Partida Rol por web

─El terreno alto podría decantar la victoria a nuestro favor, incluso contra un enemigo más numeroso. Las flechas llegan más lejos y es más difícil que puedan alcanzarte, mientras que los guerreros en el cuerpo a cuerpo cuentan con superioridad de posición. Emmmm, disculpad, demasiado tiempo en la milicia... ─se disculpó el elfo, que había empezado a repetir sus clases de táctica básica que tantas veces le habían repetido a lo largo de los años─ Si queréis podemos volver a adelantarnos Traek, Glimm y yo ─ofreció.

De momento la incursión estaba yendo a pedir de boca. No les habían podido detectar, contaban con el elemento sorpresa y estaban acercándose a su objetivo. La táctica del acercamiento sigiloso no debía ser demasiado mala. O tal vez estaban teniendo suerte. Bregolin esperaba que no fuera así, que fuera simplemente que lo estaban haciendo bien.

Las opciones eran diversas y todos planteaban opciones aceptables, pero seguíamos sin saber donde estaban prisioneros los cachorros de la madre huargo. Un ataque frontal podría ponerlos en peligro y no me apetecía acabar como la cena de la gran loba.

Yo me aproximaría de nuevo buscando una manera alternativa de entrar en el poblado. Seguramente haya alguna parte de la estructura que esté lo suficientemente deteriorada como para colarnos por ella. Si pudiéramos sacar a los cachorros por ahí, asunto resuelto. Si no, Davor y Zenuri podrían esperar aquí para un ataque frontal y nosotros subir la loma y atacar desde arriba. Fuego cruzado.

Miraba alternativamente a mis compañeros esperando una mirada de aprobación o de disgusto sobre la propuesta.

Me froto el mentón

"Me parece una buena idea, la verdad"
"El equipo Sigilo tendria tres tareas:

1.- Buscar una salida
2.- Localizar a los cachorritos
3.- Sacar a los cachorritos

"Y si todo sale mal, pues con un ruido predeterminado, se les muestra las armas de unos autenticos pielesverdes"
"¿Que le parece, Cuñada?"

Finalmente decidimos que me acercaría al campamento buscando algún punto por el que poder entrar y salir sin ser vistos. LAs otras opciones eran arriesgadas aunque si no encontraba nada, siempre podrían optar por la fuerza bruta, cosa que no me apetecía demasiado.

Esperad aquí. Vuelvo en un momento.

Instintivamente susurré aunque estábamos bastante apartados del campamento y era difícil que nos oyeran. Dicho esto, salí agazapado, buscando el amparo de árboles y matorrales, rodeando la estructura, pero sin perder de vista la entrada principal. Caminaba con prisa per cuidadosamente, no solo por no hacer ruido, sino también para detectar posibles patrullas que protegieran el perímetro.

Me quedo con Bregolín, agazapato tras unos matorrales.
Infiltrarse así sería muy dificil, pero Traek hace que parezca de lo más sencillo. El humano es, en una sola palabra, admirable.

"Rezo por él" murmuro.

Traek se tarda casi una hora, pero logra explorar el campamento y regresa con valiosísima información.

El campamento es una empalizada de troncos altos de alrededor de unos 3 metros, rodeando la entrada de una enorme cueva al pie de una colina rocosa. Aunque la cueva parece natural, varios escombros semi enterrados y cubiertos de musgo sugieren que podría ser la entrada de algún complejo subterráneo. La colina rocosa no parece demasiado grande como para albergar una edificación masiva, pero con las viejas ruinas uno nunca sabe. Finalmente, Traek no divisó ningún vigía en la colina, desde su punto no podría asegurar que no hubiera alguna del otro lado.

Puntos clave:

1.- Portón. Traek vio que estaba abierto y no pareciera que lo fueran a cerrar pronto. Junto al portón hay dos tarimas que permiten a 4 goblins (dos por tarima) avistar la llegada de enemigos. Están armados con arcos cortos.

2.- Rocas. Los goblins han querido aprovechar las rocas para tener que clavar menos troncos. Pueden treparse y están vigiladas por los goblins de la tarima de la izquierda.

3.- Suministros. En esa esquina los goblins amontonaron el producto de sus saqueos. Al lado improvisaron un corral con algunos cerdos.

4.- Entrada. No hay puerta, al menos no en esa parte. Hay antorchas y parece ser el refugio del líder. No se vio entrar ni salir a nadie en el tiempo que duró la vigilancia.

5.- Patio. Una gran fogata extinta adorna el centro del patio. Desde su posición ventajosa Traek pudo contar 5 tiendas de campaña, lo que podría albergar fácil a 30 o más goblins. Sin embargo en el patio contó una docena, 4 apostados en las tarimas del portón, y otros 8 haciendo diversas tareas.

Eso es todo. Sin duda no era la primera vez que Traek hacía reconocimientos como ese. El humano seguramente contaba con un pasado interesante...

Con el plan a punto, me aseguro de que todo esté listo.

"Entonces ¿Vamos allá? ¿Que si? Pueeees... Venga. Gentes, flechas cargadas, y voy a hacer lo mio"

Me acerco en sigilo, lo justo para que les afecte el hechizo y...

"Jigglypuff Puff Pufff, Te duermes hasta en una cruz"
"Jigglypuff Puff Pufff, No te des un patatús"

Glimm había iniciado su salmodia, inspirando al grupo. Me acerqué al punto convenido desde donde era capaz de ver a los goblins, esperando que su corta inteligencia fuera pareja a su capacidad de atención y vigilancia.

Saqué una de mis dagas y la sopesé en la mano. Hacía tiempo que no las usaba como arma arrojadiza y esperaba no haber perdido mi toque. Apunté detenidamente esperando el momento en que se expusiera más por encima de la empalizada y lancé.

El aire silbó al pasar cortado por el filo de la daga mientras volaba hacia su objetivo.

Los orcos normalmente no confian en los planes de batalla. Un dicho popular entre ellos reza que nunca sobreviven al contacto con el enemigo... pero es que el plan de batalla del grupo se deshacía antes siquiera de contactar con el enemigo. El gnomo cantando, Traek y Bregolin dispararían al resto de centinelas y luego ¿qué?¿Esperaban que Zenuri y él se acercasen a la puerta de un campamento que en, breve, estaría en pie de guerra con un solo propósito: repeler al atacante? El clérigo se pasó la mano por la cara desde la frente hasta la barbilla. Igual podía liarse a hachazos contra el resto del grupo, unir fuerzas con los trasgoides (¿quién mejor que un clérigo de Gurmash para reconducirlos por la senda correcta?) y olvidarse de Sandor y la suerte que corriesen todos aquellos paletos. O podía darse la vuelta y olvidar que allí estuviera pasando algo que le concerniese.

El plan estaba claro: tratar de superar a los vigías de una sola vez, haciendo caer a todos sin que despertaran sospechas. Luego se encargarían de lo demás, como crear una distracción en el interior del patio para que los componentes menos discretos del grupo pudieran acercarse al cuerpo a cuerpo sin que nadie les molestara por el camino.

Respecto de la parte del plan que le tocaba a Bregolin, se basaba en lo que sabía hacer mejor: disparar con arco. Y eso hizo, apuntando con cuidado, controlando su respiración, visualizando su objetivo, sintiendo la brisa en su pelo y dejando que la flecha atravesase el aire hasta el goblin de la tarima.

Si todo salía bien, podrían granjear la entrada en el campamento goblin a sus compañeros y causar un gran número de bajas. Si no había tanta suerte como para conseguir dejar fuera de escena a los vigías, tendrían que correr, aunque eso desencadenaría un contra-ataque que seguramente llevaría a una aún mayor pérdida de vidas goblins...

Una vez cerca del campamento pudieron confirmar lo que había detectado Traek, 4 vigías, puertas abiertas y un ajetreo limitado. Los goblins eran criaturas nocturnas y esa hora del día, apenas entrada la tarde, era el momento ideal para retozar y recuperarse de las borracheras de la noche anterior.

Una ligera esperanza despertó en los corazones de los héroes. ¿El comportamiento relajado se debía a que no estaban los jefes?.

Sin muchas más opciones, el grupo se lanzó al ataque. Coordinados a la perfección, Glimm usó su magia para dormir a los dos guardias de una tarima, y Traek y Bregolin despacharon a los otros dos.

Ahora la entrada estaba libre. Sin embargo tendrían apenas unos segundos antes de que los otros goblins notaran a los vigías muertos. 

Aquello le empezaba a oler mal. El acto de conjurar por parte del gnomo no había levantado alarmas, Bregolin y Traek despacharon a los otros centinelas y, una vez más, no hubo señales de actividad anómala en el campamento... ¿podían tentar a la suerte y acercarse ambos semiorcos con sus armaduras sin alertar a los trasgos? Davor sospechaba que los trasgos les estaban preparando ya una encerrona al más puro estilo trasgo, con lo que cualquier ruido que hiciera sería ya cualquier cosa menos preocupante. Así que esperó a que el resto se infiltrase, les dió unos segundos para que buscasen escondrijos en el campamento y luego se acercó hasta la empalizada, en el lado oriental de la puerta pero sin asomarse.

Veo la cara de sorpresa de Davor al ver que el plan ha funcionado.
Posiblemente se esperaba un campamento de Hobgoblins. No le culpo ¡El pobrecito no debe de dar pa' mas!

Pero si no vamos con cuidado, el plan fracasará

Con gesticulaciones y con una ligera danza manteniendo el ritmo, trato de mantener inspirado al grupo

"Vamos compañeros" susurro "Acerquemonos a intentar acallar a los goblins del campamento, uno a uno, antes de que reaccionen"
"Somos el sigilo ¡Asi que apresuremonos antes de la furia!"

Los goblins no tuvieron oportunidad.

La magia de Glimm durmió a los vigías más alejados, lo que alertó a los otros dos. No alcanzaron a dar la alarma gracias a los silenciosos ataques de Traek y Bregolin, que los callaron en un instante fugaz.

Davor llegó a la puerta seguido de Zenuri. Ahora todos pudieron ver claramente contra qué se enfrentaban.

Una banda de goblins (¿ocho, diez? difícil saberlo en ese instante) se movían por el campamento ocupados en sus asuntos. El ruido de los cerdos era constante, la enorme fogata casi extinta en el centro estaba rodeada de desperdicios que delataban un banquete la noche anterior. Huesos, harapos y cabezas de cerdo en picas adornaban la escena.

El grupo seguía teniendo la ventaja de la sorpresa, pero no duraría mucho más. Uno de los goblin señalaba, asombrado y confundido, al trío invasor en la tarima. La enorme boca se abrió de par en par cuando desvió la atención a la puerta y vio a los dos semiorcos.

Chilló de horror pero era tarde, los héroes tenían la iniciativa.

Con sutileza, voy moviendome por el campamento. Intento mantenerme lo mas lejos posible de la gente, y buscando si tienen alguna hoguera encendida o resquicios de una fogata que me sirvan para la siguiente fase de El Plan

Una vez posicionados en altura, su superioridad frente a los goblins era patente. Les habían sorprendido, habían ocupado sus posiciones y les habían sorprendido. En esos momentos el grupo de héroes de Sandor contaban con las de ganar. Pero aquello era un combate y los planes y las intenciones rara vez se podían mantener mucho rato.

El elfo arquero buscó un nuevo objetivo, de entre la más de media docena que podía percibir y encontró a uno en el patio, a punto de tomar su arma y convertirse en una amenaza. Desde luego que había otros más cercanos a las puertas, pero esos pronto caerían, sobre todo si la pareja de semi-orcos era tan mortífera como daban a entender. No, Bregolin buscaba alguien más allá, especialmente si eran arqueros. Ese sería su objetivo.

La flecha no tardó en salir despedida a gran velocidad de su arco, alcanzando a un goblin indefenso. Casi le daba pena. Casi. Los goblins constituían un grave peligro para las gentes de Sandor y perdonarles la vida no les haría ningún favor a sus conciudadanos.

Esperando que los Davor y Zenuri iniciaran la carga desde la puerta, descendí rápidamente la escalera, buscando uno de los sorprendidos goblins mientras escuchaba el sonido de una flecha de Bregolin zumbando en el aire a poca distancia de mí. Suerte que el elfo era bueno con el arco y podía confiar en su puntería

Al llegar al suelo clavé mi espada en uno de los sorprendidos goblins. La sorpresa no duraría mucho más, pero contando con el que acababa de abatir y si Bregolin daba cuenta de otro con esa flecha, podríamos lidiar con los pequeños. El problema sería el hobgoblin y el osgo.

Llegados a aquel punto, lo único que podían hacer era aprovechar la pequeña ventana de oportunidad que tenían antes de que los trasgos se aprestasen para el combate. Así que empuñó el hacha, deseó que las tornas de la batalla no se volvieran en su contra muy rápido y se lanzó a la carga contra uno de los trasgos más cercanos a la puerta.

- Y... Se acabó el plan del cuello de botella - dijo Zenuri cuando veía que los otros tomaban posiciones en las tarimas.

La semiorca vio claramente dos goblins contra los que podrían arremeter antes de dar la oportunidad de que respondieran. Agarrando con confianza su hacha, se lanzó a la carga instantes detrás de Davor con el filo a la altura de su ombligo en el lado opuesto al de su compañero, deteniéndose en el último instante para descargar su poderoso golpe sobre la débil criatura, terminando en esta partida en dos y su hacha clavada en el suelo.

La mujer volvió a llevar el hacha en posición de combate y con una mirada desafiante para los goblins estuvo a punto de proferir un gutural grito de guerra, pero prefirió contenerse antes de que pudiera llamar la atención del osgo o el hobgoblin.