Partida Rol por web

Raynor agarró con una mano la mano de Catalina y clavo la jerinquilla con la otra, pero antes de inyectar la sangre miró a los ojos a la claymore.

-No, gracias a ti...

Apretó la jeringuilla con el dedo pulgar, la sangre entró y lo primero y mas inmediato que sintió Catalina fue un dolor insoportable, tanto pronto solo oía un pitido intenso en sus oidos y su ista comenzó a nublarse. Sin embargo, algo llamó la atención antes de que se desplomara, Lilith, que se encontraba a escasos metros, comenzó una fase mucho mas avanzada de la transformación, seguía en el mismo estado catatonico, pero su cuerp se estaba deformando a pasos agigantados, mucho mas rapido de que el de Catalina.

Raynor se giró rapidamente a por el tubo del sedante, pero cuando corría hacia Lilith, se sucedió una explosión de yoki, nada mas pudo ver la numero 26, cayó inconsciente.

"- Claymore, ¿en que podemos ayudarla?"

 "- Me gustaría ver más vestigios de la antigua Gohan...¿Hay ruinas en el interior del cuartel?"

"-Si, el cuartel de Gohan es muy conocido, la mitad del edificio es una de las solidas construcciones del pasado, algo fria debo añadir, pero perfectamente habilitada, la mayoria de los cimientos y pasajes subterraneos datan de la antiguedad pero ahora son utilizados como desagües. Aqui en el cuartel utilizamos esas antiguas camaras como calabozos, y almacenes, realmente no hay mucho que ver."

Por alguna razón la mente de catalina recordó aquellas palabras y la voz de James, pronto perdería la noción del tiempo en estos pensamientos.

Su mano toca mi cara en una suave caricia, secándo mis lagrimas, y su sonrisa se refleja en mi rostro, haciéndo que me sea imposible no sonreir de pura felicidad. Es verdad... ¿Como había podido ser tan tonta?. Ophelia... nunca te has ido... Siempre has estado conmigo, en mi corazón.

-¡Vamos a vencer juntas!

Levanto mi mano, para ponerla sobre la suya, con la que me estaba acariciando. Juntas... Esa es la verdadera fuerza... no estar solos, poder proteger a la gente que nos importa. ¿Incluso los débiles humanos?... Capaces de lo mejor... y de lo peor, podían ser débiles, pero algunos eran fuertes en su interior... y no se rendían nunca...

-Onee-chan...

Tuerzo la cabeza, mirándola con una sonrisa, agradecida por todo lo que me había enseñado, por que estuviera conmigo a pesar de ser una niña tonta y caprichosa.

-¿Sabes que te quiero, no?

Ophelia estaría conmigo, y me cuidaría, y yo cuidaría a la gente buena, como Catalina, como James y Raynor... aquellos que merecen ser protegidos... Incluso la gente que está en sus aldeas y que pierde a sus familias sin tener culpa de nada... ahora veo, lo injusto que es... Mucha gente se quedaba sola por que los yomas mataban a sus seres queridos... ¡NADIE DEBERÍA ESTAR SOLO!... yo... lucharé por vosotros... Gracias por todo Onee-chan... siempre estarás conmigo... siempre estaré contigo...

Ni Catalina ni Lilith podrían determinar cuanto tiempo habóa pasado, bien pudieran haber sido años, o quizá segundos, en caso es que una sensación calida acarició el rostro de ambas, un rayo de sol que entraba por una modesta ventana.

La primera en despertar fue Catalina y al principio sus ojos les costó horrores acostumbrarse a la luz, estaba tumbada, en una cama y poco a poco fue reconociendo elementos a su alrededor.

En la misma cama estaba Lilith, a su izquierda, había mucha luz, luego a su derecha catalian vio a alguien que dormía sobre su mano, sentado en una silla con la cabeza en la cama, como si se hubiese quedado dormido mientras la miraba y sostenía su mano, era James.

Luego el sonido de las paginas reveló la posición de Raynor, que estaba al fondo de la habitación, justo enfrente de la cama sentado en una silla leyendo un libro, y fue este el primero que se percató de que la numero 26 había abierto los ojos, y la miró de una forma peculiar pero no nueva.

Sus ojos entrecerrados, rostro serio y sereno, una hierva entre los labios, una mirada desafiante... Su mano derecha cerró el libro haciendo un sonido seco. Le mantubo la mirada unos largos segundos calculando la situación, analizando cada elmento del rostro de Catalina, luego en un movimiento digno de un malabarista, lanzó con mucho estilo el libro al aire, apenas unos centimetros y le dió una patada. El libro voló por la habitación y aterrizó en la chepa del durmiente James. Raynor se cruzo de brazos con los ojos cerrados, y finalmente sonrió de medio lado, la bienvenida correspondía a su compañero.

El sonido del libro al caer sobre james pudo despertar a Lilith tambien. El soldado se despertó de golpe algo desconcertado...

-Que....

Pero al levantar la cabeza lo primero que vió fueron los ojos plateados de su amada abiertos.

-¡Por todos los dioses! ¡Catalina! ¡Al fin has despertado!

Y la abrazó con todas sus fuerzas. Raynor abrió un solo ojo y alzó el dedo pulgar hacia arriba junto a el guiño.

Catalina se incorporó lentamente...algo confusa, pero no lo suficiente como para no reconocer el cabello de james...y su mano entre la suya...tampoco al siempre atento Raynor,...su rostro...permanecía frio, pálido e inexpresivo, como era propio en ella, sin embargo, se iluminó en instantes...compartiendo con "el calvito" como lo llamaba Lilith, que...estaba bien, junto a ella, sólo dormida...una mirada comprometida, agradecida por todo lo que había hecho aquel soldado, y, lo que seguía haciendo, mas no con palabras, porque, con Raynor...no eran necesarias.

  Cuando el libro aterrizó sobre James, y este despertó, la zurda de Catalina se desplazó con cierta debilidad, o quizás sólo sutileza para acariciar el cabello y la mejilla de su amado, dedicandole la primera de sus sonrisas y echando a un lado las sabanas, lanzarse sobre él para abrazarle, con fuerza, escondiendo su cabecita en su hombro, pero...sin gimotear...sólo sonriendo, e inspirando para sentir el aroma del sur, de Gohan...que siempre acompañaba a James.

   ....James....

 Después de un prolongado abrazo, sintiendo su corazón...latiendo, humano...la sonrisa de Catalina se relajó hasta convertirse en una expresión cálida...pero seria...casi severa. Parecía que iba a reprender a James por lo que había hecho. Y...bueno, había formas de hacerlo...seguramente a James aquella le gustase.

  Acariciaba su mejilla y su cuello con la diestra, después de estrechar su mano, colocandola sobre su cuerpo, y abandonadola para darle todo su cariño, mientras sus labios su acercaban a los suyos y sus ojos, vibrantes, plateados, observaban los suyos de forma pícara...y ante todo alegre. Beso sus labios, y los acarició con la puntita de la lengua, hasta fundirse con él en un profundo y prolongado beso...que hizo que sus párpados cayesen y se sumergiese en un sueño...en el que sólo existían James y ella...

  ....James...yo....

 - James...- Siguió sonriendole, y se dejó nuevamente llevar por sus impulsos, abrazandolo de nuevo. - Te amo....- Y depositó en su mejilla un breve beso...

  Luego saludó a Raynor con la mano, asintiendo, se giró y observó a Lilith...diciendo, entre risas, a carcajada limpia...

 - ¡Ehh! ¡Despierta dormilona! ¡jajaja!

 Aquello...¿Aquello era la felicidad...?   .....

  .......

 ...........

 Si así era...podría decirse, sin lugar a dudas...que Catalina era feliz....

 Su mirada buscó los ojos de Lilith, juguetona, aunque detrás de aquel fondo plateado, escondiese mucho más. Lo que...había unido a Catalina con la núm....no, no es un número......,con...Lilith, era mucho más fuerte que cualquier cosa...y...la sentía junto a ella, como no le había sucedido con nadie en la organización, salvo...con Galatea. A partir de ahora...se cuidarían...juntas...Para ser fuertes. ¡Porque ser débil es pecado! Y...

  Veía en sus ojos....que sólo era alguien que deseaba no estar sola...y proteger lo que le importa.

 Estuvo tentada a tirarle la almohada, pero se contuvo y...simplemente rió, sabiendo que allí tendría...para lo que quisiera...algo más que una hermana.

Los gritos de Catalina hacen que me despierte de súbito, y medio dormida ruedo por el suelo y hago el amago de recoger mi claymore y lanzar unos cuantos mandoblazos... por suerte mi espada no estaba en el sitio donde la suelo dejar cuando duermo en una cama.

-...¡Que pasa! ¿Donde están?...

Me froto los ojos, siendo consciente por primera vez de la realidad que me rodea, y de algo bastante sorprendente... y a la vez encantador, la risa jovial de Catalina. Anda... y yo pensando que había yomas... jijiji. Niego con la cabeza y me levanto mostrándo mi caracteristica sonrisilla infantil. Neee... no deberían despertarme de una forma tan brusca...

Me quedo mirándo a James y al calvito... ¿cuanto tiempo habré estado dormida?... Saludo con la mano alegremente, y después camino hasta donde han dejado mi claymore, para enfundarlo con un gesto firme.

-Si si... ¿estoy bien eh? No os preocupeís todos a la vez... jajajaja.

Parece que al final James lo consiguió... Después de todo Ophelia tenía razón, los humanos eran capaces de lo mejor y de lo peor. Camino para asomarme por una de las ventanas, parece que seguimos en Lido...

Me giro para mirar de nuevo a Catalina, con las manos entrecruzadas a mi espalda, cogiéndo la manita que había sido de Ophelia, con la mia propia. Nunca estaré sola... y no dejaré que mueras, Catalina... te protegeré, como hizo conmigo mi Onee-chan... es lo que tienen que hacer... las hermanitas...

Sonrío, sin decir nada, era bastante evidente lo que había ocurrido, y a decir verdad, lo importante era que todos seguiamos aquí... juntos.

James nunca dejaría de ponerse colorado cuando Catalina le besaba, almenos en ese aspecto, era un niño grande.

- Y yo a ti, vaya, me alegra ver que estais bien las dos, creíamos que os habría pasado algo y por eso no despertabais. Ha pasado un dia entero...

Raynor le miró como diciendo... cuenta todo...

-Oh, al final el maestro estaba en lo cierto (para variar) si un humano conseguía sobrevivir en su sagre estaría el anticuerpo, en el ultimo momento raynor me sacó sangre y os la inyectó, ¡Y funcionó!, tambien fueron capaces de curar a Shun, y sabeis lo mejor de todo. ¡Nos han ascendido! ¡Ahora somos cabos!

Dijo completamente orgulloso, no solo por el reconocimiento que les había dado Marcus, sino por el correspondiente aumento de sueldo. Fuen entonces cuando raynor se llevó la palma de su mano a la cara sintiendo verguenza agena una vez mas.

-Bueno... no es lo mejor de todo pero si es una buena noticia...

Raynor no varió su expresión.

-Estoo... olvidad eso ultimo jejejeje...

Comenzó a sudar.

-Comed, lo necesitareis despues de lo que ha pasado...

Tendió un plato con datiles y otras frutas como tema socorrido.

-Aun no sabemos cual será nuestro siguiente destino, ¿vosotras que vais a hacer?

   Catalina recorrió las mejillas de James con las yemas de sus dedos, suavemente en una caricia mientras le sonreía...es tan mono...le encantaba que se sonrojase....y...a decir verdad, notaba, en si misma un cambio, bastante...fuerte. Había sufrido cierta transformación, y...después de todo lo que había sucedido ya no quería retraerse, ya no...entendía porqué iba a tener que ocultar lo que sentía...no tenía porque reprimir más una sonrisa.

  Cogió un datil y se lo llevo a la boca, alegre como estaba de degustar aquellos frutos del sur, eran de las pocos frutos que podía gozar debido a...bueno, a sus "gustos" ...Cogería otro para llevarlo hasta los labios de James. Seguro que no había comido demasiado por estar allí. Luego le dio un besito en la mejilla de nuevo como felicitación por haber ascendido. Era normal que estuviera contento. Compartió la enhorabuena con un gesto afirmativo hacia Raynor.

  Mirando a Lilith, su compañera de fatigas, tomó un semblante interrogante. - ¿Seguro que estás bien...te...veo...hum....palida? - Le sacó la lengua y rió de forma suave y sutil tapandose discretamente los labios.

   Era una mujer preciosa y llena de vida. Bajando un poco la mirada, y tornandose más seria, contestó a la pregunta de James.

 - Deberiamos volver a Gohan cuanto antes. Teniamos tres días para resolver este asunto, y han pasado dos. Hay mucho que hacer...allí nos destinarán a una nueva misión.

  Entonces, tendrían que desperdirse, pero eso no le robaba la sonrisa a Catalina, porque sabía que volverían a encontrarse.

 - ¿Cuidareis de Shoun? - Miró a su compañera con una sonrisa afilada, y después a los soldados de Gohan sabía que era importante para ella...

  Puede que entonces...también tenga que separarse de Lilith...o...puede que no.

Raynor se levantó sin prisa alguna para mirar tambien por la ventana, y habló tambien de forma despreocupada.

-Por supuesto, vendrá con nosotros, le cuidaremos bien, al fin y al cabo se lo prometí...

Dijo mirando a Lilith. Luego pareció fijar la vista en un punto a lo lejos, cortando la conversación repentinamente.

-Parece que ha llegado un camarada de Rabona, vamos James, haber que nos cuenta. Ahi teneis vuestras cosas chicas, venir si quereis, pero recordar antes de partir a Gohan de ir a visitar al maestro, almenos eso es lo que dijo.

James y Raynor fueron bajando mientras Catalina y Lilith se terminaban de poner el uniforme, quizá las noticias del oeste fuesen del interes tambien de las claymore.....

Sonrío dulcemente por las palabras de Catalina. ¿Palida? Y me lo dice ella... que parece un fantasma... BuuUUu... jijijii... Empiezo a colocarme las hombreras metálicas, ajustando con firmeza las correas, del mismo modo que con las grebas.

Raynor cuidaría de Soun, y nosotras teníamos que partir hacia Gohan. A ver que cara pone Rubel cuando nos vea... jijijiji...

-En marcha.

Tuerzo la cabeza, mirándola con curiosidad. Nooticias... esto lo otro... cambian tantas cosas... pero al final todo sigue igual... Observo a James y Raynor bajar las escaleras, ahora eran cabos, o lo que fuera eso, poco entendía de rangos militares, pero supongo que sería como pasar de estar entre las número cuarenta a estar en la treintena... ¡Bieen!

Cuando nos quedamos solas, agarro el brazo de Catalina, y la empujo con fuerza contra la pared, me abalanzo sobre ella, dejándola aprisionada, con mi rostro muy cerca del suyo, tanto que puede notar mi respiración, agitada y caliente, y mis pechos aplastándose contra los suyos.

-Catalina... yo... nunca te dejaré sola. ¿Lo sabes, verdad?

Sonrío, y paso mi mano por su cara, acariciándola suavemente. Proteger a la gente... que lo merece. Ophelia no lo había visto a tiempo, y había matado a más yomas y Kakuseishas de los que ni siquiera puedo contar... aún así no fue feliz... hasta el dia en que murió...

-A partir de ahora, serás mi hermanita.-La miro con rostro serio, como dejándo claro que no había discusión en este tema.-Tienes... que hacerte fuerte, por que si mueres... nunca te perdonaré.

Después de todo ella tenía a James... yo... solo a ella. Si mueres y me abandonas... La organización podría separarnos... sin embargo jamás podrán robarnos nuestros sentimientos. 

    Ante aquella muestra de fuerza bruta poco podía hacer la número veintiseis que optó por no resistirse...encaró a Lilith, rostro con rostro, mirada contra mirada, manteniendose sería, sin moverse un ápice, pero...su mirada no era de reto, o de rencor, era de comprensión y sosiego, no veía a alguien que la estuviese atacando, veía a una amiga...o quizás algo más, que estaba frente a ella, tratando de demostrar su afecto, aunque lo hiciese a su manera.

   - Está bien. - dijo con voz animada, y acabó por dedicarle una delicada sonrisa. Asintió...Catalina se comprometía a hacerse más fuerte...pero Lilith no debía olvidar algo...

 - Lilith...- No apartó su mirada, y bajó el tono de su voz...- nos haremos más fuertes juntas.

  Esperaría a que no apretase sus manos, para llevarlas hasta sus mejillas y darle un beso en la frente.

 - ...Gracias...hermana. - Y se quedó mirando sus ojos, profundos que escondían algo que no compartían, un instinto salvaje, duro...algo que podría resultar horrible si no se miraba con cuidado...sin embargo, Lilith no era un monstruo, sólo era una mujer agradable, con ganas de encontrar a alguien, de encontrar un motivo por el que vivir. No le daba pena...ni se apiadaba de ella por compasión...la entendía...pues a veces había sentido cosas muy similares...

   La número veinticuatro de la organización sin duda tenía muchas cosas que enseñarle a la número veintiseis, y estaría dispuesta aprender, hasta ahora...ya lo había hecho, y estaba contenta por haber conseguido un lazo de amistad tan grande con Lilith.

  Después sólo tendría que lavarse un poco, colocarse las hombreras, las grevas y enfundar su claymore preparada para partir a Gohan. Rubel estaría satisfecho al comprobar que las cosas habían salido bien en el periodo de tiempo indicado. Antes, se pasarían a hacer una visita a Barrin...

 - Vayamos a ver a Barrin, tenemos que despedirnos. - Sonrió calidamente a Lilith y le abrió la puerta, de paso, podrían enterarse de que pasaba con James y Raynor.

Un jinete entraba a toda prisa en Lido y fue directo a la entrada de la alcaldía, donde se encontraban tras acabar de salir Raynor y James. Al llegar parecía bastante nervioso y fatigado, asi como su caballo.

-¡El general Marcus! ¡Donde está! ¡Es urgente!

Raynor y James miraron a su alrededor, pues no sabían nada del general, sin embargo pronto saldrían de dudas, Marcus y dos hombre se dirigían a la alcaldía y tambien vieron al mensajero.

-Aqui estoy soldado, informe.

Dijo con voz seria pero calmada mientras terminó por acercarse. El exhausto jinete desmontó y tomó aliento para hablar.

-Señor, un reporte del este, hemos divisado un ejercido descomunal dirigiendose al norte... un ejercido de yomas... por lo que han dicho portan armadura y estan organizados, hay un grupo principal de unos 500, pero algunos se han dispersado y forman pequeños grupos alrededor. Han visto claymores luchando contra esos pequeños grupos dispersos, pero hasta ahora no han abordado al grupo principal. Hemos calculado que en unos 5 dias, este ejercito llegará a la frontera del norte, a Demetria.

Solo el rostro de Marcus y el de los dos guardias de Gohan permanecieron serenos, el resto de hombres se miraron los unos a los otros con cierta preocupación, pero ninguno habló, solo el general.

-Preparad la marcha para partir de inmediato, por lo visto tenemos trabajo...

Comenzó a caminar hacia su caballo, luego habló en tono mal alto para asegurarse de que le escuhaban.

-¡Y enviad un mensaje al destacamento de Sontera! ¡Que regresen!

James y Raynor se quedaron pensativos en el sitio, seguramente asimilando lo que habían oido ¿500 yomas juntos con armaduras cual ejercito? algo asi arrasaría todas las ciudades humanas. Fue Raynor quien finalmente rompió el silencio. Para dirigirse a Catalina y Lilith.

-Parece que toca despedirse antes de lo esperado....

Miró de reojo a James. Y este reaccionó.

-Si.... bueno....

No era bueno para esto, y Catalina lo sabía bien.

-Cuidaros mucho ¿vale?

Raynor suspiró, y asintió con seguridad a ambas guerreras.

-Volveremos a vernos, Lilith, me llevo a Shoun conmigo...

No alargaría algo que no era bueno alargar simplemente se dio la vuelta y caminó hacia el establo. Restando James con algo de inseguridad, para el no era tan facil...

  Las noticias no eran buenas, pero almenos ya tenían un esbozo del plan del enemigo, y sabrían donde estaban James y Raynor, en el centro de los problemas, es decir...los únicos que tenían que temer eran esos Yomas. Que portasen armaduras haría que Catalina alzase ligeramente una ceja con cierta incredulidad, pero no desapareció una una sonrisa de ánimo hacia los soldados.

  Asintió a Raynor, se acercó a él y le ofreció un beso en la mejilla. Posiblemente sería el único que le había dado y el último que le daría, una recompensa por su valor, podría haber sido otra, pero posiblemente, el soldado, no la habría aceptado. Evitó palabras de agradecimiento  y no le incomodó mirandole, incluso Catalina se encontraba un poco extraña con ese gesto hacia el cabo. Luego encaró a James y su diestra se desplazó, rápida y con seguridad hasta la suya, para alzarla un poco y estrecharla con suavidad, acariciandola con el pulgar...

  - Ahora los entiendes mejor que nadie. Aunque siempre lo has hecho. Demuestrales que podrías llegar a general si quieras. - rió, no dejando muy claro si bromeaba o lo decía en serio, aunque la confianza de Catalina en James era tan grande o más de lo que nadie pudiese imaginar.

  Impulsandose con cierta fuerza hacia adelante besó sus labios, apasionada...pero brevemente...se separó, sin apartar la mirada de sus preciosos ojos y soltó su mano. Luego hizo un saludo marcial, apropiado para alguien de su rango.

 - Cabo. Desmuestrales lo que vales...- Su tono era jovial, pero con cierta seriedad - nos veremos pronto.

 ...Piensa en mi....yo lo haré en ti....sobrevive...

  Desvié la mirada a Raynor, de nuevo, sobraban las palabras. ...cuida de que no se meta en lios de los que no pueda salir...

  - Estaremos bien. - Les sonrió coqueta, y miró a Lilith, esperando que les despidiese. No había pena en el rostro de Catalina, en el fondo de su corazón sabía, que lograrían verse de nuevo...tarde o temprano, y quizás entonces, pudiesen gozar de grandes ratos juntos...como en esta ocasión. Ahora tenía a Lilith, para que su camino fuese más fácil de llevar, para...hacerse más fuerte. Si...se harían más fuertes...

Una sonrisa se dibujó en mi rostro infantil, y mis ojos se abrieron como platos a causa de la sorpresa. Neee... ¿ha dicho 500? ¿Con armadura y todo? Jajajajaja. Impresionante... el demonio del pelo largo había conseguido reunir semejante ejército en poquisimos dias... sin duda nos destinarían al norte, y allí estaría la asesina de Ophelia... y esta vez no solo me movería el ansía de venganza, un ser como ese... no debería existir... no debería poder hacer daño a nadie... Pienso acabar con ella... aunque tenga que pegarme con todos los yomas del mundo...

Lo mejor sería dejar que se pegue con ese Ishley... y después usar todo el poder de la organización para rematar a los que queden en pie. ¿Pero se arriesgarían tanto los viejos?... Neeeeee.... no lo creo.

Coloco una mano en el hombro de Catalina, y la miro sonriendo, orgullosa... y por primera vez en mucho tiempo... feliz. Estaremos bien... si. Como ella decía, nos haríamos fuertes juntas. ¡Venceremos! ¡Las dos!. Me giro para observar a Raynor y James, y levanto la mano para despedirme de ellos.

-¡Sayonaaara! No mires a otras mujeres cuando estés lejos de Catalina. ¿Eh James? Si no me encargaré de que no puedas volver a mirar... nada... nunca más... ¡Jajaja!.

Le guiño el ojo amablemente, aunque más le valdría tener cuidado por que puedo estar hablando en serio, después me quedo mirándo al Raynor, y coloco mi mano en la boca para lanzarle un besito al viento.

-¡Calvitooo-chan! Cuida bien de Soun, y dale mucha alfalfa para que esté fuerte. ¡Nos veremos pronto! ¡Tened cuidadoo!

Me giro para empezar a caminar junto a Catalina, como siempre soñando despierta, sin pensar en lo que podía significar una despedida, o el destino que podía aguardarnos en el norte. Sonrío una vez más buscando los ojos plateados de mi hermanita, dejándo a la brisa mecer dulcemente mis cabellos, el viaje sería largo... pero ya jamás tendría que volver a caminar sola. Vamos, Onee-chan.

James correspondió el beso de Catalina y tan solo afirmó ante las palabras de esta, le resultaba duro, pero intentaría en la medida de lo posible no mostrar debilidad, confía en Catalina, sabe que sabe cuidarse, ademas ahora, no estaba sola.

-Nos veremos pronto...

Al igual que su compañero decidió no alargar una despedida, se dio la vuelta y montó su caballo al igual que los 20 jinetes del oeste. Todos salieron a galope tendido de Lido, esta vez había prisa, mucha prisa.

Catalina y Lilith quedaron solas a la entrada de la alcaldía y solo una cosa restaba por hacer en la calurosa ciudad, al parecer Barrin, había requerido de su presencia, y si el ocupado anciano había hecho algo asi, no sería poco importante. Esta vez el guardia de la entrada no les diria nada si entraban directamente al despacho, aunque sería de ilusos esperar una calurosa bienvenida en aquel infierno de libros y pergaminos.

- Iremos a ver a Barrin. - Sentenció con ánimo, sin que decayeran en ningún instante, no como una fachada, sino por pura confianza, más..estando junto a Lilith. Y añadió, mirandola de reojo con una sonrisa pícara...- Luego podremos echar una carrera hasta Gohan. No quiero que perdamos la oportunidad de ir hasta Demetria por llegar tarde.

 Catalina le guiñó un ojo, complice de sus ganas por combatir a los yomas y al demonio de pelo largo, ¿quién sino podría movilizar tal candidad de yomas y hacer que vistan armaduras? y...¿Quién sino Lilith podía estar allí para recibirlos con los brazos abiertos y el claymore sediento de sangre? Aquello debía servir como motivación y premio por aguantar al viejo Barrin, y les vendría bien hacerse de nuevo con su condición de mitad yomas...mitad humanas...

  - ¿Sabes...? Barrin fue el que me dio la brújula. Guió mi camino hacia nuevos horizontes, y me abrió los ojos. Por eso...quise que la tuvieras.

  No añadió nada más, y ahora no importaba quien tuviese aquella brújula ajada, porque estarían juntas...sino allí, en sus sentimientos.

 - Sólo quiero que sepas que me alegra que estés aquí, conmigo. No podría haber soportado todo lo que hemos vivido si no hubieses estado aquí. - Y no le costó un ápice decirlo...estaba algo más charlatana, pero no aburriría con tonterías a su hermanita. Se giró a la puerta, observó el umbral y al guardia y...entró. El camino...ya lo conocían.

Doy unas palmaditas y sonrío por la idea de echar una carrera hasta Gohan, sin duda Catalina había cambiado mucho desde que la conocía, o quizá ella siempre fue así y yo no me había dado cuenta.

-¡Onee-chan! ¿Todavía quieres cambiar el mundo?

Tuerzo la cabeza para mirarla con curiosidad... cambiar el mundo, que idea más tonta... pero era hermosa al mismo tiempo, como cuando una niña juega a ser princesa y a tomar el té con su muñeca en el palacio, sabe que jamás será realidad, pero eso... no nos impide soñar.

-Te diré un secreto... mi mundo ya lo has cambiado.

Le doy un empujoncito cariñoso, y sonrío como esa niña soñadora, feliz de vivir en su mundo de fantasía, en el que todo es bonito y no existe la muerte, ni las despedidas. Juntas... Catalina. Poco importaba ese medio millar de yomas que marchaba hacia el norte, por que Ophelia había conseguido enseñarme algo que poca gente sabe, que nunca llegarán a comprender, cuando dos personas se quieren de verdad, están juntas para siempre, ni si quiera la muerte es capaz de separarlas.

-Ahora vamos a despedirnos de ese viejo cascarrabias. Una brújula puede marcar el camino, pero son las personas las que tienen que tener el valor de seguirlo. No necesito ningún objeto, para saber donde está mi norte, Catalina, y tú tampoco.

Niego con la cabeza, y después suelto una pequeña carcajada infantil, sorprendiéndome a mi misma por haber hablado de forma tan seria. ¿Peero que pasa? Jijiji. Aissss... Sin duda ahora el camino sería mucho más corto, ya no tenía que caminar sola, Ophelia estaba en mi corazón y Catalina peleando a mi lado. No se puede pedir más...