Partida Rol por web

Una parte de mi disfrutaba de enfrentarse a oleada tras oleada de zombies, partiendo a uno por la mitad para ser sustituido por otros dos. Otra parte, por otrora, no estaba muy a gusto con este flujo casi ilimitado de muertos vivientes.

No obstante, y para sorpresa de todos, Yanami saltaba y rugía como una bestia, lanzándose directo a por la mujer. Sorprendentemente su ataque no solo fue efectivo sino letal, aplastando su cabeza contra el suelo con un asqueroso sonido y un peculiar olor a carne quemada.

"¿Hacerlo otra vez? Por mi puede repetirlo todas las veces que quiera", respondo recuperando un poco la compostura, máxime con tanto muerto desmoronándose. "Muy buena Yanami".

Lo malo era que sí, habíamos acabado con los zombies pero según Edmun y el objeto, el o la causante de las sombras todavía seguía por la zona.

"Sombras, zombies, una zorra de alas negras... menuda noche", añado mirando con cierto asco los restos, en otro momento muy atractivos, de la muerta. "Edmun, la loca soltó un libro...", le indico con la espada.

Tras tremendo esfuerzo, me precipite hacia el suelo. Parece que había cumplido mi objetivo, puesto que cuando pude levantar la cabeza, los zombies que atacaban a los demás se habían desvanecido. Sin embargo mis manos volvían a estar manchadas de sangre, había terminado matando a alguien mas. De verdad, esta vez no sentía culpa, esa mujer tenia poco de inocente. Sin embargo este hecho me había recordado a la gente inocente que había matado al salirme de control.

¿Eso es lo que era ahora? ¿Una especie de bestia que mata sin ningún problema cuando la provocan? Por lo menos, esta vez la bestia había sido liberada para salvar a otros a costa de un sacrificio. Creo que eso era lo único que mantenía mi mente en calma ahora mismo. La oscuridad en mi interior crecía con cada vida que quitaba. ¿Realmente podría decirse que conservaba mi humanidad aun?

-Alguien tenia que hacerlo.- Me levante algo adolorido, realmente había saltado bastante alto. Mi puño dolía bastante, prefería luchar de esa forma antes que usar armas blancas, pero quizá debía conseguir alguna especie de guantes para no lastimarme en cada pelea. -Afrontar otra situación como esa en el estado que quedamos, sera bastante difícil.- Contesto ante las palabras de Edmun, quien anunciaba que esto no había terminado -¿Cual es el plan ahora?.-

Justo cuando todos comenzaban a hablar y Edmun se preparaba para curar a Max, este y Hitsagaya sintieron peligro, mientras Duncan hablaba despreocupadamente, Edmun tomó a Duncan y lo retiró atrás, y todos se reunieron en grupo. Duncan no entendía lo que pasaba, hasta que vieron como un par de ojos rojos los miraban directamente a través de la oscuridad.

Estas sombras se empezaron acercar lentamente a ustedes, como si hubieran sabido que ahora los habían notado. Estas sombras se veían cercanas a los dos metros y medio de altura, tenían una grave sonrisa, y unos ojos que los miraban con instinto asesino. Inmediatamente se dieron cuenta que estas sombras no se veían débiles ni simples como las otras sombras…estas sombras tenían una esencia de oscuridad que las rodeaban, y se veían notoriamente peligrosas.

Todavia sostenia aquel libro negro en la mano que solto nuestra anterior agresora pero ni siquiera me dio tiempo a darle una ojeada para ver de que trataba, cuando un sentimiento de inseguridad me ataco de repente, a lo cual Edmun nos llamo y una vez nos reunimos observamos aquellos ojos rojos que nos observaban en la oscuridad.

Al ver estos espectros tan tenebrosos y diferente a las sombras normales supe que esto no podia estar bien y menos con lo heridos que estabamos todos. Asi que decidi volver a poner en marcha mi antiguo plan rogando que esta vez si sirviera no me quedaba mucha energia restante: 

- Intentare hacer lo mismo de antes. - Dije mientras empezaba a correr para alejarme a una zona donde no me alcanzaran tan rapido, aprovechando su falta de atencion y lentitud me escabulli notoriamente mas lento que la ultima vez y mientras realizaba esto empeze a acumular nuevamente mi energia en la mano derecha. 

Nuevamente, estábamos en peligro. ¿Acaso lo que hice no había servido para nada? -¿Es un poco tarde para sugerir correr lo mas rápido que podamos, verdad?.- Nos agrupamos todos juntos para cubrirnos las espaldas, pero aun así aquellas sombras eran bastante diferentes a las demás. Sin mencionar que eran extremadamente grandes y tenían una mirada sádica. ¿Como saldría de esto?

Levante mis puños poniéndome en guardia, las llamas en mis manos aun mantenían a raya a la oscuridad del lugar. Pero no podrida hacerlo por mucho mas tiempo. Sentía el cansancio en mi cuerpo, y sabia que pronto se desvanecerían. Quizá aun podía hacer un ultimo uso de ellas, pero eso era todo.

Estábamos en un severo aprieto, y todo lo que podía hacer era mirar como aquellas cosas se acercaban. Intento preparar mi guardia para estar listo ante el inminente ataque.

"Yo apoyaría la moción...", respondo al comentario de Yanami, tras ser retirado a la fuerza de un peligro aun mayor.

Tenías que estar de coña... Yo me esperaba algún tipo disfrazado de Scream o algo, no esa... cosa... que hace que incluso con la espada en la mano se me hiele la sangre. Los zombies eran peligrosos. Las sombras eran peligrosas. Pero estas... 'mega-sombras' destilaban peligro por los cuatro costados.

Retrocediendo con mis compañeros a la fuerza, sujeto la espada con ambas manos mientras, pese al riesgo, empezaba a notar el cosquilleo por la emoción del combate. Íbamos a tener que estar muy finos para salir de ésta.

Max, como si su corazón estuviera pendiendo de un hilo, salió corriendo a alejarse de la escena del combate. Mientras tanto, las sombras comenzaron a reírse, y siendo más rápida que los tres combatientes, comenzaron a reír, con una voz muy grave, y dijeron al unísono;

-Nuestro señor Eliphastus estará complacido con sus almas –

Y luego se lanzaron a atacar, riendo. Una se lanzó contra Edmun y la otra contra Hitsagaya.  Ambas miraban a cada uno directamente a los ojos, con unos ojos llenos de maldad, tanta que hacían temblar sus corazones. Luego, atacaron sin piedad.

Duncan aprovechó mientras las sombras atacaban a sus compañeros para atacar a la sombra más cercana, la cuál era la de Hitsagaya. Las grandes garras intentaron atravesar a la sombra, parando en gran parte su golpe, pero aun así haciéndole un corte en lo que debería ser su brazo, pero no mostraba ninguna especie de dolor ni cambio. Hitsagaya en cambio, a pesar de saber que se le acabaría su energía, prefirió prepararse para esquivar o bloquear las sombras.

Edmun sentía el peligro de las sombras, y a pesar de que la que lo estaba mirando le provocaba temor, no era lo suficiente como para asustar al curtido guerrero. Vio venir aquél golpe contra sí, y usando la katana, lo desvió hacia un lado, y su espada, brillando de un filo púrpura, atacó a la criatura. La sombra recibió el golpe, tal cual como lo había recibido de Duncan, más no logró derrotarla con él.

Luego de que llegue a una distancia segura de las sombras decidi aportar mi ayuda a derrotar a semejantes bestias, incluso aqui me asombraba tan horrible aura llena de malicia que aun podia sentir desde donde estaba.

Tenia una vista clara de la batalla desde donde me encontraba asi que con mi mano derecha donde ya habia almacenado algo de energia decidi aumentar su cantidad aun mas para por fin pensar en una gigante llamarada carme que salia de mi mano en direccion a la sombra que estaba batallando con Duncan y a pesar de apuntar bien: 

- Apartense! - Fue lo que dije antes de ver como se hacia realidad lo que habia pensado.

No era ningún experto en esto de las armas, mucho menos del combate, pero algo en mí, pasión por lanzarme al conflicto aparte, me decía que mi ataque poco menos que le había hecho cosquillas a esa sombra.

Volviendo al presente tras el grito de Max, me apuré en apartarme de lo que fuera a hacer... aunque solo momentáneamente. Tanto si le salía bien la jugada al chico como si no, iba a aprovechar el momento para atacar de nuevo a la sombra.

Era capaz de enfrentar cualquier cosa cuando estaba cegado por la ira, pero aquella mirada de las sombras era bastante clara en estos momentos. Sentí miedo, mis piernas temblaron ante el ataque de la sombra y mi reacción fue torpe, pero suficiente para poder esquivarla. Con rapidez me tire hacia la izquierda, rodando antes de que esta me alcanzara. -No me agradan estas cosas.- Intente calmarme, retomar el control de mi cuerpo, no podía dejar que me afectaran estas cosas cuando mi vida y la de mis compañeros estaba en peligro.

Max grito que nos apartáramos, parecía que iba a atacar. ¿Que podía hacer ahora? Enfrentando mis miedos me aparte y mantuve la guardia, observando los movimientos de la siguiente sombra en combate -¿Es todo lo que pueden hacer? Una anciana ataca mas rápido que ustedes. ¡Vengan por mi!.- Si lograba seguir esquivando a las sombras, y acaparando su atención, los demás tendrían una oportunidad para acabar con ellas. Solo tenia que mantenerme con vida y actuar de cebo, después de todo no podía hacer nada mas.

Concentrado su energía de su sacred gear, Max se concentró y lanzó una llamarada de color carmesí en dirección a la sombra con la cual luchaba Duncan. Esta llamarada le llegó al pecho, y comenzó a expandirse, mientras ardía. Los ojos de la sombra parecieron brillar de ira, e hizo un fuerte rugido, más Max observó sorprendido como eso no había destruido a la sombra. Luego, fueron los ataques de las sombras. Hitsagaya había hecho todo su esfuerzo para resistirse a aquella mirada llena de odio y rencor, pero el miedo lo dominó, y la sombra aprovechó para lanzarle un corte al pecho.

Luego de eso Hitsagaya pudo sentir como aquellos ojos llenos de oscuridad lo seguían mirando, y la sombra se lanzó otra vez directamente contra él, intentando acabarlo. Justo después de eso, vino el corte de Duncan. Él había calculado exactamente y con precisión como usar la espada, y con un solo corte, terminó de partir a la sombra, mientras las carmesís llamas la consumían hasta hacerla desaparecer en el piso.

Edmun esta vez se vio intimidado por la sombra, haciendo que sus habilidades de combate decayeran un poco, pero aun así, actuó por instinto, bloqueando con su katana con gran soltura el ataque de la sombra. Entonces, su espada de la nada comenzó a brillar del mismo color púrpura de antes, pero además, se llenó de unas llamas que se veían particularmente amenazantes, con la cual atacó a la sombra, pero aun así la sombra prefirió bloquearlo, sufriendo daños, pero no aniquilándola. 

Me sorprendi al no poder eliminar la sombra de un golpe, pero ya sabia que estas no eran como las otras y las debilite los suficiente como para que Duncan la acabara.

Cuando iba a atacar a la otra sombra pense que debia guardar la poca energia que me quedaba por si salia algo mas, ademas de que pense que los tres se bastaban contra la ultima sombra.

Me arranque un trozo de camisa y me vende con el una de mis heridad para intentar reponerme un poco.

Magia, sangre, gruñidos y espadas, todo unido en una lucha que nos desgastaba lo indecible. Max propina un buen golpe gracias a su mayor control de la magia mientras que yo termino con su trabajo.

Desafortunadamente, y pese a lo liviana que era la espada, a mi me estaba costando mucho mantenerme erguido, no solo por las heridas sino por el agotamiento. La espada estaba consumiendo mis energías casi tanto como el propio combate.

Con la clara intención de acabar cuanto antes con esto, me lancé presto a por la segunda sombra con lo poco que me quedaba ya. Para encarar a los siguientes peligros iba a necesitar mucho más que un simple descanso.

Nuevamente, esa mirada. Otra vez sentí que no me podía mover, que mientras se acercaba el ataque mis piernas no respondían. Ciertamente mis palabras habían funcionado, ya que esa sombra ahora venia contra mi con muchas mas potencia que antes. Sin embargo, a ultimo momento de milagro, pude liberar mi cuerpo del temor y nuevamente esquivar por los pelos el ataque de la sombra. 

Ante el corte, logre dar una voltereta en el aire hacia atrás observando como aquella oscura extremidad pasaba cerca de mi cuerpo. Finalmente termine de pie un poco alejado del lugar en el que estaba, y sorprendido de mi propia agilidad -¡JA! Inténtalo otra vez, pedazo de porquería.- A pesar del temor que me causaban, estaba respondiendo bien a sus ataques y manteniendo ocupada a la sombra. Los demás ya habían acabado con una, por lo que todo parecía ir bien.

Deseaba realmente poder destrozar a golpes a estas cosas, pero no podía hacerlo por desgracia, así que me puse en guardia nuevamente esperando el próximo ataque. -¿Podrás alcanzarme algún día?.- Continué incitando a la sombra para que no apartara su atención de mi.

Hitsagaya nuevamente fue capaz de esquivar el golpe, por poco, de hecho. Mientras eso pasaba, Max dejó de prestarle importancia al combate mientras cortaba un poco de su ropa para intentar hacerse un torniquete en una herida, aunque no lo sirvió de mucho. Esta vez la sombra, como seguía cada vez más enfadada por no poder atacar ni haberle hecho daño alguno a Hitsagaya, se lanzó completamente contra él, en un ataque que parecía simplemente  devastador.

Mientras esto pasaba, Duncan intentó aprovecharse de esta oportunidad para atacar a la sombra, pero esta simplemente desvió el golpe con su garra haciendo que su espada saliera volando, mientras desaparecía poco a poco. Hitsagaya tampoco pudo hacer nada para concentrarse en esquivar tal golpe, el paisaje se veía negro para él.

Finalmente, Edmun prendió su espada en llamas, y lanzándose contra la sombra, esta fue incapaz de parar el golpe, y Edmun terminó quemándola y prendiéndola en llamas, acabándola en el acto.

Vi la sombra abalanzarse contra mi, con una furia que no había visto nunca en mi vida. En el momento que mas miedo debía darme, no lo hizo. Mi cuerpo respondió bien, pero no era suficiente. Parecía que no iba a poder esquivar ninguna  deforma tan feroz ataque por mas que lo intente, y presentí que mi vida estaba a punto de acabar. ¿Acaso no podía hacer nada para evitarlo? Ya era tarde, yo un simple humano, jamas sobreviviría a un ataque de tal potencia.

Odio, ira, impotencia. Muchas cosas se acumulaban en mi, mientras la sombra se acercaba tanto que podía oler el hedor de la muerte. Supuse entonces que hasta allí llegaba mi suerte.

Y el momento se detuvo para todos. La sombra apuñaló tan profundamente a Hitsagaya, que su garra lo atravesó. Este pudo ver frente a frente los ojos de la sombra, mirándolo fijamente, como diciéndole ‘’estás muerto’’, unos ojos que sentían que absorbían su alma, y le provocaban un terror en lo más profundo de su alma. Un terror que probablemente, jamás podría ser capaz de olvidar en su vida.

Ante los ojos de Hitsagaya este poco vio, aparte de ver la cara sorprendida de Duncan al ser desviado su ataque completamente, pero Hitsagaya pudo observar como la sombra era partida a la mitad, desapareciendo el brazo que lo estaba atravesando. Edmun gritó ‘’¡¡¡No!!!’’ y a Max se le paró el corazón por un segundo al ver su compañero a punto de morir frente a sus ojos.

Edmun se lanza sobre Hitsagaya soltando su katana, y ocupando toda la energía mágica restante que le quedaba en el cuerpo, observaron como la herida de Hitsagaya se curó de una forma maravillosa, al punto que parecía estar tan bien casi como antes de recibir el golpe. Edmun lo miró y le dijo;

-¡Debes tener más cuidado! ¿¡Somos casi una familia, lo recuerdas?! –

Dijo mirándolo con lágrimas en los ojos. Ahora había mucho silencio, ya no parecían haber más sombras…pero el medallón seguía señalando hacia el centro del cementerio.

Quede paralizado mientras observaba como Yanami estaba a punto de perder la vida, intente reaccionar pero no pude moverme, mi cuerpo estaba congelado...

- Quizas si hubiera atacado a la sombra la vez anterior, esto no hubiera pasado. - Ese pensamiento cruzo mi mente en un instante y luego de eso los sentimientos de culpa y remordimiento me atacaron al pensar que pude haber evitado esto.

Pude hacerlo, pero no lo hice y no lo salve... 

Pero luego volvi en mi mismo al ver como Edmun salvaba de nuevo a Yanami de una muerte mas que segura, por fin pude moverme y lo primero que hice fue correr hacia donde Yanami, para cuando llegue le extendi la mano para ayudarlo a levantarse pero me detuve a mi mismo ya que no sabia si podia causarle algun dolor.

Despues de este terrible evento y al recordar los anteriores pense por un momento en que deberiamos irnos de este cementerio y olvidarnos del nigromante, pero luego mire el medallon y me di cuenta de que si haciamos eso mas que una muerte probable a manos de el nigromante y sus criaturas, tendriamos una muerte segura a manos de el propio Cassidy.

Y yo de ninguna manera permitiria que ocurriese eso...

El combate no duró demasiado y fue todo un alivio para mí pues de haber continuado me habría quedado en seria desventaja pues la sombra, con pasmosa facilidad, bloqueó mi ataque, deshaciéndose de mi espada... mas todo eso dejó de tener importancia al observar, con los ojos abiertos como platos, la escena.

El cuerpo de Hitsagaya fue atravesado de lado a lado por una de las garras de la sombra, dejando por un instante todo el combate en silencio. De no haber sido por la rápida actuación de Edmun no creo que el chaval lo hubiese contado. No sé de dónde sacaba sus energías el anciano pero ya iba perdiendo la cuenta de las veces que nos salvaba la vida y por muy experimentado que éste fuese, dudaba que le siguiesen quedando muchos ases en la manga.

Poco menos que tirado en el suelo, esforzándome por recuperar el aliento, maldije a lo no escrito mientras veía ese dichoso medallón señalando el mismo punto sin parar.

"Me cago en todo...", comento sin aliento. "¿Por cuánto más vamos a tener que pasar? Yo no puedo ni con mi alma...".

-Yo...lo lamento.- En un lapso corto de tiempo, mi cuerpo paso por una incontable cantidad de sensaciones que jamas olvidare en mi vida. El dolor, el miedo, la preocupación, y el alivio final al ver que de alguna forma seguía en este mundo. Sin embargo sabia que la muerte me había abrazado por tan solo unos segundos, y eso deja marca te guste o no. No quería volver a luchar contra una de esas cosas en mi vida.

Aun estaba herido, pese a la ayuda de Edmun, pero ciertamente seguía respirando. No sabia realmente como mirarlo a los ojos, y sus lagrimas no ayudaban en el asunto. Habia cometido un grave error el medio de la batalla y casi le fallo a todos. Necesitaba volverme mas fuerte, y mas rápido, de modo que este tipo de errores no volviera a ocurrir.

-¿Que...que haremos ahora?.- Aun estaba medio en estado de shock, no podía organizar bien mis pensamientos después de una situación así. Pero sabia que aun no podía bajar la guardia. Creo que nunca mas volvería a bajar la guardia.