Partida Rol por web

El eco del Diablo

El telón

Cargando editor
18/03/2017, 20:49
Director

Notas de juego

ok, puedes contestar

Cargando editor
18/03/2017, 21:04
Clementine Ouvrard

SMS de Clementine

Hola Daniel, estaba preocupada por ustedes.

Sube a ver a la niña, estoy con ella ahora mismo.

Clementine.

Cargando editor
20/03/2017, 02:25
Édith

Las manos de la doctora no encontraron cabello que acariciar, si acaso un milímetro de pelo clarísimo que había crecido desde la operación para la que hubo que rasurar la cabeza de la niña. Tocar, tratar con su cuerpo no era lo mismo que con su imagen astral.

-Me acuerdo.-Tragó saliva -Me acuerdo. Mi papá se llama David, David Montillet y vivimos en una casa a las afueras de Chevreuse, entre árboles, cerca del bosque.

Desperté… sí, siguiendo mi nombre… fuiste tu, tú, que me llamaste por mi nombre.

Se agarró por detrás del cuello de la doctora, respirando hondo tiró de ella hasta ponerle la oreja a la altura de su boca. Le habló al oído, con la voz seca por la falta de saliva.

-Recuerdo, recuerdo que me llevaron primero a una casa que antes había sido un molino, allí me tuvieron en una jaula. En otra tienen a Iréne...

Después me llevaron a un piso muy grande con cortinas de terciopelo.

Ellos... venían a dormir, vestidos con pieles de lobo y la cara pintada con betún tan negro que sólo podía ver sus ojos. Primero me... ordenaban que soñara con sitios que buscaban... en otros mundos... dándome pistas para inspirar mis sueños... a veces leyéndome en idiomas raros... o me enseñaban dibujos. Luego me arañaban como si me hicieran rayas con un cutter y me dormían con un barro que olía muy mal... me abrazaban hablándome, cubriéndome también con sus pieles de lobo. A la mañana siguiente, si había soñado con el sitio que me habían descrito me tatuaban sobre las marcas de los arañazos de la noche anterior. Si no, me pegaban, o pegaban a Iréne... La encargada de hacerme los tatuajes era Iréne, a la que traían al piso para eso. Iréne Caron. Lloraba mucho, cada vez, yo intentaba no gritar pero no podía y ella siempre quería negarse pero le pegaban y... estaba estaba muy triste y enferma. No nos dejaban hablar pero nos hicimos muy amigas y le di mi palabra que me escaparía y la sacaría de allí. Un día ella me dijo que yo no era la primera, que cuando tuviera todo el cuerpo tatuado me llevarían a otro sitio del que no podría volver. Después de eso no la volví a ver más.

Otras noches ellos venían a visitar otro sitio que antes me hubieran tatuado. Pasaban sus dedos... cuando me los tocan me sigue doliendo como si me quemaran otra vez y por mucho que lo intentaba esa noche me resultaba imposible no soñar con ese sitio que tenía tatuado. -Paró un segundo para tomar aliento- Y como se metían en mi sueño, tapándome con sus pieles y abrazados a mí, soñaban conmigo y yo los guiaba a donde me pedían, aunque no quería, porque sabía que eran malos y que no les correspondía a ellos el derecho a visitar esos sitios.

Tuvo que parar a respirar, pero insistió negándose a parar, como si tuviera que aprovechar el esfuerzo para contar lo máximo que pudiera.

-Mi cuidadora era Marie, la mujer que opersate tan bien... Me lo contó el doctor Seyrig...

Sonrió haciéndole ver a Clementine que sabía que Max sentía algo por la doctora. Luego cambió el gesto, frunciendo un poco el ceño, molesta por haber perdido el hilo.

-Un día me sacaron a un sótano y... fueron muchos túneles... llenos de cables y humedad. ¡Recuerdo que había una cueva con pintadas de Bob Esponja!... Bob Esponja, y quedaba muy guay... Luego llegamos a una galería llena de huesos y calaveras. Debían ser las catacumbas, pero no en el sitio donde se visitan... Allí fuí con papá...

Paró otra vez y tomó aire para seguir.

-Bajamos un tunel estrecho, por una escalera de hierro oxidado donde me aguardaban cinco o seis de ellos, pintados con betún y llevando sólo una piel de lobo. Me dieron de beber un líquido blanco que parecía leche y que me dejó confusa sin saber ni siquiera quien era. Y me metieron unas hiervas y hojas... Era muy raro, me sentí como un pollo de Navidad listo para el horno...

Hizo un esfuerzo con la mirada.

-No sabría describirlos porque nunca me podía hacer una idea de sus caras. Me daban mucho miedo... y todo era muy raro...

Se aceleraba conforme avanzaba en la narración.

-Cuando terminaron yo no podía moverme. Me liaron en una manta y me sacaron de allí hasta un párking abandonado. Luego me acuerdo de ir en la parte de atrás de un coche... conducía Marie.

Soñé con un pozo, uno de esos sitios por los que decían que Orfeo pudo bajar a los infiernos. Estaba lleno de cadáveres que flotaban, algunos todavía estaban conscientes, pero paralizados... y había un montón de serpientes. Ellas no me daban miedo, nunca me han dado miedo los animales. Me sumergí en ese agua buscando otra salda pero eso sí que me asustó y no pude. Supe que ese sitio ellos no lo tenían que encontrar nunca. Que eso era algo que buscaban. Y en la superficie, golpeando el agua, grité suplicando ayuda a quien me pudiera oír.

Y... ya sabes, a mi llamada vino ese al que buscaban los policías. Ahora lo he visto... está en la detective Tatou. Yo lo traje... vino a protegerme… no se si hice bien, no sabía qué otra cosa hacer. Lo siento...

Inspiró como pensándose lo que iba a decir.

-Pero creo que lo volvería a hacer.

Notas de juego

:-)

Cargando editor
20/03/2017, 15:45
Clementine Ouvrard

Abrí mis ojos como platos mientras me contaba todo cuanto recordaba, secretamente deseaba que Daniel no llegara todavía porque quería que estos secretos fueran contados a mí primero antes que a él, sentía que nos merecíamos esa intimidad ella y yo.

Sonreí y al mismo tiempo se me cayeron las lágrimas cuando me dijo que había despertado gracias a que la había llamado por su nombre, hice una nota mental para visitar a Ophelia y agradecerle. Luego de eso ya no tenía más lágrimas y sentí cómo la precisión volvía a mi vista. -Llamaré a tu padre en cuanto pueda, Édith -dije pensando en usar a Daniel y a cuanto hilo tuviera a mano para lograrlo; y de pronto sentí... como si la figura de ese hombre no fuera algo desconocido para mí, pero al mismo tiempo no podía explicar por qué, era solo una sensación, un presentimiento -¿Qué edad tenías cuando te secuestraron? -pregunté para saber más o menos hace cuánto que el pobre hombre debía estar buscando a su hija.

Mentalmente, fui haciendo la lista de todos los nombres que ella me iba dando como si se tratara de una lista negra, lamenté que no supiera el nombre de alguno de esos bastardos ni que no recordara sus rostros... Pero si lograba convencer a Daniel de que fuéramos por el camino que ella me estaba diciendo a la inversa... Y Marie... Tenía que hablar con esa mujer de nuevo. Marie tenía que estar al tanto de todo cuanto le pasaba a Édith, esperaba que me pudiera dar información.

Y ahora teníamos que encontrar a la tatuadora, Iréne, que tenían apresada con Édith. El relato de los hombres con pieles me da escalofríos, pensar en ellos me da rabia, impotencia y... temor: ¿Con qué fuerzas estarán jugando esos hombres? ¿Qué estarán buscando en esos pozos que me describe Édith, el mismo pozo deduzco, en el que estuvo Leah?

-No pidas disculpas, eres una niña que hizo lo que pudo para sobrevivir -le dije mirándola a los ojos -No es malo que te cuides a ti misma, sobre todo con esos cultistas, o lo que sean, dando vueltas.

El móvil en mi bolsillo vibró y lo saqué, en caso de que fuera una emergencia, era un mensaje de Daniel. -El agente Mallutz está aquí, viene a verte -le avisé -Cuéntale todo esto que me has contado, servirá para que podamos cazar a aquellos que te hicieron esto a ti, y a otras.

Notas de juego

Por fin datos jugosos de la trama!! XD

Cargando editor
22/03/2017, 12:53
Max Seyrig

El policía tuvo que decirle al doctor Seyrig que Clementine le había invitado para que éste le dejara pasar.

Cargando editor
22/03/2017, 13:20
Hospital Lariboisière

Cuando Daniel entró en la habitación de Cuidados Intensivos se encontró a la niña sentada en la cama con su bata y su venda blanca que le rodeaba la cabeza a la altura de la frente.

Clementine, inclinada frente y junto a ella, de espaldas a la puerta.

Jane había despertado.

Notas de juego

:-) Ya podéis postear.

Cargando editor
22/03/2017, 20:55
Daniel Mallutz

El transito hasta la habitación de Jane se me hizo mas complicado de lo que podía esperar.
El doctor en buena o mala lid tuvo a bien de retenerme en el hall hasta que, un poco agotado la confirmación de que la doctora Ouvrard me había invitado a acceder por escrito, le forzó a dar su brazo a torcer.
Quizás la acumulación de horas en una escena con muertos de por medio, una herida evidente y un trasiego por un bosque bastante húmedo y tenazmente protegido y pintorescamente habitado, no me haya convertido en la mejor estampa de la pulcritud y la higiene.
Asegurandole que, si la doctora Ouvrard lo considerara necesario, no me acercaría a la paciente si no lo certificara como correcto, me introduje en la seccion hasta alcanzar el ala de cuidados.
El aroma de hospital es capaz de abrir los pequeños arañazos mentales que la ultima estancia en sus dependencias han dejado.
Puede que Leah viva, respire y bese, pero este lugar aun mantiene el aura de la perdida. El tiempo y las circunstancias van a ir compensándolo pero el cerebro y la memoria no son tan ágiles como para curarse en un rato.
En los pasillos hacia la habitación de Jane no puedo cargar el paso con las prisas y, en alguna ocasión, me he detenido.
Para respirar tranquilo y conjurar la calma ante la reacción nerviosa que se filtra por debajo del control del intelecto. Por que aunque sepas que todo es diferente una parte en tu interior no olvida y se tensa.
El botellin del agua, mas que para la función estrambotica para el que me lo había agenciado me sirve como alivio ligero para las migrañas de cansancio que me asedian en las sienes y el puente de la nariz.
Antes de que las puertas del recinto se cerraran le eche un vistazo a la estructura danzante de hilos sanguíneos en su interior. Pero quizás por inutilidad o falta de adecuación no es que haya encontrado un resultado muy concluyente.
Si algo ha sido Seyrig es cargante pero no creo que haya tenido mas de un diez por ciento de la culpa. En esta ocasión, es mi condición de no haber descansado, la que esta dando unas patinas distintas a la que pueden ser reales a mis percepciones.
Cuando llego a la puerta del cuarto de la niña, vigilo mi compostura, la condición de mis ropas de visitante: la bata, los guantes y la mascarilla y doblemente comprobados me decido en los tres últimos pasos.
Lo cierto es que la sorpresa a continuación no me la esperaba.
Jane Doe me mira desde su cama incorporada y convaleciente pero perfectamente despierta.
Clementine me da la espalda, supongo que oscultandola o simplemente observándola.
Lo cierto es que el batiburrillo de sensaciones e ideas dirigidos hacia uno u otro extremo del espectro posible de posibilidades no me deja mas que esgrimir una mueca alegre pero torcida y un fruncido de entrecejo.
Así como la primera emoción es de gozo por la nueva nueva, el glosario de revelaciones de horas antes y las afirmaciones explicitas de quien y como se podía interaccionar con ella me abren algunos resquemores que se mantienen en el aire rociandome la fibra de la alerta.
Pero quizás es todo como dijo Ocam y la explicación es la mas simple y sin retorcimiento.
Me aclaro la voz cortésmente para remarcar mi presencia y con una voz de mas de doce horas de correrías pregunto con la calma que Gavalda dice que no sabe como consigo invocar.
Buenas Noches Clementine. Buenas noches Jane. No sabia que me iba a encontrar con esta grata sorpresa.
Acompasadamente con un alzamiento asimétrico de las cejas mis gestos añaden la necesidad de que alguienn me despeje los interrogantes de que ha pasado y como.

Cargando editor
24/03/2017, 15:24
Clementine Ouvrard

Hablábamos entre susurros con la niña cuando Daniel llegó, supongo que estaba desde hacía pocos instantes antes detrás de mí, contemplando todo con la misma sorpresa con que lo había observado yo misma cuando había entrado en aquella habitación aquella noche.

Justamente estaba pensando en reprocharle el que no dieran señales de vida con Leah, y de eso íbamos a hablar cuando acabara de charlar con la pequeña.

Ante sus palabras de saludo me doy vuelta de pronto y lo miro, con una sonrisa plácida y los ojos todavía nublados por las lágrimas, pero no se me escapan algunas expresiones faciales... peculiares del agente que levantan el alerta en mí y el espíritu sobreprotector que tengo hacia la niña, le paso un brazo alrededor instintivamente y saludo al policía, que quizás no comparte la misma alegría que yo porque no ha pasado con ella todo lo que yo he pasado, hay demasiado por hablar.

-Buenas noches agente Mallutz, qué gusto verlo -digo en voz alta, no pudiendo reprimir la cortesía distante caracterizada por el hábito de mi propia profesión -Nuestra pequeña valiente ha despertado -me permito el tono familiar aunque no debería -Y ha recordado mucho: su nombre es Édith, Édith Montillet. Estaba esperando localizarlo para que pudiéramos dar con su padre, que debe estar desesperado buscándola.

O eso esperaba, con mi tendencia a lo trágico elevé una plegaria para que estuviera vivo también.

Cargando editor
26/03/2017, 13:08
Daniel Mallutz

Ha sido un día duro y sabe Dios que dura sera la noche.
El lenguaje corporal de la doctora muestra los reflejos ante el mio. Por eso me lo tomo con calma y prudencia.
La primera es prevención para mi propia debilidad.
La segunda es salvaguarda para lo que no tenemos idea de que pueda venir.
El gusto es mutuo Clementine - asiento con lentitud pero honestidad - Y ¿Edith? - sonrió calidez a la muchacha - me alegro de que estés recuperada. ¿Como te sientes? La ultima vez fue un poco confuso.
Dejo unos segundos para que las palabras reposen y ver las reacciones. Los recuerdos de lo que nos han contado sobre el destino y la función de la gente de su condición me mantienen atento.
Arene dijo que la podía despertar. ¿Y si ha sido otro de los suyos? ¿Y quien ha vuelto de los campos sin sol? ¿La misma niña que conocimos o distinta?
Hay tanta incertidumbre que me decido a a esperar a tener mas información.
Lo cierto es que la doctora tiene razón en lo que comenta sobre tu padre. Con la nueva información espero que encontrarlo sea mas fácil. De momento nos había sido imposible encontrar pistas solidas.
Con cierta torpeza inherente a la indumentaria, busco el celular para poder contactar con Leah y la central. Pero también me hago con el bulto de brújula 'mágica' improvisada. La botella de agua acaba en mi mano izquierda después de haberla trasvasado de una a otra mano con un poco de desacierto.
Disculpadme un segundo - digo sosteniéndola al final en la mano junto al móvil - no recordaba que aun llevaba esto - con una inspiración contenida me concentro en invocar cualquier señal de poder que me de una respuesta a si Ellos han estado aqui. Pestañeando repetidamente es un chequeo sutil que busco antes de dedicarme a marcar en el teléfono.
Montillet. ¿M O N T I E L L E T? Dos eles, ¿Verdad? - pregunto mientras escribo el primer mensaje para Chana - ¿Alguna información mas concreta? ¿Como se llama tu padre? ¿Donde vivís? ¿A que se dedica? - Me detengo un instante en el interrogatorio, un poco azorado por que me haya disparado a acribillarla así con preguntas - espera... no habrá sido ahora ahora que ha pasado...el despertar me refiero. Yo... - me rio un poco irónico - vais a burlaros de mis poderes de observación...creí...
Agito pesadamente la cabeza negando con un poco de contrariedad. Me pongo la superficie de la botella sobre la frente, mitad segundo chequeo de sus facultades mitad real necesidad de alivio.
Me parece que lo mejor es que Clementine y yo nos pongamos al día - le sonrío a la doctora - en cuanto acabe con las revisiones que te estuviera realizando Jan... disculpad... -la miro algo avergonzado - Edith.
Mientras contactare con mis colegas ahí, desde esta esquina - señalo un rincón y agito el teléfono para empezar a teclear con parsimonia a Chana y a Leah.

- Tiradas (1)

Notas de juego

uso introspecion + Pneuma = 4 para activar la brújula

Cargando editor
27/03/2017, 15:14
Clementine Ouvrard

Después del vendaval emocional que implicaba no solo el despertar de Édith, sino todo lo anterior, me costaba comprender cuanto me decía Daniel. Estaba agotada física y emocionalmente, y el cansancio venía desde hacía días y noches atrás.

Observo al agente inmóvil mientras suelta su andanada de frases; siempre he pensado que el policía es más un ser introspectivo que expresivo, y hoy no sé si seré yo, pero me resulta críptico de a momentos. Me pongo a realizar un control de rutina a Édith: chequeo su presión y su condición general, si sigue mejorando pronto vendrán a darle su primera comida semisólida. Mientras la ausculto le murmuro unas palabras al oído y espero a que me dé el visto bueno, luego me doy vuelta y respondo a Daniel -Dos eles, pero sin la "e" después de la "i" M-O-N-T-I-L-L-E-T -corrijo, por lo que he podido entender de lo que me ha dicho Édith -Se llama David -agrego, creo que lo había dicho antes pero de pronto me había agarrado la duda y no lo tenía claro. Cuando pregunta a qué se dedica y tal, miro a la pequeña por si lo recuerda y digo -Sí, Édith acaba de despertar y está exhausta, quizás sea mejor que descanse mientras nosotros charlamos, agente, a menos que ella misma quiera agregar algo más -la miro acariciándole la cabeza rapada.

Cargando editor
27/03/2017, 15:52
Clementine Ouvrard
Sólo para el director

Mientras la ausculto digo a Édith en voz baja -¿Quieres que diga al agente cuanto me has dicho hace unos instantes? -la miro a los ojos -¿O prefieres decírselo tú? -sondeo su rostro en búsqueda de asentimiento o negación -Es tu decisión. Yo confiaría en él -acoté, aunque se veía algo inestable, el cansancio sin dudas.

Cargando editor
27/03/2017, 22:32
Daniel Mallutz

Levanto la mirada de la pantalla a medias dedicándoles un gesto de afirmación. La información ya esta en camino y ahora es solo cuestión de esperar a que el tiempo le de espacio a las respuestas.
Me arrellano contra las paredes, medio necesitado de un punto de apoyo medio cohibido por mi aspecto asilvestrado.
No se cuanto deja intuir la bata, el gorro y el resto de ropa pero si algo de tufo emboscado debe permanecer por que yo mismo no me reconozco mi propio olor si no el del barro que manchara el bajo de mis perneras, la humedad de los calcetines y la impronta vegetal del roce con los arboles y arbustos.
Me imagino como la versión naturalista del que se cruzaba por una habitación de fumadores compulsivos.
Como cuando nos peleábamos de pequeños en la hierba del parque nacional.
Quizás por que siempre perdía o por que con la edad me hice mas pulcro me hace sentirme una pizca incomodo.
Tenia que haberme ido a cambiar y haberme dedicado una ducha.
Pero Jane - 'Edith' - me amonesto mentalmente era mas importante. Lo es. Lo único que me falta encajar la perspectiva de lo que ha pasado en el hilo de acontecimientos.
Pienso en Clementine y el primer vistazo superficial me induce a deducir que tampoco ha sido una jornada placida. ¿La habrá importunado otra vez Eugene?¿Que se le habrá cruzado por el camino?
Tengo que advertirla sobre el primero. Señalarle lo que hemos descubierto.
Hay tanto de que hablar pero parece que la mayor maldición, mas que los monstruos grandes y pequeños que se nos echan encima es la fugacidad del tiempo para afrontarlos, la insuficiencia de una pausa para descansar, recapitular, aprender, maquinar y actuar acorde a un plan que pueda funcionar.
Me incorporo un poco tratando de recuperar algo de semblante digno.
Por supuesto doctora. Solo disculparme si no me acerco mas. No he pasado por la aventura mas higiénica deseable y aun que el bueno del doctor Seyrig me ha enfundado bien, pero bien, prefiero no tentar la suerte - pido acompañado de sincero gesto de disculpa.
Consciente del pie que le ha dado Clementine a que la niña añada algo mas la observo con expectación aunque me apresto a añadirle - la información que nos has dado es buena. Perfecta para tirar del hilo. No hace falta que te esfuerces ahora. No se como estarás de lucida ahora y las ganas que tendrás de hablar - tuerzo el gesto burlón - a mi me cuesta a veces mas el desperezarme que el despertar. Tomatelo con calma. Haz caso a la doctora.
Y doctora quizás usted y yo debamos hacer caso también del consejo - digo buscando algo para sentarnos o al menos ella - Me parece que ha sido un día duro ¿No? - con verdadero interés le pregunto - ¿Como estas? ¿Quieres que empiece yo? - le ofrezco al mismo tiempo que la invito a sentarse en ese rincón que distraídamente he elegido - si la necesita - señalo a la niña - estamos a dos.
pasos.

Mecánica y brevemente no puedo evitar echar un vistazo a la brújula en la botella.

Notas de juego

Hola Queen. Si quieres tomar respiro para publicar puedo seguir yo y así escribes con mas información o me espero a que publiques. También puede que nos arrebate el turno Cusa, je.
Sea como sea a tu ritmo. Mas que nada lo digo por que a veces me acelero en el intercambio de posteos.
Saludos.

Cargando editor
28/03/2017, 08:29
Édith

La niña asintió diciendo muy flojito.

-Díselo.

Cargando editor
28/03/2017, 08:31
Édith

La niña movió la cabeza y musitó algo a la doctora. Visiblemente agotada y sin apenas tono muscular, blanca como la cera pero con una sonrisa adivinada el los labios.

Cargando editor
31/03/2017, 04:23
Clementine Ouvrard

Ayudo a Édith a acostarse y la ubico hasta que está cómoda, no es necesario que se esfuerce de más cuando horas antes estuvo tan cerca de no pertenecer más a los vivos.

-Yo me encargo, hazle caso al detective. Descansa -es todo cuanto le murmuro y me acerco al policía con paso sereno. Lo inspecciono con la vista cuando me dice que Seryg lo enfundó bien y me pregunto si es seguro que esté aquí, pero bueno, si Max lo ha aprobado yo no voy a oponerme.

-Entiendo -musito con seriedad, preguntándome qué le habrá ocurrido -No tengo problemas en empezar yo Daniel -asiento mientras ocupo la silla a su lado y miro fugazmente a la niña, luego centro mi atención de nuevo en él -Aunque le advierto, es largo.

-Ayer Édith y yo tuvimos una conversación, ella estaba en su forma astral todavía -comienzo relajándome un poco contra el respaldo de la silla de plástico -Me habló de Leah y del pozo en el que estuvo, recordé discusión que tuvieron ella y tú en el puente... -lo miré -Me contó que encontró el pozo en uno de sus viajes y que en él Leah pudo moverse y nadar a pesar de que la mayoría se hunde allí. Me dijo que aquellos que la marcaron no deben encontrar el pozo, pase lo que pase. También me dijo que ese pozo era un sitio sagrado custodiado por un daimón que se muestra a menudo con la forma de una serpiente. Que hubo un tiempo en que los muy sabios sabían bajar al pozo y navegar sus aguas subterráneas -expliqué citándola -Luego me dijo que estaba pensando en hacer el viaje, que cada día se sentía más lejos de esta realidad -suspiré -Y yo le expresé mi deseo de acompañarla cuando decidiera hacerlo, le pedí viajar con ella en sus sueños para poder ver los lugares que ella veía.

Volví a mirarla como si de alguna manera mágica pudiera perderla y volver a donde estaba ayer, sin pistas ni esperanza.

-Édith accedió a que la acompañara en sueños y me dormí sentada su lado, convencida de que ella no regresaría de aquella incursión -hice un breve silencio recordando cómo había decidido compartir con ella el que pensaba que sería su último momento -Cuando desperté tenía una sensación... -me llevé la mano al pecho incapaz de describirla totalmente -De esperanza, de que algo muy importante me había sido revelado y sin embargo, no podía recordar qué era -miré hacia un punto indefinido y hacia el lugar en el que había estado nuestra visitante sentada junto a la cama -También descubrí cuando recobré la conciencia que Édith estaba con vida aún y que no estábamos solas: había una mujer con nosotros, una mujer del todo singular, se veía a simple vista -me puse rígida en el asiento -Se presentó como Ophelia y dijo que había tomado a Leah bajo su protección pero que no lograba dar con ella y que había decidido conocer en persona a la niña, motivada por el celo de Leah en protegerla -suspiré -Ella me reveló el nombre de Édith, me contó que lo dije entre sueños y que parecía querer escaparse, inclusive de ella, esa información tan preciada.

Me detuve para mojarme los labios -Luego se despidió y nos dejó a solas, aproveché para llamar a Édith por su nombre en forma de despedida, aunque si le tengo que ser sincera Daniel, también lo hice como experimento: quería ver si había alguna respuesta de la niña al sonido de su propio nombre.

Aquel amanecer nada sucedió, pero al anochecer de hoy cuando he entrado a la Guardia Max me guió hasta aquí en donde vi a Édith sentada y en su cuerpo físico, débil, pero en esta realidad -miré al detective exultante -Max nos dejó solas y Édith me ha contado... mucho, ha recordado mucho.

Suspiré. Ahora venía la parte más larga y detallada, me tomé unos segundos antes de proseguir y miré con cariño la botella de agua del agente, casi tentada de pedirle un trago pero algo me detuvo.

-Me dijo el nombre de su padre, David Montillet, y que despertó siguiendo su nombre luego de que yo se lo hubiera dicho -expliqué -Luego me contó que la llevaron primero a una casa que antes había sido un molino, allí la tuvieron en una jaula. En otra tienen a Iréne...Iréne Caron. que parece ser una chica que la acompañaba y le hacía los tatuajes.

Después la llevaron a un piso muy grande con cortinas de terciopelo.

Los cultistas o quienes sean que la raptaron dormían con ella vestidos con pieles de lobo y la cara pintada con betún tan negro que sólo podía ver sus ojos. Me contó que primero le ordenaban que soñara con sitios que buscaban, sitios en otros mundos. Le daban pistas para inspirar sus sueños. Luego marcaban su piel pero sin tinta y la hacían dormir en un barro que olía muy mal. A la mañana siguiente, si había soñado con el sitio que le habían descrito le tatuaban siguiendo las marcas de la noche anterior como patrón.

Un día la llevaron por unos túneles llenos de cables y humedad, reconoció un graffiti de Bob Esponja en una pared. Después llegaron a una galería llena de huesos y calaveras. Me dijo que debían ser las catacumbas, pero no en el sitio donde se hacen las visitas turísticas.

Bajó por un túnel estrecho, por una escalera de hierro oxidado donde le aguardaban cinco o seis de ellos, pintados con betún y llevando sólo una piel de lobo. Le dieron de beber un líquido blanco que parecía leche y que la dejó confusa sin saber ni siquiera quién era.

Cuando terminaron ella no podía moverse. La llevaron envuelta en una manta hasta un estacionamiento abandonado y de allí a la parte de atrás de un vehículo, el que conducía Marie, la mujer que operé el mismo día que Édith ingresó.

Durante ese viaje soñó con el pozo, estaba lleno de cadáveres que flotaban, algunos todavía estaban conscientes, pero paralizados... y había un montón de serpientes. Me contó que ese sitio era un lugar que sus secuestradores buscaban y que no lo tenían que encontrar nunca. Y en la superficie, golpeando el agua, gritó suplicando ayuda a quien le pudiera oír. A su respuesta vino el ser que ahora está en Leah, Édith lo invocó en su desesperación para que la protegiera. Eso es todo cuanto sabemos, sin duda mucho más que lo que sabíamos antes- finalicé y miré a Daniel -Hay que hablar con Marie.

Notas de juego

Gracias! Espero que estés tomando notas XD

Cargando editor
02/04/2017, 12:04
Daniel Mallutz

Me viene bien el tomar asiento. No es que no intente mantenerme en forma, pero el cuerpo mantiene su irónica tendencia a relevarse. Sobretodo cuando te excedes.
Me arrellano sobre plástico basto de la silla, observando los ultimas atenciones que le dedica a la niña la doctora.
No quiero distraerla de la labor, pues parece inspirada por un juego de emociones cálidas aun con su deje de preocupación. Esa aura sutil de pánico mudo que nos sostiene cuando amas o tomas cariño.
Sin embargo, el porte y la calma se yergue cuando acaba y se vuelve hacia mi. Profesional en parte pero en general creo que levantado sobre el carácter.
Me dedica una competente revisión y asimila mi situación sin extenderse a los detalles.
Le agradezco mentalmente que agarre el ritmo de la conversación.
Aun mentalizado para tomar la iniciativa soy mas de escuchar y después comentar.
Me inclino hacia ella apoyando los codos en las rodillas para descansar el mentón sobre los indices extendidos de mis manos entrelazadas y mi mirada en su rostro.
El tono tranquilizado de sus palabras se apresta a una charla larga y al descargo del peso de la confidencia. Las amparo con el mayor cuidado.
No domino la expresividad de una de mis cejas y se alza cuando se sincera contándome su deseo puro de viajar a donde alcanzaba la niña. Pero no traspaso mi inquietud con otros gestos o palabras mas allá.
No la reprendo por que parte del propósito del encuentro es ser un dialogo y no un sermón.
Es mas un deseo mudo de intercambio de porqués lo que desde un principio había planeado, no una cruzada de mi punto de vista. No me impulsa tener la razón, sino que sobrevivamos.
Y desde la raíz de mi ser conocer como proteger y guardar. Aun que sea de uno mismo.
Siendo tan opuesto a la autoridad es irónico que me ofrezcan y me insten a tomar el rol.
Quizás así no pierdo el detalle de la mirada que viene detrás. Imbuida de ese temor pensativo, filtrado desde el embozo profesional, supongo que similar en el fondo, a como debo mirar yo a Leah.
Cada instante después de ese punto se convierte en un objetivo de atención redoblada.
Cada detalle de lo que comenta después lo intento grabar para no perderlo. Las futuras decisiones me lo demandan.
La siento mas que veo, rememorar sobre la sombra de la muerte, y de la huella de la promesa de aliviarla y de la Visitante imprevista.
Su tensión al mencionar a Ophelia es compartida. Por que la continua muestra de esa criatura en el las bambalinas de las vivencias de lo que estamos experimentando mi ponen nervioso.
Tan evidente como para añadir un gesto para que la doctora no se alarme y continúe antes de que pierda el hilo. Ese hilo que se expone en pequeñas pinceladas en su narración. En sus gestos y en el lenguaje de su cuerpo.
Cuando los detalles se van a información relevante, la grabo con el celular.
El antiguo molino. La jaula. La otra victima o cautiva... Todo se agolpa como pistas para encontrar a los perpetradores de esta oleada de desmanes y muertes...
El abuso de los criminales del uso arbitrario de la transgresión capital es el pecado en particular que mas me ha soliviantado siempre, pero empiezo a experimentar rechazos acusados a acciones que empiezo a pensar son peores que la muerte y me cuesta bastante el esperar paciente y sentado a que Clementine detalle por completo lo que ha ocurrido.
Quizás se me ha pegado algún tipo de alergia de nuestros curiosos conocidos del bosque.
Me limito a respirar expulsando tensión tenuemente e inspirando el aseptico aroma de hospital esperando que algo de su neutralidad cuaje en mi mente.
Normalmente no soy así: Calmado y estoico, pero estiro mi voluntad contra el olaje de la ira por que dejarla libre no va a servir para vencer a lo injusticia que la provoca.
Aun que esta siendo todo registrado, fijar los detalles en los estantes de mi memoria y dejar a la razón crear las conexiones lógicas es una gimnasia espiritual y psíquica necesaria.
Al final todo se reduce a dibujar un mapa y el camino que lleva a lo que cartografía con la salvedad que el lienzo es a la vez también llave y vehículo.
Eso es lo que han hecho con Edith y con Arene en el pasado. Buscar las lineas maestras hasta lo que desean encontrar y después hacerlas accesibles a través de la mente de sus pergaminos humanos.
No queda claro como y porque pero apostaría mi barba a que ese era el objetivo del ritual en las catacumbas. Y que el accidente posterior no tiene una pizca de azaroso en sus entrañas.
Ophelia y Eugene. Ellos tienen mucho que decir al respecto. Han estado medrando una vez y otra y otra sin parar aunque no lo supiéramos.
Y Mictlantecuhtli. Intuyo que no estaba esperando la plegaria de un funcionario policial para aflorar.
Ya había empezado. Estaba acechando al olor de aquellos que querían entrar.
Despierto por el ruido pagano que sus intentos de alcanzar lo que hay en el pozo provocaron.
Edith lo acabo de llamar. Es mucho mas plausible. El ego te hace apropiarte de algunas cosas aunque me da que todo ha ayudado al final.
Cuando Clementine acaba y descansa su voz pero no su mirada, la refuerzo asintiendo.
Hay que hablar con Marie - afirmo irguiendo hasta alinearme con el respaldo - su información puede ser valiosa. Pero no antes de que dejemos arregladas algunas cosas.

Me dirijo al teléfono rastreando si hay alguna señal de Leah. No habiendo nada ruego por que sea por que no hay nada y por que siga así y me centro en la ávida atención de la doctora. La cuestión va para largo.

Nosotros también hemos tenido descubrimientos, algunos tétricos y otros interesantes.
La miro formal pero intimo, por que sea como sea no hay manera de comentar lo que viene con desapego.
Igual que supongo tu, yo te pongo en antecedentes por que confió en ti y por se ha trascendido las barreras de la lucha terrenal entre el bien y el mal, hacia un territorio desconocido. Uno donde las estructuras mundanas no sirven y si las de la fe. La Fe biunívoca entre las personas - nos señalo alternativamente -, déjame ser pretencioso, personas de bien.
Comparto contigo todo lo que hemos vivido, por que se me ha insinuado, maldita sea por que creo que tienen razón, que la opción natural entre aquellos con habilidades como las nuestras, es unirse, agrupándose. Acabar formando un pequeño grupo en el que la confianza mutua sea una garantía indiscutible. No se como funciona el emparejamiento - me rio sarcásticamente por que no he encontrado una mejor palabra para definirlo - pero supongo que al final es una combinación entre la providencia, la sintonia, y leves empujones de otros.
Bueno al meollo.
Se, sabemos esto por que nuestra jefa, a la que de ahora en adelante llamare nada cariñosamente la Bruja, por que eso es lo que es nos lo ha contado, después de haber tenido una 'alegre' conversación con unos colegas...
- agito la cabeza renegando de la palabra - ... unos homónimos asilvestrados - le hago un gesto de que mas detalles vendrán mas adelante pero que no quiero dejar por acabar lo que para mi es mas importante.
De alguna manera, se puede decir, que ya lo había deducido antes. Por eso te cite para la cena. Para poder hablar en la tranquilidad de un buen menú de seis platos, vino y postre. Para poder intercambiar sobre esta idea con la calma necesaria. Oír lo que tuvieras que decir. Incluso recalcar lo que pudiéramos estar planteando mal - la miro con un gesto de exasperación autodirigida - Por mucho que me señalan el hecho de una posición de liderazgo en eso lo que sea que se llegue a formar, lo cierto es que no he sido nunca el mejor representante de aquellos que siguen ordenes así que no se como voy a apañarmelas para darlas - suspiro - supongo que va a tener mas relación con tener la información y tomar la responsabilidad de las decisiones que con ella necesiten ser tomadas. Y Cagarla lo menos posible.
Inspiro hondo. Cansado pero decidido.
Como ahora... Si no es que estamos en esa cena es por que no va a haber tiempo para que las cosas se mantengan en calma. Las posiciones se están moviendo.
Esto es lo que nos ha pasado en este día tan largo.
Fuimos a investigar ese lugar que el señor Masaryk, tan 'desprendidamente', nos señalo.
Era una casa normal. Con una familia normal. O al menos eso creo.
Casi lo mas inquietante eramos nosotros haciendo preguntas, cada cual mas absurda o enrevesada. Es bastante difícil entrar a primera hora de la mañana y sonsacar si han visto o sentido algo fuera de lo común y menos directamente sobrenatural.
Creo que estaban apunto de llamar a la policía cuando lo que buscábamos se revelo.

Una habitación secreta. Bueno, mas bien borrada tras una esquina de la percepción. Una habitación llena de cadáveres.
Encontramos tres cuerpos. El padre y la madre de Arene Lioret, una antigua agente de la policía que al final hemos descubierto es como Edith - comento acercándome casi a un palmo de la cara de la doctora - y el de Fox Barret, el agente que era su compañero incidental y que investigaba la aparición del cuerpo asesinado de otra muchacha tatuada alla en los noventa. Ella los mato a todos.
Agotado, con la mano temblorosa, tratando que el cuerpo de la doctora haga de pantalla, me señalo con el dedo.
Un tiro en las tripas. Otro en la cabeza.
Ellos, cuyo otro nombre no voy a pronunciar aquí, la pusieron allí para cazarlo por que se estaba acercando demasiado. Hicieron que su verdadero compañero se suicidara induciendoselo desde sus sueños.
Los sueños son su campo abonado para el control.
Las Kore, así las denomino Arene, son su punta de lanza para llegar mas allá. Como una forma de dar el salto de viajar entre planetas al viaje interestelar.

Me detengo tratando de asimilar como esta digiriendo cada uno de los datos ella. Ella busca saber pero ¿Hay un limite a cuanto puede llegar a aguantar? Le ofrezco la mano que da la casualidad que es la aun lleva la venda y sus manchas rojizas. La misma que sangro para convocarlo.
Creíamos que habíamos llegado a otro callejón sin salida pero pensamos en interrogar al único testigo que nos quedaba por consultar.
Aun no se como lo hice Clementine
- le digo verdaderamente conmovido, impresionado - pero llame a Fox desde la tumba y Clementine: acudió.
Se alzo desde su huesos. Reclamo la presencia de una mujer. Camille Achard. Su antiguo amor.
Y luego nos lo contó todo.

El fue quien nos dijo quien lo había matado. Nos dijo que el el era un soñador. Como Edith. Que eso era lo que le había guiado y paradojicamente condenado.
Nos descubrió el nombre de la otra chica asesinada. Dorianne.

Me detengo recordando la petición de precaución. De mantener solo la guía de nuestros instintos y nuestro corazón y miro a Clementine y recuerdo su mirada dedicada a Edith hace un instante y pienso que en esto no me llego a equivocar.
Nos dio los datos de su investigación. Hay algunos que cotejar y entrelazar pero no ha habido tiempo.
Por que el regalo que nos hizo Fox fue inesperadamente Camille.
Ella sabia donde podíamos encontrar a Arene. La muy artera sigue viva.

Tiro la silla un poco hacia atrás.
Por cierto que el Zorro de Masaryk aprovecho que le había llevado hasta aquí para intentar hacerle morder el anzuelo de un trato. El bueno de Fox los tuvo bien puestos - mi voz tiembla con respeto por que no se si yo lo hubiera logrado, imaginándome lo que le ofreció - lo rechazo. Cortésmente.
¿Te he dicho que Eugene Masaryk es el Diablo. No metafóricamente ni figurativamente. Es la encarnación del mal, una fuerza más que todo Despierto puede manipular para sus intereses. Dominar la Pitón, vencer al Dragón. Y se retuerce contra los que piensan que pueden manipularlo.
Eugene no es otro que el Demonio… así que hay que tratarlo cuidado... Si juegas a su juego has de saber que de una forma u otra ya has caído en su red. No se le puede matar... Se le vence no cayendo en el error de acabar siendo una extensión suya. El odio, la rabia, la venganza, la ira, son cosas que pueden, digamos, inducirte a errar… Él se maneja muy bien en ese terreno.
Los quiere vencidos porque él es una fuerza salvaje que odia que le aten, y al fin y al cabo tiene su papel… aniquilador.
Casi todo esto que te digo es literalmente expresión de lo que me han dicho pero tiene una resonancia en el pecho y en el fondo de la mente de verdadero que espanta.
Y si te digo la verdad creo que esta en el fondo de todo esto. ¿La serpiente? ¿El dragón? ¿No es casualidad lo que me has comentado que Edith y tu intuisteis se mueve en el pozo, verdad?

Frunzo el ceño pensativo y molesto por que no siento mas que la corazonada de ver un patrón en las manchas de un cuadro difuso.
Bueno, quizás tenga razón. Quizás sea un epic fail. Pero como sea no hay duda en que hay que evitar que Ellos metan un solo dedo allá abajo.
Por que encontramos a Arene Lioret después de una eternidad en un bosque húmedo y espeso
- el recuerdo me hace gruñir - y de traspasar una frontera invisible pero palpable. Y vigilada.
Por que ademas de Lioret lo interesante son los guardianes que la vigilan.
Hombres y lobos. Mezclados bajo una sola piel.
Al parecer las pautas fijadas sobre las muchachas Kore, conectan con lugares que algunos pretenden preservar celosamente. Y fieramente. Por un buen, buen rato pensé que acabaría como mierda de cánido.
Pero al parecer les caímos bien
- lo pienso un momento recordando las palabras de la Bruja - les caí bien.Pudimos hablar con la muchacha - si aun es un muchacha la mala pècora. Fox Barret es huesos y polvo y ella sigue igual de lozana - no puedo resistirme a soltar - rodeados de una manada de una o dos docenas de lobos bien atentos.
Arene nos contó que el adversario es una sociedad secreta de ensoñadores lucidos que inicialmente se unió como buscadores del conocimiento perdido. Pero como siempre quisieron mas. Se intoxicaron de poder y conocimiento y acabaron como siempre queriendo asaltar la morada de los dioses o al menos su lugar en el orden. Vale esto me lo estoy imaginando yo pero es el mismo viejo cuento.
Afortunadamente su propia perspectiva paradigmatica los lastro para poder llegar allá mas allá a donde querían llegar. Desafortunadamente se decidieron por timar al destino saltándose las reglas y asaltando a quien aun es capaz de hacerlo - señalo disimuladamente hacia la cama y la niña.
Ella fue una de esos dotados pero se decidió a escapar - hago una pausa - entiéndeme. No me cae bien Arene Lioret. Le reventó los sesos a un hombre a sangre fría. Puede que su razón sea valida por desesperada. Pero no hizo lo que tenia que hacer. Decidió por el pobre tipo. No le dio a elegir. Y eso me chirría a jugar a ser Dios.
Pero les dio una patada a Ellos en los metafóricos y proverbiales huevos. Y eso es algo que nos pueda servir si lo llegamos a aprender.
De momento esta a buen recaudo. No es que no me de la sensación de que se quiere librar del cautiverio pero solo la he conocido veinte minutos.

Se ofreció a despertar a Edith - sonrió abiertamente - Me alegra que no le hayas dado la oportunidad.
Al menos nos ha servido para hacer un pacto. Las fuerzas de allí donde sea vendrán aquí a morder algunos cuellos de Ellos. Si no todos.

Pero no antes de que saquemos a Edith de aquí. Si vienen a por ella el resto del hospital es vulnerable.
Puede ser una masacre. Tenemos que sacarla de aquí
- esto lo digo categórico - pero no se su estado real. Tu eres su medico. ¿Como podemos hacerlo sin que haya peligro para su salud?
Me froto el rostro exhausto.
Lo siento. Se que te he acabo de meter en un campo enfangado hasta las ingles y que también hay minas. Pero no hay tiempo ni tengo fuerzas para ir con circunloquios ni artimañas.
He puesto mi confianza en ti por que te considero merecedora de ella.

Vuelvo a mirar la botella pendiente de cualquier cambio.
Esto es lo que se me ha ocurrido como burdo sistema de alarma. Agua y sangre. ¿Tu has visto algo inusual?¿Algo sospechoso?
Consciente de que empiezo a divagar me sereno.
La miro expectante.
En mi cabeza hay una probabilidad de un cuarenta contra sesenta de que no me mande a la mierda.

Cargando editor
11/04/2017, 12:26
Clementine Ouvrard

Puedo ver las expresiones cruzar el rostro de Daniel a medida que hablo, agradezco que sea tan expresivo y transparente, le da una nota de humanidad que estoy empezando a apreciar luego de vislumbrar tanto dios y semidios suelto y tanto ser humano convertido en animal.

Me sobresalto un poco cuando me graba, prosigo mi relato con calma y mesura a pesar de que me siento extrañamente incómoda, como un nativo al que le muestran un teléfono móvil por primera vez en su vida. Por alguna razón el tener mi voz atrapada en ese dispositivo me da resquemor, pero aparto la sensación a un lado: si eso sirve para que él y Leah puedan investigar mejor bienvenido sea.

Luego le toca compartir información a él y escucho atentamente cada una de sus palabras, siento cómo mi mente pone todo su esfuerzo en retenerlas, detalle por detalle.

“Por qué no me resulta sorpresivo que algunos hallazgos sean tétricos”, pienso para mí mientras sonrío de lado. Asiento a su afirmación de que somos personas de bien aunque no me considero cabalmente una, tengo demasiados intereses personales en esto como para darme ese lujo, pero entiendo a lo que va: buscamos el bien común y la supervivencia.

Mi sonrisa se hace más amplia cuando insinúa las personas con habilidades debieran unirse, no podría estar más de acuerdo. Siento la urgencia de intervenir pero la acallo enseguida, quiero oír cuanto va a decir.

Deduzco por sus palabras que se ha encontrado con alguien que también mueve los hilos de todo esto pero distinto a lo que hemos visto, cuando afirma que las posiciones se están moviendo asiento con quizás demasiado énfasis: yo también puedo presentirlo, algo está pasando, como el pequeño mecanismo que acciona una trampa que uno escucha de lejos.

Cuando me cuenta sobre la habitación llena de cadáveres me siento rígida en la silla, pero luego me inclino cuando me habla en confidencia. La piel se me eriza al imaginar la invocación del agente muerto y mis ojos se abren aún más cuando me cuenta todo lo que el difunto les ha dicho. Y lo de Eugene. Eso me hubiera servido mucho antes de quedar en una cita con él, pero ahora poco puedo hacer al respecto... Más que saber de antemano que deberé rechazarlo.

-Por supuesto, debe ser avergonzante para él que unos humanos lo manipulen -manifesté al escuchar sobre sus motivos para aliarse tan misteriosamente con nosotros, o más bien darnos pistas. -Aunque no entiendo a qué te refieres diciendo que está en el fondo de todo esto: si los... cultistas estos que viajan en sueños quisieran encontrar el pozo para hacerse con la maldad... ¿No deberían haber invocado al demonio, no sería más fácil? ¿Por qué meterse en su terreno? -reflexioné -¿O será que quieren ser dueños de esa fuerza y por eso Eugene los quiere lejos? -lo interpelé para ver qué pensaba al respecto. La respuesta vino de su boca luego cuando me expresó su teoría de que esta sociedad secreta de soñadores lúcidos había querido tomar el lugar de los dioses, a lo que hice un gesto que claramente quería decir: “Por supuesto, así debe ser”.

Cuando acabó me quedé inmóvil en silencio y me recosté contra la silla meditabunda, luego de unos instantes hablé: -Gracias por la confianza, Daniel -apreté su mano estirada. -Entonces, ya sabemos al menos quién es nuestro enemigo, esa sociedad secreta de soñadores lúcidos. -señalé -Lo que no me quedó claro es si la bruja, tu jefa, es Arene o no, creo que estoy algo confundida... -reconocí -Y esos hombres-lobo... Me pregunto si serán como los que me ha dicho Édith, creo que no -me llevé un dedo índice a los labios -Me parece que los que me ha dicho la niña pueden ser una imitación de los que has visto tú -señalé y permanecí en silencio nuevamente -¿Cómo es que cuidaban de Arene? -inquirí por curiosidad, estaba empezando a pensar que quizás aquellos, los soñadores, fueran unos disidentes de estos, los que cuidaban a la tal Arene.

-Édith está muy débil, Daniel, no creo que sea lo más adecuado sacarla ahora del hospital -dije pensando un poco voz alta -A menos que me puedas dar una instalación en la que pueda cuidarla yo, un lugar que esté equipado como este hospital -deslicé -Si pides el traslado de la paciente por motivos policiales puedo cuidarla, creo -la miré dudando -Al menos físicamente, y podríamos de paso buscar al padre. ¿Todavía sigue en pie tu oferta de que trabaje para ustedes? No creo que Seryg se ponga muy contento si hacemos este enroque... -expresé con sinceridad -Ya has visto que es celoso de sus pacientes -señalé -Y con respecto a tu pregunta... Más allá del sueño con Édith y de Ophelia no he visto nada extraño... -me quedé pensando -Aunque he tenido pesadillas últimamente, pesadillas que luego no logro recordar.

Cargando editor
14/04/2017, 19:51
Daniel Mallutz

El hecho de que siga sentada y hablándome ya es algo.
Consigue una atenuación de mi estado de nervios y aunque no sea profuso un edificante alivio.
Que sea su merito mas que mio me incita a recordar que necesario que me recomponga.
La fortuna es que con el tono sereno de su mirar aderezado de esa esencia narcótica con la que visten a los hospitales el tomar lazadas del desparrame de las formas racionales no es alcanza la proeza sino al menos el nivel de un sentido esfuerzo.
La verdad es que para ser francesa, o quizás por exactamente eso, la doctora tiene un halo de control profesional terapéutico. Mentiría si no dijera que deseo eso cerca. Sobre todo cuando cada minuto la realidad se desmigaja en sus certezas.
Cansado guiño los ojos buscando lo que guarda detrás. La pasión, la curiosidad y el miedo.
Si ella me da soporte a mi me gustaría saber como y cuando dárselo a ella.
Me escama como habla de Masaryk. No por lo que pueda venir de él a mi o a Leah si no por la parte delicada de ella en que el Diablo haya hincado el diente.
Todos tenemos un extremo tentable. Un punto ciego moral que en mi experiencia es tan universal que me hace valorar la santidad en mayor medida.
No es que crea que sea imposible encontrar alguien libre de toda tentacion. Solo que es jodidamente difícil.
No imagino vergüenza en el señor Masaryk - le comento reflexivo a Clementine - enojo e indignación si, si le fuera a extrapolar emociones humanas.
Comprendiendo la dificultad de mis palabras anteriores sobre Eugene intento puntualizarlas - No he querido decir que el señor Masaryk haya estado moviendo los hilos de los acontecimientos - me detengo, miro hacia el techo como contando y pensando y me corrijo - no al menos de todos. Sinceramente creo que has dado en el clavo con tu ultima afirmación. La del enpoderamiento. La asunción por conquista.
Intento ordenar mis pensamientos con mis manos como si fuera una maraña invisible en mi regazo.
No se el mecanismo. Si es vencer al Dragón. Matar a la Pitón. Si atravesar la barrera que bloquea el ascenso a un mundo superior - me encojo de hombros - pero algo así me temo que es y el Adversario no es de los que se queda de brazos cruzados.
Después le devuelvo el apoyo del sostén de su mano y le comento sobre la Bruja y el resto.
La Bruja, se llama Nella Gavalda y por pronto es nuestra jefa en el CSB, el cual aun no logro cuadrar si es una tapadera para sus actividades o verdaderamente es la organización que parece ser, una policía especial por encima de las jurisdicciones, con capacidad de meterse en casos como estos - digo señalando a Edith - sin injerencias mundanas perjudiciales.
Es ella la que nos ha comentado lo de los grupos de edad. La unión de los afines y todo lo demás. Lo cierto es que aun no tengo muy claro la idea que nos quiere dar al respecto o si como sospecho esta abierta al albedrío de como queramos establecerlo - muevo la cabeza negando levemente demostrando visiblemente lo exasperado que me pone el estar a bordo y al cargo de esa unión, no por que no crea que sea necesaria si no por que me asusta el cagarla teniendo esa responsabilidad.
Pero recojo mi usual cinismo y lo guardo en el asiento de atrás. No es el momento de lloriquear o de bramar contra el destino y el mundo.
Arene es otra soñadora. Como Edith. Pero entrenada en los caminos de la Sociedad Secreta que nos acecha.
Ella dice que escapo. O algo así.

Me detengo un segundo pensando con unos golpecitos del indice sobre los labios.
Los Hombres-Lobo...Son como hombres medicina pero con esa alianza espiritual con el animal...Y están relacionados con los sueños también. O con lo Onírico para ser mas exacto. Quizás con los Mundos por Encima - me detengo por que quizás Clementine no pille la referencia - Me refiero a los mundos de los Dine y los Hopi. Este - señalo alrededor - es el Quinto Mundo, el Fértil. Aquí llegamos y nos dividimos entre la gente del Jefe del Leon - los humanos - y la del Jefe del Lobo - los animales - empiezo a darme cuenta de que si sigo por ahí no vamos a perder así que sincretizo - Por encima están el mundo de los espíritus y el mundo que se funde en Uno. Creo que, a su modo, cada uno de estos chamanes puede abarcar y entrar en esos mundos. Y vigilar que no se alcance según que lugares. O buscar el alcanzarlos.
A Arene la retienen por que puede guiar a quien sueñe junto a ella a los lugares que los Hombres-Lobo no quieren que se vaya - miro a Edith - y hay que ir con cuidado. No se si querrán lo mismo para Edith.
La miro indicándole que no me siento con las fuerzas de tomar ahora esa decisión pero que me temo que en algún momento habrá que planteársela. Pero no ahora. No con tan poca información. No gustándome tan poco.
Miro a la chiquilla y recuerdo lo que me ha dicho de trasladarla.
Pídeme lo que necesites para la niña y moveré lo que no esta escrito para que lo tengas. Veamos hasta donde Gavalda esta deseosa de mover el culo para que no acabe en la jurisdicción de su tocayos del bosque. Si no lo haremos aquí, en el hospital, pero buscaremos un lugar separado del resto de pacientes.
Con respecto a las pesadillas... - le comento serio - aunque no recuerdes la forma, las imágenes, las voces y las acciones, ¿Que es lo que sientes al despertar? ¿Te encuentras bien?. A Leah la intentaron asaltar cuando todo esto empezó. Al compañero de Fox lo hicieron quitarse la vida - la intento dar apoyo con el calor de mis manos en las suyas - Y otras cosas se mueven también por los sueños. Ya os conté lo de el Señor de los Muertos - digo santiguandome.
Si estáis en peligro por esa vía os protegeremos. Tenemos un método. Lo pedimos para guardar a los nuestros y si este es el caso... Debemos saberlo.

Cargando editor
23/04/2017, 00:52
Clementine Ouvrard

Comprendo las palabras de Daniel, quizás estoy humanizando a un ser que no posee dichas sensasiones. -Lo que me aterra es el para qué -suelto de pronto -Para qué estos individuos, que usan estos métodos tan cuestionables y poco humanos, quieren acceder a ese plano superior -me llevo una mano al rostro pero solo apoyo la punta de los dedos en el mentón.

Cuando me habla de su jefa, Gavalda, me alegro que el apodo de bruja no signifique que lo es realmente, por lo menos no sobrenaturalmente. Percibo la tensión que le provoca verse a cargo de un grupo, quizás por no sentirse capaz. Sin embargo, yo veo que lo lleva bastante bien, tal vez le hace falta un poco de confianza en sí mismo. Le extiendo una sonrisa gentil.

La parte de los hombres lobo me marea un poco pero logro entender el meollo del asunto, creo. No puedo evitar intervenir cuando me dice que no está seguro de que lo hombres lobo no quieran lo mismo para Édith -Pues no les corresponde a ellos decidir -me cruzo de brazos -Creo que la niña ya ha sido rehén de demasiados adultos en su corta vida como para que su destino esté sellado sin remedio -expreso -Tiene que haber alguien de quien pueda aprender cómo defenderse -agrego. Por lo que puedo ver él tampoco está muy de acuerdo con ello, lo cual me da alivio en cierta medida.

Suspiro, la noche augura ser larga y el día que viene aún más. -Lo que necesito son los mismos equipos que ve aquí -contesté apretándome el puente de la nariz por puro cansancio -Necesito una habitación en la que pueda acceder a fuentes de poder, agua, oxígeno, aire comprimido vacío y control de variables ambientales como luces y temperatura como los picos que puede ver detrás de la cabecera de la cama -señalé -Además Édith necesitaría una cama clínica, monitor cardíaco, canales de presión invasiva y no invasiva, alarmas que se activen de acuerdo al estado del paciente o cambios en las lecturas, nebulizador, monitor de signos vitales, fonendoscopio -tecleo en el móvil mientras hablo -No te preocupes, te lo estoy escribiendo todo en un mensaje. Desfibrilador portátil, sistema de presión intracraneana por fibra y un broncoscopio -finalicé -Además, de suero y drogas varias -aclaré -Eso sería lo mínimo para asegurarnos de que Édith estará bien ante cualquier eventualidad médica -aseguré. -No estoy segura de que tu jefa quiera gastar tanto -mis ojos se desviaron hacia la niña por un instante y me callé lo que iba a decir "por ella".

-Pero no perdemos nada con hacer el intento -sonreí con gentileza tratando de que recupere un poco el talante -No te olvides la orden de traslado, de otra manera tendrás que moverla de aquí sobre el cadáver de Seyrig -bromeé. -Y con respecto a las pesadillas... Como te dije, no recuerdo nada de ellas, si estoy en peligro o no, no puedo saberlo -musité. -Pero creo que ya he demostrado con creces mi compromiso con esta misión, quizás el conocimiento debería serme dado.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada para ver si encuentro información online desde el móvil sobre el padre de Édith.

Cargando editor
23/04/2017, 04:16
Director

David Montillet era un personaje célebre.

Nada más ver su fotografía lo reconoció de algún programa de televisión. Y del sueño ¡Había soñado con él!

Lo recordaba casi de niña. Su padre veía con avidez unas entrevistas sagaces a unos y a otros. Cualquier político confiado era presa de sus preguntas educadas e implacables. Luego, cuando Clementine estudiaba secundaria, era casi un sex simbol, tenido como un hombre con clase y talento. 

Era fácil encontrar datos sobre su vida y amoríos, que fueron carnaza de la prensa del corazón.

Formado como periodista político, se hizo famoso por sus crónicas de la caída del Muro de Berlín.

Corresponsal en Berlín y Roma, escritor de libros de actualidad, miembro de consejos de dirección de un periódico y del de redacción en otros dos, uno de ellos alemán, fue una persona muy influyente y respetada en los medios de comunicación.

Sus análisis fueron muy críticos y fue considerado sobre todo un gran entrevistador. Muchos políticos y grandes empresarios patinaron en directo, desnmascarando fraudes y conductas poco éticas. Tampoco era tenido precisamente por progresista. Era muy crítico con algunos partidos emergentes a los que tachaba de populistas, por lo que fue tachado en su día de reaccionario por los medios de izquierdas.

Casado con una periodista alemana -Gertrud Balach-, se divorció a causa de un escándalo con la joven hija de un magnate,  con la que se casó para divorciarse poco después. Su tercer y último matrimonio fue con una modelo y actriz muy conocida en Alemania, Vendela Döbeln.

Tuvieron una relación romántica muy mediática durante el rodaje de un film en París, hace cerca de seis años. Vendela se estableció con David y se casaron. Ella abandonó su carrera de actriz y se dedicó, tras la muerte de él, al peridismo. Sobre todo al periodismo cultural.

David murió hace cerca de tres años y medio junto a su cámara -Yvon Menzel- en un accidente de avioneta en la República Democrática del Congo, cuando trabajaba en un artículo sobre la compra masiva de tierras cultivables en África por empresas multinacionales y países ricos.