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Rifts 20: Rifts Warriors Legacy.

Viaje a Tolkeen (2 de 4).

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23/12/2016, 16:40
RIFTS.

VIAJE A TOLKEEN (2 DE 4):

Notas de juego

- Escena narrativa tipo Viñeta.

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26/12/2016, 17:20
RIFTS.

VIAJE A TOLKEEN (2/4):

Jueves, dieciocho de enero de 105 PA.

El grupo parte de Fort el Dorado a la mañana siguiente de llegar allí. La tarde anterior apenas disponen de un par de horas antes de que llegue el anochecer, y con él todos se van a descansar para estar preparados para la dura jornada de viaje que les espera.

O casi todos. La realidad es que tanto Emil, como James T. Shidi se adentran en la noche de la ciudad, y, cada uno por su cuenta, seducen a jóvenes damas. Al final, ninguno de los dos pasa la noche a solas, y ambos disfrutan del calor de un cuerpo a su lado. Por la mañana se reúnen con el grueso del grupo como si no hubiera pasado nada, y los Rift Warriors pueden continuar el viaje.

En los siguientes pueblos en que el grupo para, Emil ordena paradas breves. En todos ellos habla animadamente con unos u otros hombres y parece estar tratando de cerrar algunos negocios. El líder de los Rift Warriors replanifica en algunas ocasiones la ruta durante el camino, pero siempre con el mismo destino para esta jornada en la cabeza: Kingsdale. La ciudad, con un alto índice de D-Bees, tecnología y magia, parece ser un buen punto para repostar y recuperar energías en el camino del grupo a Tolkeen.

Alexa parece estar excesivamente concentrada en esta etapa del viaje. Observa a la gente en todos los lugares por los que pasa el grupo, consiguiendo hablar con ellos y discerniendo quién miente, y trata de guiar a los Rift Warriors a una emboscada de bandidos o monstruos, y quién dice la verdad y os indica los peligros del camino a buena fe.

Gracias a ello el grupo tiene un viaje bastante tranquilo, evitando la mayor parte de problemas por orden de Emil, y procurando no buscar represalias contra aquellos que tratan de guiaros a una emboscada.

En los lugares en los que no hay posibilidad aparente de negocio, la que suele hablar en nombre del grupo es Muxu. Aunque el mago Daeron suele bajar con la ex-alcaldesa y, de una forma casi mágica, logra que prácticamente todo el mundo responda de forma muy positiva a los comentarios y requerimientos de los Rifts Warriors. Parece como si Daeron hubiera sido bendecido con el don de la palabra.

Por el contrario, Equilibrium no puede evitar mostrarse hosco, antipático y desconfiado durante la mayor parte del viaje. Para él todas las personas que el grupo se encuentra son o bien potenciales saqueadores, o bien informantes de algún clan de bandidos que planea alguna emboscada sobre los Rifts Warriors. Después de todo, el grupo viaja por tierras salvajes y páramos sin ley ni justicia. El justiciero piensa mal de casi todo el mundo, y, probablemente, en muchos casos, esté en lo cierto.

Tanto Briaeros como Equilibrium, Quick Silver y Xavier demuestran una pericia excepcional a la hora de conducir los vehículos del convoy, sorteando obstáculos en los tramos más accidentados, e incluso evitando pasar por lugares de emboscada obvios.

Por su parte, Halberd procura mantener los vehículos en buen estado, aunque parece distraído. Su atención parece más bien enfocada a alguna especie de proyecto tecnomágico que realiza en conjunción con Jack Tanreack. Ambos pasan mucho tiempo juntos, y en numerosas ocasiones se acercan a Raxus.

En los ratos en que no trabajan juntos, Jack Tanreack está trasteando en el interior del vehículo con una “vieja” radio. En un par de ocasiones intercepta alguna transmisión de la Coalición, y es gracias a ello que el grupo averigua que Fort el Dorado, aun sin pertenecer a la Coalición, mantiene un pacto con ellos y ha informado del paso de los Rifts Warriors por su territorio, y la ruta que aparentemente tomó el grupo.

Por suerte para ellos, James T. Shidi ha ido dejando varios rumores falsos sobre su destino en los diversos pueblos por los que han pasado, aunque en uno de los pueblos, su bravuconería – o quizás fue algo premeditado – provocó una pelea de taberna entre varios componentes de los Rifts Warriors y algunos lugareños. Nada importante, y desde luego, sin armas de por medio, pero sí hubo heridos y algunos ojos amoratados. Finalmente los Rifts Warriors tuvieron que marcharse algo más rápido de lo esperado, pero sin mayores percances.

Pese a que la pelea molestó a Emil, el líder del grupo no puede negar que el ánimo ha mejorado tras la misma. Las chanzas entre los miembros del grupo aumentan, e incluso parece existir más complicidad. Algunos recuerdan con sus comentarios a Raxus levantando sobre su cabeza a uno de los rivales de la pelea, y lanzándolo contra la barra. Ése y otros momentos de la pelea arrancan sonrisas entre los miembros del grupo, y el viaje continúa con mejor humor.

Thomas y Xavier también procuran mezclarse con los lugareños, evitando las peleas, y entre todos logran recabar algo de información. Al parecer la Coalición ya está en proceso de persecución oficial sobre los Rifts Warriors. Han anunciado cuantiosas recompensas tanto por la cabeza de los miembros del grupo como por pistas sobre su paradero o destinos próximos. Afortunadamente, las noticias sobre dichas recompensas aún no son más que rumores en los lugares a los que llegan los Rifts Warriors, y para cuando se confirman el grupo ya está en marcha de nuevo.

En una de las paradas del viaje, los arcanos se reúnen de nuevo para hablar sobre las fluctuaciones de energía en las Ley Lines. No tienen claro qué las ha provocado, aunque Jack propone algunas teorías plausibles: un elevado número de muertes a kilómetros de distancia, fluctuaciones de energía geotérmica, incendios forestales de dimensiones descomunales, e incluso tormentas o actividad dimensional. El debate mantiene entretenidos a los magos durante mucho tiempo, quizá demasiado, hasta que Emil impone orden de nuevo y el grupo se pone de nuevo en marcha. Finalmente los magos deciden esperar a llegar a Kingsdale, donde seguramente puedan intentar conseguir algo más de información al respecto de los cambios en las Ley Lines.

Por otro lado, es Raxus quien se encarga realmente de mantener los vehículos en buen estado, e incluso invierte gran parte de su tiempo en buscar agua y fuentes de alimentos en las paradas, para no consumir tantas provisiones de las que lleva el grupo consigo. En sus pequeñas expediciones lleva consigo a Xavier, y en una de ellas tiene que regresar a toda velocidad cuando un lagarto mutante del tamaño de un perro grande sorprende a Xavier y le muerde antes de que el hombre elimine al animal con su pistola de iones. El mordisco no parece gran cosa, pero es bastante posible que sea venenoso, o que provoque una infección, pues se hincha a gran velocidad y muestra mal aspecto.

El enano parece frustrado por no haber sido capaz de evitar el incidente del lagarto, y algunos de sus compañeros se percatan de que Raxus se pasa los días haciendo unas muescas con el Cuchillo Rojo en la carrocería del Hovercoche. 

Finalmente, tras otra larga y agotadora jornada de viaje, el paisaje comienza a mostrar signos de acercarse a su destino final. La carretera principal cruza a través de colinas bajas cubiertas de bosques, principalmente robles y nogales, y tras cruzar un afluente del río Missouri, el convoy llega a Kingsdale.

Geoff Mercator, dictador y gobernante reconocido de Kingsdale, se encuentra a la entrada de la ciudad en persona para recibir al grupo, y solicita una reunión con Emil o el portavoz del grupo, además de ofrecer la hospitalidad de la ciudad, al menos temporalmente.

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29/12/2016, 18:22
Halberd Hammerstaff.

Ocurrió en Fort el Dorado. Hablerd, como solía hacer, se había quedando trabajando en el proyecto de los guantes de potencia hasta muy tarde. Unas pocas horas de sueño le bastaban pero antes de irse a dormir quiso estirar las piernas y airearse. Ya no quedaba nadie despierto de los Rifts salvo los que estaban de guardia y Halberd prefería estar solo en ese momento así que no les avisó de que se alejaba de la caravana.

En su paseo escuchó el llanto de un niño junto a un edificio en ruinas de las afueras. ¿Qué harían niños en ese sitio tan tarde? Cuando se acercó, un niño harapiento de unos diez años salió a su encuentro. -Señor ayúdeme por favor, Timi se ha caído al sótano por un agujero que se ha abierto en el suelo cuando jugábamos y no puede salir. Creo que se ha hecho daño. Es profundo y yo no tengo fuerza para subirlo.

Halberd se apresuró a seguir al chaval al interior del edificio hasta una abertura en el suelo de cemento desde la que se oía un quejido lastimero. A partir de ahí todo ocurrió muy rápido. El suelo estaba encharcado pero no era agua lo que pisaba sino aceite de motor. El agujero daba a una suerte tolva. Antes de que pudiese darse cuenta una cuerda se tensó a sus pies a modo de zancadilla. Halberd tropezó y se fué contra el deslizante suelo. Al tratar de detener la caída con la mano, la palma de su mano resvaló en el lubricante y se golpeó la frente contra el suelo. De detrás de unos contenedores laterales salieron dos muchachos adolescentes que habían tensado la cuerda para empujarle hacia el agujero.

Vamos, vamos, ya lo tenemos. - Cuchicheaban conteniendo la euforia.

Halberd rodó por la pendiente de la tolva que daba al sótano y cayó aparatosamente en un contenedor acolchado con mantas. Sobre él se cerró una tapadera.

El que había cerrado el contenedor informó a los de arriba. - Lo tenemos, lo tenemos. Hemos capturado a un Rifts Warrior. No creí que pudiera funcionar. Jajaja. Es increible. La coalición pagará una fortuna. Venga, acercad la ranchera. Vámonos antes de que lo echen de menos. Jajaja.

Entre el golpe en la cabeza, rodar y la caída en el contenedor, Halberd estaba demasiado aturdido para ser consciente de lo que ocurrió a continuación. Lo siguiente que recordaba era la amplia sonrisa de Shidi desde fuera del contenedor.

-Vaya, vaya. Mira lo que tenemos aquí. ¿Qué curiosa es la vida? La chica con la que he pasaba la noche estaba preocupada por la ausencia de su hermano pequeño hasta el punto de hacerme salir a buscarle. Y ¿a que no sabes donde estaba el pequeño Arthur?... bueno, supongo que te lo imaginas. ¡Como son los niños!

Anda ven, acompáñanos. Quiero volver a casa de la chica a que me dé muestras de su gratitud por haber evitado que su hermano se metiera en un buen lío. De paso podrás ducharte y quitarte esa suciedad sin tener que dar explicaciones al resto de los Rifts. Este será nuestro secreto.

Halberd caminó, avergonzado de su propia ingenuidad, junto a Shidi y al niño que le había engañado en un primer momento. El chico que parecía aún más dolido que el propio Halberd.

- Íbamos a ser famosos. Íbamos a ser héroes... Mi hermana es una estúpida. Siempre lo estropea todo - Dijo el pequeño con resignación.

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30/12/2016, 10:07
James T. Shidi.

El plato estalló con fiereza contra la pared tras Shidi rompiéndose en pedazos que saltaron por todas partes. Durante un segundo el ex-coalicionista dibujó una sonrisa en su rostro marcado por las múltiples batallas que había vivido. Había sido muy fácil iniciar una pelea en aquel bar de mala muerte. Ahora sólo tenían que andarse con un poco de cuidado para que las consecuencias no fueran demasiado negativas.

Cuando el hombre gordo, con camiseta de tirantes blanca, toda manchada de mugre y amarillenta por el sudor reseco, se lanzó a por él, Shidi sólo tuvo que dar una fuerte patada a la silla para que ésta saliera volando hacia su trayectoria. El choque fue tremendo. La madera crujió, astillándose, pero lo que hizo poner una mueca de satisfacción a Shidi fue el inconfundible sonido de una nariz rota.

-¡Groooaaaaarg!- El hombre se levantó con torpeza, una mano tapando la nariz que chorreaba sangre.- Te voy a batar, capullo.

Lo siguiente que voló por los aires no fueron más piezas de la mierdosa vajilla del lugar, sino unos dientes tan amarillentos y agujereados que más parecían un queso de gruyere. El gordo trastabilló hacia atrás pero parecía no darse por vencido.

-¡Hijo de puta! Be laf vaf a pagar...cof, cof...- El hombre escupió en el suelo un esputo mezcla de saliva, sangre, mucosidad y trocitos de diente y se lanzó de nuevo al ataque para satisfacción de James T. Shidi. Le bastó ese fugaz instante para comprender que el hombre estaba bajo algún tipo de droga, como delataban sus pupilas dilatadas. Si no hubiera sido así ya hubiera salido huyendo hacía bastante.

Como si el tiempo se hubiese ralentizado, algo que al experimentado militar siempre le ocurría cuando estaba en combate, pudo echar un vistazo a su alrededor para ver cómo les iba al resto de Rift Warriors allí presentes. Le hubiera gustado poder detenerse más a contemplar el espectáculo pero tendría que conformarse con disfrutar después con las chanzas y épicos relatos de lo ocurrido una vez estuvieran lejos de allí y entre amigos.

El tercer golpe que se llevó el pobre hombre fue con la mano bien abierta. Una bofetada de potencia brutal y que dejaría en su rostro un picazón y una marca humillante. Fue suficiente para que Shidi pudiera centrar su atención en ayudar a los demás, aunque no hacía mucha falta. Ver a Raxus levantar a otro de lo matones por encima de su cabeza y lanzarlo como si fuera una pluma contra la barra a punto estuvo de sacarle, allí en medio de la refriega, una sonora carcajada.

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30/12/2016, 11:48
Raxus.

VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN "EN BUSCA DE UN NUEVO HOGAR"

Jueves, dieciocho de enero de 105 PA.


El Enano estaba bastante enfurruñado. Después de la charla con el Elfo, se pasaba las horas soñando con un encuentro con esbirros de la Coalición para dar rienda suelta al castigo de los Rift Warriors sobre ellos. A pesar de que los dirigentes de DarkGate eran unos capados, la culpa última de que los Rift Warriors se vieran condenados al exilio era de la Coalición. Lamentablemente los Rift Warriors contaban con exploradores aéreos excelentes, además de un grupo de magos lenguaraces, y gracias a todo ello, parece que estaban evitando toda suerte de problemas.

- Al menos la joven Noa está a salvo. - Era un consuelo para Raxus, sabiendo que la jovencita estaba fuera de peligro por lo menos.

Cuando hacían alguna parada, el Enano sólo se preocupaba de averiguar dónde estaba la taberna donde servían las mejores viandas y bebidas, dejando el trabajo de investigación para los más listos y de buena planta de entre los Rift Warriors. Algunos incluso se rumoreaba que hacían escarceos amorosos, jojo, menudos malandrines eran estos tipos.

Cuando se habló de la parada en Tolkeen, Raxus rio a gusto mientras pelaba un reptil de aspecto dudoso. Pero luego se removió en su asiento algo sombrío. De haber sabido que el grupo pasaría por allí, no hubieran viajado a DarkGate, y posiblemente Cuchillo Rojo seguiría vivo... Esos pensamientos abandonaron rápido la dura testa del Enano, que era después de todo un tipo práctico, y sabía que lamentar el pasado no aportaba nada para afrontar el futuro.

En el viaje, Raxus se presta a las pruebas que su "primo" Halberd y Jack Tanreach le van haciendo, para el proyecto de guantes de potencia que están creando. Parece que es algo que va lento pero de manera constante. Si como Juicer cuenta con la fuerza para doblar aleaciones, no puede imaginar qué nuevos límites de fuerza podría rebasar con los incrementos del aparato en proyecto.

El Enano se esfuerza en ser útil ayudando con el mantenimiento básico de los vehículos. Lectura de niveles diaria, limpieza de toberas y repaso de integridad de piezas clave entran es su tarea diaria. Además, alterna el mantenimiento con salidas en orden de conseguir provisiones para que la estupenda cocinera que se ha demostrado Noa les prepare platos que nadie soñaría en paladear a pie del polvoriento camino. Incluso cree que le ha salido ayuda cuando Xavier se ofrece a acompañarle a forrajear y quizás cobrar alguna pieza de caza. Pero cuando los dos estaban revisando las trampas que Raxus suele montar en lugares clave, un lagarto mutante carroñero atraído por el olor de una de las presas atrapadas carga ciegamente mordiendo a Xavier. Podíamos haberlo convertido en comida, o al menos ver si su mordedura era peligrosa, pero el dolorido Merc lo vaporiza de un certero disparo. Las armas de energía están muy bien, si tu relación con lo que disparas ha acaba tras apretar el gatillo. Ir desintegrando alegremente no es solución para el hambriento o para el que busca pistas. Raxus se lamenta de haber sido cogido con la guardia baja, y resuelve tener más cuidado en situaciones futuras.

Los días se suceden, y Raxus marca indolentemente el hovercoche con la marca del paso del tiempo. Lo único que le saca de la rutina es la pelea que monta el Merc morado en un pueblo. Se suma alegremente a la revuelta utilizando un mera fracción de su fuerza, en orden de no provocar incidentes permanentes, claro. Un par de caras aplaudidas, y un tipo volando sin motor, son suficientes para elevar la moral del Enano, que parecía algo resentida por la falta de acción.

El resto del viaje se hace más corto, y al ver al mismo líder de Kingsdale preparado para recibir a los Rifts Warriors, sus ojos se abren como platos. Verdaderamente está a punto de formar parte de algo más grande.

 

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31/12/2016, 15:45
Emil el Corsario.

VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN "EN BUSCA DE UN NUEVO HOGAR"

Jueves, dieciocho de enero de 105 PA.


Había que llegar a Kingsdale, y lo cierto es que, por ahora, Emil parecía satisfecho. El convoy que eran los Rift Warriors se movía evitando peligros y ataques, mejor, quizás, que cualquiera de los viajes que habían realizado los Rift Warriors en cualquiera de sus formaciones.

- No durará- musitaba entre dientes cada poco tiempo, con una sonrisa brillando en los labios.

Cada minuto que se alejaba de Darkgate, su humor mejoraba. Sobre todo cuando el Sol empezaba a ocultarse. Entonces hablaba con unos y otros, coordinándose con todos los Rift Warriors e intentando aprovechar las múltiples habilidades de cada uno, con un solo objetivo: llegar a Tolkeen lo antes y lo mejor posible.

Emil felicita a Alexa, Daeron, Briareos, Equilibrium, Quick Silver y Xavier por sus éxitos en evitar celadas, emboscadas y por su pericia. También bromea y hace requiebros galantes tanto a Noa, como a Vicky, como a Alexa. 

Esos requiebros parecen naturales en el corsario quien ni siquiera se inmuta cuando le preguntan, unos y otras, por su compañía nocturna en Fort Dorado. ¿Para qué hablar de la escultural joven con la que había estado disfrutando de una deliciosa cena, y unos postres deliciosos que se habían demorado hasta la mañana? Ante las preguntas, Emil sólo sonrió.

- Hay detalles que jamás se piden a un caballero. Y que este jamás da. Aun cuando sea un caballero corsario, queridos míos.

Ni siquiera la pelea le cabrea especialmente, aunque finge que sí. De hecho sonríe enormemente pero sólo cuando está a solas. Es evidente que la pelea ha venido no bien, sino perfectamente, para la moral del grupo. Pero también es evidente que no es en absoluto adecuado que el jefe se alegre cuando hay ese tipo de cosas. Así que si hay que poner mala cara... pues se pone, ¡qué carajo! Lo que hay que hacer por el grupo, demonios.

Cuando Xavier es mordido, Emil acompaña a Alexa, y da algunos consejos a la joven, sorprendentemente acertados. Parece observar todo, como si pretendiera desentrañar los misterios de las dolencias de Xavier, y sólo sale cuando el tratamiento tiene éxito.

Finalmente llegan a Kingsdale, y el mismo Geoff Mercator estaba en la puerta para recibirles. Era una gran noticia. Pero era peligroso. No había que olvidar hasta qué punto era peligroso relacionarse con las altas esferas. Preparado para una ardua negociación, Emil bajó para reunirse con Geoff, acompañado por Daeron, Muxu, y Alexa, quien en el último momento pide unirse al grupo. Cuando está junto a Geoff, mira un instante a Daeron.

- Quedas al mando hasta mi regreso, Daeron. Guarda el fuerte.- tras las palabras mira a Geoff- Cuando diga, empezamos.

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01/01/2017, 18:00
Alexa.

Jueves 18 de enero de 105 PA


Decir que, dada nuestra situación, no me fío ni de mi sombra es decir poco. Por eso pongo a disposición de mis compañeros las habilidades heredadas de mis años sobreviviendo en las calles de DarkGate. Saber leer los rostros, los gestos, los pequeños movimientos corporales, a veces te permite ganar una gran ventaja. Burdos intentos por engañarnos quedan al descubierto; así como la gente que, de buen corazón, nos marca el recorrido correcto y nos facilita información útil y de interés. No dudo en compartirla con Muxu, Daeron y Emil, quien me recompensa con su labia galante. Como toda respuesta, un seco asentimiento. Aunque más relajado, mi comportamiento hacia los Rifts Warriors sigue siendo en extremo reservado.

La advertencia hecha por Daeron en torno a las líneas Ley me tiene bastante absorta. Voy siguiendo la estela de los vehículos que, hábilmente guiados por nuestros pilotos, me marcan una ruta segura para mi montura. Así, puedo concentrarme en mis pensamientos. Me gustaría ser útil en alguna forma más, pero sé que fuera de la ciudad, sirvo para poco. Eso es más cosa de Vicky, mucho más acostumbrada a los exteriores; o Raxus, cuya costumbre de cazar cada vez que hay una parada, pero sin retrasar la marcha, es bienvenida para no consumir recursos innecesariamente.

Raxus ha traído a Xavier que ha recibido un mordisco de un lagarto. Desafortunadamente no sabe de qué tipo de bicho se trata ya que lo ha desintegrado. No se le puede criticar, pues mejor desintegrado a que hubiera seguido atacando a sus compañeros. Hay un pequeño revuelo en el campamento, mas pronto llego a su lado y lo examino superficialmente. Llamo a Emil a mi lado para que me ayude a atenderlo. Por más fuerte y sano que parezca alguien nunca se sabe. Me concentro en él, en su herida. No es grave, pero el riesgo de veneno e infección está ahí. Mi magia aún no es lo suficientemente poderosa como para contrarrestarlo, así que usamos medios más prosaicos y terrenales: desinfectante y un antídoto universal. Tras un buen rato de curas, Emil y yo regresamos. Indico a nuestros compañeros que Xavier debe estar al menos hasta mañana vigilado.

No hay signos de envenenamiento y la herida ha cerrado bien. Era más aparatosa que grave- tranquilizo a todos con una sonrisa que suaviza mi usualmente adusto rostro-. No obstante, es mejor que guarde reposo para asegurarnos que todo queda perfectamente bien curado. Y yo, aprovecharé para vigilarlo y descansar de la montura un rato, a veces tengo la sensación de que me va a mover todos los huesos de sitio.

Anochece y llegamos a Kingsdale. El día ha sido bastante movido y la verdad es que dada músculo y hueso de mi cuerpo piden un descanso. Me bajo de la cabina del vehículo donde he viajado vigilando la herida de Xavier, comprobando que todo está bien y no se infectaba. Mis poderes sanadores parecen haber hecho efecto satisfactoriamente y podemos descartar totalmente cualquier riesgo de infección. 

Elevo los brazos sobre mi cabeza y voy estirando poco a poco los entumecidos músculos de la espalda, sintiendo los leves crujidos de las articulaciones. Hago suaves rotaciones con mi cuello, hasta que quedo relajada y observo a mis compañeros. Sonrío a Daeron y Thomas. Aunque hoy no hemos podido conversar mucho acerca de las alteraciones que perciben, tal vez podamos sacar un rato después de cenar para seguir debatiendo. No me seduce la idea especialmente, pero tal vez un vistazo al mundo espiritual nos pueda dar siquiera cualquier leve pista. 

En medio del movimiento paso cerca de Emil y hago caso omiso de sus requiebros. Es demasiado guapo para su propio bien y algún día le pasará factura. Lo noto cambiar de levísimamente de postura y sigo con mis ojos su vista. Un desconocido se acerca a nosotros, a él, más concretamente. Su manera de caminar, su porte, denotan un elevado concepto de sí mismo y una confianza plena en su persona y habilidades. Se dirige a Emil de forma educada y lo invita a una reunión privada. Emil mira a Daeron, que ha avanzado igual que yo junto a Emil y a Muxu. Silenciosamente, han decidido acudir los tres. 

Bajo mi punto de vista es un gravísimo error: si algo pasara, los Rifts Warriors perderían de golpe sus líderes. Me acerco a Emil y, tomándolo de la mano, lo insto a que me dé permiso para acompañarlos.

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01/01/2017, 16:34
Equilibrium.

VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN "EN BUSCA DE UN NUEVO HOGAR"

El trago pasa por mi garganta, ardiente y poco agradable mientras escucho a Raxus hablar de sus cosas de enanos.Shidi se mantiene un par de mesas más allá, hablando para obtener información, como siempre lo hace. Unos cuantos más del grupo también están presentes, trabajando o divirtiéndose. Parece un buen ambiente y me estoy divirtiendo aunque este trago sea una mierda.

"¡Cuanto deseo un buen martini! ¡No puedo esperar para llegar a un lugar civilizado!"

De pronto, algo ocurre y escucho vidrio roto. Es Shidi que está peleando con un gordo asqueroso. No me doy cuenta cuando otro idiota comienza a golpear a Raxus, mientras que a otros también empiezan a lanzarle golpes. Me pongo de pie y levanto las manos para intentar detener el conflicto:

 - "¡Alto, alto! Somos todos personas racionales y no hay diferencia de pensamiento que no podamos resolver con diálogo y conciliando nuestros puntos de vista. Es importante no dejarnos llevar por nuestras emociones negativas en este mundo qu... ¡Auch!"

Mi nariz sangra después del puñetazo que me acaba de dar un flacuchento hombre pelirrojo. Toco bajo mi nariz y mis dedos quedan pegajosos. Miro al hombre delante mío y mi expresión cambia antes de que le lance un puñetazo también. El flacucho se estampa contra la pared, inconsciente pero eso ya no es capaz de detenerme.

Me subo a una mesa y grito a todos:

 - "¿¡Quién se atreve a desafiar al poderoso Equilibrium!?"

Lanzo un par de vasos contra unos tipejos que nos atacan y me lanzo desde sobre la mesa sobre uno que parece más fornido. Le caigo encima y comienzo a darle puñetazos hasta que no se levante más. Recibo una patada en el torso al levantarme y veo que es un negro más grande que yo, bien musculoso. Me lanzo a darle golpes pero me lanza un puñetazo en la cara y caigo de espaldas.

Pero eso no hace que me rinda y me pongo de pie para continuar la pelea. Corro contra él y le lanzo una patada en las piernas y un puño en las costillas. El negro tropieza aprovecho eso para darle un rodillazo en la cara que lo derrumba.

 - "¡Soy un maldito guerrero! ¡Nadie puede conmigo!"

De pronto, alguien me da con una botella en la cabeza y todo se vuelve negro. Lo siguiente que recuerdo es como estoy en nuestro campamento, en nuestra caravana, tengo una compresa húmeda sobre la frente y a mi alrededor, hay algunos miembros del grupo haciendo sus tareas. Veo a Noa, que cocina y me pongo de pie para preguntarle qué sucedió. Aborto mi pregunta antes de comenzarla pues tengo más que claro lo que ocurrió: La pelea terminó ahí para mí y alguien me trajo como bulto.

Supongo que es un poco una vergüenza, pero la verdad es que fue genial. Nadie me quitará eso.

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02/01/2017, 11:09
Briaeros Hekatonkiros.

VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN "EN BUSCA DE UN NUEVO HOGAR"

Briaeros había decidido acompañar al resto a aquella taberna, aunque tampoco tenía ningún motivo real. Al fin y al cabo, lo de beber se había acabado para él hacía ya bastante tiempo, igual que comer. Pero al menos no se quedaría aburrido, podría escuchar y quizás hacer algo. Y allí se encontraba, sentado, cuando el primer sonido a vidrio roto llegó, y tras él, el de los golpes.

"Vaya, como una pelea en el saloon de los relatos del oeste" pensó, con cierta guasa. Solo le faltaba la pianola tocando mientras todos se pegaban. El borg decidió quedarse sentado, pues mientras no se sacaran armas, nadie allí podía hacerle nada. Y él, por contra, podría acabar con alguien con sus puños con mucha facilidad, y con aquella chapuza que le habían hecho, no estaba seguro de ser capaz de controlar su fuerza. Y lo último que necesitaban los Rift Warriors era cargar con un muerto en una pelea de taberna. 

Las botellas volaban, alguna impactando contra él de manera inofensiva y rompiéndose en pedazos. Incluso algún iluminado decidió que era buena idea pegarle un puñetazo, lamentando después la decisión entre gritos por su mano rota. Cuando vio a Equilibrium caer, decidió hacer algo, levantándose y caminando con calma hasta él, para después cogerlo y llevárselo de allí. Le habían dejado inconsciente, pero no era necesario añadir pisotones accidentales o más golpes a los que ya había recibido. 

Tras dejarle en uno de los vehículos, reposando, decidió volver. Puede que alguno de los otros aún necesitara que le sacaran de allí. Finalmente la pelea acabó, y tuvieron que salir de allí con cierta prisa, así que se volvió a poner a los mandos del camión que solía conducir.

Éso había sido hacía unos cuantos días, y ahora ahí seguían, camino de Tolkeen. De momento el viaje estaba siendo bastante tranquilo, y el borg solo podía esperar que eso continuara así, pues no dudaba de que, en su futuro cercano, habría oportunidades de sobra para luchar y ser destruído por algún impacto. Sí hubo un susto antes de llegar a Kingsdale, pero no lo sufrió él. En una de las expediciones en busca de comida, parece ser que un lagarto raro había herido a Xavier, que había decidido acompañar al enorme Raxus. 

Tenían suerte de contar con sanadores competentes entre ellos, pues parecía que había alguna clase de toxina en aquella herida. Puede que, de no haberse tratado, hubieran tenido que amputar, o algo peor. Pero todo quedó en un susto, y una lección sobre esas salidas para todos. Deberían tener más cuidado, por lo que pudiera pasar, o quizás la próxima vez no tendrían tanta suerte. 

Finalmente llegaron a otra parada en su viaje, Kingsdale, donde parecía que iban a ser recibidos por el jefe del lugar. El borg decidió quedarse a guardar los vehículos, por si acaso había que salir rápido de allí... O alguien intentaba hacer algún sabotaje, cosa que no le extrañaría. Ya varios habían intentado guiarles hacia emboscadas, aunque por suerte Alexa había sido capaz de identificar los consejos falsos o malintencionados de aquellos con buena fe, así que una acción así no era del todo descabellada. 

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04/01/2017, 12:25
Xavier Callahan.

VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN 

Jueves, dieciocho de enero de 105 PA.

Xavier se reía abiertamente ante la expresión mohína de Raxus. Entendía su rabia y frustración y aunque la herida era fea, no se sentía mal. Dejarse llevar por las apariencias tenía sus riesgos. 

-Raxus, es cosa de hambre. Tengo un aspecto apetecible. Al menos frente a ti. Si hubiera sido ese lagarto, hubiera hecho lo mismo. Un trozo de carne de apariencia correosa frente a otro jugoso y sabroso. No me lo hubiera pensado dos veces. Además esto no es nada. Y Alexa se ha ofrecido a echarme una mano para la cura. Sinceramente, no creo necesitar de su magia pero ¿quién rechaza sentir unos dedos bonitos sobre la piel? -guiñó un ojo al juicer del que se despidió con una palmetada en la espalda. 

Un breve paseo y su mirada se perdió en el horizonte. Allá a lo lejos estaba su destino. Kingsdale. Hasta aquel momento había hecho cuanto estaba en su mano para poder seguir adelante sin mayores problemas. Pero conducir, cazar algo y filtrar rumores no parecía ser gran cosa. No desde la perspectiva de quien quería demostrar que haberle aceptado entre sus filas no era una mala apuesta. Aunque contaba con una ventaja; tenía su armadura y con ella ciertas ventajas si podía aprovecharlas. Era cuestión de ver la oportunidad y aprovecharla. Y además estaba Kingsdale con sus calles, sus rumores, sus mentiras y medias verdades. 

Se volvió sobre sí mismo y observó al grupo. Vio a Equilibrium, extrañamente malhumorado y parco en sus absurdos diálogos. A Raxus, a quien su comentario parecía haberle dado igual mostrando un talante taciturno. Y más allá a Alexa que le hacia señas invitándole a acercarse. Era hora de someterse a su mágica tortura. 

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07/01/2017, 08:52
[RIP] Quick Silver.

 

VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN "EN BUSCA DE UN NUEVO HOGAR"

Jueves, dieciocho de enero de 105 PA.


A Quick le encantó pilotar el camión en este tramo del viaje, ya fuese por dejar libre al jefe en su incesante tonteo con Noa, por el poder que le conferían los cabellos de potencia en sus manos o por la sensación de tomar buenas decisiones, hacerlo bien y se útil al grupo, en cualquier caso la experiencia del pilotaje había sido lo mejor.

Hablaba con unos y con otros sin ton ni son, incluso los más reacios a su presencia parece que poco a poco le toleraban. Un pequeño grupo había tenido la oportunidad de foguearse con lugareñas y eso era bueno, la testoterona de los humanos sólo traía conflictos, y eso se comprobó más adelante, cuando el previsible Shidi lío una buena pelea.

La actitud de Quick en estos casos siempre era la misma, esquivo, al margen, zancadilleando aquí y rompiendo una botella en la cabeza de alguien por la espalda allá, apoyando a los compañeros sin exponerse, puesto que conocía bien sus debilidades.

Aquella pelea quedó en anécdota, y poco después llegaron a Kingsdale, una ciudad prometedora en cuant aventura, ¿ Y qué era la vida para Quick salvo aventura constante? 

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07/01/2017, 13:49
Thomas Covenant.

VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN 

Jueves, dieciocho de enero de 105 PA.

Thomas no era muy comunicativo, ya no. En un pasado, cuando se unió por primera vez al grupo de los Rifts Warriors, sí lo era. Pero el tiempo y los sucesos cambiaban a las personas e incluso las destruía. El escritor que una voz fue un apuesto y bonachón mago había quedado en el olvido y ahora era un desfigurado y paranoico ser que miraba a cada persona y a cada lado con una expresión de duda enmascarada por sus vendas. El viajar en un caballo en solitario, tampoco ayudaba a la integración, pero no era algo buscado, ni forzado, su retiro del resto era voluntario.

Dudaba de todo y de todos, la única forma que tenía de sentirse cómodo era conseguir información. Por ese mismo motivo se encargaba de mezclarse entre los lugareños de las zonas y tratar de recabar datos que fueran útiles. No podía pasar como un simple visitante, su aspecto le hacía llamar la atención allá donde fuera. Eso fue lo que le impulsó a aprovechar su llamativa apariencia y prodigarse como un contador de historias. Aprovechando su experiencia como escritor y periodista y los conocimientos que tenía sobre lo que allí clasificaban como leyendas, Thomas trataba de caer en gracia a la población y sacarse un pequeño sobresueldo. 

Motivado por esa sensación de intentar caer bien, no se inmiscuyó en una pelea de bar en la que sus compañeros participaron. No creía que le necesitaran y aunque lo hicieran, poco podía aportar él a una situación de ese tipo. Su plan de acción se repitió en cada sitio al que fueron, tratando de saber y conocer cualquier información que pudiera ser útil a sus compañeros y a él mismo.

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07/01/2017, 15:58
Daeron Drognan.

VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN 

Jueves, dieciocho de enero de 105 PA.

Daeron entró junto a Shidi en aquel local. Ambos se detuvieron en la entrada mirando el cochambroso bar, refugio donde los lugareños ahogaban sus penas en alcohol o sus frustraciones con puños. Era el sitio perfecto.

Ambos compañeros se miraron. El magus pudo observar la sonrisa aviesa perfilándose en los labios del ex-coalicionista. Como única respuesta, el joven arcano se encogió de hombros y asintió con la cabeza.

Acto seguido avanzó por la sala. Observó al resto de Rift Warriors presentes y donde se ubicaban. Con todo ello en mente buscó el sitio idóneo: un rincón un poco apartado pero con una visibilidad aceptable de la periferia. Se acercó a la barra, pidió una jarra de cerveza y posteriormente la llevó a un su lugar elegido. Allí se sentó, dio un sorbo, estiró las piernas cruzándolas y apoyándolas encima de la mesa y finalmente hurgó en su bandolera, extrayendo un lápiz y un cuaderno de notas. Una vez en posición alzó la mirada y observó al paciente Shidi, que lo observaba aun desde la entrada.

Asintió de nuevo Daeron con la cabeza a su amigo y después... contempló.

La pelea resultó brusca, caótica y rastrera. Lo que se espera de una buena pelea de bar. Las sillas, vasos y botellas volando, la gente corriendo, embistiendo o siendo proyectadas de un sitio para otro, no hacían fácil la observación y evaluación, aparte de tener que esquivar algún que otro proyectil en el proceso. Pero poco a poco el magus fue observando el desenvolvimiento de la gente del grupo.

Asintió satisfecho ante Shidi y Raxus, mientras tomaba nota de su fuerza, aguante y poder combativo.  Pudo observar el entusiasmo de equilibrium, hasta que quedó fuera de combate -. No es un tipo de primera linea - negó con la cabeza mientras escribía. También percibió las triquiñuelas de Quick, apoyando a su manera.

Fue una lástima que más miembros no intervinieran para ver como se desenvolvían: su rapidez, su defensa. No era lo mismo un combate real, con poderosas armas de por medio, pero este entrenamiento, además de incentivar el espíritu, marcaba perfiles de compañeros de los cuales desconocía casi todo.

Cuando ya no quedaban parroquianos beligerantes en pie y observó como el dueño del bar salía corriendo por la puerta, sin duda a llamar al alguacil del lugar, Daeron se puso en pie, dejó en la barra el pago de la consumición y un numero significativo de créditos, a modo de pago por los desperfectos, e hizo gestos a los Rifts presentes para que fueran abandonando el lugar.

- Se acabo el descanso, muchachos. Hora de ir a los vehículos y continuar el viaje - dijo con una sonrisa - Eso o visitar la oficina del sheriff - agregó, haciendo que la gente comenzara a levantarse de sus asientos con premura.

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08/01/2017, 15:02
[RIP] Jack Tanreack.

VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN 

Jueves, dieciocho de enero de 105 PA.

El viaje estaba siendo, dentro de unos parámetros aceptables y calculados por Tanreack, apacible.

Hacían buen grupo, de núcleo sólido y con las responsabilidades bien depuradas, como una máquina bien engrasada que funcionaba a la perfección. Eso le gustaba a Tanreack, que solo se tenía que preocupar de sus cosas. Conducir el Hoover-camión, seguir con el brazalete de Raxus, y, cuando no tenía nada que hacer, trasteaba con la radio. Algunos operadores de la coalición eran realmente malos, y no tenían ni idea de como enmascarar ciertos mensajes. Aquello fue bueno para el grupo, al igual que otras tantas acciones hechas por sus compañeros.

Si el viaje continuaba así, sin duda alguna sería uno de los más placenteros, al menos desde que viajaba con los Rifts. Tocaba supervivencia, llegar a Tolkeen y a verlas venir, más o menos.

Mientras varios de sus compañeros se desahogaban con matones locales de Kingsdale, Tanreack seguía ensimismado con sus cálcuos. Lo que le aterraba era que al acabar los guanteletes de Raxus, no tendría nada que hacer, entonces, cuando uno se quedaba ocioso, venían los problemas.

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09/01/2017, 23:07
[RIP] Noa Luna.

El camino le resultaba divertido a Noa. Las horas y los dias pasaban rápido y alejaban de su cabeza los posibles pensamientos negativos el escuchar las divertidas historias de Emil, las invenciones y exageraciones de Quick y, estar pendiente a la carretera, se había vuelto una tarea doblemente complicada, pero que difrutaba a su forma. Esquivar los baches del camino y las insinuaciones de Emil al mismo tiempo le hacían sentirse útil y viva, más que nunca.

En uno de los sitios en los que pararon, todos decidieron hacer un pequeño descanso en un bar, bar que no pintaba bien, por lo menos a ojos de la pequeña Noa. Pero tras una rápida ojeada a los individuos que por allí había, se decidió por hablar con una mujer gorda que había tras la barra con el ánimo de que pudiera indicarle alguna receta típica de aquella ciudad que ella poder reproducir en algún momento del camino. Tenía ya casi una receta completa cuando escuchó romperse un plato a sus espaldas. Los ojos, abiertos de par en par de la cocinera de aquel tugurio, le advirtieron de que no era algo casual.

Se volvió rápidamente a tiempo de ver como venia hacia ella un plato a velocidad de vértigo. Le dio tiempo de echarse a un lado y cerrar los ojos, antes de que la pieza se rompiera en mil pedazos contra la barra. Cuando abrió los ojos, la tranquilidad del bar se había convertido en un verdadero ir y venir de objetos volando, de manos y puños cayendo con fuerza sobre rostros o estómagos, y cuerpos levantados en vilo y tirados contra el suelo con todas las fuerzas.

-¡RAXUS,NO!-atinó a gritar al ver como el enano lanzaba a un tipo como si fuera un simple saco relleno de plumas de pollo. Pero la cara de satisfacción de su compañero hizo que su grito quedara solo en eso y, cuando una jarra paso cerca de su cabeza, decidió que era el momento de salir de allí. Cosa que hizo tras dar las gracias a la cocinera.

De nuevo en camino, no tardó en darse cuenta del cambio de comportamiento de Raxus a partir del incidente con el dichoso lagarto y Xavier.

Una noche, después de cenar, decidió seguir al enano. Estaba, de nuevo, grabando cosas en el hovercoche. Se sentó en el suelo, a su lado, apoyada en una de las ruedas y mirando al cielo. Guardó silencio durante unos minutos para después romper el hielo-No fue culpa tuya, esas cosas pasan. No querias darle la oportunidad a ese bicho para que repitiera y convirtiera en comida a Xavier. No te puedes culpar de lo que pasó ni de como reaccionaste ¿Puedo preguntar que es lo que estas grabando en la carrocería? Espero que no sea un agradecimiento a Alexa por curar tan bien a Xavier-bromeó intentando hacer ligera la conversación. Ante la falta de respuesta del enano, decidió que quizás, aquello que estuviera estado haciendo en el hovercoche era solo la excusa para estar solo y saldar las cuentas con algo que el accidente de Xavier había devuelto al presente. Se levantó y apoyó su mano sobre el hombro del grandullón-Si algún dia me lo quieres contar...quizás hasta te ayude con eso. Está quedando bonito, le está dando un aire diferente a esta parte del hovercoche-y, sin esperar una respuesta en ese momento de su compañero, se dio la vuelta con la idea de irse a descansar. El día siguiente conduciría la primera, y le gustaba estar bien descansada mientras pudiera. No tardarían en llegar a Kingsdale y, ¿quien sabría lo que el destino les depararía en aquella ciudad?

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15/01/2017, 02:23
Vicky Morrisona.

 VIÑETA II DE IV, VIAJE A TOLKEEN 

Jueves, dieciocho de enero de 105 PA.

La noche estaba oscura y silenciosa. Ya había llorado lo suficiente, mis lagrimas no era de tristeza ni de miedo sino de una profunda frustración a todo lo que había acontecido los últimos días. Me tomé el tiempo para organizar todo en mi cabeza, quería empezar este viaje sin rumbo ni fin de la mejor manera, por lo menos no lo tendría que llevar a cabo sola, sino que con todos mis antiguos y nuevos compañeros. No me costó conciliar el sueño, estaba mas cansada de lo que me hubiera percatado, mañana sería un nuevo día, uno muy importante.

Me desperté temprano, puesto que sentía unos nervios desconocidos a consecuencias de emprender este viaje. Me hice un desayuno alto en grasas, aquel que te puedes preparar para vencer a una resaca de la noche de juerga anterior, quería estar preparada y con ánimo, nada como unos huevos con panceta y un gran tazón de café con leche no lo lograran. Tomé las cosas mas importantes para el viaje e improvisé una pequeña mochila que no me molestara en ninguna circunstancia. 

Salí de mi hogar no teniendo ninguna idea de si podría volver a dormir en aquella cama del segundo piso, ni de si pudiera acariciar nuevamente a Black Thunder. Me reuní con el resto del grupo y emprendimos la marcha a territorio desconocido. No tomé el mando de ninguno de los vehículos que logramos reunir, no era buena ni diestra con los vehículos hechos de metal. Añoraba cabalgar.

No puedo negar que la pelea en aquella taberna me revitalizó un poco. No me consideraba violenta pero participé en ella casi en el momento que empezó. Repartir golpes de puño y de patadas era divertido, nadie podía negarlo.

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12/03/2017, 23:29
Muxu Meidall.

Estimado don Alberto.

Nuestro viaje prosigue por tierras por las que muchos de nosotros nunca habíamos pasado y quizá nunca habíamos pensado pasar. Miento… Aun recuerdo cómo en esa inocente juventud que a cada día me resulta más lejana soñaba con viajar por todo el mundo, conocer todos los lugares y tierras, sus gentes, sus costumbres y, cómo no, su comida. Comida que ahora mismo desearía poder disfrutar, al menos en variedad, porque en plena carretera aun no faltándonos comida poco hay donde elegir.

Con respecto a la juventud, don Alberto, no sé si también le ocurre a usted, y muy probablemente tan solo le estoy preguntando tan solo para saberlo o para conseguir mientras escribo reflexionar un poco sobre ello, pero… No sé. Me culpo de muchos errores, puede que demasiados, de decisiones estúpidas que me han llevado a donde estoy. De mi inocencia. De mi ignorancia. De tener una cabeza llena de pájaros, de sueños e ilusiones difícilmente alcanzables. Y aun así, a pesar de todo ello, aun lamentando ahora la situación en la que me encuentro, no consigo evitar sonreír cuando pienso en ello.

El tiempo lo cura todo, dicen. Seguramente sea verdad, y mientras la herida sigue abierta duele, pero tan pronto sana tan solo queda una pequeña cicatriz de la que una no se acuerda hasta que por accidente la mira o alguien menciona que está ahí. Y es que a pesar de ello, a pesar de todo, creo que fui feliz y puede que pueda volver a serlo. Y si lo fui y lo seré tan solo puede ser porque lo he vivido todo, tanto lo bueno como lo malo. Errores y aciertos son igual de culpables de hacer que seamos quienes somos y de que estemos donde estamos.   

Pero mejor dejarme de disquisiciones. Supongo que en el coche tengo demasiado tiempo libre y demasiadas pocas cosas en las que emplearlo, así que lo único que me queda es pensar. Pensar mucho y sobre todo. O mirar por la ventanilla. Paisajes a veces esperanzadores y otras desoladores. O puede que sean los mismo paisajes y lo que cambie sea mi estado de ánimo y la forma de mirarlos. Porque créame que influye, y mucho, pero que le voy a decir yo a usted que ya no sepa.

Por cierto, Halberd le envía saludos. No sé si sufre tanto la marcha como yo pero la verdad que él sí que ha encontrado en qué ocupar su tiempo. Y es que qué mejor sitio para él que un convoy, rodeado de coches y multitud de cachivaches tecnológicos. Cada vez que paramos le falta tiempo para reunirse con Tanreack, otro de nuestros mecánicos, para hablar de sus aparatos e ideas para nuevos inventos. Me comentó que tenía en mente un nuevo proyecto, pero tan pronto comenzó a hablar de él comenzó a emocionarse como sólo él se emociona, ya lo conoce, y empezó a usar cada vez más y más de su jerigonza técnica, por lo que al final no me enteré prácticamente de nada. Así que poco le puedo decir más allá de lo que ya le he dicho, y de que le manda saludos.

Creo que va siendo hora de que me despida. Además no sé qué más contarle que ya no le haya contado. Tan solo desearle lo mejor, a usted y a toda Santa Fe. Siempre me acuerdo de ustedes y, esté donde esté, siempre les llevo en mi corazón.

Les echo mucho de menos. Mucho.

Muxu Meidall.