Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

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29/04/2017, 00:51
Leah Beth Tautou

Mientras recorre el camino me detengo un par de vez para corregir direccion y continuar.

- No, no te conozco pero el comisario Pillet me mando por ti y confio en Gobier, asi que eres bienvenido.

Avanzando por el camino me preguntaba si realmente seria prudente que Mats cargara un arma, no parecia saberla usar y eso en si mismo era un riesgo pero era mejor tener algo que nada.

Tenia que confiar en el.

Notas de juego

Ya lo tenia de antes. Lo de los GIF, con Mara simplemente se exacerba, deberias ver una partida en donde estamos juntas ella y yo. Parece una novela grafica. ja ja ja ja.

Ademas Tatiana tiene mucho material y es un buen personaje. La adoro.

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29/04/2017, 22:53
Filo

Hizo falta recorrer un buen trecho para poder verlo.

En este tramo, la carretera no estaba iluminada más que por los coches que pasaban muy de tanto en tanto. Un camión les rebasó a gran velocidad y sus faros lo delataron, unos cincuenta metros más adelante.

Era un hombre delgado y alto y vestía de negro, abrigo incluído. Corría por la cuneta. Su paso era torpe.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dirad destreza más atletismo -dificultad 11 para Mats, 9 para Leah- para alcanzarlo. Si no hay éxito, continúa la carrera en el siguiente turno, y vuestros personajes empiezan a sentir cansancio.

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29/04/2017, 23:25
Leah Beth Tautou

Seguía mi instinto y de momento me sentia mas una depredadora. El hombre o mejor dicho su silueta aparecio gracias al reflejo de unas luces y eso me hizo apurar el paso. 

- ALTO ALLI!!!!!  Grite apuntandole.

Aun lo tenia a varios metros de distancia pero podria dispararle y de hecho dispare al aire para que supiera que no estaba jugando. 

Segui corriendo hacia el hombre pero no habia signo de la mujer.

- Donde esta Ada? Pregunte cuando estaba mas cerca sin dejar de apuntarle. 

Mats parecia un poco mas lento que yo.

Vamos no te atrases!

- Tiradas (1)
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29/04/2017, 23:26
Ada Bytnar
Sólo para el director

Ada contó al chófer que había tenido un accidente de coche y le cedieron amablemente un sitio.

Acurrucada en un asiento de cuero -rodeada de turistas jubilados, la mayoría dormidos-, observó cómo el autobús se incorporaba a la vía, alejándose del lugar de la persecución, cerró los ojos y canturreó susurrando algo parecido a una canción en griego antiguo, recitado en exámeros:

-Las yeguas que me llevan me condujeron hasta la meta de mi corazón, pues que en su carrera me trasportaron hasta el famoso camino de la deidad que, solo, lleva a través de todo al hombre iniciado en el saber. Hasta allí fui llevado, pues hasta allí me llevaron las muy inteligentes yeguas que tiran de mi carro, mientras que unas doncellas me enseñaban el camino.

Notas de juego

Esto lo escribo sin destinatario. Para los VIP's que estén leyendo la partida, para mí mismo y para los jugadores cuando puedan leer toda la partida.

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30/04/2017, 00:26
Mats Bergstrøm

El sonido de mi propia respiración inunda mi cabeza, impidiéndome oír nada más. Correr en la oscuridad, sin ver nada, me produce una extraña sensación de vértigo, como si en cualquier momento pudiera surgir un obstáculo invisible de la nada que me haría tropezar… o un abismo por el que me precipitaría sin darme cuenta hasta que fuese demasiado tarde. Cuando salimos a la carretera, correr se hace un poco más fácil gracias a la dureza del asfalto y a la ausencia de vegetación que se agarre a mis piernas. Puedo seguir a Leah gracias a la luz de los faros de los coches que atraviesan el manto negro, instantáneas que me ayudan a orientarme por el espacio. La policía corre incansablemente, con una determinación que da miedo. Yo me concentro en respirar correctamente para no marearme o hiperventilar: una inspiración al dar un paso, una espiración al dar el siguiente. No me haría daño hacer un poco más de cardio, pero en honor a la verdad, aunque nunca he sido demasiado estricto con mis rutinas del gimnasio, llevo sin pisarlo ni una sola vez desde que todo esto empezó.

Entonces es cuando lo veo.

Los potentes faros de un camión recortan en la noche la figura del tipo que me arrojó por el precipicio. Casi de inmediato, puedo oír como Leah le ordena que se detenga. Instantes después, un fogonazo estalla desde el cañón de su pistola, seguido por el estampido hueco del disparo. Tensando todos mis músculos, me esfuerzo por apretar el paso y ponerme a la altura de mi compañera, pero he llegado a ese punto en que mis magulladas piernas parecen no querer moverse más deprisa a pesar de mis esfuerzos. Mientras tanto, me esfuerzo por seguir respirando, notando la garganta tan seca que empieza a molestar…

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lo siento. Estoy hecho una cacharra... :'(

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30/04/2017, 00:46
Leah Beth Tautou

Notas de juego

No te preocupes, para eso estoy aqui.

=P

Espero por el director.

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30/04/2017, 10:24
Filo

Leah había dejado atrás a Mats.

El hombre al que perseguía se detuvo en seco. Parecía casi un viejo. Estaba agotado. Levantó las manos y se giró despacio.

-No, por favor. Déjame vivir.

Leah notaba ardor en el estómago. Los latidos del corazón le golpeaban el pecho con tal fuerza que en el silencio de la carretera podía oírlos.

El hombre cerró los ojos y se lanzó de rodillas al asfalto. Poniendo los brazos en cruz.

-¡Piedad! Páralo...

Mats estaba parado a una distancia suficiente para ver la escena entre las sombras, sin distinguir detalles. Las voces se las llevaba el aire y apenas eran inteligibles.

Notas de juego

Armali, si quieres que tu personaje se contenga, has de tirar por Leah. Introspección más contemplar, dificultad 13. Si no sacas éxito Leah no podrá evitarlo. ¡Ya tiene el segundo plato servido!

Podrás narrarlo tú -la víctima no se defenderá, paralizada por el terror- con las condiciones:

-Leah puede dispararle antes de comérselo, pero la víctima estará consciente cuando se lo coma aunque su cuerpo esté muerto, él contemplará la escena, totalmente aterrorizado.

-Cuando le saque el corazón Leah declamará las palabras de antes, repitiendo el ritual.

Cuando lo arranque pesará mucho, como si fuera de plomo. Lo levantará hacia el cielo y hablará en un idioma que no conoce pero que entiende, ella y todos los que la oigan:

-Has cometido iniquidad respecto de los hombres; has matado a parientes; mentido en lugar de decir la verdad; has traicionado; has hecho mal a todo el que te has cruzado en tu vida; has causado sufrimiento; has sustraído las ofrendas a los dioses... Por eso Osiris te juzga culpable y arroja tu pesado corazón a mis fauces.

Soy Ammit, la devoradora de los muertos.

Osiris te condena a tu segunda muerte y comiendo tu corazón mato tu cuerpo inmortal y dejas de existir para siempre.

Soy Ammit la devoradora de corazones.

-Se tiene que comer al menos el corazón, entero. Y luego, si quieres que pare ahí, sacar éxito en otra tirada igual con la misma dificultad. Si no saca éxito, tiene que seguir con el festín.

Para interactuar con ella sin terror Mats tiene que acercarse y hacer una tirada de Carisma más Psiqué. Dificultad 11 para él (para cualquier otro sería 15) Si saca un 15 podrá incluso detenerla (ordenándoselo)

Suerte.

>:-)

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30/04/2017, 13:49
Leah Beth Tautou
- Tiradas (1)

Notas de juego

Oh Dios. Posteo en un rato que estoy al teléfono.

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30/04/2017, 23:56
Mats Bergstrøm

Notas de juego

¡¡¡ESPERAAAAAAA!!! ¡Que todavía tengo que tirar para ver si consigo detenerteeee! Eres de gatillo rápido XDDDDD.

Hacemos una cosa: escribiré mi post, (que debería ir ANTES que este que acabas de poner). Si fallo, no pasa nada, te cargas al tío y ya. Pero si tengo éxito, habrá que rescribir el tuyo.

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01/05/2017, 01:27
Mats Bergstrøm

Finalmente, Leah consigue dar alcance al hombre. Sabiendo que no tendrá forma de escapar, el tipo hace lo más sensato que puede hacer: detenerse y rendirse. Viendo que la mujer lo ha logrado, yo aminoro el paso hasta pararme, todavía a una distancia considerable de ellos, y apoyo las manos en mis rodillas para recuperar el resuello. Limpiándome el sudor de la frente antes de que se enfríe, veo cómo el durmiente que hace un rato parecía tan intimidante se arrodilla frente a la agente. Suplicando clemencia.

Es entonces cuando me doy cuenta de que algo va mal.

No sé exactamente por qué; quizá sea el hecho de que Leah haya bajado su arma, o su postura corporal indescriptiblemente amenazadora… Me quedo momentáneamente sobrecogido, pensando que si las intenciones asesinas pueden reflejarse de alguna forma en la conducta de una persona, Leah las exhibe de un modo descarnado e inconfundible en este mismo momento. Sea lo que sea, estoy completamente seguro de que algo realmente espantoso va a ocurrir en cuestión de segundos si yo no lo impido. Y va a ser Leah quien lo haga.

Leah… No… —intento gritar, pero el aliento no me alcanza. Me aclaro la garganta e inspiro profundamente—. ¡Leah, no lo hagas! ¡Detente ahora mismo!

Para mi propia sorpresa, mi voz resuena poderosamente en la carretera, cortando el aire nocturno con el filo de un cuchillo. Sin perder ni un instante, saco fuerzas de donde creía que no las tenía y corro la distancia que me queda para situarme junto a Leah.

Escúchame… Sea lo que sea que vayas a hacer, por favor… Lucha contra ello. —Suavemente, tomo a Leah por los hombros y la giro hacia mí, obligándola a mirarme. Lo que veo en sus ojos es tan funesto que me llena de horror, pero sin saber cómo, me las arreglo para continuar hablando—. Mírame. Mírame a los ojos y concéntrate en lo que te digo. No escuches ninguna otra voz. Dijiste que no puedes controlarlo, pero sí que puedes. Eres una mujer fuerte, ¡yo mismo lo he visto! Por fácil que pueda ser rendirte, no renuncies a ser tú misma. Descarga esa furia contra nuestros verdaderos enemigos. Un error no se soluciona con otro, y lo sabes. Escúchame, por favor… No dejes de escuchar mi voz.

A pesar de que yo mismo temo por mi propia vida, las palabras salen de mi boca como un torrente imparable. No logro entender cómo consigo ser tan locuaz en una situación como esta. Espero conseguir alejar lo que sea que sea eso de la mente y el alma de Leah…

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Ah, había leído mal! Mi dificultad es 11 (15 para cualquier otro). ¡¡¡TOMA YAAAAAAAA!!! ¡Saco un 14 y lo peto! Lo siento, Armali, pero parece que vas a tener que rescribir tus post TT_TT. Por el lado bueno, ¡tenemos a alguien de dentro a quien interrogar!

Edito: Ah... No sé... 11 era para acercarme a ti sin miedo... Y 15 para detenerte. Así que, habiendo sacado un 14, no sé si lo logro... ¿Te parece esperar a ver qué dice Cusa, o tienes muchas ganas de masacrar?

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01/05/2017, 02:08
Leah Beth Tautou

Habia alcanzado a mi presa. Estaba delante de mi esperando, esperando para sentir como su vida se extenguiria al ser engullida por mi cuerpo. Pedia clemencia, pedia piedad, pero sus victimas no la habian tenido. Porque la tendria yo.

A lo lejos escuchaba la voz de Mats pero era de verdad el?

Ya sabia de que iba esto y trate de resistirlo. Pararlo como habia dicho el hombre... me concentre en ser yo, en estar alli en controlarme pero las ansias me ganaban. Cai de rodillas mirando al hombre con las manos extendidas sintiendo esa hambre que me ardia en el pecho. 

Senti una mano sobre mi hombro y gire para ver a Mats hablandome pero no lograba entenderle. No realmente. Lo mire con la mirada hecha sangre y confundida gire mi cabeza lateralmente como si no tuviese sentido lo que me decia. 

- Has cometido iniquidad respecto de los hombres;

No, no noooooooo resisteeeeee....

Me quite la gabardina con lentitud disfrutando el momento. Era magico. Yo era un instrumento pero necesitaba nutrirme, acabar con el mal sobre la tierra y llevarme tanto pecados.... tantos....., era yo el instrumento de Dios, y tenia hambre. El rostro del hombre seguia a mi lado pero podria detener a un instrumento divino?

- has matado a parientes;

Madita sea Leah, tu no eres asi, puedes controlarlo....

Continue quitandome el pantalon tambien porque nada habia mas puro que un cuerpo desnudo. Libre de toda atadura, de todo prejucio, de todo estigma, unida con el todo asi como con el pecador. Sedienta di un paso mas hacia el hombre acercandome... degustandole....

Mats seguia hablandome tratandome de meterme en razon, pero no era yo y no habia nada de malo en lo que hacia. La hierba mala debia ser eliminada y eliminada de raiz, porque nada mas saldria del recuerdo de aquel hombre. Extinto, desintegrado, asi debia ser, era el orden natural....

- mentido en lugar de decir la verdad; has traicionado;

Miraba su mirada de horror, pidiendo clemencia... rogando.... Yo simplemente lo saboreaba.

Noooooooooo noooooooooooooo nooooooooooooooo.... no puedo detenerme........

- has hecho mal a todo el que te has cruzado en tu vida; has causado sufrimiento;

Volví a mirar a Mats confundida. No era su momento, era el momento del hombre arrodillado frente a mi esperando su sentencia porque su destino ya estaba decidido. 

Ahora frente al hombre mis piernas se doblaron para arrodillarme frente y tome su rostro con dulzura. La ternura de una madre que ve a su hijo a punto de dormir. Un sueño del que no dormira, del que no quedara recuerdo, vestigio o aliento alguno.

- has sustraído las ofrendas a los dioses...

Mis labios se juntaron al hombre quien desprendia su ultima arrogancia de existencia, de existencia futil desperdiciada.

- Por eso Osiris te juzga culpable y arroja tu pesado corazón a mis fauces.

Durante el beso mi mano paso por el plexo solar el hombre y mis dedos se amoladaron a su piel penetrandola sin esfuerzo alguno, mis dedos entraron en la cavidad toraxica y envolvieron el latiente corazon suave y tibio al tacto.

LEAH NOOOOOOOOOOOOO DANIEEEEEEEEEEEELLLLLLLLLLL!!!!!!!!!!!! NOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!

No dejes de escuchar mi voz.

Notas de juego

(Editado para agregar las acciones de Mats)

Lo siento morira..... 

Y necesito saber a que dificultad no te ataco.... lo siento, me tocaste y no eres digno de hacerlo.....

JA JA JA JA JA JA JA JA.

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01/05/2017, 02:35
Leah Beth Tautou

Aferrada a la voz de Mats lucho por mantener mi concienca pero no puedo mas y sucumbo al placer de hacer lo inevitable. Sacar el corazon fue sencillo, solo deslizarlo y cuando lo vi palpitante entre mis dedos el hombre aun estaba vivo. Mi cuerpo temblaba como nunca antes, aunque conocia muy bien la sensacion. Estaba excitada, mas excitada sexualmente de lo que estaria jamas aunque solo hacia unos minutos que habia tenido una comida similar. 

Entre mis dedos sanguinolentos estaba mi fruto del deseo y mi pasion. Mire al hombre sonriente pero agradecida porque gracias a sus faltas yo estaba alli, gracias a el yo cumplia mi proposito y Osiris me recompensaria. Era una con mi Señora y con el Universo gracias a esa piltrafa. Podia dejar de existir en paz.

- Soy Ammit, la devoradora de los muertos.

Mi voz era ceremonial y ritualistica.

- Osiris te condena a tu segunda muerte y comiendo tu corazón mato tu cuerpo inmortal y dejas de existir para siempre.

Mi pulso se aceleraba ante mi climax.

- Soy Ammit la devoradora de corazones.

Mis dientes se clavaron en el palpitante corazon llenandome de toda su sangre tanto por dentro como por fuera sabiendo que mi victima aun con vida veia su organo entre mis fauces. No me importo. Segui comiendo sin poder detenerme asi como una chiquilla cabalga la curva del climax durante su copulacion. Era un tren desbocado y mientras mas sangriento era mas placer tenia. 

La sangre me bañaba llenandome de calor, llenandome de vida, era mi renaces aqui en la tierra, por todos los años que habia existido el baño de mi renacer, el baño de mi diosa que me exhalaba su aliento al cubrirme con su manto.

El cuerpo del hombre cayo sin vida delante de mi y a horcajada me sente sobre su cintura, mis manos apretaron su abdomen con tal fuerza que su vientre explotó en miles de pedazo llenandome de carne humana y mas sangre. Sin control aun saque su higado con una mano y con la otra su pancreas que ha mordidas fueron deglutidas por mi con el mayor de los placeres. 

A mi costado la presencia de un hombre me alejo de mi acto. Lo mire con curiosidad. Era un humano. Brillante en si mismo de cabellos rojizos. Un hermoso humano. Lo habia visto antes pero esta vez era diferente, lo miraba mucho mas profundo, miraba su alma, sus memorias, sus vidas....

Me levante sin expresion alguna. Mis ojos clavados lo miraban con confusion. Cualquier otro habria huido, cualquier otro tendria miedo de Ammit. Pero el no.

Lo mire un poco mas y asentí. Hoy no era su momento. Tal vez no lo seria nunca. Pero hoy no era su dia final. 

Mats corre, CORREEEEE!!!!!!!!!!!

Di un paso mas hacia el pelirrojo sopesando su existencia, su gracia, sus pecados. Respire profunda y saciada, el placer se iba relajando y cai de rodillas. Era el momento de regresar.

En ese momento supe que no le atacaria, Mats no corria peligro y de alguna manera agradeci de que fuese asi. Arrodillada frente a Mats tuve control de mi cuerpo y mirando mis manos llenas de sangre solo podia imaginar como estaria el resto de mi cuerpo. Gire nerviosa y vi los restos del hombre brutalmente destrozado.

- No no no no NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!! Grite.

Mi grito fue un clamor desesperado mientras veia lo que habia hecho. Era indescriptible, inenarrable y para colmo del extremo me sentia profundamente revitalizada. Una vez mas ni siquiera podia llorar y atonita me quede perpleja mirando el resultado de mi accion. La visión dantesca de lo que habia hecho golpeaba mi conciencia y mi cordura haciendome dudar de mi voluntad.

Mats se acerco a mi sorprendiendome.

- No me toques! Se quedo paralizado. - NO ME TOQUES!!!!!! grite sin control. 

Lo mire de arriba abajo y sin dar tiempo a reaccionar sali corriendo tome mi ropa del suelo en la misma carrera y sali desbocada desesperadamente deteniendome cerca de unos arboles. No me habia perdido, no estaba escondida, solo me habia alejado, necesita unos segundos para procesar todo, unos minutos tal vez... una vida. 

Solo queria morir.

Notas de juego

Primero pense en huir al bosque pero complicaria todo mucho mas. 

Otra tirada de Carisma seria buena para mi, ja ja ja ja. 

Joder que escena me has hecho narrar.

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01/05/2017, 05:26
Mats Bergstrøm

A pesar de todos mis esfuerzos, de todas mis palabras, veo en Leah una mirada que no es suya, una mirada confundida, de profunda incomprensión hacia un proceso humano tan básico como es la comunicación. Abre la boca, y yo creo que va a responderme, pero en lugar de ello empieza a salmodiar lo que parecen unos extraños versos rituales, de juicio, de condena. De muerte. Sacudo la cabeza, negándome a rendirme, y continúo intentando convencer a lo que quede de Leah en ese cuerpo, pero mis palabras son tragadas por esa voz monocorde e inhumana que solo usa prestadas las cuerdas vocales de la que hasta hace tan solo unos segundos fuera una joven policía. No me está escuchando. No va a escucharme.

Inconscientemente, refuerzo la presa de mis manos sobre los hombros de Leah, con la esperanza de que ello la haga volver en sí, pero se desembaraza de mí con una facilidad pasmosa. Antes de que consiga reaccionar, la mujer se ha deshecho nuevamente de sus ropas, mostrando al completo su cuerpo ensangrentado que en poco tiempo lo estará todavía más. Esa cosa que antes era humana se arrodilla frente al desgraciado hombre, recitando su estrofa como si fuese la actriz protagonista de un teatro infernal, mientras su futura víctima la mira con un terror mudo, incapaz de otra cosa que no sea musitar como un ratón. Me acerco rápidamente, con la intención de arrojarme sobre ella e intentar inmovilizarla…

Pero ya es demasiado tarde.

Perplejo, veo cómo su mano desnuda entra sin oposición alguna en el cuerpo del hombre, y me viene a la mente un cuchillo al rojo vivo cortando mantequilla. La aterrorizada víctima abre la boca para gritar, y yo grito con él. Grito exclamaciones desarticuladas, desgarradas, con la esperanza de que si lo hago lo bastante fuerte no podré oír el sonido de sus alaridos de muerte, y sacudiré el horror absoluto y ciego que ahora nubla mis sentidos. Nuestras voces se elevan en un dueto de dolor extremo y espanto sin límites mientras el ser arranca un corazón palpitante y rojo como un rubí momentos antes de devorarlo con un ansia extática, sexual. El aire termina de huir velozmente de mis pulmones, dejándome mudo y paralizado, sin poder dejar de mirar cómo ese cascarón que una vez estuvo vivo es destrozado de formas que no creía posibles. «Era necesario. Era justo», me digo.

No me lo creo.

Y entonces, su mirada se posa sobre mí. El cuerpo se levanta de un modo extraño, y los ojos me observan con la curiosidad desapasionada y enrarecida de un científico al diseccionar un insecto. Y sé que está mirando mi alma. «Eres un monstruo», pienso. Y sin embargo, no puedo moverme. No puedo dejar de mirarla.

De pronto, sin más, el hechizo se rompe, y la cosa vuelve a ser una mujer. Leah se derrumba sobre sus rodillas, a poca distancia de mí. Cuando mira el cadáver destrozado de su víctima, puedo ver el horror en sus ojos. Y es ese terror, esa característica inconfundiblemente humana, lo único que me ayuda a sentir empatía hacia ella, a comprender su propia repulsión y su miedo hacia lo que habita en su interior. Yo también tengo miedo. Tengo tantísimo miedo que podría pegarle un tiro, o pegármelo yo. Pero sería injusto; ella no tiene la culpa de lo que le ha pasado. Han sido otros quienes se lo han hecho. Además, me obligo a recordar, yo tampoco soy precisamente lo que diríamos un ser humano corriente. Debo tener presente la facilidad con la que, según mi padre, podría convertirme en un monstruo tan terrible como ella, si bien de una naturaleza distinta. No, no soy quién para juzgar a Leah.

Lentamente, venciendo mi temor, aproximo mi mano hacia ella, pero Leah se retira como si le hubiese mordido una serpiente. Gritándome, recoge su ropa del suelo y sale corriendo, pero ahora no es un depredador. Ahora es una niña asustada, perdida en mitad del bosque hostil que es su propia mente. ¿Cómo podría yo conservar la cordura si me transformase en una abominación caníbal que devora a personas, con independencia de su valía humana?

Lanzo un suspiro, extrañamente sereno, aliviado, como si de algún modo todo hubiese encontrado un final y hubiese vuelto el frágil equilibrio. Cierro los ojos, y dos lágrimas escapan desde los bordes de mis párpados, trazando pálidos surcos en mi cara tiznada. De repente me siento agotado, con un enorme peso en mi pecho. Me acuclillo despacio, como un anciano achacoso, dejándome caer el corto trecho final hasta quedar sentado en el alquitrán endurecido del arcén. Durante unos minutos, respiro. No hago nada más. No hablo. No miro nada en especial. Ni siquiera pienso. Solo continúo respirando. En este momento lo mandaría todo a la mierda. Mandaría a la mierda a la puta Vendela, a la puta Ada y al puto Montillet. Si solo dependiera de mí, me olvidaría de todo, volvería a casa, les diría a todos esos cabrones que han ganado y que tiro la toalla. Pero hay un motivo, uno solo, por el que sé que jamás podré hacer eso, jamás podré descansar hasta que se haga justicia con esos monstruos auténticos, hasta que ardan en el Infierno, si es que existe.

Arthür.

Venga, vuelve —le digo a Leah con un quejido, esté donde esté. A pesar de que no llego a gritar, la soledad y el silencio de la carretera durante la noche hacen que resulte fácil oírme—. Ya está hecho. No te voy a soltar ningún rollo, te lo prometo. Aún tenemos que encontrar a Ada… —De muy mala gana, me levanto del suelo, sintiendo el culo dolorido, y empiezo a caminar hacia la fugitiva con paso renqueante—. En serio, ya está. No pasa nada. Lo has intentado. Los dos lo hemos intentado. Pero a veces no se puede…

Estoy realmente agotado. Deseo de todo corazón que esta mierda de noche se acabe de una vez.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro Carisma más Empatizar. Saco un 12.

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01/05/2017, 09:54
Director

Notas de juego

¡Me lo estoy pasando chupi!

>:-)

Muejejejejejejeje

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01/05/2017, 12:02
Carretera dirección París

En el silencio y la casi oscuridad -eran sobre las cuatro de la madrugada y no pasaban coches-, alumbrados sólo por las estrellas, el tiempo parecía haberse detenido y cuando se acercó el helicóptero el ruido de su motor, de las aspas, parecía algo ajeno a ellos, lejano.

Un foco iluminó el cadáver. Luego a Mats.

Miraba a Leah. Parecía comprensivo, incluso amable*.

El helicóptero bajó cerca de ellos y sin detener su motor.

Albin les apremió a que subieran. Ofreció su mano a Leah para ayudarle con grave gentileza.

Con todos arriba se limpió la mano de sangre y le ofreció otro pañuelo a ella, tratando de no afrontarla con la mirada, con cara de circunstancias.

Había noticias.

Mientras el helicóptero se elevaba el señor Berisha les fue explicando. Había llamado su prima, Ellisif. De camino hacia allí se había cruzado con un autobús que, parado, recogía a una chica. La había seguido. Su descripción encajaba con Ada Bytnar.

Ahora estaba en la estación de autobuses de Gare du Nord, se había cerrado en un cuarto de baño.

En muy poco tiempo aterrizaron en el helipuerto anexo a la estación.

Allí bajaron Albin y Mats con la intención de llevar a Ada al helicóptero.

Notas de juego

(*) No iba a escribir todavía para dejaros interactuar pero podéis hacerlo antes de que llegue el helicóptero o una vez sentados dentro. La tirada de empatía con Leah ha tenido éxito así que Armali le podrá contar cosas que su personaje siente y Mats pueda ver en ella con un éxito que tampoco ha sido muy espectacular.

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01/05/2017, 12:09
Anders Berisha

En su estado no podía ir por un lugar concurrido como esa estación sin causar el pánico y Leah se quedó esperando junto al señor Berisha, que miraba a la ventana con una adustez que parecía inevitable en él.

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01/05/2017, 12:10
Ellisif Rudi

Junto a Albin atravesó el hall de la enorme estación concurrida a pesar de la hora.

Se econtraron con Ellisif, que tras sonreír a su primo, les condujo a una cafetería de la estación.

Allí estaba Ada, sentada en una mesa, pasando la mano por su mentón.

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01/05/2017, 18:11
Leah Beth Tautou

Mats habia demostrado ser todo un hombre al tratar de ayudarme a su manera de asimilar lo que habia ocurrido. Por mi lado nada tenia que decir y casi con mirada fantasmagorica le miraba mientras trataba de consolarme o hacerme sentir mejor. Un paramedico habria dicho que estaba en shock pero despues de tantos shocks recientes se estaba convirtiendo en una respuesta frecuente, comun, y sencilla. 

Aun asi no dejaba de verle dando a entender que si entendia sus palabras.

Un helicoptero se acerco sabiendo que debia ser Gobier me volvi a vestir para aparentar lo obvio y dado a que tenia restos humanos hasta en mi cabello ya no habia mucho que ocultar. 

Faltaba encontrar Ada.

Pero mis pensamientos fueron erosionados cuando escuche que la mujer estaba en la estacion de autobuses. Subi al aparato sin expresar emocion alguna o palabra. Solo queria que esta noche terminara, solo queria dejar de ser lo que era, solo matar a todos lo soñadores, vampiros y toda esa mierda asi tuviese que comermela yo sola y tener que vomitarla despues. 

Mientras volabamos deje que Mats diera las explicaciones mientras yo solo miraba por la ventana entonces una lagrima se deslizo por mi mejilla. Aun habia humanidad en mi y podia llorar. Cerre los ojos.

- Me alegro que este vivo Anders.

Y no dije nada mas durante el vuelo. Tampoco cuando llegamos a la estacion y me quede cerca del aparato para no llamar la atencion. Si es que era posible. La gabardina cubria gran parte de mi estropeado cuerpo pero mi cara y mi arma en mi mano estaba al descubierto.

Notas de juego

Creo que voy bien asi, pero necesitare unos cuantos litros de cloro para bañarme, ja ja ja ja.

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02/05/2017, 03:54
Mats Bergstrøm

El viaje en helicóptero transcurre prácticamente en silencio, interrumpido únicamente por el sonido de las aspas, que a pesar de su volumen, me parece ahora un zumbido adormecedor. Me gustaría decirle algo a Leah, pero no sabría ni por dónde empezar. Tantas emociones juntas, algunas contradictorias, serían difíciles de expresar: comprensión, tristeza, horror, repulsión, empatía, dolor… No, no sabría qué decir, y aunque lo supiera, dudo que sirviera para comunicar  algo más que una cortesía superficial, una preocupación políticamente correcta que enmascararía todo el trauma. El mío. El suyo. Por eso, me limito sencillamente a apoyar suavemente mi mano en su antebrazo, algo que le devuelva el contacto con el mundo. Pero no la miro. Mis ojos están muy abiertos, sin apenas parpadear, clavados en el vacío. De vez en cuando lloro, pero lo hago silenciosamente, sin emitir ningún sonido. No soy capaz de encontrarle sentido ni siquiera al llanto. Govier parece encontrarse en un estado similar, aunque con diferencias que reflejan una personalidad distinta de la mía. Está bien, supongo. Cada cual tiene sus propias estrategias para rodar con el golpe y seguir adelante.

No sé cuánto tiempo ha pasado cuando el helicóptero emprende el descenso. No tardamos en aterrizar en un helipuerto, que se encuentra junto a la estación de autobuses en la que está Ada. Desocupamos el aparato como un cortejo fúnebre, y me doy cuenta de que Leah no viene con Govier y conmigo. Quizá sea lo mejor. A fin de cuentas, no sé cuánto debe de pesar el corazón de Ada a ojos de la cosa que habita dentro de ella, y no sé si podría soportar presenciar otra carnicería como la que he visto hace un rato. De modo que me despido de ella con un grave asentimiento, y me alejo del helicóptero como una sombra, acompañado por Govier.

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02/05/2017, 04:05
Mats Bergstrøm

Nada más cruzar las puertas de la Gare du Nord, veo a mi prima Ellisif, que me sonríe. Sin mediar palabra, la abrazo con fuerza. El abrazo hace que me duela hasta el hígado, pero no me importa. Creía que nunca volvería a verla. A continuación, Ellisif nos conduce por el vestíbulo hasta una de las cafeterías de la estación. Cuando entro, veo a Ada. Está sentada al fondo, aparentemente pensativa, con esa expresión indescifrable y enigmática tan propia de ella. Suspiro, inmóvil, pensando en qué decirle. Pero, ¿realmente hace falta alguna clase de explicación, de justificación? ¿Son necesarias las palabras? Una vez más, tengo la impresión de que Ada y yo somos dos figuras arrancadas de su tapiz original y cosidas en otro, desvaído, muerto. No pertenecemos al mundo que nos rodea.

Lentamente, empiezo a caminar hacia la mesa en la que se encuentra Ada, cojeando ligeramente. No puedo dejar de tener la sensación de que la gente me observa: polvoriento, desaliñado, con las ropas rotas, probablemente alguna herida en la cara… Tratando de ignorar esta impresión, me abro paso entre las mesas de la cafetería hasta llegar frente a Ada. Me quedo allí de pie, inmóvil, mirándola.

Lo hemos conseguido, ¿no? —le pregunto, muy serio, aunque una ligera sonrisa acaba apareciendo en mis labios—. Ya eres oficialmente una fugitiva. Bienvenida a la madriguera del conejo*.

Notas de juego

*Esto es una alusión intencionada de Mats a The Matrix :).