Partida Rol por web

NIKTU:

- Unas seis horas.
 

Llevábamos un par de horas descansando. PAra mí era suficiente y sabía que para los caballeros también, pero no para los soldados. No podía arriesgarme a adentrarme en los desconocido con una comitiva exhausta, pero tampoco podíamos estirar nuestra suerte. Llevábamos sin duda horas de ventaja a cualquier séquito del perro que intentase darnos alcance, sobretodo tras una batalla y ellos también tenían que descansar, pero yo no quería tentar a la suerte.

- Tres horas más. - informé a los caballeros y soldados. - Haced buen uso.

Tras eso me encaminé hacia el lugar dónde mi esposa e hijos descansaban. No había hablado con ellos desde que salimos del castillo y quería asegurarme de que se encontraban perfectamente. Todo esto era por salvar el futuro Basarab, es decir, por salvarles a ellos, al fin y al cabo. Si dormían, volvería por dónde había venido.

- Los caballeros se han despojado de sus armaduras para poder descansar.

- La mitad de los soldados montan guardia, el resto descansa.

- Incluso los animales duermen, cansados tras la cabalgata nocturna.

Cyrus bajó del carro solícito en cuanto pararon  y se dispuso ayudar a su Ama y los jóvenes Señores en todo cuanto necesitaran. Bajó el equipaje y acondicionó una zona con mantas para que pudieran sentarse y descansar sin ensuciar sus ropajes. Luego se quedó de pie junto a ellos, con la cabeza gacha, esperando por si tenían cualquier necesidad. Por si el Amo Niktu quería que hiciera guardia, o por si la Ama Svitlana deseaba que preparara algo de comida para ella y los niños.

Cyrus no necesitaba descansar. Aguantaría en pie todo el viaje si hacía falta. Sólo se sentaría un poco cuando le dieran permiso para ello, pero ahora mismo primaba la comodidad de sus Amos.

Alce la vista al cielo. El sol estaba alto, mediodía. Eso quería decir que habían descansado lo suficiente.

"6 horas."

- Recogemos campamento. Hay que ponerse en marcha. - ordené a mis caballeros más cercanos para que se encargasen de organizar a los soldados y el convoy. Cuanto antes cruzásemos la frontera, mejor. Dudaba que esos perros se adentrasen en tierras extrañas, sobretodo teniendo en cuenta que seguíamos una ruta extra y no la que ellos seguramente imaginaban. Una ruta que era tan peligrosa para ellos como para nosotros. No, no se arriesgarían. Creerían que el camino acabaría con nosotros, pero yo demostraría que se equivocaban. Sobreviviríamos, llegaríamos a Polonia y los Basarab volverían más poderosos que nunca a reclamar lo que era suyo. Y a vengar a su familia. 

"In sanguini veritas"

- "De acuerdo, hermano." -

El noveno hijo obedece al primogénito, y actual líder de la Casa, y comienza a dirigir el levantamiento del campamento para continuar viaje.

- "Todo listo para partir... Patriarca." -

Patriarca. La palabra resonó de un modo extraño dentro de mí. Pero no dije nada, mi expresión se mantuvo impasible.

- Entonces pongámonos en marcha. - 

Una vez más subí a mi corcel y encabecé la comitiva hacia nuestro futuro, un futuro que probablemente estaba plagado de percances y peligros, pero eso no me echaba hacia atrás. Era un Basarab, no conocía el miedo. 

- Habiendo descansado suficientemente, la comitiva de los Basarab al Exilio se pone en marcha de nuevo.

- El tiempo es primaveral. No se ve un alma en los caminos y los pájaros cantan en los árboles, lo que parece una buena señal.

CINCO DE LA TARDE. FALTA UNA HORA PARA EL OCASO.

QUINTO DIA DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

- De nuevo los Basarab tienen una intensa y desagradable premonición, exceptuando a Svitlana que no lo siente apenas. Los Caballeros y los dos niños presienten la muerte de dos de los suyos. No es fácil saber cuál de los tres Basarab que quedaron atrás sigue vivo, pero incluso ese parece que está agonizante...

- El siervo Cyrus nota un extraño desasosiego: intuye la muerte de sus seis hermanastros bastardos que se quedaron atrás.

Cyrus notó de golpe esa extraña sensación que se le acumulaba en el pecho. Dejó caer al suelo las mantas que estaba llevando a los pequeños señores y no pudo menos que mirarse las manos un instante, tratando de enfocar la vista, y agarrarse el pecho.

No conocía el motivo pero sabía bien qué había pasado. Todo iba mal. Todo había ido mal desde hacía mucho tiempo. Y ahora… ahora quizá su ama Svitlana estuviera en peligro. Y los jóvenes señores también. No, él no podía permitir aquello…

Cuando recuperó la compostura se hallaba temblando en silencio, en cuclillas en el suelo, rodeando sus rodillas con sus brazos y balbuceando cosas inconexas.

Parpadeó y se limpió la comisura de los labios con la manga sucia de sus ropas. Sujetó de nuevo las mantas y se incorporó, como si nada hubiera pasado. El enemigo, los ducales, era posible que encontraran su rastro, que les siguieran y dieran caza. Debían darse prisa. Debían llegar a Polonia.

Desde aquel momento, Cyrus apenas pegó ojo, siempre atento, vigilante, mirando a sus espaldas por el camino que acababan de recorrer, no fuera a ser que en cualquier momento aparecieran asesinos enviados para acabar con su Ama y los niños. No, él no lo permitiría. Mataría a cualquiera que osara acercarse a menos de diez millas de ellos.

- "Estamos muy lejos para que puedan alcanzarnos si no han iniciado ya la persecución. Lo malo es que todavía tardaremos semanas en atravesar completamente nuestra Transilvania natal. Después meses atravesando territorio enemigo magyar para alcanzar las lejanas tierras de Polonia.

Nada dejamos atrás, y el enemigo todavía podría darnos alcance en los meses venideros, o detenernos en la frontera o en las salvajes tierras de los bárbaros. Mas debemos prevalecer, la supervivencia de nuestra Casa está en juego." -

MEDIA HORA TRAS EL OCASO.