Partida Rol por web

Innya había madrugado y empezaba con los indudables preparativos del banquete nupcial.

-Buenos días-saludó en voz queda aún algo somnolienta limpiándose las manos en el delantal- ¿ya se ha despertado la dama Szantovich?-preguntó con cortesía a la muchacha.

Escuchar a Innya hablar hace que me despierte rápidamente y mire en derredor.

- Maldita sea. - pienso. Me he dormido.

Obserco como una joven muchacha del séquito de la dama Radovina está calentando un Caldero con lo que parece ser agua.

- Si quereis puedo ayudaros a llevarlo. - me ofrezco a la joven sin mirar a la que parce ser Ama de llaves de la dama Radovina pues realmente da miedo mirarla a la cara.

Ohh buenos dias-respondió Elena- Perdona. No te había visto...estaba en mi mundo.-añadió algo avergonzada La señora aún duerme...pero supongo que se despierte enseguida...hoy es el día

Oh no, muchisimas gracias-respondió la joven sonriendo ampliamente al joven mientras miarba por el rabillo del ojo a Doña Mariana-Estoy acostumbrada

- Como gustes. - digo mientras me dirijo a despertar a mi hermano y a mi primo.

- Dagu, Lindor despertad. - les digo zarandeándolos un poco. Está amaneciendo.

Luego me acerco a Vasilov.

- Eh, Holgazan. Ya es hora de despertar. - le comento divertido mientras le zarandeo con el pie para despertarlo. Creo que convendría que fueras a ver si tu señor necesita algo.

Miro a los que hay alli cuando entro y carraspeo un poco.

Buenos dias digo a la muchacha que nos saluda.La despertaremos en cuanto tenga el agua lista y.. ¿Hay posibilidades de poder subirla algo para que desayune antes del gran momento?

Elena, no te pares a hablar y sube el agua para el baño replico mirandola y luego al joven. Y tu ya que tienes tantas ganas de ayudar, podrias ir poniendo otro caldero por si hiciera falta.

Hombres solo piensan con una cosa, hoy vamos a tener que pensar en mas cosas. Elena, cuando desayune la señora, desayunaras tu tambien.

Si Doña Mariana-respondio Elena cogiendo el cubo y dirigiendose de nuevo a la habirtación de Radovina.

Dagu fue zarandeado ligeramente por su hermano, pero rezongó un poco y se dió la vuelta... hasta que empezó a escuchar la voz femenina desconocida y que daba órdenes.

Como si el sitio en el que dormía comenzara ha arder, Dagu se puso en pie y comenzó a restregarse la cara para limpiarse las legañas.

-Si se están preparando... -miró a Lindor y se acercó a él- Eh, Lindor, ya es tarde, deberías ir a ver si necesitan algo de tí -le intenta despertar con cuidado mientras ve como comienza a cobrar vida la zona de servicio.

- Por supuesto que hay cosas que llevarle a vuestra señora para desayunar. - digo acercándome a la despensa y llevándole una bandeja con varias piezas de fruta, bollos, pan, leche y agua. ¿Os parece bien así o preferís otra cosa? - le pregunto con cierto rintintín a la estirada esa.

Sin esperar respuesta alguna miro a Dagu y le digo.

- La "señora" quiere otro caldero de agua caliente. ¿Puedes encargarte?

Le miro a los ojos mientras no pierdo el gesto de frialdad que me ha echo caracteristica. Creo que necesita tener un poco mas de disciplina si cabe.

Esta perfecto, pero si a mi Señora no le gusta, bajare y hare que te despellejen. Y el agua te lo he pedido a ti, no al niño. Y soy Doña Mariana, no la señora 

La sirvienta Elena sale de las habitaciones...

- Si insistis... - digo divertido.

- Tal vez si hubieseis empezado por presentaros y siguiendo por pedir las cosas con educación y sin prepotencia...- prosigo. Os recuerdo que a diferencia de la joven que acaba de salir por la puerta no respondemos ante vuestra señora y por tanto menos ante vos salvo que nuestro señor, el Caballero Durius Tremere, así lo decida. - añado dejando bien claro que no me achanto ante sus burdas amenazas.

De donde yo vengo cuando se pide una cosa, la gente no la cuestiona jovencito replico miradole sin perder la frialdad.

Y tal vez si tambien os hubierais presentado en vez de intentar impresionar a una joven como la que se ha marchado, tal vez  os tomaria mas en consecuencia. Que yo sepa, los caballeros son los que deben presentarse primero.

Asi mismo, cuando he preguntado si habia algo para subir a mi señora, no me dirigia a vos, sino a la joven aqui presente que esa cocinando. Cojo la bandeja con la comida, en el antiguo castillo le hubieran azotado por...Son jovenes y no tienen ni idea de lo que pude llegar a pasar. Me doy la vuelta, pero antes me paro y miro a la cocinera

Cuando vuelva la joven que me acompaño, Elena tened la amabilidad de darla un tazon de leche para que desayune. Pasad un buen dia. 

Despierto ante unos ruidos. Mi sueño había sido placentero pues estaba muy agotado cuando me acosté y no son demasiadas las horas que he dormido. Además, el suelo de la zona del servicio no es como mi cama en casa, por lo que la calidad de mi descanso tampoco es la misma.

Abro los ojos y me enderezo antes de ver a una mujer mayor salir de la cocina. No la conozco pero veo que todos acaban de tener una conversación, que por la cara de mi primo no parece haber sido del todo agradable. Me froto los ojos a la vez que pregunto a los presentes:

 - "¿Sucede algo? ¿Es hora ya de levantarse?"

Me pongo de pie y comienzo a vestirme. Desde que soy Paje de la Corte debo estar más elegante y presentable que antes, pues tengo que cumplir con funciones para personas de renombre. Es imperativo que mi aspecto sea digno de un cortesano y mis modales aun mejores que los de uno para ejercer bien mis deberes y ser reconocido para un futuro.

- De donde yo vengo los visitantes así como su servicio tienen respeto hacia los señores y su servicio respectivamente y no van pavoneándose y dándo órdenes a quién no deben hacerlo. - respondo a Mariana. Así como el servicio suele presentarse al entrar en una estancia de un feudo que no es el propio en la cual hay siervos del señor del feudo y no se dedican a entrar en los sitios y hacer y deshacer a su antojo sin antes por lo menos avisar de sus intenciones.

- Y la próxima vez si especificais a quién os dirigís y no habrá malentendidos. - digo girándome para ver a la Ama de Llaves Mariana darse la vuelta y salir de la Zona de Servicio.

- Tal y como acabais de hacer. - susurro con una sonrisa de satisfacción en la cara.

- Si se piensa que me voy a amedrentar por unas palabras bien escupidas va lista. - pienso. Que vaya a llorar a su señora que si el Caballero Durius o el Chambelán Otto me piden explicaciones se las daré encantado.

- Aunque para la siguiente vez tal vez sea mejor un poco más de mano izquierda. - prosigo debatiendo en mi interior. Bah, ella se lo ha buscado con esos aires de grandeza que se da. Debería aprender del Chambelán Otto a tener más humildad.

-Visany, deberías quedarte un poco callado, nosotros no somos nadie para darle lecciones a nadie -dijo mientras ayuda a vestirse a Lindor. Él era nuestro futuro- además, nos puedes haber metido en problemas.

Cuando termina de ayudar a Lindor a vestirse, se dirige de nuevo hacia Visany.

No le había quedado claro nada, aun estaba dormido- ¿Entonces le subes tú el agua o se la subo yo?

- Puede ser. - respondo a Dagu. Si hubiera hablado desde el principio como la última frase que le ha dirijido a Innya no habría pasado nada.

- Te recuerdo que fué ella la que amenazó con despellejarme así, alegremente. Como si tuviera poder para hacerlo. - comento. En su Tierra posiblemente pueda amedrentar y amenzar alegremente pero si esto llega a oidos de nuestro señor puede meterse en un grave problema.

- Es la sirvienta de una noble invitada y debe mantener las formas al dirigirse a nosotros pues no estamos obligados a servirla salvo que nuestro señor así lo decida y hasta el momento que yo sepa no hemos recibido órdenes al respecto. ¿Me equivoco Vasilov? - pregunto mirando al Lacayo al servicio de Durius de mayor antiguedad entre los presentes.

Luego me vuelvo hacia mi hermano.

- Respecto al Caldero de Agua no he oido que haya que subirselo sino tan sólo ha dicho que lo preparemos por si hiciera falta.

Innya, inmersa en la clasificación de alimentos para saber el orden de preparación según el tiempo que necesitaría cada plato había obviado la conversación de sus sobrinos de un lado a otro, balanceando en la mano un cucharón de madera.

-Cuando terminéis de cloquear desayunad algo y preparaos para vuestros quehaceres -dijo inflexible.

Tomó pan negro y, dividiéndolo en tres trozos se los dejó sobre la mesa con lo que parecía algo de cecina.

-Arreando.

Se giró de nuevo y organizó algunos desayunos, prescindiendo de los alimentos separados para las guarniciones del banquete nupcial.

El Ama de llaves Mariana sale de las habitaciones...

- El jefe de los Guerreros de Sangre entra en las cocinas con aspecto malhumorado.

Farkas miró a todos los presentes, aunque pareció mostrar un mayor interés por Cyrus, Vasilov y Lindor. A los primeros porque eran sirvientes de los Basarab y de Durius y no se fiaba un pelo de ellos y al niño porque de todos era sabido que era un protegido de Durius.

Al menos no huele como él.

Enseguida perdió interés en ellos y se centró en los sirvientes propios del castillo.

-Calentad agua y llevadla a mis aposentos, tengo que lavarme para la boda. Llevad también una tina. Y daros prisa, no quiero que me hagáis esperar.

Posó sus ojos en Dagu y Visany y finalmente se detuvo en Innya. No estaba mal para ser una simple sirvienta. Todos ellos eran de la misma familia, parecía que Durius se había encargado de traer al castillo a gente de su confianza.

Me pregunto cuan leales le serán.

Quizá se pusiera a averiguarlo pronto, no le sería difícil hacerlo.

-¿Me habéis entendido?

Preguntó Farkas antes de volver por donde había venido, no tenía nada más que hablar con el servicio. Esperaría en su cuarto a que llegaran para asearse y quitarse la mugre que tenía acumulada en su cuerpo.