Partida Rol por web

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA

No pudo evitar posar su mano sobre su frente y descenderla, despacio, por su maltrecha cara vendada. Negó con lentitud, en una conversación interna que él mismo estaba teniendo.

- ¿No lo veis? Somos las cabezas de turco de la ciudad, los chivos expiatorios. Nos han señalado y nos echan de aquí con dinero en el bolsillo. Tienen miedo de lo que puede venir por lo de Angstville, nos eligen para que paguemos nosotros las posibles consecuencias. Estamos en una situación delicada, donde si queremos conservar la vida, debemos ser prudentes. Usad la cabeza. A nosotros nos han comunicado la decisión de exiliarnos hoy, pero pueden haberla tomado hace tiempo e incluso haber filtrado nuestro paradero y cualquier información necesaria. No podemos discutir nuestros planes en mitad de un Saloon repleto de gente que puede escucharnos y vender lo que estamos hablando por nada y menos. Decidamos en privado lo que vamos a hacer, después y si decidimos estar juntos decidimos si estos tres son de confianza y pueden unirse a nosotros y luego fijamos un objetivo y lo afrontamos. Pero no en mitad de un saloon, donde rompemos vasos para llamar la atención.

Su voz era desagradable, como su cara y como sus palabras, pero estaba convencido de que debía advertirlos. No ponían cuidado, no sabían lo que él sabía, quizás por eso fueran tan inocentes. Su boca se apretó al pensarlo y blasfemó para sus adentros.

- Seguir hablando aquí es pintarse una diana enorme y llamar a nuestros enemigos a que nos disparen. No es el lugar y no son las formas. Usad la cabeza o no llegaremos a salir de Darkgate.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA
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Sorbió su cerveza fijo en James T. Shidi.
-Disculpa "colega" no sabía que ahora Daeron, Briaeros y tú repartieseis los carnets de miembros. Si es así indícame qué tengo que presentar , ¿ 3 copias de mi tarjeta de identidad?
Se levantó levemente
. Hasta donde yo sé, las cosas aquí no son así. Emil y yo hemos sangrado por los Rift Warrios y hemos perdido gente, salvo que tu sangre y tú gente valgan más vamos a dejar el pasado, que te conviene . Todos sabemos para quíen currabas tú en el pasado. Tenemos un presente que afrontar y un futuro. Que propongas a Daeron me parece cojonudo, pero hasta ahí llega tu voto, y lo siento, creo que vale lo mismo que el mío.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA

​- Tres cosas, gente. Y permitidme- ​hace una reverencia teñida de sentido dramático hacia Thomas- ​empezar con Thomas. Entiendo tus preocupaciones. Incluso las comparto. Pero ahora mismo lo que estamos demostrando es unidad. Se que puede parecer lo contrario, ¡pero por todos los diablos que siento que es una maravilla venida de los dioses antiguos, nuevos, y todos los demás, el que tantos de nosotros queramos asumir el manto de líderes! ¡Mucho peor sería que estuviéramos todos sentados, mirando torvamente a nuestro alrededor, aterrados y dolidos por tener que abandonar este Saloon!- ​al decir esto mira un momento a Marie Chatelle y le lanza afectadamente un beso- ​Saloon en el que tan bien hemos sido tratados por otro lado, y que siempre guardará un lugar en mi corazón. Peeeero.... no es mi hogar. Darkgate no es mi hogar. Hace tiempo vengo pensando- mira a James al decir eso y se toca el imaginaria ala de un sombrero aun más imaginario- ​que lo más bonito y grande que había creado, o participado en crear, como parece indicar reforzando mi necesaria modestia mi querido hermano, camarada, y ex empleado James, son los Rift Warriors. Así que, sinceramente, por mi perfecto. Los Rift Warriors son mi hogar. En todo caso, ahora, no tenemos otro. Así que, para calmar a Thomas propongo dejar la discusión sobre a donde ir y qué será lo próximo que hagamos para otro momento. Sin embargo, sí quiero que salgamos de aquí con un líder. Y sabiendo si estamos todos dentro, o alguien quiere abandonar a los demás. Cosa que sentiría enormemente.

​Emil hace un silencio, aclarando sus ideas y continúa.

- ​He oído tres propuestas para ser líderes. James ha propuesto a Daeron, lo que ha sido ratificado por Alexa. Daeron puede ser un líder extraordinario. Como bien han indicado ambos, ha dirigido a los Rift Warriors en muchas de sus misiones más esforzadas, y su mérito como táctico es evidente. Si Daeron es elegido líder, yo, Emil, lo seguiré. También el bueno de Halberd Hammerstaff ha propuesto a la alcaldesa Muxu como nueva líder. ¡Diablos que es buena idea! Muxu es pragmática, eficiente, bien conocida en Santa Fé, y es una mujer preciosa. Sí, lo se, lo se. Es innoble decir eso. Pero es la verdad- hace una reverencia decimonónica a la alcaldesa y luego tras una sonrisa perversa y divertida, recobra la seriedad- ​Al margen de juegos y requiebros, si Muxu es nuestra líder, la seguiré. Y luego, el bueno de Quick Silver me propone a mi. A ver... Quick, Daeron, Briaeros y James son nuestros amigos. Es genial que digan lo que piensan. Al fin y al cabo, es verdad que vienen de combatir, y nosotros no. Todos somos Rift Warriors, salvo los recién llegados, que luego veremos si se quieren, o no, unir. Y que, al menos en mi opinión, parecen saber lo que se hace, y será un placer estudiar su solicitud de ser parte del grupo. Pero los Rift Warriors tenemos que decidir primero quien es nuestro líder. No es malo que Daeron y Muxu quieran liderarnos. Yo, por mi parte, también consideraría tal cosa un honor.

Votemos. Creo que es lo mejor, ¿no os parece? ¿Alguien más quiere presentarse o prefiere no ser elegido? 

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA

Daeron escuchó los comentarios y casi discusiones entre los diversos presentes. Hierático, con el cuerpo hacia adelante, sus codos sobre la mesa, sus dedos entrelazado y sus ojos asomando sobre ellos, meditó todo lo que se hablaba. Sus manos ocultaron la sonrisa que se dibujó en su boca y su intencionado velo de apatía cayó.

Dedicó una mirada de complicidad al temperamental Shidi y otra al borg Briaeros, todo lo que le quedaba de sus antiguos amigos. Se escuchó el ruido de las patas de su silla con el roce del suelo, arrastrándose hacia atrás y el magus se levantó. Caminó lentamente, pasando por detrás del soldado sentado y palmeó levemente su hombro en agradecimiento a que lo secundara.

- Gracias James. No seas tan duro con Quick. Si no ha hecho grandes gestas con los Rift Warriors, pronto las hará - afirmó con voz suave y condescendiente -. Quick pareces ansioso de opinar y votar como si fueras un veterano con pleno derecho que ha realizado grandes hazañas y se ha ganado el respeto para ello. Tú ímpetu esta bien. Será necesario ahí fuera y confirmará tus pretensiones - concedió diplomáticamente, cortando de raíz la discusión entre el pequeñajo y el soldado.

Continuó andando, pausadamente, en círculo, en torno a las mesas y los presentes. Lanzó una mirada a Alexa y asintió levemente, en señal de gratitud por su apoyo. Su mirada se cruzó con la de Jack y en ella había reconocimiento. Finalmente miró a Halberd.

- ¿Crees que escondiendo a los más veteranos limpiará el nombre de los Rift Warriors? - preguntó negando - Vístelo, camúflalo como quieras, pero el grupo es lo que es. Con sus luces y sus sombras - afirmó con voz amable.

- Muxu Meidall - repitió el nombre con elegante énfasis en las "emes" y miró a la mujer, posteriormente, con respeto -. Es una mujer profesional y excelente gestora. Alcaldesa reputada - asintió conforme - Y una gran líder para la paz - pareció saborear esas palabras, mientras se detuvo junto al enano, mirándolo admonitoriamente - ¿Y también para la guerra? - preguntó recordándole con ello que los Rift Warriors eran, precisamente, guerreros y el que tendrían que combatir encarnizadamente en diversas situaciones iba a ser un hecho. Después miró a Muxu, como esperando que un gesto de ella le confirmaría positivamente su última pregunta.

Continuó andando, parsimoniosamente, en círculo, donde el ruido de sus botas al andar eran el sonido principal que se oía. Junto a los guturales engullidos del tal Raxus, al cual le dedicó una media sonrisa por sus condolencias, sus palabras y su voraz apetito. Luego miró a sus dos compañeros, el Reverendo y Equilibrium. A pesar de su frío recibimiento, a pesar de exponerles descarnadamente la situación trágica del grupo y la indiferencia hacia ellos mostrada, seguían empeñados en querer entrar. Asintió a ambos y tomó nota.

- Thomas - se dirigió al Line Walker con cordialidad - En esto le voy a dar la razón a Emil. Creo que no tenemos que salir de aquí sin haber constituido grupo y con líder electo. Nuestro destino, será cosa nuestra que puede y debe ser decidida en secreto - asintió dándole la razón en ese punto - Pero no podemos demorar más el tiempo. Apenas nos queda - afirmó dejando clara su intención desde el principio: sí a la continuidad de los Rift Warriors.

- En el pasado yo he sido miembro, tesorero y líder de los Rift Warriors - se dirigió a los presentes de aquel círculo de hombres y mujeres -. Junto a James, posiblemente el mejor guerrero que jamás he conocido; Briaeros, uno de los borgs más espectaculares y duros de los que me he cruzado; y nuestros malogrados amigos, logramos hacer cosas... admirables - afirmó mientras una sonrisa asomo en su boca y sus ojos brillaron con cierta emoción -. El hueco que ellos han dejado jamás podrá ser llenado ni reemplazado, pues eran únicos. Sin embargo a lo que podemos aspirar es a seguir sus pasos. Tomar su testigo y continuar. Y demostrar a los oligarcas de esta ciudad de que no murieron por nada. Murieron por una gran causa - afirmó enérgicamente.

- Los Rift Warriors deben pervivir como grupo o como ideal, de tal modo de que, cuando ninguno de nosotros quede vivo, haya nuevos hombres y mujeres que inspirados tomen nuestro legado y continuen con nuestra misión - su voz vibraba, como el antiguo Daeron, cargado de entusiasmo y optimismo. Y por unos instantes la sintió cerca, su calor, susurrándole al oído.

- Este grupo merece un líder capaz, experimentado, carismático y sobretodo abnegado. Alguien con diplomacia, como primera arma de choque y un gran táctico combativo, que logre aunar y coordinar a los Rift Warriors como una maquina que aplaste a sus oponentes. Alguien que trate a sus hombres como sus iguales y recuerde que antes que héroes, son mortales e imprescindibles. Que se preocupe por ellos, por encima de todo. Y que los guíe a la victoria - proclamó mientras se detenía detrás del elfo y ponía sus manos sobre sus hombros -. Yo creo en Emil. Yo propongo a Emil.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA

Briaeros permaneció todo aquel tiempo sin apenas moverse, escuchando a unos y otros. Probablemente la única muestra visible de que no estaba apagado o algo peor eran los sutiles movimientos de las antenas receptoras de su cabeza, orientándose para recibir mejor qué decía cada uno de los allí sentados. Finalmente, tras las palabras del mago, decidió tomar la palabra

-Puede que sea un Rift Warrior, pero no hace mucho que lo soy. Aceptaré lo que decidáis, y no abandonaré el grupo, es lo único que tengo en este lugar. 

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A MEDIODÍA

Aún concentrado en la comida, a Raxus le llegan los proyectiles que intercambian algunos de los miembros, o miembros no activos, o tipos sin miembro, que se mueven en torno a la figura de los Rift Warriors. Raxus no sabe que pensar de todo este lío. Parece que el tema principal gira en torno al la elección de líder. La verdad que esto parece un chiste.

- Van un mago, un elfo y otro mago, de camino para ser líderes de los Rift Warriors... -.

Entre magos y orejas puntiagudas, no van a sacar un tipo que se llevara su voto, al menos convencido. Por suerte Raxus no tiene que hacerlo, y menos aún dar su opinión. Ha venido aquí con un objetivo y es formar parte de esta buena gente. Hombres y mujeres cuyo valor está más allá de toda prueba, aunque ahora se vea puesto a prueba por aquellos con quien vivían, y defendían según parece. Es algo triste de contemplar, y como a Raxus no se le ocurre nada que pudiera ser útil en este trance, prefiere callar y seguir degustando los manjares del Saloon. Y pedir más cerveza, claro.

- Señoggita, ¿seggía tan amablge de traeggme maggs cer-gve-za pogg fafogg? - Raxus se esfuerza en tragar. - Debo felicitarla por su excelente mano en la cocina, mi Señora. - Una sonrisa y una breve inclinación de cabeza termina mis palabras.

Sábado, trece de enero de 105 PA.

A MEDIODÍA.

Sentía el ambiente más animado, habíamos pasado de la pena y la decepción máxima a pensar en reconstituirnos nuevamente. Agradecí con voz baja a Marie por su intervención. No podía sumirme en el desconcierto, la tristeza o la ira que estaba sintiendo, había que sacar fuerzas de flaqueza, yo, más aun, siendo una Justice Ranger. Me di vuelta en mi asiento y procedí a dar mi opinión:

"-Somos todos integrantes de un mismo grupo, no importa en qué momento o lugar. Estoy convencida de quién quiera que nos lidere lo hará de la mejor manera o no podría ser llamado un Rifts Warrior - miré a Emil. - Si eres el líder, te seguiré, pero también estaré ahí para oponerme cuando sienta que no estás haciendo lo correcto y eso va para quién sea que tome el puesto de representante. Si nuevamente seremos un grupo, habrá que dejar las diferencias de lado, especialmente ahora, en donde enfrentamos una situación crítica."

Miré a Noa, la más pequeña de nosotros, estaría donde ella quisiera ir. 

"-Debemos votar, ahora."

Dudaba si habían o no personas con malas intenciones escuchando lo que estábamos hablando en el Saloon, poco me importaba, la traición hacia nosotros ya se había cometido.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA

- Gracias Daeron. Gracias.

Había, realmente, poco más que pudiera decirse. Mientras hablaba Emil rápidamente pensaba en algunas posibilidades que, hasta hace un segundo, eran meros bocetos en su mente. Había mucho por hacer, sin embargo, las palabras de Vicky le volvieron a la realidad. Miró a la ranger, sin poder dejar de pensar en el tiempo que había pasado cuidándola, esperando a que despertara cuando ese enorme dinosaurio se llevó el brazo de la Morrisona.

Sin embargo cuando yo estuve en coma... nadie en mi lecho.

Aunque quisiera silenciarla, la voz en su cabeza estaba ahí, recordándole el dolor y la desolación. De alguna manera había esperado que ella estuviera allí cuando despertó.

De nada sirve quejarse porque el mundo no es como te gustaría, chaval. Al tajo.

Ese último pensamiento casi le hizo sonreír y le dio la fuerza suficiente para sonreír a Vicky, con donaire y garbo, y negar con la cabeza.

- Claro, Vicky. Estoy de acuerdo con todo lo que has dicho... pero por ahora solo me he presentado yo. ¿Muxu te presentas finalmente? ¿algún otro?

Sábado, trece de enero de 105 PA

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Escucho la presentación de Briaeros Hekatonkiros, quien explica que el consejo de DarkGate ha decidido exiliarlos por sus actos. No lo entiendo ni me cabe realmente en la cabeza como es que los regentes piensan que eso puede ser bueno para la ciudad.

Entonces Callahan suelta uno de sus discursos motivacionales y no es malo, aunque quizás un poco violentos para quienes acabamos de conocer. Asiento a sus palabras a medida que las pronuncia pues encuentro razón en todas ellas. Pero entonces Daeron vuelve a hablar y en sus palabras solo se destilan la derrota y desesperanza. Siento que no estoy frente a un héroe solo porque él no piensa que es uno. Creo que lo que murió en esa batalla que indican no solo fueron sus amados compañeros, sino también el espíritu de los que sobrevivieron. Es entonces que siento rea lástima.

Xavier da un paso al lado y espera a que ellos decidan primero, lo que creo que es lo más sabio para nosotros ahora, por lo que también me hago al margen para darles el espacio que necesitan. Quick Silver comienza a hablar y me hace más sentido lo que dice pues es una forma de ver el lado positivo de las cosas y ese es mi fuerte actualmente.

De pronto, un vaso se rompe cerca de nosotros y veo que es una forma de reclamo de la mujer que luego insta al grupo a comenzar a poner sus cojones donde deben estar, aunque no muy diplomáticamente. Sonrío para mis adentros.

Un hombre con la cabeza vendada comienza a insistir en que no deberían hablar en este lugar sino que debería ser algo privado. Luego comienzan a exponer sus distintos puntos de vista hasta que habla el elfo que señalan como Emil y que se presenta a sí mismo antes de dar un discurso muy bueno y digno de un líder. Una chica pregunta por Cuchillo Rojo, pero decido guardar silencio pues no es algo que me enorgullezca mucho.

Raxus opina y luego un tipo que parece duro y que no está muy de acuerdo con las palabras que se pronunciaron a favor del elfo. De hecho, dice que Daeron es el líder para él. Así comienzan a darse los votos a favor de uno o de otro, saliendo también el nombre de Muxu como el de candidata, mujer a la que aún no conozco pero de la que hablan bien.

Entonces pierdo el hilo de la conversación.

"Emil me cae bien y creo que me aceptará como Rifts Warrior pues entiende que allá fuera el número hace la fuerza y además, creo que extraño comer peras jugosas, verdes o amarillas, da igual. El punto es que los jueves ya no son lo mismo que eran cuando comía peras, les falta un poco de sonido, aunque esta comida está bien también."

Continúo comiendo el plato que se me sirvió, feliz y con mi rostro radiante de alegría, aunque me parece un poco más picante de lo que me apetece pero es mucho mejor que el Rhino-Buffalo pasado. Aunque él sabía a victoria y esto definitivamente no sabe a peras.

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A MEDIODÍA
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Daeron acaba de darnos una lección de inteligencia y sabiduría digna de un gran líder. Se puede decir que lo ha perdido casi todo en la última misión, y ahí está arrimando el hombro. Si fuera a presentarse puede que tuviera mi voto solo por la manera en la que ha hablado.
James, nos conocemos hace mucho, te pido disculpas y espero que podamos ayudarnos mutuamente en el futuro.
Se terminó la cerveza y miró hacia la barra con nerviosismo, sabía que su atención no permanecería en esa mesa mucho rato .
Todo lo que yo tenía que decir, está dicho, mi voto sigue con Emil, aunque seguiré a quien votemos todos. Por mi parte estos tres aventureros también son aptos, su entusiasmo, positivismo y armas de plasma, nos hacen falta.

Sábado, trece de enero de 105 PA

A MEDIODÍA

Muxu alzó la cabeza como Callahan esperaba que hiciera, pero en su caso con la única intención de deshacer con un ademán una de las volutas de humo que se aproximaba a ella. Frunció el ceño por las molestia que sentía en la garganta, ante la sensación opresiva de que le faltaba aire y que daba igual cuanto hiciera o lo mucho que lo intentara porque su pecho no se hinchaba. Era aquel un valioso recuerdo más de esos que había coleccionado en su escasa experiencia como aventurera.

Devolvió la sonrisa a Alexa y en silencio le agradeció un gesto que calmó el dolor de su garganta mucho más que el vaso de leche con miel que sobre la mesa humeaba. Luego miró a Halberd por su inesperada propuesta y sus ojos vibraron emocionados ante la confianza que el enano tenía depositada en ella. De nuevo sonrió agradecida. En aquel grupo aun tenía a grandísimos amigos. Los mejores, sin duda. Eran la única razón por la que se podía plantear, sin que el mundo se le cayera encima, regresar a esa vida, regresar a los Rift Warriors.

- Me temo que un líder para la paz puede ser mejor líder que uno para la guerra aun en tiempos de guerra, Daeron. El primero a diferencia del segundo sabe muy bien cuál es el objetivo, el final deseado, que no es otro que el fin del conflicto. Con el segundo se corre el riesgo de que la guerra se prolongue inútilmente. La guerra es la razón que le lleva al poder y la única razón por la que puede perpetuarse en él. Dicho esto, con lo que no pretendo decir que yo sea buena líder para nada -carraspeó algo avergonzada-,  me presento- respondió a Emil.

La antigua Alcaldesa de Santa Fe sabía que ella no sería la que saldría elegida, y le daba exactamente igual. Si había aceptado presentarse era para que no hubiera tan solo una opción, pues el mismo Daeron -el otro potencial candidato- había apoyado abiertamente a Emil; lo había hecho porque cuando no había opciones no había posibilidad de elección ni reflexión ante lo elegido. Que los Rift Warrior tuvieran que elegir era bueno, más aun cuando aquel día ya habían elegido por ellos en una ocasión.

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- Perfecto. Tenemos entonces elecciones.- el corsario elfo parece realmente encantado con la idea- ¿Quieres dar algún discurso, Muxu? Yo ya he dicho todo lo que tenía que decir. Y por mi, podemos proceder a votar a mano alzada, si nadie se opone.- una sonrisa divertida aparece en los ojos de Emil- Y habremos conseguido volver a ponernos en marcha en un tiempo record. Mucho más rápido que lo que nadie hubiera creído.

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Guerra y Rifts Warriors. Rifts Warriors y Guerra. Guerra, guerra.

Halberd quería quedarse en su silla y votar sin hacerse notar más de lo que ya lo había hecho. Pero sintió que no podía quedarse callado respecto a ese punto. El enano se puso de pié en su silla para quedar a la altura del resto.

Espero que nadie se confunda sobre lo que estamos votando. Cuando llegue la hora de usar las armas, que me temo que llegará más temprano que tarde, deberá comandarnos el más capaz militarmente. Quizá ese líder no sea Muxu. No lo sé. Pero lo que importa es que aún no se ha presentado ninguna batalla y no somos los Rifts Warriors que se reunieron en este Saloon para ir en busca de María García. Lo que importa es que ahora mismo somos un grupo de exiliados que busca su rumbo y necesita hacer amigos entre las poblaciones que visite. ¿Dejará la gente entrar en su pueblo a un grupo de mercenarios liderados por el carnicero de Angstville o a un elfo apodado "el corsario"? - Sabía que sus palabras resultarían dolorosas sobre todo a Daeron. Y no quería ofenderle, pero es lo que mucha gente pensaría cuando les viesen.- No es mi intención ofenderos, no es lo que yo pienso de vosotros. En Dark Gate saben que no somos carniceros. Pero no se trata de lo que piense yo ni la gente de DarkGate.

Daeron y Emil son buenos líderes para la guerra pero, ¿serán buenos líderes para unos exiliados que no buscan problemas?...¿son buenos líderes para la paz?

Emil, preguntas si Muxu tiene un discurso, pero los que estamos aquí no necesitamos oír un discurso que enardezca nuestros ánimos y nos guíe a la batalla. Necesitamos una líder que pueda apaciguar los miedos de los nómadas y la gente de las poblaciones que nos encontremos. Que les convenza de que no somos mercenarios. Necesitamos una líder con un discurso que nos abra puertas.

Se sentó al tiempo que decía lo único que le quedaba por decir. Creí que estabamos de acuerdo en que ahora necesitamos cuidar de nosotros mismos. Mi voto es para Muxu.

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Miró la colilla aplastada en el cenicero. Junto a él, los dedos de la diestra de Callahan tamborileaban quedamente. Un pequeño hilo de humo ascendía de una minúscula hebra de tabaco que brillaba rojiza, resistiéndose a desaparecer. Sonrió. Le gustaba todo aquello que se aferraba a la esperanza.

Alzó la mirada y suspiró ante el espectáculo de ver a Raxus comiendo. Era un pozo sin fondo. Desvió la mirada hasta Equilibrium y le guiñó un ojo. Mientras, unos y otros se pronunciaban. Guerra, paz, candidatos para afrontar la una y la otra o ambas a la vez pues iban indisolublemente unidas, lo supieran o no los allí presentes.

Se inclinó sobre la comida y olfateó. Hasta los vapores desprendidos picaban abiertamente, promesa de que en boca arderían. Y más tarde también, cuando se sentara a reflexionar en el baño. Y en medio de todo ello, los escuchaba. Dos candidatos al liderazgo, pues aun cuando Daeron había apoyado abiertamente a Emil, no había renunciado a la candidatura a la que lo habían erigido.

Una cucharada del guiso llegó prudentemente a la boca de Callahan. Su contenido, sabroso y untuoso. Y ardiente como las llamas del infierno. Un plato digno de Satanás que hubiera llorado ante él. Bebió con ansiedad la cerveza, tratando de aplacar el fuego que devoraba su lengua, mientras la alcaldesa hablaba también. Su nombre era como un beso. Y toda ella como uno de aquellos habaneros que aderezaban su comida. Sus palabras eran sin embargo inadecuadas. Nadie podía venderse diciendo que quizá no fuera una buena líder. Y aun así, si tuviera derecho a voto, la elegiría. Por ser mujer y por buscar la paz. Sonrió suavemente cuando sus miradas se cruzaron por un breve instante.

Dos hombres y una mujer. Dos magos y un elfo. Tres opciones para encabezar lo que podía ser un éxito o un fracaso en función del camino que tomaran.

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Emil asintió a las palabras de Halberd.

- Esto... ok. Voto para Muxu. Si alguno por tanto quiere explicar su voto cuando lo haga, ya que nuestro bien Halberd lo ha hecho, puede hacerlo. De todos modos, sólo por aclarar: soy comerciante Halberd. Y mis caravanas han viajado a esos pueblos antes. Dudo que por liderar yo nos pusieran pegas. Lo que por supuesto no quita para que tu decisión de proponer y votar por Muxu sea perfectamente válida. ¡Qué demonios! estoy convencido que si gana será una líder excepcional y estaré encantado de seguirla.- parece que fuera a decir algo más, pero finalmente con cierto ánimo dramático tomó una de las mesas, y puso, en el lado izquierdo, una de las jarras vacías- Por ahora Muxu uno, y yo cero. ¿Más votos?

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Xavier carraspeó ligeramente.

-No quiero meterme donde nadie me llama, pero como observador independiente y por la veracidad de estas elecciones, diré que la alcaldesa Muxu tiene dos votos. El tuyo y el suyo -dijo señalando al tipo de la cresta que la había votado antes que el elfo-. Así pues, alcaldesa Muxu dos votos, Emil cero votos y queda por ver si Daeron renuncia o no formalmente a la propuesta de liderazgo formulada por uno de los aquí presentes pese a su declarado apoyo a tu candidatura. Y ahora, vuelvo a callarme -dijo sonriente.

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-De eso nada Emil , si mi voto, y el de Daeron cuentan, llevas dos. Si contamos el tuyo, como el de Muxu, serían 3.

Sonrió sardónico y se levantó hacia la barra a reponer bebida y a charlar un rato con Marie, las diatribas y las precisiones le aburrían soberamente y prefería esperar al resultado.

-Voy a la barra, ¿alguien quiere algo? James: ¿una birra de la paz, fenómeno?

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Emil pone una jarra vacía más para Muxu, y luego tres jarras vacías en su zona.

- Pues como se señala por aquí... Muxu vota por sí misma, y Daeron (salvo que me diga lo contrario), Quick Silver, y yo, votamos por mi. Tres, dos, a mi favor, por ahora.

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Los ojos de James no se apartaron de los de Silver, al igual que su mano no abandonó la culata de su pistola. El ceño fruncido y los ojos entrecerrados, como si estuviera oteando el horizonte en el momento del despertar del sol; la mandíbula cerrada con fuerza, abultadas sus mejillas por la tensión en los maseteros. El soldado inspiró profundamente y dejó escapar el aire de manera pausada, expulsando la ira con él.

—Voy a la barra, ¿alguien quiere algo? James, ¿una birra de la paz, fenómeno? —preguntó el quick flex, conciliador.

J.T. siguió aguantándole la mirada por un par de largos segundos.

—Pagas tú..., figura... —respondió con una voz afilada como una cuchilla de afeitar— En cuanto a la votación, yo confío mi voto a Daeron —prosiguió, asintiendo con la cabeza en dirección al mago en señal de respeto y complicidad—. Eso deja el cómputo en tres para Emil, dos para Muxu y uno para Daeron. También me gustaría añadir algo que quizás los que no estuvisteis con los Rift Warriors en sus últimas etapas no sepáis. Hubo un momento en que se eligió tener dos líderes a la vez: uno para las acciones militares y otro para la diplomacia y la planificación. Quizás podamos seguir esa línea de organización, pero ya que empezamos de cero, será como decidamos todos.

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- No digáis que no os lo advertí.-murmuró con resignación Thomas.

Sus palabras y prevenciones habían caído en saco roto y eso le frustraba profundamente, no podía seguir advirtiéndoles o podría parecer un paranoico, si no lo era ya. En silencio escuchó a sus compañeros, el deseo de poder parecía embargar a algunos y las ganas de nombrar a un líder a otros. Mientras oía sus argumentos, sus ideas y opiniones, él permanecía en silencio. Rebuscaba en su mente las posibles alternativas que tenía y las que podía elegir. Era complicado seleccionar una y además de complicado era algo importante, las elecciones iban ajustadas y un voto podía cambiar todo. Él podía ser la ficha que desequilibrara la balanza.

- Tras valorar las opciones, tener en cuenta nuestra reciente e incómoda situación y escuchar a los candidatos que se van presentando y las opciones de los presentes, he de decir que no hay que darle mucha importancia a la elección. Si nos atenemos a la estadística, en no mucho tiempo es posible que muchos estemos muertos incluido el líder electo y haya que hacer nuevas elecciones en breve. Confío que eso consuele a los posibles perdedores -con algo que podría ser una sonrisa si no fuera porque tenía la cara destrozada y vendada casi en su totalidad, dijo-. Por el momento, voto en blanco.