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El eco del Diablo

El Eco del Diablo

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08/03/2018, 12:35
Theresa

Vestía un mono blanco manchado de infinitas motas de pintura de todos los colores,  con los botones en parte desabrochados, por lo que se veía debajo una camiseta blanca con el dibujo característico del disco “London Calling” de los Clash.

Miró a Elliot muy fijamente y se estiró el cuello girando teatralmente la cabeza a ambos lados. Hizo un gesto levantando un largo dedo con dos anillos, como para impedir que el visitante hablara y se encendió un cigarro, hablando mientras, con la boca semicerrada.

—Esto es una propiedad privada, oiga.

Su voz era aterciopelada. La forzaba hacia los bajos, como tratando de hacerla áspera.

Notas de juego

2/2

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08/03/2018, 13:14
Director

Sentada en el suelo, con los ojos cerrados, no le vino ningún recuerdo. No sabía ni siquiera su nombre. Tenía una herida relativamente reciente en el brazo derecho pero la sentía bien curada, no le dolía. Tampoco era una cicatriz vieja. Tendría semanas, pero no meses.

Sintió el aire en la cara, fruto del aleteo de una paloma que se posó sobre su cabeza, confundiéndola con una estatua. Otra la acosaba contoneándose con el pecho inflado.
La gente caminaba a su alrededor, cada uno en sus cosas.

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08/03/2018, 23:27
Director

A menudo dormía en un hotel encantador con vistas a la Torre Eiffel. Cerca de un buen restaurante y muy poco visitado por los turistas, tenía completo siempre, pero una de las habitaciones, pagada por un actor o algo así, no era ocupada más que un par de veces al año.

Habían dos recepcionistas, uno era un hombre de pelo cano, astuto, que sabía mirar al infinito y pensar en otra cosa a la vez. Daniel podía pasar por delante de su cara y ni lo veía, ni pestañeaba siquiera. La otra era una mujer delgada y asustadiza que tenía incluso parecido físico con un chihuahua.

Daniel esperó a que ella se ausentara para cruzar el hall y subir a la habitación del actor. Era grande y estaba presidida por un retrato de Paul Newman.

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09/03/2018, 05:54
Leah Beth Tautou
Sólo para el director

Nada, nada en mi mente.

Quien soy….

Un deprimente vacio me acogió mientras sentía las palomas a mí alrededor. Podían haber defecado sobre mi y no me hubiese importado. Me sentía tan sola, tan perdida,  tan vacía, tan deprimida que no me importaba.

Las lágrimas se acercaron a mis ojos y cuando eran muchas comenzaron a resbalar sin sentido por mis mejillas. Deslizaban solas, no necesitaba esfuerzo alguno como yo, que estaba sola y no necesitaba hacer nada más.

Lo peor de todo era pensar. Porque no podía pensar en nada concreto, o coherente. Era un soldado de Vietnam? Si seguro. Algún soldado de alguna guerra y al regresar caí en desgracia.

No! Era mejor ser pobre y con un novio que abusaba de mí y me dejo en las calles porque no podía cubrir mis adicciones. Era una piltrafa y yo también. Seguro era eso.

Pero no tengo ganas de drogarme. Ni siquiera tengo hambre.

Soy una asesina y me escondo de la ley, por eso tengo un arma. Y no puedo dejar que me encuentren? Seré una espía Israelí? O una radical musulmana. No tenía sentido. Mientras seguía cavilando lo vi.

Era hermoso, con esos ojos curvados, musculosos y bien formados. Automáticamente algo se encendió en mi. Camine hacia el mientras saboreaba su toque, su esencia, incluso sentía el olor de su piel, “La Piel”. No podía esperar, necesitaba sentir su rugir en mis oídos, sentirlo entre mis piernas y que encendiera mi cuerpo.

Un hombre se acerco al objeto que enfocaba toda mi atención. El hombre no me había visto, yo no era nadie para el. Abrió la puerta de mi amante grisáceo y sentía como me llamaba sin emitir sonido. Mi arma salió del bolsillo casi instantáneamente cuando el hombre me miro.

- Dame las llaves.

El hombre asustado soltó las llaves y luego salió corriendo al ver mi señal con el arma de que se fuera. Tome las llaves y entre en el musculoso Maseratti. Era hermoso, aun se sentía el cuero y una vez que encendí el motor dejé que las vibraciones encendieran mi cuerpo. Estaba segura que el mejor sexo que podía tener era con un auto.

Lo acelere a fondo solo para sentir como el motor me pedia clemencia y cambiara de neutro a primera. No lo hice esperar. El derrape duro un par de segundos y Sali disparada hacia la autopista, quería conducir, quería ir rápido y nadie me iba a detener.

Sabia que las autopistas estaban controladas pero no los caminos rurales asi que tenia que salir de la ciudad. No había tiempo que perder.

- Vamos nene, hazme vibrar, soy tuya…. Le dije a Maseratti cuando cambia a la 5ta velocidad y seguía acelerando.

Notas de juego

Bueno, por ahora lo voy a disfrutar, que despues de tanto sufrir es lo que quiere. La idea es ir al norte por caminos rurales hasta que me de sueño o hambre. Nada mas importa, solo ser feliz.

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09/03/2018, 12:25
Carretera dirección París

El Maserati rugía como una fiera agradecida por escapar de su jaula, hambrienta, ansiosa por vivir.

Podía ir por donde quisiera, ignorar semáforos, daba igual. No era necesario esconderse en caminos. Era invisible incluso para los radares. A no ser que provocara un accidente no atraería la atención de nadie.

Todos se hacían a un lado. Ninguna norma se interponía entre ella y su coche, que había nacido para correr en libertad. Sintió que era la primera vez que podía sacarle todo su jugo a una máquina así. Ambos, coche y conductor, eran ellos mismos. Sin pasado, sin futuro. El tiempo y el espacio dejaron de existir.

Sería ya por la tarde cuándo recorría una gran recta. Frente a ella un punto lejano se acercaba a enorme velocidad.

Era un Lamborghini Huracán verde oscuro conduciendo contradirección. En un pestañeo pasaría junto a ella o chocarían de frente, desintegrándose. A un choque frontal a esa velocidad es imposible sobrevivir.

 

 

Notas de juego

Las tirada para conducir (en plan reflejos rápidos) Sería percepción + Reaccionar (sin dificultad, según la tirada narro los efectos)

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09/03/2018, 15:26
Leah Beth Tautou
Sólo para el director

La tentación de un contrincante, el deseo de vencer o tal vez mejor aún ser vencida por me recorre la espalda.

Estoy segura de que al esquivarle extrañare su compañía por burda que sea, después de todo era un Lamborghini, para mi era un auto más para impresionar que para conducir.

Aceleré.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Desde el teléfono. Después posteo más largo.

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10/03/2018, 16:30
Elliot
Sólo para el director

Pasó un largo rato hasta que alguien abrió. No tenía ningún otro lugar al que ir, de modo que aunque pareciera no haber nadie en la casa no le importó quedarse allí contemplando el faro. Buscó en su interior mientras lo observaba: ¿qué sentimientos despertaba en él? ¿Había o no algo familiar allí?

La mañana era sencillamente perfecta. Respiraba hondo, casi degustando la brisa del océano, buscando en los aromas algo que le hiciera, sino recordar, al menos sí estremecerse.

Era verdaderamente raro. En este último mes había descubierto otra peculiaridad en él: parecía tener, irónicamente, una memoria prodigiosa. Podía rememorar las palabras casi exactas de algunas conversaciones mantenidas hacía semanas, así como la ropa que llevaban sus interlocutores o qué sucedía mientras alrededor. Estaba seguro de que después de marcharse de allí quedaría grabada aquella mañana, la forma de las nubes que estaba contemplando, el olor del mar, cada detalle que observara en el faro. Y sin embargo no era capaz de recordar su vida, su nombre ni a nadie a quien quisiera. Era una especie de náufrago existencial, un niño perdido al que el universo había decidido dar de lado. ¿Y aquellos a quien buscaba? ¿Estaban perdidos también?

Fue entonces cuando apareció una mujer en el umbral. La miró atentamente, cada uno de sus gestos, su ropa, sus anillos, los colores de su pelo y de las manchas de pintura, el olor del cigarro que encendió, su voz aterciopelada, su tono algo forzado... ¿La conocía? Era evidente que ella a él no, o al menos no lo había reconocido. ¿Qué había esperado? Que alguien abriera la puerta, gritara emocionado su nombre y se lanzara a sus brazos. Habría sido hermoso.

Debía pensar rápido qué hacer. La teatralidad de gestos de la mujer y su parsimonia le dieron unos segundos para imaginar que debía haberla interrumpido mientras pintaba. Parecía una artista. Seguramente se había retirado aquí para trabajar en su obra, lejos del ruido y otras distracciones. El lugar era precioso y evocador, así que parecía un sitio perfecto para buscar inspiración y concentrarse. Había hablado forzando el tono, lo que parecía indicar que quería escudarse y parecer dura ante un tipo que tenía ocurrencias como llamar a la puerta de desconocidos. Eso o que era neoyorkina y la aspereza era su estado natural. Pero neoyorkina o no tenía la sensación de que era capaz de influir en ella para que confiara a pesar de que no le conocía. Él también moduló su voz, haciéndola algo más profunda aún de lo que sonaba naturalmente:

-Sí, perdone la intrusión -comenzó mirando directamente a los ojos de la mujer-. Me llamo Adam (debía ser el primer nombre que acudía a su mente por empezar con "A" o tal vez por ser el primer nombre) y hace tiempo viví en esta casa. Me preguntaba si tal vez tendría alguna información sobre dónde encontrar a los anteriores habitantes. Perdí el contacto con ellos y no había vuelto a Maine hasta ahora... -Miró un momento al faro y de nuevo a los ojos de la mujer- Es un lugar perfecto en cierto modo, ¿verdad? Lo he echado mucho de menos...

Hizo sonar la última frase de un modo especial. Ojalá lo que decía fuera cierto.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada para ver si Elliot tiene éxito tratando de sugestionar a la mujer. Dejo la descripción del hechizo aquí:

Inducción onírica: El blanco es llevado a un estado de duermevela en el que Elliot puede actuar sobre su mente, sugestionándole, haciéndole que se marche de un lugar porque le haga presentir un peligro, que confíe en él repentinamente... Como una especie de hipnosis si se entiende ésta como la inducción de un estado parecido al del sueño en alguien que al mismo tiempo está despierto y es consciente de lo que hace, pero que su percepción o concepción de las cosas está abierta a sugerencias de un otro, como en un sueño está abierto a las escenas, personajes y sentimientos que aparecen.

La dificultad básica es 11.

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11/03/2018, 13:47
Theresa

La chica asintió escuchando las palabras del soñador, en pose grave, como si escuchara música. Luego se tomó unos largos segundos en mirarlo de arriba a abajo con desparpajo, levantó una ceja y habló, en el mismo tono que antes.

—Creo que fue la casa del guarda y su familia o algo así, pero no tengo ni puta idea ¿Un sitio perfecto?—pegó otra calada y tiró el humo, meditativa— Sí. Quizá lo sería, de no ser por los jodidos turistas.

Se encogió de hombros como dispuesta a despedirse del visitante. Incluso giró a un lado y a punto estuvo de darle la espalda. Elliot sintió como una fuerza que salía de él y literalmente parecía tirar de ella, moverla, como si sus palabras más que inducirle por la interpretación que hubiera hecho de su significado y su simbolismo le hubieran imantado físicamente y esa fuerza magnética moviera el cuerpo de esa chica impidiéndole darle la espalda e irse sin más, por lo que en lugar de media vuelta dió la vuelta entera y sorprendida de su aparatosa rotación, incluso divertida de lo que a todas luces tomó por un impulso propio, esbozó una sonrisa infantil y habló con un tono juguetón pero sin dejar de enfatizar los graves.

—Me llamo Theresa ¿Quieres entrar? No sé si lo has pensado pero te advierto que está todo reformado. Eso parece más un loft de Brooklyn que un faro perdido del mundo. Quizá sea mejor dejar tus recuerdos intactos… Ya sabes ¡Dichosa sea tu melancolía!

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11/03/2018, 20:47
Daniel Mallutz
Sólo para el director

Las particularidades de que tengas un lugar al que volver son inestimables.
Te haces con un marco referencial que te ofrecen pautas que se repiten.
Teniendo en cuenta la volatilidad de tu estado cualquier punto fijo ayuda.

Te revela mecanismos sencillos en un entorno controlado en el que buscar pistas.
La tendencia a doblar y guardar, aun en magras cantidades, la ropa que posees.
El hecho inconsciente de dejar el hueco para las prendas de otra persona.
El lugar que ocupas en la cama, solidario y no acaparador.
Las miradas en el espejo esperanzadas de la compañía de un segundo rostro junto al tuyo.

A veces produce angustia. A veces paralisis.
Con el tiempo eres capaz de hacerte funcional con ello.

Te descubriste meticuloso y ordenado y con paciencia sobre ese descubrimiento construiste una estrategia.

El rostro de Paul Newman te observa cada vez que entras.
Desde la primera vez te acicatea, primero intrigado por saber quien era y después, tras ver los filmes almacenados en un extenso repertorio en el sofisticado reproductor de la suite, por su inspiración.
Aunque el dueño de los aposentos tuviera una obsesión con sus interpretaciones mas procaces como El Golpe o El Castañazo (también esta accesible toneladas de películas de guantazos orientales y una sección de fantasía pseudo erótica), las películas que te fascinan, una y otra vez, son las del detective Lew Harper.

Algo disparan en ti esas actuaciones de cine negro a las que añadiste al mejor Bogart, Mitchum y aperitivos noir de aquí y allá.

Algunas ideas fraguaron al verlas. Pendientes de que te contestaras algunas preguntas.

La primera es si querias embarcarte en esa empresa.
No resulta una cuestión baladí. Entiendes los distintos grados entre sobrevivir, pervivir y vivir y que la niebla mnemonica que te cubre dificultan las dos ultimas. Ademas del dolor que conlleva luchar contra la corriente.
Es cierto que la ignorancia es un bálsamo y las diferencias entre las sensaciones de un principio y las que tienes ahora son evidentes. Y con cada aumento de la consciencia,y de la idea que puede que nunca te puedas arreglar, empeoran.
Pero te sabes consciente de ese sufrimiento y franco en su aceptación. Es que va inherente a lo que es tuyo y también es que no vas cejar en buscar. Por que es que si no es mejor dejarte morir.

Dejada clara tu disponibilidad como cliente del caso, te has decidido a contestarte a como investigar.
Dada la dificultad de la pesquisa directa tal y como practica el bueno de Paul en la pantalla, piensas que lo mejor es pelar el problema capa a capa.
Y usar las herramientas adecuadas.

La primera cuestión es la geografía. La resolución de concretar donde empezar a buscar.
Esta Ciudad, París es como ajena a ti pero aunque el mundo, en su grandeza, parezca ofrecer una mejor oportunidad de exploración, pensar en irte te genera rechazo.

Es aquí. Tu ligazon esta en este sitio. Bajo la mirada de luz de la Torre junto al Rio.

Asi que una vez reasegurada la determinación, lo que has necesitado y has planteado desde el principio es un plan.

Conseguiste el plano mas detallado y grande que de la ciudad pudiste encontrar y de la biblioteca hiciste suficientes copias manejables para poder escribir en ellas.

Trazaste una cuadricula de áreas mas pequeñas de los barrios y te trazaste un programa de visitas.
Primero te escribiste los nombres en una libreta de tapas negras de investigador, cada zona y subzona en su propia pagina, intentando percibir si alguna de onomásticas sacaba alguna emoción particular de tu vacía mente.

Preparado el plan de ataque, visitaste las tiendas de gadgets tecnológicos que te hacían falta.
El duro Harper se hubiera preguntado de que forma casi mágica el mundo había avanzado tanto desde la película química a cámaras sin otro almacenamiento que un pequeño rectángulo de plástico.

Te cuesta varios viajes y fracasos y la visita a algo llamado internet, que se visualiza en el mismo televisor de las películas, el entender como usar los aparatos para lo que pretendes.

Te agencias una cámara bastante buena, con el foco amplio para no perder detalle y como colofon, una de esas que se llaman retro y que sacan un rectángulo de papel con la fotografía, casi inmediatamente.

La estrenaste contigo. Cada día al terminar la ronda lo vuelves a repetir.
Enfocas el objetivo a tu rostro y disparas y miras tu rostro a través del otro ojo, ese objetivo y frio de la cámara. Anotas la fecha y antes de ir a dormir las comparas.

Por que después de patear la zona designada.
Después de observar a todas partes y buscar ese instante en que un palpito te diga: "mira aquí".
Después de fotografiar lo que te incita ser fotografiado.
Después de preguntar a la gente esquiva.
Después de deambular como un fantasma...
Después de todo ello... aun miras esa fotografía y la observas largamente en silencio concentrándote, desesperadamente, en ver si ha cambiado algo.
En que si, aunque no lo recuerdes o te hayas dado cuenta, en el día pasado algo o alguien que viste te hizo mella.

Es un infierno de pesadilla.
Luchar con el lugar, con el tiempo y con la memoria.

Pero me caeré muerto de viejo antes de dejarlo.
Esta es mi única encomienda en la vida.
Encontrar la persona que llena el hueco.

- Tiradas (4)

Notas de juego

int + emp = 4 para reconocimiento onomastico.
raz + cont = 5 para detectar un cambio entre un dia y otro en el mismo.
ima + sin = 5 para las distintas tomas de fotografias en cada zona.
Basicamente esta siguiendo el mapa de Paris como el que rastrea una excavacion arqueologica.
Zona de Paris por zona y pateando todas las calles.
Empieza por las zonas en las que tenga un filing mas acusado.
Hago una tirada de Pne + Int = 4 por si hay alguna intuicion extrasensorial (la hago oculta)

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12/03/2018, 13:00
Director

Con el paso de los días encontró dos pistas. La primera fruto de su investigación, paseando. La segunda de la casualidad.

Fue una sensación fugaz, de un segundo, una nueva sombra en su retrato la que le llevó a repasar las fotografías de ese día.

En la plaza de Notre Dame había captado la imagen de un chaval en pijama. Rodeado por una multitud que no reparaba en él miraba a la cámara.

En su primera conversación parecía ser también alguien olvidado en quien tampoco reparaba nadie, al que igualmente esquivaban, pero no tardó en notar que el niño no se movía de allí ni de día ni de noche. El chico sabía su nombre, Denis, aunque no estaba claro cuánto recordaba de su vida. Ni comía ni bebía ni dormía. Daniel supo -con los datos no podía estar seguro, pero estaba seguro- que no podía ser otra cosa que un fantasma. Cuando volvía a visitarlo le recordaba y cuando quisiera podría encontrarlo allí y retomar la conversación.

Al salir de la ducha vio su cuerpo reflejado en dos espejos enfrentados. A parte de su imagen repetida infinitas veces descubrió bajo su omóplato izquierdo una representación de la Santa Muerte que parecía tener el rostro de una persona, como si a una imagen alegórica le hubieran puesto la cara de alguien real.

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12/03/2018, 16:12
Elliot
Sólo para el director

El efecto que produjo sobre la mujer le impresionó. ¿De dónde salían aquellas cualidades suyas? Sospechó por primera vez que lo que le había ocurrido podía deberse a sus propias habilidades, que tal vez él mismo se había provocado aquella amnesia involuntariamente, como un aprendiz de brujo al que algo que le queda grande le hubiera salido muy mal. Se preguntó cómo habría utilizado antes este poder de sugestión y se juró a sí mismo no usarlo de ningún modo que no fuera justo, perfectamente comedido y para hacer algo que pudiera ser importante para la seguridad de alguien. Estaba claro que la mujer no le habría dejado entrar por propia iniciativa; ahora no debía abusar en absoluto de su hospitalidad.

-Sí, claro, me gustaría mucho. Encantado Theresa -le dio la mano- Eres muy amable -sonrió con sinceridad-. Me arriesgaré con lo de la melancolía; no creo que nada pueda hacerla desaparecer en este momento.

Eso al menos era cierto.

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12/03/2018, 18:50
Clementine Ouvrard

Me desperté con la sensación de haber perdido algo muy importante. Así había sido todo el último mes y ese sueño inquietante que me acechaba... Había algo en ese lugar que me llamaba, tenía que encontrarlo. O por lo menos eso me decía, como si en verdad pudiera existir.

Mi vida podía considerarse tranquila, demasiado tranquila para mi gusto últimamente... Mis manos recorrieron las sábanas algo rasposas de mi cama y mis pulmones recibieron el aire cargado de aromas de este rincón del mundo, una mezcla de humedad, flores marchitas y misterio; tenía cierto encanto decadente que me complacía. Mis ojos buscaron formas en los dibujos que el paso del tiempo había perfilado en el techo sobre mi cabeza y otra vez la sensación de desasosiego volvió, oprimiéndome el pecho.

Puse mi mano allí, comprobando que estaba viva y que esto no era un sueño, a veces me confundía el estado surreal de las cosas.  Tenía impresiones, intuiciones, sobre cosas, hechos, que no podía explicar. Me sentía confundida. Me levanté con la firme decisión de explorar los alrededores sola en busca de ese puente.

Notas de juego

He realizado una tirada (percepción+introspección) para ver si recuerdo a Elliot o algo de ese pasado velado, aunque sea un detalle. Si necesito otra tirada dime.

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13/03/2018, 10:19
El Balneario

Era una madrugada fresca y silenciosa. En el cuarto sólo se oía la tranquila respiración de Édith que cada noche se pasaba a la cama de la doctora para poder dormir. Ya fuera, de la habitación anexa se adivinaba el murmullo de la conversación de Cléo consigo misma, verborrea ininteligible que solía mezclar con cánticos cuándo estaba sola.

Clementine bajó la escalera de ladrillo hasta la piscina y esquivó el olor a café que venía del estudio de la planta baja. Recorrió el asilvestrado patio interior y se adentró en el pueblo fantasma.

Era la primera vez que caminaba por allí sin compañía. A estas horas de la madrugada la neblina hacía que las cosas parecieran como reflejos turbios en un espejo mojado por el vaho.

En pocos minutos caminaba entre chozas de barro deshechas por la falta de mantenimiento y cimientos de piedra que ahora servían de refugio a la maleza.

Se salía del poblado abandonado por una alameda. Entre árbol y árbol matas de lirios silvestres de un verde casi gris sostenían erguidas a duras penas sus flores moradas, empapadas por el rocío.

La alameda desapareció confundiéndose con el bosque pero todavía se adivinaba un sendero delimitado por ribazos de piedra gastada que le condujo a un pequeño lago poco profundo, rodeado de un muro en cuyo centro se levantaba una pequeña torre —tanto que por el hueco de la entrada no cabría más que un niño— que parecía vieja por su estilo y las piedras con la que había sido construída pero que se conservaba en buen estado comparada con el resto de construcciones del lugar.

.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No he encontrado la tirada para buscar a Elliot y la he hecho yo mismo, oculta. Sería de Introspección más Contemplar.

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13/03/2018, 14:38
Clementine Ouvrard

La mañana recién nacida parecía una continuación de mi sueño, disfrutaba de los sonidos dispersos en el inmenso silencio de la naturaleza, esos minutos preciosos en los que solo los pájaros madrugadores rompen el canto de la brisa y se perciben sonidos distantes con afilada nitidez, ecos de realidades lejanas pero seductoramente inquietantes.

Mi calzado hacía ruido de tanto en tanto sobre las mantas de hojas secas y en semidescomposición, en los charcos de barro que eran el caldo de cultivo de nueva vida. Tomé un lirio y me lo puse en el bolsillo de mi camisa leñadora de modo que las puntas moradas salían apenas por el borde como los tentáculos de algún animal marino fuera de hábitat.

Al encontrarme con el lago supe que tenía que ir a investigar la torreta, era casi como una orden en mi interior. El problema era ¿Ir nadando o podría caminar hasta allí? Comencé a desvestirme, si ponía la ropa en los huecos de las botas podía llevarlas sobre la cabeza y volver a ponerme la ropa del otro lado. Eso si podía llegar caminando.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hola. Ayer dejé preparada la tirada y justo me llamó mi hija para que la ayude con algo y le di para postear el mensaje sin hacer la tirada, ahora me doy cuenta. Hice la tirada de atletismo por si la necesitas.

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13/03/2018, 23:40
Theresa

Siguiendo las zancadas de Theresa Elliot bajó una larga escalera de madera al aire libre hasta desembocar en el porche de la casa principal. La puerta estaba abierta y se metieron directamente en una casa muy bien iluminada que casi parecía un loft con vistas al mar.

Una escalera de hierro con la barandilla rematada en acero pulido subía a las habitaciones del primer piso y una puerta batiente parecía conducir a una gran cocina.

La otra mitad del caserón, diáfana, formaba el alto salón con cuatro ventanales en las paredes y otros dos cenitales. Su centro lo llenaba un enorme y reluciente piano de cola negro. En una esquina descansaba una chimenea de piedra junto a varios sillones de piel y en la otra un caballete sostenía un lienzo que presumiblemente estaba pintando la anfitriona. Quizá un paisaje.

Notas de juego

1/2

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13/03/2018, 23:43
Nao

Sobre la banqueta de madera lacada en negro, en una pose más de pájaro que de humano se sentaba una delgada y quizá alta chica de origen oriental con el pelo corto un poco bufado y nariz estilizadamente aguileña. Vistiendo un pantalón de pijama amarillo claro y una camiseta blanca, miraba el teclado con la vista perdida.

Cuando entraron Elliot y Theresa su atención pasó del infinito al soñador y movió la cabeza bruscamente, en un saludo. Theresa habló rápido. Primero mirando a su compañera —. Es amigo de los antiguos dueños. Quería ver la casa—. Luego al invitado— ¿Te gustan los huevos revueltos?

Nao, este es Adam. Adam, Nao.

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14/03/2018, 09:58
El Balneario

Primero el nivel no le llegaba ni a las rodillas y el limo se levantaba enturbiando el agua a cada paso de Clementine. Luego la profundidad aumentó hasta el pecho.

El frío de las marismas en mayo no resultó molesto sino más bien desadormecedor abriendo todavía más los sentidos de la doctora a las sensaciones del lugar. La luz de la mañana iba ganando terreno a las tinieblas dándole la vivificante sensación de ser la testigo de un mundo naciente.

Conforme se acercó a la torre bajó de nuevo el nivel hasta su cintura y pudo ver que pisaba restos de baldosas y mosaicos, el suelo de alguna ruina ahora inundada y convertida en un estanque.

Al fin llegó y tras subir unos escalones enmohecidos pudo salir del agua. La construcción parecía más pequeña ahora. La puerta mediría un poco más de medio metro de alta por un par de palmos de ancha. Al acercarse a ella empezaron a salir ranas -quizá veinte o treinta- en fila, andando primero y saltando después para caer en el estanque.

Sin darle tiempo a reaccionar por los ventanucos salieron también decenas de pajarillos en hilera que volando a toda velocidad cruzaron el estanque hasta desaparecer entre la vegetación del bosque.

Cuando ya habían pasado los ruidosos aleteos de los pajarillos, Clementine escuchó pasos en las aguas.

Del otro lado de la torre se asomó una criatura humanoide que se podía identificar claramente como un fauno. Su cornamenta era pequeña y su rostro juvenil y hermoso. Atada al cuello con una cuerda llevaba una flauta de caña y tenía unos grandes y hermosos ojos que no disimularon su sorpresa.

El fauno se detuvo, cauto y curioso, casi se podría decir que tímido.

Ambos estaban a unos tres o cuatro metros de distancia, él metido en la laguna con el agua hasta la rodilla de sus peludas patas, ella subida a la explanada de la torre, junto a la puerta por la que habían salido las ranas.

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14/03/2018, 17:09
Daniel Mallutz
Sólo para el director

Sin variar las directrices del plan trazado incorporas los descubrimientos a tus pensamientos.

El chico se convierte en una visita común que se desgrana de vez en vez mientras te dedicas al resto de tareas.
Al principio lo tomas con el matiz algo egoísta de tener algún contacto humano y satisfacer cierta curiosidad.
Pero con el tiempo te sientes mal por su situación y te rompes la cabeza pensando si puede ser arreglada.

Por que aunque te ofrezca cierto solaz psicológico aliviando tu soledad, tu corazón y tus entrañas se conmueven. Aun encerrado en la opresión del olvido rutinario, a ti se te permite la libertad de hollar por donde quieras y de satisfacer tus necesidades y deseos. Pero Denis pervive en un reflejo anclado. Un desgarrón de su entidad atrapado en esta explanada.

Hablas con el. Ya no solo como consuelo mutuo si no como una extensión de tu determinación investigadora.
Reflexionas que si tienes la facultad de contactar con el muchacho, una que aparece como particular y no compartida por el resto, la debes emplear para ayudarlo.

Conculcas porciones del tiempo que tienes, arrancadolas de tiempo de sueño o del de asueto,reservándolas para estudiar que hacer: consultando textos, acudiendo a expertos, interrogando a testigos mas que esquivos y peleando con tu propios arrebatos de ardor furibundo detonados por la frustración.

A veces sientes que penas un pecado de lesa gravedad. Uno que esa furia tan enraizada puede engendrado.

En esos momentos, cuando el fiel de la balanza te agita indeciso hacia una demarcación o la contraria de tus humores, vuelves a contemplar la fotografía del rostro delineado en tu espalda.
Has revisado los trazos talentosos del artista tantas veces que las lineas, lánguidas y afiladas, puedes verlas sin necesidad de tener el papel esmerado en tus manos, pero existe un punto mayor de serenidad si acompañas la guía de tus ojos con los dedos.
Cuando la observas, convenientemente sentado, expectante, las emociones convergen sin que tengas un nombre con que comprenderlas. A veces esperas que se abran los ojos. A veces sientes que no merecerá la pena.

Te has preguntado desde la primera vez si es este el rostro de el Alguien. De la silueta cosida al agujero.
Sabes que es mas complicado que un si o un no. Que rastros se intuyen pero que no se puede cortar de los muchos matices que entierra la imagen.
Grados de Fe. Grados de Veneración. Grados de Superstición. Grados de momentánea identificación o de enamoramiento. Grados de recuerdo. De memoria que no viene. Pero que esta.

En las largas jornadas de búsqueda de entre atención e intuición, rumias juicios mas esenciales. Mas apegados al hueso de las preguntas de la existencia.
Cuestiones fundamentales como que raíz tiene que los individuos como Denis o tu mismo, experimentéis estados del vivir tan radicales como los que estáis padeciendo. ¿O es otra cuestión? ¿Algo mas relevante?¿Quien o Que esta al mando de ello?¿Es posible comprender sus intenciones?¿Hay una forma para ello?

El bueno de Denis esta a apenas unas decenas de metros de la puerta de un santuario que según dicen lleva hasta esa posible resolución de las respuestas.
En ocasiones me digo que ayudarlo esta tan fácil como acompañarlo hasta ese umbral. Con el tiempo estoy cogiendo fuerzas para atreverme a hacerlo.
Pero sabiendo que aun, a mi, no me servirá.
Igual que tampoco servira el encontrarme con el rostro que conjuro la estampa tatuada en mi espalda.

Y que sin embargo no te detendrá.

Bajo la esquiva del sol, después de cumplir con las tareas designadas para ese día, el atardecer te conduce a la orilla del río y del río a la plaza de la catedral.
Tus pasos lentos pero decididos. Listos para probar a acompañar a Denis hacia su amparo. O al menos intentarlo.

- Tiradas (2)
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15/03/2018, 03:16
Clementine Ouvrard

Me mordí los labios mientras algún que otro pez se chocaba conmigo en su trayecto bajo el agua, esperaba que no me mordieran, si es que eso hacían los peces de las marismas, la verdad es que lo ignoraba.

Ya del otro lado dejo la ropa en el suelo para ponérmela y sostengo la remera en la mano de nuevo cuando veo algo que mi mente sabe que no puede ser cierto pero que mis ojos juran que sí; por unos instantes hay un grave conflicto entre mi cerebro y mis ojos hasta que el primero decide creerle al segundo.

Instintivamente alzo mi remera y me la apoyo encima, sin ponérmela, como si esa inocente criatura pudiera notar que estoy semidesnuda. -Hola -lo saludo.

Me muero de ganas de acercarme más, pero creo que solo voy a lograr espantarlo. Sin embargo, por un breve instante siento que no tengo que dar crédito a todo cuanto veo y siento... La incertidumbre que he sentido últimamente amenaza con apoderarse de mí en el momento menos indicado. Inmediatamente, agrego -No tengas miedo, no voy a hacerte daño. ¿Cómo te llamas? -mis ojos se esfuerzan por ver si acaso lleva un disfraz como lo hace una de las niñas que nos visitan.

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21/03/2018, 02:08
Mats Bergstrøm

La coherencia temporal no parece tener ningún sentido en este lugar. A veces las horas parecen pasar a un ritmo insoportablemente lento, y sin embargo, estas parecen dar paso a los días, y los días a las semanas, de un modo inadvertido y esquivo, casi a hurtadillas. Todo parece estar sumido en una neblina de ensueño, un aire de irrealidad difícil de explicar, como si algo imposible de señalar con exactitud no fuese lo que debería ser. Sin embargo, cada vez que intento poner nombre a lo que no cuadra, la sensación parece escurrirse en mi mente, buscando sombras más profundas e impenetrables en las que asentarse. Contemplo la cosa envuelta en un pañuelo que hay en mi mano, sin descubrirla. A pesar de que sé que salió de dentro de mí y que hay algo inconfundiblemente maligno en ella, no consigo recordar cómo o por qué motivo la perturbadora figura llegó a mí, por mucho que lo intente. Solo ese hecho me basta para saber que hay algo que no marcha bien en mi mente. En nuestras mentes. Únicamente necesito ver las miradas de mis amigos en los momentos que comparto con ellos para reafirmarme en esta evasiva certeza.

Al menos el sitio es bonito. Eso y estar cerca de Arthür son las únicas cosas que pueden consolar el dolor de haber perdido a mi prima Ellisif a manos de aquel psicópata del parque y de tener que ver a Sophie en su estado actual. A decir verdad, he llegado a pensar que puede estar poseída, o algo así. Aquella noche en la que el viento nos despertó a todos y la vimos en pie, cantando con aquella voz espeluznante y antinatural voz, me pregunté si acaso no habíamos traído al enemigo con nosotros. Pero ese pensamiento se me pasa cada vez que la miro y veo todo lo que ha sufrido, marcado en su piel de forma indeleble e imposible de ignorar. Aunque no se lo he comentado a ninguno de mis compañeros, mis entrañas me dicen que esto aún no ha acabado. Tenemos que movernos, descubrir qué es lo que ha pasado, lo que está pasando.

Pero, ¿por dónde empezar cuando solo se tienen corazonadas y recuerdos vagos?

Con un gruñido, me levanto de la silla del estudio y me dirijo a la cocina. He sido el primero en levantarme esta mañana, así que voy a preparar el desayuno para todos. Café, tostadas, bollos… Lo de siempre desde que estamos aquí. Aunque me tomen por loco, estoy decidido a no dejar pasar un día más. Hoy tengo que hacer a los demás conocedores de mis extrañas sospechas, y saber si ellos también tienen la impresión de que pasa algo raro, de que se nos escapa algo importante.