Partida Rol por web

-Espero estar lo bastante recuperada para ese día. No tengas dudas en consultarme sobre cuestiones protocolarias, aunque no sé si algunos rancios Senadores disfrutarán de compartir evento con mercaderes..Aún así, como tutora de Manius, pondré todo mi empeño en entretener a los invitados, y mejorar el nombre de la casa-

Comprendido digo, afirmando. Intentaré enterarme de las intrigas que haya y le informaré de las que puedan afectar al ludus en general y a Manius en particular. ¿Desea alguna cosa más?

Quizá para todo eso que me pide me vinieran bien los esclavos sexuales, además de Neitin, así que espero que no tenga nada más que pedir para poder acercarme a ellos y quizá conseguir algo de información o hacer un trato para intercambiar información quizá por sexo.

-Si es lo que deseáis hablaré con franqueza, domitor. - agradecida como se espera de ella, inclina la cabeza antes de empezar a hablar.

-Creo que el ludus no puede permitirse perder ni tener  heridos a ninguno de sus gladiadores debido a la escasez de los mismos. Por lo que un combate entre nosotros debería hacerse con armas de madera y...sería tan interesante como vernos entrenar. Eso no impresiona a nadie, domitor, con todo respeto. - hace una breve pausa, consciente de que su comentario echando por tierra la idea de Faustus podría sentar mal al patricio.- Fui instruida en historia, domitor, en mi gens cuando era niña y aprendí como los antiguos demostraban la fortaleza de sus tropas sin arriesgar la vida de sus valiosos soldados en tiempos de paz. Los griegos determinaban la valía de un estado mediante unos juegos en los que los competidores debían superar una serie de pruebas, emulando los trabajo de Hércules. Tal vez estas pruebas sean más apropiadas para ofrecer un buen espectáculo a los distinguidos invitados, uno que seguro que no pueden ver todos los días.

Asintio a tu respuesta satisfecho con ello. "No ahora mismo. Si deseas puedes marcharte." decia el hombre con seriedad dandote el permiso mientras se quedaba pensado seguramente en lo que le habias dicho sobre Gallio y su hija. Te queda claro que estaria de mal humor el resto del dia.

Escuchas unos cuantos nombres de lo que dice, algunos si bien comerciantes pero no de poca monta teniendo un dinero que bien podria ayudar a estabilizar y mas a cualquier casa noble en mal estado. No eran peces tranquilos sino hombres que seguro envidiaban a los patricios a pesar de que podian competirles con su dinero.

Por otro lado te sonaba Decius Ummidius Gregorius un aliado mas del Pater, habias escuchado por ahio ya sea de tu familia u de otro lado que habian sido compañeros militares hace mucho. Junto a eso los demas nombres tambien te sonaban como aliados del senador, lo cual no debia ser malo a menos que haya una conspiracion. Aunque habia un par de senadores neutrales. 

"Seguro estara mucho mejor, ya igual se nota que se ha recuperado con gran dignidad." dijo con una sonrisa amistosa. "Los senadores mas rancios deberan estar en un lugar diferente entonces. Pero me gustaria que no fuera asi. Quisiera algo asi como tenemos aqui con todos reunidos juntos." comento dando un gesto con el brazo para señalar a los reunidos.

Los cuales ahora que miraban no se habian mezclado demasiado a pesar de estar en un lugar igual. Con los gladiadores y esclavos estan mas cerca entre ellos, junto con algunas sirvientas. Mientras los guardias estaban ahi apartados en lo suyo junto a su jefe. Por ultimo los padricios estaban en lo suyo, solo con Livia estando aqui y Brinda con el Pater.

"Eso espero. Que lo que suceda afectara el futuro de Manius." comento sonriendo.

Tras eso fue con Livia al menos en su mirada, tomando de vez en cuando un trago mientras ella hablaba. 

Entonces hizo bien en irse de Hispania y venir aquí a la capital de Roma. Digo apoyando mi mano en un costado.

Los dioses gobiernas sobre los mortales y nosotros seríamos sus elegidos. Sobre el circo y con el la plebe, sobre el corazón de los religiosos y militares, incluso de los patricios y con ellos el Senado. Una interesante mezcla realmente

No me gusta haber provocado tribulaciones en una persona que puede decidir sobre mi futuro, pero quizá es porque no vi las cosas desde su punto de vista.

Me acerco a la zona dónde están los esclavos sexuales, aunque no llego hasta ellos y me limito a mirarles por si quieren acercarse. Podrían ser otro añadido a mi red de espías, así que me vendría bien que se encapricharse en conmigo.

También hecho un vistazo a Etain y Zared, para saber cómo se llevan esos dos. Me gustaría que fueran amigos, pero no se puede forzar algo así.

-¿Unos gladiadores haciendo una pantomima sobre Hércules? La gente no va al Coliseo a ver bailarinas. Da instrucciones severas que alarguen el combate, que den una exibición de pericia ,que entretengan al público con sus maniobras..un combate a primera sangre si no quieres que nadie muera..esa es mi opinión- 

Le lanzo una sonrisa a Zared, afirmando suavemente, y luego vuelvo a apartarme. No quiero inmiscuirme en su conversación, ya hablaré en otro momento con Neitin.

Ahora lo que hago es acercarme a la mesa para coger una copa de vino y luego acercarme un poco a la zona de los esclavos sexuales, aunque nuevamente prefiero esperar a ver si se acercan ellos. Pero ahora les estoy mirando directamente, con lo cual es evidente que estoy preparada para que se acerquen, si es lo que quieren.

Les sonrío aunque no puedo evitar hacer un repaso de los dos. Yo soy Brinda digo a modo de presentación. Realmente no quería parecer que no quisiera hablar con vosotros, pero tanto Zared como Neitin son amigos míos, y estoy intentando que se lleven bien. Por eso quería saber cómo iba, y por ahora parece que no les va mal.

Finalmente desvío mi atención de Zared para volver a centrarla en los dos esclavos. Así que el otro día, ¿os divertisteis? digo, bajando un poco la voz pero demostrando que no pienso ocultarme. Tomo la copa que estaba bebiendo y le doy otro sorbo lanzándoles una mirada divertida y un poco pícara.

-Disculpe señora Elia, no pretendía evocar esa imagen.- se disculpa Livia inclinando un poco la cabeza.- Desde luego no presentaría un espectáculo así en el Coliseo, había entendido que Faustus deseaba dar una pequeña presentación a algunos nobles allegados en la intimidad del hogar como una forma de abrir boca antes de la puesta en escena del Coliseo; pensé que un espectáculo algo diferente a lo habitual sería del agrado de sus ilustres invitados. Por supuesto, si consideráis que erro en mi pensamiento, lo retiro sin más.- acepta con humildad y sin acritud ni rastro de broma.

Faustus se sorprendio ante la respuesta de Elia sobre la idea dada por Livia.

"Oh, no habia intepretado que bailarian. Heracles no hizo tales cosas." contesto aunque parecio pensarlo por un momento tal vez para no querer darle la razon a Livia. "Igual un enfrentamiento a primera sangre podria funcionar. Solo esperemos que los invitados no pidan mas sangre de la que deseamos." expreso pareciendo rapido apoyar a Elia.

"Livia te encargaras de eso. Que estos combates nos muestren en buena luz y con muchas maniobras." expreso el hombre mirando a la mujer de mas bajo status.

Suelto una risita aunque también me sonrojo un poco. Pues en verdad debo reconocer que me gustó que me vierais... Me... excitó confieso manteniendo el tono bajo. Supongo que para ser gladiadora es bueno tener un punto de exhibicionista.

Aunque lamento que uno no llegara hasta el final. ¿Quién fue? pregunto con curiosidad, pues al fin y al cabo eso supone que, o bien no se excitó tanto, o bien es quién tiene más aguante. Me parece que al final me tendré que ir con ellos de la reunión, y quizás luego pueda proponerles un intercambio.

Sonrió cuando habla del poder.

Este ludus es sólo una llave al coliseo.

Allí se reúnen los más poderosos de Roma, incluido el emperador. La gloria en la arena nos dará mayor reputación. Le digo señalando la importancia de esto.

Los juegos son oficiados por sacerdotes de Marte. Ellos deciden si los dioses son propicios o no. Una vez tengamos el coliseo vendrá el Senado y el ejército.

Desarrollo un poco pasando mis dedos por su espalda

Las legiones no pueden ir a la guerra si no lo aprueba el Flamem Martialis,  sin lucha Roma nunca hubiera sido grande sin sangre. Si controlamos la guerra con ella el Senado. Simplemente nosotros crearemos las guerras en Roma, en sus fronteras, en el Senado,el coliseo las.calles,

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