Partida Rol por web

4º día del Herrero. Mes del Doncel. Año 242 D.D.

Tercera hora de la tarde.

Lugar: Aposentos de Urthen.

La maestre Hazzea se arrastraba por los pasillos con su pesado caminar, como si la pena le embargara y el cansancio de los últimos días hicieran particular mella en su salud.

Era la tercera hora de la tarde y durante un buen tiempo estuvo intentando buscar la manera de acercarse a quien ella consideraba, era la persona más querida de los Haffer, su niñito dulce y cariñoso, la alegría de su casa y el hombre por quien merecía la pena, llevar encima las penurias que últimamente en su espalda pesaba.

Llamó un par de veces a la puerta, a la espera que abriera el joven y apuesto novio, ¿cuánto hacía que lo había acunado entre sus brazos diciéndole lo especial que era? ¿Cuántas veces se había desvelado por ver el estado de salud de aquel niño tan querido?... Hazzea negó con la cabeza, no eran momentos de sentimentalismos si no de hacer ver a su joven señor cómo estaban las situaciones por amor, solo por ello.

- Querido niño, perdona que te moleste..., ¿tendrás un tiempo para dedicarle a esta pobre anciana?.... - le miraba a los ojos y sabía lo que iba a decirle, él siempre la había querido, era un chaval tan bueno que no merecía sufrir nunca por las acciones de los demás, y por eso estaba ella allí, para darle unas de las últimas lecciones que debía aprender en la vida -... Debería pasar, no es seguro hablar en los pasillos....

Hazzea cogió el brazo de su niñito Haffer, aquel dulce crío que desde pequeño había sido su debilidad, la anciana miró con gratitud al joven, siempre solícito y atento a sus necesidades.

- Oh no me conviene el vino, ya sabéis que me da gases..., pero te lo agradezco Urthen... eres muy buen niño, siempre lo has sido.... - tomó asiento en una silla y miró al guapo mozalbete -....Vengo por varias cuestiones..., pero la primera de todas es saber si eres feliz.... - miró a los ojos del muchacho con cierta aprensión de saber su respuesta, ¿qué diría si le negaba aquello? -...¿Las decisiones tomadas en el pasado te han parecido adecuadas?... Querría saber tu punto de vista... No el de tu padre, no el de Valder y no el mío... El tuyo querido niño.... - le dice la anciana rompiendo el posible protocolo para pasar a algo mucho más práctico, la necesidad real de su pequeño Haffer.

Con una sonrisa, el hombre asintió comprendiendo las preocupaciones de salud de la anciana, y dejó ambas copas de lado, así como la botella. No quería verla complicada, aunque a él a estas alturas no le molestaran muchísimo sus problemas de tripa. Ya estaba acostumbrado, luego de tantos años, y no por eso la querría ni un poco menos.

No sé demasiado de las decisiones tomadas en el pasado, maestre. Hace tan poco que mi padre me ha empezado a mostrar solo parte de la administración de la Casa, y no podría decir que fuera ni mucho menos un experto, o que hubiese oído mucho de las decisiones que se tomaban en otros aspectos de mi vida o la de Valder - se encogió de hombros, mirándola a los ojos con cierta intriga. Quería responderle, pero no entendía bien la intención tras aquella pregunta - ¿Que tiene que ver eso con si soy feliz o no, maestre? Me temo que no os estoy entendiendo. - se disculpó, frunciendo el ceño con la ligera vergüenza que mostraba cuando, al enseñarle la mujer nuevas lecciones, no acababa de comprenderlas del todo y tenía que pedirle que volviera a explicarlas.

La anciana miró con indulgencia a Urthen, el joven siempre había sido inocente, dulce, pero ya debía tratarle como el hombre que era, sin adornar las realidades que comenzaban a emerger, eso al final sería lo mejor para él, por lo que puso el tono de voz serio, más de lo habitual y realizó la pregunta desde otra perspectiva.

- Una decisión tomada en el pasado es la que hoy te lleva aquí..., a ser un hombre a punto de contraer matrimonio... ¿Eres feliz por esa decisión, Urthen?.... - le pregunta ella con su habitual y suave tono de voz, quizás preocupada -....Quiero que sepas que buena parte de que mañana te desposes con Bessa, ha sido porque he considerado la unión de la casa Haffer con los Hawick como  algo fuerte, que te beneficia socialmente, pero me gustaría saber si eres feliz..., si te consideras afortunado... Bessa es una joven muy atractiva, dulce..., una mujer ideal en muchos aspectos... Pero sé, he averiguado tarde que no es por quien sentís afectos.... No os preocupéis de decírmelo, querido niño, yo siempre te querré... - le indica al joven Urthen, esperando que la conversación fuera más íntima, pues de alguna manera, la maestre tenía claro que aquel era su niñito Haffer, y que tendría un pedazo de su corazón por siempre.

La maestre afirmó con la cabeza cuando el joven concluyó que el tema para tratar era precisamente la cuestión de su matrimonio. Escuchando unas palabras que le hicieron sonreír, un gesto que con él siempre le salía natural -... Mi querido niño, jamás dejaré de quereros, aunque tengáis vuestros fantasmas en el interior... ¿Seguís sintiendo afecto por Lord Guileon?... Vuestro padre os informaría de lo de las cartas que le mandásteis... - la anciana suspiró -...Mirad mi joven señor, la vida es larga y quizás vuestros intereses no sean los de encamaros con Lady Bessa cada noche, si no con alguien que os... agrade más.... - la anciana asintió con la cabeza -...es importante que la muchacha se quede embarazada, pero tras esto, no es malo tampoco que podáis tirar una canita al aire por vuestra satisfacción y felicidad y claro, nunca antes de la boda....

- Si quisierais tenerme a vuestro lado, yo siempre he estado de vuestra parte y nunca dejaré de hacerlo, aún queráis yacer con Guileon antes que con Bessa... - suspira ganando tristeza -...A vuestro padre algo le está pasando, esconde algún secreto que le está haciendo perder la cordura... Me ha echado de las tierras Haffer, sin más argumentos que el hecho de cartearme con otras personas mandando canciones y poesías.... Es muy posible que tú y yo no podamos vernos mucho más a no ser que vos... hagáis algo al respecto...

El joven muchacho hacía honor a lo que se esperaba de él, siempre había sido bueno y cariñoso, trabajador y desde luego Lady Bessa no tenía ni idea de la joya que se llevaba, una tan grande que no habría Señor en Poniente mejor que su niñito Haffer, tantos esfuerzos habían merecido la pena, estaba orgullosa de él.

- Sois mi orgullo, Urthen, mi querido niño... Vos deberéis caminar y tomar vuestras decisiones, si en algún momento necesitáis de consejo, sabed que yo siempre estaré a tu disposición, sirva o no a los Haffer.... - dijo la maestre con convicción -...En las cartas hablaba de poesía, de amor, de naturaleza, de vida, de alegría, de guerras, de dioses... Poesías y cantares como los que os recitaba a vos cuando erais pequeño... Pero está visto que él ve en mi una enemiga... Si tuviera alguna de esas cartas y la leyeseis, cualquiera en realidad podría leerla, porque nada malo esconde a los ojos de quien lo recita... -aseguró la mujer -...Vuestro padre esconde secretos, joven Urthen y debemos saber cuáles son para poder adelantarnos y ayudarle... Sé que ha yacido con una mujer, sucedió la otra noche, y creo que es Lady Gianna, que le envenena la cabeza contra los suyos... Debéis investigar sobre esto Urthen querido..., o tu padre podría recibir reveses que le dañaran, cosa que no quiero...

La anciana asintió a su niño cuando éste le preguntó por las cartas

- Podéis, por supuesto... - dijo la anciana mujer con cariño a su protegido -... Yo intercepté las cartas, Urthen... Todas las informaciones que salen del castillo deberían pasar por mis manos, por cuestiones de seguridad y para protegeros de vuestro padre... Imagina qué hubiera pasado si alguno de nuestros enemigos hubiera cogido esa misiva en mi lugar..., ¿podrías haber imaginado siquiera las consecuencias?.... Era peligroso que te acercaras a Guileon, por eso te dije que hablaría contigo después de la boda sobre algo importante, para que supieras que el muchacho no te dio respuesta porque nunca tuvo la misiva en las manos... Y tu padre si lo hubiera sabido, habría sido duro con vos, y sabéis que siempre os he protegido.... - quedó en silencio unos instantes -... ¿No os ha dicho vuestro padre que fui yo quien cogió las cartas?... Le pedí que te lo dijera... -frunció el ceño, ¿estaría Lord Lyonell jugando con las informaciones?

- Fue la noche antes de las negociaciones, a primera hora seguramente, tu padre dice cosas que no concuerdan con otras versiones, Urthen, pero debes de tener cuidado con lo que le preguntas, miente y es esquivo, para nada actúa con la honorabilidad de antaño... Algo le sucede y necesito saber qué es para poder ayudarle, ayudar a la casa siempre ha sido mi misión, y aunque no me quieran de nuevo en las tierras Haffer, no tengo otro destino más que favoreceros antes de que la Ciudadela me mande a servir a cualquier otro señor.... - anuncia la mujer con cierto grado de malestar en la voz, estaba claro que no deseaba abandonar a la familia que había criado -...Quizás después de vuestra boda no nos veamos nunca más, querido niño.... - no pudo evitar llamarle así a pesar de ser un hombre -... Pero quiero que sepáis que siempre te he querido, y todo lo que hice era en favor de la casa... siempre....

El joven Lord le hizo entonces una pregunta y ella dio una respuesta contundente -... Guileon quiere a Bessa, amigos desde hace años, a los Vance le convenía esa unión, era fuerte y él me temo que ansía el puesto que ocuparéis en la boda... No puedo demostrar mis palabras pero creedme, hasta que no estéis desposado correréis peligro, y una vez lo hagáis, lo estaréis siempre... Los nobles deben aprender a desconfiar hasta del vino que le sirven sus criados, siempre ten a uno solo para servirte, dale una buena paga, una buena vida y que te ame, así asegurarás que lo que comas y bebas, esté fuera de peligro.... Han habido muchos rumores y lo que no quiero es que confíes en nadie, como si eso implica que también desconfíes de mi... - tristeza -...Si conoces cualquier secreto sobre tu padre y quieres que ayude, solo tienes que contármelo... Has dicho que tu padre está raro, y bueno sería que me dijeras el porqué.... Yo por mi parte seré leal hasta mi cambio de destino, después de eso, intentaré no perjudicarte nunca, pero tampoco podré jurarlo....

Y dicho esto la mujer avanzó hacia la puerta con intención de irse, a no ser que Urthen tuviera algo más que añadir.

Curadme, por favor. - le pidió a la anciana, esperando detenerla antes de que se marchara con una amable sonrisa y la firmeza de sus palabras.

Dicho eso, y con la misma confianza que había tenido siempre frente a la mujer, se desnudó el torso para que la maestre pudiera revisarlo. Era su maestre, quien lo había cuidado desde niño. Si no podía pedirle a ella que le sanara las mismas heridas que miles de veces había corrido a atenderle, no podía pedírselo a nadie.

Esperando a que se acercara, tomó asiento en una silla - Nunca volváis a decir que no volveréis a verme porque os cambien de destino, os lo pido. Aún si mi padre os destituye, iré yo mismo a visitaros si hace falta allá donde vayas. Hoy y siempre habeis sido parte de mi familia, maestre, os quiero, y eso no es tan simple de olvidar. - sonrió con la comisura de los labios. Ya se lo había dicho antes, pero parecía que la anciana lo olvidaba.

Sé que Guileon ama a Bessa, y lamentablemente, sé que no os falta razón. Aún en estos pocos días, he podido ver que no todos tienen motivaciones tan transparentes, y que el peligro está en cada esquina - exhaló en un suspiro - También estais en lo cierto sobre mi padre, y no creo que os haga falta escuchar mis razones. Vos también estuvisteis en aquella negociación y pudiste ser testigo y víctima de sus arrebatos. Mi padre ha perdido el juicio, definitivamente - frunció el ceño, acongojado, mientras bajaba la mirada con vergüenza - Siempre lo he admirado, maestre. Verlo así...me destroza. Aquel hombre, el que es ahora, nada sabe de honor o virtud. - respiró profundo, subiendo su mirada a Hazzea. Estaba agotado, se le veía en los ojos. Sinceramente agotado y derrotado. - Lo que me hizo a mi, a mi futura familia, a Valder sobre todo... - volvió a suspirar, negando con la cabeza - Y ahora vos dejaréis mi lado. - el pecho se le hundió, y esta vez, no a causa del dolor de costillas - ¿Me escribiréis, al menos? ¿Prometéis no dejarme ir del todo? - buscó su mirada, vulnerable ante la idea de perderla. Aquello se suponía que fuera su boda, un evento feliz, pero no había dejado de ser una mala noticia tras otra.

Hazzea nada más escuchar aquella petición no dudó ni un instante en girarse, como si su longevidad no fuera un impedimento para hacer lo que realmente le salía del alma, ir hacia el joven para mirarle las heridas, con todo el cuidado, cariño y amor del mundo, tomando el tiempo que fuera necesario, no había prisas cuando de su niñito Haffer se trataba. Observó las heridas tras retirar las vendas, comprobando que estaban en perfecto estado y que su torso solo necesitaba tiempo para sanar.

- Están curando y dentro de poco no serán más que un rasguño... - aseguró la maestre con una sonrisa, satisfecha de lo que observaba -... Mañana por la mañana os prepararé un ungüento para aplicar sobre la herida y os cambiaré el vendaje antes de vuestro enlace, eso relajará el escozor de la herida y no os empañará el día, querido mío.... -las palabras de Urthen daban calma a la mujer -... Veros será mi mayor alegría, querido niño..., y ojalá vuestros deseos fueran tan fáciles de cumplir... Recordad que seréis un señor con esposa, tierras y obligaciones, no podréis viajar de punta a punta de Poniente, y deberíais pedir permiso a los señores a los que preste servicio... Yo hubiera deseado criar a vuestros hijos con el mismo amor que lo hice contigo y con tu hermano... - suspira.

- Querido Urthen , sois joven y no lo veis pero estáis ahora mismo en un nido de víboras, llevaos bien con vuestra futura esposa y tomad las decisiones siempre en conjunto... Perdonadle sus fallos, y ella perdonará los vuestros... Sabed comprenderos y si ella es más ducha en cuestiones políticas, siempre mirará por ti... - le aconsejó -...Yo no vi lo de vuestro padre hasta ayer, no lo vi..., si lo hubiera sabido habría actuado de otra manera... se contradecía, viendo fantasmas en todas partes, estuvo incluso a punto de romper el matrimonio y eso atenta directamente al honor del apellido... ¿cómo no se daba cuenta?.... - suspira -...Es normal que le admiraseis en el pasado, querido niño, pero no es el mismo..., y si ha cambiado debe ser por influencias externas... Contadme qué afrentas os ha hecho, a ti, a tu futura familia y a Valder..., ¿es algo reciente?.... - se preocupó, ¿acaso había más de lo que ella sabía?.... Si era así, ¿qué más cosas podría hacer ese hombre?....

- Querido Urthen, desde que naciste te tuve en mis brazos y no quiero separarme de vos, si lo hago es por obligación y ojalá hubiera alguna forma de cambiar a vuestro padre de proceder.... - tristeza absoluta -... Recibiréis cuervos siempre de mi parte,  os mandaré canciones, poesías y letras donde plasmaré la alegría que me dará tus éxitos por esta vida, querido niño... Aunque también podrías tomar una determinación, joven Urthen, solicitadme vos en vuestras tierras para quedarme a vuestro lado, si cambiáis de apellido y heráldica quizás me permitan serviros.... Cualquier cosa con tal de permanecer a vuestro lado... - dijo la anciana suspirando, y es que en aquellos cuatro días se le iba la vida a disgustos.

Los remedios aplicados por la maestre el día anterior iban surtiendo efecto. Las heridas más superficiales ya estaban sanando, y aunque las costillas rotas tardarían aún algunos días más en estar listas no iban por mal camino. La maestre Hazzea era, sin duda, una curandera excepcional.

Aliviado por el diagnóstico de su maestre, sonrió con la comisura de los labios. Quería estar presentable el día de su boda y dar la mejor imagen posible a su Casa. Sin embargo, las palabras siguientes de la mujer sobre las variadas razones por las que no podría visitarlos hicieron que esa leve mueca pronto desapareciera y su mirada bajara al suelo, con la mandíbula ligeramente tensa por la rabia y un dolor que distaba mucho de ser físico.

No debéis preocuparos, maestre. Sé que puedo contar con la ayuda de lady Bessa, y confío en que de la mano podremos liderar nuestra Casa mucho mejor de lo que haríamos por separado. - aseguró con determinación.

No es vuestra culpa, maestre. Ninguno de nosotros lo vio venir. - respondió, refiriéndose también a Valder y a él mismo - No sé que le pasa. - contestó con sinceridad, llevándose el índice y el pulgar al puente de la nariz para masajear ahí, intentando relajarse. No fue hasta que la anciana preguntó por las afrentas sufridas que se quitó la mano de ahí para mirarla a los ojos - ¿No os parecen suficientes las resoluciones de la negociación? El costo que eso tendrá sobre nuestra Casa, sobre nuestra gente, y sobre nuestra propia sangre es inaceptable. Y ni siquiera sabría decir si me he enterado de todo, pues tengo la sensación de que no nos lo ha dicho. - En este punto, realmente, no sabía que tanto de lo que decía su padre era en absoluto creíble.

Por un momento, la promesa de cartas de su querida maestre logró sacarle una sonrisa. Canciones, poesías y letras alegres, fueran de sus éxitos o no, que sin duda le harían tan feliz como lo habían hecho toda su vida. Quizás entonces no resentiría tanto su ausencia. Fue entonces cuando el consejo de la anciana lo hizo considerar una nueva opción - Aún no entiendo bien que pasará con eso, maestre, pero que más quisiera yo que tener vuestro consejo. Si tengo oportunidad, no dudéis que os solicitaré expresamente a vos. - sonrió ante la idea de aquella posibilidad. Sin embargo, el pensamiento que aún seguía molestándole persistentemente, logró ennublar su felicidad una vez más. Finalmente, se decidió a preguntarle a la anciana, esperando que ella sí pudiera decirle la verdad.

¿Podéis vos decirme qué pasó en esa reunión, maestre? Por favor, necesito oír una versión que no sea la de él, y sé que en vos puedo confiar para que me digáis lo ocurrido, sin filtros ni omisiones, por pequeñas que pudieran parecer.  - le rogó con la mirada.

Las curaciones habían sido efectivas y eso parecía agradar a la maestre, la cual miraba a su niño Haffer con el mismo cuidado que tendría con un bebé, siendo personalmente muy delicada en el trato.

- Vas a ser el novio más apuesto de las Tierras de los Ríos, ¡¡¡qué afortunada será esa muchacha cuando la desposes!!!... -  le dijo con total calma -... Bueno es que te entiendas con ella, ambos haréis grandes planes juntos, formaréis vuestra casa y tendréis más tierras y poder que vuestros padres por separado... La mejor elección de todas era la casa Hawick..., de hecho, otras muchas deseaban unirse con ella, pero hicimos buenos tratos, y los Haffer siempre han sido tan honorables... - estaba encantada con la unión, no podía evitar mostrarlo, destilaba seguridad en que Urthen y Bessa podrían hacer grandes cosas juntos

La anciana pareció no entender lo que el joven Urthen intentaba decirle -...¿Costos en la negociación?... Vuestro padre quería incluso financiar a los Vance su parte del ejército, intervine para que aquello no tuviera lugar, se supone que cada casa debe poder gestionar sus recursos y no disminuir los propios solamente por buena voluntad, como vuestro padre pretendía... - miró muy seria al joven, a los ojos, el espejo del alma -... Finalmente hubo una buena resolución, pero solo fue porque Lady Gianna negó la posibilidad, se han creado aranceles y subvenciones para que los comerciantes refuercen sus escoltas, cada casa mandará un número concreto de hombres y se llegará a formar una milicia... Son medidas que al año se revisará y los Tully subvencionarán a quien no pueda mantener los aranceles... - parecía enfadada la anciana-... Me temo que vuestro señor padre os miente, estas resoluciones las tiene escritas el maestre Debian en pergamino, firmado por todos... Si no confiáis de mi palabra, cosa que puedo comprender viendo que vuestro cabeza de familia falta a la verdad, os pido que vayáis a comprobar lo que os digo... Yo no te miento, Urthen... Vuestro padre estuvo de acuerdo en esto....

- Y sobre la boda ha sido una vergüenza... Inicialmente se pactó que Bessa heredaría todas las tierras de los Hawick, y vos aportaríais la mitad de las tierras Haffer, para que vuestra casa igualara la puja propuse que el apellido que debierais tener fuera Hawick, así habría equilibrio matrimonial y nada que echar en cara... Luego vuestro padre quiso que el nombre fuera Haffer, y yo insinué que podía entregarte a ti todas las tierras inicialmente, y que cuando tu hermano, al cual le gusta el alcohol, se casara, tú pudieras cederle la parte que le correspondiera... Lo dije como medida para preservar las tierras de la familia juntas y confiando en tu honor, sabía que no te quedarías la herencia que no te correspondería... - dijo la mujer suspirando -... Ahí fue cuando tu padre se volvió loco y dijo que te entregaría a ti una cuarta parte de las tierras y a tu hermano tres cuartas partes.... Algo que insultó a la familia Hawick, como era natural... El maestre Debian entonces dio la propuesta de un apellido nuevo y blasón, así no habría conflicto alguno... No quiero malos entendidos, Urthen yo os quiero a los dos, a ti y a tu hermano, pero tú siempre has sido responsable mi niño, y tu hermano algo descerebrado para las obligaciones... Darle a él tres cuartas partes habría sido llevar las tierras a la ruina.... Tu padre finalmente aceptó el cambio de nombre para toda la familia... Le gustaba la idea, no entiendo que ahora se queje cuando las determinaciones son suyas, a mi me prohibió hablar y dar mi opinión sobre vuestro matrimonio.... Así que mi idea inicial nunca valió para nada... Si lo que quería era conservar el apellido Haffer, debía haber aportado todas las tierras y ya más adelante, retirar las propias para Valder, tú lo hubieras hablado con Bessa y seguro ella habría aceptado... Pero no puedes imponer un apellido cuando nada ofreces... más que un digno y honorable novio.... - miró a su niño con expresión derrotada.

- Hijo mío, las decisiones que se han tomado las ha firmado tu padre, si no gustan, nadie le obligó a tomarlas..., pero si queréis saber más preguntad a Lord Esthal que fue ofendido por Lyonell, a Lady Morna e incluso al maestre Debian... Yo molesté a Lady Gianna y vuestro padre moría por defenderla... Cuidaos de eso, la ruina de la casa la provocará el señor.... - aseguró la mujer -....Decidme ahora pues... ¿qué os ha contado vuestro padre?... Si la historia suya varía mucho de la mía, os he dado nombres, comprobad, mi niño y confirmaréis la verdad.... Vuestro padre actúa como un traidor a los Tully, y la casa caerá, a no ser que deseéis impedirlo... Yo podría buscar ayuda para que eso no suceda, pero eso implicaría apartar a vuestro padre como cabeza de familia y situaros a vos, si queréis esto, solo debéis contarme todas las cosas deshonorables que vuestro padre ha hecho, e intentaré buscar la forma de salvar a los Haffer, pero quizás no a él... Urthen, tu casa y tu honor... en tus manos está elegir... Yo sigo siendo tu maestre y haré lo que me pidas.... Si quieres saber más sobre la negociación fueron tres puntos a tratar, el que falta es el de Guileon, pero ese es algo más secundario a decir verdad, si en algo no os resuelvo dudas, querido mío, seguiré respondiéndoos... 

Estaba claro que el joven actuaba por mano de su padre, puesto que pedía una información y a cambio nada le entregaba, pero en ello Hazzea tenía la conciencia bien tranquila, había dicho lo que tenía que decir, curado a quien tenía que curar, y si el destino era marcharse, al final lo haría, con la cabeza bien alta por haber actuado en consecuencia a sus ideales. Los Haffer iban a perder a una de las mejores curanderas que jamás pudieran tener, pero la anciana, no hizo mención alguna ante ello.

- Espero que seas muy feliz mañana, querido mío... Vos sois el único que puede dar solución a los problemas de la casa, solo espero que tu unión sea fructífera y te dé muchos hijos, y que éstos se parezcan a ti, no a tu padre... - lamentablemente, tuvo que decirlo pues realmente lo creía.

- Ahora debo marchar, mis viejos huesos necesitan reposo, y me temo que han sido muchas emociones para un solo día... - le dio un beso en la frente antes de levantarse y aproximarse a la puerta -...querido, lo mejor que podéis hacer es no dejaros guiar ni por unos ni por otros, elegid vos pero con cabeza... pensando ya no solo en un apellido, sino en el legado que futuramente dejaréis a vuestros hijos... Si les haces nacer siendo enemigos de las casas de los Ríos o de los Tully, al final solo será cuestión de tiempo la destrucción de tu familia, mira a largo plazo, no en lo inmediato... - y dicho esto, la maestre se retiró.