Partida Rol por web

El corazón del Centinela

7. La dinastía Dragón

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05/10/2013, 20:16
Narrador

Con un golpe las ruedas del avión de la compañía Lufthansa tocaron el asfalto de la pista de aterrizaje y pocos minutos después, Lana y Caroline Rowen estaban recogiendo su equipaje en la terminal del Aeropuerto Internacional de Hong Kong. La masificación de éste era tremenda, pero madre e hija se las ingeniearon para dirigirse a la salida con relativa rapidez.

Una vez pasaron la zona de desembarque exclusiva para los viajeros llegaron a la parte más grande del aeropuerto.

Allí se encontraron a un montón de gente que estaba esperando a los pasajeros del vuelo del que ellas mismas habían bajado.

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05/10/2013, 20:17
Caroline Rowen

Caroline llamó la atención de su madre tirándole de la manga de la chaqueta mientras señalaba a una mujer entre el gentío. Delgada y de baja estatura, con el pelo negro recogido en un moño y un pantalón corto y una blusa blanca, una mujer con un cartel en el que estaba escrito 'Lana Rowen' esperaba pacientemente, aunque no las estaba mirando.

- Mira mamá, esa lleva un cartel con tu nombre. ¿Es la mujer que dijiste? -

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05/10/2013, 20:19
Lana Rowen

Tan pronto como hubo dispuesto todo, Lana embarcó con destino a China acompañada de su hija, a quien había insistido en llevar para mantenerla alejada de todo aquel asunto. No le había explicado la verdadera razón, por supuesto. Su pretexto había sido que necesitaba hacer algunos arreglos para el museo en el extranjero y que era una estupenda oportunidad para pasar algo de tiempo como madre e hija. A quien había informado en detalle era, por supuesto, a Peter. Seguía tremendamente disgustada con su mentor, pero seguía necesitando un informador imparcial lejos de todo aquel desbarajuste, sólo por si pasaba algo fuera de lo previsto.

El viaje había sido largo, agotador, y una lata. Pero Romy sentía que cada vez estaba un paso más cerca de la verdad, que la distancia con James se acortaba, y eso le causaba tanto miedo como excitación. Volver a verle una vez más, era cuanto quería, aunque no estaba segura de qué pasaría después. Tenía angustia sólo de pensarlo. ¿Y si una vez lo tuviese delante no sabía qué hacer ni qué decir? ¿Y si no quería volver a verla? ¿Y si rechazaba a Caroline como su hija igual que había huido de ella cuando lo dejó todo por él? Cada pregunta desataba un torrente de dudas del que emergían más preguntas, y así no iba a llegar a ninguna parte. De modo que tenía que encontrarle.

-Debe ser mi asesora. Vamos, cariño -Le pasó el brazo por los hombros y la guió hasta la mujer. Muy cordial le tendió la mano ofreciéndole una sonrisa-. Usted debe ser la señora Cheng. Soy Lana Rowen y esta es mi hija, Caroline. Les agradezco mucho que la empresa disponga a una mujer capaz para esta visita. Estoy muy ansiosa por tratar todos los temas de la exposición. Y por conocer Pekin, claro. No todo es trabajo.

Le dio un firme apretón, acompañado de una mirada singular.

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05/10/2013, 20:38
Narrador

La mujer asintió, sonriendo. - Es un placer, señora Rowen. Y también es un placer conocerla, Caroline. Si me acompañáis, os llevaré hasta el coche. He pensado ya en el hotel perfecto para vosotras: es de muy buena calidad pero discreto y la gerente es amiga de mi madre. Seguro que estáis como en casa. - dijo ella llevándolas hasta el aparcamiento. Pulsó un pequeño mando y las puertas de un vehículo de 4 puertas de un color azul eléctrico con los cristales tintados se abrieron. Lisa hizo un gesto para que subieran a la parte de atrás - Está a unos 15 minutos de aquí, así que poneos cómodas. -

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05/10/2013, 20:50
Lana Rowen

Lana instó a que su hija saludase, por supuesto, y después le dio las gracias una vez más por las comodidades y las molestias ocasionadas. Se acomodó en el coche, una pieza excepcional y de muy bien gusto, y trató de disfrutar del trayecto y relajarse. Llevaba haciendo ejercicios de relajación varios días, así como tomando una cantidad poco recomendable de hierbas con efectos calmantes y esas cosas.

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05/10/2013, 20:55
Narrador

Una vez dentro la mujer puso la radio y arrancó el coche. Observó el retrovisor y cuando iba a dar marcha atrás un todoterreno negro se paró detrás de ellas. La conductora, lejos de asustarse, llevó la mano bajo al asiento y antes de que pudieran reaccionar, Lana y Caroline tenían una pistola semiautomática apuntándole a las caras.

- Lamento la pantomima, señora Rowen. Ahora, si no le importa, baje sin armar jaleo y monte en el todoterreno o su hija pagará las consecuencias. - la mujer sonrió pero no parecía en absoluto amable - Venga, marchando. -

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05/10/2013, 21:07
Lana Rowen

Lana arqueó las cejas. Aquello no podía estar pasándole.

-Dios mío, lo que me faltaba -dijo alzando las manos, más molesta que impresionada-. Caroline, no hagas ninguna tontería. Todo va a ir bien.

Pensó en obedecer y bajar, en comportarse como una buena madre para no comprometer la integridad de su persona ni la de su hija. Pero justo cuando estaba moviéndose hacia la salida lo notó de nuevo. Era una sensación olvidada, aletargada que todos aquellos días había acariciado su mente sutilmente y que ahora se manifestó como un torrente. Era el riesgo, la aventura, la adrenalina fluyendo por su cuerpo dándole una energía que creía olvidada. Era Felina diciendo 'Es hora de jugar'. Estaba oxidada, pero podía hacerlo. Y lo hizo.

Romy se movió fugaz y le sujetó por la muñeca levantando el arma por si apretaba el gatillo. Se la quitó de la mano y antes de que se diese cuenta estaba apuntándola a ella.

-Nadie amenaza a mi hija. ¿Te queda claro, zorra? -Comprobó que el seguro estaba quitado y colocó el cañón sobre la sien-. Arranca el puto coche y ve a la entrada del aeropuerto antes de que te vuele la cabeza. Caroline. Quítate el cinturón y agacha la cabeza por si disparan los de atrás.

- Tiradas (3)
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05/10/2013, 21:40
Narrador

La mujer la miró sorprendida, pero nadie en aquel coche estaba más sorprendida que Caroline. Miraba a su madre con los ojos abiertos como platos, sin esperarse ni la situación ni la reacción de Lana.

Asintiendo levemente, Caroline se quitó el cinturón y se agachó bajo el asiento. La mujer miró a Lana de muy mal humor, apretando los labios. Puso las manos en el volante, pero no dejó de mirarla.

- Ese todoterreno está detrás y no se va a mover hasta que subáis a él. Y aunque intentara embestirle de culo, esto no tiene fuerza suficiente como para quitarlo de en medio. Baja el arma y ríndete, Rowen, será lo mejor, no hagas que Caroline conozca cómo funcionan los subfusiles de mis compañeros. - dijo ella, apretando el volante con fuerza

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05/10/2013, 21:57
Lana Rowen

-Buen intento, pero os habéis pasado. Pon las manos en el volante. Cielo -dijo mientras cogía el cinturón y lo pasaba en torno al cuello de la mujer. No se desenvolvía mal con una sola mano, era lo que tenía haber sido ladrona-, coge mi móvil de mi maletín y busca a Spencer. Tiene que estar en las últimas llamadas. Prepárate para levantar las manos y bajar, y en cuanto cuente tres vas a echar a correr como si te fuera la vida en ello hacia la entrada entre los coches y agachando la cabeza. Sin rechistar.

Se volvió una última vez hacia la mujer.

-¿Trabajas para el Rey Dragón, zorra?

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05/10/2013, 22:04
Narrador

La mujer obedeció, murmurando que aquello no llegaría a ninguna parte. Caroline se limitó a murmurar y a asentir con la cabeza, poniendo la mano sobre la palanca de la puerta para abrirla y salir disparada en cuanto su madre le diera el aviso.

- No voy a decirte nada, Rowen. Dispara si te atreves. - le dijo mientras la miraba a traves del espejo del salpicadero, alzando la cabeza - Muéstrale a tu hija qué tipo de madre tiene. -

Caroline gimió en bajito y miró a su madre, suplicante.

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05/10/2013, 22:11
Lana Rowen

Romy sonrió de una forma que daba escalofríos. De la forma en que le habría sonreído Felina al Centinela justo en el instante antes de darse a la fuga.

-Soy mejor que vosotros -dijo retirando el cañón de su cabeza lentamente al tiempo en que señalaba la puerta y alzaba la mano levantando tres dedos-. Caroline, baja del coche con las manos en alto muy despacio. Mira mi mano. Cuando los haya bajado todos haz lo que te he dicho y no mires atrás. Busca un Haima 3 rojo.

Esperó a que su hija abriese la puerta y saliese. No iba a ponerla en riesgo. A ella podían hacerle todo lo que quisieran, pero a Caroline no. Bajó un dedo.

-Pero, ¿sabes una cosa? -susurró.

Bajó un segundo dedo y también la mano que sostenía la pistola. Aquello no iba a salir bien. Tenía que haberles hecho caso y dejarse de idioteces. Ya no tenía veinte años, ni era ágil, guapa y escurridiza. Ahora tenía un Museo, una hija, y un corazón hecho añicos. Y odiaba su maldita vida.

-No soy una maldita heroína.

Bajó el tercer dedo al tiempo en que apretaba el gatillo en dirección al muslo de la muy zorra. Lo siguiente era salir con el maletín por delante y dispararle a todo el que se quisiera acercar a Caroline.

- Tiradas (3)

Notas de juego

6 + 8 + 4 = 18

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05/10/2013, 22:39
Narrador

Caroline chilló al mismo tiempo que chilló la mujer que había intentado secuestrarlas. La hija de Lana salió corriendo mientras bajaba la cabeza y en cuanto en el todoterreno vieron que salía disparada bajaron dos tipos con MP5s en las manos. Pero Lana ya estaba esperando a que alguien saliera y disparó con rapidez al pecho de uno de los dos hombres, que cayó al suelo con un gemido.

El otro se giró a Lana y descargó una lluvia de balas sobre ella. Parecía haberse puesto nervioso porque las balas acabaron en casi todas las partes del coche menos sobre la mujer. Lana devolvió un par de disparos, pero tampoco alcanzó al tipo armado. Aprovechó para colocarse detrás de la puerta por la que había salido y gracias a eso otra tanda de balas no acabó en su cuerpo. Ella estuvo más rápida y salió de su escondite para pegar un par de tiros y ver como su enemigo caía al suelo.

Comenzó a salir corriendo para buscar a Caroline cuando de repente un coche prácticamente la atropella. Lana alzó la arma apuntando al conductor, pero vió a una mujer de pelo negro y largo... y un poco más atrás, sentada en el asiento trasero, a su hija Caroline.

- Tiradas (2)
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05/10/2013, 22:51
Lisa Cheng

Cheng asomó la cabeza por la ventanilla del coche rojo que estaba conduciendo y gritó a Lana para que se diese prisa. - ¡Venga, sube, la policía del aeropuerto no tardará en llegar! - exclamó la mujer, mientras Caroline también le hacía gestos para que montara.

A lo lejos, unas sirenas empezaron a sonar alertando que se acercaban.

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05/10/2013, 22:59
Lana Rowen

Romy pensó que iba a morir, y no tuvo miedo. Caroline ya estaba lejos y aquellos bastardos no iban a alcanzarla, así que se interpuso en su camino dispuesta como sólo lo había estado una vez en toda su vida: cuando quiso salvar al Centinela del Rey Dragón. Fijó el arma, tomó aire, disparó, y derribó a uno de los tipos. Un tiro limpio y directo que lo dejó fuera de juego. Una mano invisible la salvó de caer en aquel mismo instante, estrellando las balas a su alrededor, y le dio la oportunidad de derribar al otro. Vía libre. Después todo fue correr como hacía años que no corría, perdiendo un zapato por el camino y montando en el coche antes de que terminaran la frase.

Estaba viva. Estaba viva y Caroline también. Estaba viva como hacía décadas que no lo estaba, y tuvo que contenerse para no gritar de euforia. El corazón parecía ir a salírsele de la boca, la cabeza le daba vueltas. Abrazó a su hija con demasiada fuerza y la llenó de besos.

-Lo has hecho muy bien, cariño. Lo has hecho MUY bien... Estoy orgullosa de ti -susurró atropelladamente. Le costaba compaginar las palabras con las bocanadas de aire-. Ya ha pasado. Estamos... a salvo.

Miró de reojo a la mujer a través del espejo central, y atinó a balbucear una torpe excusa sin soltar a Caroline.

-Lamento... la confusión. No estaba a lo que estaba...

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06/10/2013, 19:06
Lisa Cheng

Lisa pisó el acelerador a fondo y empezó a serpentear a una velocidad asombrosa pese a lo estrecho de aquel lugar. Pronto enfilaron la salida del aparcamiento y pudieron ver atrás como empezaban a arremolinarse luces rojas y azules allá donde había acontecido el tiroteoo.

- Lamentalo para ti misma, si os hubieran cosido a balazos yo no hubiera sufrido ninguna consecuencia. - dijo la mujer despreocupada. No era agresiva ni borde, mayormente porque tenía razón: ella estaba allí por petición de Spencer pero si Lana no hubiese aparecido o se hubiese ido con los secuestradores ella no se habría manchado las manos de ninguna manera -Aun así habéis hecho un buen trabajo... -

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06/10/2013, 19:17
Caroline Rowen

Caroline estaba temblando aún en los brazos de Lana: la joven era muy dura y aunque en Chicago se había enfrentado a muchas cosas nunca habían implicado una pistola en la cara ni a tipos con ametralladoras. Intentó articular palabra pero le costó varios segundos.

- ¿Qué... qué ha sido eso...? ¿Por qué nos han atacado? Mamá, no... no entiendo nada... - dijo ella tragando saliva un par de veces - ¿En qué problemas te has metido con el trabajo? -

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06/10/2013, 19:37
Lana Rowen

Lana se recostó en el asiento pellizcándose el puente de la nariz.

-Caroline. No vamos a tener esta conversación ahora -dijo tranquilamente. Porque no era el momento ni el lugar, y era hora de explicarle a la futura heroína los riesgos que de verdad suponía tener una identidad secreta-. Así que, tranquilízate y no hagas preguntas. Luego te lo explicaré todo.

Se recostó en el asiento y miró por la ventanilla un momento.

-¿Tiene alguna idea de quienes eran esos?

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06/10/2013, 19:53
Lisa Cheng

Caroline asintió y cerró los ojos mientras Lisa tomaba la autopista en dirección a Dios sabía dónde. - Posiblemente sean la Tríada de la Casa Carmesí. Se trata de una mafia bastante extendida tanto por aquí como por Betlam... deberías preguntarte por qué te quieren. De todas formas, podrían ser simples secuestradores. - comentó la mujer mientras sacaba su móvil. Podría esperarse un modelo chino, sin embargo la mujer llevaba con ella uno de los últimos modelos de Sphinx, el smartphone de Hieroglyphics Inc., la empresa de Marcus King

- Tenéis dos opciones: u os dejo en un hotelucho que conozco a unos kilómetros de Hong Kong o vais a uno de los más modernos del centro. La primera opción es la segura, la segunda es la lujosa. Yo tengo claro por qué me decantaría en vuestra situación pero... lo dejo a tu opción. ¿Hay algo más que necesites? -

Un detalle que Lana notaba muy diferente de la usurpadora que les había estado esperando en el aeropuerto es que Lisa Cheng no tenía absolutamente nada de acepto y parecía estar hablando con un betlamita como otro cualquiera.

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06/10/2013, 21:48
Lana Rowen

-Me crié en las calles. No me voy a morir por estar en un hotel cutre -contestó, muy profesional. Rebuscó en el maletín y sacó el paquete de cigarrillos, pidiéndole permiso primero a la conductora para encender uno-. Pues, hemos perdido todo el equipaje. Tengo la cartera, así que puedo costearme lo que necesite, pero vamos a necesitar un coche y unos guardaespaldas de los que fiarme. Si puedes proporcionarme una agencia de confianza donde contratarlos, te lo agradecería. En general, cualquier consejo o guía para moverme por Pekín hasta que de con el Rey Dragón me vendría estupendamente.

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07/10/2013, 17:56
Lisa Cheng

Pudo escuchar como Caroline resoplaba a su lado (puesto que ella, a diferencia de su madre, no estaba acostumbrada a esas cosas) mientras Lisa le decía que abriera un poco la ventanilla primero. Pudo notar como su hija ponía una cara torcida al escuchar las palabras 'Rey Dragón' y supo al instante que debía estar pensando que su madre estaba metida en algún negocio de drogas o armas que desconocía.

- No, todas las agencias que conozco tienen algún hilo suelto con la Tríada y si a alguien le da por buscarte seguramente te encuentre, pero conozco a unos tipos que podrán cubrir esos puestos de trabajo. No son lo que se dice baratos pero no encontrarás nada mejor. - ¿quién diablos era aquella tipa? - Quédate con este coche, es de alquiler y está a mi nombre. Así evitarás dejar tu nombre por ahí. Ya te pasaré la factura. -

Lisa Cheng sonrió, como si una parte de aquello la estuviera divirtiendo. - Hemos llegado. - cogió una desviación y llegaron al hostal Qianmen. Lisa bajó del coche y se apoyó en la puerta mientras Lana y Caroline bajaban.

- Yo llamaré a un taxi desde aquí. No te preocupes por usar tu nombre en este lugar, es seguro. - dijo la mujer mientras le ponía las llaves en el techo del vehículo - Le diré a mis amigos que vengan a visitarte para que habléis del trabajo, no te sientas en un compromiso si no te gustan, pero tendrás que buscarte la vida entonces. No tengo teléfono así que espero que tengas suerte, puedes dejarme un recado en el hostal pero quizás tarde un día en recibirlo. -

Lisa suspiró, mirando a la hija de Lana y luego a la propia madre. - ¿Quién es el Rey Dragón? -