Partida Rol por web

Pues somos dos los que lo tememos - me sincero cuando expresa su resquemor, mas angustioso que apenado, ante las intenciones de estos autodenominados Soñadores. Se le nota afectada aunque su cuidadoso control de las emociones la ayuda a parecer mas férrea.
La diferencia entre lo que veo y lo que hay abajo me es secreta. Ahora mismo puedo imaginar, que trabajando aquí, donde el continuo trato entre la vida y la muerte expone los sentimientos sin tapujos con pacientes y familiares de estos, algún mecanismo de conservación la defiende del constante bombardeo humano.
Quizás es una reacción a nuestra sensibilidad innata. Ir a buscar una profesión que nos defienda con la propia idiosincrasia del entrenamiento de lo que requiere su ejercicio. Y nos aleja de estar tan cerca del limite de lo que es soportable.
Confidente me atrevo a mostrar mis pensamientos - Por eso el combate que se va a avenir - me aclaro la voz. Continuo sereno, solo ligeramente afectado, no en vano no es la primera vez que me enfrento a una situación paralela a esta, con todos los matices de diferencia. Una Organización Criminal es una Organización Criminal. Aunque se pretenda diferenciar el Crimen, el mal es el Mal y punto.
No hay medida.
Lo que me da mas miedo es el precio que nos llevara a pagar.
No he sido protector ni condescendiente. No hay ninguna intención de amedrentarla o hacerla recular. Estoy seguro de que seria descortés e irrespetuoso. Unicamente soy sincero desde mi experiencia vital. Con lo mundano y con lo sobrenatural.
Espero que ella lo entienda. La creo lo suficientemente inteligente para haberlo ya pensado por su cuenta. Pero como colega me siento incomodo si fuera con medias verdades o mentiras.
No se si lo llego a exteriorizar con el rastro de mi tono y el lenguaje de mis gestos.
Cuando se enerva, a su manera controlada y directa la respaldo asintiendo con la cabeza.
Me agrada obtener la consciencia que en ese tema estamos en la misma pagina. Que no hay negociación ni dobles lecturas.
Estoy contigo, Clementine. Edith es una niña y tiene una vida por vivir. Los adultos somos los que tenemos la obligación de darle un tiempo y un lugar para crecer libre. No para enhebrar sus propias agendas ideológicas o místicas. Y la idea del tutor es excelente. Para ella y - me rio bajito y mordaz - que carajo, también para nosotros. Es la pregunta que he estado haciendo a cada paso. ¿Quien nos puede enseñar? Y básicamente de momento la única respuesta ha sido que nosotros - le digo señalándonos mutuamente y ampliando el gesto para incluir a Leah - Si se te ocurre la forma de descifrar esa idea cuéntanosla de inmediato - me ilumino la cara con una sonrisa - Me desquitaría de este miedo de dudas e inseguridad sobre lo que vamos haciendo.
Pero pasemos a lo importante - me levanto de la silla para ponerla a su lado, hombro con hombro - vamos a ver hasta donde pueden llegar nuestros recursos.
Con su lista en el teléfono empiezo a gestionar las posibilidades del traslado: Orden burocrática lo primero que es lo que mas tarda siempre y detalles técnicos y logísticos.
Con su asesoramiento voy trasladando la información a Chana a través de los mensajes de mi celular, combinadolos con los textos técnicos profesionales que me suministra Clementine. Todo parece muy aparatoso y esotérico pero me apuesto la cena pendiente a que Chana se maneja tres veces mejor que yo con ello.
Es una suerte tener a la doctora a nuestro lado.
Inspiradamente, le pido que se imagine lo que fuera a necesitar para una sala extra. Una con los medios necesarios para lograr una hazaña tan extrema como la que intentamos con Leah, descendiendo hasta niveles menos graves, sin dejar de lado necesidades quirúrgicas ni similares.
Esa información también se la traslado a Chana.
Para que ya que nos ponemos... - es mi único comentario al respecto.
También incluyo algunas directrices para pequeños botiquines compactos. Con la capacidad hasta donde de las posibilidades de darnos una oportunidad donde no la hubiera.
Por ultimo me dedico a gestionar la unidad de traslado. Y averiguar que posibilidades tenemos de tener una cerca cuando fuera necesario.
Yo tampoco estoy seguro de lo que mi 'Jefa' esta dispuesta o tiene alcance de poner en juego. Creo que me esta dando mano libre para que la rete en ello. Para ver lo que tengo escrúpulos en pedir y que no. - Tomo aire y me sincero.
Después de haber estado, un largo tiempo, persiguiendo crápulas que acaparan dinero como un dios salvador ten seguro que no tengo miedo a gastarlo. Siempre que sea como lo que es: una herramienta.
Me silencio mirando de soslayo a la doctora para ver lo que pasa por su cabeza respecto a mi.
Y eso también se reduce en el caso de lo que hemos comentado: Sobre las pesadillas y los sueños. No necesito pensarlo mucho - me detengo irónicamente visualizando en mi cabeza las dimensiones de la Piel y la posibilidad de cubrir a ella a ambas - ...perdón. Los lobos nos dieron una artefacto. Una piel que protege al que la porta del influjo de los Otros. Dado que las dos, bueno las tres, que habéis profundizado hasta lo mas Profundo sois vosotras dos y Leah, lo perentorio es que la uséis vosotras. Leah tiene a su Acompañante no creo que la molesten mucho. Yo me arriesgare. Y tengo a Gavalda. Y a los Lobos.
Y tu compromiso... - la miro respetuoso - No necesitas a un poli de Arizona para confirmarlo. Lo reafirmas tu con Él - señalo hacia arriba - aunque no seas una creyente, haces la labor que nos pide: Como doctora, como umm...Sensitiva... y por su puesto persona.
Por mi parte eres una mas de nosotros. Lo se desde que te vi con ella.
Lo otro sera formalismo y papeleo. Si quieres hacerlo.
Antes de que me ponga mas sentimental me concentro en el móvil.
Vuelvo a pedir información a Chana sobre el padre de Edith. Le indico que no espere a nosotros y que si lo localiza lo ponga en custodia.
Luego le mando un texto a Leah. Pienso y lo comparto con Clementine que, cuando sea el traslado, lo mejor es que gestionemos la mejor escolta que podamos aportar.

El siguiente par de horas fueron de intenso trabajo. Clementine conoció a Chana Zhychuk, la secretaria del CSB.

Se presentó en el hospital con dos abogados, una cita con el consejo de administración y una orden de traslado urgente firmada por un juez de la sección antiterrorista.  

Mientras Chana lidiaba con la burocracia del hospital Clementine se encargó de preparar la parte médica del traslado y el equipo de la nueva ubicación. Tenía un “cheque en blanco” y no le ponían ninguna traba a ninguna petición.

Sólo una persona del consejo de dirección del hospital tuvo los recursos y la determinación de oponerse al traslado, precisamente el doctor Seyrig. Conocía a un juez del Consejo Superior de la Magistratura y lo habría echado todo a perder de no ser por un gesto de la doctora.

Y ni siquiera hablaron, una mirada fugaz de Clementine bastó para que Max cediera. Simplemente les dejó hacer.

Daniel recibió de chana una carpeta con información sobre el padre de Edith. David Montillet.

También tenía que organizar la parte no médica del traslado

Supo, también vía chana, la dirección del piso franco. Y podía solicitar, a través de ella, hombres y medios.

A todas estas la respuesta de Leah tardó mucho en llegar. Fue desde otro número de teléfono, ya de madrugada, un mensaje de texto.

Lo que sigue es un resumen después de una primera ojeada:

David Montillet fue, hasta su desaparición en una zona remota de  de la República Democrática del Congo -junto a su cámara, Yvon Menzel- hace cerca de tres años uno de los periodistas más famosos del país.

Formado como periodista político se hizo famoso por sus crónicas de la caída del Muro de Berlín. Corresponsal en Berlín y Roma, escritor de libros de actualidad, también fue protagonista de algunas crónicas de revistas del corazón. Casado tres veces -primero con una periodista, luego con una millonaria y finalmente con una actriz famosa- desapareció en un accidente de avión cuando trabajaba en un artículo y fue dado por muerto dos años después de su desaparición, a pesar de su viuda, Vendela Döbeln que presionó hasta conseguir una investigación especial sobre su desaparición.

Entre la rica y variada -excesiva- información sobre David Montillet destacan dos informes.

El primero era un dossier de hace unos diez años de los servicios secretos buscando trapos sucios para chantajearle si era necesario. No detectaron ninguna afiliación política, pero tenía numerosos e inesperados contactos en las “cloacas del periodismo” y había desenmascarado demasiados trapicheos de los políticos como para no ganarse unos cuantos enemigos. Era un tipo mucho más aguerrido de lo que parecía y había hecho frente a todo tipo de amenazas.

En la época del informe se había divorciado de su primera mujer, la de toda la vida y se acababa de divorciar de la segunda. Era un mujeriego empedernido y en el dossier se recomendaba que al ser ese era su punto débil, recomendaba conseguir fotografías comprometedoras de índole sexual.

Tenía una hija con su primera mujer -Gertrud Balach, con la que nunca cesó su relación- encargándose de la niña tras la muerte de ésta.  Figuraba el nombre de la niña: Édith Montillet.

El segundo informe era la investigación de la Interpol sobre su desaparición, investigación realizada debido a presiones de su viuda, que tenía contactos políticos. La avioneta de David se había estrellado en una zona inhóspita y la policía apenas había investigado.

Estaba investigando la compra masiva de tierras en países del tercer mundo por parte de multinacionales y países del primero. El número de perjudicados por este trabajo de investigación -que el propio Montillet anunció que era el más importante de su carrera y que comprometía a muchos políticos y empresas- era tan grande que se cerró para evitar un conflicto diplomático.
 

Y el mensaje de Leah decía así.

SMS: Daniel, estoy bien. Perdi mi telefono. Posible ataque inminente en el hospital. Debes salvar a la niña, me reunire en lo que pueda. Esto es mas grande de lo que sabemos y no confies en Eugene Masaryk, es el diablo.

Lo de la piel de lobo me sorprendió, debe ser que está tratada con algún ritual que le da poderes de protección. Ansié tenerla entre mis manos para examinarla y agradecí con una sonrisa y una mirada franca a Daniel la confianza -El papeleo lo haré si alguien me explica más detalladamente de qué va esto, hasta ahora es todo muy secreto y lo comprendo, pero no puedo aceptar comprometerme con algo de lo que no estoy 100% informada -le respondo. Y tenía dudas, profundas dudas, de no dar la talla con todo aquello, de ser un elemento débil. Después de todo le había hecho ojitos al diablo. Pero haría lo que fuera por Édith, eso era seguro.

Me limité a leer lo que la búsqueda había arrojado en mi móvil para discutirlo con Daniel, pero al terminarlo no me atreví a hacerlo delante de Édith. No podía simplemente, después habría tiempo de hacerlo, no podía darle un golpe así tan rápido y me envolvió además, una intensa tristeza, yo lo había visto en mi sueño, ahora lo recordaba... Tenía la impresión de llegar siempre tarde. Siempre tarde cuando todo había pasado, cuando la realidad de este mundo o de otros, me había arrollado. Miré a la niña desde mi lugar, al menos con ella había llegado a tiempo, o eso quería creer con cada fibra de mi corazón.

Pronto los hilos de la CSB comenzaron a moverse y con ellos nosotros. Conocí a la famosa Chana de la que tanto hablaba Mallutz, me impresionó en cierta forma que una secretaria tuviera semejante poder de acción en sus manos. Sospeché que debería ser una suerte de brazo ejecutivo de sus superiores.

La preparación del traslado me mantuvo ocupada la mayor parte de la noche y envié un SMS a Max para pedirle un café luego, para hablar mejor. No se merecía que le arrebataran así su conquista, después de todo él la había salvado; sin embargo, era imperativo sacar Édith de allí. Así me había dicho Daniel y así confiaba que debía ser.

Mientras todo pasaba a nuestro alrededor y era consultada sobre los equipos y materiales de trabajo no me apartaba de la habitación de Édith en cuanto me era posible, supongo que los padres deben sentir algo similar con sus hijos: cuando se les da algo tan preciado y frágil, con tanto potencial al mismo tiempo, temen que les sea arrebatado, deben pensar: esto es demasiado bueno para ser verdad.

Me amoldo al flujo de información y tareas y por una vez es como deslizarse sobre seguro.
En algún momento, en respuesta a la sensata reserva de Clementine le comento que estoy de acuerdo en que lo medite antes de firmar nada. Incluso me sincero indicándole que sabiendo lo que ahora se no podría estar seguro de que lo que le firmara al principio de esta historia a la Bruja no tuviera mas calado que la afiliación a su extraña agencia de policía.
Hoy es Edith la prioridad primera y apiolar a cuantos vayan tras ella el premio añadido.
Y no hay duda en que prevalece en la balanza.
Ese día que podamos parar a charlar y poner las cartas sobre la mesa ella podrá decidir que hacer. De facto hoy soy yo el que da fe por ella.
Al parecer Gavalda no tiene fondo en lo que materialmente puede aportar o esta poniendo toda la carne en el asador.
Me fascina y me asusta a partes iguales. Pero entre todos los frentes de atención estos sentimientos se diluyen. Me dedico a decidir y pedir quien y cuantos necesito en cada puesto.
Empezando por los nuestros a los que insisto que a no ser que estén en otra misión, los quiero aquí.
A Gavalda solo le apremio a través de Chana a que agilice lo que tenga que pactar con los Lobos.

Y después la información que el CSB pone en mis manos me extrae improperios secos.

El informe sobre Millet, es sucio y oscuro como el resto de la cruda realidad. Con los ligeros detalles que me harán jurar en arameo si lo supiera.
Joder. Hijos de la chingada - ver el nombre de Vendela Döbeln en el dossier me da un escalofrío, recordando lo que Arene Lioret, la otra Kore, Soñadora y Asesina, nos llego a contar en el bosque de ella y de su participación en el conciabulo que anda tras Edith.
Me urge la sospecha de que como acostumbraran, se hubiera infiltrado en el matrimonio para instruir y controlar a la siguiente exploradora, y que el accidente no vaya a ser otro de los hilos tendidos de la trama de estos Engreídos. La muerte de la madre de Edith, Gertrud, puede que tampoco sea trigo limpio.
Se la señalo a Clementine compartiendo el nudo de desazón por las noticias que leemos - Este nombre ya lo había oído. Es una de ellos - bajo la voz casi hasta lo inaudible - su madrastra. Es, y cito: muy peligrosa - recuerdo - Algo sobre el poder por la veneración de las masas.
Después agito la cabeza nada convencido y le confieso a mi compañera lo que me dicen las entrañas - No lo creo. No puede estar muerto. Edith lo sabría. Y no ha habido mas que vehemencia en pedir que lo buscáramos - vuelvo a negar aun con la idea de que igual que al compañero de Fox a David Montillet lo podrían haber inducido al suicidio. Luego me doy cuenta de que la aspirante a Maestra de los Otros había insistido en que lo buscaran, y cierta satisfacción me retuerce la comisura de los labios.
Me imagino al mujeriego periodista tramando una ruta de escape de la red.
Quien sabe. Cojones parece que tiene.
Edith lo sabe ¿No?.
En eso es que leo el mensaje de Leah.
El soniquete de la tecnología maldita vaticinando que no va haber tiempo de planes y no se si al menos siquiera para plegarias.
Lo releo a la velocidad de la adrenalina disparada y tomando a Clementine aparte con estoica sobriedad no exenta de un toque brusco se lo enseño.

Cita:

Jodida Jodienda de Hideputas - escupo el exabrupto esperando que al ser en castellano no sea tan ofensivo. Pero mi gesto no se puede disimular.
Respiro hondo y tomo uno de los comunicadores generales para empezar a dar ordenes.
Pillo también a Chana para que coordine nuestra parte.
A los uniformados y a los auxiliares que ya están movilizados les ordeno que redoblen su vigilancia en los accesos del hospital. Insto a que pidan refuerzos y estén atentos a la mínima cosa extraña.
Acuerdo con Chana el usar la estrategia terrorista. Servirá para remover la tensión, ya inculcada en la gente, con respecto a los atentados y en el caso que esto se vaya camino al infierno los protocolos de rescate y evacuación ya estarán activados.
Mentalmente me santiguo para que si en el ajetreo, luego si es una falsa alarma, todo el movimiento no perjudique algún otro paciente.
Pero si esto se va a convertir en una posible zona de guerra mejor que todo el mundo este espabilado.
Las ordenes son para los lugares comunes.
Las entrada conocidas.
Ahora es el momento de jugar al ajedrez y descubrir si es posible hacer un gambito.
Pidiéndole a Chana que los nuestros estén atentos solo y unicamente a nuestro canal le pregunto a Clementine las dos cuestiones mas importantes ahora.
Doctora ¿Como vamos para proceder al traslado ahora, en el menor tiempo posible? - le pregunto sabiendo lo que implica y después le añado en confidencia - ¿Hay algún lugar en este sitio o bien para salir sin que sea la salida obvia o bien donde llevar a Edith y que la alejemos de los demas pacientes?
Ya vienen para aquí, incluso pueden estar a las puertas.
Si es imposible sacarla del edificio tendremos que buscar un lugar mas defendible e inofensivo para los otros.
Y quizás despistarlos con un señuelo.
Mientras espero la respuesta de Clementine cambio a Chana.
Dile por el medio que puedas a Gavalda que los adversarios vienen para acá. No se como acabara esto pero si es necesario que nos mande a la Jauria que sea la voluntad de Dios.
Me santiguo volviendo a mirar el móvil por si Leah manda mas información.

Todo parece transitar en forma de caos ordenado, por instantes me siento como los protagonistas de las películas que ven todo pasar a su alrededor pero que sienten en una extraña tercera persona por un instante. Cuando Daniel me comparte información del informe que ha recibido se me hace un nudo el corazón -¿Dices que podría estar vivo? El padre de Édith -digo señalando con el mentón las hojas en la carpeta entre sus manos -Yo soñé con él cuando ella me llevó... Parecía bastante vivo, pero nunca se sabe -me encogí ligeramente de hombros. -No le he dicho nada, todavía -confesé -No tuvo corazón, recién se ha despertado del coma, no puedo decirle algo así -negué recriminándome internamente por mi debilidad.

Entonces me muestra el mensaje de Leah. Inminente ataque, dice. La piel se me eriza y comeinzo a mirar en derredor como si pudiera verlos llegar, como si pudiera identificarlos, es más mi deseo que otra cosa, mi absoluto anhelo de escapar con Édith y dejarles el polvo para que lo mastiquen.

-Vámonos ya, Daniel -lo apresuro jalándole la manga de la camisa como una niña -La ambulancia debe estar a la salida que yo indique y nos subiremos inmediatamente en ella con Édith, aunque si hubiera una manera de llevarla en una ambulancia camuflada sería mejor -sostengo, no sabiendo si eso era posible.

Me pierdo un instante en mis pensamientos tratando de acelerar todas la ideas y bueno, sale a pasear el efecto de expresarlas en voz alta.
Las primeras dirigidas a Clementine, básicamente por que es a quien veo y quien me esta hablando.
Es una corazonada, Clementine. No puedo darte una prueba solida pero creo que es así. Pero lo creo vivo.
Luego comprobando el teléfono en una mano y el transmisor en la otra añado - No va a haber tiempo de camuflarlo, vamos a lo directo - y es mas una reflexión en voz alta que un hecho refutado - preparémonos. Cuando tu digas nos ponemos en marcha - señalo a la cama y a la niña confiando en que, los segundos que me de Clementine mientras la levanta y revisa los aparatos y los goteros, me darán tiempo para poner el resto en marcha.
Alineo en la cabeza los nombres, como el que repasa los objetos de un kit de ensamblar, de la caja que has encontrado.
Están los guardias de uniforme, en las puertas del hospital, numerosos y ajetreados fijos en una función la cual para lo que viene los convierte en civiles, pero no inútiles.
Les transmito la consigna de que cada minuto informen de su estatus. Esto le dejara alerta.
Luego están los nuestros. Chana, Suzanne, Rubel, quizás a Ivo también lo han convencido y por supuesto Gavalda, Leah, Clementine y yo mismo.
Como siempre lo que es información es de lo que menos dispongo, y maldita sea si puedo decidir objetivamente, por el conocimiento de la experiencia que cada uno tiene de trabajo de campo, así que hago un mix. Mitad lo decidiré yo, mitad lo pondré en sus manos.
Suzzane y Ivo si estas ahí. El que tenga mejores aptitudes de conducción que se prepare con su coche junto a la ambulancia - comento por nuestro canal privado - si el coche no es maniobrable y robusto agenciaros uno, ya. Nos hará de pantalla. El segundo mejor conductor que se prepare en la ambulancia.
Rubel - digo pensando en voz alta - tu nos cubres la ruta de salida. Emplearemos el ascensor de traslado de pacientes del ala de acceso - comento mascullando - si cortan la energía que nos pille en el que tiene grupo de emergencia. Si no utilizaremos la escalera adjunta.
Me detengo un segundo pensando mas rápido, mas contundente, intentando que sea mejor.
Vamos Lena, tu eres la buena en esto de los juegos mentales, como lo harías tu.
Casi la oigo llamarme tontito con su deje socarrón: piensa como un hijo puta, ¿si quisieras el premio que harías tu?. ¿Que es lo que no has pensado?
Infiltración. Ya están aquí - digo en un susurro - si tomaron al compañero de Fox lo pueden hacer con cualquiera - ¿Cuantos? Tantos como los miembros de una cábala al menos. Minimo seis de media unos doce ¿Quienes? Los que tengan algún poder de disuasión o de agresión o tengan accesibles los ojos - Joder - me digo mareado y deseando que Ellos no tengan tanta imaginación
Atención todos. Pueden que estén controlando a miembros del personal hospitalario o policial. Incluso pacientes - por un instante deseo que Gavalda haya escogido un grupo enseñado o pertrechado para evitar ser objeto de ese control por que si no... - Si os encontráis un poli fuera de lugar lo incapacitáis. Vigilar los gestos y las manos del personal sanitario que se os acerque - lo pienso un segundo y me digo que no hay que ser remilgado. Si quieres ser un dios o parecerlo no te vas a ir con escrúpulos. Lo vas a utilizar todo - de cualquiera que se os acerque.
Cazo a Chana y le indico que vaya donde crea que se va a manejar mejor. Y que le diga a Gavalda que empieza todo. Y que nos triplique el sueldo.
Luego,entre el equipo dispuesto para el traslado pillo el desfibrilador y en el momento que Clementine tiene un segundo le pregunto como calibrarlo para incapacitar.
Que quede como un tonto 'manita' y se rían de mi un buen rato me digo en silencio como si aquí estuviera mi hermana y después me santiguo, le mando una breve plegaria a la Virgen, a Nuestro señor y al padre de Edith - velar por nosotros, por favor.
Lo ultimo que hago es mandar el mas escueto mensaje de voz a Leah.

Por indicación de Clementine tomaron un largo pasillo que antes servía de salida de emergencia y ahora era recorrido por una maraña de tuberías.

Daba un largo rodeo pero era un camino desconocido para casi todos.

Chana le había dado una radio a Daniel por la que iba informando conforme avanzaban.

Édith podía caminar pero estaba débil y la llevaron en una camilla ligera.

Ivo, un joven alto y delgado andares de sobrado iba unos metros por detrás armado con un subfusil.

Los neones del pasillo se apagaron y se encendieron las viejas luces de emergencia. Funcionaba una de cada tres pero era suficiente.

Por la radio Chana informaba:

Conato de incendio controlado Ha caído la luz del hospital. El transformador se ha puesto en marcha.

Llegaron a la salida sin cruzarse con nadie. El negro de la noche empezaba a azulear.

En el punto convenido esperaba Héctor Rubel -un hombre fuerte con aspecto de mercenario- junto a un todo terreno japonés y Suzzanne Rostand -una chica delgada y joven con aire masculino y pinta de presentar un documental de la BBC en los años setenta- sentada al volante de una pequeña ambulancia.

Ivo ayudó a subir en la ambulancia a Édith y después se subió de copiloto en el todo terreno. A lo lejos, en el ala principal, se oía el trasiego de los bomberos.

Se pusieron en marcha y salieron del recinto del hospital por una puerta de servicios lateral. Cruzaron una avenida y circularon callejeando por Montmartre.

Clementine iba en la parte de atrás, con la niña, Suzanne conducía y Daniel iba en el asiento del copiloto.

La cabina estaba perfectamente comunicada con la parte de atrás, separada sólo por unas barras de acero.

La falta de noticias de Leah me socava. Algo esta pasando.
Pero poco podemos hacer y acabar lo presente es prioritario.
Solo espero que el piso franco sea lo que prometió Gavalda.
Que Edith este a salvo allí.
Después de eso...Buscare a Leah y Buscare a Montillet.
Por un segundo, caigo que Leah puede que este en el centro del otro frente... me entra un escalofrío.
Compruebo el arma, recamara y cargadores.
Miro hacia atrás comprobando que Clementine y Edith estén asentadas. Les recuerdo que se abrochen los cinturones de seguridad.
Bueno Suzanne, enseñarme lo que sabéis hacer - le digo llano y considerado - [B]llevadnos a ese piso protegido de Gavalda.[/B]

A esas horas la calle estaba desierta. No parecía que nadie les siguiera, aunque había algo en la atmósfera que a Daniel le resultaba inquietante.

-Señor, algo no va bien. No acaba de encajar… -Conducía mirando al frente con el ceño un poco fruncido -...creo que es más propicio para el atacante este escenario que el del hospital y que un ataque en los próximos minutos es… previsible.

Desconocemos cómo de profundo se pueden infiltrar... si fueran eficientes ya lo habrían hecho hace días… creo que nosotros, por la proximidad a su objetivo, deberíamos haber sido su huésped prioritario. No ha habido noticias de un intento fallido de… posesión... así que no es descabellado sospechar de que hayan tenido éxito… creo que deberíamos pensar en esos términos: alguno de nosotros, o varios, han sido hackeados, quizá incluso sin ser conscientes de ello.

En todo caso por cada persona que esté cerca de la niña es un riesgo más que hay que asumir. Por eso, para reducir el riesgo, le sugiero que nos separemos del vehículo de apoyo y tomemos una dirección al azar buscando refugio en una ubicación nueva de la que no puedan tener noticia... y así evitar en lo posible una emboscada.

"¿Que acaba de decir la cabrona esta?", pensé y me revolví insegura en el asiento. Si hubiera tenido un arma le hubiera dado un tiro en la cabeza apenas había terminado de hablar, pero la verdad es que no tenía un arma, solo el desfibrilador calibrado para aturdir. Lo miré de reojo, pensando. Tomé mi maletín y fingí comenzar a hacerle un chequeo a Édith, mi intención era preparar una dosis de sedante para dormir a un caballo y tenerla a mano pero el movimiento del auto y la poca visibilidad adentro no me dejaban operar bien. -¡Es verdad, hasta podrías ser tú! -repliqué captando su atención, por si Daniel tenía pensado hacer algo, o para que observara él que era policiía. -Bueno, si yo fuera uno de ellos trataría de separarnos del grupo y de llevarnos lejos a donde nadie pudiera encontrarnos -dije en voz alta y la miré por el espejo retrovisor intencionadamente. "Tendría que haberle pedido un arma a Daniel, ¿Por qué no lo hice?...".

Interesante parlamento mientras estamos en plena ejecución de una huida.
Sobretodo cuando, sin volver a tener noticias de Leah, la idea de que me hayan inducido a salir a campo abierto, me rondaba la cabeza.
Una forma de provocar que te equivoques es no dejarte pensar metido en la necesidad de precipitarse.
La teoría del hackeado tiene su punto. Básicamente es una de las posibilidades.
Dado que la expone Suzanne empiezo a decantarme a plantear que si hay alguien hackeado en la ambulancia es ella.
Si yo hubiera sido el pirateado no hubiera salido del Bosque. O en el Tete a Tete con Gavalda ella hubiera intuido algo.
No, mi manipulación puede haber sido mas simple y tradicional.
Clementine...me da, es solo una sospecha, que Masaryk tiene los dos ojos puestos en ella por lo que no lo permitiría a no ser que le sirviera para una intención mayor, que le condujeran a los Perpetradores.
Y caer sobre ellos con toda el poder del Castigo. Dios tiene senderos muy inescrutables.
No. No creo que sea Clementine. Aunque los sueños que ha tenido...
No. Me atengo a la lógica táctica. Son los demás. Todos en un principio aunque la voz activa sea la de Suzanne.
La opción del divide y vencerás que propone, al indicar que partamos el grupo y nos alejemos hacia una localización improvisada, ahora que estamos a campo abierto, es cojonudadamente atractiva a la par de arriesgada en contra de lo que trata de convencernos Suzanne.
Alejados de todos y huidos a la incógnita, si nos abordan estaremos solos e indefensos.
Y posiblemente muertos y Edith en las manos de quien hemos prometido no va estar.
Suzanne suena tan racional que asusta. Intento recordar las palabras exactas de Arene:

Cita:

Si no me equivocan las palabras Arene habla de Posesión no de programación.
La posesión implica contacto, presencia, contacto directo para poderle hablar a tu mente, una parte o totalidad que se puede expulsar.
Si supiera como cortarles el acceso o mucho mejor como agarrarles por los huevos y apretar entonces las circunstancias estarían a nuestro favor. Ganaríamos al menos tiempo.

Tiempo que a Ellos se les debe estar agotando.
¿Por que quizás la Condenación se les esta aproximando a cada segundo? ¿Por que si no tanto esfuerzo y empuje? ¿Por que Edith es tan importante?
Han jugado a este juego durante décadas. Si pierden esta baza podrían esperar y preparar otra. ¿O tal vez esa posibilidad no la tienen? ¿Esta usted señor Masaryk al acecho como la Severidad de nuestro Señor?
Ojala tuviera la respuesta.
Masaryk es una de las posibilidades tacticas. Ir hasta el centro de sus actividades y disponer que los dos contrincantes se despellejen. En ese caso claro que apuesto por el Diablo.
Pero hay una parte de ese escenario que no me agrada. Temo que Masaryk no distinguirá entre creyentes o gentiles.
Temo que tomaría también a Edith.
¿No acabaría así con todos los problemas con gesto de cirujano? Joder si tener al Diablo de nuestro lado seria útil y aun así de todo lo que Leah escribió es lo que mas creo. Que no se puede confiar en Él.

Si supiera como funciona mi don quizás la respuesta seria el intentar exorcizarlos.
He podido atraer o repeler a los muertos. Se dice que las fronteras del sueño y de la muerte no tienen una linea definida, tocadas y diluidas entre si por que son hermanas.
¿Podría expulsar a un sueño como lo haría como con un espíritu? No lo creo.
Y menos ahora mientras Suzanne esta conduciendo.

Solo tendré una única opción si consigo ayuda. Una ayuda de un Bien Superior.
El único que conozco se llama Dios y no es que sepa su numero. Pero al menos se donde tiene sus cabinas telefónicas.
Y en mi corazón se, que si tuviera que elegir una, seria la que se consagra a mi Señora...la mas grande en esta ciudad...Grande y Antigua, experimentada en la luz y la sombra. Notre Damme. Pero ese seria un tiro de Fe. Uno que yo aceptaria perfectamente pero Clementine. Ojala pudiera planteárselo. Una visión escéptica da mejor perspectiva.

¿Que hacer?
¿Seguir con el plan?¿Sabiendo casi seguro que esta comprometido?
¿Improvisar?¿Destruir toda la posibilidad de refuerzos?
¿Arriesgarme con el Diablo?
¿Surcar la Ola pero navegarla a nuestro favor?¿Aunque sea a ciegas?
¿Buscar la única ayuda en la que confío?¿Que pensaría Clementine de ello?¿Confiaría en mi?¿Confiaría en la intervención de Dios?

Clementine me saca del ensimismamiento con su airada protesta. La miro con ojos críticos pero con una mueca de ironía en la comisura del labio. Es divertido oír tus pensamientos expresados en voz alta en boca de otro en menos de un par de segundos de haberlos puesto en tu cabeza.

La doctora tiene razón - comento con calma con el arma en el regazo apuntada hacia nuestra conductora - pero tu también. Si esto esta planeado, bien planeado, y no hay que dudar de eso por que esto no es un guion de hollywood, no solo nosotros estaríamos 'activados'. Ahí fuera habrá mas efectivos, difusos e irreconocibles, vigilando y guiando a sus amos.

Mirad - asiento - si hay algo que dicen y que he aprendido como poli que es la mayor mentira, es que al final pierdes la habilidad de confiar - giro la cabeza dirigiéndome alternativamente a ambas - Falso. Confías sabiendo que en quien pones la confianza te va a respaldar - no pongo ningún énfasis especial en la frase pero espero que Clementine pille la referencia. Quizás si no sea demasiado sutil el gesto del cañón de mi arma apuntando al desfibrilador a la espalda de Suzanne - así que vamos a seguir el plan pero con algunos rodeos. Todos juntos. Estamos.

Tomo el móvil y abro el Maps para ir marcando la ruta y para saber que el GPS esta activado.
Conduce atenta y calma. Si hay que correr usa las sirenas. Esa sera la señal de que esto se ha ido al carajo.
Empiezo a indicarles a todos las calles que tomar. Una ruta que incluye sutilmente el paso por el puente sobre el Sena justo por delante de la Catedral de la Ciudad.
Alternadamente tomo vistazos al coche de nuestros escoltas, a los que nos pudieran seguir y a Suzanne. Que excluya a Clementine espero que complete el mensaje no verbal.
Y espero, como el del sombrero y látigo de las películas haber elegido bien.

Debe ser el nerviosismo porque no acierto a prender el desfibrilador, mis manos están entumecidas y no dan con los botones primero, luego cuando logro encenderlo y lo pongo en desfibrilación manual hace un pitido inesperado que borro inmediatamente apagándole el sonido, pero que intuyo que todos escucharon. Buen momento para fallar. Ahora no solo hay que inventar algo para disimular sino que tengo que esperar a que la potencia se cargue antes de dejarla frita.

Eso si es que no empeora todo en los próximos segundos. Le doy una caricia a Édith y una mirada de desesperación a Daniel, queda todo en él hasta que la carga se llene.