Partida Rol por web

La inglesa mira algo sorprendida la profesora transilvana, pero aun así atiende. Tras crear los grupos junta su pupitre con el de Haak, justo cuando ve que Reira se acerca. Al final podrían conocerse un poco mejor con la japonesa, que a veces más que una persona parecía una muñeca tradicional, con facciones finas y suaves.

Desvió la mirada entre el resto para ver quienes eran los otros dos alumnos que se acercarían. Cuando la mirada pasaba sobre las chicas que al entrar miraban a Haak no puede sentir de recelo, eso sí.

El pobre y de nuevo hambriento Keigo tiembla ligeramente bajo la mirada de la profesora Honda. O bien se la había cargado por algo -Seguramente no habría dejado dormir a nadie con tantas visitas al baño- o bien se alegraba de verlo en clase. Cualquiera de las opciones podía llegar a ser igual de aterradora con aquella mujer.

Pero la otra profesora se lleva la palma en cuando a la cantidad de mal rollo que se puede emanar por centímetro cuadrado.
En el momento en que empieza a hablar, con ese tono bajo y susurrante, Keigo desvía ligeramente la mirada, buscando con ella a Bunzo, recordando la conversación que habían tenido hacía apenas unos instantes sobre vampiros y demás seres sobrenaturales. Alza las cejas dando a entender que aquella profesora era una candidata ideal para el puesto de "Vampiro sanguinario que camina entre nosotros" y devuelve toda su atención a la pizarra. Por si acaso.

Cuando terminan de explicar las directrices de los trabajos en grupo y la visita, Keigo se levanta, se sitúa en el lateral de su pupitres y comienza a hacer fuerza para moverlo hacia el lado... Aunque quien se mueve es él, que acaba tumbado sobre la mesa, con la frente contra la madera.
- Noooo... tengo... fuerzas... teeengooo... haaaaaaaaambreeeeeeeeee... - Dos grandes lagrimones resbalan por cada lado de la cara mientras sus tripas componen una violenta sinfonía de gruñidos y rugidos.

Miaka sonríe de oreja a oreja al leer la pizarra, mira a Keigo emocionada...

¡Nos han puesto jun...! : D ... ... ¬¬ ¿Es que no te alegras? ¿No puedes pensar en nada más que en comida? ... ¬¬ ¡Humpf! ¡Tsk!

Abre la mochila que tiene encima de la mesa y le tira una chocolatina a Keigo... y después, aun enfurruñada coge la mesa y la mueve hasta... no conoce a ninguno de sus compañeros transilvanos, así que vuelve a mirar a la pizarra...

¿Quién es Tiriac? ¿Y Ángel y Ioninosequé?

Keigo mira la chocolatina con ojos brillantes por la emoción. Luego mira a Miaka, enfurruñada. Luego a la chocolatina de nuevo. Y otra vez a Miaka... En su mente la solución estaba clara: primero coger la chocolatina y luego acercarse a Miaka con una gran sonrisa. Pero claro, seguro que si primero elegía la chocolatina, Miaka se enfadaría. Pero tampoco tenía fuerzas para moverse...
- Gggggggggg - Keigo se incorpora muy serio, dejando la chocolatina sobre la mesa. Apoya las palmas en el borde del pupitre, se concentra durante unos segundos, cerrando los ojos... Y empuja. Milagrosamente, esta vez es la mesa la que se mueve, y no él. El poder de la primavera de la vida y el amor adolescente es mas que suficiente para que su cuerpo reaccionara sin necesidad de azúcar en él... El problema es que no tenía muy claro hacia dónde empujar, así que simplemente lleva su mesa hasta la de Miaka, arrastrando por el camino todo lo que encuentre y haciendo una cantidad de ruido insoportable.

Cuando llega al lado de Miaka, le sonríe estúpidamente se deja caer sobre la silla, sin mirar en ningún momento aquella fuente de energía en forma de múltiples calorías y otros productos por lo que jamás preguntaría.
- ¿Ves? Pienso es mas cosas a parte de la comida...- Afirma con ojos de cordero, esperando que aquel gesto fuera suficiente para que se le pasara el mosqueo a Miaka.

Dan ni siquera se immuta cuando entran los dos bichos raros aquellos. Apoya la cara en su mano y suspira. El mismo pan de cada año. Ya se lo esperaba.

Cuando la profesora escribe los grupos, reconoce en su grupo a Anghel y la mira con una caballerosa sonrisa.

Oye su nombre y se dirige a la chica escandalosa.

Yo soy Tiriac. Dice cortesmente levantando la mano, y sin ninguna dificultad acerca su mesa a la de Anghel, y luego hace lo mismo con la de Miaka. Finalmente vuelve a sentarse en su sitio, dejándose caer.

El ingreso al aula de las dos féminas, devuelve a Bunzo al cruel y aburrido mundo real, ya habría tiempo para hacer volar cosas mas tarde.
La escalofriante presencia al frente del aula, generaba en Bunzo lo mismo que en cualquier otro de los presentes; temor, pavor, angustia, terrible malestar. No podía evitar sentirlo cada vez que la veía, pero ya se había resignado a la idea de que no se liberaría fácilmente de la profesora Honda. Sin embargo, la terrorífica imagen de la sensei se opacaba ante la figura de la otra mujer.

...
... ¿Quien es ese ángel vestido de negro?

La profesora dice su primer frase.

Petrova... ¿eso es nombre o apellido?... En tal caso suena raro para un ángel.

Sus siguientes palabras son como el mas exquisito elixir sometiéndose a los sentidos de Bunzo.

Cita:

... El-Castillo-del-Conde-Drácula... ... ... del-Conde-Drácula ...
Una pequeña lágrima de emoción le surca el rostro.
Observa a la profesora Petrova, la cara de disgusto ante los actos de Honda son para Bunzo como carteles luminosos indicando el camino hacia la felicidad.
Es una hermosa criatura, un encantador ángel negro, portadora de buenas noticias. Me encanta!. Me encanta Transilvania, jamas me iré de aquí.
Observa el pizarrón.
¿QUÉ!!? ¡No estoy con nadie conocido! Odio este maldito país. puff!
...
...
Un momento!. Miyasawa y Narusegawa son palabras japonesas. Pero,¿quienes son? ... ... ... Debí haberme aprendido el apellido de mis compañeros de clase.

Tomó una mesa y esperó.
Solo era cuestión de esperar a que se formaran todos los grupos, y luego se uniría al que tuviera un integrante menos.

Natasha se levanta de su asiento mirando los apellidos que se encuentran apuntados en la pizarra... Vaya, no me se todavía los nombres, menos sabré sus apellidos. Ummhhh Craciun, Kuroda, Miyasawa, Narusegawa... Quienes serán?...
Puede observar como varios de sus compañeros ya empiezan a mover sus respectivas mesas, y algunos, como ella, se encuentran algo perdidos.
Uno de los chicos hace mucho ruido al mover la mesa, Natasha no puede evitar llevarse las manos a los oídos para intentar aplacar ese sonido chirriante y tan molesto que irrumpe en la clase...

Recoge la mochila del suelo y la coloca sobre la mesa, teniendo cuidado de dejarla bien cerrada, no vaya a ser que durante el traslado pierda alguna de sus pertenencias. Continúa mirando, esperando que alguno haga algún gesto de acercarse. Allí, de pie junto a la mesa se encuentra bastante visible, aunque con todo el jaleo que se está produciendo en la clase...

Por fin se decide a hablar, se aclara la voz y alzándola un poco nombra los apellidos que salen junto al suyo. Craciun, Kuroda, Miyasawa Narusegawa... Con su fuerte acento le cuesta pronunciar los dos últimos.

Gin se sienta en el pupitre con la espalda apoyada en el respaldo cuando aparecen las profesoras, y las piernas bien abiertas, repantingado en una posición chulesca y despreocupada. Sonríe de medio lado cuando ve cómo Honda es obligada a hacer algo que no quiere... parecía que todo el mundo tenía alguien a quien no puede desobedecer.

Lee la pizarra aún con esa sonrisa en los labios hasta que...

Cita :

¿Kuroda? No sabía si reir o llorar... termina por decidirse a sonreir de medio lado como sólo el sabe hacer, con un brillo de picardía en la mirada... al menos, sería divertido.

Al escuchar como una de las nativas pronuncia su apellido, le sonríe con falsa amabilidad y se pone en pie para arrastrar sin mucho esfuerzo tanto su pupitre como el de Tooru, poniéndolos juntos y unidos al de la morena.

¡Venga, Kuroda, te estamos esperando! Alza la voz, divertido mientras se sienta de nuevo en su pupitre en la misma posición que antes.

Haak ve la llegada de ambas profesoras y gracias a un agudizado instinto de supervivencia, y eso que no conoce demasiado a la profesora Honda, su mente se queda en blanco en el momento que iban a aparecer diversos pensamientos peculiares sobre las flores, Honda, la vena de la sien y la profesora transilvana.

Con Honda nunca se sabía.

La profesora transilvana...

Loki! O peor aún... Hela... Uhm... Qué rara que es, no?

La mente del finés aparta a un lado a los dioses de sus ancestros y vuelve al presente cuando toma conciencia de la composición del grupo.

No me lo creo... Honda dejando a las parejas estar juntas? Claro, eso explicaría la vena de la sien. Sí, será eso. Pero no pienso desaprovecharlo!!

Haak movió un poco su mesa y después ayudó a Noa y Reira igualmente antes de comenzar la parlamentación.

¡EN MI PUTA CARA!

- ¡...Si me cagaré en todo...!

De pronto, Urahara que parecía tan tranquilo, sin mediar palabra y súbitamente se pone en pie como si le hubiesen puesto un torpedo en el culo. En el trayecto alarga la mano hacia la pechera de Nikolai y cierra la otra en pura y perfecta forma de hostia, que acaba acometiendo con velocidad y brutalidad contra el ojo del rumano.

La energía cinética propulsada por el robusto japanstralian (cualquiera diría que desde navidades haya tomado anabolizantes o algo similar) hace que tras el puñetazo, habiéndole soltado la ropa en el momento preciso, la cabeza de Nikolai rebote contra la pizarra. La intención primaria era amoratarle el ojo.

- PERDONA, TENÍAS UN TIC MUY FEO EN EL OJO... ¡¡ESPERO QUE SE TE HAYA PASADO...

Al oír el ruido, Noa dejó el papel y levantó la vista alarmada. Vio como Ura golpeaba al rumano violentamente totalmente sorprendida. Hacía mucho que no veía a Ura asi. Se levantó de la silla, y se acercó al australiano.

¡¡Ura!! ¿Qué ocurre? Miró al rumano dolorido con ojos abiertos. Tampoco iba a sentir pena ya que si Ura se había puesto así era por algo...

Miró interrogante a Ren.

Todo pasa rápido. Demasiado rápido. Ni siquiera las profesoras, que estaban hablando tranquilamente se han dado cuenta de la situación hasta que la cabeza de Nikolai retumba en la pizarra...

Pero para cuando Urahara se ha calmado o para para tomar aire... se da cuenta del mal rollo formado en la clase... las dos profesoras lo miran muy fijamente... la profesora Petrova, transilvana, se ha hecho una trenza mientras hablaba con la profesora Honda y mira a Ura como si estuviera lanzando ondas venenosas con su mirada... la profesora japonesa mira al chico como si hubiera cometido un asesinato y está muuuuuuy cabreada.

Sin embargo, antes de que la profesora Petrova pueda hacer algo... la otra profesora ya ha cogido a Urahara del cogote y se lo ha llevado de la clase dejando una nube tras de sí... la transilvana observa con gesto de indiferencia su acción.

Gheorghina, acompaña a Nikolai a la enfermería... - os mira a todos... y aunque su rostro sigue sin expresar nada podéis observar como extraños tentáculos negros salen de detrás de ella - Seguid con la actividad...

O.O

- ... - Haak se incorpora pero se para cuando ve a Noa acercarse.

Después mira al resto de la clase y ve las fisuras transilvano-niponas claramente.

Después observa al defenestrado transilvano y...

Demasiado rápido, demasiado...

Ren se queda completamente petrificado en su sitio. Tras unos instantes le devuelve la mirada a Noa, la suya estaba cargada de preocupación. Negó para quitarle importancia.

Cuando se lo llevaron de clase Ren se levantó un momento de su silla, en ademán de salir con él, pero las profesoras no dejaban otra opción que seguir con la tarea. Volvió a sentarse.

Noa volvió a su sitio pero mirando intranquila a Ren. Al llegar a su pupitre se volvió a sentar, algo incómoda por el aura de la profesora transilvana.

Miró a Haak apenas un segundo y volvió a sumirse en su dibujo.

- ASI SE HACE MUCHACHO!! No dejes que se recupere, ensarta su pecho con uno de esos palos metalicos clavados a la madera(1)! - Un viento gélido se nota en todos los subconsciente y por un momento el aire se llena del suave sonido de la nieve y el viento en el bosque. - Ah!! Esa ha sido una amenaza decente. Claro que nada que ver con aquella vez que Ulfgar juramentó sobre la calva calavera de Loki mientras bebía en la taberna. JUA JUA JUA JUA. Pobre, nunca se dio cuenta que el tabernero era Loki.

El enorme y ancestral vikingo mira a su descendiente.

- Ves muchacho! Tienes que tener mas sangre! Por las trenzas de Sif! Menos hablar y mas matar, luchar y conquistar!? Dime, donde está tu hacha!?? CUantos pueblos has arrasado ya?? Yo a tu edad ya mandaba un grupo de una docena de valientes muchachos a saquear y matar a los jodidos daneses! Mas sangre! Maldita sea, mas sangre!!! Cervezas y mujeres, eso también. Muchas cervezas y muchas mujeres. JUA JUA JUA JUA - La risa del vikingo se pierde arrastrada por el viento.

...

Cuando Haak quiso darse cuenta se había levantado y tenía agarrado en la mano un boli, tan fuerte que tenía los nudillos blancos y el boli amenazaba con romperse. La mirada estaba un poco perdida y le latia la vena de la sien.

Sacudió la cabeza como saliendo del ensimismamiento cuando Noa pasó de nuevo a su lado.

- Pero... Eh... - Sacude la cabeza de nuevo. Maldito viejo!! No seas pesado! Que manía con arrasar, quemar y raptar!

Se da cuenta de la pose, con el boli como si fuese un machete para apuñalar a alguien y se sienta, poniéndose rojo como un tomate.

u.u'

Reira da un respingo, algo asustada, al ver la reacción del australiano. La última vez que lo vió así... No, era mejor no pensar en ello. Inmediatamente su mirada se desvía a Ren, preocupada y con una sonrisa dulce en los labios para intentar darle ánimo. Le hace un gesto con la cabeza para darle a entender que no se preocupara... luego hablarían.

Ni siquiera se inmuta por las auras de las profesoras... como si estuviera acostumbrada a todo tipo de cosas raras y sobretodo, a todo tipo de gente.

Dan, al ver todo el alboroto, solo puede darse una palmada en la cara.

Hay que ver estos extranjeros que escandalosos son.... Piensa aún con los ojos cerrados.

Luego suspira y se sienta apoyado en el respaldo con las manos en la nuca y sigue prestando atención a su grupo.

Ajeno a lo que sucede en el aula, ajeno a todo menos a sus pensamientos.
Dos chorros de sangre brotan enérgicamente de la nariz de Bunzo, colapsándolo y llevándolo al desmayo.