Partida Rol por web

Todos vieron a Livia estar un rato mas con el emperador hasta que se acerco a Brinda. Mientras Faustos saludo al emperador y tambien se marcho de ahi para hablar con los guardias. El Emperador mientras parecia muy contento con lo charlado.

Permanezco cerca de Elia esperando novedades. El asunto con las patricias ya ha quedado olvidado en mi mente mientras me concentro en lo que suceda alrededor para intentar evitar un ataque contra quién no debe ser atacado. Y en este caso se trata de Elia.

Me fijo que Livia sigue cerca del emperador y eso me pone nerviosa, pues espero que no esté intentando atentar contra él mientras permanece en esta casa. Eso sería una locura, y probablemente la desaparición de este ludus.

Con un pequeño gesto indico a Brinda que me acompañe, mientras voy a donde esta Faustus. Con una sonrisa y tono amable, me dirijo a él

-Faustus querido, si no me cuentas que tienes planeado no puedo hacer de anfitriona como me has pedido-

El andar de las mujeres les hizo llegar a Faustus que parecio esperar a Livia les comentara las nuevas decisiones del Emperador, pero cuando tardo decidio hacerlo solo. "Porque no le preguntas a Livia, que parecio impresionar al Emperador." comento mirando a la otra mujer y fingiendo su mejor sonrisa.

"Aunque acepto mi sugerencia. Habra un sacrificio de sangre, Balbo perdera a algunos de sus gladiadores y nuestras campeonas...." dijo señalando con la vista a Livia y Brinda. "Seran sus ejecutoras." informo a las tres.

"Ire a buscar espadas. Por favor Elia ayudanos a llevar a los invitados afuera y que Balbo no se escape." comento el hombre hombre esperando si querian decirle algo mas sino se marcharia.

Aquello parecía irse un poco de madre mire por la sala buscando a Balbo y acercarme a el.

Esto comenzaba a convertirse en caos y no en orden un sacrificio en honor a un mortal? Marte no estaría complacido y mucho menos el resto de Dioses

Tuerzo el gesto ante las noticias de Faustus. Está llevando las cosas demasiado lejos. -Cuidado Faustus, una vez desenvainadas las espadas nunca se sabe contra quien irán -

Sin más me acerco a los invitados para indicarles que el Domine ha previsto una nueva distracción en el exterior. Me demoro lo justo con Decius -Parece que Faustus ha encontrado la manera de agradar al Emperador, diríase que ambos navegan en el mismo barco-  y por  último a Balbo. 

-Mala suerte en la competición, Balbo. Quizá tengáis más suerte la próxima vez- 

Junto a Balbo esta Mars.

Mientras los invitados van saliendo afuera de apoco, pareciendo confirmar que el emperador los deja irse antes de partir. El emperador y los suyos al parecer quedaran de ultimos en la sala.

Livia permanecía funestamente silenciosa junto a Faustus hasta que éste se despidió. Pronto correría la sangre y eso mantuvo a la romana concentrada, no había asomo ya de sonrisa ni de burla en sus labios, solo una tensa calma.

-Es deseo del Emperador, domina Elia. No debemos desagradarle, y, de paso, le enseñaremos una lección al nauseabundo hipócrita, lástima que no puedan ser sur lorzas las que se ofrezcan en sacrificio a los dioses.- comenta sin ápice de broma.- Debemos dar un espectáculo que no se olvide nunca ¿estas conmigo, hermana?-pregunta luego mirando a los ojos directa a Brinda. 

Chasquee la lengua. Balbo podríamos hablar después  de que pase lo que deba pasar? Pregunte a este.

Estoy seguro que tras esto le vendría bien alguien con quien charlar 

Faustus no dijo nada al comentario de Elia, solo parecio dar una busqueda a Manius antes de irse. Decius por su parte te miro por un momento y al emperador antes de volver contigo.

"Que tenga cuidado. Que es facil alegrar a un dios pero tambien hacerlo enojar." comento mientras se levantaba e iba hacia afuera vigilando lo que hacia el emperador. Parecia estar algo mas palido ahora.

Balbo no se encontraba contento y el comentario de Elia no le ayudo. "Vienes a burlarte sacerdotisa?" pregunto aunque parecia que él ya suponia que si. "Esto no termina aqui."

Luego cuando se acerco Mars lo miro con dudas. "Habra que ver que pase, que el emperador le gusta ser misterioso. Igual no tengo muchas ganas de hablar con sirvientes de esta familia. Ven esposa." termino diciendo antes de ir afuera con sus gladiadores y llevandose consigo a su mujer. Una que parecia familiar para Brinda, al ser una de las mujeres que se habian interesado en ella.

Cuando estuvieron todos fuera un par de sirvientes venian con armas, dos gladius romanas guardadas en sus fundas. Faustus estaba junto a los sirvientes. "Alabado sea el emperador. Aca sus subditos mas leales tienen su sacrificio." anuncio hizo una señal a Brinca y Livia para que se acerquen.

Luego hizo otra señal a guardias cercanos para que vayan por algunos de los gladiadores de Balbo, obviamente esto no complacio para nada al obeso lanista que empezo a maldecir a Faustus e incluso a amenazarlo de muerte en su hogar. Fue solo con la intervencion de los guardias del emperador que Balbo vio que no tenia alternativa.

Como un dueño de una granja selecciono a los animales que irian al matadero. Solo dos. Hild y Helena, sus dos perdedoras del combate. Asi terminaba la vida de ambas no en una lucha en el coliseo sino en una ejecucion. Talvez algo que hace pensar a ambas gladiadoras que seran las ejecutoras en este momento.

"Aganchense." ordeno Faustus a las dos mujeres que se veian devastadas y no solo por los golpes. "Bien. Emperador espero nuestro sacrifio le agrade." dice con una sonrisa grande Faustus. "Cortenles la cabeza y haganlo bien vistoso." ordeno a sus gladiadoras mientras les entregaba las espadas.

Lo que me jode es que tengan que ser las gladiadoras las que paguen por el error de su lanista. Hoy son ellas, mañana... No termino la frase pero la miro con una mirada bastante clara. Yo tenía seguro que era muy difícil abandonar la vida de gladiadora, que por cada una que lo consigue 100 mueren en la arena. Hoy es o ellas o nosotras, mañana puede ser o nosotras o otras gladiadoras.

Aún así ya decidí que no mostraría piedad, pues no tenemos el privilegio de poder mostrarla. Estaremos juntas en esto confirmo a Livia mirándola a los ojos y agarrándola de los hombros.

Luego seguimos a los demás hacia afuera donde se realizará el sacrificio. Observo a las mujeres y me siento mal porque ni siquiera las van a dejar defenderse. Yo que sé, una pelea a manos desnudas contra nosotras que está claro perderían pero al menos sería una muerte luchando. Pero morir de esta forma...

Inspiro profundamente y cojo la espada. Espero a que Livia haga lo mismo y esperaré su movimiento para hacer yo el mío lanzando el gladius contra el cuello de la gladiadora. Tengo bastante fuerza, pero también es cierto que el gladius no está muy preparado para decapitar. Aún así intentaré conseguirlo de un golpe, o al menos matarla y que el segundo golpe la decapite. Impediré que la cabeza caiga sujetándola del pelo y mostrando su rostro al emperador. Este es el sacrificio hacia el más grande de los dioses digo mirando al emperador pero pensando en Marte.

Livia inspira y toma una gran cantidad de aire al salir a la arena. Lo hace siempre pero esta vez sabe diferente; amargo. Los gladiadores son luchadores, guerreros...no verdugos. Pero también eran esclavos y debían obedecer. La romana toma una de las espadas y se la queda mirando, abstraída por un instante en su reflejo deformado, la luz de la antorchas le devuelve el reflejo y la esclava deja escapar el aire. Lentamente.

Camina por el terreno y su mirada se vuelve hacia el emperador, neutra y sin expresión, parece pensar algo que no se puede discernir. Sin embargo aquello solo dura un segundo y vuelve a la realidad, el tiempo se desralentiza a su alrededor y vuelve la vista hacia su hermana Brinda, viendo como cercena la vida de su victima sin hacerse esperar. Es lo mejor, no prolongar esta humillación. 

Levanta su espada con una mano, espera que el filo esté lo bastante afilado y estira el cuello de la mujer ante ella.

-Que Marte te acoja en su seno, hermana.- susurra en un tono que solo Helena pudiera escuchar.- Dile que vas de mi parte.

Obviamente no esperó respuesta y descargó tan fuerte como pudo el golpe mortal que arrebatase la vida de la gladiadora.

Dos gladiadoras terminaron muertas frente a los invitados y el emperador. Estas no ofrecieron resistencia alguna las gladiadoras, pero tampoco suplicaron muriendo con su dignidad y tal vez siendo acogidas por Marte. Sin embargo ahi frente a las gladiadoras habia otro dios o supuesto dios. que miro todo con una sonrisa de satisfaccion riendo con cierta locura cuando la sangre siguio saliendo de sus cuellos cortados.

"Hermoso." proclamo el emperador. "Faustus me haz dado un sacrificio digno, pero no el ultimo que te pedire hoy." expresaba el emperador poniendo nervioso a unos cuantos, mas las demas gladiadoras y gladiadores de Balbo. "Te han amenazado de muerte en tu propio hogar. Eso no lo tolero hacia mis amigos por lo que exijo un nuevo sacrificio. Balbo sera sacrificado, sus gladiadores pasaran a la familia Donicus y su esposa e hijas seran esclavas de esta familia tambien." ordeno dejando a un gran numero de patricios quietos en el lugar, como si esperaran que fuera una broma. "Acaso debo repetirme o tengo que volver esclavos de Donicus a todos los que se resistan a mis ordenes divinas."

En ese momento todos sintieron un escalofrio. Incluso Faustus que seguramente sintio varias miradas de envidia y odio. Aunque cualquiera imaginaba que iban para toda la familia ese odio. De cualquier forma los invitados se alejaron de Balbo dejando lugar a que fuera apresado y llevado a su ejecucion junto a los cadaveres de sus gladiadoras. Este grito pidiendo ayuda pero esta no llegaria.

"Drust...cumple la orden del emperador." dijo ordenando al gladiador, que hasta ahora no habia llamado mucho la atension, para terminar el trabajo.

Si habia duda en el Galo no se noto e incluso se lo veia contento de hacerlo. Con un sablazo corto parte de su cuello aunque sin matarlo dejando que el otro hombre sufra y grite por un largo rato hasta que el Galo volvio a bajar la espada en su cuello. Se noto talvez que lo hizo sufrir aproposito a diferencia de lo que habia hecho las anteriores gladiadoras.

Con esa muerte la esposa fue tomada por los guardias de la casa y llevada entre gritos de ayuda que de nuevo no fueron respondidos. Solo hubo una sonrisa sadica del emperador que parecia complacido con todo. Tras eso volvio al salon con su hermana, guardias y demas invitados.

Dejando a las gladiadoras, incluidas las nuevas incorporaciones que fueron a arrodillarse frente a su nuevo Dominus. El cual parecia no estar prestandoles atension pensativo en un tema mayor.

Observo el final de Balbo y debo admitir que no siento ninguna pena por él. No me pasa lo mismo con su familia, pues siento lástima de ese final por culpa de las acciones del padre y hombre.

Mi señor, Faustus digo, llamándole la atención cuando todo ha pasado y el emperador junto con los demás patricios se han metido dentro, creo que sería oportuno decir algo o que nos indique que debemos hacer con los nuevos gladiadores. ¿Quiere que avise a Mars, como doctore, para que se haga cargo de ellos? ¿Y los demás qué debemos hacer?

Intento básicamente que reaccione y nos de indicaciones sobre cómo proceder, porque si no no vamos a hacer nada y eso puede enfadar al emperador.

Aparto la vista ante el derramamiento de sangre. Si quedaba alguna duda sobre el carácter de  Caligula lo acontecido hoy las disipa del todo. Observo unos instantes a Servius, y después me acerco donde esta Faustus.

-Te advertí sobre las espadas... Mis antepasados fundarón Roma, conquistarón Hispania, derrotarón a Anibal.. ¿Y para qué? ¿Para ser espectadora del asesinato de un lanista?.. ¿A eso ha quedado reducida la dignidad de un patricio?.. Guardia - llamando con gesto seco al guardia más cercano. 

-Que lleven a los gladiadores del difunto Balbo a las celdas, y a su viuda y a su hija a una habitación y que las custodien. Si alguien les toca un cabello, por Mercurio que preferirá enfrentarse a las furias antes que a mi-

Había sido derramada sangre sacrificios que Marte hubiera aceptado. Pero este ultimo fue el sacrificio de una rata,ningún guerrero simplemente un cobarde y en nombre de un loco. Absurdamente todo. Después de que el emperador y los otros entraron ya lejos de alli

Me acerco después de que Elia hablo a Faustus y le digo a este.

Ya basta Faustus acabas de condenar a toda tu familia,deshonrando tu apellido. Todos los patricios incluso senadores de Roma querrán tu cabeza y la del resto de tu familia.

Acaba con esto,toma a tu hermana y volver a Hispania,esconderos hasta que todo esto pase. Porque ahora mismo tenéis al emperador aquí pero en cuanto se vaya seréis presa fácil de todos que os odian,no quieras otros idus de marzo. Porque las calzadas de Roma se bañarán de la sangre de tu familia y la gente que te sirve si te quedas aquí. dije dirigiéndome a el y señalando también al jefe de la guardia y las gladiadoras estaba claro que sí el caía caerían todos. 

O ten huevos por una vez , toma una daga y evitales a todos la condena.