar atentos a las próximas  indicaciones. Hay no cientos, quizás miles de aspirantes a la espera, lo que determina que surja en ti cierto grado de inseguridad. ¿Qué te hace especial como para ser seleccionado de entre todas aquellas personas? ¿Eres tan bueno físicamente como para superarles? ¿Y si fallas en tus habilidades intelectuales?... Tic, tac, comienzan a girar las manecillas del reloj...

El tiempo comienza a ser eterno. Los presentes apenas se miran y desde luego, pocos tienen ganas de hablar con los de al lado, como si cualquiera de sus acciones pudiera desembocar en un fracaso. Aún no se sabe quién será uno de los afortunados, ni cuántos reclutas requiere el Space Force en su selección. Incertidumbre, tensión, malestar.

- Atención, por favor... - dijo en ese instante una mujer muy atractiva, que aparecía por uno de los laterales de la estancia con una falda por las rodillas y una chaqueta de característico corte militar - Soy la Sargento Grey - esperó que hubiera un silencio completo, no tardó prácticamente nada en conseguirlo, sintiendo cómo los ojos de todos los congregados se centraban en su persona mientras ella, impasible, señalaba un monitor situado en la pared - Vamos a proceder con la selección de candidatos para el Domo 12. Aparecerán sus nombres en pantalla, cuando esto suceda se dirigirán a los ascensores ubicados en el fondo de la estancia que ya les aviso, es un control de seguridad - Miró con seriedad - Ahórrense la humillación de cruzar esa línea en el caso de no ser seleccionados. Engañar a la Comandancia General conlleva pena de cárcel - Estaba claro, por aquel comentario tajante, que en más de una ocasión alguien no seleccionado había optado por subirse al ascensor, siendo por supuesto detectado.

La mujer tras dar sus informaciones se subió en uno de aquellos dispositivos de transporte, desapareciendo de la vista de todos. No había dicho siquiera qué botón debían pulsar, por lo que se suponía era un sistema automático el que les llevaría a su destino, incierto en cualquier modo.

Fue así como en un breve lapso de tiempo, uno a uno parecieron los nombres de quiénes habían sido seleccionados para el Domo 12, los afortunados pudieron ver sus nombres reflejados en las pantallas, mientras una voz femenina y robotizada les mentaba... ¿Acaso era un sueño? Tan solo tenían que hacer lo que Grey les había indicado y estarían un paso más cerca de su destino final, Protect.

El ascensor se abriría y permitiría a los presentes acceder a una nueva sala de espera, pero en esta ocasión, el ambiente era mucho más íntimo, un espacio donde todos podrían acomodarse y verse las caras, analizando quiénes serían sus compañeros de servicio, las personas con las que convivirían durante los próximos dos años.

La sargento Dunne Grey no se encontraba presente, ni ningún otro mando a quien preguntar. Quizás este fuera un buen momento para hacer amigos.

Notas de juego

En la última sala de espera estáis vosotros, queridos jugadores, junto con las siguientes personas:

PNJs

Si entabláis conversación con ellos podréis establecer diálogos.

 

Próxima actualización: Miércoles 31 de marzo

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27/03/2021, 11:48
Duncan "Duke" McCarthy

Aquello era totalmente inesperado y le hizo venir lágrimas a los ojos. Sus compañeros, sus colegas, hasta los pacientes que podían caminar se habían dispuesto en filas para despedirle entre aplausos. Todos sus compañeros decían que estaba loco, que había trabajo suficiente en la Tierra para él, que un hombre de sus características no era adecuado para el servicio, pero él opinaba lo contrario, los actos hablaban más que las palabras, y poco importaba ser mudo si eras capaz de arrancar de los brazos de la muerte a un soldado. La batalla se libraba allí arriba, en la Tierra, batallas en las que aquellos bichos golpeaban y mucha gente moría, gente buena como sus padres, gente que no había dañado a nadie. Debía ir, debía hacer su parte para que todos estuvieran a salvo, sobre todo Heather. Ella no había estado de acuerdo, de hecho se había cabreado, pero ella no había visto como descuartizaban a sus padres, había tenido una vida fácil, y aun así..... lo hacía por ella, entre otros motivos.

Quería agradecerles a todos, quería decirle que no hacían falta, que solo era su deber, pero ellos ya sabían que era hombre de pocas palabras, pocas, por no decir ninguna. Se giró en la puerta del hospital para ver a su familia y sus amigos, abrazó a los más allegados y tecleó en su comunicador unas pocas frases que salieron con voz metálica.

- Gracias....y...ahora....moved....el...culo....hay....enfermos....que....atender.

Acababa de salir de una operación y no le había dado tiempo de cambiarse. Así que, con su pijama de quirófano moteado de sangre se dirigió hacia la comandancia. Las instrucciones eran claras, debía ser puntual, sin excusas, sin dilaciones y él había apurado hasta tener claro que aquel hombre saldría de la mesa de operaciones. Quedaban solo 5 minutos para su hora, estaba a un kilómetro y había atasco, así que dejó el vehículo en medio de la carretera y salió corriendo. Aquello iba a llevar una buena multa, pero le daba igual, tenía lo suficiente para vivir y a donde iba el dinero era irrelevante, así que corrió ese kilómetro, agradeciendo el no haber dejado de hacer deporte desde la salida a la universidad y llegó a la comandancia sudoroso y con una sonrisa. Los guardias de seguridad levantaron las armas al ver la sangre y Duke sonrió con una sonrisa amistosa, se señaló la boca e hizo el gesto que no mientras llevaba la mano al comunicador despacio y escribía

- Duncan McCarthy, tengo cita.

Los soldados lo comprobaron y lo llevaron, de mala gana a un lugar para contestar preguntas. A su izquierda un puesto se iluminó y unos guardias arrastraron a un pobre chico, al que le decidó una mirada empática a la vez que una aguja le pinchaba su dedo. Se lo miró, atontado, viendo salir una gota de su sangre, entonces aparecieron un montón de preguntas, algunas muy pertinentes, clásico test de personalidad , y otras desconcertantes. Se chupó el dedo, no era cuestión de dejar el teclado lleno de sangre y empezó a teclear a ritmo endiablado

  • ¿Orientación sexual? Heterosexual
  • ¿Deporte en compañía o en solitario? Ambas
  • Continúa la siguiente secuencia numérica: 1, 3, 7, 13...19
  •  ¿Alguna vez has tenido pesadillas recurrentes durante las horas de sueño? Descríbelas. Sueño con que los bichos despedazan a mis padres cada noche. Es una bendición ser mudo, así nadie escucha los gritos
  • Tu mejor amigo está tomando sustancias ilegales. ¿Cómo actuarías? -> Le daría una patada en el culo y lo sometería a terapia, y me aseguraría que la sigue...
  • Los extraterrestres están atacando una granja, hay personas encerradas dentro del granero el cual está ardiendo, otras que están siendo devoradas, hay agentes terrestres que intentan evitar que otros civiles se acerquen a la zona pues es muy concurrida. Tú eres un soldado espacial, ¿qué haces? -> Me falta información. Si soy el único soldado espacio abrir fuego contra los extraterrestres, si hay más rescatar a los del granero. Los que están siendo devorados están muertos, esos cabrones son muy rápidos matando
  • Dispararías a un amigo que se salta una orden? No, le haría un placaje que desearía no habérselas saltado

Una y otra pregunta fueron contestadas analíticamente y con sinceridad. Habían algunas que iban a pillar, claramente, otras que eran contradictorias, pero las respondió, cruzando los dedos para no haber metido la pata. Lo condujeron a una sala de espera y escuchó la cháchara de todos con cierta intranquilidad. Se había machacado en el gimnasio para estar en forma, se había preparado psicológicamente y era médico, esos siempre fallaban, pero la sensación de estar a punto de fallar le producía dolor de estómago. Era su única oportunidad, con 30 años era ahora o nunca, así que cuando dijeron se le escapó un suspiro de alivio. Allí una mujer atractiva, aquello del ejército empezaba bien, les dio unas instrucciones para la selección del Domo 12, fuera lo que fuese eso. Su nombre estaba en la lista, así que se dirigió hacia uno de esos tubos de transporte y siguió a los que iban con él intentando no llamar la atención. Llegaron a una sala que parecía otra sala de espera, más cómoda y menos concurrida, y allí no había rastro de mandos. Tendrían que esperar, o tal vez era otra parte de la prueba, no lo sabía. Se sentó, se giró hacia la derecha con una sonrisa honesta y tecleó en su comunicador antes de extender la mano. Lo siguiente lo dijo una voz metálica desde su comunicador.

- Soy Duke......médico..... vaya...locura....eh?.... como...te...llamas?

Notas de juego

Y si alguien quiere recoger el guante que lo recoja, y si no..espero que la máster me mande a un pnj aleatorio o voy a quedar muy ridículo con la mano extendida sin que nadie me la estreche xDDD
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27/03/2021, 14:02
+Mikhail Kurik+

Mikhail había recibido el mensaje, de la prueba de actitud psicológica, mientras se encontraba ejercitándose como hacía la mayoría de los días de la semana. No le había sorprendido demasiado, no cuando el joven no carecía de confianza sobre sí mismo. Aquello había estado dentro de sus expectativas, y, como era de esperar, no había sido decepcionado. Por otro lado, tampoco había sido una decepción para su padre, quien ciertamente había esperado ese resultado por parte de su hijo. No así su madre, la cual, en el fondo, habría deseado que su hijo no fuera seleccionado, principalmente por los peligros que aquello implicaba para su progenie. Nadie le aseguraba, a la ex cantante de ópera, que su hijo regresaría con vida de alguna misión futura, si es que quedaba como Soldado Espacial. No obstante, la realidad era otra, y a Mikhail le habían otorgado la posibilidad de presentarse a lo que podría ser su carrera profesional en el futuro… algo que no hizo más que alimentar su orgullo en aquel instante.

Como era de esperar, el joven no dudó mucho en arribar a su destino, en el día establecido por el mensaje que había recibido. Nada de aquel proceso le había cogido por sorpresa, principalmente porque su padre era un Soldado Espacial, como Mikhail aspiraba a ser. De todos modos, la muestra de sangre había sido algo que no le había preocupado en demasía, teniendo en cuenta que el joven no consumía sustancias ilegales, e incluso no acostumbraba a beber bebidas alcohólicas, al menos no en exceso o de manera frecuente. Para él, el cuerpo era algo que debía de mantenerse en buen estado, un templo sagrado, algo que su padre le había grabado a fuego en su mente desde muy joven. – Pobre idiota. – Susurró con cierto desprecio, en el momento en el que los soldados aparecieron para llevarse a aquel desafortunado aspirante. Se lo tenía merecido por no percatarse de la situación en la que se encontraba. ¿Quién demonios iría drogado a un maldito test psicológico? Sólo un idiota. O eso fue lo que Mikhail pensó en aquel instante.

Sea lo que fuera, el momento de las preguntas había llegado, y el joven se quedó mirando algunas de las mismas con una expresión de completa seriedad. Algunas buscaban jugar con su cabeza en demasía. No hacía falta ser un genio para saber que algunas de ellas eran una buena trampa.

¿Qué color prefieres de todos los que existen?

Azul. Como corresponde.

¿Prefieres medicación oral o venérea?

Oral. Como corresponde.

Orientación sexual

Me gustan las mujeres. Como corresponde.

¿Qué tipo de mascotas te llaman más la atención?

Perros. Leales y buenos compañeros. Como corresponde.

Supuesto práctico: Un día descubres que tu padre es un rebelde que actúa contra el gobierno y la Comandancia General. ¿Cómo procederías?

Informo a mis superiores y le entrego. Como corresponde.

¿Soda, aguardiente o vino?

Agua. Como corresponde.

Tu mejor amigo está tomando sustancias ilegales. ¿Cómo actuarías?

Quemo la maldita basura y le entrego a las autoridades. Como corresponde.

Los extraterrestres están atacando una granja, hay personas encerradas dentro del granero el cual está ardiendo, otras que están siendo devoradas, hay agentes terrestres que intentan evitar que otros civiles se acerquen a la zona pues es muy concurrida. Tú eres un soldado espacial, ¿qué haces?

Convertir a los extraterrestres en malditos coladores. Como corresponde.

 

Algunas preguntas habían sido sencillas. Otras no tanto. No había duda de que algunas de ellas habían sido una trampa, si bien no había estado seguro, en todo momento, sobre cuál habría sido la respuesta correcta, a pesar de la típica mierda psicológica de “no existen respuestas incorrectas”. Una puta mierda. Nadie se creía esa basura, o al menos no él. No obstante, luego de lo que habría parecido una eternidad de espera, la presencia de una bella mujer atrajo su atención de inmediato. No por lo atractiva que era, incluso si aquello habría sido un buen factor, sino por lo que la misma representaba. Su mirada no tardó en desviarse a la pantalla, para luego comprobar que había sido seleccionado. Estaba dentro. Nada sorprendente… ¿quién no le habría aceptado? Pobre del idiota que no lo hiciera. Habría perdido un excelente soldado.

Con una amplia sonrisa de satisfacción, el joven entró a la sala de espera, su mirada repasando a cada uno de los presentes. Algunos no parecían prometer gran cosa, otros… era posible que fueran algo más del promedio, y al menos había un par de chicas atractivas. Sea lo que fuera, lo que importaba, era que había sido seleccionado. No obstante, su atención no tardó en desviarse a un bicho raro que había optado por dirigirle la palabra… con un maldito aparato y una voz electrónica. Tan sólo le miró. Una mirada gélida de pocos amigos. Continuó mirándole, mientras el sujeto mantenía la mano levantada hacia él. – Mikhail. – Fue lo único que dijo, antes de darle la mano. Era médico, con eso le bastaba. Estrechó su mano con normalidad, sin hacer demostración de fuerza. No era el mejor para hacer amigos, pero los médicos eran sagrados en la clase de profesión que pretendía seguir. Tras ello, soltó su mano, y volvió a mirar hacia el frente. El intercambio había terminado, o al menos eso creía.

 

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27/03/2021, 14:53
Martín A. Ruiz

A pesar de que había retrasado por unos años el postularme para el reclutamiento, hoy sería el día. Mi padre decía que a veces no valía la pena el postularse apenas podía ya que a menos de que te hayas preparado desde una temprana edad, era normal que no te aceptaran, por ello fue que a partir de los 17 fue cuando conseguí algunos trabajos con la empresa minera de Vulcan, la misma en donde trabajaba mi padre allá en nuestro hogar: Ignis. Arreglaba los equipos, desde cosas más pequeñas como tratar de reparar los generadores cuando se descomponían y a medida que conseguía más experiencia formaba parte de proyectos "más pesados".

Con el paso del tiempo seguí tratando de mejorar mi expediente personal, poder mostrarme como alguien de valor, y cuando finalmente era momento fue cuando envié el mensaje desde mi comunicador, para un mes después, tal y como esperaba ser aceptado para las pruebas. Esa noche celebramos mis padres, mi hermana menor y yo, y claro, mis otros hermanos también tenían una razón para alegrarse por mí, en definitiva fue una buena noche, pero el día siguiente tomaría un vuelo hasta Tierra, con suerte para pasar un tiempo con mis hermanas antes de la fecha de la cita.

Como siempre estaba confiado, lo que eran Máximo y Edgar, al igual que mi padre no paraban de decirme sus experiencias, de darme algunos consejos como ir vestido de manera formal, pararme firme y erguido y diciéndome un poco como fueron las preguntas que ellos respondieron, que a pesar de haber pasado por la prueba desde hace unos años, de seguro habría algún cambio o algo parecido. Y así cuando finalmente era el día, los nervios empezaban a aparecer. Me levanté desde las 4 de la madrugada (O más bien me despertaron), me di un baño, me vestí lo mejor posible y también me peiné, para así luego ir hasta la Comandancia. Sentía un cosquilleo constante en las manos (aunque tal vez era mi imaginación), miraba a los lados con nervios, como si sintiera que me vigilaban desde el primer momento que salí desde el apartamento de Julia, como si acaso no quisieran perderse lo más mínimo de mis acciones. Todo era unos nervios contantes, como en pequeñas dosis que a veces incrementaban o disminuían, como cuando hay una gotera que siempre va cayendo gota y gota, aunque de pronto caen dos, algo por el estilo.

Una vez al frente, finalmente tomé un gran bocado de aire, apretando en mi mano la pequeña libreta de cuero negro y con una obvia apariencia vieja, antes de soltar un gran suspiro y entrar hacia la puerta principal. Hablé con la recepcionista, seguí sus indicaciones y finalmente acabé en una de las salas de prueba que tenía mi apellido. Fui hasta mi puesto, coloqué mi dedo, y fue en ese momento del pinchazo cuando finalmente me permití a mi mismo hablar. -¡Carajo!... Ngh, muy astuto.- Murmuré por lo bajo antes de notar como unos guardias entraban, dándome cuenta de toda la situación y como escoltaban a un sujeto. -Ufff... Pobre chico.- Hice una leve mueca, pero luego solo me encogí de hombros mientras me llevaba el dedo a la boca y chupaba un poco la herida, mientras pasaba el dolor del pinchazo, y cuando dejara de ser una molestia fue cuando empecé a escribir en el ordenador con ambas manos las respuestas de las preguntas.

  •  ¿Alguna vez has tenido pesadillas recurrentes durante las horas de sueño? Descríbelas. "No tengo pesadillas recurrentes"
  • ¿Qué color prefieres de todos los que existen? "Naranja"
  • ¿Existe algún hecho que te provoque miedo? ¿Cuál? "No puedo pensar en alguna en este momento, pero puede que tenga una"
  • ¿Prefieres medicación oral o venérea? "Oral, ya que la palabra venérea se utiliza para hacer referencia a las ETS"
  • ¿Has deseado la muerte a alguien? ¿Quién? ¿Por qué? "No he deseado la muerte a alguien"
  • Orientación sexual "Heterosexual"
  • ¿Realizas deporte sólo o acompañado? "Cualquiera de las dos me parece bien, depende de mi humor"
  • ¿Qué tipo de mascotas te llaman más la atención? "De donde vengo es difícil poder conseguir una mascota, pero me llaman la atención los perros y las aves"
  • Continúa la siguiente secuencia numérica: 1, 3, 7, 13... 21

Iba respondiendo pregunta tras pregunta, de seguro algunas tenían su razón, pero otras parecían un tanto disparatadas, o acaso no encontraba la relación entre la razón de esta prueba y la pregunta como tal. Al terminar finalmente me levanté del asiento, algunos ya lo habían terminado antes, pero estaba contento de no haber sido el último. -Pues si acaso también toman en cuenta el tiempo, al menos no estaré tan detrás...- Dije de nuevo en voz muy baja, más para mi mismo mientras era llevado hasta aquella inmensa sala de esperas con muchas otras personas que realizaron la prueba, con diferentes de edades y etnias, mirando al nuevo que acababa de llegar con ansias, solo para darse cuenta que se trataba a otro más como él para así perder todo su interés.

Si en la prueba para contestar las preguntas ese nerviosismo lo perdí, esos nervios volvieron a aparecer con el tiempo, reptando por debajo de mi piel, desde mi cabeza con aquellas preguntas de si acaso sería suficiente para formar parte de este grupo, arrastrándose ahora por todo mi cuerpo con una reacción en cadena, manifestándose en emociones como la ansia, el miedo, desesperanza e incertidumbre. Pero para callarlos lo mejor que hice fue irme hasta una pared, apoyarme en ella y escuchar algo de música, con solo un auricular puesto mientras sacaba la libreta de uno de los bolsillos de traseros de mis jeans para así empezar a dibujar algo. Pasaba página tras página, pasando de muy feos y simples dibujos de algunos mecanismos simples... Pasando por dibujos iguales pero no tan simples de cosas más complejas, de diseño de algunas armas o vehículos que simplemente se me ocurrían y empezaba a garabatearlos, sin pensar mucho en la lógica de como podrían funcionar a veces para así abandonar la idea, y con una página donde solo había hecho algunos dibujos pequeños para así llenar el resto de la hoja, algo simple como el pequeño habitáculo donde respondía las preguntas de la prueba, tratando de replicarlo con mi mejor memoria, pero en mitad del dibujo fue cuando llegó la Sargento Grey. Rápidamente cerré la libreta, la guardé, detuve la música y me quité el auricular, prestándole toda mi atención a sus palabras... Aunque también al ser alguien guapa igual y le perdía ligeramente el hilo de la conversación, pero todo quedaba claro como para preocuparme por no entender algo de lo que dijo.

Esperaba impaciente, cruzado de brazos y con la mirada muy fija sobre el monitor, con el corazón latiendo con muchas ganas mientras esperaba a ver mi nombre o mi apellido allí en la pantalla, esperando, esperando y esperando, respirando despacio mientras todos esos sentimientos me carcomían por dentro... Y entonces apareció. Mi ritmo cardiaco empezó a disminuir y me permitía a respirar bien, tratando de calmarme mientras daba cada paso hacia aquel ascensor. Llegados hasta aquella sala de esperas me permití a mi mismo relajarme, sentándome justo en la mitad de aquel sofá, estando de frente a la puerta que sería lo primero que mirarían las personas al entrar. Sentí ahora un cansancio que aparecía, como algo acumulado desde la mañana mientras me recostaba, apoyando mi cabeza contra la pared de atrás por unos segundos hasta de volver a sentarme bien, mirando a cada uno de los que estaban allí y a quien iba llegando a pensar si acaso debería de hablar con alguien, pero de momento... De momento no.

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27/03/2021, 15:57
René Carracci

Hacinamiento. Aglomeración. Muchedumbre. Ya habían advertido a René de que las cosas iban a ser distintas, que ahora debía acostumbrarse a estar rodeado todo el rato de una multitud de extraños. «No te van a dejar solo ni para ca...», le había dicho el padre de su amigo Orestes. Recordaba la risa de Orestes: «Este panoli, rodeado de desconocidos: imagínatelo teniendo que hacer amigos, jajaja». Efectivamente, el transbordador que lo llevaría a la Tierra ya venía cargado de pasajeros: debían haber hecho unas cuantas paradas antes, pero desde la suya el transbordador seguía directo a la Tierra sin más paradas. Se acomodó en el único asiento libre que vio, junto a un muchacho que tenía cara de muchos amigos («demasiados amigos», pensó René, quien nada más sentarse sacó su cuchillo, un trozo de madera y se concentró en tallar alguna forma para evitar la conversación que el otro parecía querer darle). Al rato se percató de que ese muchacho, quien claramente no quería pasar el viaje en silencio, había recurrido a conversar con una chica que estaba sentada junto a él.

La sensación de aglomeración continuó una vez en la Comandancia, rodeado del resto de candidatos y de los numerosos soldados que llenaban los laterales de los pasillos y las distintas estancias. Hicieron pasar a los candidatos a un aula llena de puestos informáticos con la orden de tomar asiento; René se sentó en un puesto vacante, en cuya pantalla apareció un largo cuestionario después de que un escáner lo identificara a través del chip cardíaco. Antes de empezar a contestar, sin embargo, vio que un par de soldados se llevaban esposado a uno de los candidatos y la muchacha que estaba en el puesto contiguo a René susurró: «Ese venía drogado... cómo se le ocurre». En el puesto del otro lado, un muchacho musculoso de pelo alborotado simplemente dejó escapar una silenciosa risa burlesca, un bufido por lo bajo: «Pobre idiota», le pareció a René que murmuró entre dientes ese chico, con evidente desprecio. Después, se concentró en su cuestionario:

«¿Alguna vez has tenido pesadillas recurrentes durante las horas de sueño?». Sintió una punzada en la cicatriz de su muslo al recordar las pesadillas con el Minotauro, el cual a veces revestía la forma de su propio padre... «No, nunca», respondió.

«¿Existe algún hecho que te provoque miedo?». Pensó de nuevo en toda la gente que lo rodeaba ahora, hacinamiento, aglomeración, muchedumbre, tener que hacer nuevos amigos, pensó en los pocos que había dejado en casa, en la calma de los bosques y en los años que le esperaban en Protect si pasaba la prueba psicológica... «Nada en especial», respondió.

«Tu mejor amigo está tomando sustancias ilegales. ¿Cómo actuarías?». A su mente vino la imagen de las noches de caza con Orestes, los dos fumando hoja de ozalia tumbados al raso bajo las estrellas, mientras soñaban con el espacio exterior y reían al imaginar alienígenas explotando... «Indicarle que su actuar es ilegal y que debo denunciarlo», respondió.

«¿Soda, aguardiente o vino?». En su boca sintió casi instintivamente el exquisito sabor del licor de hierbas lacustres de Hydria, recordó la petaca de piel siempre en el bolsillo en las marchas por el bosque y, sobre todo, el último sorbo que dio aquella noche en el Festival de las Luces Eternas antes de salir rumbo a su reclutamiento; nunca lo olvidaría... «Intento evitar toda bebida alcohólica», respondió.

«Tu oficial al mando te ordena ejecutar a un grupo de civiles de tu planeta nativo, pues han sido declarados culpables de sedición en un juicio sumario. ¿Qué haces?». Pensó en los ojos de sus amigos, conocidos y familiares en Hydria, pensó en miradas suplicantes, pensó en la posibilidad de que fueran inocentes o de que su causa pudiera ser justa... «Ejecuto las órdenes según lo solicitado».

Una vez que hubo contestado el cuestionario completo y se puso en pie, lo condujeron a una sala de espera. Hacinamiento. Aglomeración. Muchedumbre. «Ok, René, calma», pensó mientras se apretujaba entre los cientos de candidatos que debía haber en esa sala. Sintió ganas de sacar su cuchillo para seguir tallando una maderita y así matar el tiempo y la ansiedad, pero había dejado sus efectos personales en una casilla de correo personal antes de dirigirse a la Comandancia («Si hay algo que quieras conservar, no se lo des a ellos», le habían aconsejado en casa). Al rato apareció una mujer uniformada que se presentó como la Sargento Grey y les dio instrucciones: selección de candidatos, Domo 12, control de seguridad... el pecho de René resonaba tan fuerte que casi no escuchaba las palabras de la Sargento. Después de un rato y varios nombres, René vio el suyo en la pantalla; su corazón explotó, pero su cuerpo no hizo ni un solo gesto que demostrara esa alegría: simplemente se dirigió hacia uno de los ascensores con paso firme y se introdujo; desde allí observó los numerosos rostros que dejaba atrás entre la muchedumbre de candidatos, ansiosos, expectantes o doloridos, antes de que el ascensor se elevara y lo hiciera desaparecer de la vista del resto.

El ascensor lo dejó en otra sala, esta vez mucho más pequeña, en la cual había ya otros candidatos que habían sido nombrados antes. Entre los candidatos que estaban en esa sala vio al muchacho musculoso que se había reído burlescamente del “pobre idiota” drogado, quien parecía estar entablando conversación con un hombre vestido con... ¿ropa ensangrentada? «Oh, ok, supongo que esto es así a partir de ahora», pensó René. También vio entre los candidatos al muchacho “con cara de demasiados amigos” con el cual había compartido transbordador para llegar a la tierra: de hecho, estaba hablando con la misma chica con la cual se había pasado el viaje a la Tierra conversando (René imaginó que esos dos ya se habían hecho amigos). El muchacho levantó la vista y vio a René, con un respingo de satisfacción: lo había reconocido él también y a René le pareció que el chico hacía un gesto con la mirada y la cabeza, como si estuviera invitándolo a unirse a ellos. René se acarició despacio la parte del cinturón en la que habitualmente llevaba su cuchillo, extrañando el vacío que allí había ahora, extrañando la posibilidad de concentrarse en la simple tarea de tallar formas en la madera para no tener que hablar con desconocidos. Pero esta vez parecía que no iba a ser posible evitarlo y se resignó cuando vio que los dos se le aproximaban...
 

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27/03/2021, 16:23
Eylo Yilmaz

El viaje hasta la Tierra había sido casi una aventura. Eylo jamás había estado en el mundo natal de la humanidad, y apenas había visitado el sistema solar en un par de ocasiones por operaciones de salvamento rutinarias cerca de la órbita de Plutón. El capitán Cade le hablaba de cómo era la Tierra, de su azul, de su historia, de su leyenda.. cosas que eran prácticamente mitos en los cielos rojos de Eridani.

Hemos llegado —anunció con cierta inquietud desde el principio de la rampa de desembarco del Rust Walker, lo había bajado centenares de veces, pero ahora sentía que iba a hacerlo por última vez. Estaba a tiempo de renunciar, de volver a esa vida dura, pero libre. Estaba paralizado, y volvió la mirada hacia Cade Kimball, capitán y figura paterna para Eylo, que apoyó su mano en el hombro y le asintió sin decir nada.

Es un hasta pronto, capitán —dijo con formalidad, pero esta se deshizo cuando Kimball abrazó al que había sido su primer oficial y, luego, una suerte de hijo que había guiado durante casi diez años —. Hasta pronto.

Cuando la Rust Walker despegó dejando a Eylo en Tierra sintió un mareo creciente en el estómago, también una presión. No sabía si era por la gravedad o por los nervios, pero la opción de que fuera un cóctel de ambas cosas era bastante probable. Allí estaba él, un joven de los confines del espacio humano, ataviado con un mono de trabajo azul y una mochila con sus enseres personales en el hombro. Miró al cielo azul con asombro, y tomó en su mano el colgante en forma de bala, para cuando miró a su alrededor se podría decir que estaba más perdido que un pingüino en el desierto.

Le costó ubicarse, se mareó incluso. Llevaba como diez meses en el espacio, y el horizonte le confundía un poco. Se guió por las indicaciones, y preguntó sin rubor la dirección hacia la Comandancia. Cabe decir que todos le miraron como un bicho raro, en el mejor de los casos, y como un paleto de frontera en el peor. Aunque estaba acostumbrado a los usos militares por haber pasado unos años en uno de los orfanatos-escuela de la Comandancia, todo eso le venia grande, muy grande.

Una cosa era segura. Ya no estaba en Eridani.

********

Ya sentado en su habitáculo para la prueba, Eylo cedió a la curiosidad mirando a los inmediatamente más cercanos a él. Se ganó una mirada reprobatoria de un militar que estaba vigilando, cosa que le hizo volver la mirada a su monitor. No se esperó el pinchazo, y aunque retiró la mano como acto reflejo, no es que fuera un dolor terrible. Pero las preguntas, céntrate en las preguntas, se dijo a si mismo. Tomó el colgante con cariño, murmuró algo para si, y empezó a responder.

  •  ¿Alguna vez has tenido pesadillas recurrentes durante las horas de sueño? Descríbelas.
  • Me veo solo en medio de la oscuridad del espacio, sin traje. Flotando delante un planeta ocre. Puedo respirar en el vacío, pero cuando me lo cuestiono empiezo a ahogarme.
  • ¿Qué color prefieres de todos los que existen?
  • El rojo.
  • ¿Existe algún hecho que te provoque miedo? ¿Cuál?
  • La pérdida de alguien querido.
  • ¿Prefieres medicación oral o venérea?
  • Entiendo que la oral.
  • ¿Has deseado la muerte a alguien? ¿Quién? ¿Por qué?
  • Sí. A los terroristas que matan a gente inocente. A los fanáticos religiosos de los Luceranos.
  • Orientación sexual
  • Heterosexual.
  • ¿Realizas deporte sólo o acompañado?
  • Solo.
  • ¿Qué tipo de mascotas te llaman más la atención?
  • Los gatos.
  • Supuesto práctico: Un día descubres que tu padre es un rebelde que actúa contra el gobierno y la Comandancia General. ¿Cómo procederías?
  • Mi padre murió defendiendo a los suyos hace veinte años. No creo que hiciera eso.
  • ¿Soda, aguardiente o vino?
  • Soda.
  • Tu mejor amigo está tomando sustancias ilegales. ¿Cómo actuarías?
  • Le ayudaría a superar su adicción.
  • El de la derecha está mirando tus repuestas. ¿Has mirado inconscientemente hacia él?
  • Sí.
  • Consigues ser aspirante en Protect y hay un compañero que pretende desertar. No hay ningún mando a quien puedas pedir ayuda, indica paso a paso tu actuación.
  • Trataría de razonar con él. Por qué quiere desertar. Le convencería de que no lo hiciera y hablara con sus superiores de su situación.
  • ¿Denunciarías a un mando que está haciendo abuso de su poder?
  • Sí. Esa clase de mandos no merece su puesto.
  • Los extraterrestres están atacando una granja, hay personas encerradas dentro del granero el cual está ardiendo, otras que están siendo devoradas, hay agentes terrestres que intentan evitar que otros civiles se acerquen a la zona pues es muy concurrida. Tú eres un soldado espacial, ¿qué haces?
  • Tratar de rescatar a las personas encerradas.
  • Continúa la siguiente secuencia numérica: 1, 3, 7, 13...
  • 21
  • ¿Qué tipo de misión te gustaría que te fuera asignada durante tu período de formación?
  • Misiones de exploración espacial.
  • ¿Qué vuela sin alas y sus tentáculos son venenosos?
  • ¿Un pulpo alienígena en gravedad cero? No lo sé.
  • ¿Serías capaz de chivarte de un compañero? ¿Ante qué motivos?
  • Depende de la gravedad de lo que esté haciendo. Si pone en riesgo al equipo es un deber. Si solo se expone él, tratar de ayudarlo a depurar su problema.
  • ¿Dispararías a un amigo que se salta una orden?
  • No, no lo haría. Trataría de evitar que lo hiciera, saber por qué.
  • Tu oficial al mando te ordena ejecutar a un grupo de civiles de tu planeta nativo, pues han sido declarados culpables de sedición en un juicio sumario. ¿Qué haces?
  • Si han sido declarados culpables, lo haría.

Eylo no estaba acostumbrado a esos cuestionarios. En la frontera todo era más sencillo y directo, sentía un poco de ansiedad por si las respuestas que había dado eran las correctas. No sabía si había preguntas trampa, sorpresa o con doble sentidos que él pudiera apreciar, pero trató de responder con sinceridad. Algunas preguntas eran un poco hirientes para él, pero comprendía que dejarlas en blanco no era una opción y mentir sería ser deshonesto. Pero a juzgar por lo que sucedió a continuación, pareció acertar en su enfoque.

********

Para cuando fue llamado, Eylo estaba encogido en su asiento con las manos juntas y mirando al suelo. A pesar de que llevaría un par de horas en la Tierra, la presión de la gravedad le estaba agotando. Daba profundas bocanadas de aire, exigiendo a sus pulmones que trabajaran con ahínco. Para cuando la sargento Grey se presentó ante ellos y vio su nombre en el monitor se tensó de nuevo, hizo de tripas corazón y se puso en pie, en dirección al ascensor.

Dentro de la nueva estancia dedicó un tiempo a ubicarse, miró a los presentes, a quienes serían sus compañeros los próximos dos años. Recordó las palabras de Kimball en su cabeza, de ser un poco menos Yilmaz y un poco más Eylo. Pero no se hubiera esperado que su primer encuentro con alguien fuera con un tipo con bata ensangrentada y voz robotizada.

¿A quién has matado antes de venir aquí? —soltó con una sonrisa leve, dándole la mano después de que lo hiciera Mikhail, a quien también asintió —. Eylo, encantado Duke. Soy.. bueno.. ¿cómo lo llamáis en la Tierra? Un chatarrero —y es que el trabajo de Eylo no era especialmente apreciado. Muchos definían a las naves de salvamento como carroñeros espaciales, y chatarrero era lo más leve que podía escuchar sobre su, ahora ya, antigua profesión.

Tampoco es que su pinta ayudara. Un mono de trabajo azul, que aunque se había intentado lavar, las marcas del desgaste no se podian disimular. En la espalda figuraba el nombre de la nave: "Rust Walker". Tras una nueva mirada a los presentes, se quedó un poco parado al ver a una de las seleccionadas*. Quizá se pasó de más mirándola, pero la cara que puso Eylo fue de haber visto una suerte de aparición. Carraspeó para si, y siguió saludando a los presentes resistiendo las ganas de vomitar por la presión mental y física que sentía aun.

Notas de juego

*Narel Dotter.

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27/03/2021, 19:49
Einar Andersen

Einar era un muchacho afortunado dentro de sus circunstancias y él era plénamente consciente de ello y lo agradecía abiertamente. Pese a que podría haberse convertido en un chaval mimado y mal educado al crecer en una boyante colonia tecnológica en el seno de una familia bastante desahogada económicamente, el caracter del muchacho acabó por decantarse hacia el lado de la responsabilidad y obediencia quizá gracias al constante bombardeo recibido por parte de los canales publicitarios del ejército, incrustados en todos los estamentos del ocio audiovisual y educativo.

Sus padres no fueron militares, pero el haber trabajado ambos ocupando posiciones de responsabilidad en empresas tecnológicas especizadas en producción y creación de aeronaves militares por parte de madre y municiones medias y pesadas por parte de padre le habían acostumbrado a sentirse cómodo en un ambiente militarizado y estricto, por lo que todo eso, sumado a su habilidad aparentemente innata para el pilotaje le hacían un candidato idoneo para la carrera militar. Y una cosa era el entrar en el ejército, algo que tenía por certeza el joven y otra muy diferente el lograr ocupar una de los escasísimas vacantes en el Space Force, lo que se había convertido en la meta de su vida.

Por eso había estado preparándose desde los 16 años para ser  un candidato plausible al programa. Se había apuntado a academias específicas de preparación, había compaginado su formación como piloto civil con estudios de ética militar, historia marcial, lógica, teoría del liderazgo..., así como había tratado de pulir su físico medicore tanto como le fue posible, puesto que sabía que un buen candidato podía quedar a las puertas de la selección si no era capaz de lograr unas marcas aceptables en las pruebas.

Einar llevaba dos meses en la Tierra. Sabía que el cuerpo humano podía tardar algún tiempo en adaptarse plénamente a un planeta nuevo y había querido anticiparse a eso. Había estado pasando los días estudiando y  saliendo a correr y aquello que había llegado a parecer tan absolutamente lejano se encontraba ahora justo delante de él, a tocar de dedos.

El joven piloto apretó los puños, alzó la vista para contemplar en todo su esplendor la fachada del edificio de la Comandancia, y entró con paso decidido.

No le costó demasiado encontrar el lugar de identificación ni llegar al aula, donde se sentó en el primer lugar libre que vió.

Se sabía preparado, pero eso no era impedimento para que su corazón latiese algo más rápido y fuerte que de costumbre; no por nada llevaba 9 años trabajando para ese momento.

Se dejó identificar y pinchar dócilmente y no pudo disimular un gesto de absoluto desprecio ante el candidato que había sido detectado con drogas en su organismo.

Tras la burocracia inicial,las preguntas empezaron a aparecer  en la pantalla y él las fue respondiendo con bastante agilidad. Muchas iban dirigidas a medir el nivel de tolerancia a las órdenes de los aspirantes. Ya había leido acerca de eso en la Red y le habían advertido los instructores de las academias a las que había asistido. "Debéis responder con sinceridad, no lo que creeis que quieren que respondáis" Le hizo gracia recordar aquella cita tan repetida en las clases, puesto que estaba bastante seguro que en su caso ambas cosas iban bastante de la mano. Sonrisa que desapareció de golpe al encontrarse aquella pregunta oculta tras la metáfora. 

¿Qué vuela sin alas y sus tentáculos son venenosos?

Los labios de Einar se aplanaron justo antes de dibujarse un gesto de disgusto en su rostro.

-La corrupción- escribió, absolútamente convencido de sus palabras, puesto que en su idealizada visión del ejército, solo los más viles y despreciables utilizaban una institución tan noble y necesaria para el beneficio propio.

Apenas sin darse cuenta se acabaron las preguntas. Y sin tiempo para ser consciente de lo fácil que le había parecido la prueba, ya se encontraba frente a aquellos monitores a los que había hecho referencia la Sargento Dunne Grey, presencia de la cual había provocado que Einar se pusiese más firme que cualquiera de los soldados presentes, con una posición corporal digna de los manuales de formación.

Los nombres fueron sucediéndose uno tras otro hasta que finalmente pudo leer con claridad "Einar Andersen". Aquello hizo que se le secara la boca de golpe y le pareciese que se le detenía el corazón. Tras unos pocos segundos de procesamiento, se afanó en dar un paso al frente, erguido como un ciprés, para dirigirse a paso ligero hasta el control de seguridad previo al ascensor, que le llevó a una sala donde se encontraban los aspirantes que habían sido llamados antes que él. Tras comprobar que no había ningún militar en la sala, relajó algo su postura y saludó a los presentes con un movimiento de cabeza acompañado de un -Buenos días.

Luego se quitó del paso de salida del ascensor, quedándose de pie en posición de "descansen", dando la espalda a la pared y contemplando con aire curioso al resto de los presentes.

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27/03/2021, 22:05
Daya Banerjee

Se detuvo a relativa distancia de la comandancia, observando el precioso edificio enmarcado por aquel cielo de un azul tan intenso que la tenía encandilada desde que se había bajado del transporte que la había dejado en la Tierra hacia escasos minutos.

Había llegado justo esa mañana y con el tiempo suficiente de admirar aquel cielo claro sobre ella, el aire limpio y lleno de olores extraños para ella. Se fue fijando en todo y en todos los que se cruzaba, dándose cuenta de todas las diferencias entre su mundo y el del origen de su especie. Se preguntó cómo sería vivir en aquel planeta en el que caminar y respirar era tan sencillo. Cómo sería volar por aquel cielo tan nítido sin ningún peligro y con visión clara hasta el horizonte. Sintió nostalgia y deseó poder hacerlo aún sabiendo que sería imposible en esos momentos y volviendo a visualizar como su nave volaba por los aires envuelta en una bola de fuego. Más de una vez desde que había bajado del transporte que la había llevado a la Tierra su mano había intentando comprobar que llevaba consigo la máscara filtrante y, al no descubrirla atada a su cinturón, su corazón había saltado desbocado al descubrir un error tan grande en la seguridad. Pero, solo un segundo después, su cerebro le recordaba que allí no le haría falta. Así que su corazón volvía a latir con normalidad pero sin que una leve sensación de desnudez la dejara tranquila. Costumbres de toda una vida no se dejaban a un lado tan fácilmente en minutos.

Mientras se acercaba a la comandancia pensaba en lo que había dejado atrás. Pero no sentía pena, ni dudas, solo expectación. Sabía que en su planeta no tenía futuro a corto plazo y que su futuro y el de su familia pasaba por sus decisiones. Había apostado fuerte y lo había hecho sola. Había intentado convencer a su hermano mellizo de que fuera con ella, pero no lo había conseguido. El había tomado su decisión y era normal que sus caminos se separaran en algún momento de sus vidas. Ese momento había sido unas semanas atrás, él ni siquiera sabía que estaba allí ese día, había sido todo tan rápido que no había tenido tiempo de avisarle y, además, no quería preocuparle porque sabía que aquella era su primera excursión sola fuera de su planeta natal. Sus padres se habían sorprendido al escuchar sus planes, de hecho tardaron un par de días en preguntarle algo al respecto después de darles ella la noticia de que había pedido entrar en la Armada. El resto de su familia también se sorprendió con su decisión. Abuelos, tíos, primos, el resto de sus hermanos… Ella era la primera de toda la línea familiar que decidía emprender camino sola, lejos de casa e intentar entrar en la Armada, algo tan diferente a lo que siempre se había hecho en la familia. La fiesta de despedida fue grandiosa, todos juntos y felices, como hacía meses que no sucedía. Y no importaba si ella conseguía ser aceptada o no, lo que importaba es que lo intentara. Así era su familia. Su abuelo le había hecho prometer que volvería cuando tuvieran de nuevo tiempo de comprar otro nuevo transporte aéreo para retomar el trabajo que ella había estado desempeñando hasta semanas atrás, pero ambos hablaron de que, para eso, debía pasar aún mucho tiempo y ella no sabía donde iba a estar llegado ese momento. Ella no podía prometerle nada, el futuro diría. El lo entendió pero no por eso perdió la esperanza de verla de nuevo montada en una de esas naves que surcaban los aires sin que él entendiera como podían hacerlo, ni ella pudiera pilotarlas,  y floreciera de nuevo la empresa familiar, recuperando todo lo que habían perdido en el ataque de los Skullreps al asentamiento.

Así que allí estaba por fin, delante de aquel soldado que le leyó su identificación anclada en su pecho y la dejó pasar al interior de las instalaciones, al igual que otras muchas personas que la adelantaban nerviosos unos, rápidos otros, decididos la mayoría. Todos en silencio, todos desconocidos, todos buscando un futuro.  Había pensado que era muy probable que se perdiera en aquel lugar desconocido, pero todo estaba muy bien organizado y llegó sin problemas al lugar reservado para ella. Antes de tomar asiento, echó un vistazo discreto alrededor y vio como todos los asientos se iban llenando poco a poco. Los nervios se palpaban en el ambiente, y ella se los sentía en su interior, como si tuvieran vida propia. Pero respiró hondo, no tenía sentido ponerse nerviosa, no tenía que dejarse llevar por el ánimo de los que la rodeaban, solo tenía que preocuparse de hacerlo bien y conseguir esa plaza. Su decisión había sido tan inesperada como rápida y no se había preparado en absoluto para aquella selección, contaba con que todos los que la rodeaban llevaban preparándose meses, quizás más de un año, así que ponerse nerviosa no tenía sentido, solo tenía que dar lo mejor de ella y esperar que fuera lo que buscaban allí. Si no era aceptada, aquello le serviría de experiencia para el año siguiente, y entonces sí tendría tiempo para formarse y prepararse a conciencia.

Tomó asiento y la pantalla validó su identidad al instante. Una vez comprobada, le desplegó un cuestionario. Más de cien preguntas. Miró por la pantalla, buscando la información del tiempo que tendrían para responderlas, pero dicha información no aparecía, tampoco ningún crono decreciente. Así que se relajó, no había tiempo marcado, le dejaban el que necesitase.

¡Vamos allá!.

  • ¿Prefieres medicación oral o venérea?   Oral, pero si el resultado de la medicación esta demostrado que es más efectiva a en vena, en vena. Cada medicación tiene su forma de administrarse recomendada y es mejor seguir la pauta correcta.
  • Orientación sexual.   Heterosexual.
  • ¿Qué tipo de mascotas te llaman más la atención?   Con las que se puede interaccionar. Yuyurcas, ayamantis, perros, gluxínidos, etc.
  • El de la derecha está mirando tus repuestas. ¿Has mirado inconscientemente hacia él?    No, es imposible que esté mirando mis respuestas, no hay ángulo de visión suficiente.
  • ¿Qué vuela sin alas y sus tentáculos son venenosos?  El miedo, la envidia, las ansias de poder.

 

Mientras que pensaba esta última pregunta por si se olvidaba algo se llevó su dedo a la boca para aliviar el resquemor del pinchazo con su saliva, vio cómo se llevaban a aquel chico de la sala. Intuía lo que había sucedido, pero no sintió pena por él. Mejor así para los que fueran aceptados, era un filtro lógico y lo agradecía. Los que formaran parte de la Armada tenían que ser personas centradas y responsables, por el bien de los de dentro y del sistema que tenían que proteger.

Conforme terminó de contestar a todas las preguntas, las indicaciones la llevaron a una nueva sala en la que iban reuniéndose todos los que habían hecho la prueba. Nunca había visto tanta gente en el mismo sitio reunida. Se sintió un poco cohibida, pequeña. Observó a los presentes, chicos y chicas musculados, serios, con paso seguro, decididos, algunos con cierto aire de grandeza que no intentaban ocultar, quizás era orgullo, quizás prepotencia al saberse con posibilidades. Otros aguardaban casi en postura militar, seguros que formados en alguna academia.  Se situó junto a una pared, observando curiosa a los que llegaban. Cada vez que alguien nuevo aparecía le entraban más dudas sobre si la idea de estar aquí era buena, si tenía algo que hacer frente a ellos. Todos se habían preparado antes, se palpaba en el ambiente, era lo normal. Además, había muchísimos más jóvenes que ella, ella estaba cercana al tope de edad y eso también jugaba en su contra. Pero ella había decidido estar allí tan rápido que no había tenido tiempo nada más que para solicitar ser admitida a pocos días de que terminara el periodo de presentar solicitudes.

De hecho, si no hubiéramos sufrido el ataque, ahora estaría llevando a la siguiente misión de investigación a su destino en el transporte aéreo, ni siquiera me hubiera planteado la posibilidad de estar optando a esta plaza hoy. Tengo pocas posibilidades reales. He pasado la primera criba, pero frente a gente preparada mis opciones se reducen. Lo intentaré lo mejor que pueda y sepa hacer y que sea lo que tenga que ser…

Solo le quedaba esperar y ver que pasaba.

Los nombres fueron apareciendo en la pantalla tal y como la Sargento Grey les había informado que sucedería. Vio subir en el ascensor a cada uno de ellos y perderse camino del Domo 12, sea lo que fuera aquello. Sin querer había ido acercándose a la pantalla lentamente, esperando ver su nombre en ella y, cuando lo leyó, se quedó de piedra. Lo leyó no una, ni dos, sino tres veces. Sonrió y se sintió flotar. ¡Era su nombre! ¿En serio? ¿De verdad? No iba a dar tiempo de que nadie allí arriba, donde fuera, se arrepintiera de la decisión, así que se encaminó hacia el ascensor, entró dentro y sintió como la elevaba a los pisos superiores rápidamente bajo la atenta mirada de todos los que aún no habían visto su nombre en la pantalla.

Ahora sí sintió como su corazón latía acelerado, ahora ya no era solamente intentarlo, ahora era luchar por que fuera realidad. Había pasado dos cribas, ahora no podía fallar, ahora sentía que tenía una posibilidad entre todos los demás y tenía claro que iba a luchar por ella. Por ella misma, por todos los que había dejado en casa.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron y salió de él antes de que volviera a bajar, se descubrió en una sala en donde reconoció las caras de los que habían subido allí antes que ella. Buscó con la mirada, pero no había nadie de uniforme, así que pensó rápido y llegó a la conclusión de que ahora tenían un tiempo de espera mientras que todos los seleccionados eran llamados y se reunían allí.  En su barrido por la sala se topó con dos chicas que parecían estar hablando y que la miraban, lo lógico después de que el ascensor trajera a una nueva persona a esa sala. Eran las más cercanas que estaban de ella y, si recordaba bien, habían subido con pocas personas de diferencia. Se acercó a ellas con una enorme sonrisa, que reflejaba cómo se sentía.

-¡Hola! Me llamo Daya. Veo que la Sargento Grey no está por aquí, supongo que tenemos que esperar nuevas indicaciones, ¿no? Por cierto, ¡enhorabuena a ambas! Aun no me creo estar aquí arriba. Domo 12. Tengo curiosidad por ver que es.

 

 

Notas de juego

Noor Joyse y Keira Lartrem

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27/03/2021, 23:39
Jim Foster

Cuando me notificaron que había sido seleccionada para la prueba de actitud psicológica di una gran fiesta con los créditos que había conseguido de la apuesta de que me iban a seleccionar frente a los que pensaban que no. Por la cantidad que gané, me entró la duda en la escasa confianza con que contaba o las pocas ganas que tenían de perderme de vista. Ciertamente no pude quejarme, más que nada porque la resaca me duró un par de días. Pero conociendo que el ejército se toma las cosas en serio, tuve que dejar como un mes y pico entre la fiesta y la prueba no fuera que no pasara el reconocimiento médico.

Así que, cuando me planté en aquel edificio que parecía una torre retorcida lo hice sumamente consciente de todo lo que acontecía a mi alrededor. En vez de preguntar en el puesto informativo, decidí como los lobos seguir al rebaño; los grandes depredadores siempre escogían la presa más débil y efectivamente, me fijé en un paleto que iba decidido a una sala y allá fui detrás. Era una sala de espera, bastante concurrida; tomé asiento tras hacerme con una botella de agua de una máquina de bebidas. Me fijé que había una especie de sitios con ordenadores donde la gente escribía, así que, cuando una chica dejó un asiento libre, para allí que me fui. 

Era como un asiento inteligente, el ordenador me registró a través del lector - mejor así, nada de aportar documentación, hay que dejar que el sistema haga su trabajo - al poco aparecieron una serie de preguntas - cotillas - miré con atención las preguntas, dudé si se trataban de preguntas con trampa, las había muy raras. Mientras las leía empecé a jugar con mis dedos sobre el teclado - está bloqueado - supuse que lo habían hecho para evitar un jaqueo en sus propias instalaciones; eso o que había pulsado las teclas que no debía.

De mi experiencia con otros trabajos donde también te hacían preguntas recordé que, cuanta menor sea la información que aportes mejor y también que ésto era como cuando te dan un instrumental, nada de hacer experimentos, siembre había que ceñirse a las instrucciones, al famoso protocolo que luego te importaba una mierda lo que dijera, pero en su momento quedaba bien mentarlo. Y con esas premisas, empecé el cuestionario.

  •  ¿Alguna vez has tenido pesadillas recurrentes durante las horas de sueño? Descríbelas. No - me reí, mi respuesta parecía un acto de rebelión, se podía entender como que no quería describirlas pero a la vez el "no" había quedado autoritario y sin complejos.
  • ¿Qué color prefieres de todos los que existen? Blanco
  • ¿Existe algún hecho que te provoque miedo? ¿Cuál? No - estaba viendo que la gente escribía rápido y eso podía ser porque le daban a la tecla de manera compulsiva o bien, escribían poco. Así que, no era plan de enrollarse; además el asiento era un poco incómodo. Y realmente ¿A qué tenía miedo? Nunca me lo había planteado, sabía lo que me aburría y lo que me disgustaba pero no a qué tenía miedo o qué me lo provocaba. Lo cierto es que ya habían pasado cerca de 40 segundos e iba por la tercera pregunta.
  • ¿Prefieres medicación oral o venérea? Ajá, típica pregunta con intención sexual, si digo oral ya sabemos qué están preguntando y "por venérea" ejem, ejem. Pero tampoco tenía ningún tabú - indistintamente - había entrado en las justificaciones vacías, esas que no entras al fondo del asunto.
  • ¿Has deseado la muerte a alguien? ¿Quién? ¿Por qué? No - a ver, por supuesto que me hubiera dado igual identificar a mis antiguos jefes y a más de un compañero pero eran agua pasada. Aparte que no lo había planificado tanto como para borrarlo del plano existencial.
  • Orientación sexual? Por fin una fácil - bisexual - miré por encima de la barrera y pude comprobar como la mayoría de los rostros pertenecían a heterosexuales reprimidos.
  • ¿Realizas deporte sólo o acompañado? Igual la pregunta tenía trampa por eso de que si escoges individual te están llamando antisocial y si escojo la otra opción es que soy dependiente; le pegué un trago a la botella de agua y me decidí por otra respuesta insustancial - ambas.
  • ¿Qué tipo de mascotas te llaman más la atención? animales exóticos - luego caí en la cuenta que había preguntado por "mascotas" y yo pensando en cocodrilos y otros animales que me llamaban la atención sin más.
  • Supuesto práctico: Un día descubres que tu padre es un rebelde que actúa contra el gobierno y la Comandancia General. ¿Cómo procederías? Putas preguntas trampa, la había percibido a la primera, a mí me iban a engañar, ja! - Seguiría el protocolo - mi padre odiaba a los políticos, al gobierno y a cualquiera que le hiciese perder dinero pero no por ello se convertía automáticamente en un rebelde. De todas maneras, mi respuesta era lo que querían leer: seguir las normas.
  • ¿Soda, aguardiente o vino? Dudé si "soda" era una marca de cervezas, el mundo de las bebidas espiritosas era un mundo de nombres y sabores, guiada por esa incertidumbre y ante el mal sabor que me habían dejado bebidas tan soporíferas y suaves como el vino acabé rechazándola. En cuanto al aguardiente, aún no la había probado, estaba pendiente - Soda.
  • Tu mejor amigo está tomando sustancias ilegales. ¿Cómo actuarías? A punto estuve de escribir "indiferente" pero recordé la pauta de las instrucciones - seguiría el protocolo - instintivamente introduje una mano en el bolsillo del pantalón para verificar que no las había traído - ufff, casi - protocolariamente estaba limpia.
  • El de la derecha está mirando tus repuestas. ¿Has mirado inconscientemente hacia él? No - había sido consciente, había mirado a un lado y a otro y repetidas veces. No había ninguna norma que lo prohibiese o al menos no me había percatado de ella.
  • Consigues ser aspirante en Protect y hay un compañero que pretende desertar. No hay ningún mando a quien puedas pedir ayuda, indica paso a paso tu actuación. Una pregunta puñetera porque no puedo responder con "sí/no" ni respuesta vaga y me obligaba a describir la intervención, así que, tendría que mojarme - ajustaría la opción de aturdimiento en el arma y le dispararía. Después avisaría a un mando y lo vigilaría hasta su llegada - aunque también podía haber respondido que "seguiría el protocolo" pero me pareció que la respuesta estaba bien.
  • Los extraterrestres están atacando una granja, hay personas encerradas dentro del granero el cual está ardiendo, otras que están siendo devoradas, hay agentes terrestres que intentan evitar que otros civiles se acerquen a la zona pues es muy concurrida. Tú eres un soldado espacial, ¿qué haces? Esta pregunta era más fácil de responder pero quizás porque lo era, suponía una trampa. La leí lentamente varias veces, estaba claro que por la información los granjeros que había encerrados en el granero eran unos suicidas porque se habían prendido fuego y otros estaban siendo devorados y luego estaban los bichos. Pensé en cuál sería la mejor opción y era meter a los bichos en el granero para que se quemasen. La info decía que "agentes terrestres intentan evitar que otros se acerquen" así que, me desentiendo de ellos porque están ocupados - acabar con la amenaza extraterrestre, ley natural - y si había imbéciles que querían morir, pues ley natural también. La ley natural era implacable.
  • Continúa la siguiente secuencia numérica: 1, 3, 7, 13... empecé a hacer dedos porque yo y los números como que no; me costó enlazar o darme cuenta de cómo seguía la cadena; de hecho entre tanto vi a unos cuantos acabar el dichoso cuestionario y otros muchos sentarse, me estaba impacientando así que sorbí otro poco de agua - 21
  • ¿Qué tipo de misión te gustaría que te fuera asignada durante tu período de formación? Me quedé en blanco, tenía tanta prisa por terminar el puto cuestionario que ahora mismo no estaba para imaginar mucho - cualquiera.
  • ¿Qué vuela sin alas y sus tentáculos son venenosos? Estaba yo como para retos y rompecabezas, joder. ¿Qué vuela sin alas? Cualquier cosa que tires por la ventana vuela, otra cosa es cómo aterriza, pero todo vuela. ¿Tentáculos venenosos? Por tentáculos había asociado pulpo pero no era venenoso, tuve que estrujar mis neuronas para dar con el animal - la araña.
  • ¿Serías capaz de chivarte de un compañero? ¿Ante qué motivos? ¿No o sí? Me entró la duda porque por una tontería no iba a delatar a nadie y si fuera algo importante, podría extorsionarlo o chantajearlo ¿por qué demonios había que delatarlo? - me lo pensaría.
  • ...

- Buff, ya está - resoplé y todo, por fin lo había terminado. En ese justo momento una especie de aguja me perforó el dedo, me sorprendió un poco aunque al final era el típico control biosanitario y tampoco había sido para tanto el pinchazo, nada que ver con los tatus. Entre medias me fijé que los guardias expulsaban a un chico, según se escuchaba por drogas - aficionado jajaja - el típico que no había sido previsor - seguro que ayer estaba de fiesta celebrándolo.

Luego pasé a la siguiente fase, a través de una pantalla salía tu nombre o eso decía, esperé un rato hasta que por fin apareció el mío - ¡¡Toma ya!! - casi bailo de alegría. La verdad es que la gente allí era un tanto parada, muchos parecía que se habían tragado el palo de una escoba, aunque tampoco descartaba que hubiera más de un mudo o gente que ni siquiera hablase mi idioma.

Acabé yendo hasta un ascensor y de éste a una sala poblada de "seleccionados", busqué un sitio donde sentarme, aunque antes había que saludar - ¡Enhorabuena! - guiñé un ojo y saludé con el típico puño y dedo gordo levantado; si hubieran sido menos, habría preguntado sus nombres pero en aquella sala éramos unos cuantos. Me senté en una de los asientos libres que había, miré y había rostros para todo tipo de películas. 

Permanecí callada esperando que alguno tomase la iniciativa y empezase a hablar. Fue así como escuché a una chica morena de piel hablar con otras dos y a otros chicos hablar entre ellos, me resultó curioso uno de ellos - ¿Chatarrero? - yo habría dicho "gitano" pero igual pertenecía a otra cultura y tampoco era plan de encasillarlo a la primera - Tú médico y... Vosotros? - No me había quedado con los nombres, pero los oficios siempre habían sido más fáciles de recordar por su utilidad.

- Ah, soy Jim - saludo a todos, levantando y agitando una mano de manera totalmente extrovertida - venga alegrad esas caras, ésto no es un funeral - me dedico a hablar a mi izquierda y mi derecha, delante, detrás... cotillear, conocer a la gente - ¿Sois todos de este planeta o venís de lejos? - había algunos que estaban sudando, dudaba si era por los nervios o porque eran extranjeros y no llevaban bien el acople a esta atmósfera terrestre - ¿mucho calor... Si queréis busco la manera de abrir una ventana?

Notas de juego

 Hablo con:  Buck Smith            Carl Brinstom          Donner Trump  Yum Ziam         Lizza Jacobs              Narel Dotter

Hablo con todos, primeramente los que tengo cerca, después aquellos que hablan aunque no estén cerca y como note cierta conspiración del silencio, entonces improvisaré "técnicas de defensa" (ironía, sarcamos, estigmatizaciones varias, apodos, etc).

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28/03/2021, 12:50
Kalina Radoslawa

 

Mientras caminaba con paso seguro y, sobre todo, manteniendo esa elegancia tan característica en ella a pesar de la ropa informal que había elegido para la ocasión, Kalina iba pensando en lo sucedido las últimas horas, o más bien, en el último mes.

Desde el mismo instante que había recibido en su comunicador el día y la hora en que tendría que presentarse en la Comandancia para realizar las pruebas, la joven se había dedicado en cuerpo y alma a prepararse. Intensificó sus habituales rutinas deportivas y se encerró en el laboratorio familiar a estudiar.

No le había extrañado recibir la aceptación a su solicitud de ingreso en la Space Force, pero sabía que a partir de ese instante la comunicación con su madre estaría basada en un continuo chantaje emocional. Por suerte su padre la apoyaba; siempre lo había hecho, y en esa ocasión no era distinto.

No es que Kalina no entendiera la postura de su madre. Era una mujer que solo había podido tener dos hijos por culpa de su trabajo de investigadora que, aparte de renombre y una posición acomodada al igual que su marido, le había reportado una infertilidad que había impedido aumentar la familia. Y que Yevhen ya no estuviera allí con ellos… Si, entendía a su madre pero lo que no podía compartir era su ansia por cortarle las alas. Su meta en la vida no era encerrarse de por vida en el laboratorio de una ciudad perdida de Croacia, por muy afamado y bien considerado que fuera ese centro de investigación.

«Muñequita de porcelana». Así era como muchos la veían. Un frágil y delicado objeto que como mucho, aparte de embellecer un salón de baile, solo podía aspirar a seguir los pasos de sus padres. Pero entrar en una vida tan dura como era la Armada… Eso nunca; no tenía ninguna posibilidad y, cuando se encontrara enfrentada a la cruda realidad de la guerra, volvería a su casa sollozando y con la cabeza baja.

Kalina observó el imponente edificio de la Comandancia un segundo, notando a su alrededor a los miles de aspirantes que como ella acudían a las pruebas pero sin fijarse en ellos. Simplemente miraba el edificio, reforzando más aun su idea de formar parte de la Space Force. Ese día les demostraría a todos los que no creían en ella de lo que era capaz. El volcán bajo la capa de hielo que latía en su interior estaba a punto de entrar en erupción.

Cerró los ojos un instante e, irguiendo aún más su espalda y sin perder la mirada fría y distante que la caracterizaba, cruzó las puertas con paso decidido. Apenas tardó lo justo y necesario en cumplir los trámites burocráticos exigidos antes de sentarse a la mesa asignada para el examen.

Ni siquiera se molestó en mirar a los aspirantes más cercanos. Poco le importaba si estaban nerviosos o confiados; si eran mayores o jóvenes recién salidos de la adolescencia. Si eran rubios o de pelo morado. Para ella simplemente eran meras presencias cada cual con sus propias aspiraciones, miedos y recelos. Competidores y rivales que optaban a la plaza de sus sueños.

En la pantalla apareció por fin el cuestionario. Kalina echó un rápido vistazo a las preguntas y no pudo evitar poner los ojos en blanco. Típico cuestionario de preguntas estúpidas. Muchos contestarían creyendo adivinar las contestaciones que los examinadores querían leer; otros mentirían descaradamente y muchos otros simplemente responderían con ambigüedad.

Pero antes de nada la primera criba de aspirantes: El análisis de sangre. Había que ser muy imbécil para fallar ya la primera prueba, eso era algo que cualquiera con un mínimo de inteligencia y dos dedos de frente sabía. Por ese motivo cuando vio cómo echaban a uno de los jóvenes presentes, Kalina simplemente enarcó una ceja. Imbécil.

Poco tardó en olvidarse del incidente para centrarse en lo verdaderamente importante. Ella estaba allí para realizar las pruebas, no para preocuparse de los fracasos de los demás.

- Un tajante no dio inicio a su test. Nunca había tenido pesadillas recurrentes y, si las tuviera, no iba a comentárselas a un extraño al que ni siquiera le veía la cara.

- ¿En serio iban a centrarse en una tontería tal como asociar un estado de ánimo a un color? Por lo visto esa pregunta iba encaminada a conocer la emoción predominante en los aspirantes… Negro, fue su respuesta. Que sacaran la conclusión que les diera la gana.

….

- Todo depende del deporte que esté practicando en esos momentos, pero cuantos menos participantes mejor, fue lo que apuntó como respuesta.

- ¿Mascotas? En su casa nunca se había tenido tiempo suficiente para cuidar de una mascota, pero sí había animales con los cuales tenía una especial afinidad. Escribió sin dudar demasiado: Cualquier tipo de felino.

- El supuesto práctico sobre un hipotético padre rebelde fue lo único que consiguió alterar su expresión durante unos instantes. Su cara registró una palidez mayor y un nube oscura cruzó por sus ojos ya oscuros de por sí. El recuerdo de Markus la golpeó con fuerza y no pudo evitar dudar sobre la respuesta. A él no lo había delatado y no tenía pensado hacerlo, así que era lógico que si las tornas fueran distintas y fuera su padre el rebelde tampoco actuaría. Pero esa no era una respuesta válida por muy sincera que fuera. Sus circunstancias y vida personal anterior a ese momento eran suyas y eso era algo que no tenía pensado entregar a nadie. Su contestación estuvo enclavada en el marco de ambigua: Seguiría el protocolo establecido.

- En cambio en la siguiente pregunta sí aplicó la verdad. Era imposible que creyeran que todos eran chicos sanos sin ningún tipo de vicio. Preferiblemente agua y en determinados eventos vino, fue su respuesta.

….

- Con la secuencia numérica no se habían complicado demasiado: 21.

- Cualquier misión de exploración. La contestación había sido rotunda, no en vano uno de los motivos por los cuales se había animado a entrar en la Armada había sido realizar una búsqueda.

….

Y así hasta completar las cien preguntas. Cada una de ellas había entrado en la categoría que ya se imaginaba: Ambigüedad, mentira y respuesta acorde a lo que querían leer; aunque en más de una había sido brutalmente sincera y tajante.

Pero más tortura que la prueba en sí misma fue el tiempo de espera para conocer los resultados. Junto al resto de participantes y sintiendo el agobio de la cercanía de demasiada gente a su alrededor, Kalina buscó una silla donde permaneció impasible esperando el momento de ver su nombre en la pantalla, tal y como había comentado la sargento Grey.

Los minutos pasaban y los nombres iban apareciendo uno a uno al igual que sus dueños iban desapareciendo de la sala. A pesar de toda la confianza que tenía, de toda la seguridad en haber hecho una más que correcta prueba, Kalina dudó al ver que su nombre seguía sin aparecer. Pero si tenía dudas, miedo, incertidumbre o nervios en ningún momento se mostró en el gesto o el comportamiento de la joven.

Simplemente cerró los ojos un instante y respiró profundamente cuando, por fin, su nombre se unió al del resto. Se levantó sin manifestar ningún tipo de alegría o celebración, pues al fin y al cabo solo había sido la primera de otras tantas pruebas y siguió al resto hacia los ascensores.

Lo que venía en ese instante era una nueva espera hasta saber cuáles serían el resto de pruebas. La sala asignada a parte de los aspirantes que habían superado la primera era confortable, íntima y mucho menos impersonal que la que acababan de abandonar.

Kalina echó un rápido vistazo a los reunidos pues ella había sido una de las últimas en aparecer. Sin pretender hacer amigos, al menos de momento, buscó el lugar más discreto y alejado para aislarse de ellos. Buscó en su comunicador una de sus piezas favoritas de música: El aria de Madama Butterfly, y se ajustó los cascos para no molestar a los demás.

Aunque poco a poco se sumergía en la placidez que le producían aquellos maravillosos acordes, Kalina no dejaba de observar a los presentes; estudiándolos y sacando sus propias conclusiones.

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28/03/2021, 18:49
William P. Thompson

Billy se había levantado con el rostro mostrando un claro cansancio debido a que se había acostado tarde, estaba leyendo una novela que había salido recientemente, otra más de las cosas que su padre no aprobaba. Por suerte se había ido a primera hora de la mañana después de la discusión del día anterior, aunque como ya le había avisado, esta vez no podría escaquearse, la casa estaba vigilada y había ordenes precisas... con un claro gesto de disgusto se levantó y se duchó. Tenía claro que esta vez no se libraría, pero eso no quiere decir que no tuviera que acatar todo lo que su padre deseaba, pensó con convicción. 

Recién salido de la ducha fue a la cocina a por algo rápido de comer y para alegría del joven se encontró allí a su hermano mayor, desde luego estaba claro porqué era el preferido de su padre. Ocho años en la flota espacial, piloto de combate y a punto de obtener otro ascenso en breve. - ¿Qué tal, Stev? No creo que hayas venido sólo a prepararme el desayuno - Le dijo mientras le mostraba una mirada suspicaz y olía el bacón crujiente que estaba preparando. A pesar de lo que pudiera parecer, Billy quería mucho a su hermano, él cual siempre mediaba entre su padre y él. - Sólo quería asegurarme de que comieras bien antes de las pruebas... Y prefiero llevarte yo a la academia antes de que se encargue otro - Le respondió Stev... otra mediación. Stev sabía que si Billy aceptaba ir con él, no se escaquearía esta vez para no ocasionarle problemas a su hermano. Así que se quedaron mirándose fijamente a los ojos hasta que por fin el más pequeño de los Thompson cedió - Está bien... - se rindió al fin - Al menos me podré comer el Bacón - continuó mientras ya llevaba una pieza a la boca y se sentaba en la isla de la cocina con su hermano para que le contara sus últimas aventuras en el espacio, la única carrera posible a ojos de su padre... 

Billy había llegado a la Comandancia caminando junto a su hermano, a fin de cuentas la casa de su padre no estaba muy lejos y un buen paseo por la mañana siempre era agradable y más con su hermano. - Tranquilo, no hace falta que me lleves de la oreja... No te voy a meter en un lio - Le dijo el pequeño Thompson a su hermano mayor al tiempo que este le daba un abrazo, le deseaba suerte y le prometía que se verían en cuanto pudieran. - Lo de desearme suerte es porque me deseas que no me encuentren apto o para que pase las pruebas? - le preguntó a modo de despedida sonriendo mientras se dirigía a la comandancia. Sacó una baraja de cartas que solía llevar encima con la que hacía juegos de manos de manera despistada mientras caminaba por unas calles que conocía bien. Finalmente su padre obtenía lo que quería... como siempre... y allí estaba. No había sido de los primeros en venir aunque por suerte era un sitio que conocía bien. 

Una vez dentro, caminaba de manera distraída y una sonrisa en la cara... quizás tuviera que venir, pero eso no le quitaría la gracia a todo esto. Una vez sentado delante del ordenador su nombre apareció William Percival Thompson. Después de haber recibido el pinchazo pensó que su hermano podría haberle avisado... nunca le habían gustado las drogas, pero podría haber hecho una excepción por esta vez... Observó con curiosidad al sujeto que había acudido con restos de drogas en su organismo mientras se preguntaba si realmente las detectaría todas... pues dudaba que no fomentaran ciertas drogas para el combate en el ejercito. Decidió dejar de darle vueltas al tema y centrarse en las preguntas. 

  • ¿Alguna vez has tenido pesadillas recurrentes durante las horas de sueño? No.
  • ¿Qué color prefieres de todos los que existen? Azul, pero sin muchas ganas. 
  • ¿Existe algún hecho que te provoque miedo? Supongo ¿Cuál? Cualquier situación de peligro para la que no esté preparado. Un león hambriento frente a mi sin nada delante, enfrentarme solo a un ejercito... Los llamo miedos evolutivos, a fin de cuentas el miedo potencia la adrenalina 
  • ¿Prefieres medicación oral o venérea? Prefiero no, pero si hay que elegir, mejor oral. 
  • ¿Has deseado la muerte a alguien? No ¿Quién?  ¿Por qué?
  • Orientación sexual Hetero
  • ¿Realizas deporte sólo o acompañado? Indiferente
  • ¿Qué tipo de mascotas te llaman más la atención? Generalmente las grandes y de colores vivos, esas me llaman más la atención que las pequeñas de colores apagados. 
  • Supuesto práctico: Un día descubres que tu padre es un rebelde que actúa contra el gobierno y la Comandancia General. ¿Cómo procederías? Informaría a la comandancia de que mi padre ha sido secuestrado y han puesto un doble en su lugar, tecnología punta oye. 
  • ¿Soda, aguardiente o vino? Depende para qué, aunque el aguardiente no me gusta. 
  • Tu mejor amigo está tomando sustancias ilegales. ¿Cómo actuarías? Depende que sustancias y como afectara a sus obligaciones. 
  • El de la derecha está mirando tus repuestas. ¿Has mirado inconscientemente hacia él? No, peor para él. 
  • Consigues ser aspirante en Protect y hay un compañero que pretende desertar. No hay ningún mando a quien puedas pedir ayuda, indica paso a paso tu actuación. Le preguntaría como tiene pensado abandonar sin permiso un planeta exclusivamente militar sin que se enteren... también le preguntaría como pudo pasar los test, ya que no parece muy listo. 
  • ¿Denunciarías a un mando que está haciendo abuso de su poder? Sólo si creo que puede servir de algo. 
  • Los extraterrestres están atacando una granja, hay personas encerradas dentro del granero el cual está ardiendo, otras que están siendo devoradas, hay agentes terrestres que intentan evitar que otros civiles se acerquen a la zona pues es muy concurrida. Tú eres un soldado espacial, ¿qué haces? Dirigir a los agentes terrestres para crear una distracción que permita a los civiles del granero escapar mientras luchamos contra los extraterrestres. 
  • Continúa la siguiente secuencia numérica: 1, 3, 7, 13... 21 
  • ¿Qué tipo de misión te gustaría que te fuera asignada durante tu período de formación? Algo tranquilito, tumbado en una hamaca de una piscina o algo así, al menos si me dieran a elegir.  
  • ¿Qué vuela sin alas y sus tentáculos son venenosos? Algún tipo de extraterrestre, Chtulu.
  • ¿Serías capaz de chivarte de un compañero? Si ¿Ante qué motivos? Si perjudicara de manera egoísta a otro compañero. 

 El examen sacaba una sonrisa divertida a Billy, tenía pensado divertirse, aunque tuviera que estar ahí. Estaba sentado de manera indolente en la silla, comparado con la gran mayoría se mostraba despreocupado. Una vez que terminó se dedicó a observar al resto, todos bastante serios y centrados en lo que hacían, aunque él no podía evitar pensar Menudo coñazo. 

Una vez terminado va con el resto a una sala destinada a provocar nervios y tensión, estaba claro que buscaban ver quien se derrumbaría ante una situación como esa... desde luego era una prueba ridícula. Billy sacó esta vez una moneda que hacía bailar sobre sus dedos de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Luego apareció la Sargento, era atractiva y se notaba que disfrutaba de su estadía en el ejercito. Iban a ir destinados al Domo 12 al parecer. Finalmente apareció su nombre y como había indicado la Sargento Grey eso quería decir que estaba dentro... al final su padre siempre obtiene lo que quiere... Durante un momento se borró su sonrisa de los labios al tiempo que desaparecía la moneda de su mano y se adentraba en aquel transporte llegando a una sala con los que serían sus compañeros los próximos dos años. Sacó su mejor sonrisa así como la baraja de cartas mientras hacía movimientos con ellas. 

Por ahora prefería permanecer en segundo plano, la impresión que tenía era que la mayoría de los allí presentes serían tan estirados como lo que había visto en casa durante toda su vida, así que esperaba ver de que palo iba cada uno de los presentes. 

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29/03/2021, 13:03
Duncan "Duke" McCarthy

Aquel tipo era más parco en palabras que él, y eso le hizo muchísima gracia. Le dedicó una sonrisa y asintió, memorizando el nombre, Mikhail, sonaba a ruso o algo así, pero ahora saber de donde venía alguien era prácticamente imposible, porque había que pensar en distintos planetas en lugar de distintos países. Decidió no forzar las cosas, y sobre todo evitar el contacto físico, que una cosa era ser abierto y otra invasivo y entonces le llegó una mano desde la izquierda. La estrechó cordialmente con una gran sonrisa, y en cuanto se soltó empezó a escribir, carcajeándose, emitiendo un sonido ronco que era como Duncan se reía. Unos segundos después el comunicador empezó a emitir los sonidos metálicos que hacían de su voz

- A mi...paciente.... casi ...me...hace...llegar...tarde. Encantado..y yo no sé en la tierra... pero yo...los llamo...los médicos...de las...naves. Doctor Eylo... - Le dio una palmada en la espalda como si nada, tenían mala fama, pero todo el mundo cumplía su función en el universo, y aquel trabajo era sucio y alguien lo tenía que hacer. Las palabras de una mujer llamándole chatarrero hizo que Duke se girara y le dedicara una divertida mirada admonitoria, y cuando preguntó si era médico se señaló la bata de quirófano y se encogió de hombros con una sonrisa, era evidente, porque o era médico o era un psicópata. Iba a decirle algo a la recién llegada cuando algo le acarició el oído y le sacó una sonrisa mientras seguía con la cabeza la música.

Le encantaba la ópera italiana, era lo que usaba para operar, le hacía sentir enorme, pequeño, enardecido, triste, siempre había una ópera para cada estado de ánimo, desgraciadamente fue breve, pues se ajustó el volumen de los cascos y la música desapareció. Volvió la atención a la nueva aparecida (Jim) y comenzó a teclear para que su comunicador dijera

- Y tú?...Jim, que haces...a parte de...ser....curiosa?

 

 

Notas de juego

Ay, que he hablado a la bajitófoba....ay que me pongo rojo..... oxígeno...un médico!! un médico!!! Oh.....wait.... XD

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29/03/2021, 13:13
William P. Thompson

La impresión de Billy era que al parecer no iban a tener todos un palo metido por el culo como se temía en un primer momento, aunque desde luego era posible que la mayoría si. Sonrió de una manera habitual en él, con una mezcla de picardía y de estar pensando alguna trastada mientras jugueteaba con la moneda y desaparecía en sus manos. 

- Yo soy de la Tierra... y mi especialidad... - dijo mientras pensaba durante un momento, no tenía claro cual podía ser su especialidad - ¿Meterse en líos cuenta? - Afirmó sonriendo divertido. No era de extrañar que hubiera al menos un médico en el equipo, los médicos seguro que eran valiosos en el ejercito, él seguro que no tenía problemas para alcanzar una buena posición a pesar de ser mudo... 

De alguna manera William parecía fuera de lugar, como si no se tomara las cosas en serio y en cierta manera como si ni siquiera quisiera estar ahí. 

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29/03/2021, 15:01
Evan Smart

Cuando Evan abrió los ojos al sonar la alarma, aquella fría mañana del 27, precisó varios segundos en tomar consciencia de donde se encontraba y ubicarse, tumbado sobre una cama en una habitación de hotel. Exactamente en el hotel Jameson Central, uno de los hoteles más económicos y austeros del lugar, a solo dos manzanas de la sede de la Comandancia Central, que en contraste con ésta reflejaba la abismal diferencia de recursos, tanto en la calidad de diseño, materiales empleados en su obra, como en las instalaciones de última generación que ostentaba la base de Space Fort respecto a aquel cuchitril de mala monta. Si todo iba bien, quizá fuese admitido como nuevo recluta del programa, lo cual iba a garantizarle un buen sueldo todos los meses y una buena reputación allá a donde fuere, pero realmente no era aquello lo que movía a Evan a formar parte de aquel mundo, si no el afán de venganza y el cumplir con las expectativas y sueños truncados de su mejor amigo Jarvis, quién al igual que él, había sido un friki cerebrito que lo había antepuesto todo en esta vida por convertirse en un excelente ingeniero mecánico, doctorándose ambos en la facultad y trabajando en diseños y proyectos complejos en el taller que ambos habían levantado desde sus cimientos en el planeta Unobtan, pero que tras el último ataque alienígena, tanto éste como toda la colonia, habían quedado reducidos a escombros.

Eh, Jarvis... Siempre bromeamos en su día con que deberíamos habernos alistado en la Armada, que en la Tierra tenían la mejor tecnología pero que no contaban con gente como nosotros, los mejores ingenieros mecánicos del multiverso, unos malditos genios... Maldita sea, solo con desechos y chatarra que encontrábamos, las pocas piezas que lográbamos adquirir o solicitar de la base militar adscrita a nuestra colonia mediante chanchullos, más nuestro arduo esfuerzo conjunto, logramos completar el exoesqueleto mecanizado y el traje AMP por el que posteriormente nos elogiarían... y ahora... Joder, ya no estás aquí... yo también debería haber muerto en la última invasión alienígena... Puta mierda, Jarvis. No es justo... ¿A caso crees que tengo lo que hay que tener para que me acepten en Space Fort? Siempre fuimos unos bullys y despreciábamos a este tipo de gente con mucho músculo y poco seso, que no dudaba en humillarnos por las risas... pero aquí estoy hoy, después de varios meses haciendo ejercicio físico y preparándome a consciencia para ésta mierda... ¿De veras merecerá la pena?

En efecto, las circunstancias del destino habían propiciado que meses atrás Evan fuese invitado a la Tierra para participar en unas ponencias donde poder mostrar a los terraneos sus logros y proyectos vista, incentivando a tantos jóvenes emprendedores como ellos, en que persistiesen y se esforzaran al máximo en sus objetivos y motivaciones personales, a pesar de todas dificultades, limitaciones o circunstancias adversas que surgiesen. Aprovechando el billete con los gastos pagados que le ofrecían, y teniendo en cuenta el inminente traslado de su padre a requerimiento de la Comandancia Central a la base militar de Space Fort, lo cual fue motivo más que suficiente para aceptar la propuesta, Evan tomaría aquel rumbo sin ser consciente de que sería la última vez que vería a su socio y amigo con vida, y que de no ser por haber partido en ese entonces, jamás habría salvaguardado su vida tras el posterior ataque extraterrestre a su colonia natal. 

Su padre, el comandante Buster Smart, le había comunicado de malas formas y con rostro adusto que a sus casi 31 años de edad ya estaba sobrepasando el límite de los soldados que aceptaban, y que solo en casos muy excepcionales, admitían a cierta gente que superaba las expectativas físicas y psicológicas, lo cual desde el punto de vista del hombre no iba a ser el caso de Evan, con aquella condición física tan lamentable que manifestaba su pupilo, por muy cerebrito que fuese. Aquella iba a ser la única y última posibilidad que tendría de ingresar en Space Fort, por lo que si sus intenciones para unirse eran firmes, ya podía echarle huevos... o al menos eso es lo que le había matizado meses antes, cuando los dos se establecieron.

De camino a la sede, los nervios empezaron a hacer mella en Evan, un tanto sobrepasado por las circunstancias, quién recordó como la noche anterior había acudido a una farmacia cercana para adquirir algunos medicamentos que le ayudasen a mantenerse sereno. Al no encontrar ninguna abierta que estuviese de guardia, un chaval que le vio allí parado se había interesado por él, terminando por ofrecerle una pirula que según el tipo, era mano de santo. ¡Menuda suerte encontrar a alguien tan amable que le ofreciese algo a esas horas! ¿Incluso le dijo que seguro volverían a verse y que ya le daría más de esa mierda!

- Vale, tranquilízate Evan... Todo saldrá bien... Tómate la pastilla para rebajar estos nervios y ponte en marcha... - expresó para sí mismo nada más salir del hotel y encaminarse hacia la sede, dándose de bruces con un tipo musculado que pasaba por allí, justo en el momento en que se disponía a tragarse la pirula. Ostias, perdona tío. No te había visto... - se disculpó de inmediato, agachándose para recoger el pequeño bote de suplementos alimenticios que se le acababa de derramar al tío y apresurándose a meter las pocas pastis que le restaban, sin percatarse de que durate el proceso, la suya propia también sería introducida inconscientemente. Disculpa, iba para la sede a realizar las pruebas psicológicas. Hoy recibí la notificación y... - nuevamente esa mirada de prepotencia que tanto conocía, ese orgullo y altanería de quién se creía superior al resto, dibujando una sonrisa ladina de medio lado en el rostro, probablemente imaginando que el enclenque que tenía frente a sí no tenía ninguna puta posibilidad. Sin dedicarle si quiera un saludo de pura cortesía, el tipo avanzó menospreciándole y riendo por lo bajo, alejándose de Evan... Pues nada, que te vaya bien...

¿Qué le pasa a ésta gente? ¿De verdad voy a tener que permanecer con tipos como éste si me admiten? Vaya puta mierda... Por cierto, ¿Dónde está mi pastilla que iba a tragarme para los nervios? ¡Puta vida! Bueno, la verdad es que ya no estoy nervioso... estoy más bien cabreado....

Ya en el complejo, Evan se quedó fascinado con las instalaciones de las que le habían hablado, ni de lejos comparables con las de su planeta natal. Se sentó frente al terminal que le asignaron y se dispuso a rellenar el test o cuestionario, cuando recibió el pinchazo en el dedo a traición. Uyss... Bueno, lo hacen con todos al parecer... Lo que no esperó fue ver como al poco, se llevaban esposado al tipo que recién se había cruzado en la calle. ¿A caso tomaba drogas en vez de suplementos alimenticios? ¿O a caso...? Evan agachó la cabeza para pasar desapercibido y que el tipo no fijase la vista en él. No quería verse involucrado en aquellos turbios asuntos, aunque algo le decía que quizá había tenido muchísima suerte y que la pirula del tipo de anoche no era precisamente un calmante.

- Bueno, rellenemos esto... No debería ser complicado...

  •  ¿Alguna vez has tenido pesadillas recurrentes durante las horas de sueño? Descríbelas. Vale, este tipo de preguntas mejor contestar con una negativa, por muy trastornado que estés... Nunca
  • ¿Qué color prefieres de todos los que existen? ¿Esto es acaso relevante? Azul
  • ¿Existe algún hecho que te provoque miedo? ¿Cuál? Parece que van a querer incidir en este tipo de preguntas... Como sea, tampoco hay que ir de sobrados... - Perder a alguien querido. 
  • ¿Prefieres medicación oral o venérea? ¿Venérea? ¿No debería ser parenteral? Espera... Esto puede tener muchas interpretaciones... ejem... Oral, mejor oral - Oral.
  • ¿Has deseado la muerte a alguien? ¿Quién? ¿Por qué? Continuamente y a todas horas. Les desearía la muerte a los abusadores, a toda esta calaña de machitos de gimnasio, al rey del instituto que acaparaba las tías, al capitán del equipo de béisbol que... ¿Cómo se llamaba? Kurt. Kurt McEnroe. Joder, como desprecio a ese tío... A los alienígenas que masacraron mi colonia... Vale, eso podría valer. A los alienígenas que masacraron mi colonia
  • Orientación sexual? ¿Y esto para qué es relevante? Apuesto a que si alguien pone homosexual será automáticamente expulsado... Putos racistas y homófobos... Heterosexual
  • ¿Realizas deporte sólo o acompañado? Si dijese la verdad, que en toda mi vida no he hecho una mierda de deporte salvo estos últimos meses, bajo estricta supervisión de mi padre después de rogarle, dudo que terminase bien para mí todo esto... Ambas.
  • ¿Qué tipo de mascotas te llaman más la atención? ¿Mascotas? Joder, ninguna. Para que quiero animales si voy a estar estudiando o trabajando en mis proyectos... A penas se mantenerme a mí mismo... ¿Qué coño pongo? Alguna mierda genérica... Gatos.
  • Supuesto práctico: Un día descubres que tu padre es un rebelde que actúa contra el gobierno y la Comandancia General. ¿Cómo procederías? Rebelde no lo se, pero corruptos los hay un rato, mi padre incluido. De hecho, con 31 que tengo es probable que esté moviendo hilos para que me admitan. Y antes de recibir la notificación de las pruebas ya me lo había advertido mi padre e día anterior... Actuaría según el protocolo en estos casos.
  • ¿Soda, aguardiente o vino? Lo que me echen... Todavía recuerdo como terminé alcoholizado después de que mi dulce Daisy... Joder, no llores ahora... Céntrate imbécil... Agua.
  • Tu mejor amigo está tomando sustancias ilegales. ¿Cómo actuarías? ¿Cómo el tipo que acaban de llevarse? Que les den a todos ellos... Jarvis está muerto, el resto poco o nada me importan... Seguiría el protocolo y reportaría la situación a un superior.
  • El de la derecha está mirando tus repuestas. ¿Has mirado inconscientemente hacia él? Es algo de lo que estoy acostumbrado. Mejor dejar que se copien y no abrir la boca, que recibir palizas a la puerta del instituto. Las cosas como son... aunque supongo que buscan ver tu grado de alerta sin entrar en paranoias... Mmmm... No, nadie ha mirado mis respuestas.
  • Consigues ser aspirante en Protect y hay un compañero que pretende desertar. No hay ningún mando a quien puedas pedir ayuda, indica paso a paso tu actuación. ¿En serio? Si quiere desertar tendrá sus razones y no soy quién para cuestionarlas. ¿Este test es para ver quién miente mejor o que? Seguiría el protocolo en todo momento. Informar a los superiores o intervenir incapacitándole en alguna zona no letal del cuerpo hasta que la autoridad competente dictamine.
  • Los extraterrestres están atacando una granja, hay personas encerradas dentro del granero el cual está ardiendo, otras que están siendo devoradas, hay agentes terrestres que intentan evitar que otros civiles se acerquen a la zona pues es muy concurrida. Tú eres un soldado espacial, ¿qué haces? Mmm, te matizan que eres soldado espacial... Un soldado tiene la responsabilidad de neutralizar la amenaza y dejar que las autoridades terrestres se hagan cargo cada cual de sus competencias. Neutralizaría la amenaza alienígena. 
  • Continúa la siguiente secuencia numérica: 1, 3, 7, 13... ¿Pregunta para retrasados mentales? Tentado estoy a poner cualquier chorrada, joder. (n+1) 21.
  • ¿Qué tipo de misión te gustaría que te fuera asignada durante tu período de formación? Claramente me gustaría ser eficiente en lo que realmente se me da bien, trabajando como ingeniero mecánico, pero entiendo que tendré que intervenir en lo que me requieran... Cualquiera.
  • ¿Qué vuela sin alas y sus tentáculos son venenosos? ¿Una pregunta retórica? Dejemos caer algo como... La corrupción.
  • ¿Serías capaz de chivarte de un compañero? ¿Ante qué motivos? Sinceramente, paso de que se centren en mi persona. Cada cual que apechugue con lo suyo... Seguiría el protocolo.
  • ...

La espera resultó tensa hasta que Evan vio su propio nombre aparecer en el listado, lo cual le permitió acceder a los ascensores y encaminarse al Domo 12. El número de aspirantes se había reducido drásticamente pero ya fuese por sus aptitudes o por los "hilos" que estaría moviendo su padre, allí estaba. Recordaba las últimas palabras de su progenitor, hasta que el entrevistador no diga expresamente que ha terminado el proceso de selección, la prueba continuaba. Era el momento de ver quién cometería algún error... probablemente estarían examinando y analizando sus actitudes, ser muy social o muy antisocial era contraproducente, por lo que intentaría mantener un perfil bajo pero amistoso.

- Ey, soy Evan Smart, licenciado en ingeniería mecánica, encantado. - saludó al tipo que tenía cerca de su posición, apoyado en la pared y sin sentarse, para tratar de entablar una conversación trivial. Parece que hemos llegado hasta aquí, eh? 

Notas de juego

Me dirijo a Einar Andersen

Perdón por el tocho post, pero había mucho a lo que reaccionar

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29/03/2021, 16:03
Einar Andersen

Einar llevo su mano derecha de su espalda hasta justo delante de él, para ofrecerla a Evan, con una sonrisa bastante protocolaria pero de aspecto sincero.

-Einar Andersen, piloto-dijo acompañado su presentación de unas palmadas en el hombro del ingeniero.

-Solo un primer paso, pero en la dirección apropiada, al menos-añadió sin borrar su sonrisa de dientes perfectamente alineados y blancos.

-Así que ingeniero, ¿eh?- preguntó con algo de interés.

Pese a que había sido casualidad, le parecía irónico que de todos los presentes se hubiese ido a presentar el ingeniero.

Había crecido en un hogar de ingenieros y probablemente lo más lógico para él habría sido seguir aquel camino, pero quizá por eso mismo había renegado del mismo en favor de la carrera como piloto militar.

-Te habría gustado crecer en mi colonia, te lo aseguro

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29/03/2021, 18:19
Eylo Yilmaz

Las conversaciones empezaban a aflorar, cosa que permitió a Eylo centrarse en lo que tenía delante y no en lo hipotético que paseaba en su cabeza. Se apuró un poco con Duke, moviendo la cabeza, mirando de soslayo a Jim.

Oh, no.. no —meneó la mano —. No soy doctor. Trabajaba como oficial de navegación en una nave de salvamento —trató de explicar —. Ya sabe.. recuperación de naves varadas, destruidas.. no sé mucho de temas médicos —miró a Jim unos instantes, procuró mantener la sonrisa aun cuando el estómago le estaba machacando —. O carroñeros.. como nos llamáis en el núcleo. Yo soy Eylo, encantado —le tendió la mano a la mujer mientras trataba de tomarse con humor la versión despectiva de su trabajo.

Soy de Eridani —respondió mientras resistía el impulso de pedir que no abriera ninguna ventana. Demasiado tiempo metido en naves —. Queda lejos de aquí, la verdad. Es mi primera vez en la Tierra —comentó ganando un poco de soltura en la conversación. Al intervenir William, Eylo le miró con cierta cautela, pero acabó por saludarle como uno más.

Supongo que metiéndote en todo esto se acabó un poco lo de meterte en líos —comentó mirando con asombro la habilidad manual demostrada por William —. ¿Y te llamas? —inquirió con curiosidad.

La música que flotaba en el ambiente, traída por Kalina, quedó en la cabeza de Eylo un rato dejando que fluyera un tanto la mano, como si quisiera guiar las notas en una partitura invisible. Por instinto apretó con suavidad la bolsa en la que llevaba sus enseres personales. Dudó unos instantes, pero al final se guardó la intención por el momento. Eylo no escondía el hecho que se sentía un tanto desubicado, no tanto por la gente, sino por el lugar. Miraba a todos lados como quien veía las cosas por primera vez y, no era para menos, para él todo formaba parte de una nueva experiencia. La ciudad, el planeta, incluso la tecnología.

Sí hace un poco de calor —acabó diciendo el eridiano volviendo a mirar fugazmente a la mujer que le había llamado la atención al entrar, sin ser consciente que esa clase de comentario podía leerse de una forma muy distinta a lo que sentía en ese momento.

 

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29/03/2021, 20:08
Martín A. Ruiz

Cada vez más gente empezaba a entrar, una detrás de otra mientras miraba hacia los lados, saludando con la mano al resto de personas que al igual que yo estaban sin hablar con nadie o si acaso alguien me volteaba a ver, pero fue entonces cuando alguien me llamó la atención, de hecho eran dos chicas*, una claramente social de la otra... Y claro, otra de las mujeres que estaban allí también eran guapas, pero la que al llegar se puso a escuchar música tenía algo que me cautivaba, y claramente era que tenía pinta de poder patearme el trasero. Y además la otra que al parecer se llamaba Jim se puso a hablar con el sujeto de voz robótica que parecía salido de un matadero (Aunque era claro que era un doctor) y el otro que al parecer trabajaba en esas naves de salvamento, algo que para ser honestos, me parecía algo genial.

Así que con el valor reunido y poco tiempo para pensarlo, me levanté del sofá y caminé hacia la chica que estaba alejada escuchando música, que con suerte a su lado tenía un asiento vacío mientras otros estaban cerca, hablando de pie o reunidos en pequeños círculos. Traía puesto algo normal como jeans, zapatos blancos, camisa blanca y una chaqueta de cuero negra, de la que metí mi mano en un bolsillo de estas y saqué un empaque de chicle "Fruitpunch" de frutos rojos, sacando dos tiras de estas, ofreciéndole una de estas a ella mientras que con la otra mano tenía la mía. -Me llamo Martín, ¿Quieres?- Algo corto y simple, hablando con un tono amigable y una ligera sonrisa ladina, tal vez con eso podríamos empezar una conversación...

Notas de juego

*Jim y Kalina

Por si no quedó claro, le estoy hablando a Kalina xD

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29/03/2021, 21:57
Jim Foster

Después de sentarme habían seguido entrando en la sala gente singular, sin embargo centré la atención en el chico salpicado de sangre o tomate, no veía claramente si se trataba de un actor o un cocinero porque llevaba una especie de batín blanco, de todas maneras para salir de dudas le había preguntado si era médico.

Me resultó curioso como me respondió, utilizaba una especie de radio para comunicarse, igual era un traductor. Me levanto para que la comunicación sea fluida - Yo me dedico a la canción - intento aparentar normalidad pero finalmente se me escapa la risa - jajajajaa, es broma, es broma, perdona. Conduzco, conduzco todo tipo de transportes, camiones, tractores, articulados, motos... Me gusta conducir - le guiño un ojo a Darth Vader y me vuelvo a sentar.

El chatarrero ha eclipsado mi atención cuando aludió a que practicaba la carroñería - vaya, así que, eres un ingeniero de esos que va recolectando material disperso, interesante - estiro el brazo para chocarle el puño - encantada, Eylo - Eridani, claro Eridani... ni p. idea qué coño es eso, igual es una etnia o una religión; por suerte lo explica - ah vale, lejos... Si te soy sincera, nunca he estado ni sé dónde queda - podría haber intentado quedar mejor pero para qué, había sido espontáneo, no tenía porqué saber todos los nombres de las colonias y los planetas; aunque si hubiera estado seguro que lo recordaría - tu primera vez? Joder, pues si nos dan tiempo, te puedo enseñar la ciudad... - miro al resto - podríamos ir luego todos a tomarnos algo ahí fuera, he visto una cantidad de cantinas estupendas de la que venía hasta aquí - claro que igual, nos ponen horarios o no nos dejan salir, no estaba yo muy puesta en el protocolo militar.

Había un tipo jugando con una moneda, bastante habilidoso llevándosela de nudillo en nudillo. También resulta sociable y se incluye en la conversación - de la Tierra también - parece el típico buscavidas - si te gusta jugar... - le pongo la mano en la suya cortándole el juego, le cojo la moneda, la coloco sobre mis dedos y "plin" arriba que se fue - ¿cara o cruz? Cara te la devuelvo y cruz abres la ventana.

Cae sobre la palma de mi mano y tapo el resultado - Eylo ha dicho que hace calor... - le pongo unos ojitos y pestañeo con clara intención de aparentar ser una niña buena. Y hago lo mismo que él, pasándomela de nudillo en nudillo, sólo que con más lentitud pero controlando y luego se la devuelvo.

Notas de juego

evidentemente salió cruz xDD

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30/03/2021, 00:18
William P. Thompson

Supongo que metiéndote en todo esto se acabó un poco lo de meterte en líos 

Billy aceptó la mano de Eylo con una sonrisa agradable - Espero que no - dijo con una mirada traviesa - Lo que se acabó es lo de que me pillen - Añadió dándole a su voz un tono confidencial aunque un volumen nada confidencial al tiempo que le guiñaba un ojo cómplice - William, pero prefiero Billy - Bueno, estaba claro porque habían seleccionado a Eylo, alguien capaz de convertir en plata la mierda con la que solían trabajar, podía hacer oro con lo que obtendría en la flota espacial - ¿Carroñero? Bueno, ya sé a quien tendré que copiar en temas de ingeniería y mecánica - Afirmó mientras soltaba una ligera carcajada en un tono amistoso y de bienvenida. 

Luego la chica que parecía menos formal propuso la mejor idea que había escuchado en todo el día - Desde luego, conozco un par de garitos no muy lejos donde empieza lo bueno bastante pronto, además... - comentó al tiempo que extendía la vista hacia el resto - Si vamos a ser compañeros parece una forma excelente de ir conociéndonos - Era mejor que pudiera tener voz sobre el pub al que ir, había un par a los que no podía volver y la chica le quitó la moneda, algo que Billy no impidió... 

si te gusta jugar... -

La sonrisa del joven Thompson se hizo más amplia hacia uno de los lados - Oh, me encanta jugar - 

¿cara o cruz? Cara te la devuelvo y cruz abres la ventana. 

- Lo que no me gusta es apostar sin algo que ganar - continuó al tiempo que arrugaba la nariz durante un momento en un gesto pícaro - Aunque ya que no hay ventanas porque estamos en la sala más sosa que ha construido la humanidad, puedo abrir la puerta - Momento que aprovechó para hacer desaparecer la moneda e ir hacia la puerta para abrirla