Partida Rol por web

La region de Gohan es una de las mas extensas, a unas cuatro horas a pie desde la urbe situada al oeste de dicha region se encuentra el bosque de Gohan.

Es un tramo bastante transitado dado el intenso comercio y un serpenteante camino se abre abre paso por el medio del verde bosque, como si de una arteria del pais se tratase tambien hay presencia militar, cada hora aproximadamente pasa una patrulla de soldados que mantienen el camino limpio de bandidos, aunque no siempre lo consiguen.

El dia se presenta mas que esplendido, el sol en lo alto y ninguna nube, no muy lejos del camino de Goham los arboles serían testigos de una esperada reunión.

Te encuentras en un pequeño claro, no muy lejos del camino de Goham, pues has seguido un camino paralelo, tus ultimas ordenes fueron precisamente .... venir aqui, y esperar mas ordenes. Las ultimas semanas han sido tranquilas, mucho caminar y practicamente ningun derramamiento de sangre.Puede ser que no haya trabajos adecuados para la numero 26 de la organización, o simplemente no había muchos conflictos dentro o cerca de tu zona asignada. En cualquier caso sabes bien que la Organización no da ninguna orden, si no es con un fin muy concreto, o mejor dicho, sin una tarea pendiente. Aun siendo asi tu mensajero esta tardando mas de la cuenta en aparecer, una oportunidad ideal para descansar despues de cuatro dias de caminata.

Ignoré las sombras de las ramas de los árboles sobre mi rostro, y la calidez del sol no enrojecía mis mejillas, un rostro de piel pálidamente blanca y ojos sin expresión que vagaban por cada tronco y rincón del suelo en busca de una pista. No solían retrasarse. Nunca. Siempre se las arreglaban para estar en el lugar indicado en el momento oportuno. ...Sospechoso...Alcancé a pensar sin darle ninguna importancia. No me preocupaba la vida del mensajero, tampoco vi aquello como una perdida de tiempo. Era una bendición. Llevaba almenos cuatro días de camino, sin descanso y estaba segura de que no era yo la que había faltado a la cita. - ¿Cómo explicarán esto en la organización? -

 ...Crack...El sonido metálico de mi Claymore se desprende de la espalda, el zumbido metálico al deslizarse en un instante precede a un golpe seco de su hoja contra el suelo, completamente firme y vertical, tomo asiento a un lado del camino, en la zona exacta donde debería encontrarme con el sujeto de la organización y me recuesto sobre la espada. La inmovilidad y la calma. Quizás pueda oir los pasos lejanos de algún transeunte, el trino y reboloteo de los pájaros y sentir el cálido abrazo de la poca luz que incide sobre mis ropas blancas e impolutas.

 Mis ojos plateados de pupilas grandes y redondas, negras como el carbón recorren ambos flancos del sendero con paciencia hasta que mis parpados los cubren lentamente. En apariencia dormida mis sentidos se encuentrar alerta, para detectar el más leve cambio alrededor de mi entorno, afino el oido y no descuido el sentido del olfato, la respiración acompasada con el ritmo de mi corazón recibe los aromas del bosque y trata de identificarlos.

 ...Es una buena forma...Pienso dejandome llevar por mi intuición, si se tratase de algo grave podría estar esperandome, darle la oportunidad era una de las posibilidades más claras, aunque también una de las más arriesgadas. Si no se trataba nada más que de un retraso, aprovecharía para descansar...

Mis pasos apenas se oyen con el silbar del viento a traves del bosque, sin embargo yo se que para Catalina son mas que claros, no pretendo sorprenderla, solo quiero aprovechar esta oportunidad de estar con una amiga o quizá mas que eso, hubo un tiempo en que fue algo parecido a mi alumna, ahora la considero una hermana, he pasado tanto buenos y malos momentos con ella, pero siempre ha sabido sorprenderme con su aprendizaje, me recuerda a mi hace años, solo que seguramente, yo no tuve ni tengo un camino tan lleno de espinas como lo tendrá ella.

Camino hasta el pequeño claro en el que se encuentra, estoy segura que ya sabe que soy yo. Mis pasos denotan una gran confianza, hasta sentarme a los pies de un arbol justo enfrente de ella.

-El descanso es tan importante como el esfuerzo.... Cuanto tiempo sin verte, Catalina.

Ella nunca fue muy expresiva, ademas, hace tiempo que dejó de ser una niña, para convertirse en un ejemplo para muchas otras chiquillas. Me gustaría decir que ha sido gracias a mi, pero no es asi, sus logros son solo suyos, fue una guerrera prometedora desde el primer dia que la vi, lastima que la Organización no la tenga en tan alta estima.

Tengo la costumbre de no hablar mas de lo necesario y tomarme mi tiempo para decir las cosas, no hay prisa, nuestra existencia solo terminará cuando sucumbamos al yoma y caigamos en batalla, por lo que no hay que apresurarse, hay que tomarse las cosas con filosofia y calma, y eso es algo que siempre he intentado transmitir a Catalina.

Mis ojos permanecen casi cerrados, con una sonrisa en el rostro disfruto del aire puro del bosque.

El parpado de mi ojo derecho se eleva lentamente hasta permitirme contemplar a Galatea, es el único movimiento detectable en mi cuerpo, mantengo la posición de descanso. No se ha ocultado, ni se ha aproximado con cautela, sino que su presencia familiar ha fluído por el bosque pausadamente hasta llegar frente a mi. Por un momento pensé en que ocurriría si yo fuese una Claymore importante. ...Ella lo es...me dije. Quizás entonces la hubiesen enviado a asesinarme, o para llevarme ante la organización en contra de mi voluntad. Pensamientos sin fundamente de un mundo imaginario, lo poco que quedaba de niña en su mente, imagen que no transmitiría a nadie, nisiquiera a Galatea. No la consideraba una amiga. No la consideraba una aliada. Y no podía negar que hubiese aprendido muchas cosas de ella.

 Recorrí su cuerpo con la mirada sin un solo parpadeo, se encontraba bien, cuando se preparó para hablar, como tantas otras veces antes comenzó a mover sus labios, eligiendo cuidadosamente sus palabras. ...En pocas ocasiones las Claymore se reunen...¿Por qué estará aquí? ¿Se tratará de una orden de alto rango?...Pero...¿La número siete? Por un momento casi cometo el error de hacerme con falsas esperanzas. Todas las emociones huyeron de mi como un Yoma lo habría hecho de Galatea.

 - Galatea.

Pronunciar su nombre a modo de saludo contenía cientos de preguntas, miles de interpretaciones. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Eres tu el mensajero? ¿Te envía la organización? ¿Has venido aquí para decirme algo? ¿Va todo bien? ¿Qué se supone que puedo hacer por ti? ¿Qué diantres hago aquí parada? y de ese modo un sin fin de preguntas, aunque lo más probable era que Catalina sólo hubiese pronunciado con voz normal Galatea para darle la bienvenida, reconociendo su nombre, con él su existencia, y con ella su rango superior. En contraste, al contrario que aquella que podría recibir el nombre de mentora, permanezco absolutamente seria. Compruebo cada detalle. Su simbolo con el de su Claymore, el estado de sus ropas y armadura, el color plateado de sus ojos y el sentimiento familiar de su yoki. Sólo entonces. Mantengo ambos ojos cerrados.

 Las alas de las aves azuzan las ramitas de los arbustos y árboles más pequeños, su canto adorna el encuentro llenando el silencio con su melodía, un silencio que nunca serállenado por la plática viva de la claymore Catalina.

Mis ojos se van abriendo poco a poco hasta clavarse en Catalina, una mirada casi abasalladora pero a la vez cálida, pues mi rostro no pirde la sonrisa, no hay motivos para ello.

- ... toda mente, tarde o temprano necesita un descanso, saber aprovechar cada uno de estos minutos de paz es la mayor ventaja en tiempos dificiles.

Hablo despacio, pausadamente, como si temiera que mis propias palabras rompieran la paz de este excepcional dia.

Sin mas mi mirada se torna a mi derecha, obviamente solo se ven arboles, pero tanto ella como yo sabemos que en esa dirección está la ciudad de Goham.

-Goham, debes saber algo de esa ciudad, ya ha hecho varios encargos, por alguna razón esa ciudad es especialmente atractiva para los yoma, tienen al molesta costumbre de ... "aparecer" de nuevo.

No le revelaría mas información que esa, no deja de ser un excedente en mi misión, al fin y al cabo, solo pasaba por aqui, a saludar a una amiga.

Tomo aire casi en un suspiro y me levanto para seguir la larga marcha, no quiero que él me vea aqui parada, aunque realmente dudo que el importase, simplemente no tengo ganas de verle.

-Nadie ha ordenado una investigación, es de suponer que no les importa, puede que simplemente reaparezcan porque se trata de una ciudad grande, en cualquier caso, mas de una compañera ha fracasado y no ha vuelto de alli, esos yoma son muy listos.

Por desgracia no tengo mas tiempo.

Comienzo a caminar, él ya está cerca, mi paso es tranquilo y despreocupado, como siempre lo ha sido.

-No llenes tu mente de preguntas, o no dejaras sitio para las respuestas.

Ninguna de nuestras compañeras puede ver ciertas cosas que soy capaz de ver o sentir, este punto de vista me ha proporcionado algo de paz en este sangriento mundo. La organización es consciente de que el misterio sería revelado rapidamente por las claymore de un solo digito de un modo u otro, sin embargo  no nos envia a ninguna a esa ciudad, que hayan escojido a la numero 26 como a otras de rangos mas bien bajos indica que Goham no es mas que un campo de pruevas y que por alguna razón, quieren averiguar algo de Catalina.

-Ten cuidado

Mi figura comenzó a perderse en el bosque.

Mantuve la posición y mi mirada pudo parecer de desdén, pues con los ojos casi cerrados observé su marcha sin moverme. La espada formaba un ángulo de noventa grados con el suelo, la pierna derecha se encontraba flexionada, la izquierda ligeramente extendida. Ambas manos reposaban sobre los antebrazos, en una expresión de cansancio inexistente. El brillo plateado advirtió la marcha de Galatea y con ella mis labios reaccionaron, sin temblor alguno, con una frialdad impasible.

 - Gracias.

Era consciente de que de una u otra forma se preocupaba por mi bienestar, y me otorgaba pistas sobre mi nueva tarea. Es probable que el motivo de su ida sea la llegada del mensajero. Por un momento mi pecho se encoge con una sensación que no me resulta para nada extraña. Con tristeza. ...Ten cuidado...ten...cuidado...Aquellas palabras resonaron por toda mi mente como una advertencia y como algo recíproco, no lo diría, no lo expresaría, pero necesitaba que Galatea tuviese cuidado. No...sólo es mi mentora...mi guía...y como un monstruo trato de justificarme para no sentir necesidad por ella. Soy autosuficiente...puedo....pu....p....¡puedo arreglarmelas sola! Sólo el viento mece mi cabello, mis músculos y tendones están bajo control. Me deleito con sus pasos y el susurro de la brisa.

 Los yoma siguen un patrón de comportamiento. Aprenden, se adaptan. Las ciudades grandes son más dificiles de controlar. ¿Qué lleva a un Yoma a elegir una ciudad como Gohan? No puede guiarse sólo por su hambre. Puede pagar un precio demasiado alto por tal cantidad de intestinos. "Son muy listos..."

Antes de desaparecer de su mente su frase asaltó su cabeza irrumpiendo como un ariete en una muralla, "No llenes tu mente de preguntas, o no dejarás espacio para las respuestas" Sus manos se desentrelazaron, cayendo una después de la otra sobre la refrescante y mullida hierba, las yemas de los dedos acariciaron la superficie con gestos sensuales y se sumergió de nuevo en la oscuridad. Trato de descansar...admito el consejo...

El camino de Goham, tan lleno de vida, me gusta pasear por aqui, tantas personas que van y vienen en sus ocupadas vidas, "este es mi dia libre" o eso es lo que me gustaría decir, pero hay algo mucho mas interesante que hacer, una hermosa claymore me esta esperando.

Mis pasos me llevan ha desviarme del camino hasta llegar al claro donde se encuentra mi querida Catalina, si frialdad la hace un monstruo muy especial, y muy util.

Mi marcha acaba a escasos metros de ellla, y miro el camino por donde se ha ido Galatea, vaya, ni siquiera se ha parado a saludarme, cree que su habilidad la mantiene totalmente a salvo, que puede evitarnos siempre que quiera, bueno, es mejor asi, al fin y al cabo queremos que este a gusto, ella nos es muy valiosa, dejemosla que juege en el parque mientras los progenitores vigilan.

-Buenos y hermosos dias.

Se dibuja una sonrisa en mi rostro mientras sostengo el sombrero como saludo.

-Cada vez viajas mas rapido, eso esta bien, es bueno poder contar con rapidez con una persona como tu.

Me apollo en un arbol cercano.

-Tengo tu siguiente encargo, ve a la ciudad de Gohan por lo visto ha aparecido un yoma ... no ... probablemente mas de uno, deberas aplicarte no solo para vencerles, tenemos entendido que se esconden muy bien. Gohan es una ciudad comercial, y por lo visto estan molestos porque se comen a sus forasteros, una actitud muy territorial, ¿no crees?

Ella es confiada, ha demostrado ser efectiva en sus encargos no se dejará amedrentar por "miniedades", Galatea tiene realmente buen gusto, espero mucho de ella.

Flexioné las piernas, mucho antes de que él se acomodase tomando asiento. Cuando lo hizo, casi como si se tratase de un baile, me puse en pie colocando mi diestra sobre la empuñadura de mi Claymore. Se desliza suavemente por su superficie hasta aferrarlo, es audible la fuerza que aplico para extraerlo. Lo alzo son serenidad sin hostilidad ninguna contra el mensajero. La llevo a mi espalda y la vuelvo a encajar en el lugar que le corresponde, el zumbido metálico se repite. Su voz me impide oir el trino de los pájaros.

 - ...Un grupo de Yoma en la ciudad de Gohan. Localizar y destruir...

 Repito sus ordenes de forma clara y resumida. Con la frialdad de un témpano. Era innecesario que tratase de elogiarme. Era innecesario que me desease un buen día. Era innecesario...

 Retiro la mano de la empuñadura y la dejo caer suavemente con la gravedad del mismo brazo, puede ver mi flanco avanzando en la dirección en la que se encuentra el poblado humano. Puede que esperase más preguntas ¿Algo más que deba saber? ¿A qué nivel estarán mis adversarios? ¿Cuál fue su última victima? ¿Cuánto tiempo llevan asediando la ciudad? Preguntas....preguntas....y más preguntas...que nunca conducen a nada. Sólo a la muerte. A veces mueren ellos. En ocasiones morimos nosotras. Mi pregunta es...¿Hoy quien morirá?

 Asentí sin expresión, fijando mis ojos en el camino, el brillo plateado iluminaba mi mirada con el sol. Si no tenía nada más que decirme, la forma de actuar era la de siempre. Con determinación.

 - Así se hará.....

Es como me esperaba, no duda, no cuestiona,es obediente, es la marioneta perfecta, lastima que no todas sean como ella, eso me dejaría mas dias libres.

Con una sonrisa casi macabra observo como se levanta, lista para cumplir su misión, una maniobra bastante inteligente por parte de los sabios, lastima no poder estar ahi para verla, pero, el deber es el deber.

-Mucha suerte, Catalina.

Me quedo haciendo un pequeño descanso para observar su marcha, al fin y al cabo, es posible que no la vuelva a ver, aunque ¿Cuando no es posible eso?, esta incertidumbre le da un sabor especial a esta era.

La gran urbe de Gohan se encuentra a cuatro horas a pie aproximadamente, sin embargo el dia se presenta atractivo para pasear, puedes tomar el camino normal, en cuyo caso es probable que tu llegada sea noticia, o continuar al amparo del bosque hasta que sea posible.

Gohan tiene fama de ser una ciudad acomodada a pesar de las frecuentes apariciones del yoma, vive del comercio, y vive bien, quizá por eso si estos ataques se centran en los forasteros y comerciantes, se ponen especialmente nerviosos, aparentemente no hay un motivo mas profundo que ese. Rubel nunca fue demasiado especifico, pero puede que este dando la oportunidad de aprender ciertas cosas, o simplemente esta jugando desde su posición, siempre con su burlona sonrisa.

Llama la atención el transito por el camino, caballos, carretas, mulas de carga, personas y comerciantes dando voces ofreciendo ventas incluso mientras viajan, todo eso se oye claramente desde tu posición actual.

Un grupo de enemigos.

Repetía para si. A pesar de que el número podía ser una ventaja, Catalina consideraba sus posibilidades. Acceder por el camino era una forma fácil de llamar la atención. Dos reacciones posibles. La teoría solía resultar muy diferente a la práctica en determinados casos, y nunca una podía sentirse segura de saberlo todo sobre los Yoma y sus costumbres. Entrar directamente en la ciudad alteraría a los habitantes y forasteros, y podría dificultar sentir a los Yoma, podrían convertirse incluso en obstaculos para desvelar el misterio. No puedo limitarme a eliminar a los Yoma. Pensó tras meditar sobre las palabras de Galatea, es probable que haya algo más detrás de todo esto. Mantén los ojos abiertos.

 La otra opción era irrumpir en los hábitos de la ciudad desde el bosque, más sigilosa y discretamente. Eso podría darle la posibilidad de evitar un enfrentamiento cara a cara y restarle dificultad a la trampa mortal, si lograba determinar el número la ubicación se revelaría con el paso del tiempo. Tomo el camino del bosque, alejandome en la medida de lo posible de los transeúntes, evitando así avisos innecesarios. Puede que algunos ojos ya me hubiesen visto, y no tardaría en extenderse la noticia. Debía aprovechar hasta entonces. Cuando no quede más remedio que renegar del amparo del bosque, pondré todos mis sentidos en detectar a los Yoma.

 Parece una ciudad feliz...después de todo...

En sus ojos no se dibujó expresión, tampoco hubo lágrimas, pero su corazón se encogió en un solo látido, para continuar con el palpitante ritmo de siempre. ..No te decepcionaré...

Tus pasos se ven acompañados del cantar de los pajaros, pero de pronto a medio camino, no se ven acompañados por nada, salvo por el silencio mas absoluto. Quizá tus sentidos no estubiesen tan afinados como los de otras claymore mas poderosas, pero si lo suficiente para determina que detras de cada arbol que te rodea no hay nada extraño, parece que la bandada de alados cantores simplemente se ha ido de esa parte del bosque, ¿Puede ser por la cercanía de la ciudad?...

Lo cierto es que para descracia de Catalina, no era asi, un atacante se precipita sobre ella, y en efecto, no viene de detras de ningun arbol ni de sus alrededores, solo lo descubriria al alzar su vista al cielo, pero quizá fuese demasiado tarde.

Siento algo, sin embargo no pudo determinar la fuente, tampoco su ubicación. El hedor de un Yoma no me es desconocido, sin embargo, en la inmensa tranquilidad del bosque tiene demasiados lugares donde ocultarse. No puede tomar rehenes. Me dije para consolarme.

 Adivinaba un ataque temprano, intentaría estar alerta pero si el era más rápido...o más listo...puede que mi final no esté tan lejos de lo que pensaba.

 Vivimos para asesinar. Vivimos para ser asesinadas...

Mi paso es tranquilo e imperturbable, no me quedo quieta a pesar de haber sentido esa leve presencia. Detenerme ahora sería darle una oportunidad aún mayor de aniquilarme. Cuando levante la vista, era demasiado tarde. O no.

Como si se tratara de una cuchilla voladora, el yoma lanzó un ataque con sus garras, dejando un tiempo escaso para reaccionar o esquivar, pues este no saltó de ningun sitio para atacar a Catalina, sino que ya estaba en el aire.

El silbar del viendo no auguraba nada bueno acerca de lo afiladas que pudiesen estar dichas garras. Independientemente del resultado de aquel ataque rastrero, el yoma continua sin tocar el suelo, a una distancia segura.

Catalina lo detectó tarde, demasiado tarde. Se movía rápido y practicamente sobrevolaba las copas de los árboles. Intuí sus movimientos. No había rezo que pudiese librarme de aquello, tampoco consideraba que hubiese ningún Dios al que poder hacerlo.

 Traté de moverme con velocidad fuera de la trayectoria de sus garras, en mi iris se reflejó su acción echandome hacia atrás con todos mis sentidos alerta. No era superior a mi. No por el momento.

 Mis movimientos son fluidos, pero calculados. Me echo a un lado con una frialdad y tranquilidad impasible. No tengo un deje de emociones, sólo calculo sus movimientos. Mi corazón no late con más fuerza, no conduce más oxígeno para regar mis musculos, en apariencia una jovencita indefensa, en realidad...

 Mi diestra acaba sobre la empuñadura de mi Claymore, con un solo sonido, metal contra mi piel. Lo aferro con fuerza, y desenvaino.

 Has cometido dos errores....Yo...ma.

Clavo mis ojos plateados sobre él. No estoy asustada. ¿El lo está?

-Muahahahahfjwtrllrld.

Se rie mientras su boca babea como si se estubiera divirtiendo a lo grande.

-Ultimamente solo envian debiluchas jajajajajaja.

Lo cierto es que los yomas en su forma natural son bastante desagradables de ver, en este caso lo era a la septima potencia.

Se lanzó en un nuevo ataque, aquella tactica le habia resultado siempre infalible, almenos con las claymore con las que se había topado, al fin y al cabo mientras se mantenga en el aire no podra responderle el ataque, o almenos eso es lo que piensa.

Sus garras silbaron de nuevo, haciendo una pasada a una velocidad pasmosa.

Simplemente era horrible. Sin embargo no me creó ningún reparo, no mayor que el hecho de que fuese un Yoma. Los Yoma alados no eran algo con lo que una Claymore se encontrase todos los días, se mantenía a salvo de los golpes, pero descuidaba su ataque. A pesar de su capacidad más que defensiva, se trataba de un oponente digno.

 Esta vez pude observar su recorrido, siguiendoló con la mirada fija en el movimiento de sus alas. Su cuerpo era igual o más repugnante que su babeante rostro, las alas eran un factor que podía inclinar la balanza en uno u otro sentido. Separo levemente las piernas, las grebas chasquean como el metal y espero paciente. Nunca cundirá el miedo. He de esperar el momento justo...Calculando su velocidad y su trayectoria volví a echarme a un lado, esta vez más olgadamente, para tratar de que no me sorprendiese con su nueva acometida. Era...insuficiente.

 Sin mueca en el rostro comprobé que no era lo suficientemente rápida. Mi vida...¿está en juego...?

Esta vez, las garras del yoma se llenaron de sangre, si hubiese sido por el metal en su hombro, Catalina hubiera perdido el brazo izquierdo, sin embargo puede tener toal certeza de que aparte de la profunda herida exterior, su clavícula esta rota, por suerte no se trata de su brazo habil, pero el claymore es un arma ideal para manejar con dos manos, su brazo derecho solo puede tener dificultades de precisión.

El yoma rie a carcajada limpia mientras deja caer gotas de sangre en su boca.

-JAJAJAJAJAJAJAJA, ni siquiera tu sangre sabe bien.

Sigue revoloteando, no es dificil deducir que se prepara para otro ataque en cuanto tenga angulo de nuevo.

Mi zurda sostiene el Claymore mientras mi diestra se coloca sobre el hombro. Esto, no es nada. El tiene sus alas, pero se supone que yo soy una Claymore inteligente. Observo a mi alrededor, los arboles pueden plantear una dificultad a la hora de planear, las ramas son bastante espesas y los troncos ofrecen una protección añadida a mi situación claramente desfavorable.

 Emprendo la carrera, dejando atrás tan solo el sonido de las grevas, olvido mi hombro y sostengo mi espada con fuerza, Eres más hábil que él. Me escondo tras la corteza de uno de los árboles, aquel que me pareció más refugiado por otros, donde pudiese tener mayor dificultad, en cualquier caso, no me habría desplazado más de diez metros. Apoyo la espalda sin relajarme, miro de reojo tratando de localizar al Yoma mientras planea cerca de allí. Esconderse podría parecer cobarde, pero no lo hacía por ese motivo...Despierto el yoki en mi interior, no para otorgarme poder, sino para regenerar parte de mi herida, no podré luchar en condiciones con la clavicula rota.

 Mis labios no se curvan, impasibles soportar el dolor, no emito ni un solo suspiro ante el alivio de la curación. Simplemente...no me importa. Acabaré con él. Como pago por la ofensa. Esperaré su próximo ataque, en ese momento, seré yo la que golpee primero.

Las copas de los arboles cerca del claro en el que estaba Catalina hasta ahora se revolvieron violentamente con el aire del aletear del yoma, pronto se escuchó un golpe seco, y el yoma aparecio delante de ella, no solo era terriblemente feo, sino que es mas grande de lo que parecía en un primer momento.

-Jajajajaja no huyas claymore inutil, ni siquiera vosotras que fuisteis creadas para darnos caza podreis conmigo.

Se dispone de nuevo a atacar, pero el combate en tierra, era algo mucho mas llevadero para una claymore.