Partida Rol por web

claymore(2)

Demetria (Norte)

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18/05/2009, 17:33
Catalina

  Aquello debilitaría a la número treinta. Su capacidad de percepción es probable que no se viese afectada pero si llegasemos a entrar en combate tendriamos una desventaja clara. Yo tampoco me encuentro en mi mejor momento. Como decía, era momento para descansar. Obviedades, era realmente insistente, y no parecía querer rendirse...

  La mano de Catalina rozó la de Andrea y la estrechó de forma breve. Podía ser fria pero no era tan maleducada. No acompañó este gesto de una sonrisa, o una expresión propia, nisiquiera se encogió de hombros, sólo la observó, como si se tratase del objeto de una curiosidad superficial. No esperó que pululase demasiado tiempo por la abertura en la roca, se notaba cansada. Catalina avanzó hasta los restos de la hoguera, inspeccionado con la mirada cada rincón en busca de cualquier señal de que había sido el equipo de la número once, y no algún montañero perdido. Inspeccionó el suelo, como la número treinta en busca de marcas propias de los claymore y se quedó inmovil tratando de detectar cualquier yoki cercano. La esperanza de que aún estuvieran cerca era mínima. Se mantendrían en constante movimiento. También buscó sangre, la cueva podía responder muchas preguntas o ninguna.

  Esperaría a que Andrea tomase asiento, sólo entonces ella haría lo mismo, alejada en lo que aquella pequeña guarida se lo permitiese, viniendo de otra persona podría ser un indicio de desprecio, viniendo de Catalina uno nunca podía estar seguro.

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18/05/2009, 17:46
Andrea

Aunque fuera breve e insulso, meramente formal, Andrea agradeció el gesto de Catalina de darle la mano, y no se hizo pesada pretendiendo alargarlo, le debía demasiado como para incordiarla lo más mínimo.

Andrea clavó su espada con un gesto cansado donde primero pilló, y fue a caer no exactamente en el centro de la estancia, pero sí cerca.
Que descanses, Catalina. Buenas noches.
Se sentó y comenzó a intentar controlar la respiración para relajarse. Estaba cansada, y los ojos se le cerraban solos a pesar de las heridas que le quedaban por cerrar, sin embargo, con la oscuridad que dejaban sus párpados, recuerdos e imágenes inquietantes acudieron, aunque trató de pensar en cualquier otra cosa.

El peligro corrido no ayudaba a la relajación, y su cabeza comenzó a trabajar por sí sola... El sonido de aquél espadazo, y el puño que se cerró sobre su corazón cuando lo completó... la puñalada de Rubel... la niña, hablando sin saber lo que decía, y los ojos inertes del tercer humano que no pudo salvar...
Un nerviosismo en la pierna y el ceño fruncido anunciaba que algo no andaba bien. Andrea abrió los ojos y miró afuera, y jugueteó un poco con sus dedos fríos, tratando de volver a relajarse, pero su mirada andaba perdida en su propia mente. Trató de volver a cerrar los ojos y descansar, pero de nuevo le costaba mucho. Contuvo las lágrimas como pudo, se sentía como si tratase de mantenerse a flote en el mar, el cansancio y el peso te lleva hacia abajo, y solo un gran esfuerzo podía mantenerte arriba.

Cuando sintió que no iba a poder aguantar mucho más, por respeto al descanso de Catalina, se fue a dormir en la pared contraria de la cueva, con la espada clavada cara a la pared, donde se sentó de nuevo. De ese modo podía desahogarse lo más silenciosamente posible sin molestar a su compañera con sus sollozos y sus inspiraciones llorosas, y quizá descansar un poco cuando hubiese desahogado. Si no podía asi, lo intentaria tumbada... pero la posición del cuerpo era lo de menos, la cabeza seguía estando en el mismo lugar

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18/05/2009, 19:09
Director

El brazo de Andrea tardó unos cinco minutos en completarse del todo, cinco minutos de una sensación desagradable que nunca antes había sentido pero el resultado fue satisfactorio, el nuevo brazo era similar al anterior solo que un poco mas delgado y palido, dejarlo como antaño sería cuestión de tiempo y uso.

La busqueda de ambas claymore no fue en vano, si bien no todas las claymore acostumbravan a descansar usando el claymore clavado como respaldo era una costumbre bastante extendida, Andrea vio una de estas marcas justo al lado de donde se había sentado y Catalina pudo ver otra en el otro extremo, en una situación normal estas marcas hubieran desaparecido pero el ni el viento ni la nieve hacían acto de presencia en el resguardado hueco, tan solo el infernal frio.

Ninguna de las claymore puede notar rpesencia de yoki en los alrededores, pero es de suponer que esta percepción queda algo mermada por la situación en general, solo les queda la esperanza de que a la mañana siguiente la ventisca hubiese amainado.

Hasta el momento resulta dificil que alguien herido pueda sobrevivir en semejantes condiciones, lo cual mermaba las posibilidad de encontrar a las integrantes del equipo perdido, tampoco hay mucha esperanza para localizar sus cadaveres en caso de que los haya, la ventisca había recubierto de nieve todo varias veces en una semana. Sin embargo, el hecho de encontrar un rastro claro, indica que ambas claymore no van desencaminadas...

 

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18/05/2009, 20:17
Catalina

      

  El claymore de Catalina descansaba sobre la roca, y su espalda sobre él. Sentada, sus ojos estaban clavados en los movimientos de su compañera, su mirada la recorrió en el transcurso de sus posiciones, en su ceño fruncido y en el comienzo de lo que cabían ser sollozos. El helado abrazo de la caverna no amenaza con acabar con su esperanza, y los rastros de un equipo de reconocimiento o cacería, arrojaban luz a un camino incierto a través de las montañas.

  Andrea se levanto, y se alejó, posiblemente sólo para no incomodarme. Su presencia cada vez me era más familiar, y aunque nunca había coincidido con alguien como ella, eso mismo, ese aura que la hacía especial, logró penetrar en la fria expresión del rostro de Catalina variandola discretamente, tanto que era imposible o muy poco probable que nadie se percatase de un cambio tan nímio, la comisura derecha de sus labios se arrugó, tan levemente que no podía considerarse una sonrisa. El metal crepitó cuando se puso en pie, tomó su claymore en la diestra y lo sacó de la roca. Recorrió su filo con la mirada, y luego miró a Andrea, de forma desinteresada, como siempre.

  Sus pasos eran sonoros debido al eco de la gruta, y las hombreras tintineaban en su caminar tranquilo. Sin mediar palabra levantó el claymore frente a Andrea, como lo había hecho tantas otras veces para acabar con la vida de un Yoma herido en el suelo y descargó un duro golpe. La trayectoria del claymore era calculada y acabó junto a la número treinta, preparado para el descanso de la número veintiseis. Sentandose junto Andrea, apoyó su espalda sobre el filo impoluto, extendió ambos brazos, sus manos buscaron recoger a su compañera y atraerla en un abrazo contra su pecho, para recostarla si así gustaba sobre él.

 Si accediera, se vería rodeada por los finos y frios brazos de Catalina, un gélido abrazo de motivos cálidos. Sus manos acariciarian los de andrea, recorriendolos con sumo cuidado, casi con fragilidad. Pero siempre con la determinación del frio de aquellas montañas. Si colocase su rostro contra su pecho, oiría su corazón, lantiendo muy lentamente, y su respiración apagada...

  No diría nada. Como siempre, sobraban las palabras...

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18/05/2009, 21:51
Andrea

Catalina era bastante difícil de conocer, y aunque algo le decía que era buena gente tras esa fachada impasible. Sin embargo, cuando la escuchó venir, volvió a retener los sollozos, pensando que quizá la estaba molestando de nuevo, y algo venia a decirle.

Desde luego que se sorprendió cuando se sentó a su lado. En cuanto la rodeó con sus brazos, Andrea sonrió, soltando dos lagrimitas que guardaba en sus ojos oscuros. Aceptó y agradeció el abrazo. Sin duda, era objetivamente el abrazo más frio que le habian dado nunca, casi como si hubiera perdido la práctica, y tal vez fuera así. Sin embargo a Andrea le pareció un fuego abrasador donde calentarse en una noche mortalmente gélida para el cuerpo, y para el alma.

Asimismo, abrazó a Catalina, apretujándola suavemente, y devolviéndola relajadamente las caricias.
Mágicamente, los recuerdos funestos, alzados desde el suelo como una nube de polvo que no deja respirar, comenzaron a asentarse de nuevo, quedando calma en la mente de Andrea, que escuchaba el sonido rítmico y tranquilo del corazón de Catalina.

Con una delgada y amplia sonrisa, Andrea estuvo acariciando con ternura y agradecimiento a Catalina, abrazada a ella, hasta que estuvo suficientemente relajada como para que la consciencia dejara paso al sueño. No podía ser un sueño feliz y enteramente reparador, como la última vez que durmió abrazada a una compañera, pues aún había que sacar aquél polvo, pero por esta noche molestaria poco.

Tan solo unos leves movimientos ocasionales, y un nombre susurrado en sueños, junto a un apelativo cariñoso, y una momentánea desaparición de la sonmífera sonrisa...

Leticia... hermanita....

Con todo, el descanso del que disfrutó Andrea sí fue un regalo del cielo.

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18/05/2009, 22:14
Catalina

Peinaría el cabello de la número treinta para apartarlo de su rostro y abrazaría la inmovilidad mientras ella trataba de concebir el sueño. Ella consiguió el abrazo de morfeo mucho antes de que Catalina siquiera lo intentase. El tiempo suficiente como para ver como el subconsciente de Andrea tomaba el control de sus labios, y su garganta brindaba al silencio monótono de los goteos de la cueva el nombre de su hermana. Aquella situación no podía sino sorprender a Catalina, pues le resultaba realmente familiar. Tan familiar...y a la vez tan completamente...improbable...

  Leticia...hermanita...Repitió en su pensamiento inconscientemente, sus sentidos estaban alerta. Pasaría la noche en vela cuidando de Andrea, y de si misma...

 

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18/05/2009, 23:30
Director

La noche transcurrió bajo el bufido del viento el cual fue acallando a medida que el sol se disponia a anunciar un nuevo dia, la claridad no tardó en entrar por la entrada de la cueva.

Seguí haciendo el mismo frio invernal, pero lo que ayer era ventisca hoy era una brisa gélida que apinas hacia mecer el cabello de las claymore y la nieve había dejado de caer, aquella suerte no duraría mucho, pero por el momento facilitaría el avance de ambas, aun tienen mucho camino que recorrer.

Por otra parte desde la altura a la que se encuentran se puede ver todo el valle y el bosque, asi como las dos cimas restantes, es decir, todos los lugares donde era posible encontrar algun otro rastro eran visibles desde ahi, aunque tambien desde todos estos otros lugares serían visibles ellas, ya no caminan al amparo de una ventisca sino bajo al luz del sol, aunque, tampoco es que hubiera muchas otras opciones.

Notas de juego

Andrea, recuperas 15 puntos de yoki y recuperas todos los niveles de salud, tambien sientes bastante hambre.

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18/05/2009, 23:53
Andrea

La noche había resultado reparadora. Mientras dormía, sus heridas se cerraron, pese a que, ante una mirada rápida, a causa de la sangre que manchaba sus ropas podría parecer que aún estaba herida.

Llevaba tal vez unos minutos medio despierta, comenzando a removerse, y las heladas legañas hicieron que le costase un poco abrir los ojos. A pesar del intenso frío que llegó a sus ojos plateados en cuanto los abrió para ver la luz que entraba por la cueva, se sentía arropada, y el sentido del tacto le dio la respuesta.
Apretó de nuevo un momento a Catalina, y sonrió mientras la miraba, con una expresión profundamente cálida y agradecida. Parpadeó un poco para despejar la vista y contuvo un bostezo, y le 'lanzó' un abrazo fuerte, poniendo su barbilla en la hombrera de la veintiséis.
Si, tiene corazón...

Gracias, Catalina... Palmeó la espalda de su compañera y se levantó con energía, estirando los brazos y mostrandose a la brisa mmmffhhhhh!! Habría ofrecido ayuda a Catalina para levantarse, pero probablemente la rechazaría. ¡Qué diablos!
Ofreció la mano a Catalina, no porque fuera a necesitarla, solo como otro gesto más de aprecio, calidez y agradecimiento.

La verdad es que se sentía muy contenta, siempre lo hacía cuando dormía bien, sobretodo cuando no esperaba ni dormir. Estaba al lado de una persona interesante, un reto para alguien que busca la sonrisa en todo el mundo, y sentía su yoki bastante recuperado. Sin duda, el dia podría deparar más sorpresas desagradables, pero en este momento no pasaban por su cabeza.
Solo sonreía a Catalina y esperaba devolverle sus favores y su ayuda... haciéndola sentir calidez, y haciéndola vibrar de sentimiento
¿Acaso hay regalo más hermoso que un sentimiento?

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19/05/2009, 00:37
Catalina

Los gestos de aprecio por parte de Andrea eran la gota que podría hacer rebosar el vaso, sin embargo seguí sin advertir ningún cambio en mi comportamiento. Respondí fugazmente a su primer abrazo y me ayudé de su mano para levantarme por el único motivo de no herir sus sentimientos. Eché un vistazo a la hoguera a fin de evitar unos instantes el continuo contoneo de Andrea frente a ella, era una claymore muy energica, quizás demasiado. ...Una semana...

  Desclavé el claymore y lo coloqué a la espalda con el consecuente zumbido metálico, inclinandome ligeramente hacia adelante comencé a avanzar con decisión, a pesar de no haber dormido me encontraba en perfectas condiciones para continuar. Observé el suelo en el exterior, cuidando los detalles de las paredes en la boca de la gruta y también en el saliente sobre sus cabezas. Evitar cualquier desprendimiento o zona demasiado blanda era sobrevivir. Me llevo un tiempo cerciorarme de que continuar era segundo, tiempo en el que guardé silencio. Di entonces el primer paso, descuidando la posición de Andrea, consciente de que me seguiría. Catalina no había necesitado desperezarse, estaba dispuesta para el combate, y aunque no lo echaba de menos, sabía que le esperaban días en aquellas montañas.

 - Estuvieron aquí hace una semana. - Acabó por susurrar mientras observaba las cumbres blancas bañadas por el sol, a pesar de su cegador reflejo no cerró los ojos, nisiquiera se inmutó. No parpadeó. - Rastrearemos las cimas e iremos descendiendo gradualmente.

  Hablaba sin intención de mando, sólo informaba con la frialdad que la caracterizaba. Tardó unos segundos en preguntar algo.

 - ¿Puedes sentir algo? - La ventisca había cesado, las condiciones eran favorables para que fuesen detectadas, también para localizar a sus compañeras o lo que habían venido buscando a aquella región. Catalina confiaba en Andrea, pero cuatro ojos ven más que dos, asique optó por tratar de localizar algo en las cercanias. Ella estaba especializada en aquello, yo sólo deseaba asegurar nuestra supervivencia un tiempo...

  Poco a poco, muy lentamente, Catalina fue reprimiendo su yoki, apagandolo hasta su límite.

 

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19/05/2009, 00:52
Catalina
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 7d10
Motivo: Per+Alerta
Dificultad: 6+
Resultados: 10, 8, 8, 5, 8, 3, 10
Exitos: 5

Notas de juego

Trato de detectar yoki en las proximidades, el máximo rango que pueda abarcar. Y si puedo echo un ojo en general (a objetos sin yoki, con los ojitos y los sentidos)

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19/05/2009, 00:59
Andrea

Andrea se quitó las legañas y también envaió la espada que les daba el nombre... al menos el nombre que les daban los humanos. Claymore, el nombre de un arma. Para mucha gente, es justo lo que eran, armas, simplemente.

Observó como Catalina intentaba mantener la distancia con ella. Tal vez la atosigase... y eso que no creía haber hecho nada molesto, pero en cualquier caso, estaba claro que se habia esforzado por ella, y Andrea haria el esfuerzo de mantenerse distanciada si eso es lo que quería. Haría el esfuerzo, pero no juraría que lo fuera a conseguir.

Su compañera examinó los restos de la hoguera con cierto ojo experimentado, algo muy de agradecer, ya que Andrea era tal vez algo urbanita para saber cuanto tiempo hacia que una hoguera estaba apagada, era algo que sencillamente no podía averiguar.
Catalina trazó un plan de acción, tenia iniciativa y mejores conocimientos, así que debia ser lo más lógico. Lo era incluso para Andrea, por todos los motivos que habria señalado Catalina y por uno más.

Bien. Menos mal que estás habituada a las montañas.

Salió detrás de Catalina, siguiendo sus pasos, y manteniendo la boca cerrada donde normalmente haría algún que otro comentario. La fría nieve se colaba por algunas delas rasgaduras de las perneras de los pantalones cuando hundía bastante el pie, y resultaba muy molesto, sin embargo, la sobrecogedora belleza del paisaje compensaba cualquier molestia, aunque faltaba mucho para que la descentrase de su misión. Tenía la mente centrada en percibir, y estaba comenzando a concentrarse cuando Catalina le preguntó.

Estoy en ello... dame un segundo.

El Yoki no es algo que se viera con los ojos, ni que se oyese, por tanto, cualquier estímulo visual o sonoro solo distraería. Andrea cerró los ojos y se abstrayó un segundo, recogiendo con aquél sexto sentido toda la información sobre Yoki que le era posible recopilar.

- Tiradas (2)

Tirada: 8d10
Motivo: Intento de hacer algo de provecho xD (Rastrear)
Dificultad: 6+
Resultados: 8, 10, 4, 2, 5, 9, 7, 2
Exitos: 4

Tirada: 1d10
Motivo: Rastrear: Repetir 10
Dificultad: 6+
Resultado: 9 (Exito)

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19/05/2009, 01:18
Director

El despejado dia iba a revelar algo que quizá no fue revelado con anterioridad, en primer lugar, algo llama la tención de Catalina, nada mas que un punto tremendamente lejano en el cielo algo que cualquiera hubiese pasado por alto o pensado que se trata de un pajaro o una cigüeña volando lejos, pero esta vez aprece que los detalle no escapan a los ojos de Catalina la cual si se queda mirando fijamente a ese punto, puede observar como se está acercando, y a bastante velocidad, y no solo eso, pronto puedes distinguir una silueta mas que familiar, una forma humanoide con alas y a menos que los ageles existieran y fuesen marrones, aquello era un yoma volador que se dirge hacia la montaña donde se encuantran las claymore.

Andrea a pesar de no estar mirando, no solo percibe a ese yoma, sino que sus sentidos le alertan de otro, justo en el lado contrario de al montaña y a juzgar por la velocidad a al que cambia de posición, es muy probable que tambien vuele, por tierra sería imposible moverse tan rapido y menos en la nieve.

En pocos segundos entrarían en el rango de vision del yoma que viene de frente, apenas tienen unos segundos para reaccionar si lo que quieren es esconderse.

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19/05/2009, 01:30
Andrea

Andrea abrió los ojos alarmada, no podia perder tiempo. Miró a Catalina, señalando hacia atrás.

Sí, vienen dos voladores hacia nosotros, uno desde el frente y otro desde atrás. A la cueva, vamos.

Andrea echó a andar hacia la cueva tan rápido como se podía. Había notado como Catalina redujo su Yoki, pero ella no era capaz de hacer tal cosa y debía esconderse en roca. Una vez dentro, siguió centrada en no perderles, aunque ahora sería más difícil también para ella.
Esperó a que Catalina llegase, y desenvainó la espada. Si entraban, iban a llevarse dos sustos con ojos de plata.

- Tiradas (1)

Tirada: 8d10
Motivo: Rastrear (actualizar posición)
Dificultad: 6+
Resultados: 3, 5, 9, 1, 9, 8, 8, 1
Exitos: 4

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19/05/2009, 01:36
Catalina

Catalina no se sobresaltó con lo que veía, y las palabras de andrea confirmaron sus sospechas. Fue retirandose lentamente, sin movimientos bruscos de nuevo hacia la cueva, agachandose para no perder la línea de visión aún desde la oscuridad y el refugio que les otorgaba aquel antojo natural. Los Yoma tenían sus propios rastreadores o guardianes en la zona. Eso podía significar varias cosas, podían seguir buscando al equipo de la número once, o simplemente defendían algo. Los métodos de la organización no eran sorpresivos, recibian una orden y la cumplian, si la once y sus compañeras habían fracasado estarian esperando con un buen comité de bienvenida.

  Ocultandome tras la roca y la nieve seguí la estela del Yoma volador con los ojos, a fin de descubrir un patrón en sus movimientos, si volaba en círculos o simplemente recorría una distancia para desplazarse caprichosamente. Cualquier indicio podría significar tomar un camino u otro.

 - Susurrame todo cuanto puedas averiguar sobre ellos. - Susurró Catalina a su vez. El día ayudaba a los oponentes tanto o más que a ellas, la número veintiseis pensaba que más. Si Andrea era capaz de determinar si pasaban de largo o seguían sobrevolando la zona podría tomar una decisión, sino sólo disponía de sus propios sentidos para elegir.

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19/05/2009, 01:52
Director

Los yomas siguen un recorrido fijo, por lo visto están patrullando justo el area que asignó la Organización como objetivo del equipo de la numero 11, las tres montañas y el bosque. No sería dificil encontrar un patron en ambas rutas, aparte que es de suponer que en algun momento descansen.

En principio no aprecen haber visto ni detectado a las claymore pero seguramente conozcan bastante mejor que ellas las montañas, y tambien sepan de los posibles escondrijos, aunque por el momento no aprecen molestarse en prestar demasiada atención a esos puntos. La situación coloca a Catalina y a Andrea en una situación dificil, salir de allí significaría que tarde o temprano las viesen en una de las pasadas, eso teniendo la esperanza de que sus sentidos para la detección de yoki no esten tan afinados como los de Andrea.

Entre pasada y pasada pueden pasar aproximadamente 10 minutos, 10 minutos en los que las claymore pueden intentar desplazarse hasta que el siguiente yoma haga otra pasada, aunque este tiempo puede variar segun la velicidad de vuelo. Justo en este instante realizan el vuelo cerca de la cueva, comienza la cuenta atras...

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19/05/2009, 02:10
Andrea

Andrea trataba de pensar rápido, algo correcto y acertado. Habia calculado que el vuelo no les llevaba demasiado tiempo. Si podían atraer a los dos yoma hasta aqui, seria fácil cazarlos entre dos. Miró a Catalina y le propuso algo bastante temerario.

Catalina, deben hacer pasadas cada diez minutos, más o menos, y aunque paren a descansar, no sabemos si saldrán dos más, o cuanto descanso necesitan. Tenemos que acabar con estos dos en esta cueva, y tengo una idea. Ahora miró fijamente a los ojos de Catalina, imprimiendo ímpetu y seriedad a sus palabras, para que supiera que lo había pensado y que no era simple especuación si no que hablaba en serio.
Tengo un aspecto lamentable. Con sangre por todas partes, y mi yoki no está completamente cargado. Puedo hacer ver que voy a buscar comida, o a salir, y cuando me vean, venir corriendo... aprentando debilidad. Tú ocultas tu yoki, así que si creen que soy una y herida, con el yoki cansado, es posible que entren y podamos abatirlos, cercenando sus alas para evitar que escapen.
Acabó la explicación pero mantuvo la mirada

Si te parece buena idea, estoy dispuesta a correr el riesgo... no podemos peinar la zona eficazmente con esos dos montando patrulla.

Asía con fuerza el claymore, dispuesta a luchar una vez más, y en su mirada parece que había alguna otra razón oculta y decidida, no parecía odio ni venganza, tal vez alguna otro impulso más virtuoso.
Dos yoma comen unas cuatro o seis personas a la semana. Aún si nos saliera mal y tuvieramos que retirarnos tras matarlos, no habría sido completamente en balde.

Durante el segundo que Catalina tardaria en contestar, trató de no perder a los exploradores yoma.

- Tiradas (1)

Tirada: 8d10
Motivo: Rastrear (actualizar posición)
Dificultad: 6+
Resultados: 3, 3, 8, 3, 7, 4, 3, 4
Exitos: 2

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19/05/2009, 02:41
Catalina

Andrea razonaba desde su perspectiva, Catalina lo hacía desde la suya, era una persona mucho más paciente, almenos en apariencia más calmada. Sus ojos se desviaron unos instantes de la puerta de la cueva cuando el Yoma desapareció en el cielo y se clavaron sobre los de Andrea, de forma sutil pero gélida.

 Los rosados labios volvieron a separarse:

 - No hemos venido a matar Yoma. No necesariamente. Esperaremos un tiempo, si el equipo de la número once sigue vivo podrá sobrevivir unos días más. Descubrir nuestra posición sería inútil, comenzarian a buscarnos a nosotros.

   Rastrean la zona o la protegen. Quizás ambas.

Meditó unos instantes bajando la mirada al suelo inexpresiva. Estaba hablando más que nunca antes.

- Seamos pacientes. Esperemos su relevo. No pueden volar eternamente. Ellas estuvieron aquí, en este mismo lugar, posiblemente en condiciones muy similares. Debemos pensar como lo hicieron ellas.

 Termino de aquella forma, volviendo la vista al cielo y retirandose algo más, sin haber desenvainado. No sería necesario mientras todo fue bien...

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19/05/2009, 02:56
Andrea

Asintió algo decepcionada, pero en las palabras de Catalina había mucha razón y menos pasión. Un contrapunto a tener en cuenta, en realidad. El aire que retenía en sus pulmones se vació lentamente por las fosas nasales, exhalando algo de vaho.

Seguramente sus palabras sorprendieron a Catalina
Es una gozada razonar contigo, y por cierto... tienes una voz preciosa, deberías regalar los oídos de los demás más a menudo con ella. Sonrió pero siguió hablando antes de que Catalina reaccionase.

La situación del equipo era completamente diferente a la nuestra. Ellas eran un equipo de asalto, nosotros de reconocimiento, y supuestamente podían enfrentarse a una gran cantidad de Yomas, y claro está, a la Despertada. Imagino que si querian encontrarles seguirian hasta la segunda montaña, tomando algún lugar como punto desde el que iniciar los rastreos por la cordillera y el bosque... o al menos eso es lo que yo haría.
Suspiró tomando aire.
Desgraciadamente... mucho tendrán que descansar para que podamos llegar hasta allí. Se me... ocurre una idea... no... no me hace gracia, pero es lo mejor... si esperamos la siguiente ventisca para bajar al bosque al amparo de los vientos y la nieve, desde la cobertura de los árboles podríamos llegar a la segunda montaña, y  subir a ella o ya que estamos....
Hizo una pausa en la que desvió la mirada de los ojos de Catalina, que pudo sentir como aferraba aún más fuerte la espada, y se le aceleraba el corazón.
Ya que estamos podríamos rastrear el bosque... preferiblemente... de dia...
Lo de hacerlo de dia casi sonó a súplica, aunque no lo pretendía.

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19/05/2009, 03:12
Catalina

- Ellas no estuvieron aquí cazando...Ellas se escondían aquí. Estuvieron aquí después de fracasar. - Hablaba de fracaso con una dureza impropia, aunque muy acorde con su fria expresión. Su mirada se despegó dolorosamente de los ojos de Andrea y entrecerró los parpados para fijar la mirada en la blancura de las cumbres que avanzaban en línea por aquel paraje casi virgen.

  - El mejor refugio lo proporcionan las montañas. La roca limita la capacidad para detectar el yoki, sumado a las ventiscas dificultaría durante días sino semanas que un Yoma pudiese encontrar a un equipo. Podiblemente se encontrasen heridas. Tenían materiales para prender una hoguera, es probable que ascendieran desde el bosque.

  Permanecer unidas podría no ser un recurso para sobrevivir. Esperaremos. Recabaremos toda la información que nos sea posible desde la seguridad y el sigilo que nos ofrece esta cueva. No debemos ser detectadas por el momento.

 Y salir significaba delatar nuestra posición. Catalina no reaccionaría ante los halagos de Andrea, tampoco estaba deacuerdo con su forma de proceder. El rango decantaba la balanza sobre la opinión de la número veintiseis. El silencio después de sus palabras sería suficientemente claro como para intuir que aquello era definitivo, almenos...para ella.

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19/05/2009, 03:31
Andrea

Andrea negó con la cabeza a las afirmaciones de Catalina.

No, no, el agente dijo que hacía una semana que fue enviado el equipo. Si tardaron como poco un dia en dar con el Devorador, y otro para esconderse tras el fracaso, esa hoguera deberia tener no más de cinco días. Dijo señalando la hoguera

Lo que es cierto es que debían venir del bosque en cualquiera de los casos, tal vez subieran no por donde nosotras hemos subido, si no atravesando la parte occidental del bosque, para aprovechar el rastreo.
No creo que fuesen escondiéndose como estamos haciendo nosotras. Cuatro yokis de rango intermedio y alto en movimiento son difíciles de ocultar en el mejor de los casos, debieron confiar en la rapidez para encontrarle más que en un rastreo exhaustivo... y más teniendo en cuenta la peligrosidad de estas montañas.
Aquello le llevó a otra conclusión.

Tampoco hemos pensado que quizá una avalancha las derrotase o separase, o que el mismo Devorador la provocase, para ahorrarse el peligroso encuentro.

Andrea hablaba deprisa, a la velocidad que pensaba, tratando de dar con una solución que satisfaciera a ambas.