Partida Rol por web

Obtienes 5 px y 1 punto en pelea. (Ver a la numero uno luchar sin claymore puede dar ideas)

Andrea se sorprendió enormemente cuando el yoma se detuvo, pero por supuesto, ella no detuvo el golpe, e hirió al ser casi de muerte. Cuando recuperó la posición firme en el suelo, su rostro deformado y su cuepo hinchado por el yoki volvieron a la normalidad, y miró a las recién llegadas, percatándose de sus tres auras... una de ellas considerablemente poderosa. Al reconocer a Catalina, su cara pareció iluminarse y sonrió ampliamente. Andrea cargaba con algunas heridas de la pelea, y ya habia un yoma muerto en la plaza cuando llegaron, y algunos humanos heridos.

Catalina... Murmuró sonriente. Está bien. Tan seria como siempre, pero al menos... puede relatar las misiones que haya enfrentado. ¡Bien por ti!

Por supuesto, alguna de las cazadoras estaba reteniendo a aquél yoma, y Andrea no la haria esperar más.
Caminó con paso rápido y firme hacia el monstruo, al que miraba con una mezcla de sensaciones entre las que predominaba la rabia. El yoma le miraba, indefenso, sangrando, y probablemente sufriendo mucho aunque la parálisis no le permitiese exteriorizarlo.
Andrea no se recreó ni en su agonía ni en su muerte, y le cortó la cabeza con un tajo rápido y limpio tan pronto como pudo hacerlo, para después limpiar la sangre de la espada cerca de él, salpicándola con el característico movimiento, y luego envainó el arma con un sonoro chasquido metálico.

Otro que se rinde a la ferocidad y a sus instintos salvajes... ¿Tan dificil es encontrar otro? ¿Acaso era único?

Suspiró y se giró hacia las cazadoras. No pudo evitar volver a mirar a Catalina un instante, sonriéndole, y después a las compañeras que iban con ella, acabando el recorrido de su mirada en los profundos  y serenos ojos argénteos de la número tres.

Andrea era una guerrera de aspecto juvenil y cuerpo algo menudo y atlético, de piel muy clara, con el cabello plateado, largo hasta la cintura, melena que cae por encima de un laúd y de un pequeño bulto que porta a la espalda, colgados debajo del claymore. Su sonrisa agradecida es sincera y amplia, y el rostro casi parece hecho para sonreír.

Hace una profunda reverencia a Galatea, sin dolerse de las heridas recibidas, y después otras dos, con la cabeza, hacia Catalina y la tercera compañera, la que iba montada. La número tres... nada menos. Qué honor, y parece bastante amable... y bueno, trae un herido a cuestas, además. Buena señal
Soy Andrea, número treinta. Es un honor, Galatea, y sí, gracias, han llegado justo a tiempo... tuve incluso que pedir ayuda a los soldados, esto estaba poniéndose muy feo... *Dice mirándo a los heridos que cayeron de las ventanas, y a los que hirieron las garras, con algo de nerviosismo* Señora, si el tiempo me lo permite, tengo algo de material médico y conocimientos; podría... no, de hecho... DEBERIA echarles una mano, ellos me han ayudado y han sangrado por cubrirme, es lo menos que puedo hacer...

Mientras esperaba respuesta de Galatea, miró al soldado herido que trajeron consigo, y podía verse cierta dosis de angustia, extrañeza y de preguntas en su mirada. ¿Dónde habria sido herido ese humano, y porqué lo traian tres Cazadoras? ¿Además, una guerrera a caballo? ¿Qué pasa aquí...? Y lo más importante... ¿A qué velocidad llegaron para que ni siquiera les sintiese llegar hasta que estuvieron encima? Debía estar realmente enfrascada en coordinar a los humanos, enfrentar a los yoma, y retener el suyo propio para no darse cuenta.
 
Menos mal que llegaron a tiempo... esto hubiera sido una carnicería, aún aunque hubiese podido con los dos...

Galatea, por su labia poco habitual, al menos entre las guerreras de rango alto que conoció, se le antojaba sociable, quizá le permitiese su petición... 
O quizá tuviesen algo urgente que hacer, y los humanos no le pareciesen tan importantes como para pararse por ellos.

Ohhhh... hemos llegado tarde... Observo como Andrea decapita a ese yoma tan debilucho y después me cruzo de brazos poniendo morritos como lo haría una niña pequeña. ¿Ni siquiera juega un poquito con él? Neeee... Pero que aburridas son todas... ¿Y ahora como voy a divertirme yo?...

Salto del caballo con un ágil movimiento, y levanto los brazos para estirarme como si me acabara de despertar. A ver... a ver... Comienzo a caminar lentamente hacia Andrea, me tapo la boca con las manos para ahogar una timida carcajada cuando empieza a hablar. Señora... jajaja... parece muy bien educada...

-Jijijiji. ¿También eres enfermera? ¡Lo nuestro es mataaaaaaar yomas! ¿Nooo?

Empiezo a caminar alrededor de ella, despacito, mirándo cada curva de su cuerpo, cada mechón de sus cabellos. ¿Y esooo?... Tenía un laúd con ella, que curioso...

-Pero bueeno, supongo que cada una puede malgastar el tiempo libre como quiera.... ¿No es así... Galatea-taicho?-Miro fugazmente a Galatea, y tuerzo la cabeza mostrándole una sonrisilla picarona, después vuelvo a centrar toda mi atención en Andrea.

Había visto un movimiento de su espada cuando decapitó a ese yoma, y eso me bastaba, sus movimientos eran mucho más lentos y torpes que los mios, era incluso peor que Catalina.

-Si dedicaras más tiempo a entrenar, en vez de tocar el laúd o hacer de enfermera, quizá no tendrías que recurrir a la ayuda de los soldados... ¿Que triste, no? Jijijiji... Y han sangrado por tu culpa...-Niego con la cabeza, con una indignación completamente burlona-Se supone que estamos aquí para proteger a los humanos... ¿Que imagen das a la organización?...

Y sin embargo los humanos la habían protegido a ella, vaya vergüenza... Oneeee-chan... ¿tu que harías? jijiji... Ser débil es... un pecado...

-¡Uuuy pero que maleducada! Casi olvido presentarme... Soy Lilith, la número 24.

Aunque tengo la intención de ascender pronto... ¿donde estará Elena? Jijiji... El símbolo seguía arrancado de mi uniforme, y así seguiría hasta que la organización me trajera uno nuevo.

Miro la mano que una vez perteneció a Ophelia, ya soy capaz de hacer que mis brazos "despierten", ahora debo entrenarme para conseguir la espada ondulante que me enseñó mi onee-chan, lo malo es que no creo que Catalina quiera volver a entrenar conmigo, después de todo casi la mato la última vez... Jijijiji... Quizá a Andrea le apetezca perder alguna extremidad, parece de tipo defensivo, seguro que se le da muy bien volver a unirlas de nuevo.

Andrea miró como Lilith se le acercaba, y le sonrió, aunque casi se arrepintió de haberlo hecho cuando se rió y empezó a hablar.

Suspiró son resignación.

Tarde o temprano tenía que encontrarse con una de las 'otras'... una de aquellas que en lugar de contener su yoma para sentirse humanas, han ignorado su humanidad... tal vez para sentirse íntegras. Monstruos, pero íntegras.

¿Qué razón habia, si no, para fastidiar a una compañera acabada de conocer, antes incluso de presentarse, y delante de la número tres?

La mirada apacible y expresiva de Andrea se cruzó con la de Lilith. Sus palabras la habían menos que enfurruñado, y simplemente había borrado su sonrisa, aunque no era la típica expresión neutra de algunas claymores, las expresiones o falta de ellas, en el rostro de Andrea, "sonaban" muy humanas.

Lo nuestro es matar yomas, sí. Pero para defender a los humanos, no por el hecho de matarlos. O así lo tengo entendido, Lilith.
Hizo una breve pausa, sin esperar la reacción de Lilith, siguió hablando.

Si 'gasto' el tiempo en aprender medicina es para ayudarles, ya que esa es nuestra razón de existir... y si aprendo a tocar, es por algo que creo que no ibas a entender. Por lo que has demostrado de tí, es algo que creo que escapa a tu comprensión.

Andrea sonrió de nuevo a Lilith, no socarronamente, si no tratando de no parecer enfadada, cosa que era cierto, no lo estaba. Pero se mantendría cuidadosa con aquella recién conocida Lilith.

Conocer a alguien nuevo y 'plantarse' como si le desafiase es infantil, aparte de estúpido. Ya se cansará, como los infantes se cansan de algo que no les da juego.
He resistido la cólera de mi propio demonio, no voy a ceder a los fastidios de una "compañera". Y menos delante de la número tres y de Catalina. Lo que me faltaba, vaya...

Tras dar por terminada la conversación con Lilith, miró a Catalina, levantando un instante los ojos al cielo, como queriendo decir: "Qué cruz de compañera", y de nuevo miró a Galatea, firme, esperando su respuesta.

Galatea permanecía algo desconcertada por la extraña petición, y la extrañeza de la numero 30 en general, pero eso no la hizo perder ni el gesto tranquilo ni su parcial sonrisa.

-Haz lo que....

Pero antes de que terminara la frase, aparezco yo en la escena, tanto Teresa, como Flora y Dietrich habían aprtido a sus nuevas asignaciones, y el grupo aquí reunido no sería menos.

-Vamos, vamos chicas, acabais de conoceros, sed un poco mas amables.

Miro el ir y venir de soldados, demasiado alboroto, no me gusta que todo esté tan patas para arriba.

-Lamento no poder dejaros mas tiempo, pero andamos cortos de personal, y hay mucho que hacer.

Digo con una amplisima sonrisa, intentando transmitir alegría.

-Andrea, debes prepararte para viajar de nuevo al norte, ahora mas que nunca necesitamos "vigilar" lo que sucede por esos lares, allí te reuniras con otra compañera y recibireis instrucciones, intenta estar lo antes posible en Demetria, ya conoces esa ciudad.

Voy repasando a las presentes con la mirada.

-Hay muchos yomas abandonando el Este, por lo que Gohan y las ciudades del sur estan en peligro, Catalina, quedate aqui en Gohan por si vienen mas y espera instrucciones, Lilith, saldras de caceria y una serie de puntos que tenemos pensado puede haber guaridas, pero deberas esperar a tu compañera asignada, la cual no se ha decidido dado que ultimamente hay mucho que "hacer" y pocas manos, en cuanto alguna esté disponible vendrá aqui a Gohan.

No hablo rapido, pero tampoco hago ninguna pausa, hacúia los planes casi mientras hablaba, cosa que nunca había hecho, almenos delante de ellas, pero bueno, la situación es algo excepcional.

-Galatea, tu vendras conmigo, cuando las cosas se calmen un poco por el Este, daremos un paseo ¿si?.

Alzo ligeramente las cejas sonriente, ojala todas compartieran mi entusiasmo. Me quedo con los brazos en al cintura, esperando algun tipo de pregunta, pero no suele ser el caso....

  Los pasos de Catalina la condujeron hasta el cúmulo de personas que se habían reunido, junto a Raynor, Galatea y James. Era agradable volver a Gohan...tan apacible como siempre, a pesar de la presencia de Yomas, con la caricia de su brisa, la calidez de su sol y la gratitud y humildad de sus gentes...No sólo la recibió con sus altos muros, y sus preciosas casas, al fondo el cuartel seguramente bien custodiado por dos afables guardias, cerca de la posada, en aquel lugar donde conoció su verdadera humanidad. Y...como un regalo, la visión del inocente rostro de Andrea, su voz, algo más aguda, jovial discutiendo con la infantil de Lilith...Aquel cuadro..no estaba carente de belleza...

 Aquella misma brisa que había impulsado su camino, guiados por la brújula que volvía a estar en su posesión, se presentaba allí para acompañarla, meciendo su cabello, blanco como las nieves de Demetria, sus ojos plateados brillaron, algo opacos...sin vida, como gélidos tempanos de hielo acompañados por sus largas pestañas negras, sin parpadeo que negase la visión de su seguridad tranquila, su serenidad inexpresiva. Sus labios, anchos, carnosos e inmaculados, eran suaves y no parecian haber sufrido daño alguno. Respiraba con serenidad, aunque debiera verse cansada después de tan largo viaje a pie, parecía la misma de siempre, fresca...como aquella misma brisa...una brisa que ella consideraba...soplaba desde el norte, desde allá donde nació. Empujandola...llamandola a alejarse hacia el sur, allí donde había encontrado la gran mayoría de cosas, pocas, en cambio, que podían merecer la pena.

   Sin timidez alguna, saludo con una leve inclinación, que apenas fue un simple asentimiento por su parte. Su mirada no descubrió sus intenciones, y al escuchar la voz de Rubel, sólo pudo asentir con sumisión disciplinada, con aquella expresión de firmeza y convicción. Proteger Gohan...lo haría sin necesidad de orden alguna. Pues se lo debía.

  Sin embargo...Catalina no sonreiría. Volvería a asentir...como una autómata...y comenzaría a caminar de nuevo. Las ordenes eran claras, deberían partir de inmediato, y ella...debía hacer lo que le habían ordenado. Gohan no corría peligro mientras todas ellas permanecían allí, pero nunca estaba de más asegurarse. Recordaría las calles de la ciudad, sus soldados, y acariciaría, como hubiese hecho hace tanto tiempo los pilares del cuartel, llevando la vista hacia la colina donde se encontraba el cementerio. Luego visitaría la posada...y a James...

   Quizás...pudiese pasar un tiempo a solas, en tranquilidad...

  Poniendose en marcha, se despidió discretamente, hasta tomar el camino por aquella vía de piedra, con el claymore a la espalda, el mentón alzado para observar los tejados y las ventanas con las gentes, los niños, las mujeres...los soldados...dejando a sus "hermanas" atrás.

¿Rubel...?

Los ojos de Andrea se abrieron como platos

¿Pero cuantos Rubel hay...? pero si él me dijo que viniese, ¿Como es posible!??

Parpadeó y escuchó atentamente las instrucciones de Rubel, sin perder detalle.
Yo al Norte, Catalina aquí, Lilith a buscar guaridas... Bueno, parece que tendrmos tiempo para...

Catalina comenzó a marcharse. No tenia que ir a ninguna parte, tan solo debía quedarse en Gohan, pero comenzó a marcharse apenas despidiéndose, lo que dejó a Andrea rota. Por un momento pensó si no la habría reconocido, pero eso era imposible, así que no sabía qué podría pasarle para "ignorarla" de ese modo.

Tampoco llevaba puesto el colgante que le regaló, lo cual sorprendió un poco a Andrea.

A... Adiós...!
Se despidió de Catalina, y entre dudas, esperó a ver si al menos se giraba a mirarla, pues después de sus últimos problemas, no iba a ser bueno para su imagen salir en pos de ella para tener una simple charla... Qué difícil es intentar ser alguien seria y poco sociable, cuando el cuerpo pide compañía y alegría.

Catalina no se giró, y Andrea cerró lentamente los ojos con tristeza, volviendo a girar la cabeza hacia el frente. Tras unos segundos sin respirar, cogió aire y alzó la cabeza, mirando a Rubel.

En..tendido. Vuelvo a Demetria

Se despidió con las oportunas reverencias hacia las demás claymore, especialmente hacia Galatea, y empezó a Andar de vuelta al Norte, cabizaja, triste

Qué... estupidez, ¿no...? Hacerme venir para volver a marcharme de inmediato... Rubel parecía un tanto liado... como si improvisase. Desde luego las cosas deben de ir mal...
Sus pensamientos no pudieron desviarse de Catalina mucho tiempo más
¿Qué le pasa..? ¿Seguirá enfadada? No lo entiendo... creía que nos llevábamos bien... Es que... apenas me ha mirado, ni tiene el colgante, ni nada... Es como si se hubiese olvidado, o no quisiera saber nada de mí...

Pensativa y triste, muy triste, se dirigió hacia el Norte. Ese dia no tuvo ganas de tocar nada...

Observo la reacción de la número 30 sin poder reprimir una pequeña carcajada infantil. ¿Que le pasa? ¿Está enamorada de Catalina? Jijiji... Sin duda parecía eso, vaya ojitos de cordero degollado. Las chicas sensibles como Andrea son un asco, me aburren... es taaaan fácil herirles el orgullo, hacerles daño...

-¡Saaaayonara Andrea! Que toques mucho el laúd.

Me doy la vuelta girándo sobre mi misma como una peonza, como una delicada princesita bailando en una caja de música y miro una última vez a Andrea con un gesto divertido. Mira que es tonta... ¿matar yomas sólo para defender a los humanos? ¡NooooOO!. Somos guerreras, herramientas de muerte, se nos ha negado el amor, nunca podremos tener una vida normal... y aún así hay algunas que se empeñan en negar su propia naturaleza. ¿No disfrutan haciéndo lo que hacen?. Matar es diveeeertido, partir los huesos y la carne con el claymore, separar el alma del cuerpo. En el fondo me da pena... incapaz de deleitarse en el éxtasis del combate, de arrebatar otra vida con tus propias manos. Supongo que ella lo suple con su laúd. Pero la danza de la muerte era un espectáculo mucho más hermoso, y apaciguaba más el corazón que cualquier dulce melodía.

-¡Eh Rubel! ¿Por qué tengo que esperar a una compañera? Ahí está Catalina aburrida y esperándo instrucciones. Tú lo has dicho... hay mucho que hacer y muy pocas manos. ¿Por que tener a dos guerreras esperándo sin más?.

Catalina no era muy fuerte, pero si seguían tratándola como una inútil siempre sería eso. Además yo sola me basto para acabar con esos yomas debiluchos... y quiero empezaaar ¡YAAA!. Me quedo mirándo a Rubel, seria pero con cara de niña buena, nunca le pondré sonrisitas a este bastardo, pero espero que me de un voto de confianza, o que se lo de Catalina, no hay cosa que me mate más que quedarme esperándo sin hacer nada.

Mi sonrisa se afila unos instantes... hice bien en sacarte de ahí...

-Ummm.... ¿sabes que? tienes razón, pensamos que es muy probable que vengan a Gohan de nuevo, pero bueno, en cualquier caso esta ciudad tiene bastante presencia militar y...

Miro de reojo a un lado y a otro... luego prosigo

-...si empiezan a morir nos pediran ayuda y podremos cobrarles una buena suma, he de reconocer que no se me había ocurrido de esa forma...

Mi tono se mantiene normal y constante... a pesar de todo.

-Bien, aqui tienes...

Cojo un pequeño mapa con los puntos marcados y se lo lanzo.

-Esos son los puntos previstos, cortesía de nuestra aqui presente numero tres.

Soy consciente de esto no le estará gustando nada a mi querida Galatea, y seguramente tampoco a Catalina, pero que se le va a hacer, petición de la señorita aqui presente.

-Volved a Gohan cuando hayais terminado, para entonces seguro que sois... mas que bien recividas aqui.... Bueno, os deseo suerte, Galatea y yo debemos partir, al fin y al cabo yo no corro tanto como ella jejeje.

Sin mas saludo con el sombrero y comienzo a caminar junto a la numero tres. Antes de estar demasiado lejos añado.

-Ve a buscar a catalina seguro que no está muy lejos...

Segurisimo.

Cojo el mapa y por primera vez sonrío de forma afilada mirándo a Rubel, es bueno descubrir que no sólo nos considera a las guerreras como objetos, sino también a los humanos, después de todo tiene razón, cuantos más mueren más nerviosos se ponen y más peticiones llegan a la organización. Y así los viejos se hacen cada vez más y más ricos... jijijiji...

Me despido con la mano de Rubel, y empiezo a correr hasta alcanzar a Catalina.

-¡Hoooola Catalina! Traigo buenas noticias. ¡He convencido a Rubel para que te deje venir conmigo de cacería! ¿No es geniaaal?.

Le lanzo el mapa con los puntos que había señalado Galatea, allí debían estar los yomas escondidos como gusanos, sólo teniamos que ir aplastarlos a todos, le vendría bien a Catalina, además seguro que no le gustaba quedarse aquí aburrida y sin hacer nada. ¡Yo lo oooodiooo!

-Lleva tú el mapa, que a mi seguro que se me pierde... jijijiji. ¿Necesitas prepararte o algo? ¿O nos vaaamos ya?

Junto mis manos entrecruzando mis dedos, cerca de mi barbilla, mis ojos parecen resplandecer de felicidad, sin duda estoy ansiosa por ir a matar yomas, y seguro que es mucho más divertido ir con Catalina.

   Lillith echaba a perder todas las emociones de Catalina, negandole el regreso, la estancia, junto a James y Raynor, en Gohan, en aquella que es para ella como su ciudad natal. Le negaba la tranquilidad de evitar un enfrentamiento continuo con los Yoma, tiempo para el estudio tranquilo de las pistas recopiladas a lo largo de sus viajes, tiempo para descansar de aquella sociedad condenada al sufrimiento en la muerte, tiempo para alejarse de la organización y sus lamentables embauques....¿Tiempo...? ¿No tenía toda...la eternidad hasta que alguien se la arrebatase?

  Alzó la mano, rápida, como lo era, con una destreza poco humana y atrapó entre sus dedos blancos como la nieve del norte aquel mapa, lo abrió para comprobar la posición de los puntos en los que hablaba, sin reacción alguna, manteniendose lo suficientemente alejada de Lilith como para no sentir una presencia asfixiante, tanto como le resultó siempre la de Andrea.

  Lo observó detenidamente durante unos segundos y luego lo volvió a enrollar, para recogerlo entre sus pertenencias, donde...entre otras, aún descansaba el símbolo arrancado de Lilith.

  ...Buenas noticias...

- ...

 Miro a Lilith, inexpresiva, como siempre, pero sin ese matiz inocente...

 ...Lo...mejor será....

  - Pongamonos en marcha. - Cuanto antes comencemos...anter podremos regresar...

 Y sus grebas resonaron en la piedra con dirección a la salida de la ciudad, sin esperar nada...de nadie, en absoluto silencio.

El primer punto no se encontraba especialmente lejos, no para una claymore, apenas serían tres horas a pie, sin embargo, apenas la pareja de guerreras llevaba una hora de viaje se adentraron en el bosque del sur, que se encontraba al norte de Gohan y que llegaba hasta casi el centro del contienente.

Era un dia caluroso, pero caminar al amparo de las copas de los centenarios arboles de ese bosque, hacía que la sensación termina no fuese tan extrema, aunque el aire si que estubiese un poco cargado. Lo unico que acompaña a las claymores es el canto de algun pajaro y el sonido muy de fondo de las copas meciendose por la brisa en lo alto.

Tras dos horas caminando entre arboles y con un paisaje completamente heterogeneo, Catalina y Lilith llegaron al punto señalado en el mapa aproximadamente, y descubrieron que era tremendamente facil perderse, apenas desniveles en el terreno, arboles que parecen clones y sin apenas puntos de referencia. Si quello era un "refugio" de yomas, tambien podria serlo en almenos 20 kilometros a la redonda.

Sin embargo, hace varios minutos que no canta ningun pajaro, y la ausencia de brisa ahí abajo permitió a Lilith y catalina percivir un olor muy suave, pero reconocible, en efecto hay en algun momento había habido yomas... pero no hay el menos rastro a simple vista.

   Catalina no se detuvo en su camino, era un lugar como cualquier otro, y aunque no había pasado por alto la ausencia del canto de los pájaros no le pareció decisivo ni relacionado con los Yoma. Algunos animales recurrían a aquellos métodos para que no se descubriesen sus nidos. La número veintiseis se hizo una pregunta...¿sería capaz de engañar a un Yoma llegado un momento? Lo intentó, aunque no supiese a ciencia cierta si había o no presencia hostil en los alrededores.

  Comenzó a variar su yoki, visible por completo o debilitandolo, tratando de emular a su propio poder cuando se veía atacado o herido, simulando debilidad. Podía tratarse de una estupidez, pero influir en su propio yoki la ayudaba a concentrarse, y era una forma silenciosa de entrenar...No dijo nada, como en todo el transcurso del camino. Tampoco miró a Lilith.

Caminar junto a Catalina era agradable, era una niña reservada así que cuando me apetecía molestarla podía relajarme y pensar tranquilamente en mis cosas, era como una muñequita de trapo, con la que podías jugar cuanto quisieras.

No se había tomado demasiado bien lo de salir de caza, yo esperaba un poco más de entusiasmo, incluso de Catalina. A lo mejor es que no quería viajar conmigo...

-Catalina... ¿sigues enfadada por el corte que te hice?

Pongo morritos de niña enfurruñada, y miro con lástima a la número 26, nunca tuve la intención de matarla ni de hacerle demasiado daño, sólo pensé que así se haría más fuerte... es lo que Ophelia hacía conmigo.

De repente me detengo y guardo silencio para mirar a mi alrededor, olfateo el aire, ummmm... esa deliciosa fragancia... esa quietud propia de la calma antes de la tempestad... ni siquiera los pájaros se atrevían a seguir cantando, como si supieran que la orgía de sangre y muerte comenzaría pronto. Busco la mirada de Catalina, ella también se había dado cuenta, sonrío de forma afilada desenvainando mi claymore lentamente con un siseo metálico.

Una vez se detubieron a observar, las evidencias no se icieron esperar, y quizá algo mas.

Tanto Catalina como Lilith pueden ver en el tronco del arbol mas cercano marcas, marcas de corteza desgarrada, como arañazos con algo bien afilado, seguramente garras, pero tambien al observar de cerca, pudieron encontrar sangre humana seca. Al acercarse, tambien descubririan que alrededor estaba todo tambien salpicado de sangfre humana, pero no parecía reciente ni mucho menos, sino de varios dias.

Pos otro lado, Lilith pudo ver pasar a mas de 30 metros, una fugaz silueta de algo, o alguien, nada mas que una sombra que no hacía sino confirmar cada vez mas que se encontraban en el centro de algun tipo de trampa, demasiados arbustos, demasiados arboles tras los que esconderse y acercarse a las claymores privandolas de linea de visión. Todo el sonido de los movimientos de alrededor pueden verse cubiertos por el de la brisa meciendo las frondosas copas de los arboles, pero lo que ambas iban teniendo mas claro a cada segundo que pasaba, es que no estan solas, que hay yomas, pero podrían estar por todas partes .... y por ninguna.

    Me detengo dedicando una mirada de compromiso a Lilith, esperando su respuesta, es de mayor rango, unos dígitos menos, más poderosa, y posiblemente sus sentidos estén más agudizados, mientras respiro el aroma de un nuevo enemigo, quizás varios, y la sangre humana...

  En silencio, el ritmo de mi respiración se hace cada vez más débil. En un movimiento ágil desenfundo mi claymore y coloco mi espalda contra la de Lilith, sé que hay algo, y eso me basta para estar alerta...trato de detectar su yoki, pero es tan sumamente complicado...

   Has pasado demasiado tiempo sin entrenar...has pasado demasiado tiempo sin ser lo que realmente eres...

La espada de Catalina produce un leve tintineo al contacto con la mia. Mis enormes ojos se abren con curiosidad infantil, mirándo de un lado para otro, tratándo de adivinar almenos cuantos enemigos había. 

Ummmm... una emboscada. Era realmente curioso la cantidad de cosas que habían aprendido a hacer los yomas... emboscadas, engaños varios... cada vez eran más astutos, pero casi mejor, así no era tan aburrido pisotearlos.

Ahora se lo que olía tan bien... toda esta sangre humana, aunque parece bastante reseca... Seguro que lleváis varios dias sin comer, ¿verdad pequeñines? Eso explicaría la osadía de querer atacarnos. ¿Queréis un poquito de mis vísceras? ¿Siii? Entooonces.... jugaremos a un juego...

Sonrío de forma afilada, concentrándome en la presencia de aquellas criaturas, normalmente era demasiado distraida como para darme cuenta de ciertas cosas, pero por primera vez en mucho tiempo, mis ansias de matar habían potenciado al máximo mi habilidad de percepción. Que empieeeece el espectáculo.

Finalmente se muestran, de detras de arboles cercanos salen tres yomas, justo rodeando a las dos claymores, pero Lilith tambien se da cuenta de que hay dos mas en las copas de los arboles, en efecto se trata de una emboscada, solo que esta vez no son humanos, son cazadoras y lejos de pillarlas desprevenidas tanto Catalina como Lilith podrían toma la iniciativa a pesar de que los yomas cargaron con rabia contra ellas.

Los yomas subidos a los arboles parece que no se mueven, como si... esperaran.

 Catalina emprendió la carrera a sabiendas de que Lilith le cedía el honor de cargar primero, no necesitaron hablar para entenderse, ella esperaba algo de la número veintiseis, y Catalina sólo esperaba que la número veinticuatro fuese lo suficientemente rápida como para eliminar a los Yoma que estaban al pie de los árboles antes de que la atacasen, pues como ellas, no mostrarían piedad.

  Su gélida mirada se desplazó recorriendo a los dos sobre las ramas, primero posandose en uno de ellos, para interferir en su Yoki, tratando de doblegar su voluntad a la suya, haciendo de Catalina un marionetista, y del Yoma un simple títere, un simple muñeco de trapo en manos de una niña de ojos plateados. Luego, de reojo, contempló al siguiente, esperando encontrar una sonrisa de superioridad, imaginandose su gutural voz...¡Debiluucha...!...dedicandole la más vacia y fría de las miradas. Conviertete...en un ente inanimado...

  Sin perder la calma en ningún momento, ni revelar emoción alguna, seguía corriendo, para, como un depredador enfocar a su enemigo, frente a ella. Alzo el claymore, ya previamente desenfudado, alzando su filo que se iluminó con la luz del sol que penetraba entre el boscaje para tratar de cercenarle el cuerpo en dos, con ánimo de no fallar. Atacó al Yoma que se encontraba más a su izquierda, la trayectoria era algo más complicada pero se cuidaba de no dar la espalda a los demás, sería un flaco favor a Lilith hacerle perder una compañera tan pronto, pues no tendría con quien competir...