DECIMA CAMPANADA. NOCHE DEL CINCO AL SEIS DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.
VASILOV:
- Llegas a la planta baja de la Sala de Estudio.
- Apenas entra luz por la puerta abierta. El lugar está oscuro por completo, y algo húmedo. Ni siquiera se perciben los contornos de la mesa y las sillas. Intuyes donde está la escalera que conduce al dormitorio de Maserrak, pero para encontrarla tendrías que ir a gatas y palpando todo.
- Crees que sobre la mesa tiene que haber yesquero y un candelabro. Podrías encender las velas, aunque eso te llevaría algo de tiempo...
// Entra en escena: Vasilov. - Procede de: Patio del Castillo.
MASERRAK:
- La pesadilla ha finalizado. Las piedras del Castillo no están llorando de miedo. El Castillo no se encuentra a punto de caer a una negrura infinita.
- Estás muy cerca de la consciencia, aunque todavía dormido.
- Hay una cierta premonición sobre el filo del Destino cerniéndose de algún modo sobre Transilvania.
- Te parece escuchar la puerta de abajo, en la Sala de Estudio, la que conduce al Patio. Alguien la ha abierto y está trasteando abajo.
- Tu puerta está cerrada por dentro con una tranca de madera.
Debo darme prisa. No tengo tiempo que perder así que empiezo a avanzar hacia la escalera que conduce a la estancia de Maserrak.
- Maese Maserrak. - digo a medida que avanzo como buenamente puedo.
VASILOV:
- Parece que el silencio es toda la respuesta que obtienes en este oscuro lugar.
- Maldita sea Maserrak. - musito. Nuestro Señor Durius te necesita. Donde cojones te encuentras ahora que te necesitamos?
Sigo avanzando hacia la escalera hasta llegar a ella tras lo cual empiezo a subir los peldaños.
- Maese Maserrak. - vuelvo a decir a medida que subo por la escalera.
ONCE DE LA NOCHE.
NOCHE DEL CINCO AL SEIS DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.
- Veloz como una sombra, Mikail entra en la Sala de Estudio procedente del Patio del Castillo.
- Enseguida ve a Vasilov con una antorcha, llamando infructuosamente a la puerta cerrada de la alcoba de Maserrak, en lo alto de un tramo de escaleras.
// Entra en escena: Mikail. - Procede de: Patio del Castillo.
-Ejem...- Carraspeó para no asustar a Vasilov.- ¿Qué pasa? ¿No contesta? El Primer Caballero ha requerido su presencia. Es urgente.- Mientras esperaban la respuesta de Msserrak, Mikail puso al día a Vasilov sobre lo ocurrido en las mazmorras: Durius había regresado y el guardia Schaar Dvy había caído en combate por negarse a reconocer la autoridad del Primer Caballero.
- Por fin llegó Durius. - pienso. Ahora todo volverá a estar bien.
Escucho como dicen que Schaar ha sido asesinado y en verdad me resulta indiferente.
Ante esta nueva situación decido dejar de llamar y abrir la dichosa puerta pues no me gusta hacer esperar a Nuestro Señor Durius.
- ¡Cuidado!- Dijo al ver las intenciones de Vasilov.- Aunque me gustaría devolverte los golpes de vara creo que no deberías hacer eso.- Hacía referencia a el castigo que tuvo que imponerle Durius por escabullirse en las estancias de Maserrak la última vez. Si tardaba en contestar no era culpa de los lacayos. Si el guardia Hakir moría desangrado mejor que mejor. Se había comportado como un engreído y su soberbia le costaría la vida. Se cruzó de brazos y esperó a que Maserrak les atendiera.
- Vasilov trata de empujar la puerta. Aunque la cerradura está rota, parece que está atrancada por dentro.
Aporreo la puerta con más fuerza.
- ¡¡¡Venga Maserrak!!! - grito pateando la puerta. ¡¡¡Durius quiere verte!!!
Finalmente, aquel estruendo es respondido por algunos farfullos somnolientos y palabras masculladas por lo bajo, probablemente improperios, que son seguidos por la voz de Maserrak.
-¡Un momento!
Tras esas palabras, se escucharon pasos y como se retiraba lo que sea que hubiera tras la puerta, saliendo el maestro con unas profundas ojeras, y cerrando la puerta tras él.
-¿Y bien? ¿Qué os lleva a llamar tan "dulcemente" a mi puerta a estas horas?
- Por fin. - digo cuando Maserrak abre la puerta. Nuestro Señor Durius necesita de sus servicios.
Hago un alto para mirar al Maestre.
- Os espera en las Mazmorras.
Era evidente que el hombre estaba agotado, aunque no pareció negarse a la llamada del secretario ducal.
-¿Qué ha ocurrido ahora? No creo poder ser útil con mi cansancio actual, pero haré lo que pueda aún así...
Pnjotizado.
- Demasiado para contar en tan poco tiempo. - respondo. Coged lo que necesiteis para salvar la vida de Hakir.
El hombre asintió, volviendo a entrar en su estudio cerrando la puerta tras de sí. Poco después, salía con una bolsa colgada, que parecía rellena de vendas y algunos frascos.
-Vamos.
Pnjotizado.
Asiento a las palabras de Maserrak.
- Vamos. - digo dirigiéndome a las Mazmorras.
A las Mazmorras pasando por el Patio.
Por fin salió Maserrak. Mikail se mantuvo en un segundo plano pues no quería saber nada de ese brujo que se hacía pasar pro maestro.
A las Mazmorras pasando por el Patio.