Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

Cargando editor
26/01/2017, 15:47
Ada Bytnar

Tomó aire, miró hacia una de las ventanas del pasillo y volvió a dirigir su mirada a Mats con un gesto de miedo y tristeza.

Así, mirándole directamente puso todo su empeño en cada palabra.

- Alégrate por las cosas que no sabes, Mats. Hay cosas que nadie debería conocer... olvida lo que sea que hayas averiguado y haz tu vida lejos de todo esto…

Sal de aquí sin mirar atrás. Márchate lejos y haz como si no me hubieras conocido, olvida esta… locura. Hazlo… Vete ahora...  o será tarde.

Miró hacia el final del pasillo, hacia la salida.

- Hazlo, por favor. Hazlo por mí.

Cargando editor
26/01/2017, 16:12
Mats Bergstrøm

Mi mirada se llena de consternación y de una tristeza que es reflejo de la que veo en los ojos de Ada. Me la quedo mirando durante unos segundos, mordiéndome el labio. Casi me entran ganas de llorar, porque en este momento entiendo la difícil situación en la que se encuentra la joven. Suspiro, lleno de pesar.

No puedo… —murmuro, bajando momentáneamente la vista—. Lo siento mucho, de verdad. Llevo toda mi vida huyendo, Ada. Si lo hago ahora, todo lo que he sufrido, todo lo que he perdido, habrá sido en vano. Entiende que esto no es orgullo, ni capricho o mera curiosidad. Simplemente, no sé cómo darme la vuelta e irme. Sé lo mucho que esto me puede costar, pero… —Vuelvo a mirar a Ada a los ojos, los míos refulgiendo con un brillo extraño—. Perdóname. Ya hace mucho tiempo que no puedo elegir.

El corazón me late tan deprisa que parece que vaya a desmayarme en cualquier momento. Con estas palabras, siento como si hubiese desafiado a alguien o a algo cuyo poder no puedo ni empezar a imaginar. Solo me queda esperar las consecuencias de mis actos, pero sea lo que sea, será lo que estaba destinado a suceder.

Notas de juego

Chan-chan, chan-chan... O_O

Cargando editor
31/01/2017, 17:36
Ada Bytnar

-Entonces debemos irnos lejos, muy lejos.

Echó a andar el largo pasillo dando pasos pequeños, que apenas hacían ruido.

A cada frase se paraba para hablar flojito, mirando de lado, poniéndose una mano en la cabeza mientras con la otra sostenía su abrigo.

-Y tenemos que hacerlo ahora... ahora mismo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

:-)

Cargando editor
02/02/2017, 18:55
Mats Bergstrøm

Asiento nerviosamente, sin mediar palabra. Lo último que deseo es no ya meterme yo en problemas, sino que a Ada pueda pasarle algo por mi culpa. Observo su comportamiento; parece como si estuviese escondiéndose de algo. Por experiencia sé que, en situaciones que parecen escapar a la lógica, lo mejor es hacer exactamente lo mismo que hagan aquellos que saben más que tú. De modo que decido imitar a Bytnar, avanzando con pasos cortos y sigilosos y obedeciéndola en todo lo que diga.

Por supuesto que nos vamos ahora mismo. Mi corazón late con fuerza. Por una parte, presiento el peligro inminente que me ha estado amenazando desde que todo esto comenzó, pero por otra, me invade la emoción y la esperanza: quizá al fin, después de dar tantos palos de ciego, vaya a saber algo significativo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro Destreza más Maña, intentando moverme en el mayor silencio posible. ¡Uau, saco un decente 11! Parece que Mats no es tan patoso como me imaginaba...

Cargando editor
02/02/2017, 19:38
Ada Bytnar

Entraron en el ascensor y ella pasó la mano por la botonera, temblorosa. Tuvo que hacer un esfuerzo para mirar a Mats a la cara. Estaba nerviosa, dudando de lo que fuera que estuviera a punto de hacer.

Marcó el botón del parking. Habló flojo, con un nudo en la garganta.

-Piensa en un sitio que sólo tú conozcas… Uno del que nunca hayas hablado a nadie.

- Tiradas (1)
Cargando editor
03/02/2017, 00:24
Mats Bergstrøm

Sigo a Ada hasta el ascensor, tan sigiloso como un ratón. Tan pronto como me pide que piense en un lugar del que nunca le haya hablado a nadie, mi mente viaja a las profundidades del bosque Nøklevann, en Oslo, el lugar al que escapaba cuando estaba hasta el gorro de mi padre. Lo cierto es que no sé si un lugar tan lejano servirá a cualquiera que sea la idea que haya tenido Ada, pero visto lo visto, ya cualquier cosa me parece posible. Me concentro en el recuerdo del verdor de los árboles, en las ondas que formaba el agua del pequeño lago Ulsrudvann, oculto en su corazón. Se me ocurren pocos lugares en los que me sintiese tan solo, tan seguro, como en un santuario.

Miro a Ada, con un asomo de duda en la mirada.

¿El bosque Nøklevann? —pregunto en voz muy baja, sin saber si tiene sentido que le plantee algo así.

Cargando editor
11/02/2017, 12:47
Ada Bytnar

El parking estaba prácticamente vacío. Entraron en un Audi TTS gris, lo arrancó, se puso el cinturón de seguridad e hizo una llamada con el móvil hablando unas pocas frases en un idioma que parecía griego, conversación de la que Mats sólo entendió “Oslo”.

Conducía en silencio, visiblemente tensa, mirando al retrovisor a cada nada, en dirección al aeropuerto.

Cuando llegaron a las vías rápidas apenas había tráfico. Era una noche húmeda y fresca, y los cristales se iban empañando.

Miró a Mats un momento.

-Lo siento.

Cargando editor
12/02/2017, 19:24
Mats Bergstrøm

Casi a la carrera, Ada y yo llegamos al aparcamiento. No tarda en localizar el que debe de ser su vehículo, un coche de color gris. Rápidamente, entra en el automóvil, y yo la sigo instantes después. Antes de poner el coche en movimiento, Ada llama a alguien por teléfono y tiene una rápida conversación con alguien en un idioma que no conozco; solo entiendo que dice algo acerca de Oslo. En ese momento siento un nudo en el estómago. ¿Y si, después de todo, no puedo confiar en Ada? ¿Y si les está revelando a nuestros enemigos dónde vamos a estar?

Me mantengo en silencio durante el resto del viaje, mirando a Ada de reojo. Ella también parece a punto de saltar por la puerta. No puedo decir que me sorprenda que nos dirijamos hacia el aeropuerto. Parece que definitivamente sí vamos a Oslo.

En un momento determinado, Ada me mira y me pide perdón. La miro a los ojos, desconcertado, frunciendo el ceño con incomprensión. Espero que mi anterior corazonada, la de estar siendo llevado de la mano a la boca del lobo, estuviese equivocada.

¿Lo sientes? —le pregunto—. ¿Por… por qué? No has hecho nada malo, Ada.

«Y espero que continúes igual…».

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro Introspección más Empatizar para intentar «leer» a Ada, saber qué pasa por su cabeza. Saco un 11.

Tengo MIEDO :S

Cargando editor
22/02/2017, 13:33
Ada Bytnar

-Te parece que esto sólo es un coche, pero es como una barca atravesando las aguas del Río Aqueronte. Pero… ¡No quiero ser Caronte!. Ni que tú seas una sombra errante…

Aunque parece que está escrito que así sea…

Los ojos se le empañaban y comenzaron a caer lágrimas.

-Me pidieron que te entregara, y no se lo que quieren hacer contigo, pero es malo…

Miró por el retrovisor.

-Nos esperan en el avión y es probable que ya nos sigan.

Tomó aire, tratando de serenarse, pero las manos le temblaban un poco y estaba rígida.

-No te separes de mí. No dejaré que te pase nada. Ahora no está Vanla -se refería a Vendela- y les voy a ordenar que te lleven a Oslo. Allí te irás a tu bosque y no saldrás nunca… y no te molestarán.

Cargando editor
24/02/2017, 16:46
Mats Bergstrøm

A medida que Ada habla, una intensa sensación de frío invade todo mi cuerpo. Instintivamente, sabía que me estaba metiendo en problemas, y no obstante he decidido seguir adelante, queriendo creer que no habría consecuencias.

Aquí están.

¿Qué? —pregunto, pestañeando varias veces seguidas, sin ser capaz de salir de mi asombro—. No… ¡No! ¿Qué te has creído? ¡No puedo pasarme el resto de mi vida en un bosque, por muy a salvo que esté! ¿Qué hay de todo lo que está pasando aquí? ¿Qué hay de mis amigos? —La imagen de Arthür aparece en mi mente. Le prometí que no lo abandonaría, y no puedo hacerlo—. No, lo siento. No es una opción. Deberías habérmelo dicho antes de meterme en este lío. Entiendo tu situación, Ada, pero lo que no consigo entender es que no te des cuenta de que tú también puedes escapar. ¡Que les jodan! Tú misma lo has dicho: me harían cosas malas, cosas con las que no estás de acuerdo. Entonces… ¿por qué sigues obedeciendo? —Lanzo un suspiro exasperado—. ¡Despierta! Si hay alguien que les pueda hacer frente, ¡esa eres tú! Sabes más cosas de ellos que nadie a quien yo conozca, ¡y sabes lo monstruosos que pueden llegar a ser! ¿No quieres acabar con todo esto? ¿No vas a ayudarme?

En ese momento, me doy cuenta de que no estoy hablando por mi propia seguridad o supervivencia. Simplemente, aún hay demasiadas cosas que hacer como para que desaparezca. No voy a rendirme.

No voy a rendirme, Ada —murmuro, muy sereno—. No voy a rendirme nunca. ¿Esto es lo que hacéis? ¿Secuestráis a las personas y luego hacéis que el mundo las olvide? Pues no. Ada, si no vas a ayudarme… te pido por favor que pares el coche y me dejes bajar. No pienso quedarme escondido en Oslo mientras el resto del mundo se va a la mierda.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de Carisma + Sincerarse (o Empatizar, pero en ambas cosas tengo lo mismo) para ver si puedo hacer reaccionar a Ada. Tengo Emotivo 2, por si cuenta.

Cargando editor
28/02/2017, 10:15
Ada Bytnar

Ada se quedó mirando al frente, en silencio. Parecía sumida en un pensamiento muy lejano.

Hubo dos largos segundos en los que llegó a cerrar los ojos pero los abrió enseguida y mantuvo el volante en todo momento firme.

Luego, pasados diez minutos, Mats vió cómo dejaban atrás el desvío al aeropuerto.

Entonces ella suspiró y dijo, con un hilillo de voz.

-¿Y ahora, qué?

Cargando editor
08/03/2017, 22:02
Mats Bergstrøm

Ada no pronuncia ni una sola palabra en un rato, pero algo parece haber cambiado. Puedo entender el momento tan difícil que tiene que estar viviendo, y desde luego, sé perfectamente el miedo que la atenaza. Quizá haya comprendido que hacer lo que le pido, que dar la espalda a Vendela y a su horrible secta de lunáticos, supone renunciar para siempre a la vida que ha tenido hasta ahora. Una vida de cautiverio y temor.

Cuando compruebo que dejamos atrás el desvío que conduce al aeropuerto, dejo escapar un hondo suspiro de alivio. Miro a Ada a los ojos, con una expresión de agradecimiento. Ella sin embargo parece aterrorizada.

Ada… No sabes cuánto valoro lo que acabas de hacer. Es solo que… —Hago una pausa. Miro a través de la luna delantera—. Desde que nos conocimos, tuve una sensación muy fuerte de que tú y yo éramos iguales. Pero al mismo tiempo, te vi atrapada. No voy a engañarte, Ada: el camino de la libertad no es fácil. Nunca lo ha sido, y nunca lo será. Tenemos que renunciar a muchas cosas. Pero es la única forma de ser verdaderamente nosotros. —Me cruzo de brazos, abrazándome a mí mismo de forma instintiva—. Si estás dispuesta a seguir adelante con esto, no habrá vuelta atrás. Pero… Por algún motivo, la casa en la que vivimos parece ser segura, si es que hay algún lugar seguro en el mundo. Podrías quedarte con nosotros. Desde allí, podríamos planear qué hacer.

Cargando editor
09/03/2017, 08:53
Ada Bytnar

La chica asintió con la cabeza a las palabras de Mats sin apartar su mirada de la carretera.

Funció un poco el ceño cuando él nombró la casa en un gesto más de curiosidad que de rechazo o desagrado.

El tiempo pasaba lento y se hizo un silencio pegajoso en el que sólo se escuchaba el motor del coche.

Algo vibró y Ada miró por el retrovisor. Era su móvil que se movía dentro de su abrigo, doblado en el asiento de atrás. La llamada insistió unos segundos y cuando terminó un vehículo que les seguía -un coche grande, a unos treinta metros- les hizo señales con las luces.

Y el teléfono volvió a vibrar.

-No lo cojas. Son ellos.

Notas de juego

>:-)

Cargando editor
09/03/2017, 18:25
Mats Bergstrøm

Durante el camino de vuelta a casa, pienso en Arthur. A ver qué piensa él de que Ada se quede con nosotros, especialmente después de haber adoptado a la niña perdida que es Cléo. Solo espero que Ada pueda orientarnos un poco, ayudarnos a saber un poco más de aquello a lo que nos enfrentamos… De pronto, el zumbido de la vibración de un teléfono me saca de mis pensamientos. Es el móvil de Ada. Me doy la vuelta, pero ella me advierte de que no lo coja. Veo entonces que sus sospechas eran ciertas. Un coche nos está siguiendo, haciéndonos señales para que nos detengamos. Evidentemente, no tengo ninguna intención de obedecer. La segunda vez que el móvil suena, alargo el brazo y lo busco en el abrigo de Ada.

Me parece que sabes mejor que yo lo que esos tipos harán si nos cogen, así que te propongo lo siguiente: conduciremos hasta la ciudad y una vez allí trataremos de perderlos. Es lo único que se me ocurre. ¡Ahí estás! —Por fin tengo el móvil de Ada en mi mano. Rápidamente, oprimo el botón para hacer bajar la ventanilla de mi lado del coche—. Con tu permiso, esto se va por la ventana. No sabemos si lo están usando para rastrearte…

Notas de juego

Si Ada no me lo impide, tiro el móvil por la ventanilla.

Cargando editor
17/03/2017, 00:20
Director

Los faros de los perseguidores se reflejaron con un destello cegador en el retrovisor iluminando la cara de Ada.

Embistió a la haltura de la luz trasera del lado del conductor y el Audi en el que Mats y Ada viajaban empezó a dar una vuelta sobre sí mismo. Una rueda reventó con un estallido y tras atravesar el otro carril y romper lo que parecía una barrera comenzó a caer por un terraplén con una pendiente pronunciada.

Mats recordó que su amiga olvidada y perdida había quedado postrada en una silla de ruedas a consecuencia de un accidente de tráfico provocado por Vendela.

Durante ese instante le vino a la mente la imagen de esa chica simpática de pelo teñido de azul con sonrisa encantadora y voluntad infinita que Arthür y él mismo paseaban tirando de su silla de ruedas

- Tiradas (4)

Notas de juego

Tu turno ocupa unos tres segundos de la acción de Mats, aunque puedes narrar todos los pensamientos que quieras.

Haz una tirada de fuerza más soma, dificultad 11.

>:-)
 

Cargando editor
17/03/2017, 02:39
Mats Bergstrøm

Todo sucede en apenas un latido. El estridente chirrido de las llantas sobre el asfalto, el estrépito de la carrocería al ser fuertemente golpeada, y el mundo parece enloquecer. El coche gira a toda velocidad, sin control, derrapando como si toda la carretera fuese el campo de prácticas de un conductor suicida. Otro golpe. De pronto, estamos cayendo. La sensación solo dura un instante, y después, empezamos a desplomarnos por una pendiente, dando vueltas de campana.

A ella le hicieron lo mismo.

Acabo de recordarlo. A nuestra amiga. La puta de Vendela le hizo exactamente lo mismo. Provocó un accidente de coche que la dejó en una silla de ruedas. Me acuerdo de la luz del sol aquella mañana en la clínica Saint Jean de Dieu, creando reflejos en el cabello oscuro de la joven. Entonces, algo más viene a mi mente: azul sobre blanco. Eso es. Cuando pasamos al «otro lado» del hospital, ella tenía el pelo blanco, con un mechón azul. Me acuerdo. ¡Me acuerdo de todo! De su cara, de su sonrisa. Recuerdo claramente la sensación física de ayudarla a subir a su silla. Su risa contagiosa, casi mágica, que hacía desaparecer toda preocupación. El delicioso olor de la casa de sus padres, el frescor del césped de su jardín en mis pies desnudos, aquella preciosa comida con su familia… Fue entonces cuando empecé a ser consciente de mis sentimientos hacia Arthür. Me sentía feliz. Era casi como si nada pudiese ocurrirnos, como si fuésemos… hermanos. Nos teníamos, y sabíamos que podíamos contar los unos con los otros.

A medida que el coche gira, los pensamientos deslavazados continúan rodando por mi cabeza. Le gustaban los pájaros. No, no solo le gustaban, sino que tenía una fuerte afinidad con ellos. Hugin y Munin. Espera, ¡era una soñadora! Eso es, ella podía tener sueños lúcidos más allá del alcance de la mayoría de personas, y era capaz de ver retazos del futuro probable en ellos. Por algún motivo, me viene a la mente el avestruz disecado de la casa Gresta.

«Te recuerdo —le digo en mi cabeza, esté donde esté—. Te recuerdo, querida amiga. No has sido olvidada. No conseguirán que seas olvidada. Nunca».

Mis pensamientos giran enloquecidos, a una velocidad de vértigo, hasta que solo son ruido. Solo han pasado unos instantes, y sin embargo, todo parece ir a cámara lenta, como si yo fuese más rápido. Por el rabillo del ojo vislumbro el suelo, cada vez más cerca. Y de pronto, un pensamiento se eleva por encima de todo lo demás, claro y presente.

«Arthür».

Me invade una gran paz.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡¡¡ÉXITOOOOOOOOOO!!! ¡Uuuufffff! Me estaba preparando para morir ya... Duraré un turno más... :P

Cargando editor
17/03/2017, 17:22
Carretera dirección París
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

Este post lo pongo "sólo para el narrador" porque no he hecho la tirada oculta y quiero mantener el suspense sobre el estado de Ada.

Solo sirve la primera tirada (no sé por qué se ha repetido la tirada)

Cargando editor
17/03/2017, 17:53
Carretera dirección París

El cinturón salvó la vida del periodista manteniéndolo prendido de su asiento con cierta sensación de ingravidez mientras el coche se arrastraba chirriando, patinando sobre su techo hasta ser devorado por un mar de matorrales.

Boca abajo, colgando, medio asfixiado por la presión de su propio peso contra el cinturón que le oprimía el pecho, Mats tardó un tiempo impreciso  -que bien podían ser segundos o incluso minutos pero si acaso, diez- en recobrar el sentido. Magullado pero no herido, sintió que el cuerpo podía responderle.

Los faros del Audi iluminaban las infinitas ramitas que llegaban incluso a meterse dentro del coche por la parte del asiento del piloto, que ya no estaba, como si Ada hubiera sido cambiada por un montón de broza y ramas secas que ahora ocupaban su sitio.

Cargando editor
20/03/2017, 00:51
Mats Bergstrøm

La sensación de opresión me hace recobrar el sentido. Siento la cara completamente congestionada, y un molesto y persistente zumbido en los oidos. Mi barbilla está tan presionada contra mi pecho que la laringe está bloqueada. No puedo respirar. Tuerzo la cabeza con esfuerzo para liberar las vías respiratorias, e inhalo con un fuerte ronquido, luchando por recuperar el resuello. Confuso, miro a mi alrededor. Aunque tengo la vista borrosa, no tardo en darme cuenta de que el coche ha caído bocabajo. Pero eso no es lo más preocupante. Ada no está.

Mierda. ¿Se la habrán llevado?

Con un gemido, muevo uno de mis doloridos brazos en una posición incómoda hasta alcanzar el anclaje del cinturón de seguridad. Con un chasquido mecánico, me derrumbo sobre mí mismo. Me retuerzo como una anguila, intentando recobrar la verticalidad. Efectivamente, puedo ver claramente que Ada Bytnar ha desaparecido del vehículo. Lo que más me extraña es que, si han tenido tiempo de cogerla, ¿por qué no me han atrapado también a mí?

Aún aturdido, salgo del coche accidentado para intentar hacerme una idea de mi situación general. Asimismo, dado que no puedo volver a París caminando, no sería mala idea llamar nuevamente a mi prima y al señor Berisha. Sin poder evitar sentirme extraño, repito el peculiar ritual de llamada a mis amigos, llaves en mano. Después, doy la vuelta al vehículo, tratando de buscar alguna pista que me diga a dónde pueden haberse llevado a Ada.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues nada, llamo a mis amiguetes y busco por si encuentro algún rastro. ¡Ey, un 12! Pas mal :).

Cargando editor
23/03/2017, 12:55
Carretera dirección París

Los matorrales, que parecían haber crecido sobre el coche accidentado. Atrapaban la luz de los faros de tal forma que alejarse tres metros era adentrarse en la oscuridad.

La carretera quedaba arriba, apenas visible, haciendo una curva. Parecía lejana.

El vehículo de sus perseguidores estaba en el arcén, parado. La luz de sus faros se perdía en la niebla. Sus dos ocupantes habían salido, uno llevaba una linterna. El otro sacaba un rifle.

Ada, a mitad de camino entre Mats y ellos, trataba de escabullirse en la oscuridad, corriendo agachada entre los matorrales.

- Tiradas (2)