Partida Rol por web

El Cisma

Prólogo II: El arte es la mejor tierra

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18/11/2015, 13:54
Aiden Becher

Mi mente burbujeaba, se expandía de una forma que nunca habría imaginado. Cada pequeño movimiento parecía mucho más grande y, al mismo tiempo, la rabia de mi pecho se liberaba. Me sentí entonces como una olla exprés, conteniendo en mi interior toda la ira que luchaba por salir y que, a modo de válvula, mi puño iba racionando.

Esa voz se metía en mi cerebro que, una vez apartada Skyler de la línea de fuego, sólo latía en un granate intenso. Oía su murmullo, llamándome al mismo ritmo que la vena de mi cuello se hinchaba y deshinchaba, siguiendo el jadeo en que se había convertido mi respiración entrecortada. Reclamaba mi atención, la oía tanto como sentía cada poro de mis nudillos golpear la mejilla de aquel tipo. Tanto como esa grieta que parecía una metáfora de la ebullición de mis emociones. La oía, pero no la escuchaba. Al menos hasta que el crujido erizó el vello de mi nuca y mi mirada intentó localizar por puro instinto el lugar del que provenía. 

Vi esa cara, en la pared. Juro que la vi. Y durante un instante la incomprensión trató de abrirse camino en mi mente, apartando a un lado la rabia, la desesperación, toda la ira ya no tan contenida... Hasta que llegó la ruptura. El cristal, la bala, Skyler. Todo sucedió a la vez y mi mente trató de adaptarse de nuevo al flujo del tiempo, como si ese retazo de tejido en el que había caído al saltar dentro del obstáculo, ahora me hubiera escupido de golpe de vuelta a la realidad. 

Me tomó un pestañeo recomponerme y tensar de nuevo las mandíbulas con fuerza, conteniendo un dolor punzante en mi cabeza. Un pestañeo para preparar de nuevo mi puño y gritar a Skyler.

- ¡Ve a buscar a Trix! ¡Que llame a la policía! - No me giré, sencillamente confié en que mi hermana sacaría fuerzas suficientes para ir a la tienda de al lado. Y con la última de las palabras, mi puño dibujó un nuevo arco, buscando golpear al tipo otra vez. Y después iría otra y otra. Ese hijo de puta iba a pagar por haber tratado de matar a mi hermana. Vaya que iba a pagar.

- Tiradas (3)

Motivo: Iniciativa

Tirada: 1d10

Resultado: 9(+6)=15

Motivo: Puñetazo (Des+Pelea)

Tirada: 5d10

Dificultad: 6+

Resultado: 10, 7, 7, 3, 2 (Suma: 29)

Exitos: 3

Motivo: Daño

Tirada: 4d10

Dificultad: 6+

Resultado: 3, 1, 6, 9 (Suma: 19)

Exitos: 2

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19/11/2015, 04:42
Narración
Sólo para el director

Entra otro daño para el desonocido. Su actual estado es [-1] Lesionado.

 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Resistencia desconocido

Tirada: 3d10

Dificultad: 6+

Resultado: 6, 3, 2 (Suma: 11)

Exitos: 1

Notas de juego

Para futuras referencias, el desconocido es un extra con niveles de salud

[ok] Magullado
[-1] Lesionado
[-2] Herido
[-2] Malherido
Incapacitado

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19/11/2015, 04:47
Narración

El puño se clavó esta vez certero en el abdomen. El extraño apenas si pudo sostenerse, mientras todo su cuerpo parecía volcar su peso sobre tus nudillos. Y a través de ese contacto eres capaz de visualizar la circulación de sus vasos sanguíneos, en tu cabeza la ruptura de tejido, la sangre agolpándose con gran rapidez, las señales eléctricas transportando mensajes de intenso dolor, todo se movía de manera supersónica, casi instantánea y tú eras testigo de primera mano. El tiempo parece no guardar el mismo valor y alrededor tuyo se deforma de maneras difíciles de explicar conscientemente. El gemido de dolor, su mano apoyándose en el mostrador para no caer, sus ojos cargados de sorpresa, buscando recomponerse en la realidad, entender cómo es que estás allí, golpeándole, cuando en su cabeza -y esto quizás lo estás imaginando- él era quien tenía en completo control la situación.

[color=#F62817]Aiden... ¿Qué haces Aiden?[/color]

El susurro se pierde. Tus oídos escuchan los pasos de Skyler quien parece reaccionar con cierto retraso. No la puedes ver directamente, pero la sientes moverse, la sientes desplazarse, haciendo vibrar el espacio: era como si la realidad estuviese compuesta de una tensa tela que respondía a los pasos de quienes caminaban sobre ella. Y eso era lo que sucedía ahora, Skyler se movía y tú lo sabías leyendo aquellas oscilaciones minúsculas, infinitesimales, inexistentes. Tu mente ahora imagina el mismo efecto cuando la aguja de tatuar rompe la tensión superficial de la epidermis, cada paso de tu hermana era un pequeño pinchazo que se movía, causando no dolor, sino coloreando tras de sí su recorrido a medida que intentaba salir a la calle. Afuera, en donde la tela se convertía en una explosión de texturas y colores, en donde la piel se extendía infinitamente, escapando a tu extraña percepción alterada.Y luego, deja de caminar. Hay otro par de pasos que se desplazan en dirección contraria, con cierta pasividad, pasos que han cortado el avance de Skyler, pasos que acaban con tu visión pero que permanecen en el rabillo de tu ojo como una sombra negra cerca a la puerta.

Pero no puedes detenerte a verlo con claridad, pues el atacante se ha levantado. Sus sentidos le dan la sensación de vértigo, su mundo gira a gran velocidad, lo sabes, lo sientes, lo hueles, lo saboreas. Sus pies se apoyan con dificultad, su brazo se mueve y lanza un puñetazo hacia ti, con toda la inercia de su propio cuerpo que no es capaz de funcionar con unicidad. El golpe se dirige a tu pecho, y tras de él, todo el extraño perdiendo el equilibrio, lanzándose en una carga desesperada tratando de comprender, tratando de racionalizar lo que le está sucediendo.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Golpe

Tirada: 3d10

Dificultad: 6+

Resultado: 2, 2, 7 (Suma: 11)

Exitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Daño

Tirada: 1d10

Dificultad: 6+

Resultado: 6 (Exito)

Notas de juego

Haz una tirada de resistencia para absorber 1 daño contundente.

Si le haces otro daño con un puñetazo, lo tirarás al suelo.

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20/11/2015, 15:42
Aiden Becher

Un brillo de satisfacción apareció en mi mirada al percibir de una forma que me costaba comprender el desconcierto de aquel tipo. Se mezcló con la furia que amenazaba con consumirme desde dentro y recibí su puñetazo con el cuerpo tan tenso que apenas percibí el golpe al liberar el aire de mis pulmones. 

El tiempo. Mis sentidos. Todo parecía cobrar una nueva dimensión que me había sido desconocida hasta ahora. Se expandían sin que estuviese seguro de si era a causa de la adrenalina o de aquel pensamiento que después de impactar en mi cerebro se había quedado en él, anidándose en las paredes de mi cráneo con su certeza y su inevitabilidad. - La realidad no es más que un obstáculo. 

La voz, esa voz que provenía de la pared donde podría jurar que había visto una cara, se mezclaba con ese tejido que parecía conformar todo en una misma cosa. Y sin embargo, no era capaz de atraer mi atención lo suficiente como para que abandonase lo que tenía entre manos. La ira me cegaba, cubriendo toda mi visión de esa niebla granate. 

El algún lugar podía percibir por el rabillo de mi consciencia que Skyler había detenido sus pasos, que había alguien más en el estudio. Quizás la policía alertada por el disparo, tal vez algún curioso que pasaba por la calle en ese momento. Como fuese, no me detuve a comprobarlo. No en ese momento.

Un gruñido salió de mi garganta mientras mi brazo se curvaba de nuevo para que mi puño cerrado pudiera impactar una vez más en el ladrón. Si conseguía tirarlo al suelo, echaría un vistazo rápido hacia la puerta antes de seguir arreglándole la cara a ese maldito hijo de puta.

- Tiradas (4)

Motivo: Resistencia

Tirada: 3d10

Dificultad: 6+

Resultado: 6, 6, 4 (Suma: 16)

Exitos: 2

Motivo: Iniciativa

Tirada: 1d10

Resultado: 4(+6)=10

Motivo: Puñetazo (Des+Pelea)

Tirada: 5d10

Dificultad: 6+

Resultado: 8, 1, 7, 2, 1 (Suma: 19)

Exitos: 2

Motivo: Daño

Tirada: 3d10

Dificultad: 6+

Resultado: 9, 7, 3 (Suma: 19)

Exitos: 2

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26/11/2015, 20:46
Narración
Sólo para el director

El siguiente puñetazo no hace daño al desconocido, pero perderá el equilibrio y caerá al suelo.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Resistencia desconocido

Tirada: 3d10

Dificultad: 6+

Resultado: 9, 8, 3 (Suma: 20)

Exitos: 2

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26/11/2015, 20:48
Narración

La furia bullía por tu sangre. Un torbellino de sangre hirviente parecía correr por tus venas y el siguiente impacto sobre el hombre llegó más con rabia salvaje que con precisión. El sujeto pierde el equilibrio, sin saber como pararse o como esquivar tus golpes y en tu mirada sólo está aquella codicia bárbara que buscaba arreglar todo aquello con los puños. Lo tomas de su sudadera, pero él cae hacia atrás y tú cierras tu puño para asestar el siguiente golpe en su rostro. Tus oídos zumbas con los crujidos de cristales que puedes escuchar y a través de los cuales se ahoga aquella misteriosa voz. Flexionas tu rodilla y contra el mostrador, decides asestar un segundo impacto sin darle tiempo a decir nada, en sus ojos sólo hay el terror primal, el arrepentimiento sublime, la desesperación.

Todo cobra un particular sentido en aquel instante. La idea, la pequeña idea "la realidad  no es más que un obstáculo" parece alterar profundamente tu percepción, como si las ideas contagiaran al mundo y como si fueses capaz de ver lo que había estado oculto, invisible a tus ojos antes. Todo, todo tiene una sensación subyacente, un destello único, un mecanismo del que no eras consciente y que ahora puedes percibir de alguna manera. La misma realidad misma parece tan mutable, tan difusa y maleable que quizás, y sólo quizás, pudieses tú mismo moldearla con tus manos. Es esa misma indecible sensación de poder la que te tiene allí, aplicando tu propia justicia sobre aquel desgraciado que apunto, que disparó en contra de tu hermana.

Una silueta se ubica junto a ti. Una sombra negra que parece ondear, un personaje alto que obstaculiza la luz y que de repente corta todo el ímpetu que llevas. Su presencia allí parece disturbar el flujo de las cosas (el flujo de las cosas según tu voluntad) de manera que no entiendes y por un leve instante, te ves obligado a detenerte, a pensar, a reflexionar. Escuchas entonces su voz, serena, neutral pero autoritaria y eso basta para que tengas que levantar el rostro y mirarle a él.

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26/11/2015, 21:04
Merodach

-Es suficiente- son las palabras que salen de su boca. Es un hombre cerca de la treintena, alto y delgado de aspecto demacrado. Su rostro está pálido, como si estuviera débil. Sus ojos son de color cobre, fríos, distantes, enmarcados por unas pobladas y desordenadas cejas. Lleva su cabello oscuro muy corto, con cierta libertad limitada por la extensión de cada uno de los filamentos que componen su cabellera. Sus rasgos son más bien marcados, la piel parece estar mu pecada a su cráneo, formando arrugas prematuras. Pero lo que más te llama la atención es la enorme cicatriz en el costado izquierdo de su rostro: Una horrible mancha marrón que va desde la altura de su boca (cubriendo parte de la comisura de la misma), bajando por el borde de su cara por el cuello. Una herida cicatrizada que parece el resultado de una grave quemadura. 

El hombre está vestido con unos pantalones de un color gris oscuro, una camisa blanca y un largo gabán negro que llega casi hasta sus pies. El hombre tiene uno de sus brazos corriendo una de los bordes del gabán, revelando en su cinto un revólver. Parece una advertencia, más que una amenaza, mientras sus ojos almendrados y lejanos observan la escena en la que estás.

-¿Hay un cuarto trasero en el local?- pregunta. Habla con acento londinense, vocaliza con cierta lentitud, casi como si exhalara cada palabra con la menor cantidad de aire posible. -La pequeña está muy asustada- dice mirando hacia la puerta, en dónde debe estar Skyler, pero que no ves debido a que tu campo de visión está bloqueado por el mostrador. -Necesita un lugar privado y alguien que le haga compañía para que se calme- explica mirándote todavía, esperando una reacción tuya.

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28/11/2015, 19:12
Aiden Becher

Mis puños se movían al ritmo de ese latido granate que pulsaba en mis sienes, todo mi cuerpo se movía con él en realidad. Con esa rabia que clamaba venganza por lo que habían intentado hacerle a mi hermana. No sentía dolor ni cansancio, sólo ganas de que ese tipo pagase por lo que había hecho. Me sentía exultante, fuerte, capaz, lleno de una energía que podría estar brotando de cada átomo que me rodeaba. Toda la realidad había cobrado otro sentido y se mostraba ante mis ojos con claridad. Podía comprender sus engranajes, su funcionamiento. Sí, finalmente había resultado ser sólo un obstáculo, uno que había superado.

Me duró aquella sensación al menos hasta que esa sombra se acercó y materializó en un tipo, interrumpiendo el flujo de la realidad que seguía mis deseos. Lo miré mientras la furia se apaciguaba en mi mente con su sola presencia a mi lado. Exudaba calma y reflexión, aunque también, con su llegada, volvía la incomprensión que había dejado apartada a un lado. Una bocanada de aire llenó mis pulmones y me di cuenta entonces de que había estado conteniendo la respiración. Lo contemplé de arriba a abajo sin llegar a soltar al ladrón, cogido aún por la sudadera, y no pude evitar detenerme un instante de más en su rostro marcado por esa enorme cicatriz.  

Con sus palabras mis ojos se apartaron de su cara y buscaron la puerta, para encontrar sólo el mostrador y entonces pestañeé, reaccionando. - ¿Quién es usted? -pregunté, confuso y desconfiado tras ver la pistola que llevaba bajo el gabán. Y sin embargo, le respondí, aún no estoy seguro de por qué-. Hay un par de salas dentro y yo puedo quedarme con ella. Pero antes tiene que venir la policía a buscar a este desgraciado. ¿Les ha llamado ya? -pregunté entonces, dando por hecho que sería algún transeúnte curioso.

Con la última palabra mi mirada se dirigió al tipo y luego buscó la pistola que había tirado al suelo. Lo dejé caer soltándolo con un resoplido molesto y me levanté, con intención de recogerla. Sólo faltaba que el ladrón la recuperase en un descuido o algo. 

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03/12/2015, 01:31
Merodach

El hombre te siguió con la mirada. -Un amigo- respondió secamente. Cuando tus ojos encontraron el revolver en el suelo, el hombre realiza un movimiento rápido, pisando el arma con tranquilidad -Eso no será necesario. Yo me encargaré de que esto no caiga en malas manos- dice y flexiona las rodillas para quedar a tu altura aproximadamente.

El hombre tiene un extraño olor cargado de frialdad. Sus ojos transmiten cierta lejanía y una dureza difícil de sacudirse. Y sin embargo, a pesar de aquello, puedes leer algo diferente en él, algo difuso e incomprensible que vibra de una manera diferente a cómo podías leer al desconocido o a ti mismo. Es una sensación intangible, nebulosa que no puedes interpretar con facilidad y que se mezcla con la consciencia que has ganado de las funciones vitales alrededor tuyo. Respira moduladamente, su corazón late lentamente y sus músculos parecen estar relajados, en un estado de tranquilidad. Todo lo que es el desconocido se contrapone con la mente confusa del ladrón que has golpeado, la sangre fluyendo por su boca, su piel hinchada alrededor de sus moretones, su corazón cargado de debilidad.

El hombre tomó el arma y sacó el cargador por la culata. Te observa y te lo ofrece lentamente, teniendo cuidado de no dejar caer las balas allí. No dice nada, su silencio es la única explicación que te da ante aquel gesto. -No será necesario llamar a la policía. Este hombre está bajo mi vigilancia y me encargaré yo de él- te explica. -Usted ocúpese de la niña- dice mirando hacia la puerta. Desde su posición él probablemente si podía ver a Skyler. -Y luego podemos hablar de lo que acaba de hacer- añade distante.

El viento sopla a través del vidrio roto de la ventana del frente. Un latido lejano y rápido, una respiración contenida a la fuerza... podías sentir a Skyler aunque no la vieses, podías percibir su duda, su incertidumbre, su miedo... todo fluyendo a la vez desde cerca de la puerta, sin que ella misma se moviese.

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09/12/2015, 16:59
Aiden Becher

Fruncí el ceño cuando el tipo puso el pie sobre el arma y lo miré directamente a los ojos cuando se agachó junto a mí. No me gustaba en absoluto que un desconocido entrase en mi lugar de trabajo y se pusiera a darme órdenes, por muy imponente que fuese su presencia. Pude notar cómo mis mandíbulas se apretaban, aunque estiré la mano para aceptar el cargador que me tendía mientras, en mi mente, la consciencia tangible de la realidad se mezclaba con multitud de preguntas.

¿Cómo que no sería necesario llamar a la policía? En ese momento me pregunté si cuando había dicho lo de "un amigo" se refería a que era colega del jodido ladrón y estaba intentando sacar de allí a su amigo sin que sufriese más daño ni la policía se enterase. Pensé que lo siguiente sería chantajearme para asegurarse de mi silencio, o incluso que quería secuestrarnos a Skyler y a mí. 

Lo cierto es que estaba a punto de espetarle que se metiera en sus asuntos y se fuese a la mierda, o alguna cosa parecida, cuando dijo algo que me heló la sangre en las venas. -Y luego podemos hablar de lo que acaba de hacer -había dicho. Lo miré sorprendido entonces y me sentí como si me hubieran pillado en una falta, como cuando era sólo un adolescente y mi madre se enteraba de que Andy y yo habíamos estado haciendo novillos en lugar de ir a clase. Confuso, bajé la mirada un instante y una vergüenza inconsistente por haber sido descubierto infringiendo las normas de la física dio algo de color a mis mejillas.

Dudé entonces mientras elevaba mi mirada de nuevo y estudiaba su rostro lentamente. ¿Aquel tipo me había visto? Parecía dispuesto a guardarme el secreto y me pregunté si él también lo notaba, si esa presencia que enturbiaba el flujo de la realidad a su alrededor significaba que él también había descubierto cómo sortear el obstáculo.

Sin embargo, lo que me hizo decidirme finalmente fue el miedo de Skyler. Su respiración, su corazón, podía percibirlo todo a pesar de la distancia. Se me encogió el estómago al imaginar los enormes ojos verdes de mi hermanita llorosos, atemorizados. Y tomé la decisión de confiar en aquel tipo, al menos por el momento.

Tomé aire despacio y asentí con la cabeza. -De acuerdo -fue todo lo que dije mientras me ponía en pie, con mi mirada buscando directamente a Skyler incluso antes de que las siguientes palabras salieran de mis labios-. Skyler, vamos dentro. Te daré un vaso de agua y llamaremos a mamá para que venga a buscarte.

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10/12/2015, 03:07
Merodach

El hombre asiente en respaldo a tu decisión. Lo hace mirándote fijamente, y se levanta contigo mientras voltea a mirar también a tu hermana, pero no dice nada. Skyler camina lentamente, como si estuviese en alguna especie de trance, su respiración agitada, sus latidos a gran velocidad, sus lágrimas a punto de desbordarse. El hombre se gira para encararte nuevamente en cuando ella se pone a tu lado.

-No importa lo que escuchéis, por favor no salgáis hasta que yo os lo indique- explica mientras lanza una mirada de reojo al golpeado ladrón en el suelo. -Por la tranquilidad de la pequeña- añade sin moverse de su posición. Espera a que ambos entréis a la sala, manteniéndose en su sitio, como si se tratase de una realista estatua en medio de la tienda. Pestañea lentamente, toma aire con profundidad y no quita la mirada de ambos hasta que desaparecen tras la puerta que separa las salas de la parte frontal.

Notas de juego

Duda del local. Te la planteo a ti, porque es parte de tu historia, pero, tienes alguna idea de cómo imaginas que sea (¿una especie de plano?)

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10/12/2015, 03:19
Narración

Una vez adentro, el lugar se sentía más tranquilo, más libre de presiones. La solidez estática parecía inducirte a la cama, reduciendo lentamente los niveles de adrenalina. El lugar parece fluir de una manera diferente al exterior, mas resguardado, más tranquilo, con vibraciones cargadas de pequeñas ideas e impresiones que parecen flotar vagamente en el aire como recuerdos perdidos de viejas acciones todavía presentes allí. Sólo puedes escuchar tus propios signos vitales y los de tu hermanita, aún bastante asustada.

No pasa mucho para que ella te abrace con fuerza y en silencio. Acto seguido, puedes escuchar los sollozos que revelan que ha empezado a llorar, liberando toda la tensión, el miedo, los nervios sobre tu camisa. Se aferra a ti con afecto, mientras su control se desvanece y el peso de la situación cae sobre sus pequeños e infantiles hombres. Sabes que Skyler te admira, sabes que quisiera ser fuerte y tan valiente como tú, y sabes que eres la figura que trata de seguir, pero en aquel momento, aquel instante se transforma en esa pequeña bebé, esa niña que quiere estar protegida, que no quiere probarle nada a nadie y sólo quiere que ser abrazada, mimada y protegida. Puedes sentir a través de sus gestos lo que piensa, lo que transmite, lo que pasa por su cabeza de manera tácita, sin que ella diga -ni pueda decir- una sola palabra.

Y el peso de lo sucedido también cae sobre ti algo de golpe. Tus nudillos están algo adoloridos, tus dientes se resienten algo y tus músculos, tus músculos expresan su queja silenciosa a aquel acto milagroso de salvar a tu hermana, aún en contra de todas las posibilidades...

[color=#F62817]Aiden[/color]

La voz regresa nuevamente, firme, lejana, con un eco apagado, pero esta vez parece venir de algún lugar en el fondo de la sala, cerca al escritorio en donde guardas tus bocetos en desarrollo, los que haces en momentos libres en un bloc que dedicas exclusivamente para ello.

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16/12/2015, 19:07
Aiden Becher

No lo pude evitar, cuando el tipo dijo que no debíamos salir oyésemos lo que oyésemos, mi ceño se frunció. No me gustaba la autoridad con la que me hablaba, al fin y al cabo estábamos en mi territorio. Tampoco me gustaba que no diera ninguna explicación. Por otra parte, casi prefería que no lo hiciese. No delante de Skyler. Y no podía dejarla sola en aquel momento, así que por mucho que me fastidiase, no tenía otra opción que dejarlo allí solo y cruzar los dedos para que no estuviera jugándonosla. 

Metí el cargador en el bolsillo trasero de mis vaqueros y pasé un brazo por encima de los hombros de mi hermanita al caminar hacia el interior del estudio. La guié directamente a la sala más pequeña que era la que solía usar yo y también la que usaba el tipo que venía algunos días a hacer piercings. La grande era la de Rick, que para eso era el dueño.

Allí rodeé a Skyler con ambos brazos y empecé a acariciar sus cabellos. Joder. Si hasta a mí me daban ganas de ponerme a llorar con ella. Empezaba a hacerme consciente de todo lo que habíamos vivido y era acojonante. Todo, desde que el tipo sacó la pistola, hasta que mis músculos hicieron lo imposible y doblegué la realidad. Porque lo había hecho yo, ¿verdad? Habría dudado si no fuera porque podía sentir todavía cómo ese tejido se trenzaba a mi alrededor. 

Incliné la cabeza para besar su frente con suavidad y durante algunos minutos tan sólo permanecí así, cuidando de mi hermana y dejándola llorar y desahogarse. 

- Ya pasó, bichito, ya pasó... -susurraba en voz baja sin soltarla en ningún momento.

Hasta que la maldita voz atrajo de nuevo mi atención y mi mirada hacia la libreta. Fruncí el ceño de nuevo y recordé esa imagen imposible que había visto en la pared, las hojas dibujando un rostro y moviéndose como una boca. Sonaba como una puta locura, pero lo había visto. 

Devolví mis ojos a Skyler y poco a poco la separé un poco de mí, puse dos dedos bajo su barbilla y la alcé para poder mirarla a los ojos. - Estamos bien -dije con un tono suave, esbozando una pequeña sonrisa de ánimo-. Los dos estamos bien, ¿vale? Has sido muy valiente, Skyler. Estoy muy orgulloso de ti, ¿sabes?

Con la misma mano extendí el pulgar para pasarlo por debajo de sus ojos, llevándome sus lágrimas con él. - Ahora llamaremos a mamá para que venga a buscarte y yo me quedaré resolviendo este asunto, ¿vale?

Llevé la mano al bolsillo para sacar mi teléfono móvil y se lo tendí. - ¿Quieres llamarla tú y contarle lo que ha pasado? - Si aceptaba tenía toda la intención de acercarme a esa libre para comprobar qué mierda pasaba con esa voz.

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17/12/2015, 06:35
Skyler

Tu pequeña hermana se muestra aún bastante triste. Sus ojos están completamente aguados, dándole un brillo más fuerte, aunque lleno de congoja, al natural destello de sus ojos. Sus mejillas están húmedas, dejando en evidencia el camino que varias lágrimas han debido recorrer por allí. Su respiración está congestionada y es bastante sonora, mientras trata de resistir el impulso de sollozar con fuerza mientras te observa con lo que puedes deducir apenas, es agradecimiento. Quizás en su cabeza no había una manera de interpretar todo lo ocurrido, y sin embargo, hace su mejor esfuerzo por recuperar la compostura, aunque aquello haga parecer que esté recibiendo un regaño invisible, inaudible, de parte de las injustas circunstancias.

Asiente ante tus esfuerzos por consolarla. Sus ojos se deslizan de vez en cuando para mirarte, esperando ese gesto aprobatorio, antes de mover la cabeza y sorber un poco los mocos en su nariz, producto de sus minutos allí sollozando. Puedes sentir como intenta sonreír, y si bien te cuesta un poco más leerla que hace unos instantes, hay ciertas cosas que puedes deducir con relativa facilidad al observar a tu hermana. De cualquier manera, la discreta esencia salina y nostálgica que baña su rostro, aquella que parece cargar una explicación muda a la tristeza, es perfectamente clara a tus sentidos y sabes cómo interpretarla adecuadamente.

-No quiero...- dice ella en respuesta a tu sugerencia. -Llámala, Aid, llámala- dice ella en tono suplicante. Por un instante crees que la voz insistirá desde el fondo de la sala con un tono más hostil, pero sólo el silencio acompaña a la triste petición de Skyler, mientras sus ojos grandes te observan, como pidiéndote que la acompañases de manera silenciosa, tan poco habitual en ella.

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20/12/2015, 01:41
Aiden Becher

Ladeé la cabeza, contemplando ese rostro por el que podría dar incluso mi vida, por el que había sido capaz de zambullirme en el obstáculo que era la realidad y extendí la mano para acariciar lentamente su mejilla mientras asentía despacio. Odiaba verla así, con las mejillas empapadas y los ojos húmedos. Y todo por aquel maldito bastardo que hacía que mi sangre se encendiera de nuevo al volver a pensar en él.

La incertidumbre por lo que podía estar pasando al otro lado del local me erizaba el vello de los brazos y me revolvía el estómago. Había decidido confiar en ese tipo con la esperanza de que de alguna manera sintiera eso, hubiera sido lo que hubiera sido eso, pero no me sentía nada seguro al confiar así en un desconocido que había aparecido de la nada. 

Terminé la caricia a mi hermana, colocándole un mechón de pelo detrás de la oreja con un gesto tierno que había repetido millones de veces. Podía haberla protegido de aquella bala, pero me jodía igualmente verla tan afectada y asustada. -Ojalá pudiera protegerte de todo, bichito -deseé, suspirando entre dientes.

- Vale, yo la llamaré, no te preocupes -acepté sin dudar su petición buscando el número de mi madre en el registro de últimas llamadas-. Mira, Skyler, abre eso -dije entonces, señalando el armario del fondo-, en el primer cajón de la derecha hay algunos paquetes de Kleenex, coge alguno y acércame uno para mí. 

Pulsé el botón en la pantalla del teléfono y me lo llevé a la oreja, empezando a darle vueltas a cómo se lo iba a explicar a mi madre para que no se pusiera histérica del todo. Me llevé la otra mano a la frente y empecé a frotármela mientras daba pequeños pasos de uno a otro lado. Sabía que iba a ser una conversación difícil.

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24/12/2015, 06:37
Narración

El móvil suena del otro lado. El roce del aparato contra tu oreja tiene un efecto diferente, y aunque por dentro el dispositivo está cargado de vibraciones y electrónica que no comprendes del todo, de nuevo tienes aquella corazonada, aquella sensación de que el poder ver, el poder experimentar lo que hay muy dentro de aquel fenómeno de comunicación está al alcance de tu mente, con el planteamiento adecuado. De la misma manera como habías logrado salvar a Skyler, la seguridad y las preguntas parecen desatar una reacción en la que ciertas certezas tomaban lugar dentro de tu cabeza.

-¿Hola?- la voz de tu madre suena desde el teléfono. No es raro que no te haya saludado por el nombre, a veces responde tan rápido que olvida mirar quién le llama, anulando en efecto la ventaja de tener un identificador de llamadas integrado en el teléfono celular. Respondes con un saludo para que ella pueda reconocer tu voz. -¿Aiden? ¿Está todo bien?- la  carga un poco de la angustia exagerada de madre que se multiplica al saber a Skyler contigo. Una pregunta con preocupación que en esta ocasión está bastante justificada.

Tu hermana avanza hasta el fondo, busca los kleenex y viene, mientras destapa uno y comienza a sonarse. Parece más tranquila, pero existen algunas lágrimas que todavía caen por sus ojos mientras intenta recomponerse y su corazón retoma la tranquilidad con que suele latir normalmente, de la manera que podrías definir como correcta, aunque nunca hubieses pensado en ello y mucho menos pudieses identificar desde tu posición la manera como su músculo cardíaco palpita.

Sin embargo, tu propia tranquilidad se ve perturbado. Un ruido, semejante a un estallido apagado viene desde afuera. Un ruido que retumba en tu cabeza con una familiaridad escalofriante y que sólo podías relacionar con el ruido de un disparo ahogado. Skyler también lo ha escuchado, pues sus ojos se abren y salva la distancia que le separa de ti con varios pasos rápidos, mientras se aferra con fuerza y te mira con miedo. -¿Qué ha sido eso Aid?- susurra por lo bajo, y la expresión de tu rostro revela que busca algún parte de tranquilidad en medio del terror que vuelve a aparecer en ella.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Inteligencia

Tirada: 2d10

Dificultad: 8+

Resultado: 10, 9 (Suma: 19)

Exitos: 2

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30/12/2015, 00:21
Aiden Becher

- Hola, mamá -dije, con la mayor naturalidad que pude, al escuchar la voz de mi madre al otro lado del teléfono. Mis ojos seguían a Skyler vigilantes, mientras un miedo completamente irracional a que le sucediera algo si le quitaba el ojo de encima recorría mi estómago. Sin embargo, mi madre se debió dar cuenta de que algo me pasaba. No me extrañó, para algo era mi madre y todo eso, ¿no?

- Verás, ha pasado algo en el estudio, pero no te asustes -me apresuré a pedirle antes de aclarar lo más importante-. Skyler y yo estamos bien. Es... Bueno, ha entrado un ladrón y nos ha amenazado, pero no nos ha pasado nada y ya está todo bajo control, ¿vale? 

Hice una pausa sin dejar de mirar a mi hermana. Me preguntaba cuánto habría notado ella, ¿cómo habría percibido ese momento en que el tiempo se detuvo para mí? 

- Mamá, ¿puedes venir a buscar a Skyler mientras yo termino de solucionar esto? Está un poco asustada, aunque no te imaginas lo valiente que ha sido -añadí, con un brillo de orgullo al pensar en mi pequeña. Y me disponía a agregar algo más cuando aquel ruido sordo sonó fuera de la sala, atrayendo de inmediato mi mirada hacia la puerta. 

Pasé un brazo por encima del hombro de mi hermana en un gesto protector y fruncí el ceño. ¿Qué mierda estaba pasando ahí fuera? ¿Eso había sido un disparo? El tipo había dicho que no saliéramos, pero no terminaba de fiarme de él. Aquel era mi terreno, por decirlo de alguna manera, y ni siquiera sabía de dónde había salido ese tío o por qué quería hacerse cargo de la situación. Empecé a sentir la necesidad de salir a averiguar quién coño había disparado y por qué, pero bajé la mirada y al encontrar los ojos asustados de Skyler negué con la cabeza.

- No lo sé, bichito. A lo mejor se ha caído algo -susurré, tapando un instante el micrófono del teléfono-. Ahora saldré a comprobarlo y tú me esperarás aquí, ¿vale? -Destapé el micrófono sin esperar respuesta para hablar de nuevo hacia mi madre.

¿Mamá? ¿Sigues ahí? ¿Puedes venir cuanto antes? -pregunté, intentando no sonar apremiante, pero sin conseguirlo del todo.

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31/12/2015, 01:48
Móvil

-¡Santo Dios, Aiden!- fue la reacción de tu madre, cuya voz se rasgó levemente en su exclamación de completo terror en cuánto le comentaste lo que había sucedido -¿Pero estáis bien? ¿Os ha hecho algo? ¿No estáis heridos no? Ay Aiden... ¿y la policía? ¿habéis llamado a la policía?- su tono revelaba la preocupación mientras algunas palabras se le ahogaban. De cierta manera el ver confirmado aquel temor, aquella duda a través de ti sólo empeoraba el cómo se debería sentir en este preciso momento.

La interrupción dejó durante unos instantes a tu madre esperando y cuando volviste, era como si hubiese sostenido la respiración durante un rato. -Sí, sí. Aquí estoy. Claro, claro, saldré ya mismo para allá. Espero no demorarme... la dirección, dame la dirección, no la recuerdo- el nerviosismo de tu madre ya no era ni siquiera sutil, y aunque estaba en una ubicación distante, casi podrías jurar que eras capaz de verla, allí, junto al teléfono, pálida, hablando atropelladamente, sentir su respiración y sus latidos apresurados, ver sus ideas pesimistas a gran velocidad cruzando su mente, imaginándose lo peor y contagiándote, como si no supieras que todo había pasado... aparentemente.

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31/12/2015, 02:10
Skyler

Skyler te mira, todavía nerviosa. -¿Crees... crees que el tío de negro estaba con el ladrón?- preguntó con su voz quebradiza. De nuevo comenzaba a alterarse y podías sentirlo, podías ver a través de ella y empezabas a tener la impresión de que eras capaz de escuchar lo que te iba a decir con unos segundos de antelación, antes de que ella misma lo manifestara en voz alta. Todo, desde el ritmo de su respiración hasta la manera como sus ojos se mueven y oscilan rápidamente entre la puerta que los separa del exterior y tu rostro, todo te revelaba lo que pasaba por tu cabeza.

"No vayas, tengo miedo... no me dejes sola". Escuchaste la voz en tu cabeza, sentiste las palabras venir de ella, pero su boca no se había movido. De nuevo el tiempo parece moverse de manera extraña y no estabas seguro de si Skyler había o no había dicho aquello, o te lo estabas imaginando.

-No vayas, tengo miedo... no me dejes sola- las palabras esta vez salieron de tu hermana, claras, mientras su boca las pronunciaba y sus brazos te rodeaban con fuerza, como si temiesen que te levantases de repente y desaparecieses tras la puerta, dejándola sola.

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01/01/2016, 03:58
Aiden Becher

- Mamá... -dije con un cierto tono imperativo, intentando transmitirle una calma que estaba lejos de sentir yo mismo-. Mamá, tranquila. Estamos los dos perfectamente, de verdad. Sólo ha sido el susto, te lo juro. Vente a por Skyler y luego si quieres me paso por tu casa y te lo cuento todo. - Omití deliberadamente la pregunta sobre la policía, porque joder, como para decirle que todavía no. Se pondría histérica. Estaba claro que tendría que llamarles, pero con el hombre raro fuera... No sabía qué estaba pasando y eso cada vez me gustaba menos. 

- Claro, es el 18 de Frith Street. En el Soho. - Suspiré y mis ojos volvieron a dirigirse a la puerta mientras esa imagen de mi madre, temblorosa y asustada, invadía mi mente y me revolvía el estómago. - Pero conduce con cuidado, mamá -añadí, suavizando el tono con cierta preocupación. Sólo faltaba que tuviera un accidente o algo por estar nerviosa-. No hace falta que corras, ¿vale? O si estás con Roger, que conduzca él. De verdad que estamos bien. Venga, hasta ahora. 

Esperé un instante antes de colgar y dedicar toda mi atención a Skyler. Un leve mareo me asaltó cuando el tiempo y la realidad parecieron confundirse de nuevo. Tomé aire despacio, escuchando de nuevo las palabras de mi hermana un segundo después de haberlas oído en mi cabeza y me concentré en que mi rostro no revelase la extrañeza de lo que me estaba pasando. El puto mundo se estaba volviendo loco a mi alrededor. O quizá era yo el que había perdido la puta cabeza. No tardé en convencerme a mí mismo para negar esa posibilidad. Al fin y al cabo... Había apartado a Skyler de la trayectoria de la bala, ¿no? Eso no me lo había imaginado y habría sido algo imposible si no fuese por la certeza de aquellas palabras. La realidad es tan sólo un obstáculo. Y luego estaba lo del hombre... Él sabía lo que había hecho, o al menos, sabía algo. Como fuese, lo primero en aquel momento era proteger a Skyler. Rodeé a mi hermana con ambos brazos cuando se pegó a mí y con una mano acaricié suavemente sus cabellos. 

- Mamá se ha puesto un poco histérica, pero ya viene a buscarte. -Busqué su mirada con complicidad y cuando la encontré hice una pequeña mueca con la boca, intentando relajar un poco a mi hermana. Después negué con la cabeza. - No lo sé, creo que no. Pero si estaban juntos, lo mejor es esperar un poco. Que se lleven la puta caja y se den el piro. Y si no lo estaban, ahora cuando salgamos llamaré a la policía si el tipo ese no lo ha hecho ya. - La apreté un poco más contra mí mientras mis ojos buscaban de nuevo la puerta. ¿Qué coño estaba pasando ahí fuera?

-No te preocupes. No te dejaré sola si no quieres -aseguré con determinación-. Si salgo a mirar, vendrás conmigo y te quedarás dos pasos detrás de mí, ¿vale?