Partida Rol por web

ALBERTH: -Si, la gente os llama monstruos, pero es simplemente porque no entienden el trasfondo que hay tras una guerrera, los humanos os ven despedazar yomas y marcharos por donde habeis llegado con vuestros uniformes y ojos plateados y atraves de un pobre razonamiento deducen que sois monstruos. Sin embargo bastaría con entender que el verdadero monstruo, puede esconderse en cualquier apariencia, humano, humano medio yoma, yoma... son nuestros actos y pensamientos los que nos hacen monstruos, no nuestra apariencia o nuestro cuerpo.

Andrea se quedó mirando a Alberth anonadada un momento, y afloró otra de las pocas sonrisas que llevaba sacadas en el viaje

Eso... eso que ha dicho... es tan sabio y tan comprensivo.... ca... caramba.....

Sonriendo, soltó un suspirito y desvió la mirada del hombre

Ay.... Ya pensé que esas cosas solo las pensaba yo...

Cuánta verdad, Alberth... cuanta verdad.... Y más que una desgracia es.... una suerte muy cara. Puedo luchar por lo que creo, y dejar un mundo más seguro cuando me vaya que si hubiera sido una comerciante... pero es caro porque renuncias a demasiadas cosas. Depende cuanto valores las cosas que has de dejar atrás... puede llegar a ser simplemente duro, o una desgracia...

Miró a Galena y la habló a ella también

A eso me referia, Galena. Siendo pequeñas... no elegimos totalmente conscientes lo que vamos a ser... y hay niñas que apreciaran la oportunidad de hacer algo bueno con sus vidas... y otras que no. Quien sabe si a Alberth le habria gustado.

Asintió a la explicación de Alberth sobre el aspecto de la Cazadora y se lo agradeció. ¿Era curioso que se hubiera fijado en el simbolo? No eran demasiado llamativos, y un humano no tiene porqué saber que los símbolos son distintivos en cada Cazadora. De querer pasar por un comerciante, habria dicho que no se fijó, posiblemente...

mmmf... mejor dejo de darle vueltas por hoy, o me dará algo...

Andrea dejó sus cosas junto a un árbol, parándose un par de segundos a mirar el laúd, suspiró y lo dejó con lo demás, echando una mano a buscar ramas secas. Si habia nieve seria dificil encontrarla en el suelo, así que las más secas, en árboles tupidos de hoja perenne, serian las de abajo, y en eso podria echar una mano, cortándolas con el claymore desde el suelo, si fuera necesario.
Tan al norte, debia hacer realmente mucho frio de noche para un humano.

De lo que tampoco se descuidó fue de controlar que no hubiese cerca ningún yoki peligroso.

A Galena le resultó realmente inusual la respuesta del humano, de hecho, parecía que le hubiera leído el pensamiento averiguando el motivo que la había molestado y explicándolo en voz alta.

Cerró los ojos y se frotó las sienes soltando un sofocado suspiro mientras caminaba por delante de los otros do smiembros del grupo tratando de recobrar la clama.

"Tiene razón... si piensa como yo ¿por qué... me pongo así de repente?, maldita sea, Galena, ¡cálmate!"

Seguía sin entender por qué sus nervios la habían traicionado súbitamente y la molestaba haber sido la causa de que la conversación se rompiera. Casi comenzab a sentirse culpable cuando escuchó la voz de Andrea.
 

Andrea:

 
Galena abrió los ojos lentamente y dejó caer los brazos a ambos lados, la difusa imágen de la mano de Rubel tendida hacia ella cruzó fugazmente su cabeza.

—Ya he dicho que lo siento—murmuró con sequedad y una voz que carecía de calor, tampoco se volvió. Por alguna razón el sentimiento de culpa se había esfumado como el humo.

"Sé perfectamente por qué lo hice..."

Cuando el caballo se desvió del camino ante la recomendación de Alberth, tomó en silencio la misma dirección y al ver que tanto el mercader como la número 30 se ponían a la tarea de reunir ramas le pareció que no era necesario un tercer par de manos. Se dirigió a uno de los árboles que formaban el lugar y se sentó allí, ni si quiera desenvainó el claymore como de costumbre, de hecho se sentó en una postura atípicamente normal... con la pierna izquierda a estirada y la derecha flexionada, se rodeó la espinilla diestra con ambas manos y apoyó la barbilla sobre la rodilla que mantenía en alto fijando los ojos en la maleza colindante.

Seguramente a estas alturas le caería mal a Alberth, pero... simplemente se resignó, a fin de cuentas sería otro más de la larga lista.
Mientras escuchaba los cortes del claymore de Andrea, sus ojos se fueron desviando hasta que final permanecieron observando con cierta distracción cómo ambos recogían ramitas.

Alberth terminó de reunir ramas secas y limpió el suelo lo que pudo, luego sacó hierba seca de una pequeña bolsa que estaba atada tambien al lomo de Larso, estaba bien preparado para acampar a la intemperie. Finalmente, de forma bastante habilidosa encendió el fuego. Puso las manos cerca para calentarlas con un suspiro de alivio. Luego se sentó con la espalda en un arbol, como pudieran hacerlo Galena o Andrea apoyadas en el claymore.

-Bueeeno, mañana saldremos a primera hora para aprovechar la luz, asi que almenos yo, voy a intentar dormir, si vosotras vais a permanecer despiertas mantener el fuego encendido, eso evitará que se acerquen los lobos.

Se cubrió bien con la gruesa capa de piel y en esa misma postura cerró los ojos. Mientras Larso, aunque estaba atado, aprovechaba para buscar algo de hierba antes de dormirse tambien.

Andrea se quedó extrañada de que Galena se hubiera enfurruñado un poco, pues no creía que hubiese dicho nada malo... pero empezaba a conocer que probablemente a causa de su amnesia, algunas cosas sentaban mal a la veintiocho.

Hmmm... luego hablaré un poco con ella... a ver qué he dicho...

ALBERTH: -Bueeeno, mañana saldremos a primera hora para aprovechar la luz, asi que almenos yo, voy a intentar dormir, si vosotras vais a permanecer despiertas mantener el fuego encendido, eso evitará que se acerquen los lobos.

Oh... no te preocupes, este fuego no va a apagarse...

Gracias Alberth... nosotras nos encargamos del fuego, duerme tranquilo.

Suspiró y fue a cortar algunas ramas más para tenerlas a mano para la noche, lo que no le llevó mucho tiempo, y después se sentó en el mismo árbol que Galena, justo a su lado, con el claymore al lado, y sus cosas a mano. Cruzó los brazos y suspiró.
A causa de la forma del árbol, quedaban levemente de espaldas la una a la otra.

Estuvo moviendo el pie un tanto inquieta.

¿Dónde estarán...? ¿Mandarán a Catalina al Cuartel...? ¿O vendrá a esta batalla?  Se removió inquieta Rayos... esto va a ser horrible... y será mejor que deje de pensar en cosas que no puedo evitar...

Miró a Galena por encima del hombro un momento y devolvió la mirada de nuevo a las estrellas.

Parece enfurruñada...  Suspiró  Con todo lo que me ha ayudado... no puedo menos que intentar animarla... tocaría algo, que le gusta... pero no estoy... como para tocar nada...

Eh, Galena... ¿Qué te pasa? Pareces de mal humor... Si es por algo que dije... dimelo, eh? Hay confianza, ¿No?.

Galena observó en silencio cómo el mercader encendía el fuego y daba por terminada la noche. Luego sus ojos siguieron la trayectoria de Andrea que deambuló unos instantes antes de acercarse, cuando se sentó a su lado volvió a mirar la espesura al frente.

Andrea:

La número 28 entornó los ojos durante unos segundos antes de contestar aunque no giró la cabeza.

—Estoy bien—respondió con un tono de su voz que no era muy frío pero sí bastante seco.

Lo cierto es que ni ella misma sabía a ciencia cierta si ocurría algo, se sentía molesta pero no sabría decir si era por lo que acababa de ocurrir o algo anterior. Se soltó la pierna y se inclinó hacia atrás para apoyar del todo la espalda en el tronco del árbol en una postura algo más cómoda mientras se cruzaba de brazos sin dejar de mirar la maleza.

—Monto guardia yo hoy... tú ya lo has hecho las dos últimas veces...
 

Andrea suspiró mirando al cielo

Por eso no te preocupes... es mi trabajo, para eso soy los ojos de la pareja, además ya sabes que yo hoy no voy a dormir mucho... entre la amenaza de lobos y todo lo demás.

Suspiró al recordarse su 'debilidad', y aunque no era ni necesario aún, miró que el fuego aún fuese vivo y grande, y habló a Galena de nuevo.

Si estás bien, entonces aprovecha para descansar... o si no, podemos seguir donde lo dejamos... me dejaste con la duda cuando apareció Alberth... ¿Querias decir que recuerdas algo?

Andrea:

—No te lo estaba pidien...—se detuvo a mitad de frase al darse cuenta de que quizá iba a sonar demasiado brusca.

"Cálmate de una maldita vez..."

—...quiero decir, descansa al menos un día, yo tampoco creo que vaya a dormir mucho.

Hizo ademán de levantarse como si quisiera dar por zanjado aquello pero entonces Andrea volvió a hablar.

 
Andrea:

Galena se detuvo a medio camino de ponerse en pié, miró de reojo a la número 30 como si estuviera evaluando algo durante unos largos e inquietantes segundos.

"Bueno, por qué no..."

Volvió a sentarse lentamente aunque no parecía muy segura de querer hablar de aquello. Volvió a cruzar los brazos y su vista se desvió al suelo, luego a su compañera y luego una última vez más al suelo.

—Más o menos—dijo al final con un timbre bastane bajo.

Soltó un suspiro y terminó levantando la vista hacia el cielo imitando el gesto de la número 30.

—Cuando estaba inconsciente en Pieta, creo que soñé con algo...—realmente le costó arrancar, nunca le había hablado de ella misma a nadie, pero por alguna razón, Andrea hacía que aquella desconfianza natural suya se volviese más benevolente—estaba... estaba yo, y Flora, cuando éramos pequeñas. Estabamos...

Contrariada a la hora de dar detalles, se calló un momento. El tono de la voz de la número 28 continuaba bajo, como si no quisiera que nadie más en dos metros a la redonda la escuchase.

—No sabía si era un recuerdo real o sólo un sueño... pero le pregunté a mi hermana por una futura "Claymore" que también aparecía en él, y ella recordaba su nombre... es decir. No era un sueño, pasó de verdad.

Los dedos de Galena se cerraron con un poco más de fuerza cruzados como tená un brazo con otro, el rememorar aquello daba casi vértigo después de tanto tiempo sin ningún recuerdo "en primera persona" al que aferrarse. Guardó silencio con gesto pensativo antes de continuar al caer en la cuenta de algo.

"¿Por qué también estaba Verónica...? ¿la conozco de antes de Delenia, quizá?... ¿me recuerda ella a mí?"

 

—No te lo estaba pidien...

Suspiró  Siempre me olvido de los rangos...

—...quiero decir, descansa al menos un día, yo tampoco creo que vaya a dormir mucho.

Aunque Galena no podría verla porque estaba mirando al cielo, Andrea cerró los ojos más tranquila. Se sentía mas tranquila cuando se ocupaba ella misma de la vigilancia y seguridad de sus amigos, que durmiendo inquieta sabiendo que ella era, para bien o para mal, la más indicada.

Parecía que iba a marcharse, pero hablar de aquello la tentó lo suficiente como para quedarse.

Le contó que "soñó" con un recuerdo, y Andrea escuchó hasta el final
Se giró sorprendida hacia Galena, realmente contenta de que su amiga recordase algo, y de cuando eran humanas, nada menos!!

¡Galena...! eso... ¡Eso es fantástico...! empiezas a recordar Sonrió y le puso la mano en el hombro, mirándola a los ojos ¿Así que de cuando erais pequeñas...? Bueno... cuenta! Que pasaba en ese recuerdo? Quien era aquella otra... futura cazadora? Quizá la conozca.
Enseguida se dio cuenta que por emocionada que ella estuviera, Galena no era de ese tipo de arrebatos, y tal vez podría haberla arrollado.
Quiero decir... si tú quieres. A mi me encantaria escucharlo, vaya... Se sentó junto a su compañera, cogiéndose las rodillas y mirándola.

Vaya... eso si que está bien, me alegro por ella. Seguro que le sienta bien empezar a recordar... al menos lo bueno. Quizá la haga estar mas segura de si misma...

Ni la propia Andrea se habia dado cuenta de lo bien que le habia sentado la buena noticia de la pequeña 'recuperación' de su amiga, y estaba mirándola con una sonrisita fina pero alegre, y mucho interés.

Galena se sobresaltó ante la subida de volúmen de Andrea, dió un pequeño bote en el sitio y se inclinó un poco hacia un lado girando medio cuerpo y cubriéndose indtintivamente con un brazo para mirarla con los ojos abiertos de par en par.

"¿Q-q-que? ¿qué he dicho...? ¿por qué está tan contenta?"

Parpadeó desconcertada mientras su compañeba soltaba todo aquello del tirón... hasta que finalmente ella misma pareció darse cuenta de que eran demasiadas palabras por segundo.

—Eh... hh —tras unos egundos de silencio fue lo único que le salió. Levantó una ceja mientras miraba con gesto interrogante la sonrisa que por algún motivo se había dibujado en el rostro de la otra Cazadora.

"Si cada vez que quiera recordar algo tienen que dejarme K.O. pobre de mí..."

—En... realidad no "empiezo" a recordar nada... creo que me he acordado de eso por... casualidad—dijo finalmente mientras iba suavizando poco a poco el gesto estupefacto de su cara.

Bajó el brazo y volvió a acercarse recobrando la postura que tenía antes.

"¿En serio le importa algo que no tiene que ver con ella?"

Aquello era algo que no entendía pero por la expresión de Andrea y cómo se sentó lo cierto es que sí que parecía interesarle...

Andrea:

—Pues...—Galena se rascó una ceja tratando de reunir la suficiente tranquilidad como para hablar por primera vez de algo que no le habían contado, si no que había vivido—no sé qué lugar era aquél... Flora y yo estábamos jugando... había una mujer vigilándonos y dos niñas más, una se llamaba Elisa, esa era la futura Claymore.

Dejó de rascarse la ceja y miró al cielo otra vez.

—Puede que esto lo haga sonar más a pesadilla que a sueño... pero al cabo de un rato apareció Rubel y se acercó a nosotras, intuye para qué—soltó un suspiro poniendo los ojos en blanco como si la mención de aquel hombre fuera capaz de quitarle el encanto a cualquier cosa—también había otra Cazadora con él que se llevó a Elisa y a la otra...

Galena hizo una extraña pausa, y sus ojos se movieron lentamente hasta terminar mirando de reojo a Andrea. Tras unos segundos los entornó.

—...era Verónica.

Andrea escuchó la breve historia que Galena le contaba, y sonrió mas aún al imaginar la escena de las dos pequeñas gemelas jugando... e hizo una mueca al imaginar a Rubel viniendo a por las cuatro chiquillas.

Vaya.... bueno, es un recuerdo importantísimo al fin y al cabo, quizá el que más.

—también había otra Cazadora con él que se llevó a Elisa y a la otra... era Verónica.

Andrea levantó las cejas estupefacta

¿Ve... rónica?

Andrea seguia contenta, pero muy sorprendida Así que... ella te.... OS, conoce? Vaya... porque si es así... no hizo muestra alguna.
Suspiró pensativa. ¿Recuerdas que dijera algo? No sé... La verdad es que... Miró alrededor, como si temiera que la escuchasen ¿Sigues... enfadada con ella? En Demetria apenas hablamos, porque Catalina y yo estábamos que no podíamos con nuestros pies, y yo la verdad... es que quisiera conocerla mejor. No puedo olvidar que le debemos la vida, y es más...
Creo que sin ser conscientes... Catalina y yo fuimos quienes la delatamos en la última 'desobediencia', y por eso ahora la tachan de traidora. De haberlo sabido, te aseguro que hubiera cerrado la boca.
No sé... a veces son... tan absurdamente estrictos con las normas... Demonios, salvó a Undine, no? La trajo de vuelta, ¿Porqué entonces? ¿Tendrá que ver con su yoki rojo? ¿Será cosa de antes o de después de que la 'marcasen'?

Gmmf... Ya he vuelto a darle vueltas a lo mismo. No puedo quitarme la impresión de que es injusto lo suyo. Una mala persona no... llora, ni deja supervivientes, y después los salva de nuevo, no, no, y no...

Miró a Galena a los ojos  Anda que... me cuenta algo como eso, y yo me quedo con el detalle de Verónica... ¿O no es un detalle?

Per... dona que me desvíe. Me alegro que tuvieras ese recuerdo, Galena. Eso es bueno, ir sabiendo de primera mano quien eres.
Sonrió de nuevo Sigue contando, va, ahora escucho yo.

Andrea casi parecía entretenida escuchándola y no hizo ningún gesto extraño ante la mención del nombre de Elisa, por lo visto no la conocía pero... al mencionar a Verónica la reacción fue distinta.
 

Andrea:

Galena dejó de mirar a Andrea y volvió a dirigir su atención al cielo.

—No lo sé, Andrea... —respondió—no sé si se acuerda de mi o de mi hermana, o si llegó a conocerlos después de eso, y no, no dijo nada. Estaba sonriendo, pero...

Hizo una pausa cuando la imágen de la Inmortal volvió a su cabeza.

—...nunca vi unos ojos tan tristes.

Andrea:

La número 28 cerró los ojos y soltó un suspiro sin bajar la vista.

—... Yo no he dicho que esté enfadada—dijo al cabo de unos segundos—pero no sé qué pensar de esa mujer, no sé qué significa que su yoki sea rojo y no... entiendo sus acciones. Ni si quiera sé por qué la llaman "traidora" y no hago más que oirlo continuamente.

Volvió a abrirlos y esta vez su expresión se ensombreció ligeramente.

—Pero... me es imposible creer que esa mirada sea de alguien malvado.

 Andrea:

Galena observó de soslayo a Andrea y carraspeó, luego se rascó la cabeza algo insegura como si lo que fuese a decir resultase demasiado cómico para un momento así.

—No recuerdo más... me despertaron los ronquidos de Nana.

Andrea escuchó el resto del relato con interés, y los brazos cruzados sobre las rodillas, apoyando la barbilla en ellos

—... Yo no he dicho que esté enfadada, pero no sé qué pensar de esa mujer, no sé qué significa que su yoki sea rojo y no... entiendo sus acciones. Ni si quiera sé por qué la llaman "traidora" y no hago más que oirlo continuamente. —Pero... me es imposible creer que esa mirada sea de alguien malvado.

MMmmmm.... Yo tampoco sé que pensar respecto a su yoki... pero tras lo de Jonathan sé que no se trata de tu yoki o de si tienes o no, lo que importa es lo que lleves en el corazón.
Me parece buena gente, y mientras siga asi y... esté del lado de los humanos... debería ser tratada como una compañera, no cazada como una traidora.

Creo que me identifico mucho con ella... yo tengo un aviso por hacer algo moralmente correcto pero fuera de las normas, y parece que ella se debio desviar para ayudar a Undine, cosa que o también me veo perfectamente capaz de hacer... es decir, si pudiera hacer algo como eso, me veo capaz de jugármela para resucitar y escoltar a unas compañeras...

Suspiró al recordar aquél dia cuando despertó debajo de Nana, y sonrió al recordar la alegría que la invadió al ver a su niña encima de ella.

No merece la pena darle mas vueltas. Me encantaria hablar con ella, pero si quiere aparecer, ya aparecerá.

Suspiró y esta vez -cosa excepcional- sí se sentó apoyada contra el claymore, clavándolo no muy lejos de Galena, para poder estar en una pose más cercana en lugar de prácicamente de espaldas.

Bueno... creo que va siendo hora de que me ponga a controlar... mañana tendremos tiempo para pensar, no crees?

Se fue a cruzar de brazos y tomó aire, ojos bien abiertos, mirando alrededor... especialmente entre matorrales.

Galena no dijo nada y cuando Andrea se sentó... siguió sin decir nada.

Pero de pronto Andrea vió como se arrodillaba justo delante de sus narices, se había levantado tan sigilosamente que ni las hojas del suelo habían crujido y  la miraba fijamente con una expresión que la número 30 ya había visto antes... pero en Flora, aquella expresión marmórea y aquellos intimidantes ojos plateados. Levantó una mano muy lentamente y se dió dos golpecitos en el cuello, al lado del emblema. Después separó esa misma mano y la puso sobre la cabeza de Andrea como para no dejarla mirar en otra dirección.

—¿Quién te dije que iba a montar guardia...?—su voz también sonaba inquietante, y de no ser por el símbolo en cuestión parecía que quien le estaba hablando era la otra gemela.

Se quedó así unos segundos que parecieron horas, sometiéndola a aquel escrutinio visual y entonces...

...le sacó la lengua y le chafó la cabeza hacia abajo.

No era un movimiento doloroso ni mucho menos, simplemente no la dejó ver nada porque le había tapado la visión con su propio pelo.

—Haz lo que te de la gana...—resopló con resignación mientras la soltaba y se ponía en pie con toda la naturalidad del mundo—no me harás caso te diga lo que te diga. Pero yo pienso vigilar también... "yo me encargo de los yomas y tú de los lobos".

Andrea pudo reconocer rápidamente la última frase como suya.

Galena se encaminó tranquilamente hacia el borde donde terminaba la iluminación del fuego, su rostro se habia vuelto de golpe otra vez tan sereno como siempre y desenvainó el claymore. Sin más lo agarró a mandoble y sacudió un silencioso golpe al aire, luego otro, y otro más... bastante fluidos, como si repitiese una serie de movimientos que ya había hecho antes. Cuando acabó se quedó inmóvil en la postura del último mandoblazo y miró de reojo las llamas, luego a la número 30.

—Aunque si te preocupan los lobos... ¿por qué no haces algo que te traiga algo de tranquilidad?.

Sus ojos se posaron fugazmente sobre algo que había cerca de Andrea aunque al segundo volvió a centrarse en lo que estaba haciendo, esta vez repitiendo la secuencia con el brazo derecho, y cuando terminó, con el izquierdo... la espada ni si quiera silvaba al cortar el aire

No dijo nada más, simplemente se mantendría así un buen rato, repitiendo aquello "de las tres formas"... hasta que el sueño le sugiriera descansar.
 

Andrea andaba algo despistada, y la verdad es que la mirada de Fl.. de Galena le hizo dar un respingo muy sincero... y tras ponerle la mano en la cabeza, la siguió mirando así.

Vale... aquí es cuando se impone el rango... no voy a discutir por eso, desde luego... dioses mediante, no pasara nada....

Entonces sacó la lengua, y los ojos de Andrea se abrieron con sorpresa, pero Galena no pudo verlos mucho tiempo porque le chafó la cabeza hacia abajo

Ou...

—Haz lo que te de la gana...no me harás caso te diga lo que te diga. Pero yo pienso vigilar también... "yo me encargo de los yomas y tú de los lobos".

Después de eso se fue a montar guardia para los lobos, y Andrea se quedó pensativa un momento

Igual... quiere hacer algo por mi, aunque se dejarme dormir... pero es que tampoco voy a dormir muy bien... Bueno, y si no lo intento, menos aun...

—Si te preocupan los lobos... ¿por qué no haces algo que te traiga algo de tranquilidad?.

Andrea miró hacia donde miraba Galena y sonrió con picardía. Vale... pero yo voy a hacer alguna cosita por tí tambien.

Vale... jefa Dijo sin el menor asomo de acritud A ver si ahora... le encuentra un poco más de significado a esto.

Cogió el laúd y suspiró. Miró a Alberth y se rascó la sien, debatiéndose entre un par de canciones
Iba a tocarle 'la suya', pero... ¿Seré lo bastante buena ya para no destrozar la canción de Jonathan...? mmm... si, creo que mejor 'Muy muy lejos'. Ahora que ha visto un poco de su vida humana y aprendido del comportamiento humano... creo que le gustará mas

Atención, Galena... esta canción te la regalo definitivamente, y te la cantaré siempre que quieras oírla Sonrió un poco Bueno, esa y cualquier otra.

Ella pasó los dias, uno tras otro
Ella nunca vio, nunca escuchó
Contando las horas, su vida es una rueda sin final
Una serie de fallos convertidos en uno

Cuando era joven, miraba hacia el futuro
Los ojos llenos de promesas, un corazón lleno de alegria
Cómo su camino se torció tan duramente
Podrán estas dos mujeres ser lo mismo e iguales?

Una vez soñó con romances
Una vez imaginó que vivía en un castillo
Una vez tuvo el mundo en sus manos
Una vez hace mucho tiempo, muy muy lejos

El como le dolia el pensamiento, su vida habia sido dificil
Llena con tal pesar, que nadie debia conocer
El como le dolia el corazon, lo que quiso y lo que perdio
Algunos dicen que es mejor asi, pero ella no esta de acuerdo

Una vez soñó con romances
Una vez imaginó que vivía en un castillo
Una vez tuvo el mundo en sus manos
Una vez hace mucho tiempo, muy muy lejos

Cuando era joven, miraba hacia el futuro
Los ojos llenos de promesas, un corazon lleno de alegria
Como su camino se torcio tan duramente
Podrán estas dos mujeres ser lo mismo e iguales?

(Música)

Ella pasó los dias uno tras otro
Buscando el romance, muy muy lejos

Imaginar a las pequeñas Galena y Flora jugando con inocencia hizo que sus ojos recuperasen un poco de brillo

Yo apenas recuerdo ya mi infancia... pero es bien bello recordarla...

Al terminar, miró a Galena, y mientras se buscaba -o hacía- un hueco sin nieve cerca de su claymore para dormir estirada, mirando las estrellas...

De pronto te encuentras en lo alto de una montaña, al borde de un precipicio que da a entender que estas en un punto realmente alto, no ves tu propio cuerpo, solo ves una persona, que está delante tuyo al borde del abismo, mirando a la inmensidad, es Galatea, parece concentrada

No ves lo que hay detras de vosotras, solo puedes verla a ella y lo que hay delante, parece que estais en lo alto de una cordillera y delante hay montañas mas pequeñas y una llanura de cientos y cientos de kilómetros. De pronto el tiempo aprece ir tan lento que parece congelado, la figura de Galatea se difumina, su pelo se eleva en una especie de ingravidez debido a la velocidad a la que se está girando, todo va a camara lenta, desenfunda su claymore a la velocidad del rayo y lo pone delante suya como escudo... su rostro fruncido denota algo totalente inesperado...

De repente algo impacta contra su claymore, algo que incluso visto a camara lenta no eres capaz a reconocer, sea lo que fuera iba con tanta fuerza que Galatea cae al abismo sin remedio, a cientos y cientos de kilometros de caida...

En ese momento te despiertas.

Apenas había claridad, y el primer rayo de sol aun no había asomado, pero Alberth abrio los ojos con al exactitud de un reloj, miro durante apenas unos segundos a su alrededor y se levantó. Parecía como nuevo, tan solo se estiró hasta hacer crujir alguna articulación, sus primera palabras de ese dia fueron para las claymore.

-Buenos dias.

Con toda la tranquilidad del mudo fue hasta su caballo y puso de nuevo la bolsa de cebada en su hocico para que comiera. El caballo aceptó con entusiasmo los cuidados de su amo.

-¿Listas para otro trepidante dia de viaje? jejejeje.

Desató al caballo y de momento lo llevó por las riendas sin montar, almenos hasta que acabase su desayuno. Si todas las personas tubiesen tan buen despertar el mundo sería un lugar mejor, eso sin duda.

Galena escuchó perfectamente a Andrea, aunque no respondió, parecía totalmente concentrada en seguir la serie de arcos que trazaba con la espada... pero luego la número 30 se puso a cantar.
Llegó un momento en que a Andrea podía darle la sensación de que los golpes se volvían más rápidos y más fluidos, como si siguieran perfectamente la melodía, tanto cuando Galena aferraba el claymore a mandoble, como cuando lo hacía con cualquiera de las dos manos... aunque claro, igual eran imagianciones suyas. Cuando terminó de cantar coincidió con un golpe que la número 28 dió quedando de espaldas a ella, guardó silencio durante varios segundos y finalmente sólo murmuró una cosa en voz algo baja, aunque la pudo oir perfectamente.

—Gracias.

Como siempre no había matices que indicasen cómo se sentía, no había tono que imprimiera sentimiento alguno, pero había sinceridad.

Andrea sólo tenía a rango de visión la espalda de su compañera desde donde estaba ya que la otra Claymore se encontraba mirando hacia la espesura y el resto estaba todo envuelto en la oscuridad... nadie pudo verlo, pero por primera vez en mucho, muchísimo tiempo, más desde el que ella podía recordar... Galena esbozó una tenue sonrisa de medio lado... justo un par de segundos después, volvió a adoptar la expresión de siempre y siguió con los mandoblazos.
 

La mañana siguiente se presentaba tranquila... o al menos de momento. La ventiocho permanecía sentada con los brazos cruzados y la espalda apoyada en su claymore mientras veía cómo Alberth le daba el desayuno al caballo cual gato curioso mirando un par de pájaros revolotear. Cuando el hombre saludó ladeó ligeramente la cabeza.

—Buenos días...—dijo sin cambiar de postura, luego esperó unos segundos y levantó ligeramente una ceja—¿...no comes nada?.

Su voz no encerraba escepticismo, parecía una pregunta normal y corriente...

Andrea cayó dormida mirando las estrellas y escuchando el silbido del claymore de Galena, aunque le costó un poco.

Durmió plácidamente toda la noche, aunque poco antes de despertar, se removió un poco y su rostro, aún dormido, adoptó una expresión de susto, y alzó una mano, cerrando el puño, como si quisiera agarrar algo con fuerza, y tomó mucho aire, abriendo los ojos, y se incorporó deprisa, apoyándose con una mano en el suelo, mirando alrededor confundida.

¿Dónde...? oh...

Tomó aire y suspiró aliviada poniendo las manos en los muslos, mirando el suelo.

Cielos...

Miró de nuevo alrededor, y allí estaban Galena y Alberth. Se puso en pie deprisa con un saltito ágil y con naturalidad.

Buenos dias a todos...

Recogió sus cosas deprisa y miró a Galena a los ojos tan solo un instante cuando estuvo lista para caminar, junto a Alberth y su compañera, después miró a Alberth y volvió la vista al frente.

¿Qué tal la guardia? ¿Tranquila? ¿Y tu, Alberth? ¿Qué tal la noche?

En su mano había aparecido el medallón, debia de haberlo cogido de la empuñadura mientras se preparaba para caminar, y lo acariciaba con los dedos discretamente.

Alberth tomó sin mas demora la dirección para cojer de nuevo el camino que les llevaría directamente a Demetria.

-Bien, si apuramos la marcha, quizá estemos en Demetria para el anochecer, ademas parece que hoy el dia estará en calma.

Cuando parecía que Alberth se había olvidado de la pregunta de Galena el mercader pareció recordarlo.

-¡Oh! si... comida...

De las alforgas sacó una hogaza de pan con bastante buena pinta y cecina partida, un desayuno... consistente. El pan crujia bien conservado y la cecina olía a gloria,

-¿Quereis?...

Dijo ofreciendo a sus compañeras antes de afrontar la tremenda cantidad de kilometros que estaban por delante.

Galena miró a Andrea de reojo durante unos segundos.

—Ningún lobo—dijo con una lentitud algo extraña.

En ese momento Alberth habló y el crujido del pan llamó la atención de la número 28, en un principio permaneció quieta mirándolo pero finalmente se levantó y envainó su claymore. Se acercó sin mucha prisa, ya que el hecho de interactuar con aquél atípico humano era algo a lo que no terminaba de aclimatarse, miró un momento la hogaza de pan como decidiéndose si debía o no aceptar aquello, pero olía demasiado bien... se rascó la nuca desviando ligeramente la vista por la falta de costumbre a la hora de pedir cosas.

—Bueno... con un trozo de pan pequeño, llega...—reconoció en un murmullo.